El Contencioso Entre Agamenon, Crises y Aquiles

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El Contencioso Entre Agamenon, Crises y Aquiles
Una controversia de la justicia arbitral con el derecho del más fuerte en la Ilíada ( A,1-305)
Meabe, Joaquín E.
Instituto de Teoría General del Derecho - Facultad de Derecho, Ciencias Sociales y Políticas - UNNE
Salta 459 - (3400) Corrientes - Argentina
Tel./Fax: +54 (03783) 423506 - E-mail: [email protected]
INTRODUCCIÓN
La controversia que se suscita con motivo del reclamo de Crises en el primer canto de la Ilíada tiene un
instructivo sesgo legal , además de una indiscutible importancia histórica , como testimonio de un registro
escrupuloso y maduro de la doble dimensión , inherente a ese particular dispositivo de regulación normativa
de la conducta social del hombre que denominamos derecho. Este registro es ante todo un testimonio ; y , en
ese sentido , no llega al nivel de evaluación reflexiva que recien vamos a encontrar en Tucídides. Pero , aun
así , su doble importancia como testimonio y tematización madura del plano arbitral y de su contrapartida
contrarbitral abre una via que , en el pensamiento de los antiguos griegos , conduce directamente a Platón ,
formando así una vigorosa y aun no superada tradición, en torno a la ley y la justicia , que ofrece el más
completo dispositivo crítico para la inteligencia de cualquier ordenamiento jurídico positivo.
ANTECEDENTES
En nuestro tratado El Derecho y la Justicia del Más Fuerte ( Corrientes , 1994 ) hemos examinado en
detalle el dispositivo teórico que pone en descubierto aquello que se da en llamar la ley del más fuerte ,
donde lo que compone el espacio de las dimensiones alética y normativa , que tambien hemos denominado
dimensión o plano arbitral , comparte , de manera inestable y tensional , la trama de vínculos del conjunto
de reglas jurídicas con otra dimensión o plano decididamente contrarbitral que se edifica dentro de una
compleja plataforma de pujas, intereses, ventajas y violencia. El plano arbirtral es compositivo y pacífico. Su
modalidad característica bien puede denominarse alética ( o de intención alethica) , por que su sentido se
expresa bajo la forma de reglas suceptibles de explicación y aceptación racional , cuyas consecuencias
siempre conducen a resultados isomorfos en condiciones equivalentes ; lo que permite inferir , en su uso ,
un estándar que tiene gran similutid con aquello que llamamos verdad lógica en sentido material. Esta lógica
tiene una modalidad propia y difiere de la lógica formal y de la silogística; pero , más allá de toda su
específica y singular peculiaridad , nunca se rebasa aquí el orden de las equivalencias , que es el rasgo - o si
se nos concede , el Á%#J?J# - propio de lo alético o veritativo.En el plano arbitral las controversias
en torno al uso de la ley siempre se dirimen en términos aléticos ; y ello no puede ejecutarse sino a través del
trato pacífico , sometiendo el entuerto al juicio imparcial de alguien ajeno al litigio , que arbitra , compone y
adjudicia deberes y derechos y , al mismo tiempo , dispone los repartos de acuerdo a la titulación racional de
cada prerrogativa. De este modo lo alético y lo pacífico se corresponden necesariamente ; porque resultaría
imposible adjudicar un resultado racional si las partes no admiten que el valor objetivo del pronunciamiento
se deriva de una equivalencia necesaria entre derechos y prerrogativas o entre deberes y prestaciones. Desde
ya que esas equivalencias , que preferimos denominar isomorfismos estandarizados , no tienen la forma de
una ecuación matemática aunque se parecen bastante ; y hoy , mucha de la confusión que afecta a la lógica
deóntica, en el terreno propiamente jurídico, proviene de una insuficiente comprensión de la modalidad
alética de la ley jurídica.
