1/ José ::.\'.Ianuell\-.Iedellin Sobre el Tratamiento de la Parálisis General Progresiva ESTUDIO PARA EL DOCTORADO FACULTAD DE MEDICINA -REPUBLICA DE COLOMBIA y Ciencias Naturales Universidad Nacional -( ..-.; BOGOTA Imprenta de San Bernardo-(Atrio 1914 de la Catedral) fll fa memoria oe mi !J1aore, veneración, gratitud y cariño. fll mi ~a()re J rJfe,mano8, cariñosamente. flIf eS,. 9Jn. clantiajo (}'ojat'é8, respetuosamente. ~ECTO~ DE LA fACULTAD Doctor Flipólito Machado P~E5IDENTE DE L. TE515 Doctor Luis María IXivas M. Profesor de Arlatomia descriptiva, JU~ADO DE CALlfICAelON: Doctor José María Lombana B. Profesor de Terapéutica y Clíl\ica il\terna. Doctor Pompilio Martínez Profesor de Clil\ica C¡uirúr3ica Doctor rxoberto Franco F'. Profesor de Clínica de ellfermedades tropicales. Informe del Presidente de Tesis Bogotá, febrero 5 de 1914 'Sellor Rector de la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales Presente. El trabajo Sobre el tratamIento de la ParAUsIsgeneral progresiva que el Sr. José Manuel Medellín presenta hoy como tesis de doctorado, es a mi entender, una buena tesis. Por observaciones personales que confirman los resultados obtenidos por Fischer y Donath en Europa, y, fundado en la etiología, hoy casi indiscutible, de la ParálIsis general, la localización del treponema y los efectos fisiológicos del nucleinato de sodio, preconiza el empleo de esta substancia y explica, hasta donde es posible, su manera de obrar en una enfermedad cada día más frecuente entre nosotros y que ha obtenido de ella repetidas mejorias. En mi concepto este trabajo llena las disposiciones reglamentarias, lo que tengo el honor de comunicar a usted. Soy del Seflor Rector Atto. S. S. Luis M. Rivas M. Universidad Nacional-Facultad de Medicina y Ciencias NaturalesBogotá, 9 de febrero de 1914. Publíquese. EL RECTOR, H. MACHADO L. Introducción Fischer, privat-docent de Neurología y Psiquiatría en la Facultad Alemana de Praga, y Donath, médico jefe del servicio de enfermedades nerviosas del Hospital de San Estéfano en Budapest, fundados tal vez en el método que desde hacía dos años había publicado Lepin, sobre las ventajas y éxitos en algunas psicosis de origen toxi-infecciosos, tratadas por el nucleinato de sodio, publicaron las no menos satisfactorias de este medicamento en la Parálisis general. Veintiuno son los primeros casos presentados por el profesor alemán de Praga, de los cuales diez mejoraron hasta el punto de poder ganar su vida como antes de su enfermedad; cinco mejoraron de manera de volver a vivir en sus casas sin haber recuperado su aptitud para el trabajo; y solamente seis no sacaron provecho del medicamento. Otras e igualmente alentadoras son las observaciones del segundo. Confirmados estos éxitos, han sído negados por O. L. Kieneberger, J. Loewenstein y Hussels, para quienes no es tan halagUel'la la medícaciór.. del nuc\einato. Estos fracasos son explicables para Donath, sabido que estos autores han aplicado el método de tratamiento a casos bastante avanzados de Parálisis general, mientras que como expresamente este autor nos lo hace notar, es solamente en el período del principio de la enfermedad, que se puede esperar provecho de la medicación nucleínica. -11Las ventajas referidas de la medicación del nuc1ei'nato de sodio, nos hicieron concebir el deseo de llevar la esperanza a muchos de la gran cantidad de paralíticos generales, que por desgracia entre nosotros contamos, y hoy, de las muchas observaciones con que creíamos controlar las ventajas de los autores alemanes, presentamos como trabajo de tesis solamente cinco, y de las cuales sacaremos conclusiones, la explicación del modo como creemos obra el nucleinato de sodio para producir las mejorlas obselvadas, deduciremos el prove.cho que debemos sacar de este medicamento, y por último, fundados en los recientes descubrimientos que fijan de una manera cierta la tan obscura etiologla de la Pa,rá/isis general progresiva, su tratamiento etiológico.cientl{ico. Observaciones N. N., de cuarenta y cinco años. Profesión, militar. Antecedentes- De sus ocho hermanos, el mayor estuvo en el Asilo; ignoramos qué clase de locura haya tenido. Como enfermedades personales, nuestro enfermo no <:uenta más que cólicos hepáticoS. Casado, tiene cuatro hijos, hay en ellos estigmas de heredo-sífilis. Alcoholismo-No hay. Sífilis-Chancro que remonta a unos veintisiete años; meses después aparecen placas mucosa'5 y un reumatismo j como tratamiento, unas cuantas inyecciones mercuriales que hacen desaparecer estos síntomas. Principio de la enfermedad-Hará unos cuatro años que vino a consultar a su médico para un ruido en los oídos que lo atormenta bastante, así como fenómenos asténicos j el examen revela una aortitis. Tratamiento de unas noventa inyecciones de mercurio de 0,03 centigramos cada una. En octubre de 1912 vuelve a donde su facultativo, y en esta ocasíón el embarazo para la pronunciación de las palabras es lo que lo trae, al mismo tiempo que la familia hace notar un cambio total en su carácter, irritabilidad por todo. Tratamiento yodado. - 12- En noviembre de 1912 vuelve a donde su médico, el que viendo síntomas somáticos y psíquicos tan marcados, confirma el diagnóstico de Parálisis general progresiva; en efecto, existe un temblor en la lengua y músculos de la cara, alteraciones en la palabra, desigualdad pupilar, signo de Argyll-Robertson, reflejos tendinosos exagerados, relajación del esfínter anal. El enfermo se cree muy rico, habla de un viaje a Europa, le pide a su médico a uno de sus hijos para lIevarlo y educarlo por su cuenta. Diciembre de 1912. Sale para Tocaima en donde aumenta su delirio. Vuelve a Bogotá y aquí su delirio llega a su máximum. habla de tierras que va a comprar, edificación de castillos. Piensa en hacer grandes mejoras en el Ejército, cuenta para esto con caballos que ha comprado al Kaiser alemán. Es muy rico; compra multitud de objetos que no necesita etc., etc. Tres o cuatro inyecciones de salvarsán de pequeñas dosis como tratamiento; mejora la relajación del esfínter, pero persistiendo el delirio, se le interna en el Asilo, 7 de febrero de 1913. Examen de allí.' Aspecto paralítico. Marcha lenta, rígida y pesada, camina levantando el hombro derecho. Desigualdad pupilar, más dilatada la izquierda. ArgyllRobertson positivo. Alteraciones de la palabra y de la escritura. Reflejos rotulianos muy exagerados. Temblor fibrilar de las manos y de los labios, hay un temblor en masa de la lengua y al mismo tiempo existe el fibrilar. Alteraci~mes psíquicas-Debilidad intelectual, facultad afectiva, atenci6n y reflexión disminuídas. Delirio de grandens. Aparato digestivo. Apetito exagerado, habitual, hemorroides. Aparato circulatorio. Aortitis. constipación - 13Los demás aparatos, sanos. TRATAMIENTO-De marzo a abril, ocho inyecciones de nucleinato de sodio de un gramo cada una. Sale del Asilo el 3 de mayo, perfectamente mejorado, la familia está convencida de su curación, ven en el enfermo un individuo tan sano como antes de su enfermedad. En el mes de mayo, ocho inyecciones de nucleinato de 0,25 centigramos cada una. Enfermo en estado satisfactorio. En junio, su médico le aplica una inyección de neosalvarsán de 0,20 centigramos y sale en perfecto estado para tierra caliente; allí, como tratamiento, fricciones mercuriales, y bajo su influencia viene una estomatitis y un ictus apoplectiforme. Llega a Bogotá grave; su aspecto es casi hebetado, hay incoherencia en ~us ideas y en sus actos. Serie de cuatro inyecciones de nucleinato de 0,80 centigramos cada una. Mejoria palpable. Su estado intelectual ha mejorado totalmente, así como muchos de los síntomas somáticos; el enfermo sale a la calle y comienza a hacer diligencias a fin de conseguir su puesto en el Ejército. A principios del mes de agosto se le ve nuevamente agravar; nueva serie de nucleinato de sodio de un gramo cada una; vuelve la mejoría. Del 20 al 30 de agosto, serie de cinco inyecciones de nucleinato de sodio de un gramo cada una. Septiembre, mes de perfecta calma; estado, satisfactorio; creemos en una mejoría que será estable. El 8 de octubre recibo una carta escrita por nuestro enfermo, en la que la escritura es la clásica del paralítico general, con sus alteraciones psicográficas y caligráficas, notablemente acusadas. - 14Vaya la casa, sé que esta carta era llamándome para ponerle sus inyecciones; lo examino, y con pesar, creo en la necesidad de internarlo en el Asilo; a pesar de esto, instituyo una serie de inyecciones, y ya al terminar esta serie, veo una nueva mejoría, la que confirmo cuando recibo otra carta escrita también de mano de nuestro enfermo, de una redacción y escritura correctas, llamándome para ponerle una nueva serie de inyecciones prescritas por el médico. Noviembre 10. Vienen repentinamente dos ictus: uno apoplectiforme y otro epilectiforme; pasa este peligro, y viendo que la medicación no es sino paliativa, se comienza el tratamiento por el neosalvarsán. Actualmente nuestro enfermo está en perfecto estado de sus facultades psíquicas, pero el enflaquecimiento es grande y la marcha se ha hecho muy parética. 