Parálisis General Progresiva - Actividad Cultural del Banco de la

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1/
José
::.\'.Ianuell\-.Iedellin
Sobre el Tratamiento
de la
Parálisis General Progresiva
ESTUDIO PARA EL DOCTORADO
FACULTAD DE MEDICINA
-REPUBLICA DE COLOMBIA
y Ciencias Naturales
Universidad Nacional
-(
..-.;
BOGOTA
Imprenta de San Bernardo-(Atrio
1914
de la Catedral)
fll fa memoria oe mi !J1aore,
veneración, gratitud y cariño.
fll
mi
~a()re
J rJfe,mano8,
cariñosamente.
flIf eS,. 9Jn. clantiajo (}'ojat'é8,
respetuosamente.
~ECTO~
DE LA fACULTAD
Doctor Flipólito Machado
P~E5IDENTE
DE
L.
TE515
Doctor Luis María
IXivas M.
Profesor de Arlatomia descriptiva,
JU~ADO
DE
CALlfICAelON:
Doctor José María
Lombana
B.
Profesor de Terapéutica y Clíl\ica il\terna.
Doctor Pompilio
Martínez
Profesor de Clil\ica C¡uirúr3ica
Doctor rxoberto Franco
F'.
Profesor de Clínica de ellfermedades tropicales.
Informe del Presidente de Tesis
Bogotá, febrero 5 de 1914
'Sellor Rector de la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales
Presente.
El trabajo Sobre el tratamIento de la ParAUsIsgeneral progresiva
que el Sr. José Manuel Medellín presenta hoy como tesis de doctorado, es a mi entender, una buena tesis.
Por observaciones personales que confirman los resultados
obtenidos por Fischer y Donath en Europa, y, fundado en la etiología, hoy casi indiscutible, de la ParálIsis general, la localización
del treponema y los efectos fisiológicos del nucleinato de sodio,
preconiza el empleo de esta substancia y explica, hasta donde es
posible, su manera de obrar en una enfermedad cada día más
frecuente entre nosotros y que ha obtenido de ella repetidas
mejorias.
En mi concepto este trabajo llena las disposiciones reglamentarias, lo que tengo el honor de comunicar a usted.
Soy del Seflor Rector Atto. S. S.
Luis M. Rivas M.
Universidad Nacional-Facultad de Medicina y Ciencias NaturalesBogotá, 9 de febrero de 1914.
Publíquese.
EL RECTOR,
H.
MACHADO
L.
Introducción
Fischer, privat-docent de Neurología y Psiquiatría
en la Facultad Alemana de Praga, y Donath, médico
jefe del servicio de enfermedades nerviosas del Hospital de San Estéfano en Budapest, fundados tal vez en
el método que desde hacía dos años había publicado
Lepin, sobre las ventajas y éxitos en algunas psicosis
de origen toxi-infecciosos, tratadas por el nucleinato de
sodio, publicaron las no menos satisfactorias de este
medicamento en la Parálisis general.
Veintiuno son los primeros casos presentados por
el profesor alemán de Praga, de los cuales diez mejoraron hasta el punto de poder ganar su vida como antes
de su enfermedad; cinco mejoraron de manera de volver a vivir en sus casas sin haber recuperado su aptitud para el trabajo; y solamente seis no sacaron provecho del medicamento. Otras e igualmente alentadoras
son las observaciones del segundo. Confirmados estos
éxitos, han sído negados por O. L. Kieneberger, J.
Loewenstein y Hussels, para quienes no es tan halagUel'la la medícaciór.. del nuc\einato.
Estos fracasos son explicables para Donath, sabido
que estos autores han aplicado el método de tratamiento a casos bastante avanzados de Parálisis general,
mientras que como expresamente este autor nos lo hace
notar, es solamente en el período del principio de la
enfermedad, que se puede esperar provecho de la medicación nucleínica.
-11Las ventajas referidas de la medicación del nuc1ei'nato de sodio, nos hicieron concebir el deseo de llevar
la esperanza a muchos de la gran cantidad de paralíticos generales, que por desgracia entre nosotros contamos, y hoy, de las muchas observaciones con que
creíamos controlar las ventajas de los autores alemanes, presentamos como trabajo de tesis solamente cinco,
y de las cuales sacaremos conclusiones, la explicación
del modo como creemos obra el nucleinato de sodio para
producir las mejorlas obselvadas, deduciremos el prove.cho que debemos sacar de este medicamento, y por último, fundados en los recientes descubrimientos que fijan
de una manera cierta la tan obscura etiologla de la Pa,rá/isis general progresiva, su tratamiento etiológico.cientl{ico.
Observaciones
N. N., de cuarenta y cinco años. Profesión, militar.
Antecedentes- De sus ocho hermanos, el mayor
estuvo en el Asilo; ignoramos qué clase de locura haya
tenido.
Como enfermedades
personales,
nuestro enfermo no
<:uenta más que cólicos hepáticoS.
Casado, tiene cuatro hijos, hay en ellos estigmas
de heredo-sífilis.
Alcoholismo-No
hay.
Sífilis-Chancro
que remonta a unos veintisiete
años; meses después aparecen placas mucosa'5 y un
reumatismo j como tratamiento, unas cuantas inyecciones mercuriales que hacen desaparecer estos síntomas.
Principio de la enfermedad-Hará unos cuatro años
que vino a consultar a su médico para un ruido en los
oídos que lo atormenta bastante, así como fenómenos
asténicos j el examen revela una aortitis. Tratamiento
de unas noventa inyecciones de mercurio de 0,03 centigramos cada una.
En octubre de 1912 vuelve a donde su facultativo,
y en esta ocasíón el embarazo para la pronunciación
de las palabras es lo que lo trae, al mismo tiempo que
la familia hace notar un cambio total en su carácter,
irritabilidad por todo. Tratamiento yodado.
-
12-
En noviembre de 1912 vuelve a donde su médico,
el que viendo síntomas somáticos y psíquicos tan marcados, confirma el diagnóstico de Parálisis general progresiva; en efecto, existe un temblor en la lengua y
músculos de la cara, alteraciones en la palabra, desigualdad pupilar, signo de Argyll-Robertson,
reflejos
tendinosos exagerados, relajación del esfínter anal.
El enfermo se cree muy rico, habla de un viaje a
Europa, le pide a su médico a uno de sus hijos para
lIevarlo y educarlo por su cuenta.
Diciembre de 1912. Sale para Tocaima en donde
aumenta su delirio. Vuelve a Bogotá y aquí su delirio
llega a su máximum. habla de tierras que va a comprar, edificación de castillos. Piensa en hacer grandes
mejoras en el Ejército, cuenta para esto con caballos
que ha comprado al Kaiser alemán. Es muy rico; compra multitud de objetos que no necesita etc., etc.
Tres o cuatro inyecciones de salvarsán de pequeñas dosis como tratamiento; mejora la relajación del
esfínter, pero persistiendo el delirio, se le interna en el
Asilo, 7 de febrero de 1913.
Examen de allí.' Aspecto paralítico. Marcha lenta,
rígida y pesada, camina levantando el hombro derecho.
Desigualdad pupilar, más dilatada la izquierda. ArgyllRobertson positivo. Alteraciones de la palabra y de la
escritura. Reflejos rotulianos muy exagerados. Temblor
fibrilar de las manos y de los labios, hay un temblor en
masa de la lengua y al mismo tiempo existe el fibrilar.
Alteraci~mes psíquicas-Debilidad
intelectual, facultad afectiva, atenci6n y reflexión disminuídas. Delirio de
grandens.
Aparato digestivo. Apetito exagerado,
habitual, hemorroides.
Aparato circulatorio. Aortitis.
constipación
- 13Los demás aparatos, sanos.
TRATAMIENTO-De marzo a abril, ocho inyecciones de nucleinato de sodio de un gramo cada una.
Sale del Asilo el 3 de mayo, perfectamente mejorado, la familia está convencida de su curación, ven en el
enfermo un individuo tan sano como antes de su enfermedad.
En el mes de mayo, ocho inyecciones de nucleinato de 0,25 centigramos cada una. Enfermo en estado
satisfactorio.
En junio, su médico le aplica una inyección de neosalvarsán de 0,20 centigramos y sale en perfecto estado
para tierra caliente; allí, como tratamiento, fricciones
mercuriales, y bajo su influencia viene una estomatitis
y un ictus apoplectiforme.
