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LA ESTABILIDAD
BIOLOGICA
N. B. McCULLOUGH,
Jefe y Bacteriólogo,
Nacionales
DEL
GENERO
PH.D., M.D., G. A. BEAL,
BRUCELLA”
PE.D.
respectivamente,del Laboratorio de Investigaciones Clinicas, Institutos
de Higiene
del Servicio
de Salud Pziblica
de Estados Unidos
ron a demorar el reconocimiento y aceptación de la similitud de estos organismos: uno
que Bruce no llegase a reconocer la forma bacilar del organismo por él descrito, y otro que
Evans incluyese en sus estudios comparativos el Bacterium bronchisepticus.
Meyer y sus colaboradores (4) confirmaron
y ampliaron las observaciones de Evans. En
estudios comparativos de 53 cultivos (21
identificados, en laboratorios de reconocida
autoridad, como M. melitensis, y 32, como
B. abortus de origen bovino y porcino),
encontraron que todos los cultivos de Jf.
melitensis mostraban características bacilares en alguna fase de su desarrollo, y
llegaron a la conclusión de que “el organismo
causante de la fiebre ondulante humana y de
la fiebre de Malta cabría no puede distinguirse morfológica o bioquímicamente de los
organismos que provocan el aborto infeccioso de los animales domésticos”. En estudios serológicos de estos cultivos (5), empleando el método de absorción de aglutinina,
todas las cepas de B. abortus correspondieron
a un solo grupo. No ocurrió lo mismo con
las cepas de M. melitensis. Todas las cepas
de ambos organismos fueron clasificadas en
uno de los cuatro grupos serológicos. El primer grupo contenía todas las cepas de B.
abortus (incluso las cepas de “B. abortus” de
origen porcino) y una de 114.mditensis. La
mayoría de las cepas de 114.melitensis se colocaron en el segundo grupo. Estas cepas presentaban una relación antigénica más estrecha con la B. abortus que con las demás cepa,+
de M. melitensis. El tercer grupo estaba representado por un solo cultivo: el 30. 7 de
Meyer (y después el No. 428 de Evans),
derivado de un caso humano de fiebre de
* Presentado en el Cuarto Congreso InterameriMalta, cuyo cultivo fue proporcionado por
cano sobre Brucelosis, fS8 de octubre de 1957,
Sergent, del Instituto
Pasteur de Túnez.
Lima, Perú, y publicado en ingl6s en el Bulletin
El
tercer
grupo
antisuero
era marcadamente
of the World Health Organization,
Val. 19, No. 4,
distinto de los grupos antisuero primero y
1958.
Desde que se reconoció oficialmente el
género Brucella (4), su composición, los
criterios de designación de las especies y
la estabilidad biológica de éstas han sido
objeto de constantes discusiones y controversias. En los últimos años se ha intensificado el interés por estas cuestiones.
Se han formulado muchas y muy variadas
propuestas: por ejemplo, transferir al género
Brucella organismos a menudo carentes de
relación íntima con las especies de este
género reconocidas previamente; basándose
en rasgos secundarios, reconocer nuevas
especies dentro del género; adoptar una sola
designación para las especies. El concepto
de estabilidad de las especies ha sido impugnado incluso en ocasiones y lugares diversos
y se han presentado informes dando cuenta
de la transformación de una, especie en otra
por efecto de su paso por determinados
huéspedes animales. El momento es oportuno
para un nuevo examen crítico de estas
cuestiones.
Como orientación y ayuda en la debida
evaluación de los puntos que se trata de
esclarecer, será de utilidad una breve reseña histórica de la adopción del género y
de la designación de sus especies. Aquélla
se demoró por largo tiempo. La Brucella
melitensis (Micrococcus melitensis) se aisló
y describió en 1887 (1), y la Brucella abortus
(Bacillus abortus) en 1897 (2). Transcurrieron 20 años antes de que los minuciosos
estudios de Evans (3) demostraran la íntima
relación entre estos dos organismos, y pasaron varios años más antes de que esta relación se aceptara y se estableciera el género
Brucella. Dosfactoresprincipales
contribuye-
213
214
BOLETIN
DE
LA
OFICINA
segundo, y aglutinaba
cepas del cuarto
grupo en un 30% por lo menos de la titulación homóloga. El cuarto grupo se componía de cepas paramelitenses, caracterizadas
por la no aglutinabilidad
en la mayoría de
los demás antisueros y por falta de aptitud para estimular la producción de un
antisuero potente en conejos o cobayos.
