ROGER AND ME CUANDO LA GLOBALIZACIÒN - ceiich-unam

Anuncio
ROGER AND ME
CUANDO LA GLOBALIZACIÒN LLEGO
A FLINT, MICHIGAN
Carlos Arturo Flores Villela
La historia del documental tiene la misma edad que el invento de los
aparatos cinematográficos, en particular, el del cinematógrafo de los
hermanos Lumière. Desde la filmación de las salidas de los obreros de sus
fábricas, o la llegada de familiares en un tren, los Lumière buscaban
destacar el carácter objetivo de su invención: el retrato de la vida misma.
Como dice Sánchez-Biosca, desde sus orígenes el cine sido “un
agente de acontecimientos, ha contribuido a provocar corrientes de opinión
que, en ocasiones, se han convertido en sucesos históricos, ha contribuido a
enaltecer a líderes revolucionarios o militares y, en ocasiones, ha
contribuido a destronarlos, ha ayudado ha desencadenar movimientos de
masas…
Esto también es cierto para otros medios audiovisuales, como lo
demuestran las recientes revueltas populares en los países árabes. Pero el
cine es también, un conjunto de discursos específicos que se desenvuelven
de acuerdo a sus propios códigos y leyes. En el caso particular del cine
documental podemos apreciar como las vidas cotidianas cruzan la historia.
Es un tipo de cine que privilegia la información y el análisis, el
conocimiento sobre el entretenimiento. Su nombre deriva de la palabra
latina document que designa un escrito usado como prueba o
documentación.
De aquí que existan documentales de diverso tipo: científico,
turístico, didáctico, propagandístico, etc. En su larga vida los documentales
1
han pasado de ser el centro de la exhibición cinematográfica a ocupar un
lugar secundario, debido al mayor éxito en el público, del cine de ficción.
Esta situación se agravó con la llegada de la televisión, pues ésta se
convirtió en el lugar destinado para su transmisión, al mismo tiempo que
provoco la producción de infinidad de documentales light con un estilo
estándar sobre animales, plantas, viajes y temas similares.
Sin embargo, entre las grandes obras de la historia del cine mundial se
encuentran diversos documentales, por mencionar sólo algunos: Nanuk, el
esquimal (1920-1921) y Tabú (1929-1931) de Robert Joseph Flaherty; el
segundo realizado conjuntamente con Friedrich Whilhelm Murnau, el gran
cineasta alemán. El hombre de la cámara (1929) de Dziga Vertov. Más
cercano a nosotros La hora de los hornos de Fernando Solanas y Octavio
Gettino y La batalla de Chile de Patricio Guzmán. Así mismo grandes
directores de talla universal como Luis Buñuel, John Huston, Frank Capra
y William Wyler incursionaron en el documental.
Por eso no es casual que también entre los grandes teóricos del cine
se encuentren varios documentalistas como el ya mencionado Dziga
Vertov, John Grierson, Joris Ivens, Edgar Morin, los también ya
mencionados Solanas y Getino. Discusiones teóricas sobre la objetividad o
ausencia de ella que dieron lugar, entre otros, a movimientos como el
Direct cinema o el Cinéma vérité. El primero intenta evitar la participación
del realizador, se evita la narración en off, fuera de cámara, mientras el
segundo toma el formato de la encuesta y se dedica a cuestionar a los
sujetos filmados.
Como dice Magda Selles: “los años sesenta son un periodo en el que
se despierta la conciencia de los documentalistas sobre cómo afecta el
2
dispositivo cinematográfico a la hora de registrar la realidad, en el que
preocupa la necesidad de hallar un comportamiento ético en la exposición
de los hechos, en el que se debate cómo se muestra la ideología en la
producción de las películas”.
En los últimos 20 años el documental cinematográfico ha vuelto por sus
fueros en la pantalla grande. Detrás de este fenómeno se encuentran dos
elementos, la revolución tecnológica de las cámaras de video y ahora
digitales que abaratan enormemente los costos de producción y las
discusiones teóricas que han redefinido al documental como cine de no
ficción, entendiendo por esto: “Libertad para mezclar formatos, para
desmontar discursos establecidos, para realizar una síntesis de ficción,
información y reflexión”.
En palabras de Michael Moore, en la ceremonia en que recibió el Óscar por
Bowling for Columbine: “He invitado al resto de los nominados por
documentales a subir al escenario. Están aquí en solidaridad conmigo
porque nos gusta la no ficción. Nos gusta la no ficción porque vivimos en
tiempos ficticios. Vivimos en una época donde los resultados de una
elección ficticia nos dan un presidente ficticio. Ahora estamos librando una
guerra por razones ficticias”.