Llega a Bogotá grave; su aspecto es casi hebetado,
hay incoherencia en ~us ideas y en sus actos. Serie de
cuatro inyecciones de nucleinato de 0,80 centigramos
cada una. Mejoria palpable. Su estado intelectual ha
mejorado totalmente, así como muchos de los síntomas
somáticos; el enfermo sale a la calle y comienza a hacer
diligencias a fin de conseguir su puesto en el Ejército.
A principios del mes de agosto se le ve nuevamente agravar; nueva serie de nucleinato de sodio de
un gramo cada una; vuelve la mejoría. Del 20 al 30
de agosto, serie de cinco inyecciones de nucleinato de
sodio de un gramo cada una. Septiembre, mes de perfecta calma; estado, satisfactorio; creemos en una mejoría
que será estable.
El 8 de octubre recibo una carta escrita por nuestro enfermo, en la que la escritura es la clásica del paralítico general, con sus alteraciones psicográficas y
caligráficas, notablemente acusadas.
- 14Vaya la casa, sé que esta carta era llamándome
para ponerle sus inyecciones; lo examino, y con pesar,
creo en la necesidad de internarlo en el Asilo; a pesar
de esto, instituyo una serie de inyecciones, y ya al terminar esta serie, veo una nueva mejoría, la que confirmo cuando recibo otra carta escrita también de mano
de nuestro enfermo, de una redacción y escritura correctas, llamándome para ponerle una nueva serie de inyecciones prescritas por el médico.
Noviembre 10. Vienen repentinamente
dos ictus:
uno apoplectiforme y otro epilectiforme; pasa este peligro, y viendo que la medicación no es sino paliativa,
se comienza el tratamiento por el neosalvarsán.
Actualmente nuestro enfermo está en perfecto estado de sus facultades psíquicas, pero el enflaquecimiento es grande y la marcha se ha hecho muy parética.
11
N. N., de cuarenta y ocho años. Profesión, cochero.
Antecedentes-No
se encuentra enfermedad nerviosa
ni mental en su familia.
Personalmente, ninguna enfermedad grave.
Alcoholismo-No
hay.
Sífilis?-A
la edad de diez y seis años un chancro,
con dos bubones que hubo necesidad de abrir; existen
las cicatrices; después, ningún accidente que revele la
infección sifilítica lo ha mortificado.
Casado a los cuarenta años, la mujer actualmente
es sifilítica, tuvieron tres hijos, el mayor nació a los
siete meses y murió al mes, los otros dos, el uno cuenta cinco años y el otro tres, ambos enfermizos.
Principio de su enfermedad-Un
año antes de declararse su enfermedad, comienzan a observársele cambios
de carácter, que se marcan más y más; accesos de có-
-15lera inmotivados se apoderan del enfermo, amenaza herir
a su esposa, se niega a darle lo necesario para su sustento, contrasta esto con el carácter dulce, amable, afectuoso y apacible que antes tenía nuestro enfermo. Se'
le ve enflaquecer; su sueño es agitado. Existe grande
excitación genésica. A la vista de su esposa, penetra a
menudo en un lupanar que queda frente a la casa en
donde vive. Pérdida de la memoria.
Estos síntomas crecen, hasta que unos días antes
de internarlo en el Asilo estalla su delirio ambicioso;
el enfermo tiene muchas haciendas, potreros, ganados,
automóviles.
El día 28 de abril de 1913 entra al Asilo. En la
tarde de este día lo veo tranquilo recorrer los patios
y corredores; me le acerco y me habla con interés de
las haciendas, potreros, ganados y automóviles que
posee.
A la mañana siguiente lo encuentro en una celda,
a donde su excitación lo había llevado. Se ha golpea-do la cara contra las paredes y se ha herido, y al preguntarle qué le ha sucedido, responde que 10 han aporreado las mulas que amanzaba.
Tres días después ha cesado esta excitación, y el
resultado de nuestro examen es el siguiente:
Aspecto: Falta de vivacidad y expresión,
color
terroso, pliegues nasa-labiales casi borrados.
Alteraciones psíquicas. Facultades mentales manifiestamente debilitadas.
Memoria alterada. Delirio de
grandezas, posee haciendas, potreros, coches, automóviles, es muy rico, muy grande; preguntándole su oficio,
n03 responde
que es cochero.
Examen somático. Temblor fibrilar de las manos
y de la lengua. Debilidad muscular. La marcha es lenta
y pesada. No existe el signo de Romberg. Reflejos ten-
-
16-
-dinosos notablemente exagerados.
Signo de Babinski
negati vo. Sensibilidad embotada.
Pupilas contraídas.
No hay Argyll-Robertson. Alteraciones en la articulación de las palabras, este síntoma es ligero y ha sido
preciso buscarlo valléndonos de los medios especiales
conocidos.
Aparato digestivo. Lengua sucia, constipado. Apetito exagerado.
Los demás aparatos sanos.
TRATAMIENTO-Hasta el mes de junio, que empren,demos el tratamiento, ninguna es la mejoría observada.
Del 3 al 15 de junio, serie de tres inyecciones de
nucleinato de sodio, de un gramo cada una. Cada inyección es acompañada de calofrío, elevación de temperatura, que oscila entre 393/z y 40°.
Sigue un descanso hasta el 29 de junio, durante
el cual poca es la mejoria observada.
Del 30 de junio al 16 de julio, nueva serie de cuatro inyecciones. Aquí como en la serie anterior, se observa el calofrío, elevación de temperatura, que oscila
entre 38 y 393/z·, el enfermo acusa además dolor en el
punto inyectado.
Sigue un descanso hasta el 27 de julio, en el cual
observamos una mejoría bien marcada en su parte psíquica; su aspecto ha variado; se le ve engordar.
Del 28 de julio al 12 de agosto, tercera serie de
cuatro inyecciones.
Las mismas reacciones que en la
serie anterior.
La mejoría se confirma. Al hablarle de sus haciendas, automóviles, etc., etc., nos responde no tener nada,
reconoce el bgar en que se encuentra y nos dice que
estaba loco. Se le permite ser visitado por su esposa
.y a continuación de esto nos pide con insistencia su
salida.
El 8 de septiembre sale del Asilo en perfecto estado de salud.
Actualmente ejerce S1I oficio de cochero.
III
N. N., revela unos treinta y cinco años.
Ningún dato tenemos acerca de sus antecedentes,
ni hereditarios, ni personales.
Entra al Asilo en estado excitado el 4 de febrero
de 1913; se calma a los cuatro días.
Examen.-Alteraciones
Psíquicas.-Demencía.
Pér-
dida casi completa de la memoria, para los hechos
antiguos y recientes.
Delirio megalomaníaco: el enfermo es rey, príncipe,
tiene reinas en todo el mundo, palacios, capitolios, es
el hombre más inteligente.
Reflexión, atención, juicio faltan casi por completo,
es una disolución global la que hay desde el punto de
vista, intelectual y afectiva.
Alteraciones Somáticas.-Reflejos patelares sumamente exagerados.
Marcha lenta y pesada. Existe el
signo de Romberg. Reflejo cremasterino abolido. Babinski, negativo. Reflejos oculares perezosos, contracción pupilar. Alteraciones disártricas de la palabra,
acompañada de temblor en los labios. Movimientos
ataxiformes de la lengua. Alteraciones en la escritura
psicográficas y caligráficas. Debilidad muscular. Aspecto del enfermo, hebetado.
Aparato digestivo.-Apetito exagerado, devora con
ansiedad los alimentos y terminados éstos, se lanza
sobre los otros enfermos para arrebatarles Sll comida.
Los demás aparatos sanos.
TRATAMIENTO.-Debido a que el enfermo presenta
lesiones sifilíticas en la piel, instituimos el mercurial y
el yodurado, éste último a alta dosis. El enfermo cura
de las lesiones de la piel, pero muchos de los otros
síntomas han empeorado.
2
- 18Del 14 al 29 de junio, serie de tres inyecciones de
nucleinato de sodio, de un gramo cada inyección. Hay
calofrío, elevación de temperatura entre 391/2 y 40°
después de cada inyección. El enfermo duerme bien,
su aspecto ha mejorado.
Del 14 al 29 de julio tres inyecciones de un gramo
cada una; reacciones, las anotadas en la serie anterior.
El estado psíquico ha mejorado y algunos de los síntomas somáticos.
El 18 de agosto vamos a instituir una tercera serie
de inyecciones, pero nos lo impide una violenta infección intestinal que no cede a ningún tratamiento y la
mata el 27 de agosto.
La autopsia confirmó nuestro diagnóstico mostrándonos en el cerebro las lesiones macroscópicas de la
Parálisis general.
IV
(Doctor Roberto Franco)
N. N., de cuarenta años. Profesión, empleado de
Banco.