Esta agrupación serológica de Meyer, se
basaba en una técnica de absorción hasta la
extinción. Luego, basándose en estudios
morfológicos, de cultivos, bioquímicos y
serológicos, se recomendó que la B. abortus
se eliminase del género Bacterium y que el
grupo abortus-melitensis se colocara en un
nuevo género, el “Brucella” (de Bruce).
Para incluir el Br. melitensis y el Br.
abortus en el mismo género era preciso probar su semejanza, y una vez establecida esta
prueba, se procuró definir entre los miembros del grupo diferencias que pudieran
servir de base para la designación de las
especies. Por razones epidemiologicas ostensibles importaba poder seguir una infección de
brucelosis hasta su posible fuente: cabra,
vaca o cerdo. Por consiguiente, todos los
primeros intentos de diferenciar las especies
tendían a establecer distinciones entre las
cepas de Brucella aisladas de estos tres
huéspedes. T,a diferenciación de las especies
adquirio aun mayor importancia
cuando
se averiguó que cada una, si bien ataca
principalmente
a un huésped específico,
se puede hallar en otros huéspedes.
En 1914, un organismo que se supuso era
Br. aborius (B. abortus), fue aislado por
Traum (6) de un lechón prematuro de una
granja de Indiana, donde hahían ocurrido
abortos entre los cerdos. El aislamiento
inicial fue hecho en tubos de cultivo sin
cerrar, lo que indicó que este organismo poseía características de cultivo distintas de las
de la mayoría de las cepas de Br. abortus que
habían sido aisladas de animales bovinos.
Dos años después, Good y Smith (7) comunicaron haber aislado Br. abortus (B. abortus)
de una cerda que había abortado; también
esta cepa parecía depender de condiciones
at,mosféricas especiales en menor grado que
la mayoría de las cepas de origen bovino.
SANITARIA
PANAMERICANA
La diferencia en cuanto a los requisitos atmosféricos del organismo porcino, fue observada de nuevo por Doyle y Spray (8) en
1920.
La comunicación de Huddleson (9), en
1921, de que las cepas bovinas requerían
una mayor tensión de anhídrido carbónico
para desarrollarse en el aislamiento inicial,
ofrecía una explicación satisfactoria de las
diferencias de cultivo, antes anotadas, de
las cepas porcinas. En 1924, Buck (10)
demostró que la Br. melitensis, en aislamiento primario, se desarrolla con rapidez
igual 0 mayor en una atmosfera normal que
en otra de mayor tensión de anhídrido
carbónico, y consideró que esta característica permitía diferenciar la Br. abortus de la
Br. melitensis.
En 1927, Huddleson (ll) describió las
diferencias de producción de ácido sulfhídrico por cepas de Br. abortus (hovinas,
porcinas y de origen humano) y de Br.
melitensis. En las condiciones de dicho
estudio, las cepas de Br. ,melitensis no produjeron ácido sulfhídrico perceptible, mientras que las de Br. abortus, lo producían
cualquiera que fuera su fuente. A hase de
nuevas observaciones, afirmó Huddleson
que en las diferencias en cuanto a producción
de ácido sulfhídrico por las cepas hovinas y
porcinas bastaban para separarlas en dos
distintos grupos taxonomicos.
En busca de una prueba única, simple y
segura, que facilitara la diferenciación de los
tipos primarios de Brucella, Huddleson (12)
elaboró la prueba de diferenciación
por
colorantes. Esta prueba se aplicó a 310
cepas de Brucella aisladas de seres humanos,
ganado bovino, porcino, cabrío y caballar,
en América, Europa y Africa. Por su manera
de reaccionar al cultivarlas en presencia de
los colorantes tionina y fucsina básica, todas
estas cepas podían ser clasificadas en uno
de estos tres grupos: las de crecimiento
inhihido por la tionina, mas no por la fucsina
(Br. abortus o cepas hovinas) ; las de crecimiento inhibido por la fucsina, y no por
la tionina (Br. suis o cepas porcinas) ; y las
que pueden crecer en medios que contengan
tionina o fucsina (Br. melitensis). .4 conse-
Marzo 19591
LA
ESTABILIDAD
BIOLOGlCA
cuencia de estos estudios, propuso que el
género Brucella se dividiera en tres especies
principales: Br. abortus (Bang), Br. suis
(Traum) y Br. melitensis (Bruce).