11 N. N., de cuarenta y ocho años. Profesión, cochero. Antecedentes-No se encuentra enfermedad nerviosa ni mental en su familia. Personalmente, ninguna enfermedad grave. Alcoholismo-No hay. Sífilis?-A la edad de diez y seis años un chancro, con dos bubones que hubo necesidad de abrir; existen las cicatrices; después, ningún accidente que revele la infección sifilítica lo ha mortificado. Casado a los cuarenta años, la mujer actualmente es sifilítica, tuvieron tres hijos, el mayor nació a los siete meses y murió al mes, los otros dos, el uno cuenta cinco años y el otro tres, ambos enfermizos. Principio de su enfermedad-Un año antes de declararse su enfermedad, comienzan a observársele cambios de carácter, que se marcan más y más; accesos de có- -15lera inmotivados se apoderan del enfermo, amenaza herir a su esposa, se niega a darle lo necesario para su sustento, contrasta esto con el carácter dulce, amable, afectuoso y apacible que antes tenía nuestro enfermo. Se' le ve enflaquecer; su sueño es agitado. Existe grande excitación genésica. A la vista de su esposa, penetra a menudo en un lupanar que queda frente a la casa en donde vive. Pérdida de la memoria. Estos síntomas crecen, hasta que unos días antes de internarlo en el Asilo estalla su delirio ambicioso; el enfermo tiene muchas haciendas, potreros, ganados, automóviles. El día 28 de abril de 1913 entra al Asilo. En la tarde de este día lo veo tranquilo recorrer los patios y corredores; me le acerco y me habla con interés de las haciendas, potreros, ganados y automóviles que posee. A la mañana siguiente lo encuentro en una celda, a donde su excitación lo había llevado. Se ha golpea-do la cara contra las paredes y se ha herido, y al preguntarle qué le ha sucedido, responde que 10 han aporreado las mulas que amanzaba. Tres días después ha cesado esta excitación, y el resultado de nuestro examen es el siguiente: Aspecto: Falta de vivacidad y expresión, color terroso, pliegues nasa-labiales casi borrados. Alteraciones psíquicas. Facultades mentales manifiestamente debilitadas. Memoria alterada. Delirio de grandezas, posee haciendas, potreros, coches, automóviles, es muy rico, muy grande; preguntándole su oficio, n03 responde que es cochero. Examen somático. Temblor fibrilar de las manos y de la lengua. Debilidad muscular. La marcha es lenta y pesada. No existe el signo de Romberg. Reflejos ten- - 16- -dinosos notablemente exagerados. Signo de Babinski negati vo. Sensibilidad embotada. Pupilas contraídas. No hay Argyll-Robertson. Alteraciones en la articulación de las palabras, este síntoma es ligero y ha sido preciso buscarlo valléndonos de los medios especiales conocidos. Aparato digestivo. Lengua sucia, constipado. Apetito exagerado. Los demás aparatos sanos. TRATAMIENTO-Hasta el mes de junio, que empren,demos el tratamiento, ninguna es la mejoría observada. Del 3 al 15 de junio, serie de tres inyecciones de nucleinato de sodio, de un gramo cada una. Cada inyección es acompañada de calofrío, elevación de temperatura, que oscila entre 393/z y 40°. Sigue un descanso hasta el 29 de junio, durante el cual poca es la mejoria observada. Del 30 de junio al 16 de julio, nueva serie de cuatro inyecciones. Aquí como en la serie anterior, se observa el calofrío, elevación de temperatura, que oscila entre 38 y 393/z·, el enfermo acusa además dolor en el punto inyectado. Sigue un descanso hasta el 27 de julio, en el cual observamos una mejoría bien marcada en su parte psíquica; su aspecto ha variado; se le ve engordar. Del 28 de julio al 12 de agosto, tercera serie de cuatro inyecciones. Las mismas reacciones que en la serie anterior. La mejoría se confirma. Al hablarle de sus haciendas, automóviles, etc., etc., nos responde no tener nada, reconoce el bgar en que se encuentra y nos dice que estaba loco. Se le permite ser visitado por su esposa .y a continuación de esto nos pide con insistencia su salida. El 8 de septiembre sale del Asilo en perfecto estado de salud. Actualmente ejerce S1I oficio de cochero. III N. N., revela unos treinta y cinco años. Ningún dato tenemos acerca de sus antecedentes, ni hereditarios, ni personales. Entra al Asilo en estado excitado el 4 de febrero de 1913; se calma a los cuatro días. Examen.-Alteraciones Psíquicas.-Demencía. Pér- dida casi completa de la memoria, para los hechos antiguos y recientes. Delirio megalomaníaco: el enfermo es rey, príncipe, tiene reinas en todo el mundo, palacios, capitolios, es el hombre más inteligente. Reflexión, atención, juicio faltan casi por completo, es una disolución global la que hay desde el punto de vista, intelectual y afectiva. Alteraciones Somáticas.-Reflejos patelares sumamente exagerados. Marcha lenta y pesada. Existe el signo de Romberg. Reflejo cremasterino abolido. Babinski, negativo. Reflejos oculares perezosos, contracción pupilar. Alteraciones disártricas de la palabra, acompañada de temblor en los labios. Movimientos ataxiformes de la lengua. Alteraciones en la escritura psicográficas y caligráficas. Debilidad muscular. Aspecto del enfermo, hebetado. Aparato digestivo.-Apetito exagerado, devora con ansiedad los alimentos y terminados éstos, se lanza sobre los otros enfermos para arrebatarles Sll comida. Los demás aparatos sanos. TRATAMIENTO.-Debido a que el enfermo presenta lesiones sifilíticas en la piel, instituimos el mercurial y el yodurado, éste último a alta dosis. El enfermo cura de las lesiones de la piel, pero muchos de los otros síntomas han empeorado. 2 - 18Del 14 al 29 de junio, serie de tres inyecciones de nucleinato de sodio, de un gramo cada inyección. Hay calofrío, elevación de temperatura entre 391/2 y 40° después de cada inyección. El enfermo duerme bien, su aspecto ha mejorado. Del 14 al 29 de julio tres inyecciones de un gramo cada una; reacciones, las anotadas en la serie anterior. El estado psíquico ha mejorado y algunos de los síntomas somáticos. El 18 de agosto vamos a instituir una tercera serie de inyecciones, pero nos lo impide una violenta infección intestinal que no cede a ningún tratamiento y la mata el 27 de agosto. La autopsia confirmó nuestro diagnóstico mostrándonos en el cerebro las lesiones macroscópicas de la Parálisis general. IV (Doctor Roberto Franco) N. N., de cuarenta años. Profesión, empleado de Banco. Antecedentes-Los hay nerviosos por parte de la madre. Personalmente: chancros y blenorragias. Alcoholismo-No hay. Sífilis-Chancro que remonta a unos diez y seis años; accidentes consecutivos, placas mucosas y sifílides genitales. Por todo tratamiento de su sifilis, inyecciones mercuriales que no pasaron de cinco. Casado, no hay descendientes. Hubo un aborto. Principio de su enfermedad - Comenzó ésta bruscamente por un acceso de delirio de grandezas. El enfermo proyecta empresas fabulosas y negocios extraordinarios. Mucha agitacic5n y locuacidad excesiva. - 19Antes de estallar su delirio, su familia había observado ya un cambio casi total en su carácter. Examen: Aspecto paralítico. Debilidad visual. Signo de Argyll-Robertson. Atrofia papilar. Reflejos tendinosos exagerados. Alteraciones de la palabra. Espasmos. Calambres. Contracturas. Hiperestesia. Debilidad muscular. Temblor de las manos y de la lengua. Alteraciones psíquicas. Memoria disminuída y retardada. Atención retardada. Facultades morales y afectivas disminuídas y pervertidas. Delirio de grandezas. Aparato digestivo: Constipación. Dispepsia, meteorismo, pirosis. Demás aparatos, sanos. TRATAMIENTo-Reposo intelectual y corporal. Inyecciones de benzoato de mercurio. Hay una mejoría temporal que desaparece pocas semanas después. Dos inyecciones de nucleinato de sodio de 0,50 centigramos cada una, con un intervalo de dos semanas. Mejoría clara, la que desaparece pocas semanas después. Nueva serie de tres inyecciones de 0,50 cada inyección y con el mismo intervalo. Mejoría evidente que le permite vivir en sociedad por espacio de un año y meses; pasado este tiempo, el enfermo vuelve a su delirio, necesitándose el internado en el Asilo. Hoy el enfermo es un demente completo. v (Doctor Maximiliano N. N., de cuarenta Antecedentes años. Profesión, hereditarios-Sin Personalmente, Alcoholismo-No Rueda) músico. importancia. fiebre amarilla y paludismo. hay. - 20Sífilis-Hace seis affos tuvo un chancro; meses después aparecen accidentes secundarios. Para estos accidentes se hace un escaso tratamiento. Casado, tiene cuatro hijos robustos, en perfecto estado de salud. Principio de su enfermedad-Es un acceso neurasténico el que abre la escena, variación total de carácter. Amnesia. Pérdida de las facultades afectivas. Dolores de cabeza. Alteraciones en la pronunciación de las palabras. Autoacusación. Delirio de persecución no bien sistematizado. t.xamen: Máscara paralltica. Marcha perezosa. Debilidad muscular. Signo de Romberg. Temblor fibrilar de la lengua y de las manos. Dificultad en la pronunciación de las palabras. Reflejos rotulianos exagerados. Hiperestesia. Incontinencia de orina. Miosis. Signo de Argyll-Robertson. Alteraciones pslquicas. Grande excitación. Confusión mental. Amnesia para los hechos antiguos y recientes. Delirio de persecución. Aparato digestivo, lengua s,ucia y constipación invencible. Los aparatos restantes, sanos. TRATAMIENTO-Nueve inyecciones de nucleinato de sodio de un gramo cada inyección. Entre las cuatro primeras se dejó un espacio de cuatro días; para las restantes, una semana. Desde la cuarta inyección se empieza a ver la mejoría por la calma total de su excitación. Hoy el enfermo es un individuo casi normal, persistiendo tan sólo la amnesia para los hechos antiguos. Hacemos notar que la última inyección que se le puso, remonta a diez días. - 21 Anotaciones y conclusiones l.