Antecedentes-Los
hay nerviosos por parte de la
madre.
Personalmente:
chancros y blenorragias.
Alcoholismo-No
hay.
Sífilis-Chancro
que remonta a unos diez y seis
años; accidentes consecutivos, placas mucosas y sifílides genitales. Por todo tratamiento de su sifilis, inyecciones mercuriales que no pasaron de cinco.
Casado, no hay descendientes.
Hubo un aborto.
Principio de su enfermedad - Comenzó ésta bruscamente por un acceso de delirio de grandezas. El enfermo proyecta empresas fabulosas y negocios extraordinarios. Mucha agitacic5n y locuacidad excesiva.
- 19Antes de estallar su delirio, su familia había observado ya un cambio casi total en su carácter.
Examen: Aspecto paralítico. Debilidad visual. Signo
de Argyll-Robertson. Atrofia papilar. Reflejos tendinosos exagerados. Alteraciones de la palabra. Espasmos.
Calambres. Contracturas. Hiperestesia. Debilidad muscular. Temblor de las manos y de la lengua.
Alteraciones psíquicas. Memoria disminuída y retardada. Atención retardada. Facultades morales y afectivas disminuídas y pervertidas. Delirio de grandezas.
Aparato digestivo: Constipación. Dispepsia, meteorismo, pirosis.
Demás aparatos, sanos.
TRATAMIENTo-Reposo
intelectual y corporal. Inyecciones de benzoato de mercurio. Hay una mejoría
temporal que desaparece pocas semanas después.
Dos inyecciones de nucleinato de sodio de 0,50 centigramos cada una, con un intervalo de dos semanas.
Mejoría clara, la que desaparece pocas semanas después. Nueva serie de tres inyecciones de 0,50 cada inyección y con el mismo intervalo. Mejoría evidente que
le permite vivir en sociedad por espacio de un año y
meses; pasado este tiempo, el enfermo vuelve a su delirio, necesitándose
el internado en el Asilo. Hoy el
enfermo es un demente completo.
v
(Doctor Maximiliano
N. N., de cuarenta
Antecedentes
años. Profesión,
hereditarios-Sin
Personalmente,
Alcoholismo-No
Rueda)
músico.
importancia.
fiebre amarilla y paludismo.
hay.
- 20Sífilis-Hace
seis affos tuvo un chancro; meses
después aparecen accidentes secundarios.
Para estos
accidentes se hace un escaso tratamiento.
Casado, tiene cuatro hijos robustos, en perfecto
estado de salud.
Principio de su enfermedad-Es
un acceso neurasténico el que abre la escena, variación total de carácter.
Amnesia. Pérdida de las facultades afectivas. Dolores
de cabeza. Alteraciones en la pronunciación de las palabras. Autoacusación. Delirio de persecución no bien
sistematizado.
t.xamen: Máscara paralltica. Marcha perezosa. Debilidad muscular. Signo de Romberg. Temblor fibrilar
de la lengua y de las manos. Dificultad en la pronunciación de las palabras. Reflejos rotulianos exagerados.
Hiperestesia. Incontinencia de orina. Miosis. Signo de
Argyll-Robertson.
Alteraciones pslquicas. Grande excitación. Confusión mental. Amnesia para los hechos antiguos y recientes. Delirio de persecución.
Aparato digestivo, lengua s,ucia y constipación invencible. Los aparatos restantes, sanos.
TRATAMIENTO-Nueve inyecciones de nucleinato
de sodio de un gramo cada inyección. Entre las cuatro
primeras se dejó un espacio de cuatro días; para las
restantes, una semana.
Desde la cuarta inyección se empieza a ver la mejoría por la calma total de su excitación. Hoy el enfermo es un individuo casi normal, persistiendo tan sólo
la amnesia para los hechos antiguos. Hacemos notar
que la última inyección que se le puso, remonta a diez
días.
-
21
Anotaciones y conclusiones
l.-En el tratamiento de la Parálisis general, un lugar preponderante debe dársele a la higiene, fundamento
de toda terapéutica; ella puede tanto como cualquiera
medicación etio[ógica; nada nuevo podemos agregar
acerca de esto, sabido es que ella comporta dos indicaciones, la una psíquica y moral, la otra somática y
física.
La primera, pide el reposo cerebral y la vida calmada del paralítico general. La Clinica nos demuestra
que son aquellos que han puesto en tensión excesiva
su sistema nervioso y su cerebro, los que mayor tributo pagan a la Parálisis general.
La segunda atiende al reposo físico. Alimentación
sana y nutritiva. Funcionamiento
de sus emontorios.
Permanencia en un clima cuya temperatura sea media,
(17°). Ejercicios moderados. Ba[neación tibia, frecuente.
Proscripción absoluta de licores y excitantes. Es la
experiencia la que nos atestigua que son los retenidos
en casas especiales, en donde se observan estas prescripciones, los más aptos para provocar sus mejorías.
n.-La
administración de medicamentos en la Parálisis general, no debe ser ciega y sistemática; las
susceptibilidades
morbosas y medicamento~as del organismo humano, creemos no pueden resolverse por
medio de ecuaciones; es necesario tener en cuenta el
grado de salud general y su resistencia, el estado de
los órganos y las lesiones que presentan.
I1I.-En
[a administración
de la medicación nucleínica, debe atenderse a que el riñón esté sano, no
haya lesión cardíaca ni arterial avanzada, hacer preceder cada serie de inyecciones de un purgante. Obser-
-22vadas estas prescripciones, se evitarán las congestiones,
tendencia al colapsus, ictus e hipertensión,
seftalada
por los autores.
IV.-EI tratamiento de nuestros enfermos lo hemos
hecho por series de 4 a 5 inyecciones, con intervalos
que han variado entre cada inyección de cuatro días;
el descanso entre cada ;fi~e~e¡'eft,nos lo ha dado la
marcha de la enfermedad.
V.-La solución que hemos empleado es la indicada por Donath, solución al 2 por 100, así:
Nuc1einato de sodio, 1 gmo.
Suero fisiológico, 50 c. c.
M. asépticamente y R. Para una inyección.
VI.-El punto inyectable es la parte que queda
atrás del gran trocánter.
VIl.-Cabe
deducir que con la medicación nucleínica no se obtiene ningún accidente grave, en el tratamiento de la Parálisis general; en nuestros enfermos
tratados con constancia y dosis de un gramo, ningún
accidente hemos tenido que lamentar. Los fenómenos
fastidiosos acusados por los enfermos, como el dolor
y el calofrío, son tolerables y de muy corta duración.
VIlI.-EI tratamiento por el nucleinato de sodio, no
es una medicación curativa de la Parálisis general. En
la curación de esta enfermedad, debemos tener presente
los largos períodos de remisión que se observan en
ella y que pueden engañamos, y sobre todo, el elemento
etiológico, hoy establecido de una manera definitiva
por los métodos modernos de investigación y coloración, por el Wassermann combinado con la luetino··
reacción de Noguchi, etc.
IX.-La
medicación nucleínica, no debe abandonarse: sola, obra deteniendo la marcha de la enferme.dad; combinada con un tratamiento antisifilítico, pudiera
ayudar a una curación.
- 23X.-Los servicios prestados por la medicación nucleinica y que nosotros observamos en los enfermos
que tratamos, son los de provocar remisiones y mejo·r[as que llegan hasta el punto de hacer creer en una
curación; ayudar a prolongar estas mejorías en enfermos que vemos a punto de volver a su delirio y que
bajo la influencia del medicamento, muestran un ver.cadera despertar cerebral.
XL-La medicación nucleínica, obra solamente en
períodos no avanzados de la Parálisis general progresiva.
, ,
.
Nucleinato de 50dio
Este cuerpo resulta de la combinación de la soda
.con el ácido nucleínico, cuerpo extraído de los peces
y de la carne de los animales.
Es un polvo amarillo rojizo, poco soluble en el agua.
Efectos que produce.-En el hombre enfermo, dosis
de un centigramo de nucleinato de sodio en inyecci6n
intravenosa, ha provocado al cabo de dos a tres horas,
.calofrio, elevación de temperatura, cuya duración no
ha excedido algunas horas y se ha terminado por una
remisión completa y una sensación de bienestar mar.cada. La solución en el suero fisiológico y en inyección subcutánea produce elevación térmica de 39° a 40°,
alza brusca de la presión arterial, por sobre la normal
y aceleración cardiaca.
La acción principal de este medicamento es la producción de una leucocitosis;
esta aserción se deduce
·de los trabajos de Horbaczewski, de Mikulicz y de
Myake. Estos autores han mostrado que la inyección
subcutánea aumenta la fuerza de resistencia del peri-
-
24-
toneo contra las bacterias patógenas, después de la~
operaciones sobre el estómago y el intestino.