En 1933 se hizo patente el valor epidemiológico de tipificar las especies de Brucella
por los métodos de Huddleson (requerimientos de anhídrido carbónico, producción,
de ácido sulfhídrico e inhibición de crecimiento en medios que contengan tionina y
fucsina básica). Huddleson (13) aplicó estos
métodos de prueba a 1.147 cepas procedentes de infecciones humanas y de ganado
vacuno, de cerda, cabrío y caballar, así
como de aves de corral, de búfalos y de un
perro. Aunque la mayoría de las cepas se
aislaron en Estados Unidos (G8,9 %), fueron
objeto de este estudio cultivos originariamente aislados en otros 21 países (Francia, Túnez, Argentina, Italia, Malta, Gran
Bretaña, Alemania, Dinamarca, Hungría,
Rhodesia, Suecia, Chile, Uruguay, Suiza,
Holanda, Argelia, Unión Soviética, Bélgica,
México, Colonia del Cabo y China). De 494
cultivos aislados de vacas (Estados Unidos,
Gran Bretaña, Francia, Alemania, Argentina, Suiza, Túnez, Chile, Uruguay, Dinamarca, Bélgica y China) 96,6 % eran del
tipo Br. abortus. De 145 cultivos aislados de
cerdos (Estados Unidos, Dinamarca, Hungría) 98,6% pertenecían al tipo Br. suis.
Todas las 51 cepas aisladas de cabras (Estados Unidos, Francia, Italia, Argentina,
Túnez, Malta y Unión Soviética) eran del
tipo Br. melitensis. Así quedó ampliamente
demostrada, en efecto, la preferencia de
Br. abortus por el ganado vacuno, la de la
Br. suis por el porcino, y la de la Br. melitasis por el caprino-los
animales de que se
habían aislado por primera vez. El valor
epidemiológico de estas asociaciones era, y
es, de gran importancia práctica. Se ha confirmado repetidas veces por numerosos investigadores. Este punto no debe perderse de
vista.
Los resultados de los estudios inmunológicos de Meyer y sus colaboradores, antes
citados, merecen ser examinados con cuidadosa atención. Todas las cepas Br. abortus
correspondieron al mismo grupo serológico,
DEL
GENERO
BRUCELLA
215
pero las cepas Br. melitensis no eran, en
cambio, de estructura antigénica uniforme.
Aun descontando la posible influencia de la
disociación bacteriana sobre los resultados,
los estudios de Evans (14, 15) y Francis (16)
llevaron a conclusiones análogas. En 1929,
Huddleson (12) llegó a la conclusión de que
no todas las cepas de Br. melitensis podían
distinguirse de Br. abortus y Br. suis sobre
una base inmunológica. A pesar de ese
temprano descubrimiento
de las limitaciones de los métodos de tipificación serológica, en ciertos sectores se ha atribuido indebida importancia a estas reacciones para la
designación de las especies de Brucella. Con
la introducción en 1932 del suero absorbido
monoespecífico (17, 18) aumentó todavía
más la confusión a causa de la índole cuantitativa de la relación antigénica y de la
falta de homogeneidad de las cepas Br.
melitensis. Por los estudios anteriores era de
prever que del suero monoespecífico preparado con una sola cepa de Br. m~elitensis
difícilmente cabía esperar que diferenciara
debidamente todas las cepas de esta especie,
antigénicamente la más variable. Además,
la disociación de los cultivos de Brucella
usados para la preparación de antisueros
afecta marcadamente la especificidad del
producto. En la mayoría de los laboratorios
no se ha controlado este factor, y los aut,ores
del presente trabajo opinan que tampoco es
probable que en el futuro se controle como
debiera. La experiencia ha enseñado que
los resultados de distintos laboratorios, a
menudo, no concuerdan. Por consiguiente,
debiera darse poca importancia a la tipificación antigénica, tal como actualmente se
efectúa, para la designación de las especies, y
desde luego no debe aducirse como argumento en favor de la supuesta creación de
especies nuevas dentro del género. No
obstante, empleando cult,ivos suaves para
la producción de sueros de tipificación, se
pudo diferenciar la mayoría de los cultivos
de Br. melitensis-según
la experiencia de
los autores del presente artículo-del
grupo
abortus-suis. Es preciso insistir en que los
criterios de selección de un cultivo suave son
de extrema importancia. Está demasiado
216
BOLETIN
DE
LA
OFICINA
extendida la opinión de que la estabilidad a
la acriflavina o al calor denota debidamente
la fase suave. La selección en una sola colonia por los criterios de Huddleson para
la fase lisa, con confirmación por infectividad en cobayos empleando un número
reducido de organismos, debiera ser imperativa al seleccionar cultivos destinados a la
preparación de antisueros para la caracterización serológica de cepas de Brucella.