-En el tratamiento de la Parálisis general, un lugar preponderante debe dársele a la higiene, fundamento de toda terapéutica; ella puede tanto como cualquiera medicación etio[ógica; nada nuevo podemos agregar acerca de esto, sabido es que ella comporta dos indicaciones, la una psíquica y moral, la otra somática y física. La primera, pide el reposo cerebral y la vida calmada del paralítico general. La Clinica nos demuestra que son aquellos que han puesto en tensión excesiva su sistema nervioso y su cerebro, los que mayor tributo pagan a la Parálisis general. La segunda atiende al reposo físico. Alimentación sana y nutritiva. Funcionamiento de sus emontorios. Permanencia en un clima cuya temperatura sea media, (17°). Ejercicios moderados. Ba[neación tibia, frecuente. Proscripción absoluta de licores y excitantes. Es la experiencia la que nos atestigua que son los retenidos en casas especiales, en donde se observan estas prescripciones, los más aptos para provocar sus mejorías. n.-La administración de medicamentos en la Parálisis general, no debe ser ciega y sistemática; las susceptibilidades morbosas y medicamento~as del organismo humano, creemos no pueden resolverse por medio de ecuaciones; es necesario tener en cuenta el grado de salud general y su resistencia, el estado de los órganos y las lesiones que presentan. I1I.-En [a administración de la medicación nucleínica, debe atenderse a que el riñón esté sano, no haya lesión cardíaca ni arterial avanzada, hacer preceder cada serie de inyecciones de un purgante. Obser- -22vadas estas prescripciones, se evitarán las congestiones, tendencia al colapsus, ictus e hipertensión, seftalada por los autores. IV.-EI tratamiento de nuestros enfermos lo hemos hecho por series de 4 a 5 inyecciones, con intervalos que han variado entre cada inyección de cuatro días; el descanso entre cada ;fi~e~e¡'eft,nos lo ha dado la marcha de la enfermedad. V.-La solución que hemos empleado es la indicada por Donath, solución al 2 por 100, así: Nuc1einato de sodio, 1 gmo. Suero fisiológico, 50 c. c. M. asépticamente y R. Para una inyección. VI.-El punto inyectable es la parte que queda atrás del gran trocánter. VIl.-Cabe deducir que con la medicación nucleínica no se obtiene ningún accidente grave, en el tratamiento de la Parálisis general; en nuestros enfermos tratados con constancia y dosis de un gramo, ningún accidente hemos tenido que lamentar. Los fenómenos fastidiosos acusados por los enfermos, como el dolor y el calofrío, son tolerables y de muy corta duración. VIlI.-EI tratamiento por el nucleinato de sodio, no es una medicación curativa de la Parálisis general. En la curación de esta enfermedad, debemos tener presente los largos períodos de remisión que se observan en ella y que pueden engañamos, y sobre todo, el elemento etiológico, hoy establecido de una manera definitiva por los métodos modernos de investigación y coloración, por el Wassermann combinado con la luetino·· reacción de Noguchi, etc. IX.-La medicación nucleínica, no debe abandonarse: sola, obra deteniendo la marcha de la enferme.dad; combinada con un tratamiento antisifilítico, pudiera ayudar a una curación. - 23X.-Los servicios prestados por la medicación nucleinica y que nosotros observamos en los enfermos que tratamos, son los de provocar remisiones y mejo·r[as que llegan hasta el punto de hacer creer en una curación; ayudar a prolongar estas mejorías en enfermos que vemos a punto de volver a su delirio y que bajo la influencia del medicamento, muestran un ver.cadera despertar cerebral. XL-La medicación nucleínica, obra solamente en períodos no avanzados de la Parálisis general progresiva. , , . Nucleinato de 50dio Este cuerpo resulta de la combinación de la soda .con el ácido nucleínico, cuerpo extraído de los peces y de la carne de los animales. Es un polvo amarillo rojizo, poco soluble en el agua. Efectos que produce.-En el hombre enfermo, dosis de un centigramo de nucleinato de sodio en inyecci6n intravenosa, ha provocado al cabo de dos a tres horas, .calofrio, elevación de temperatura, cuya duración no ha excedido algunas horas y se ha terminado por una remisión completa y una sensación de bienestar mar.cada. La solución en el suero fisiológico y en inyección subcutánea produce elevación térmica de 39° a 40°, alza brusca de la presión arterial, por sobre la normal y aceleración cardiaca. La acción principal de este medicamento es la producción de una leucocitosis; esta aserción se deduce ·de los trabajos de Horbaczewski, de Mikulicz y de Myake. Estos autores han mostrado que la inyección subcutánea aumenta la fuerza de resistencia del peri- - 24- toneo contra las bacterias patógenas, después de la~ operaciones sobre el estómago y el intestino. El acrecentamiento de leucocitos, puede subir de 9 a 144% para Hannes, para Lepin es de 50,000 glóbulos blancos por milímetro cúbico, en los que domina constantemente el tipo poli nuclear. Chantemesse y Kahn, señalan igualmente seis a ocho horas después de la inyección de nucleinato de sodio, una hiperleucocitosis sanguínea en la que domina el tipo mononuclear, crece esta hiperleucocitosis durante cuarenta y ocho horas y persiste cuatro o cinco días, disminuyendo poco a poco. En el animal sano, la inyección intravenosa hace subir el número de glóbulos blancos de siete mil u ocho mil a trece mil o treinta mil, y si se. sacrifica el animal en período de reacción leucocitaria, se encuentra una hiperactividad del tejido leucopoyético, (bazo, ganglios Iinfáticos, tejido m'ieloide de los huesos); las fuertes dosis hacen preceder la hiperleucocitosis de un período de leucolisis. La acción del nuc1einato de sodio no se funda en simples elucubraciones empíricas, tiene las bases biológicas de la medicación perturbadora o índiferente, precisadas desde el día en que Bouchard y su escuela nos demostraron que obraba provocando y sobreexcitando las defensas naturales del organismo. El nucleinato de sodio, obra, pues, provocando una hiperleucocitosis,. acción experimentalmente demostrada desde hace varios años por diferentes autores. (Horbaczeuzki Mikulicz Myake). Aplicada en seguida a la cirugía y de la que el Profesor Chantemesse nos anunció la feliz adaptaci6n a la profilaxia de la peritonitis tífica. - 25En las propiedades biológicas de los glóbulos blancos iremos a buscar las propiedades terapéuticas del nucleinato de sodio, y en este estudio seguiremos al Dr. Lutembacher. Muy importantes son las propiedades biológicas de los glóbulos blancos, propiedades que difieren según sus variedades. Entre estas propiedades vamos a estudiar: L' Los fenómenos de englobamiento que caracterizan la propiedad fagocitaria con respecto a las substancias extrañas. 2.' Los fenómenos de coagulación y descoagulación de las substancias coloides extrafías, verdaderos fenómenos digestivos, unidos a la existencia de fermentos leucocitarios. El estudio de estos fermentos establece una distinción fundamental, en leucocitos de la serie mieloide y leucocitos de la serie linfoide. En efecto, los primeros contienen un fermento que obra solamente sobre las albúminas, fermento proteolítico, en tanto que los segundos contienen un fermento que no obra más que sobre las grasas, fermento lipolítico. Es posible aislar cada uno de estos fermentos como si fueran verdaderas diastasas y probar in vitro su actividad; esto pone de manifiesto la parte importante que toman en gran número de fenómenos biológicos y patológicos. Actividad fagocitaria de los leucocitos El englobamiento de partículas extrafías, es propiedad fundamental de los glóbulos blancos; pero haremos notar: L' que las diferentes variedades de leucocitos no engloban las mismas substancias y además algunos leucocitos están desprovistos de actividad leu- - 26>-cocitaria, y 2." que por lo que a la actividad leucocitaria .