El acrecentamiento
de leucocitos, puede subir de
9 a 144% para Hannes, para Lepin es de 50,000 glóbulos
blancos por milímetro cúbico, en los que domina constantemente el tipo poli nuclear.
Chantemesse y Kahn, señalan igualmente seis a
ocho horas después de la inyección de nucleinato de
sodio, una hiperleucocitosis
sanguínea en la que domina el tipo mononuclear, crece esta hiperleucocitosis
durante cuarenta y ocho horas y persiste cuatro o cinco
días, disminuyendo poco a poco.
En el animal sano, la inyección intravenosa hace
subir el número de glóbulos blancos de siete mil u
ocho mil a trece mil o treinta mil, y si se. sacrifica el
animal en período de reacción leucocitaria, se encuentra una hiperactividad del tejido leucopoyético, (bazo,
ganglios Iinfáticos, tejido m'ieloide de los huesos); las
fuertes dosis hacen preceder la hiperleucocitosis de un
período de leucolisis.
La acción del nuc1einato de sodio no se funda en
simples elucubraciones empíricas, tiene las bases biológicas de la medicación perturbadora o índiferente, precisadas desde el día en que Bouchard y su escuela nos
demostraron que obraba provocando y sobreexcitando
las defensas naturales del organismo. El nucleinato de
sodio, obra, pues, provocando
una hiperleucocitosis,.
acción experimentalmente
demostrada desde hace varios años por diferentes autores. (Horbaczeuzki Mikulicz
Myake).
Aplicada en seguida a la cirugía y de la que el
Profesor Chantemesse nos anunció la feliz adaptaci6n
a la profilaxia de la peritonitis tífica.
- 25En las propiedades
biológicas de los glóbulos
blancos iremos a buscar las propiedades terapéuticas
del nucleinato de sodio, y en este estudio seguiremos
al Dr. Lutembacher.
Muy importantes son las propiedades biológicas de
los glóbulos blancos, propiedades
que difieren según
sus variedades.
Entre estas propiedades vamos a estudiar:
L' Los fenómenos de englobamiento que caracterizan la propiedad fagocitaria con respecto a las substancias extrañas.
2.' Los fenómenos de coagulación y descoagulación de las substancias coloides extrafías, verdaderos
fenómenos digestivos, unidos a la existencia de fermentos leucocitarios.
El estudio de estos fermentos establece una distinción fundamental, en leucocitos de la serie mieloide
y leucocitos de la serie linfoide. En efecto, los primeros
contienen un fermento que obra solamente sobre las
albúminas, fermento proteolítico, en tanto que los segundos contienen un fermento que no obra más que
sobre las grasas, fermento lipolítico. Es posible aislar
cada uno de estos fermentos como si fueran verdaderas
diastasas y probar in vitro su actividad; esto pone de
manifiesto la parte importante que toman en gran número de fenómenos biológicos y patológicos.
Actividad
fagocitaria
de los leucocitos
El englobamiento de partículas extrafías, es propiedad fundamental de los glóbulos blancos; pero haremos notar: L' que las diferentes variedades de leucocitos no engloban las mismas substancias y además
algunos leucocitos están desprovistos de actividad leu-
- 26>-cocitaria, y 2." que por lo que a la actividad leucocitaria
.-se refiere, hay que distinguir tres tipos de medicamentos,
según que exalten, inhiban o dejen sin modificación la
propiedad fagocitaria.
El suero artificial, el aceite alcanforado, el suero
sanguíneo, el electroargol y el nucleinato de sodio,
aumentan de una manera más o menos duradera la
actividad fagocitaria.
La quinina, el cloroformo y el éter disminuyen
mucho la actividad fagocitaria.
En cuanto al mercurio, el yoduro de potasio, el
salicilato de so dio, etc., no ejercen acción alguna sobre
el poder fagocitario de los leucocitos, vienen a ser,
-junto con la quinina, medicamentos específicos que obran
directamente sobre el agente patógeno.
Que el englobamiento de cuerpos extraflos existe,
se comprueba reuniendo con los fagocitos, sea in vivo
o in vitro, el material que se va a ensayar y siguiendo
·el curso de la fagocitosis por medio de preparaciones
coloreadas o nó. Material muy a propósito para estudiar la actividad fagocitaria in vivo son los fagocitos
del conejillo de Indias. El ensayo siguiente de Metschnikoff podrá servimos como tipo.
Si por via intracelular se inyecta a un conejillo
de Indias sangre de ganso, al principio se presenta un
período en que al parecer se pierden los leucocitos del
peritoneo. La causa de ello es en parte una destrucción
de los fagocitos, y por otra, la circunstancia de que
los fagocitos se depositan en el peritoneo. Al cabo de
una a dos horas ha desaparecido este período negativo,
y en el exudado se observa un aumento de leucocitos.
En el caso presente están los macrófagos, que a
las dos o tres horas extienden sus prolongaciones o
tentáculos y atraen al interior de los fagocitos los erl-
- 27-trocitos que se han inyectado. Al poco tiempo se ve
-que los macrófagos están repletos de gran cantidad de
erltrocitos de ganso.
Si a uno de estos animales se le inyectan bacterias,
'Se verá que éstas al poco tiempo han pasado en su
mayoría al interior de los micr6fagos, representados
por los polinucleares neutrófilos, y a fin de excluir del
campo de observación las fuerzas bacterianas naturales
que pueden estorbar, conviene producir prévlamente
una hiperleucocitosis experimental
en la cavidad del
peritoneo. Esto se consigue fácilmente inyectando al
conejlI1o de Indias sobre el que se va a experimentar,
próximamente
doce horas antes, diez a veinte centímetros cúbicos de caldo esterilizado o de solución de
.aleuronatos.
Fermento proteoJltlco de los leucocltos
de la serie m/elolde.
Los leucocitos de la serie mieloide, normalmente
clrculan en la sangre, en los derrames serosos y purulentos, están representados por los poli nucleares, contienen un fermento especial, un fermento proteolítico.
Este fermento se parece a la tripsina por su manera
de obrar, ya que como ésta tiene por objeto la disgregación de la molécula albuminoidea compleja hasta
los ácidos aminados.
Aislamiento del fermento proteGlitico da los leucocitos de la serie mieloide.-Marzifestación
in vitro de su
actividad.-Para aislar los
serviremos, ya del pus, ya
nucleares, ya de la sangre,
·de las leucemlas mieloides
leucocitos granulosos
nos
de los exudados con poliespecialmente de la sangre
o de la medula osea.
- 28a) En el pus de las supuraciones
agudas microbianas o amicrobianas producidas por las inyecciones
de trementina en el que dominan los polinucleares,
basta diluir en agua salada, centrifugar y lavar repetidas veces para obtener un sedimento de leucocltos.
Por lo demás en el pus, no es necesario lavar ya que
la serosidad está desprovista de todo poder antiproteolítico.
b) En los exudados, la centrifugación permite reunir los elementos, pero puede ser necesario centrifugar
rápidamente para prevenir la coagulación o también
defibrinar cuando el fibrinógeno existe en el liquido
derramado.
e) En la sangre oxigenada la centrifugación prolongada es necesaria para agrupar los Icucocitos. Encuéntranse en la zona media rosada, que separa el sedimento de los glóbulos rojos del plasma. Es necesario
aislarIos por decantación y practicar nuevas centrifugaciones, lavando cada vez con agua salada para privar los leucocitos de todo rastro de suero. En efecto,
en la sangre circulante, el suero posee un poder antitriptico que pone el organismo al abrigo de los fermentos proteolíticos y disimula su actividad. Estas precauciones son inútiles cuando se trata de sangre de
leucemia mieloide, en que abundan los leucocitos granulosos.
d) La medula ósea suministra también un material
fácil para la experimentación.
Cualquiera que sea el material a que nos dirijamos para aislar los leucocitos granulosos, ba<'ta tomar
con una pipeta un poco de sedimento de centrifugación y depositar algunas gotas en medios apropiados.
La clara de huevo recogida asépticamente y coagulada
en caja de Pétri o en un tubo inclinado, da buenos re-
- 29sultados; las gotas depositadas en su superficie producen al cabo de veinticuatro a cuarenta y ocho horas en
el termostato a 55°, pequefíos hoyos que ofrecen el aspecto de queso de Gruyere, lo cual indica claramente
la actividad proteolítica de los fermentos leucocitarios.
A esta temperatura
los microbios no pueden desarrollarse, en tanto que los fermentos conservan toda su
actividad.