La necesidad de una mayor tensión del
anhídrido carbónico por parte de la Br.
abortus en el aislamiento inicial, es la característica más decisiva y constante de
esta especie. Como quiera que esta característica, una vez perdida, no se recupera
nunca, todos los aislamientos de BrucelZa
debieran hacerse en una atmósfera que
contenga una mayor cantidad de dióxido de
carbono, y asimismo se debe determinar,
pronta e inequívocamente, la necesidad de
este gas. Esta prueba es de capital importancia para poder asignar una cepa dada a la
especie Br. abortus. Por desgracia, en muchos
laboratorios no se hace estrictamente esta
determinación y de esta suerte se pierde para
siempre un elemento de prueba de sumo valor. Una determinación más cuidadosa de esta
necesidad eliminaría no pocos desacuerdos
y controversias entre los laboratorios.
La determinación de la producción de
ácido sulfhídrico es segura y los resultados
constantes si la prueba se hace en forma
estandarizada con inclusión de cultivos de
referencia que den reacciones conocidas.
Para esta prueba, los autores del presente
estudio prefieren agar de hígado, que habrá
de ser cuidadosamente preparado y probado
para obtener resultados seguros. Es de importancia contar con un medio estandarizado, pues si se añaden compuestos de
azufre a los medios sintéticos, las tres especies producen, todas ellas, abundantes
cantidades de gas durante varios días. La
disociación ejerce cierta influencia sobre los
resultados de la prueba. Los cultivos de
Br. melitensis, que en la prueba estándar
no producen este gas, o lo producen en poca
cantidad, pueden desprender cantidades importantes cuando se disocian.
SANITARIA
PANAMERICANA
El crecimiento en presencia de los colorantes tionina y fucsina básica ha producido,
en diferentes laboratorios, los resultados tal
vez más fáciles de reproducir. Para obtener
resultados seguros es preciso emplear medios
y métodos estándar e incluir cepas de referencia cada vez que se hace una prueba.
Hace varios años, siguiendo recomendaciones
hechas por el Comité de Expertos en Brucelosis, la Organizaciún Mundial de la Salud
suministró a los diversos Centros de Brucelosis partes de unos mismos lotes de dichos
colorantes debidamente comprobados. Este
procedimiento resultó útil para aminorar las
discrepancias entre los resultados de las
pruebas de distintos laboratorios.
Debe
reconocerse que una sola dilución de estos
colorantes no bastará para diferenciar todas
las cepas de Brucella. Si las diluciones recomendadas no diferencian determinadas
cepas, la mayoría de los cultivos pueden
asignarse a la especie que les corresponde
mediante el empleo de otras diluciones y
comparando el crecimiento con el de las cepas
de referencia. Si esta práctica se adoptara
con carácter general, las noticias sobre cepas
no tipificables o aberrant,es serían menos frecuentes.
Se ha propuesto la determinación de la
actividad de la ureasa como un recurso
más para diferenciar las especies (19, 21).
Esta prueba no permite estaklecer una distinción entre todas las cepas de Br. melitensis
y Br. SUZS,y debe considerarse como una
prueba suplementaria, cuyos resultados tienen aproximadamente el mismo grado de
importancia que la tipificación serológica.
Es importante que en la prueba se empleen
cultivos de metabolización
activa. Esta
prueba es de cierta utilidad para caracterizar cepas que se presenten en áreas circunscritas.
Por desgracia, todas las pruebas utilizadas
para diferenciar especies de Brueella miden
más bien diferencias
cuantitativas
que
cualitativas. Es de toda necesidad que las
técnicas usadas se estandaricen y se controlen estrictamente. En el Informe No. 2 del
Comité de Expertos en Brucelosis (22) se
insiste en estos puntos y se describen los
Marzo 19591
LA
ESTABILIDAD
BIOLOGICA
procedimientos estándar. Modificaciones de
esta técnica, por pequeñas que sean, pueden
invalidar
los resultados. Para el control
adecuado de los métodos es preciso emplear
siempre cepas de referencia. Aún así, es
preciso tener presente que no existe una
prueba que, por sí sola, ofrezca seguridad
absoluta para identificar las especies. Deben
emplearse t’odas las pruebas estándar y
proceder, en cada caso, con juicio crítico,
a interpretar los resultados y a determinar
la importancia relativa que haya de atribuirse al resultado de cada prueba.