-se refiere, hay que distinguir tres tipos de medicamentos, según que exalten, inhiban o dejen sin modificación la propiedad fagocitaria. El suero artificial, el aceite alcanforado, el suero sanguíneo, el electroargol y el nucleinato de sodio, aumentan de una manera más o menos duradera la actividad fagocitaria. La quinina, el cloroformo y el éter disminuyen mucho la actividad fagocitaria. En cuanto al mercurio, el yoduro de potasio, el salicilato de so dio, etc., no ejercen acción alguna sobre el poder fagocitario de los leucocitos, vienen a ser, -junto con la quinina, medicamentos específicos que obran directamente sobre el agente patógeno. Que el englobamiento de cuerpos extraflos existe, se comprueba reuniendo con los fagocitos, sea in vivo o in vitro, el material que se va a ensayar y siguiendo ·el curso de la fagocitosis por medio de preparaciones coloreadas o nó. Material muy a propósito para estudiar la actividad fagocitaria in vivo son los fagocitos del conejillo de Indias. El ensayo siguiente de Metschnikoff podrá servimos como tipo. Si por via intracelular se inyecta a un conejillo de Indias sangre de ganso, al principio se presenta un período en que al parecer se pierden los leucocitos del peritoneo. La causa de ello es en parte una destrucción de los fagocitos, y por otra, la circunstancia de que los fagocitos se depositan en el peritoneo. Al cabo de una a dos horas ha desaparecido este período negativo, y en el exudado se observa un aumento de leucocitos. En el caso presente están los macrófagos, que a las dos o tres horas extienden sus prolongaciones o tentáculos y atraen al interior de los fagocitos los erl- - 27-trocitos que se han inyectado. Al poco tiempo se ve -que los macrófagos están repletos de gran cantidad de erltrocitos de ganso. Si a uno de estos animales se le inyectan bacterias, 'Se verá que éstas al poco tiempo han pasado en su mayoría al interior de los micr6fagos, representados por los polinucleares neutrófilos, y a fin de excluir del campo de observación las fuerzas bacterianas naturales que pueden estorbar, conviene producir prévlamente una hiperleucocitosis experimental en la cavidad del peritoneo. Esto se consigue fácilmente inyectando al conejlI1o de Indias sobre el que se va a experimentar, próximamente doce horas antes, diez a veinte centímetros cúbicos de caldo esterilizado o de solución de .aleuronatos. Fermento proteoJltlco de los leucocltos de la serie m/elolde. Los leucocitos de la serie mieloide, normalmente clrculan en la sangre, en los derrames serosos y purulentos, están representados por los poli nucleares, contienen un fermento especial, un fermento proteolítico. Este fermento se parece a la tripsina por su manera de obrar, ya que como ésta tiene por objeto la disgregación de la molécula albuminoidea compleja hasta los ácidos aminados. Aislamiento del fermento proteGlitico da los leucocitos de la serie mieloide.-Marzifestación in vitro de su actividad.-Para aislar los serviremos, ya del pus, ya nucleares, ya de la sangre, ·de las leucemlas mieloides leucocitos granulosos nos de los exudados con poliespecialmente de la sangre o de la medula osea. - 28a) En el pus de las supuraciones agudas microbianas o amicrobianas producidas por las inyecciones de trementina en el que dominan los polinucleares, basta diluir en agua salada, centrifugar y lavar repetidas veces para obtener un sedimento de leucocltos. Por lo demás en el pus, no es necesario lavar ya que la serosidad está desprovista de todo poder antiproteolítico. b) En los exudados, la centrifugación permite reunir los elementos, pero puede ser necesario centrifugar rápidamente para prevenir la coagulación o también defibrinar cuando el fibrinógeno existe en el liquido derramado. e) En la sangre oxigenada la centrifugación prolongada es necesaria para agrupar los Icucocitos. Encuéntranse en la zona media rosada, que separa el sedimento de los glóbulos rojos del plasma. Es necesario aislarIos por decantación y practicar nuevas centrifugaciones, lavando cada vez con agua salada para privar los leucocitos de todo rastro de suero. En efecto, en la sangre circulante, el suero posee un poder antitriptico que pone el organismo al abrigo de los fermentos proteolíticos y disimula su actividad. Estas precauciones son inútiles cuando se trata de sangre de leucemia mieloide, en que abundan los leucocitos granulosos. d) La medula ósea suministra también un material fácil para la experimentación. Cualquiera que sea el material a que nos dirijamos para aislar los leucocitos granulosos, ba<'ta tomar con una pipeta un poco de sedimento de centrifugación y depositar algunas gotas en medios apropiados. La clara de huevo recogida asépticamente y coagulada en caja de Pétri o en un tubo inclinado, da buenos re- - 29sultados; las gotas depositadas en su superficie producen al cabo de veinticuatro a cuarenta y ocho horas en el termostato a 55°, pequefíos hoyos que ofrecen el aspecto de queso de Gruyere, lo cual indica claramente la actividad proteolítica de los fermentos leucocitarios. A esta temperatura los microbios no pueden desarrollarse, en tanto que los fermentos conservan toda su actividad. Si en lugar de hacer una simple operación cualitativa de I:¡ actividad proteolitica queremos medirla, hay que emplear los medios líquidos, tales c()mo la ovalbúmina líquida e investigar las cualidades de las peptonas y de los ácidos aminados que resultan de la dislocación de la molécula albuminoidea, con el fermento proteolítico. En estos mismos medios, los leucocitos Iinfoides que proceden de las colecciones frías, de los exudados y de los tejidos ganglionares, son completamente inactivos. Ahora los leucocitos mieloídes carecen de acción en los medios grasas, conforme lo estudiaremos más adelante. En lugarde emplear los leucocitos podemos practicar la extracción de los fermentos, según los métodos de aislamiento de las diastasas por precipitación y redisolución sucesiva por el alcohol, el éter y la glicerina. Papel de los fermentos pruteoliticos da los leucocitos mieloides-Irz viva. Erz estado fisiológico. Que los fermentos proteolíticns interviencn en la digestión de las albúminas, nos lo dcmuesh a la leucocitosis con polinucleosis que acompaiia la digestión, y ésta es tanto mayor cuanto más grande es la ración de albúmina; la alimentación pobre en albúmina atenúa esta reacción. Por lo demás, la proporción que de los poli nucleares encontramos en ras fórmulas sanguíneas permite ver que en -30los hervíboros, los polinucleares son proporcionalmente menos numerosos que en los carnívoros. Pero lo que es más ímportante aún es que la actividad proteolitica medida in vitra, nula en unos, aumenta en otros a tenor de la cantidad de albúmina ingerida. Sabido es que las inyecciones subcutáneas de albúmina van acompañadas de una afluencia de polinuc1eares cuya misión es la digestión de aquélla. Papel de los fermentos proteolíticos de 108 leucocitos mieloides-In vivo. En los procesos patológicos: a) Procesos locales. En las ínflamaciones intervienen sobre todo los polinucleares y sus fermentos proteolíticos. Mientras que el proceso permanece en el período inflamatorio, los leucocítos extravasados permanecen vivos -en su mayor parte y la digestión proteolHica es intracelular, después de verificada la fagocitocis en los vacuolos digestivos. Es el modo de destrucción más favorable para el organismo, puesto que los productos de digestión que pueden ser tóxicos, no se mezclan con el plasma, y no hay peligro de que impregnen los centros nerviosos. Pero cuando los venenos microbianos son abundantes o muy tóxicos, algunos leucocítos mueren y se citolizan, estableciéndose la supuración. Aun después de muertos, los leucocitos pueden obrar por sus fermentos proteolíticos; pero entonces la digestión es extracelular exponiendo el organismo a las reabsorciones de los productos tóxicos de albuminolisis. Además, los fermentos proteoJíticos no solamente obran sobre las albúminas ex trañas, sino también sobre nuestros tejidos albuminosos. Por esta razón el pus de las supuraciones agudas es muy fluido por proteolisis de los cadáveres leucocitarios, y de aquí también que las - 31colicciones calientes se evacuen rápidamente hacia afuera, fundan los tejidos próximos digiriendo ante ellos los planos de tejidos al bu minas os que los rodean. La historia de las supuraciones amicrobianas que pone en evidencia la acción de estos fermentos proteo-· líticos, in vivo, permite comprender la parte importante que éstas toman en la evolución local de las supuraciones microbianas, al lado de los fermentos de origen microbiano. Gracias a los fermentos proteolíticos, los microbios y los leucocitos muertos pueden ser digeridos y la colección supurada se reabsorve espontáneamente. A menudo es necesario intervenir con el bisturí, ya para avenar los microbios y los productos de proteolisis, ya para evacuar el exceso de fermentos susceptibles de digerir nuestros tejidos y mantener el proceso inflamatorio. Una prueba indirecta es la que nos da la digestión de las albúminas; la