Si en lugar de hacer una simple operación cualitativa de I:¡ actividad proteolitica queremos medirla,
hay que emplear los medios líquidos, tales c()mo la
ovalbúmina líquida e investigar las cualidades de las
peptonas y de los ácidos aminados que resultan de la
dislocación de la molécula albuminoidea, con el fermento proteolítico.
En estos mismos medios, los leucocitos Iinfoides
que proceden de las colecciones frías, de los exudados
y de los tejidos ganglionares, son completamente inactivos. Ahora los leucocitos mieloídes carecen de acción
en los medios grasas, conforme lo estudiaremos más
adelante.
En lugarde emplear los leucocitos podemos practicar la extracción de los fermentos, según los métodos
de aislamiento de las diastasas por precipitación y redisolución sucesiva por el alcohol, el éter y la glicerina.
Papel de los fermentos pruteoliticos da los leucocitos
mieloides-Irz viva. Erz estado fisiológico.
Que los fermentos proteolíticns interviencn en la digestión de las
albúminas, nos lo dcmuesh a la leucocitosis con polinucleosis que acompaiia la digestión, y ésta es tanto mayor
cuanto más grande es la ración de albúmina; la alimentación pobre en albúmina atenúa esta reacción. Por
lo demás, la proporción que de los poli nucleares encontramos en ras fórmulas sanguíneas permite ver que en
-30los hervíboros, los polinucleares son proporcionalmente
menos numerosos que en los carnívoros. Pero lo que es
más ímportante aún es que la actividad proteolitica medida in vitra, nula en unos, aumenta en otros a tenor
de la cantidad de albúmina ingerida.
Sabido es que las inyecciones subcutáneas de albúmina van acompañadas de una afluencia de polinuc1eares cuya misión es la digestión de aquélla.
Papel de los fermentos proteolíticos de 108 leucocitos
mieloides-In vivo. En los procesos patológicos:
a) Procesos locales. En las ínflamaciones intervienen sobre todo los polinucleares y sus fermentos proteolíticos.
Mientras que el proceso permanece en el período
inflamatorio, los leucocítos extravasados
permanecen
vivos -en su mayor parte y la digestión proteolHica es
intracelular, después de verificada la fagocitocis en los
vacuolos digestivos.
Es el modo de destrucción más
favorable para el organismo, puesto que los productos
de digestión que pueden ser tóxicos, no se mezclan
con el plasma, y no hay peligro de que impregnen los
centros nerviosos.
Pero cuando los venenos microbianos son abundantes o muy tóxicos, algunos leucocítos mueren y se
citolizan, estableciéndose la supuración.
Aun después de muertos, los leucocitos pueden
obrar por sus fermentos proteolíticos; pero entonces la
digestión es extracelular exponiendo el organismo a las
reabsorciones de los productos tóxicos de albuminolisis.
Además, los fermentos proteoJíticos no solamente obran
sobre las albúminas ex trañas, sino también sobre nuestros tejidos albuminosos. Por esta razón el pus de las
supuraciones agudas es muy fluido por proteolisis de
los cadáveres leucocitarios, y de aquí también que las
- 31colicciones calientes se evacuen rápidamente hacia afuera, fundan los tejidos próximos digiriendo ante ellos
los planos de tejidos al bu minas os que los rodean.
La historia de las supuraciones amicrobianas que
pone en evidencia la acción de estos fermentos proteo-·
líticos, in vivo, permite comprender la parte importante
que éstas toman en la evolución local de las supuraciones microbianas, al lado de los fermentos de origen
microbiano.
Gracias a los fermentos proteolíticos, los microbios
y los leucocitos muertos pueden ser digeridos y la colección supurada se reabsorve espontáneamente.
A menudo es necesario intervenir con el bisturí,
ya para avenar los microbios y los productos de proteolisis, ya para evacuar el exceso de fermentos susceptibles de digerir nuestros tejidos y mantener el proceso inflamatorio.
Una prueba indirecta es la que nos da la digestión de las albúminas; la protcolisis de los leucocitos y
de los tejidos, convierte la molécula albuminoidea compleja en peptonas y ácidos aminados que producen reacciones generales tóxicas, acompafladas de hipertermia.
Los fermentos leucocitarios
intervienen también
para digerir el fibrinógeno, lo que explica la incoagulabilidad del pus y de algunos exudados; asi como también reabsorven la fibrina de los alvéolos pulmonares
hepatizados.
Desempeflan un papel importante en las hemorragias de algunas leucemias, digiriendo la pared de los
capilares. De la misma manera que en las pancreatitis
se atribuyen las hemorragias a la acción de la tripsina
sobre la pared de los capilares, parece que en las leucemias agudas con promielocitos deben atribuirse las.
hemorragias a los fermentos proteoIíticos leucocitarios.
- 32En las leucemias mielógenas ~rónicas las hemorragias 80n raras. En efecto, los fermentog proteolíticos
leucocitarios están inhibidos por el poder antitriptico
del suero, que aumenta progresivamente,
reacción de
defensa que no tiene tiempo de producirse en las leucemias agudas.
Procesos generales. Hemos visto que en los absce·808, la reabsorción de los productos de proteolisis producían reacciones generales tóxicas. Por lo demás, las
inyecciones de fermentos proteolíticos, tales como la
tripsina, van acompañadas de estas mismas reacciones
por mediación de las albumosas cuya formación determinan.
Es lógico admitir qne algunas manifestaciones pasajeras del organismo acompañadas de leucocitosis intensa, dependen de los fermentos leucocitarios puestos
en libertad.
Esta es la explicación que podemos dar de las
reacciones consecutivas a las inyecciones de nucleinato
de sodio, de las de colargol o fermentos metálicos y
que obran produciendo
una leucocitosis intensa. Del
propio modo la fiebre que en los leucémicos aparece
después de la aplicación de los rayos X, eminentemente leucocíticos, tiene igual explicación.
Experimentalmente se ha visto que las inyecciones de leucocitos en
solución salada o la reabsorción de los abscesos amicrobianos, van acompañadas de iguales reacciones generales.
Estos hechos, en los que la acción leucocitaria
domina, permiten suponer que la leucocitolis¡s interviene, dentro de ciertos límites, en las reacciones generales, al lado de las toxinas hemáticas, en la reabsorción de los derrames sanguíneos asépticos, y al lado
de las toxinas micrc1bianas, en las infecciones.
r
- 21mente con licor Van Swieten y se pone encima un
algodón hidrófilo mojado en colodió n elástico.
Durante toda la operación el caballo debe mantenerse recto y tan quieto como sea posible. Un
buen modo para inmovilizado consiste en sujetarle
cogiéndolo del labio superior por medio de un acial,
mientras un ayudante le levanta la mano del lado
opuesto á la sangría.
Como no siempre se pueden conseguir frascos
de doble tubuladura, trócar, etc., se puede simplificar la operación de otra manera, que si es más
sencilla no da las mismas seguridades de asepsia.
Con el Dr. Lleras la hemos hecho y en varios casos
hemos obtenido el suero sin ninguna contaminación,
La operacIón es la siguiente:
un ftebótomo de veterinario. un martillo de madera, un bocal
de seis litros, alfileres, seda, etc., etc.
MANUAL
OI'ERA'fORlO
y UTENSILIOS:
Previos los cuidados de asepsia
del operador, de los instrumentos, del campo operatorio, y una vez hecha la compresión, se coloca el
filo del ftebótomo en la región de la yugular, perpendicular al eje de la vena; con el pulgar y el lndice se fija el vaso y sobre el lomo del ftebótomo se
da un martillazo. Inmediatamente salta un chorro
de sangre que como sale con fuerza no se contamina con la piel del caballo. Se deja perder un ¡Joco
de sangre y después se coloca el bocal de modo que
OPERACION
-
caiga en él la sangre -directamente. Uná vez:.recogi..
da la cantidad requerida, .con una cuch'aráe!?terilizada se quita la capa de espuma que se forma encima,
!:.erecubre el frasco con -un papel de filtro esterilizado y colocado en doble, se fija al papel por medío
de una cuerda que pasa el rededor del cuello del
frasco y se procede á la decantación de la sangrt.
Se colocan los frascos con una
inclinacicSnde unos 40° en un lugar fresco y~n reP,oso absoluto, de modo que la coagulación :se efectúe en las mejores condi\:iones. Al cabo de: tr-einta
y seis á cuarenta y ocho horas se ha efectuado ya la
retra,:ci6n del coágulo, que se ve rec;ub,ierto y ..r(t~
deado por una abundantecant;idad de suero límpido;
de color ambarino.