Aun con el uso de las pruebas y métodos
estándar que se han descrito, los resultados
de las pruebas dependen de una aplicación
concienzuda de la técnica en todos sus det,alles y del buen criterio que sólo se consigue
con la experiencia para juzgarlos.
Suele reconocerse que las t,res especies
definidas mediante el empleo de los métodos
a que nos hemos referido, bastan para la
clasificación del 95% o más de todas las
cepas de Brucella aisladas, cualquiera que
sea su procedencia. Se reconoce, asimismo,
que esta clasificación tiene gran valor epidemiológico, puesto que la Br. abortus es
la más corrient’e en el ganado vacuno, la
Br. suis en cerdos y la Br. melitensis en
cabras y ovejas. Es preciso estar precavido
contra t,oda propuesta de crear nuevas
especies, basadas en diferencias secundarias,
que quitarían fuerza a estas asociaciones
epidemiológicas. Por otra parte, en ciertas
zonas se presentan variantes de estas tres
especies. Pero estas variantes pueden asignarse lógicamente a una de las especies
existent,es, a pesar de que no concuerden con
ellas en ciertos pormenores.
La variedad danesa de Br. suis no produce
ácido sulfhídrico, pero concuerda en otros
det,alles con la descripción de la especie y,
lo más importante, produce en los porcinos
una enfermedad que no puede distinguirse de
la debida a la Br. suis clásica. Las cepas de
abortus de Rhodesia proliferan sin que se
les añada dióxido de carbono, pero en los
demás respectos se comportan como Br.
abortus, incluso en su preferencia por el
ganado vacuno. Es lógico incluir en esta
DEL
GENERO
BRUCELLA
217
especie esa variante estable. De modo análogo, es natural que se incluyan en esta
especie cepas designadas como Br. abortus
(23), que no llegan a proliferar en ninguno de
los dos medios colorantes diferenciales, si
bien necesitan dióxido de carbono suplementario, derivadas del ganado vacuno o del
hombre. El reconocimiento de estas variantes
y su asignación a estas respectivas especies
conserva los valores epidemiológicos de la
presente clasificación.
De vez en cuando se propone la transferencia de especies de otro género al género
Brucella, o la inclusión en él de especies de
organismos recientemente reconocidas. En
la actualidad el género Brucella comprende
un grupo de especies de organismos estrechamente unidos entre sí en cuanto a su morfología, estructura antigénica, características
de cultivo y patogenicidad. Opinan los autores del presente artículo que no debe considerarse la inclusión en este género de ninguna
especie de organismo que no sea morfológicamente análogo a sus especies actuales y
no esté en estrecha relación antigénica con
ellos, y estiman preferible que cualquiera de
tales organismos concuerde, además, en
todas las características ahora mencionadas.
Todo sistema válido de clasificación de
bacterias tiene que fundarse en características estables de sus miembros. En estos
últimos años se ha admitido nuevamente,
sin causa justificada, que las especies del
género Brucella son lábiles y que sus características cambian fácilmente bajo la influencia
de factores ambientales. Veamos las pruebas
aducidas. Ese concepto parece fundarse en
pruebas de dos clases: informes aislados
sobre experimentos de infección de animales
y subsiguiente recuperación de especies
distintas de las usadas para producir la
infección; e informes reiterados de aislamiento de cepas de Brucella calificadas de
atípicas, que no concordaban en todos los
aspectos con las características de ninguna
de las tres especies clásicas.
Wilson y Evans (24) comunicaron lo
que, a su modo de ver, era un caso de aparente mutación de Br. melitensis en Br.
abortus mediante el pase de una cepa de
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BOLETIN
DE
LA
OFICINA
SANITARIA
Br. melitensis aislada del hombre, primero
en un mono y luego en una novilla preñada.
Al cabo de cinco semanas se aisló Br. abortus
del contenido estomacal del ternero recién
nacido. En la repetición del experimento
en que se emplearon otras cuatro novillas
preñadas de la misma vacada, los citados
autores no aislaron Br. abortus de los terneros de ninguno de los animales, pero sí
recuperaron Br. melitensis de los bazos de
tres. Inicialmente, los sueros de todas las
cinco novillas dieron resultado negativo al
someterlos a la prueba de aglutinina. La
explicación más plausible de esta observación es que, en el primer experimento, la
novilla estaba infectada natnralmente con
Br. abortus. Es bien sabido que el ganado
vacuno puede estar infectado durante meses
antes de que pueda demostrarse la aglutinina.