Y es precisamente Michael Moore uno de los cineastas que está detrás de
este regreso del cine de no ficción a las pantallas cinematográficas. Moore
decide convertirse en cineasta a la edad de 33 años, cuando en el ámbito del
cine de no ficción los campos se dividen entre la modalidad reflexiva, “que
focaliza su atención en el proceso de producción y las convenciones
utilizadas. Aumenta nuestra conciencia sobre la intervención del
dispositivo cinematográfico en el proceso de representación de la realidad”.
3
La otra modalidad, la performativa “pone en evidencia la visión subjetiva
del director sobre el tema que expone. Plantea preguntas sobre el
conocimiento y le interesa acentuar los aspectos subjetivos buscando el
impacto emocional y social de la audiencia. Muestra la subjetividad de la
experiencia y la memoria. A partir de cómo contamos los hechos vividos.
Es un tipo de documental que mezcla la realidad con la imaginación y que
intenta transmitir la idea de que a partir de las vivencias personales se
puede llegar a comprender el funcionamiento de la sociedad”.
Evidentemente es a esta segunda opción en la que de, manera inconsciente,
se inscribe Moore. Que es una forma de hacer cine de no ficción
contrapuesta al estilo predominante en el cine norteamericano de no ficción
de los años cuarentas y cincuentas del siglo XX; en donde, por ejemplo, la
voz en off del narrador guía con tal fuerza la argumentación respaldada con
las imágenes que llego a nombrársele como la voz de Dios, era el tipo de
documental que hicieron John Huston, Frank Capra y William Wyler
durante la segunda guerra mundial.
Esta modalidad performativa, subjetiva de realizar el cine de no ficción
tiene tal fuerza en Michael Moore que, en la película que veremos a
continuación, en los primeros minutos nos cuenta su vida y el motivo que
lo llevo a realizar Roger and Me. Y aquí quisiera corregir un error sobre
algo que dije la semana pasada, yo señalé que al cerrarse las plantas de
General Motors en su natal Flint, Moore perdía su futuro y ante tal
desesperanza realiza su filme. No es así, de hecho es el primer miembro de
su familia que decide no trabajar para la General Motors.
Este carácter subjetivo de sus filmes queda de manifiesto en prácticamente
toda su filmografía, pues independientemente del tema que esté tratando,
4
siempre regresa a Flint a pedir la opinión de sus paisanos o a ver el efecto
que ha tenido el problema filmado en ellos.
Como muchos norteamericanos, Moore creció en un suburbio, en su
caso, en Davison. Por eso no es nada raro que haya declarado: “Pienso que
soy como la mayoría de los americanos. Creo que estoy en la media de
América”. (The Guardian, 11/11/02). Aunque esto no es del todo cierto
pues su familia es católica. Desde muy joven se dedicó a escribir teatro,
una de sus primeras obras finalizaba cuando Cristo es crucificado por
gentes que eran copias de los habitantes de su ciudad.
A los 16 años obtiene el premio de Águila Exploradora por su exposición
acerca de los contaminantes que asolaban su ciudad. Estudió periodismo
pero abandonó la Universidad, pues como él mismo ha dicho se cansó de
buscar un lugar donde estacionarse.
A los 22 años fundó el periódico local La Voz de Flint (The Flint Voice)
que con el paso del tiempo se convirtió en La Voz de Michigan. El objetivo
de estos rotativos era dar voz a los sin voz. Se casó con Kathleen Glynn la
diseñadora de la portada de sus periódicos. Durante 10 años se dedicó a
esta labor. Intentando llegar a nivel nacional acepta la propuesta de la
revista Mother Jones, revista de investigación social y de tendencias de
“izquierda”. Duró sólo 4 meses y esta experiencia le alejó de los sectores
de “izquierda”.
Comienza a trabajar con Ralph Nader en el partido Verde y combina este
trabajo con la realización de su primera cinta. Lo que lleva a Moore a
realizar Roger and Me es ver el impacto devastador que tiene en su ciudad
natal el cierre de las plantas de GM y su traslado a México. En las escenas
5
que veremos en la película seremos testigos del inicio de este proceso de
relocalización industrial y del auge financiero derivado del mismo que
ahora llamamos globalización.
Nosotros hemos sido víctimas de este proceso en nuestro país, Moore lo
que hace es mostrarnos los efectos del mismo en los Estados Unidos. Y no
porque él piense en términos de globalización u otros por el estilo, sino
porque lo único que le interesa es que Roger Smith, el director general de la
General Motors, le dé una explicación de porque ese desmantelamiento
industrial en Flint y que lo acompañe a su ciudad para que vea con sus
propios ojos el desastre causado por las decisiones del propio Roger Smith.