DECANTACION
-
Si una vez formado el coágulo ~edejara en
tontacto <;:onel suero, .éste disolverta la hemoglobi ..
na de aquél, el suero se pondría rosado:y se dañ.·
ría. Para evitar esto se procede al aislamiento del
suero.
AISLAMIENTo--...Esta·opéñiciónrequie(e. muclu)
cuidado y alguna habilidad de parte del1>reparadoi:
Se' hace de dos maneras, según qúe lf:lsangre sé baya recogido con trócar y envasado en (rascos dé
dobletubuladura. pr<'Jvistosde los tubos arriba indí~
cados, 6-que simplemente haya sido recogida por el
método de sangrar con el f!eb6tomo y recogerla
directamente en un bocaL
-·23 Se hunde.el tubo en U, lo más
profundamente q,úe se pueda sin que vaya á tocar el
coágulo, y al mismo tiempo que se levante el frasco
un poco se le da un muy ligero movimiento de rotaci6n. Después se rompe la extremidad del tubo
cerrada en la lámpara y con la boca, 6 con una pera
de caucho se sopla por la extremidad del tuho de
blado, en ángulo recto.
PRMIER
CASO --
Como todo" los tapones ajustan perfectamente,
el aire insuflado hará que el suero suba por el tubo
en U.EI algod6n colocado en el tubo en ángulo
recto impide toda contaminación entre el aire y el
suero
Aquí el aislamiento se hace
por medio de una pipeta especial cuyo pico ti~ne_
una longitud de unos veinticinco centímetros y que
presenta en su parte media un inflamiento de 30 c. c
de capacidad. El tubo superior de la pipeta, de unos
veinticinco centímetros de lo~gitud, está tapadO
por algodón; estú pipeta debe estar muy limpia y
esterilizada en el horno de Pasteur ó en el autoclave.
Quitado el papel que recubre el bocal se su·
merge
pico de la pipeta -entre el suero teniendo
cuidado de no tocar el coágulo, :luégo se aspira con
la boca.
SEGUNDO
CASO-
el
ENVASE-Una vei,aislado el suero se envasa en
frascos de vidrio de 20 á 30 c. c. de capacidad, que
han sido muy lavados y esterilizados.
- 24A cada frasco se le puede agregar un pequeño
grano de alcanfor fundido, que se tendrá el cuidado
de pasar antes por la llama de alcohol. Los frascos
se tapan con tapones de caucho esterilizado y se
conservan al abrigo de la luz y en un lugar fresco.
OTRAS
QUE
MANIPULACIONES
DEBE
SUFRIR
EL
SUERO
Se creerá que el suero una vez envasado sirve
ya para aplicado. No es así. Los sueros sanguíneos
no son sustancias inertes, todo suero tiene cuatro
propiedades. -
r.
Un poder globulicida: Las hematías sufren
alteraciones importantes en e} suew de un animal
de especie diferente (Hayem). Este poder globulicida
desaparece por un calentamiento á 55° (Buchner).
Parece que la sangre de un animal pueda tener propiedades hemolíticas aún sobre la sangre de un animal de la misma especie (H ulot y 1{amond). ([)
AlIado de la sustancia hemolizante existe otra
antihemolizante que se pone de relieve cuando se
calienta el suero á 58° (J. Camus Y Pagnez). (2)
r I.
P.)der coagulante. El suero de un animal
tiene propiedades coagulantes sobre la sangre de un
animal de otra especie (Richet y Héricourt), y Ha(1)
Hulo!
(2)
SOCo VIOL••
el
RamomJ,
J ulill
tj
SOCo
dc
VIO/ .• ,
q¡O l.
Julio
20 dC' 1901.
-25-yero ha vistp que el poder coagulante del suero desaparece después de un calentamiento que varía entre
los 52° y los 55°.
lB. Un poder aglutinante. Al poder coagulante se relaciona el poder aglutinante observado
por Bordez, Camus, Pagnez, etc., etc. El suero de
un animal aglutina las hematías de un animal d~ especie diferente.
IV. Un poder tóxico. El suero de un animal
tiene propiedades tóxicas para un animal de otra
especie. Cuando se inyecta en cantidades suficientes,
la muerte es muy rápida, casi inmediata, precedida
de miosis, disnea, aceleración de los movimientos
cardíacos, movimientos eonvulsivos, etc., ete. La
-autopsia demuestra que la muerte resulta evidentemente de las propiedades coagulantes del 'suero,
porque si se tiene antes el cuidado de suprimir este
poder coagulante, ya por el calentamiento á 520 Ó
531), ya por adición del cloruro yel sulfato de sodio,
la muerte sobreviene con los mismos síntomas aunque menos bruscamente. El suero, pues, posee independientemente de sus propiedades coagulantes,
propiedades t6xicas, que desaparecen por e calentamiento á 57°.
Para matar un kilogramo de conejo se necesitan 325 c. c. de suero de caballo. Si no se lleva la
dosis al máximun y se inyectan 40 c. c. por ejemplo,
observamos que á un conejo de 1,700 gramos no le
produjo la inyecci6n de suero puro ninguna reacción
- 26local, pero al día siguiente tuvo un asce.nso de tem~
peratura de grado y medio que persisti6 durante
cuatro días con muy ligeras remisiones;
~:n esos
días el animal estaba muy triste y había perdido el
apetito. Al sexto día la temperatura había bajado á
la normal y el animal volvió á recobrar el ánimo y
(':1 apetito.
1nyectado al hombre en dosis de 10 C. c. se observa una reacción febril, temporal, que varía entre
algunos décimos y ,°.5 á 2°. Hemos observado con
frecuencia las erupcio!les eritematosas y la urticaria.
V. U n poder bactericida. Se entiende por
poder bactericida no solo lo que mata 6 disuelve los
microbios, sino lo que hace lento su desarrollo y su
multiplicaci6n, impide sus funciones 6 altera su nutrici6n.
La acci6n del suero sanguíneo sobre los microbios ha sido objeto de numerosos estudios entre los
cuales se cuentan los de Flugge y Nuttall, ampliados por Buchner, Bouchard, Charrin y Roger, quienes han establecido que las bacterias sembradas en
suero sanguíneo, se desarrollan mal, pierden sus
funciones y atenúan su virulencia. El efecto retardante es mucho más aparente si se hace la siembra, en suero de un animal naturalmente refractario,
de una especie microbiana dada.
Según la concepci6n primitiva de los autores
alemanes, la sangre, el suero y la linfa obrarían de
la misma manera que las soluciones antisépticas y
-27 de este modo servirían para la defensa del organismo. Este asunto ha pasado por diferentes faces: primero se atribuy6 la propiedad bactericida de la san·
gre al suero; fue mirada como una reacci6n químiCa
dependiente del estado de la materia albuminoidea
(serina) y de la alcalinidad del medio, como manif~staci6n vital de un;; sustancia mal dcfinida alexina, la cual vio N uttall desaparecer por el calentado
del suero á 55 o. L llego se estuvo de acuerdo ,en
considerar la preponderancia
primitiva asignad<;\ al
suero como dependiente de los leucocitos,'y )~\1<jlQe:r
atribuye su acci6n como debida á la secresi6n leucocitaria que considera como fenómeno vital. Las experiencias hechas con extractos leucocitarios han
sido concordantes (J acob, Lovit) y se ha terminado
por admitir, hoy por hoy, que las propiedades. bactericidas del suero se deben á los leL1cocitos, que
se hallan en él J.e cierto modo almacenados
(Schattenfrok).
Para privar al suero de sus propiedades globuli~ida, coagulante, ag-lutinante y tóxica basta, según
lo visto arriba, someterlo durante una media hora á
una temperatura de S8°, sin que pase de allí, pues
con esta temperatura
se obtiene el despojarle de
todas estas propiedades y darle un poder antihemolítico Además si se calentara á más de 60° se coagularían alguno~ de los albuminoides y estos coagulitos al inyectarlos podrían producir embolias; 6 el
suero se coagularía en masa y se perdería.
Bueno es repetir estos calentamientos
durante
-.28 -unos cuatro días consecutivos y así lo hacemos nesotros en sesiones de una hora con el objeto de tindalizar el suero, pue.:; nunca puede estar uno seguro
de su absoluta asepsia. Esta tindalizaci6n se hace en
la estufa, vigilando mucho que la temperatura no
pase de 58·. (1)
Una vez tindalizado el suero se recubren los
tapones y parte del cuello del frasco con parafina
fundida para obtener una cerradura hermética y así
una mejor conservaci6n del suero.