Washko et al (25) alimentaron cerdos
con leche de vacas cuyas ubres estaban
infectadas de Br. abortus, incluso cepas aisladas de cerdos naturalmente
infectados.
Hasta 62 días después recuperaron Br.
abortus de los tejidos porcinos, y recuperaron también Br. suis en cuatro casos.
Obs&vese que este trabajo se efectuó en
locales ocupados durante años por cerdos
experimentalmente infectados con Br. suis.
En fecha más reciente se ha dado cuenta
(26) de haberse recuperado Br. melitensis
de cobayos y ovejas infectados experimentalmente con una cepa atípica de Br. abortus.
Y aún después, uno de estos investigadores
comunicó la recuperación de Br. melitensis
de cabras experimentalmente infectadas con
Br. abortus, cepa 19. Se intent6 confirmar
el último hallazgo en otro laboratorio, pero
los resultados fueron completamente negativos.
Es significativo que, excepto el experimento en que se empleó el cobayo, en todos
los ejemplos invocados como casos posibles
de transformación
de especies, los “mutantes” hayan sido las especies que, con
más frecuencia, producen infección natural
en los respectivos animales. La prueba de
aglutinación es de menor valor aún para
descubrir todos los casos de infección en
PANAMERICANA
cerdos y cabras que en el ganado vacuno.
Los autores del presente artículo estiman
que todos esos casos representan infecciones
no descubiertas de los animales de experimentacicín antes de usarlos, infecciones
cruzadas o errores de técnica.
En contraste con esos escasos informes no
confirmados sobre “mutaciones”
in vivo,
abundan los informes sobre infecciones experimentales de ganado vacuno, porcino
y caprino en que se emplearon especies
distintas de la que infecta con mayor frecuencia a esos animales, y ~610 se recuperó
la especie usada en el experimento, sin
modificación en detalle alguno. Se han infectado experimentalmente
vacas con Br.
melitensis y Br. suis; cerdos, con Br. abortus
y Br. melitensis; y cabras, con Br. abortus.
Especialmente dignos de mencián son los
estudios sobre residencia duradera y repetidos pases de especies de Brucella en un
huésped aherrame. Gilman et al (27), usando
cuatro cepas, pasaron Br. abortus en series
de dos, cinco y seis cerdos, con una duración
total de residencia, en el cerdo, de 239
días en el último caso. No se pudo descubrir
ningún cambio en los cultivos y su infectividad para los cobayos permaneció constante. Cameron y Meyer (28) pasaron Br.
abortus, cepa 19, en 21 cerdos consecutivamente. El período total de residencia del
organismo en dichos cerdos fue de 406 dfas.
Todas las características de esta cepa, incluso la infectividad
para el cohayo, no
sufrieron alteración. Doyle (29) pasó dos
cepas de Br. abortus en una serie de cabras.
Una cepa se pasó consecutivamente en seis
cabras, durante un período de 385 días; la
otra, en cinco cabras, durante un período
de 318 días. Las cepas permanecieron inalteradas y conservaron su infectividad
para
animales vacunos y cobayos. Asimismo
Henricson y Lindstrom (30) pasaron Br.
abortus en una serie continua de siete cabras.
No sufrió alteración ninguna propiedad, y
esto se aplica igualmente a la sensihilidad a
los colorantes, a la producción de ácido
sulfhídrico, a las propiedades serológicas y
a la patogenicidad para monos.
Hoerlein (81) infectó experimentalmente
ilIar.
19591
LA
ESTABILIDAD
BIOLOGICA
ocho cerdos por vía intravenosa con Br.
melitensis (tipo americano, con elevada act,ividad de ureasa) procedente de un cerdo
infectado naturalmente.
El período más
largo de residencia en el cerdo fue de 30
semanas. Todos los organismos que se recuperaron se asemejaban en todos los pormenores al cultivo original. Los controles no
inoculados expuestos a los animales de
experimentación se infectaron y los cultivos
aislados de estos cerdos permanecieron
también inalterados. Conjuntamente
con
Hutchings y sus colaboradores (32), los
autores del presente trabajo acaban de
completar un est,udio experimental de la
infectividad para cerdos de cuatro cepas de
Br. melitensis (baja actividad de ureasa)
con características
individuales
propias.