Ahora bien, la dimensión arbitral no agota ni mucho menos el complejo fenómeno de la ley jurídica y de lo
que en el mundo moderno denominamos derecho, que no abarca unicamente el conjunto de los preceptos
(law) sino que además comprende una extensa y no siempre precisa trama de prerrogativas , facultades o
poderes normativos (right) y hasta principios (en el sentido del w'3= que Aristóteles atribuye a Thales y
con el alcance de los grundbegriffe heideggerianos.Vg.: la libertad , la igualdad , la autonomía , la
privacidad , la inocencia presunta, la tolerancia, la solidaridad ) , y tambien un no menos extenso tejido de
valores,actitudes, prejuicios, poderes y violencias ( la vieja •'+ homérica, la %J#J!? presocrática ,
la Q#'9, la Â'+ y la Á%J')? de Anaximandro, lo mismo que w? platónica y el unfung
heidegeriano), enhebrados normativamente con una curiosa funcionalidad que no es externa al derecho sino
que le es inherente y que se presenta incluso como algo si no necesario , por lo menos, inevitable además de
coextensivo en la ejecución de los diversos usos tópicos que se desarrollan en torno de los aparatos coactivos.
Esto último no suele ser demasiado visible y generalmente se encubre o se desplaza del horizonte teórico por
la insatisfacción que produce el predominio de la ventaja , del prejuicio o de la violencia en la resolución de
un entuerto legal. Así , por ejemplo, cuando se sostiene que siempre hay en el derecho una respuesta correcta
( vg. Ronald Dworking ) o que las expectativas de certeza jurídica solo quedan satisfechas cuando la colación
legal conjuga el código de valores dominantes con un discurso que procede de manera estrictamente racional
( vg. Aulis Aarnio ) , la expresión moral del deseo de racionalidad sublima el plano alético de tal modo que,
involuntariamente presta un formidable servicio a la función contrarbitral al encubrirla y al desvincularla
totalmente del dispositivo de ejecución tutelar de la ley.
EXTENSIONES Y EVALUACIÓN
Las extensiones de la razón resultan , por cierto, más fáciles de visualizar, al menos en Occidente , gracias
a una pedagogía histórica que ha fortalecido la dimensión alética del pensamiento , que no solo informa a
la cultura intelectual sino que ha penetrado en la médula misma de las creencias como lo pone de manifiesto
la teología cristiana ; y quizá por ello la erudición clásica de Friedrich August Wolf a Werner Jaeger ha
resaltado los rasgos de equilibrio , compensación y arbitraje contenidos en la épica homérica con un
optimismo a veces exagerado en el que se traduce una impronta de alabanza hacia la herencia helénica ,
considerada de este modo como la matriz de una concepción uniforme y superior donde el valor de certeza
de la prescripción legal positiva ( law ) se vincula pari pasu a principos de derecho necesarios ( right ) cuyo
valor de verdad proveen el dispositivo de colación que regula el uso y que no podría sino traducirse como un
produto formalmente justo ( sea cual fuere el contenido material de los desidetarums que inordinan los
valores contigentes).
Sin embargo el edificio occidental del derecho contiene algo más que todo esto; y dentro del mismo
funciona, de manera coextensiva , una intrincada red de poderes , prejuicios, servidumbres y violencias que
de ordinario se describen como motivos , valores o ideales o que, incluso , se enuncian en un estilo que
tiende a asemejarse a los teoremas de la lógica , como por ejemplo el famoso principio de la primacia de la
constitución ( cuyo absurdo deóntico esta representado por la teoría de la pirámide jurídica ) , la llamada
regla de la autonomía de la voluntad ( donde la equivalencia subordina inevitablemente la regulación al
interés de la parte más fuerte con independencia de la intención o de la buena fé recíproca ), lo mismo que la
pena de muerte (donde se equipara el correctivo con la eliminación física que no es más que la sublimación
negativa de la venganza de sangre ) y hasta la respetada norma de la mayoría ( que adscribe el precepto al
poder de los que lo producen en una asamblea o parlamento como bien lo señaló Tocqueville). La
coextensión de lo arbitral y lo contrarbitral se caracteriza por el desplazamiento de cada una de estas
funciones en el espacio de los entuertos y disputas que se someten al derecho, donde la puja siempre se
resuelve en término de poderes y contrapoderes que , a veces, reflejan intereses o prejuicios y otras veces
proyectan ideas y hasta razones que no excluyen nunca lo alético, aunque su colación resulte , con seguridad,
irregular , desigual y relativa. Por cierto que , en parte alguna de los diversos registros históricos de la
civilización que nos contiene , todo esto se expresa en forma tan notoria como en el testimonio germinal de
nuestra cultura jurídica representado por la épica homérica que Adorno y Horkheimer asociaran a la raíz del
iluminismo y cuya titulación uniforma la totalidad de lo que denominamos aquí la tradición occidental. Que
los eruditos lo hayan pasado por alto no deja de llamar la atención , sobre todo cuando la mas trivial de las
lecturas no puede dejar de percibir ya en el episodio inicial de la Ilíada ( , 8-305 ) la contundente
presencia del derecho del más fuerte en la regulación normativa de toda la trama de entuertos ( Il. : ,8-10 ;
, 24-32 ; ,37-42 ; ,44-52 ; ,74-83 ; ,86-91 ; ,92-99 ; I,112-114 ; ,116-118 ; ,25 ; ,135-139 ;
,150-164 ; ,178 ; ,184-186 ; ,206-208 ; ,215-217; ,229-231 ; ,264-267 ; ,280-281 ; ,287-289 ;
,295-296 ; ,298-301 ) generados por el reclamo de Crises (Il. : ,17-21 ).