(1) Se nos objetará Ilue con estos calenlamientos se destruyen lb
citasas bacteriolíticas, y que el suero perdería así su acción contra las
bacterias. Pero basta recordar los experimentos de Burdet (ANN. DE
L'INST. PAsnw/\, 18g8 pago 688" l\fetchnikoff (Les poisons cellulaires.
REV. GEN. DES SCII';I'i., Enero 15 de Igol) donde se ve que con e$te calentamiento no se destruy(,n sino una parte de las I}('opiedadesdel suero,
la propiedad citolítica común que de.saparece á 55 o Y qlle siempre existe en todu suero. Pero queda intacta otra propiedad: si se mezcla al
suero calentado á 55 o , microbios ó elementos figurados que según Itt
especie delllnimal que propOI'cionó el suero, debía'n sufrir la citolisi,6,
no la tiUfren sincmbargo, pero son profundamente modificados; son
SENSIBILIZADOS,
como lo mostró Bordet, y basta ponerles en presencia de
un suero de un animal cualquiera, incapaz por sí so¡" de producir la citolisis, para que ~pan citolizados. Y como el suero del enfermo siempre
es citolí. i~o, en el torrente r.irculatol'io del enfermo se despertará l!l actividad y citolisis de el de cabnllo. Además las alexinas no se destruyen
sino entre 68 ~ Y 70 o .
CAPITULO 11
REACCION
EN EL CURSO
DEL
DE
ORGANISMO
LAS
INFECCIOSAS
ENFERMEDADES
AGUDAS
Antes de ver cómo obra y por qué se inyecta
el suero de caballo en el curso de las enfermedades
infecciosas agudas, veamos primero, á grandes rasgos y resumiendo lo que dicen los autores, cómo el
organismo, por sus propias fuerzas, se defiende con·
tra la infección. Luégo veremos de qué manera el
suero puede ayudar al organismo en esta defensa.
Pueden
reducirse á dos órdenes de procedimientos: los unos
atacan los microbios, los otros sus productos ó
toxinas.
MEDIOS
L VCHA
DE DEFENSA
CONTRA
DEL
ORGANISMO -
LOS MICROBIOS -
El organismo
-
30-
viviente se defiende de los microbios por medio de
la actividad de que están dotadas algunas de sus
c~lulas y por ciertas modificaciones humorales debi~
das á sustancias que las células modificadas vierten
en los humores. Ai primero de estos medios, el profesor Metchnikoff, dio el nombre de fagocitosis;
el segundo ha recibido el nombre de defensa hu-
moral.
F AGOCITOSIS - La fagocitosis es el acto por
medio del cual ciertas células engloban 6 destruyen
partículas cuya presencia es nc-civa al organismo.
Los experimentos del profesor Metchnikoff demuestran claramente que el organismo posee en sus
células amiboideas móviles ó fijas, un medio para
detener el desarrollo de los microbios y las m;is de
las veces destruírlos.
La primera categoría de fagocitos está representada por los leucocitos poli nucleares y mononucleares, los primeros neutr6filos (60 por 100) Y eosin6filos de reacci6n acidófila (1,5 por 100); los
segundos, llamados por su tamaño mononucleares
. mayores, mononucleares menores, 6 linfocitos y medios mononucleares,
cuyo conjunto es de un 38
por 100.
Transportados con gran velocidad por la corriente sanguínea, se dirigen hacia los puntos invadidos
por los microbios, emigran á través de las paredes
vasculares dilatadas (diapedesis) y con sus expan-
- 31siones seudop6dicas tratan de englobar los microbios y una vez englobados, por medio de sustancias
que obran á manera de fermentos, el leucocito lo.
gra destruír el microbio. digerido.
En esta lucha del microbio y el fagocito no
siempre la célula es vencedora, muchas de ellas
mueren en el combate. 1\1 morir se disocian y sus
fragmentos quedan como cuerpos extraños en el
organismo. Estos fragmentos ó cadáveres, á su vez,
son reabsorvidos por los leuc0citos.
Los leucocitos polinucleares son esencialmente
micrófagos, es decir, que obran sobre los microbias; los leucocitos mononucleares son maer6fagos, es decir, que su oficio. éonsiste en absorver
partículas de mayon;s dimensiones como son los
despojos de los micr6fagos.
A primera v;:;ta no se explica por qué los leucocitos, libres en la circulación é independientes del
sistema nervioso, acuden con tánta prontitud al
punto del organismo invadido por los microbios ..
Leber demostró que ciertas sustancias químicas
atraen los leucocitos, lo que le indujo á admitir que
eran atraídos por una excitación química (la cual resulta en la infección, de sustancias fabricadas por
los microbios) que despierta la actividad de los
leucocito s, quimiotaxia positiva, por ejemplo con
la tuberculina, la maleína,· etc. Los productos de
.ciertos microbios muy virulentos (cólera del pollo,
- 32por ejemplo) rechazan los fagocitos, quimio'ÚlZia
negativa.
La noci6n quimiotáxica no debe, sinembargo,
excluír la acción del sistema nervioso: éste interviene para favorecer la diapedesis, pu~de, en efecto,
producir la dilatación vascular (acción del gran simpático), que hace que los glóbulos blancos puedan
salir fuéra de los vasos, probablemente por acci6n
sobre el centro vasodilatador. Este reflejo sería producido por toxinas que exitarían algunas terminaciones de nervios sensitivos.
La acción nerviosa no hace sino favorecer la
fagocitosis; por sí sola no puede producir la diapedesis, porque la dilatación vascular no produce sino
una abundante exudación de serosidad sin salida de
leucocitos en abundancia, si éstos se encuentran en
presencia de toxinas, tendrán propiedades quimiotáxicas negativas. La detención de la corriente sanguínea, que sucede al éxtasis vascular, favorece la
diapedesis.
La fagocitosis parece ser el medio de defensa
más potente '::on que cuenta el organismo en. su lucha contra las infecciones; su importancia resulta
de que el hombre adulto posee más 6 menos 75 billones de leucocitos, sin contar la participación de
la segunda categoría de células fagocitarias.
Esta segunda categoría está representada por
las células amiboideas fijas, mucho más numerQsas
aún que las precedentes y constituidas, según Met.
- 33chnikoff. por las células nerviosas, las células de
neuroglia y quizá algunas células del tejido conjuntivo que tod<ls pueden tener función fagocitaria.
Ciertas toxinas microbianas, y algunas sustancias químicas, pueden impedir ó detener la función
fagocitaria
La fagocitosis se puede apreciar en el curso de
llna infección por medio de la numeración de los
glóbulos blancos que de seis mil á siete mil que hay
por milímetro cúbico de sangre pueden subir á veinte mil ó cincuenta mil; y cuando el organismo reacciona bien se puede ver que el aumento existe sobre
todo en los leucocitos, que son más aptos para luchar contra la infección. Este último dato se aprecia
por medio de la investigación de la fórmula leucocitaria, que en el cur:,o de las enfermedades infecciosas parece seguir una marcha paraleh á la de la infección; la curva leucocitaria sigue á la curva térmica: así, en la neumoní~, enfermedad de evolución
•cíclica, el número de glóbulos blancos se eleva al
principio á die7. Y ocho mil, llegando á veinticuatro
mil desde el momento del calofrío, para'mantenerse
en el mismo título durante el periodo de estado. En
la neumonb, de evolución regular, de defervecencia
brusca, el nl¡merO de leucocitos baja rápidamente
en el momento de la crisis para volver á la normal
al día siguiente de la defervecencia. En la neumonía
de evolución lenta la crisis leucncitaria falta ó apenas se marca y ó;e produce irregular y lraccionadamente, por descargas sucesivas.
-34La evolución de la leucocito::is sigue también
la curva térmica en la erisipela y en las supuraciones
calientes donde la caída de la leucocltosis coincide
con la evacuación del pus.
Bezancon y Labbé (1) dan mucha importancia
á la leucocitosis de eosinófilos en la convalecencia
y dicen que constituye un reactivo en extremo
sensible de los estados patológicos. De una manera
general, se puede establecer como regla, que disminuyen en el curso del período febril de la mayor
parte de las enfermedades infecciosas, para reaparecer y aún aurnentm' en el momento de la convalecencia. Es éste un carácter común á las infecciones
de reaccion leucocitaria ó de leucopenia con polinucleosis ó con mononucleosis.
La reaparición se hace de dos modos: ó bien
vuelta de los eosinófilos al título habitual (1,5 á 2
por 100) (2) sin exageraci6n de número 6 bien hay
una verdadera crisis eosinofílica. Esta leucocitosis
eosinofílica puede alcanzar hasta un 1.3 por 100.