Tres de las cuatro cepas residieron en cerdos
265 días; la cuarta, durante 119. Se t’omaron
cultivos a intervalos durante el período de
bacteriemia (de 8 a 134 días) y en la necropsia. Se estudió minuciosamente un t,otal de
76 aislamientos, no sólo para comprobar su
conformidad con las características de las
especies, sino también lo relativo a las diferencias secundarias entre cepas, a que antes
hemos hecho referencia. En todos los casos,
los organismos aislados dieron resultados
totalmente conformes con las características
de las cepas de los organismos antes de su
uso en el experimento.
Los autores han mantenido las tres especies de Brucella en cobayos mediante pases
seriales, sin recurrir en ningún momento a
medios de cultivo, durante un período de
cuatro años. Todos los cultivos recuperados
a intervalos de estos cobayos, siguieron
coincidiendo en todos los respectos con las
características de las respectivas especies.
La estabilidad biológica de las especies de
Brucella en estos experimentos in vivo es
convincente.
Contribuye,
además, a demostrar la estabilidad de las especies de
Brucella in vivo el hecho de que la infección
de ganado vacuno co11 Br. abortus y la de
cabras coll Br. melitensis, se dan en todo el
mundo, y la infección de cerdos con Br.
suis, siempre y dondequiera que se haya
señalado la presencia de brucelosis en cerdos.
DEL
GENERO
BRUCELLA
219
La estabilidad inter-huéspedes de las especies de Brucella está confirmada por el
hecho de que, con respecto a cada una de
las tres especies, se ha señalado que producen infecciones naturales en diversos
animales huéspedes (por ejemplo, Br. abortus, en hombres, caballos, aves de corral,
cabras, ovejas, cerdos, perros y venados;
Br. melitensis, en hombres, bovinos, ovinos,
porcinos, aves de corral, cobayos, ratas,
perros, gatos y conejos; y Br. suis, en hombres, bovinos, caballos, perros, liebres, aves
de corral y conejos.) Las variantes estables
indentificadas, a saber, la variedad danesa
de Br. suis, son de distribución geográfica
limitada. Si los miembros del género BrucelEa
fueran lábiles y cambiaran continuamente
de características bajo el influjo de factores
ambientales, en lugar de tres especies y
algunas variantes estables reconocidas, serían muchas las especies distinguibles con
preferencias por huéspedes específicos. Vale
la pena hacer notar que donde se dan variantes estables reconocidas (su& danesa), éstas
son, en general, los únicos representantes
de la especie en una zona geográfica limitada.
Los datos más significativos
sobre la
estabilidad de las especies de Brucella in
vitre, son evidentemente los obtenidos en
un solo laboratorio por los mismos investigadores durante un período de varios años.
Por consiguiente, los autores se proponen
describir sus trabajos relativos a esta
cuestión.
En los laboratorios de la Universidad de
Texas, de la Universidad de Chicago y en
los Institutos Nacionales de Higiene, Bethesda,Maryland, EstadosUnidos, los autores
aislaron durante los últimos 17 años, centenares de cultivos de Brucella de seres humanos, de bovinos y porcinos infectados
naturalmente. Todos estos cultivos fueron
tipificados por medio de los métodos de
Huddleson, y no ofreció dificultad alguna
la asignación de ninguno de los organismos
aislados a una de las tres especies de Brucella.
Aislaron, además, miles de cultivos de animales infectados experimentalmente.
En
ningún caso se recuperó una cepa aberrante
o una cepa cualquiera, distinta de las ino-
220
BOLETIN
DE
LA
OFICINA
SANITARIA
culadas a los animales. Hemos descubierto
esporádicamente errores técnicos de rotulación de jaulas o de cultivos o en la señal
de animales, que podrían originar confusiones
de no ser descubiertos. Es fundamental,
aunque con frecuencia se considere innecesario, tipificar cada cultivo mientras se
emplea en estudios experimentales o inmediatamente antes.
A nuestro juicio, muchas cepas “aherrantes” de Brucella son consecuencia de confusiones en la aplicación de los métodos est’ándar de tipificación, más que diferencias reales
entre los organismos. Esta opinión se funda
en la experiencia de tipificar muchas cepas
“atípicas” recibidas de otros investigadores.
Sin embargo, aun siguiendo estrictamente los
métodos en todos sus detalles, no puede
prescindirse de la evaluación crítica de los
resultados de las pruebas.