protcolisis de los leucocitos y de los tejidos, convierte la molécula albuminoidea compleja en peptonas y ácidos aminados que producen reacciones generales tóxicas, acompafladas de hipertermia. Los fermentos leucocitarios intervienen también para digerir el fibrinógeno, lo que explica la incoagulabilidad del pus y de algunos exudados; asi como también reabsorven la fibrina de los alvéolos pulmonares hepatizados. Desempeflan un papel importante en las hemorragias de algunas leucemias, digiriendo la pared de los capilares. De la misma manera que en las pancreatitis se atribuyen las hemorragias a la acción de la tripsina sobre la pared de los capilares, parece que en las leucemias agudas con promielocitos deben atribuirse las. hemorragias a los fermentos proteoIíticos leucocitarios. - 32En las leucemias mielógenas ~rónicas las hemorragias 80n raras. En efecto, los fermentog proteolíticos leucocitarios están inhibidos por el poder antitriptico del suero, que aumenta progresivamente, reacción de defensa que no tiene tiempo de producirse en las leucemias agudas. Procesos generales. Hemos visto que en los absce·808, la reabsorción de los productos de proteolisis producían reacciones generales tóxicas. Por lo demás, las inyecciones de fermentos proteolíticos, tales como la tripsina, van acompañadas de estas mismas reacciones por mediación de las albumosas cuya formación determinan. Es lógico admitir qne algunas manifestaciones pasajeras del organismo acompañadas de leucocitosis intensa, dependen de los fermentos leucocitarios puestos en libertad. Esta es la explicación que podemos dar de las reacciones consecutivas a las inyecciones de nucleinato de sodio, de las de colargol o fermentos metálicos y que obran produciendo una leucocitosis intensa. Del propio modo la fiebre que en los leucémicos aparece después de la aplicación de los rayos X, eminentemente leucocíticos, tiene igual explicación. Experimentalmente se ha visto que las inyecciones de leucocitos en solución salada o la reabsorción de los abscesos amicrobianos, van acompañadas de iguales reacciones generales. Estos hechos, en los que la acción leucocitaria domina, permiten suponer que la leucocitolis¡s interviene, dentro de ciertos límites, en las reacciones generales, al lado de las toxinas hemáticas, en la reabsorción de los derrames sanguíneos asépticos, y al lado de las toxinas micrc1bianas, en las infecciones. r - 21mente con licor Van Swieten y se pone encima un algodón hidrófilo mojado en colodió n elástico. Durante toda la operación el caballo debe mantenerse recto y tan quieto como sea posible. Un buen modo para inmovilizado consiste en sujetarle cogiéndolo del labio superior por medio de un acial, mientras un ayudante le levanta la mano del lado opuesto á la sangría. Como no siempre se pueden conseguir frascos de doble tubuladura, trócar, etc., se puede simplificar la operación de otra manera, que si es más sencilla no da las mismas seguridades de asepsia. Con el Dr. Lleras la hemos hecho y en varios casos hemos obtenido el suero sin ninguna contaminación, La operacIón es la siguiente: un ftebótomo de veterinario. un martillo de madera, un bocal de seis litros, alfileres, seda, etc., etc. MANUAL OI'ERA'fORlO y UTENSILIOS: Previos los cuidados de asepsia del operador, de los instrumentos, del campo operatorio, y una vez hecha la compresión, se coloca el filo del ftebótomo en la región de la yugular, perpendicular al eje de la vena; con el pulgar y el lndice se fija el vaso y sobre el lomo del ftebótomo se da un martillazo. Inmediatamente salta un chorro de sangre que como sale con fuerza no se contamina con la piel del caballo. Se deja perder un ¡Joco de sangre y después se coloca el bocal de modo que OPERACION - caiga en él la sangre -directamente. Uná vez:.recogi.. da la cantidad requerida, .con una cuch'aráe!?terilizada se quita la capa de espuma que se forma encima, !:.erecubre el frasco con -un papel de filtro esterilizado y colocado en doble, se fija al papel por medío de una cuerda que pasa el rededor del cuello del frasco y se procede á la decantación de la sangrt. Se colocan los frascos con una inclinacicSnde unos 40° en un lugar fresco y~n reP,oso absoluto, de modo que la coagulación :se efectúe en las mejores condi\:iones. Al cabo de: tr-einta y seis á cuarenta y ocho horas se ha efectuado ya la retra,:ci6n del coágulo, que se ve rec;ub,ierto y ..r(t~ deado por una abundantecant;idad de suero límpido; de color ambarino. DECANTACION - Si una vez formado el coágulo ~edejara en tontacto <;:onel suero, .éste disolverta la hemoglobi .. na de aquél, el suero se pondría rosado:y se dañ.· ría. Para evitar esto se procede al aislamiento del suero. AISLAMIENTo--...Esta·opéñiciónrequie(e. muclu) cuidado y alguna habilidad de parte del1>reparadoi: Se' hace de dos maneras, según qúe lf:lsangre sé baya recogido con trócar y envasado en (rascos dé dobletubuladura. pr<'Jvistosde los tubos arriba indí~ cados, 6-que simplemente haya sido recogida por el método de sangrar con el f!eb6tomo y recogerla directamente en un bocaL -·23 Se hunde.el tubo en U, lo más profundamente q,úe se pueda sin que vaya á tocar el coágulo, y al mismo tiempo que se levante el frasco un poco se le da un muy ligero movimiento de rotaci6n. Después se rompe la extremidad del tubo cerrada en la lámpara y con la boca, 6 con una pera de caucho se sopla por la extremidad del tuho de blado, en ángulo recto. PRMIER CASO -- Como todo" los tapones ajustan perfectamente, el aire insuflado hará que el suero suba por el tubo en U.EI algod6n colocado en el tubo en ángulo recto impide toda contaminación entre el aire y el suero Aquí el aislamiento se hace por medio de una pipeta especial cuyo pico ti~ne_ una longitud de unos veinticinco centímetros y que presenta en su parte media un inflamiento de 30 c. c de capacidad. El tubo superior de la pipeta, de unos veinticinco centímetros de lo~gitud, está tapadO por algodón; estú pipeta debe estar muy limpia y esterilizada en el horno de Pasteur ó en el autoclave. Quitado el papel que recubre el bocal se su· merge pico de la pipeta -entre el suero teniendo cuidado de no tocar el coágulo, :luégo se aspira con la boca. SEGUNDO CASO- el ENVASE-Una vei,aislado el suero se envasa en frascos de vidrio de 20 á 30 c. c. de capacidad, que han sido muy lavados y esterilizados. - 24A cada frasco se le puede agregar un pequeño grano de alcanfor fundido, que se tendrá el cuidado de pasar antes por la llama de alcohol. Los frascos se tapan con tapones de caucho esterilizado y se conservan al abrigo de la luz y en un lugar fresco. OTRAS QUE MANIPULACIONES DEBE SUFRIR EL SUERO Se creerá que el suero una vez envasado sirve ya para aplicado. No es así. Los sueros sanguíneos no son sustancias inertes, todo suero tiene cuatro propiedades. - r. Un poder globulicida: Las hematías sufren alteraciones importantes en e} suew de un animal de especie diferente (Hayem). Este poder globulicida desaparece por un calentamiento á 55° (Buchner). Parece que la sangre de un animal pueda tener propiedades hemolíticas aún sobre la sangre de un animal de la misma especie (H ulot y 1{amond). ([) AlIado de la sustancia hemolizante existe otra antihemolizante que se pone de relieve cuando se calienta el suero á 58° (J. Camus Y Pagnez). (2) r I. P.)der coagulante. El suero de un animal tiene propiedades coagulantes sobre la sangre de un animal de otra especie (Richet y Héricourt), y Ha(1) Hulo! (2) SOCo VIOL•• el RamomJ, J ulill tj SOCo dc VIO/ .• , q¡O l. Julio 20 dC' 1901. -25-yero ha vistp que el poder coagulante del suero desaparece después de un calentamiento que varía entre los 52° y los 55°. lB. Un poder aglutinante. Al poder coagulante se relaciona el poder aglutinante observado por Bordez, Camus, Pagnez, etc., etc. El suero de un animal aglutina las hematías de un animal d~ especie diferente. IV. Un poder tóxico. El suero de un animal tiene propiedades tóxicas para un animal de otra especie. Cuando se inyecta en cantidades suficientes, la muerte es muy rápida, casi inmediata, precedida de miosis, disnea, aceleración de los movimientos cardíacos, movimientos eonvulsivos, etc., ete. La -autopsia demuestra que la muerte resulta evidentemente de las propiedades coagulantes del 'suero, porque si se tiene antes el cuidado de suprimir este poder coagulante, ya por el calentamiento á 520 Ó 531), ya por adición del cloruro yel sulfato de sodio, la muerte sobreviene con los mismos síntomas aunque menos bruscamente. El suero, pues, posee independientemente de sus propiedades coagulantes, propiedades t6xicas, que desaparecen por e calentamiento á 57°. Para matar un kilogramo de conejo se necesitan 325 c. c. de suero de caballo. Si no se lleva la dosis al máximun y se inyectan 40 c. c. por ejemplo, observamos que á un conejo de 1,700 gramos no le produjo la inyecci6n de suero puro ninguna reacción - 26local, pero al día siguiente tuvo un asce.nso de tem~ peratura de grado y medio que persisti6 durante cuatro días con muy ligeras remisiones; ~:n esos días el animal estaba muy triste y había perdido el apetito. Al sexto día la temperatura había bajado á la normal y el animal volvió á recobrar el ánimo y (':1 apetito. 