Una de sus influencias es el cineasta afroamericano Spike Lee, que para
poder producir su propias películas creo la productora 40 acres y una mula,
que fue lo que les prometieron a los esclavos negros darles al final de la
guerra civil norteamericana y que jamás les cumplieron Así Moore creo su
productora Perro come perro.
A Moore lo han llamado “Maniqueísta, tergiversador, manipulador de la
información, hipócrita, tendencioso, demagogo y más”. Una de las críticas
que se le hicieron a esta cinta es que la visita de Reagan a Flint fue anterior
al cierre de fábricas de la GM. Pero lo que es cierto y es lo que le sirve de
justificación a Moore, es que a los años ochenta en los Estados Unidos se
les conoce como los años de la Reaganomics. Es decir, de las políticas
económicas impulsadas por Reagan y que tuvieron el efecto de apoyar el
traslado de buena parte de la industria norteamericana a otros países.
A partir de esta primera experiencia cinematográfica y del éxito obtenido
Michael Moore obtiene contratos para crear programas de televisión. Así
6
en 1994 la NBC lo contrata y realiza 8 episodios de Tv Nation (Televisión
Nacional) que en 1995 pasa, por increíble que parezca a la Fox. Para la
CBS realiza 4 episodios de Mejores días (Better Days) y luego gracias al
apoyo de la BBC y la cadena Bravo produce 24 episodios de La cruel
verdad (The Awful Truht), que no sólo mantienen su popularidad sino que
le permiten burlarse de la cultura norteamericana, denunciar el racismo, la
discriminación sexual, la xenofobia o la contaminación ambiental, sin que
aporte ideas novedosas más bien recuperando lo que otros han hecho.
Para Leonardo Díaz, la clave de su éxito radica en que es “…hombre
común, alguien cercano. Sin las virtudes inalcanzables de las estrellas. Un
hombre que demuestra que es posible enfrentarse a los poderosos pero
sobre todo al mayor enemigo que podemos tener: el miedo”.
En palabras del propio Michael Moore: “Si ven a un hombre como yo, sin
educación universitaria, de Flint, entrar a las oficinas centrales de las
grandes empresas, o por los pasillos del Congreso, y desafiar a la gente,
puede ser que se digan a sí mismos: hey, es posible que yo pueda hacer
algo así”.
Para manifestar sus ideas ha utilizado cine, prensa, radio, televisión e
Internet. Para concluir y pensando un poco en la discusión que tuvimos la
semana pasada me gustaría presentarlas unas breves muestras de lo qué
piensa Michael Moore.
Activista:
“Si soy un ciudadano americano, esto automáticamente implica que soy un
activista. Decir que soy un activista, podría ser redundante, porque no
puedes ser un ciudadano en una democracia y no ser activista. Si tú no estás
activo, si estás pasivo, si te sientas a un lado y eres espectador, entonces no
es una democracia Es algo diferente. Si la gente no participa, si no
7
controlan lo que sucede, no sé cómo llamarlo pero no es una democracia”
24/10/2000
Charles Chaplin
“Él usaba el humor como una arma. Advirtió que si tú quieres que la gente
piense acerca de determinadas cosas, tienes que hacerlos reír un poco,
tienes que entretenerlos”.
Comunismo
“Para aquellos como tú que son muy jóvenes para haber vivido la pesadilla,
el comunismo era esa cosa que esclavizaba a millones de personas en un
sistema donde tenían poco o nada que decir, donde las elecciones no
ofrecían alternativas de cambio, donde la competencia y la capacidad de
elección estaban eliminadas y donde virtualmente cada ciudad sólo tenía un
diario para informarles. En otras palabras, ¡lo mismo que sucede en EEUU
hoy en día!.
30/04/00
Congreso
“El Congreso está lleno de políticos que se prostituyen día a día al mejor
postor. Es la mejor casa de putas de América”.
30/06/00
Periodismo
El periodismo trabaja como un trabajador en la línea de montaje que
construye un coche. Hay un cierto modo de hacer las cosas y, si siempre
sigues el mismo camino, entonces consigues un sueldo al final de la
semana. Y lamentablemente éste es el nivel del periodismo en los Estados
Unidos”
8
20/04/99
Marxismo
“Nunca leí nada de Marx. Me da vergüenza decirlo. He crecido con un
conjunto de valores básicos que me indican si lo que pienso es justo y
punto”.
Veamos pues cuáles son esos valores básicos de Michael Moore y que
sustenta los motivos que lo llevaron a realizar Roger and Me y convertirse
en cineasta.
Muchas gracias.
9
Descargar