La estabilidad de las características de
Brucella empleadas en la designación de las
especies cuando los cultivos se mantienen
durante largos períodos en medios de laboratorio, es de primordial interés. Recientemente sometimos a comprobación la est’abilidad de estas características en 34 cultivos
aislados de cerdos por nosotros mismos hace
unos nueve años. Este grupo de cultivos se
componía de 9 cepas de Br. abortus, ll de
Br. melitensis y 14 Br. suis. Desde su aislamiento se almacenaron a una t,emperatura
entre 4 y 6°C. en tubos inclinados de agar,
con infusión de hígado, y se transfirieron a
intervalos de 3 a 4 meses. En el momento
de la transferencia habían sido subcultivados
primero en tubos inclinados de agar, con
tripticasa de soja (a causa de su mayor efecto
estimulante sobre el crecimiento), y luego
en agar con infusión de hígado para el almacenamiento. Cada cultivo había sido subcultivado en medios de laboratorio por lo
menos 70 veces. La observación de los tipos
de colonia presentes reveló que cada cultivo
contenía disociantes. Se aislaron de estos
cultivos por selección de una sola colonia
tipos de fase pura S o SI, y se sometieron a
los diversos procedimientos de tipificación.
PANAMERICANA
En cada caso, estos cultivos dieron en todas
las pruebas reacciones apropiadas concordantes con las obtenidas en el momento del
aislamiento primario. Cada uno de los nueve
cultivos de Br. abortus había retenido el
COZ requerido; la sensibilidad al colorante
no se había alterado en ningún cultivo, y
otro tanto puede decirse de la producción
de H& y de la actividad de ureasa.
La función de la disociación, a consecuencia de la cual los cukivos dejan de
prestarse a la tipificaci6n
por métodos
serológicos, es universalmente reconocida y
sería superfluo hablar de ella en este lugar.
Está igualmente hien establecido que los
cultivos disociados son de poca virulencia o
avirulentos. Para est,udiar la est,ahilidad de
las características de que se trat,a, derivamos mucoide y disociantes rugosos en su
fase pura del grupo de cultivos antes mencionado y determinamos sus reacciones en ensayos simultáneos con las pruebas sobre las
fases S o SI de los cultivos respectivos. Todas
estas variantes sometidas a comprobación
exhibían la misma sensibilidad al colorante
e igual necesidad de dióxido de carbono,
producción de ácido sulfhídrico y actividad
de ureasa que las respectivas fases S o SI
de las cuales se hahían derivado. Como
era de esperar, se ohservó una marcada diferencia en su comportamiento serológico.
Viene a confirmar la estabilidad de las
características usadas para la tipificación de
Brucclla la circunstancia de que en nuestro
lahoratorio, durante años, muchos cultivos,
mantenidos debidamente en medios de laboratorio durante largos períodos, han sido
reexaminados y su tipificación ha concordado uniformemente con las características
de las especies designadas.
Como la virulencia de las cepas de Brucella
está estrechamente relacionada con la forma
S de los organismos, los datos más significativos relativos a la estabilidad de la
virulencia proceden de det,erminaciones hechas sobre cultivos en fase S pura. Los
autores han aislado muchas cepas de Brucella
en fase S pura y las han conservado durame
M urzo 19591
LA
ESTABILIDAD
BIOLOGICA
varios años. Todos estos cultivos S han producido uniformemente infección en cobayos
al ser inyectados en pequeño número, y al
examinarlos de nuevo a intervalos, no había
variado el número aproximado de células
necesarias para producir infección. Además,
los cultivos S aislados de nuevo de cultivos
de reserva mantenidos en el laboratorio
durante 16 años como máximo, demostraron
ser todos de elevada virulencia. La estabilidad de la baja virulencia de Br. aborfus,
cepa 19, y de okas cepas especiales de Brucella probadas en muchos laboratorios durante varios años, acredita, asimismo, la estabilidad de esta propiedad.
DEL
GENERO
221
BRUCELLA
No cabe duda de que, por manipulaciones
de laboratorio
(“entrenatiento”),
puede
lograrse que cepas de Brucella adquieran
resistencia a los colorantes y otras propiedades atípicas de las especies. Sin
embargo, nadie ha confirmado la transformación de una especie en otra en el laboratorio
0 en la naturaleza.
Aunque sea de interés filosófico especular
sobre la posibilidad de que todas las especies
de Brucella pueden proceder de un antepasado común, las característ,icas de las
respectivas especies, en particular las que
actualmente se usan para su diferenciación,
son de una gran estabilidad.
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