1nyectado al hombre en dosis de 10 C. c. se observa una reacción febril, temporal, que varía entre algunos décimos y ,°.5 á 2°. Hemos observado con frecuencia las erupcio!les eritematosas y la urticaria. V. U n poder bactericida. Se entiende por poder bactericida no solo lo que mata 6 disuelve los microbios, sino lo que hace lento su desarrollo y su multiplicaci6n, impide sus funciones 6 altera su nutrici6n. La acci6n del suero sanguíneo sobre los microbios ha sido objeto de numerosos estudios entre los cuales se cuentan los de Flugge y Nuttall, ampliados por Buchner, Bouchard, Charrin y Roger, quienes han establecido que las bacterias sembradas en suero sanguíneo, se desarrollan mal, pierden sus funciones y atenúan su virulencia. El efecto retardante es mucho más aparente si se hace la siembra, en suero de un animal naturalmente refractario, de una especie microbiana dada. Según la concepci6n primitiva de los autores alemanes, la sangre, el suero y la linfa obrarían de la misma manera que las soluciones antisépticas y -27 de este modo servirían para la defensa del organismo. Este asunto ha pasado por diferentes faces: primero se atribuy6 la propiedad bactericida de la san· gre al suero; fue mirada como una reacci6n químiCa dependiente del estado de la materia albuminoidea (serina) y de la alcalinidad del medio, como manif~staci6n vital de un;; sustancia mal dcfinida alexina, la cual vio N uttall desaparecer por el calentado del suero á 55 o. L llego se estuvo de acuerdo ,en considerar la preponderancia primitiva asignad<;\ al suero como dependiente de los leucocitos,'y )~\1<jlQe:r atribuye su acci6n como debida á la secresi6n leucocitaria que considera como fenómeno vital. Las experiencias hechas con extractos leucocitarios han sido concordantes (J acob, Lovit) y se ha terminado por admitir, hoy por hoy, que las propiedades. bactericidas del suero se deben á los leL1cocitos, que se hallan en él J.e cierto modo almacenados (Schattenfrok). Para privar al suero de sus propiedades globuli~ida, coagulante, ag-lutinante y tóxica basta, según lo visto arriba, someterlo durante una media hora á una temperatura de S8°, sin que pase de allí, pues con esta temperatura se obtiene el despojarle de todas estas propiedades y darle un poder antihemolítico Además si se calentara á más de 60° se coagularían alguno~ de los albuminoides y estos coagulitos al inyectarlos podrían producir embolias; 6 el suero se coagularía en masa y se perdería. Bueno es repetir estos calentamientos durante -.28 -unos cuatro días consecutivos y así lo hacemos nesotros en sesiones de una hora con el objeto de tindalizar el suero, pue.:; nunca puede estar uno seguro de su absoluta asepsia. Esta tindalizaci6n se hace en la estufa, vigilando mucho que la temperatura no pase de 58·. (1) Una vez tindalizado el suero se recubren los tapones y parte del cuello del frasco con parafina fundida para obtener una cerradura hermética y así una mejor conservaci6n del suero. (1) Se nos objetará Ilue con estos calenlamientos se destruyen lb citasas bacteriolíticas, y que el suero perdería así su acción contra las bacterias. Pero basta recordar los experimentos de Burdet (ANN. DE L'INST. PAsnw/\, 18g8 pago 688" l\fetchnikoff (Les poisons cellulaires. REV. GEN. DES SCII';I'i., Enero 15 de Igol) donde se ve que con e$te calentamiento no se destruy(,n sino una parte de las I}('opiedadesdel suero, la propiedad citolítica común que de.saparece á 55 o Y qlle siempre existe en todu suero. Pero queda intacta otra propiedad: si se mezcla al suero calentado á 55 o , microbios ó elementos figurados que según Itt especie delllnimal que propOI'cionó el suero, debía'n sufrir la citolisi,6, no la tiUfren sincmbargo, pero son profundamente modificados; son SENSIBILIZADOS, como lo mostró Bordet, y basta ponerles en presencia de un suero de un animal cualquiera, incapaz por sí so¡" de producir la citolisis, para que ~pan citolizados. Y como el suero del enfermo siempre es citolí. i~o, en el torrente r.irculatol'io del enfermo se despertará l!l actividad y citolisis de el de cabnllo. Además las alexinas no se destruyen sino entre 68 ~ Y 70 o . CAPITULO 11 REACCION EN EL CURSO DEL DE ORGANISMO LAS INFECCIOSAS ENFERMEDADES AGUDAS Antes de ver cómo obra y por qué se inyecta el suero de caballo en el curso de las enfermedades infecciosas agudas, veamos primero, á grandes rasgos y resumiendo lo que dicen los autores, cómo el organismo, por sus propias fuerzas, se defiende con· tra la infección. Luégo veremos de qué manera el suero puede ayudar al organismo en esta defensa. Pueden reducirse á dos órdenes de procedimientos: los unos atacan los microbios, los otros sus productos ó toxinas. MEDIOS L VCHA DE DEFENSA CONTRA DEL ORGANISMO - LOS MICROBIOS - El organismo - 30- viviente se defiende de los microbios por medio de la actividad de que están dotadas algunas de sus c~lulas y por ciertas modificaciones humorales debi~ das á sustancias que las células modificadas vierten en los humores. Ai primero de estos medios, el profesor Metchnikoff, dio el nombre de fagocitosis; el segundo ha recibido el nombre de defensa hu- moral. F AGOCITOSIS - La fagocitosis es el acto por medio del cual ciertas células engloban 6 destruyen partículas cuya presencia es nc-civa al organismo. Los experimentos del profesor Metchnikoff demuestran claramente que el organismo posee en sus células amiboideas móviles ó fijas, un medio para detener el desarrollo de los microbios y las m;is de las veces destruírlos. La primera categoría de fagocitos está representada por los leucocitos poli nucleares y mononucleares, los primeros neutr6filos (60 por 100) Y eosin6filos de reacci6n acidófila (1,5 por 100); los segundos, llamados por su tamaño mononucleares . mayores, mononucleares menores, 6 linfocitos y medios mononucleares, cuyo conjunto es de un 38 por 100. Transportados con gran velocidad por la corriente sanguínea, se dirigen hacia los puntos invadidos por los microbios, emigran á través de las paredes vasculares dilatadas (diapedesis) y con sus expan- - 31siones seudop6dicas tratan de englobar los microbios y una vez englobados, por medio de sustancias que obran á manera de fermentos, el leucocito lo. gra destruír el microbio. digerido. En esta lucha del microbio y el fagocito no siempre la célula es vencedora, muchas de ellas mueren en el combate. 1\1 morir se disocian y sus fragmentos quedan como cuerpos extraños en el organismo. Estos fragmentos ó cadáveres, á su vez, son reabsorvidos por los leuc0citos. Los leucocitos polinucleares son esencialmente micrófagos, es decir, que obran sobre los microbias; los leucocitos mononucleares son maer6fagos, es decir, que su oficio. éonsiste en absorver partículas de mayon;s dimensiones como son los despojos de los micr6fagos. A primera v;:;ta no se explica por qué los leucocitos, libres en la circulación é independientes del sistema nervioso, acuden con tánta prontitud al punto del organismo invadido por los microbios .. Leber demostró que ciertas sustancias químicas atraen los leucocitos, lo que le indujo á admitir que eran atraídos por una excitación química (la cual resulta en la infección, de sustancias fabricadas por los microbios) que despierta la actividad de los leucocito s, quimiotaxia positiva, por ejemplo con la tuberculina, la maleína,· etc. Los productos de .ciertos microbios muy virulentos (cólera del pollo, - 32por ejemplo) rechazan los fagocitos, quimio'ÚlZia negativa. La noci6n quimiotáxica no debe, sinembargo, excluír la acción del sistema nervioso: éste interviene para favorecer la diapedesis, pu~de, en efecto, producir la dilatación vascular (acción del gran simpático), que hace que los glóbulos blancos puedan salir fuéra de los vasos, probablemente por acci6n sobre el centro vasodilatador. Este reflejo sería producido por toxinas que exitarían algunas terminaciones de nervios sensitivos. La acción nerviosa no hace sino favorecer la fagocitosis; por sí sola no puede producir la diapedesis, porque la dilatación vascular no produce sino una abundante exudación de serosidad sin salida de leucocitos en abundancia, si éstos se encuentran en presencia de toxinas, tendrán propiedades quimiotáxicas negativas. La detención de la corriente sanguínea, que sucede al éxtasis vascular, favorece la diapedesis. La fagocitosis parece ser el medio de defensa más potente '::on que cuenta el organismo en. su lucha contra las infecciones; su importancia resulta de que el hombre adulto posee más 6 menos 75 billones de leucocitos, sin contar la participación de la segunda categoría de células fagocitarias. Esta segunda categoría está representada