Ninguna acción descripta en esa disputa , que por otra parte informa la totalidad de la trama del poema , es
ajena a la urdiembre que enlaza los desempeños y las pautas de la ley del más fuerte y mál puede
caracterizarse como simple retribución el castigo que Apolo inflije a los aqueos ante la negativa de
Agamenón de aceptar un rescate a cambio de la restitución de Criseida , como tampoco cabe calificar a la
pérdida de Briseida , que sufre Aquiles como un mero despojo , ni tampoco alcanza con decir que la
restitución que sigue al debate en la junta de los aqueos es nada más que una resignación del poder del jefe
por imperio de las circunstancias. Por el contrario , en todos los casos anotados los desempeños se ajustan a
una regla muy precisa de la ley del más fuerte : el deber de obediencia derivado de la debilidad relativa del
que detenta menor posibilidad de dominio sobre el conjunto.
Conforme a esta regla los aqueos se someten a Apolo ( y también Crises) , Agamenón se somete a la
asamblea ( a pesar de que esta nunca es soberana) , Aquiles se somete a Agamenón ( y también a Atenea) y
asimismo el téstorida Calcante se somete a Aquiles.No hay motivo racional que justifique el ataque de Apolo
y la disputa que a causa de ello provoca entre Aquiles y el Atrida , ni tampoco lo hay para que Agamenón
acepte restituir o para que el guerrero de los pies ligeros entregue a Briseida. Los aqueos no ofendieron al
dios olímpico y Agamenón podía invocar en su favor el derecho al lote originado en la ley del saqueo ( que
es otra ley del más fuerte ) que los demás aqueos estaban obligados a respetar despues de haberse hecho el
reparto sin dejar bienes comunes como lo reconoce el propio Aquiles ( Il.: ,123-127), que invoca este deber
en contra del Atrida y en defensa de su propio lote.
El mismo ataque de Apolo no deja de ser curioso , ya que no reprime directamente a Agamenón sino que
encauza su castigo contra el contingente que constituye la base de su poder de dominio ; y todo esto sin tener
en cuenta que es , justamente , el contingente el que en todo momento se muestra dispuesto a acceder a la
demanda de Crises , aceptando su oferta de rescate que el Atrida desdeña. La injusticia de Apolo es notoria y
hasta cruel ; y solo se entiende considerando la función contrarbitral que impone al más debil el deber de
sometimiento a la pauta de dominio que informa la regla de supremacia del dios , que despues Gorgias va a
resumir con lacónica precisión en su Encomio de Helena cuando sostiene que %;Q/J q' #½ -°
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natural el más fuerte no cabe que sea obstaculizado por el más flojo { o más débil } sino que este <sea>
dominado y guiado por el más fuerte. El más fuerte guía, < y > el flojo viene después. El dios es más
fuerte que el hombre en violencia , en inteligencia y en todo lo demás ( Enc. de Hel. 6 , 5-8 ; DK : 82 B
11 , 6 ) ] de lo que se sigue un deber riguroso e incondicionado de obediencia que se configura como
regla de dominación normativa. La consecuencia normativa de la ley del más fuerte explica entonces tanto la
acción de Apolo como la de Agamenón y la clave de este notable vínculo de sujeción a obligaciones
desequivalentes se explica en el discurso de Aquiles ( Il.: , 122-129 ) cuando este ofrece un lote futuro en
compensación por la pérdida de Criseida dada la inexistencia de bienes comunes provenientes del saqueo.