por las células amiboideas fijas, mucho más numerQsas aún que las precedentes y constituidas, según Met. - 33chnikoff. por las células nerviosas, las células de neuroglia y quizá algunas células del tejido conjuntivo que tod<ls pueden tener función fagocitaria. Ciertas toxinas microbianas, y algunas sustancias químicas, pueden impedir ó detener la función fagocitaria La fagocitosis se puede apreciar en el curso de llna infección por medio de la numeración de los glóbulos blancos que de seis mil á siete mil que hay por milímetro cúbico de sangre pueden subir á veinte mil ó cincuenta mil; y cuando el organismo reacciona bien se puede ver que el aumento existe sobre todo en los leucocitos, que son más aptos para luchar contra la infección. Este último dato se aprecia por medio de la investigación de la fórmula leucocitaria, que en el cur:,o de las enfermedades infecciosas parece seguir una marcha paraleh á la de la infección; la curva leucocitaria sigue á la curva térmica: así, en la neumoní~, enfermedad de evolución •cíclica, el número de glóbulos blancos se eleva al principio á die7. Y ocho mil, llegando á veinticuatro mil desde el momento del calofrío, para'mantenerse en el mismo título durante el periodo de estado. En la neumonb, de evolución regular, de defervecencia brusca, el nl¡merO de leucocitos baja rápidamente en el momento de la crisis para volver á la normal al día siguiente de la defervecencia. En la neumonía de evolución lenta la crisis leucncitaria falta ó apenas se marca y ó;e produce irregular y lraccionadamente, por descargas sucesivas. -34La evolución de la leucocito::is sigue también la curva térmica en la erisipela y en las supuraciones calientes donde la caída de la leucocltosis coincide con la evacuación del pus. Bezancon y Labbé (1) dan mucha importancia á la leucocitosis de eosinófilos en la convalecencia y dicen que constituye un reactivo en extremo sensible de los estados patológicos. De una manera general, se puede establecer como regla, que disminuyen en el curso del período febril de la mayor parte de las enfermedades infecciosas, para reaparecer y aún aurnentm' en el momento de la convalecencia. Es éste un carácter común á las infecciones de reaccion leucocitaria ó de leucopenia con polinucleosis ó con mononucleosis. La reaparición se hace de dos modos: ó bien vuelta de los eosinófilos al título habitual (1,5 á 2 por 100) (2) sin exageraci6n de número 6 bien hay una verdadera crisis eosinofílica. Esta leucocitosis eosinofílica puede alcanzar hasta un 1.3 por 100. Poco será lo que se diga respecto al inmenso valor en el pronóstico que tiene la eosinofilia en el curso de las enfermedades agudas, sobre todo en la (1) Traíté d'Hematolog-ie pago 59U. Paris,1904. (2) Los Butores europeo' cilan C<lIllOtítulo normlll de los eosinÓtilos el 1,50 á 2 por 100. NOSOtI'Ol;hemos observado 'Iue Ilquí el título e. más elevado, de 2 á 3 Y medio por 100, debido esto quizá íl I¡¡ frecuencia entre nosotros de parásitos intl'stilwles (anquilosloffiO, tricoeí>lillo, aSCiiride, ete.) - 35- infecci6n puerperal. En los casos en que hem(ls hecho el estudio de la fórmula leucocitaria vimos que aquellos en que la enferma tuvo un fin funesto, los eosinófilos n(.' se encontraban en la sangre ó se encontraban en muy pequeño número, 1,3 é¡ o,S por 100 y en cambio en aquellos en que después de la inyección de suero de caballo había un aumento de eosin6filos, la enferma reaccionó y curó. En la (;Onvalecencia de la pulmonía hemos observado un aumento de eosinófilos que empezaba al establecerse la crisis; y en una enferma (servicio del Dr. R. Franco, número 28, departamento de mujeres) que llegó á la hepatización gris y que murió, en su sangre, tomada seis horas antes de la muerte, vimos que habían desaparecido los eosin6filos. DEFENSA I-IUMORAL- i\ 1 prinCipIO se creyó que era la resultante de un estado bactericida del organismo, estado químico que mataría ó disolvería los microbios, detendría su crecimiento ó su multiplicación impidiendo su nutrición ó en fin aminorando sus funciones. La teoría bactericida nació del experimento siguiente: en la sangre fresca de un com0~ é in vitro, los bacilos del carbón desaparecen rápidamente como si fuesen sembrados en un medio que contuviese una sustancia antiséptica (Buchner). Se concluyó que por razones meramente químicas y en ninguna manera dinámicas, seg-ÍIll los - 36humores y las especies ó las razas animales que proporcionaran estos humores. las bacterias que allí se sembraban morían, se disolvían 6 simplemente se impedía su desarrollo. Bouchard explicaba el estado bacterecida' por la suceptibilidad de los microbios á mínimas diferencias en la composición química de los medios inertes, suceptibilidad tal, que la adición 6 sustracci6n de dosis intinitecimales de una sustancia química, pueden detener ó modificar la pululación de los microbios en la rapidez de su desarrollo, en su forma 6 en sus funciones. Esta teoría no es del todo absoluta, pues sola y sin la acción de los fagocitos no basta para explicar la defensa del organismo. Los trabajos de Metchnicoff (3) hicieron ver que existen 6 pueden desarrollar~;e en el organismoya primitivamente, ya después de un tratamiento especial, sustancias químicas de constitución aún desconocida que tienen una accóin incontestable sobre la vida de los microbios y sus toxinas. Las sustancias bactericidas propiamente dichas son de la naturaÍeza de los fermentos 6 diastasas. Se pueden estudiar: ti n grupo de sustancias protectoras, fermentos de origen leucocitario, capaces de disolver los elementlls ligmados en general y los microbios en particular, son las almnas de Buchner, cita¡. o -37 - sas de Metchnikoff, complMnentos de Ehrlich. Estos fermentos estarían confinados en el interior de los fagocitos y no se encontrarían en los líquidos del organismo sino en casos excepcionales y particulares. Una sustancia que se desarrolla bajo la in· fluencia de diversos tratamientos, sobre todo por la inoculación de productos de origen bacteriano, sustancia sensibilizad ora (J. Bordet), cuerpo -in2. o munizante, sustancia 6 cuerpo intermediario (Ehrlich), filocitasa 6 fijador (Met-:hnikoff), que tiene la propiedad de sensibilizar los microbios á la acción de las alexinas, es decir, que los microbios fijados, preparados en alguna manera por los fijadores á la manera que obr~ un mordente en ia pintura, se vuelven sensibles á la acción de las citasas, que los destruyen fácilmente. Según el mismo Metchnikoff, son preparados por los fagocitos porque aparecen al principio en el baw, los g;.¡nglios linfáticos y la medula de los huesos, es decir, en ór· ~anos fagocitarios, para de allí difundirse en los humores. Llegan á los microbios, les sensibilizan sin poder por sí solos hacerles inofensivos, función que, como dijimos antes, corresponde á la citasa, ya en el interior de los leucocitos, ya aún en los humores que encierran alexinas provenientes de fagocitos disociados. (1) (1) Las alexinll!l no 5e destruyen sino después de un calt'ntaruiento de 68 o , 70 o, de manera que en el suero que nosotros prepal'llffiOO están intactas. - 38- 3. o La aglutinina 6 sustancia capaz de aglutinar los microbios pero que no parece desempeñar. papel capital en la inmunidad. El descubrimiento de las alexinas, de las sustancias sensibilizadaras, de las aglutininas, demuestra pues que hay una defensa humoral, pero, siempre parece que los fagocitos sean los principales actores de esta defensa, como de la defensa celular, de tal manera que se debe conc1uír con Metchnikoff que "las propiedades humorales no representan sino una cierta fracciÓn en f:l conjunto de fenómenos de la inmunidad." En las condiciones normales gran número de secreci(lnes son un verdadero obstáculo á !a penetración de microbios en el organismo.~\ unque no sean bactericidas. propiamente dichas, se pueden aproximar á este título, pues si bien es cierto que cada una en particular no es suficiente por sí sola para servir de barrera infranqueable que detenga los gérmenes patogenos, agentes de la infección, el conjunto de ellas suple la debilidad de cada una. Citamos entre ellas el líquido bucal (J), la secreción estomacal, el medio intestinal rico en hidrógeno sulfurado (antiséptico), fermentos, etc.; el mucus nasal y otros. \ 1) HugcJlschmidl. -- (Aun. de L'!n,t. Pasleul', Ilíg6 T X· -pago -39Charrin (1) dice: "Es rato que un parásito no sufra sino una sola influencia. Las secreciones no le dejau conquistar la totalidad de fuerzas que necesita para franquear los epiteliums, para luchar contra los fagocitos.'· DEFE:"I"SA CONTRA LAS TOXINAS MICROBIANAS- El organismo lucha contra las toxinas microbianas por do!' procedimientos: la destrucci6n y la eliminaci6n. La destrucci6n se hace por el hígado, las cáp· sulas suprarenales, los leucocito6 y quizá por mu· chos 6r15anos de secreción interna, cuyas funciones !'lOS son aún desconocidas. Metchnikoff y sus discípulos (Beredka) (2) estudiaron la reacción de los leucocitos en presencia de ciertos venenos y de ciertas toxinas. Resulta de sus experimentos que los fenómenos leucocitarios que se observan en los animales envenenados con toxinas bétcterianas son absolutamente idénticos á los observados en el curso de las infecciones: hipoleucocitosis cuando la muerte sobreviene rápida· mente, hiperleucocitosis si la muerte es tardía 6 si hay curación, La hipoleucocitosis se explica (rl Ser:n. Ml'd., 18!)2. pago 493. 1,2) AIIII. 111\ L'lllst l'aslcur, Mayo de 1898. no porque haya -40una verdadera disminución de leucocitos sino por el poder quimiotáxico negativo de las toxinas y venenos que hace que los leucocitos huyan del veneno y se refugien en los órganos profundos; bazo, medula ósea, etc. La eliminación de las toxinas se hace por el intestino, los bronquios, el riñón, la piel, etc. CAPITULO' 111 ACCION Accw?-; FISIOLOGICA Si se tiene la precaución de calentar el suero en baño María á unos 30° 6 388 Y aplicarlo lentamente, la inyección no es dolorosa. A I nivel del punto de aplicación, aparece una bola de edema que se resuelve al cabo de 15 á 30 minutos. tOCAL - Si la operación se hace con todos los cuidados de asepsia no se observan accidentes locales. En algunos individuos, sinembargo, hemos observado al segundo día de la inyección una placa rojiza eritematosa debida quizá á cierta idiosincrasia que presentaban para el suero, pues después de la placa eritematosa observamos, algunas veces. urticaria. En los individuos sanos hay un ligero aumento en el nÚmero de pulsaciones, de 10 á 15, que dura hasta 24 horas con un ligero aumento de la tensión arteria!. PULSO - -- 42 En los febricitantes se observa en las primeras horas que siguen á la inyección un aumento en el número de pulsaciones con ligera hipertensión; pero este aumento de pulsaciones, lo mismo que la hipertensión, no duran sino muy pocas horas para dar lugar á una disminución en el número de pul:::aciones con ligera disminución de la tensión arterial. TEMPERATURA-En los individuos no febrici~ tantes la inyección de 10 centímetros cúbicos no nos ha producido ningún cambio en la temperatura. Si la dosis se eleva á unos 30, 40 c. c. puede haber un ascenso de temperatura poco persistente. El suero que no ha sido sometido al calentamiento de 58° produce una reacción febril al inyectarlo en los conejos. En el hombre no lo hemos experimentado sino después de haberlo sometido durante varias sesiones ;Í un calentamiento de 58°. En los tebricitc.ntes. en las cuatro 6 cinco primeras horas que siguen á la inyección, se observa un aumento de temperatura que varía entre algunos décimos y 1,5 o, para bajar después considerablemente. Una vez bajada la temperatura, si se con ti· núan las inyecciones, se I:'gra alejar al enfermo, un poco, de la hipertermia. RESPIRACION-SU acción es variable, pues unas veces hemos notado aumento y otras disminución en el número de movimientos respiratorio,:. Sinembargo, en los neumónicos que hemos tratado con él - 43!Juera de caballo vimos que generalmente la disnea disminuía. ORINAS- mento En los individuos en la cantidad, sanos hay un au- en la densidad, tos, en la úrea y' el ácido {¡rico; en los fosfa- disminución cloruros y algunas cantidad de alb{m1ina que no es persistente la hemos guientes visto veces pasar aparición de de los una ligera pues no 24 horas si- de las primeras á la inyección. En los febricitantes el aumento de la densidad y de la úrea es mucho mayor. N V'fi{ICIO?'\ químico Por de las orinas la eliminación actividad - del álOe. lo que mayor llna nutrición ricos en nudeína: ción orgánica actividad una ~n mayor de ácido y leucocitaria más activa de los órganos disminución é igualmente minerales prueba y el aumento en las combustiones por lo tanto que da el análisis se ve que hay un aumento úrico que indica una rias los datos de la desmineraliza- de la. cantidad necesarias para de mate- la movilización del ázoe. ACCION caballo, SOB!U: de leucocitos, puesto todas del organismo gre vendrá antes, que encielTa ne artificial mente cocitos LA SA:\'GRE como dijimos - Siendo todas aquél á reforzar que van á mezclarse y tie- de los leu- al inyectarse las propiedades al suero de solución las energías las propiedades vivo, el suero una verdadera en la sande ésta o fer -u·mentas, diastasas, sustancias leucochógenas, .etc.•, que el suero in vivo no contiene, pero, que tiepe. in vitro, gracias á la disolución de los leucocitos al formarse el coágulo. Como se ve en al15unas de nuestras observaciones, el suero es leucocitógeno. á las pocas horas'de aplicado se observa un aumento de 4,000 y hasta de 1 0,000 leucocito~ por milímetro cúbico, ¡Jero, esta leucocitogénesis no se manifiesta indiferentemente en una ú otra clase de glóbulos blancos; los poliriucleares, que como antes vimos, son células encargadas de luchar directamente contra los gérmenes patógenos, son los que sufren mayor <!.umemo.. Vimos también que la apari-;ión de una leucocito~is eosinofílica era señal de una próxima convalecencia; el suero de caballo aumenta considerable· mente los eosinófilos. (1) Los mono nucleares mayores disminuyen, y esté!. leucolisis mononuclear probablemente hace que el suero del enfermo disuelva diastasas contenidas en los mononucleares y se vuelva así más activo para la defensahumoral. El suero calentado á 58 o Y enfriado, no tiene acción sobre los glóbulos rojos l'li en su forma ni en (J) Este aumento de ('osinÚfilos lo hemos ol.servaflo no solamen t e en los indi.,iduos sanos y ('U los cufcrmo.;, (¡ino (¡lJllhién en los rntones ~ en los eonejos. -45su número. In vitro no los disuelve, antes bien, se conservan en él como en el suero artificial. Las inyecciones de suero de caballo el poder coagulante de la sangre. aumentan En resumen; el suero de caballo es un poderoso medio para reforzar el organismo en su lucha contra la infección, puesto que refuerza los dos grandes medios con que cuenta el organismo en su defensa: la fagocitosis, con su acción leucocitógena y la defensa humoral por medio de' sus fermentos. SISTEMANERVIOSO - Las inyecciones de ~uero nos parecen ser en alguna manera tónicas del sistema nervioso en cuanto que calman la agitaci6n y quitan el insomnio. N o sabemos SI lo que hemos <"bservad~ sea debido á una acción sedativa que ejerza el suero sobre el sistema nervioso ó si los efectos observados sean debidos á la calma que experimentan los enfermos por la baja de la temperatura. A 1 mismo tiempo creemos que en alguna manera excita el sistema nervioso, pues vimos que produce una leucocitogénesis y esta leucocitogénesis, como vimos antes, no es del todo independiente del sistema nervioso. CONCLUSION-Como se ve, la acci6n que prbducen las inyecciones subcutáneas de suero de caballo, son idénticas á las reacciones que se efectúan en un organismo que se defiende activamente contra una infecci6n. CAPITULO IV INDICACIONES Vimos que el suero es ante todo leucocit6ge. no y que la leucocitosis era el medio de que el organismo se valía para reaccionar contra las enfermedades infecciosas; nada, pues, más racional que empleado contra esta clase de enfermedades. En esta enfermedad fue donde hicimos nuestros primeros experimentos. Como la infecci6n puerperal no es Única, sino que hay varias clases de infecciones puerperales, tanto por la naturaleza de los gérmenes que las provocan (estreptococos, gonococo, estafilococo, colibacilo, bacilus perfringens, b. ramosus, b. caducus, b. nebulosus, etc.), (1) como por su localizaci6n en INFECCION (1) Á. PUERPERAL Ribemont-Dessaignes - ('te, Lepage. Precis d'Obtelriquc' -48el organismo; sería casi imposible hacer un suero específico polivalente. El suero de Marmorek (poli valen te para las varias clases de estreptococos) ( I) no puede ser específico en las infecciones de otra clase de microbios. Nosotros creemos que muchos de los buenos resultados que se han obtenido con este suero son debidos, no tanto á su acción específica contra los estreptococos y su s toxinas, cuanto á su acción leucochbgena y á las diastasas que contiene como suero de caballo. En los casos en que aplicámos el suero de caballo notámos, como puede verse en algunas de nuestras observaciones, que la temperatura, después de un ligero ascenso de algunos décimos, bajaba; lo mismo el número de pulsaciones; cesaban los calolríos; la orina aumentaba de cantidad con aumento de la úrea; la fórmula leucocitaria marcaba una}eucocitosis con polinucleosis ensinofílica y el estado general de la enferma mejoraba considerablemente. N o queremos decir con esto que el suero se aplique como único tratamiento; los procedimientos antiséptitos, asépticos y tónicos, de aplicación general y local (purgantes, baños fríos, café, leche, alcohol, cloroformo, tratamiento de las heridas vagino-vulvo-perineales; inyecciones vaginales; inyec- (1) Van de Velde citado por A. Ribemont-Dessaignes, page, pago r ,2°5. ete., Le-