CONCLUSIONES
Basta, en consecuencia , una aproximación panorámica libre de prejuicios para notar la arbitrariedad y la
violencia que informa al conjunto de tratos descriptos en el poema ; pero hace falta algo más que la agudeza
de un observador inteligente para encontrar una explicación plausible de estos notorios desajustes que
oponen las prácticas con los ideales de la propia épica homérica. El dilema fáctico reclama , pues, un
encuadre que le de al conjunto una conexión de sentido que permita su comprensión , lo que solo es posible a
partir de una teoria que reformule la trama y descubra las conexiones que transforman las fuerzas en
deberes y que pautan los desempeños con alcance normativo. Esa tarea, que está lejos de ser algo fácil, ha
informado el más complejo contencioso en torno a la ley desarrollado por un sobresaliente conjuntos de
excepcionales poetas y pensadores - Teognis, Hesíodo, Heródoto , Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes,
Gorgias, Trasímaco, Tucídides, Calicles, Sócrates, Jenofonte y, sobre todo, Platón - que arranca , por decirlo
de algún modo , con el genial autor de la Ilíada , que más alla de todo la irresoluble controversia en torno a
su persona , siempre estará asociado al nombre de Homero.
Lamentablemente esta fenomenal contribución ha quedado abandonada en el lugar donde Platón de detuvo y
de allí hemos partido en nuestro tratado El Derecho y la Justicia del Más Fuerte ( Corrientes , Instituto de
Teoría General del Derecho, Facultad de Derecho, UNNE , 1994 ) donde se formula el programa teórico
básico que aquí retomamos en el examen puntual de su génesis histórica y que para facilitar el análisis se
expone bajo el modelo metodológico del estudio de casos. Por cierto, antes de entrar directamente a nuestro
tema debemos advertir que este no es un estudio histórico ni pretende abordar la siempre difícil problemática
del derecho griego antiguo, acerca del cual la controversia parece mucho más extensa que el acuerdo. El
lector interesado en este punto deberá pues recurrir a la bibliografia especializada ( Beuachet, Mitteis,
Vinogradoff, Gernet, Bonner y Smith, Calhoun, Wolff, Biscardi, Jones). Desde ya que en esa bibliografía, de
elevada y rigurosa competencia filológica e histórica, no se insiniua ni se percibe siquiera el carácter
dicotómico ( arbitral-contrarbitral ) anotado más arriba, pero este deficit teórico originado en el
encandilamiento racional,que el clasicismo iluminista proyecta desde hace mas de doscientos años sobre la
ciencia de la antigüedad, no perjudica los registros y las contribuciones de aquella erudición ni tampoco
resulta un obstáculo insalvable en obras afines como las de Werner Jaeger, Walter F. Otto y Hans Kelsen,
puesto que lo que sobre todo hace falta es desplazar la mirada - el acto teórico en sentido estricto - hacia el
plano en el que se localizan los contenciosos donde la injusticia, la supremacia y la violencia se resuelven
con arreglo a pautas y leyes que otorgan un predominio o una ventaja que suprime cualquier posibilidad de
equivalencia y reciprocidad de las prestaciones, sesgando, en dirección de las titulaciones del poder, el uso
de la ley.
En algunos casos nuestra visión teórica obligará a revisar el sentido o la significación de ciertos términos
como wJ?)-#+ , w;)-#+ y ;)-J+ que suele entenderse como criminal (wJ?)-#+),
sin ley (w;)-#+) y costumbre o uso legal tradicional (;)-J+), para adecuarlos a la nueva visión
teórica; pero, incluso en esos casos, la tarea filológica siempre será complementaria y provisoria, además de
vicaria del tratamiento teórico que, sobre todo, se orienta a determinar el papel y la extensión de aquellos
fenómenos que configuran el área contrabitral en el que funciona la ley y la justicia del más fuerte, cuya
estructura implicativa estrictamente jurídica, se niegan a ver las ideologías jurídicas racionalitas, que
conciben a la ley positiva (law) al conjunto del derecho (right) y a la justicia -, como pautas y extensiones
normativas exclusivamente
BIBLIOGRAFÍA
Homeri
1965 : Opera.
Oxford, Oxford University Press, 1965. 5 vls.
El texto griego de la Ilíada en el vol. I.
Meabe, Joaquín E. 1994: El Derecho y la Justicia del Más Fuerte.
Corrientes, Instituto de Teoría General del Derecho, 1994.
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