Poco será lo que se diga respecto al inmenso
valor en el pronóstico que tiene la eosinofilia en el
curso de las enfermedades agudas, sobre todo en la
(1)
Traíté d'Hematolog-ie pago 59U. Paris,1904.
(2) Los Butores europeo' cilan C<lIllOtítulo normlll de los eosinÓtilos el 1,50 á 2 por 100. NOSOtI'Ol;hemos observado 'Iue Ilquí el título e.
más elevado, de 2 á 3 Y medio por 100, debido esto quizá íl I¡¡ frecuencia
entre nosotros de parásitos intl'stilwles (anquilosloffiO, tricoeí>lillo, aSCiiride, ete.)
-
35-
infecci6n puerperal. En los casos en que hem(ls hecho el estudio de la fórmula leucocitaria vimos que
aquellos en que la enferma tuvo un fin funesto, los
eosinófilos n(.' se encontraban
en la sangre ó se encontraban en muy pequeño número, 1,3 é¡ o,S por
100 y en cambio en aquellos en que después
de la
inyección de suero de caballo había un aumento de
eosin6filos, la enferma reaccionó y curó.
En la (;Onvalecencia de la pulmonía hemos observado un aumento de eosinófilos que empezaba
al establecerse la crisis; y en una enferma (servicio
del Dr. R. Franco, número 28, departamento
de
mujeres) que llegó á la hepatización gris y que murió, en su sangre, tomada seis horas antes de la
muerte, vimos que habían desaparecido los eosin6filos.
DEFENSA
I-IUMORAL-
i\ 1 prinCipIO se creyó que
era la resultante de un estado bactericida del organismo, estado químico que mataría ó disolvería los
microbios, detendría su crecimiento ó su multiplicación impidiendo su nutrición ó en fin aminorando
sus funciones.
La teoría bactericida nació del experimento siguiente: en la sangre fresca de un com0~ é in vitro, los bacilos del carbón desaparecen rápidamente
como si fuesen sembrados en un medio que contuviese una sustancia antiséptica (Buchner).
Se concluyó que por razones meramente químicas y en ninguna manera dinámicas, seg-ÍIll los
- 36humores y las especies ó las razas animales que proporcionaran estos humores. las bacterias que allí se
sembraban morían, se disolvían 6 simplemente se
impedía su desarrollo.
Bouchard explicaba el estado bacterecida' por
la suceptibilidad de los microbios á mínimas diferencias en la composición química de los medios inertes, suceptibilidad tal, que la adición 6 sustracci6n
de dosis intinitecimales de una sustancia química,
pueden detener ó modificar la pululación de los microbios en la rapidez de su desarrollo, en su forma
6 en sus funciones.
Esta teoría no es del todo absoluta, pues sola
y sin la acción de los fagocitos no basta para explicar la defensa del organismo.
Los trabajos de Metchnicoff (3) hicieron ver
que existen 6 pueden desarrollar~;e en el organismoya primitivamente, ya después de un tratamiento
especial, sustancias químicas de constitución aún
desconocida que tienen una accóin incontestable
sobre la vida de los microbios y sus toxinas.
Las sustancias bactericidas propiamente dichas
son de la naturaÍeza de los fermentos 6 diastasas. Se
pueden estudiar:
ti n grupo de sustancias protectoras, fermentos de origen leucocitario, capaces de disolver
los elementlls ligmados en general y los microbios
en particular, son las almnas de Buchner, cita¡. o
-37 -
sas de Metchnikoff, complMnentos de Ehrlich.
Estos fermentos estarían confinados en el interior
de los fagocitos y no se encontrarían en los líquidos
del organismo sino en casos excepcionales y particulares.
Una sustancia que se desarrolla bajo la in·
fluencia de diversos tratamientos, sobre todo por la
inoculación de productos de origen bacteriano, sustancia sensibilizad ora (J. Bordet), cuerpo -in2. o
munizante, sustancia 6 cuerpo intermediario
(Ehrlich), filocitasa 6 fijador (Met-:hnikoff), que
tiene la propiedad de sensibilizar los microbios á la
acción de las alexinas, es decir, que los microbios
fijados, preparados en alguna manera por los fijadores á la manera que obr~ un mordente en ia pintura, se vuelven sensibles á la acción de las citasas,
que los destruyen fácilmente. Según el mismo
Metchnikoff, son preparados por los fagocitos porque aparecen al principio en el baw, los g;.¡nglios
linfáticos y la medula de los huesos, es decir, en ór·
~anos fagocitarios, para de allí difundirse en los humores. Llegan á los microbios, les sensibilizan sin
poder por sí solos hacerles inofensivos, función que,
como dijimos antes, corresponde á la citasa, ya en
el interior de los leucocitos, ya aún en los humores
que encierran alexinas provenientes de fagocitos
disociados. (1)
(1) Las alexinll!l no 5e destruyen sino después de un calt'ntaruiento de 68 o , 70 o, de manera que en el suero que nosotros prepal'llffiOO
están intactas.
-
38-
3. o La aglutinina 6 sustancia capaz de aglutinar los microbios pero que no parece desempeñar.
papel capital en la inmunidad.
El descubrimiento
de las alexinas, de las sustancias sensibilizadaras, de las aglutininas, demuestra pues que hay una defensa humoral, pero, siempre parece que los fagocitos sean los principales
actores de esta defensa, como de la defensa celular,
de tal manera que se debe conc1uír con Metchnikoff
que "las propiedades
humorales no representan
sino una cierta fracciÓn en f:l conjunto de fenómenos
de la inmunidad."
En las condiciones normales gran número de
secreci(lnes son un verdadero obstáculo á !a penetración de microbios en el organismo.~\
unque no
sean bactericidas. propiamente
dichas, se pueden
aproximar á este título, pues si bien es cierto que
cada una en particular no es suficiente por sí sola
para servir de barrera infranqueable
que detenga
los gérmenes patogenos, agentes de la infección, el
conjunto de ellas suple la debilidad de cada una.
Citamos entre ellas el líquido bucal (J), la secreción estomacal, el medio intestinal rico en hidrógeno sulfurado (antiséptico), fermentos, etc.; el
mucus nasal y otros.
\ 1) HugcJlschmidl. -- (Aun. de L'!n,t.
Pasleul',
Ilíg6
T X· -pago
-39Charrin (1) dice: "Es rato que un parásito no
sufra sino una sola influencia. Las secreciones no le
dejau conquistar la totalidad de fuerzas que necesita
para franquear los epiteliums, para luchar contra
los fagocitos.'·
DEFE:"I"SA
CONTRA
LAS
TOXINAS
MICROBIANAS-
El organismo lucha contra las toxinas microbianas
por do!' procedimientos:
la destrucci6n y la eliminaci6n.
La destrucci6n se hace por el hígado, las cáp·
sulas suprarenales,
los leucocito6 y quizá por mu·
chos 6r15anos de secreción interna, cuyas funciones
!'lOS son aún desconocidas.
Metchnikoff y sus discípulos (Beredka) (2) estudiaron la reacción de los leucocitos en presencia
de ciertos venenos y de ciertas toxinas. Resulta de
sus experimentos que los fenómenos leucocitarios
que se observan en los animales envenenados con
toxinas bétcterianas son absolutamente idénticos á
los observados en el curso de las infecciones: hipoleucocitosis cuando la muerte sobreviene
rápida·
mente, hiperleucocitosis
si la muerte es tardía 6 si
hay curación,
La hipoleucocitosis
se explica
(rl Ser:n. Ml'd., 18!)2. pago 493.
1,2) AIIII.
111\
L'lllst
l'aslcur, Mayo de 1898.
no porque haya
-40una verdadera disminución de leucocitos sino por
el poder quimiotáxico negativo de las toxinas y venenos que hace que los leucocitos huyan del veneno
y se refugien en los órganos profundos; bazo, medula ósea, etc.
La eliminación de las toxinas se hace por el
intestino, los bronquios, el riñón, la piel, etc.
CAPITULO' 111
ACCION
Accw?-;
FISIOLOGICA
Si se tiene la precaución de
calentar el suero en baño María á unos 30° 6 388
Y aplicarlo lentamente, la inyección no es dolorosa.
A I nivel del punto de aplicación, aparece una bola
de edema que se resuelve al cabo de 15 á 30 minutos.
tOCAL
-
Si la operación se hace con todos los cuidados
de asepsia no se observan accidentes locales. En algunos individuos, sinembargo, hemos observado al
segundo día de la inyección una placa rojiza eritematosa debida quizá á cierta idiosincrasia que presentaban para el suero, pues después de la placa
eritematosa observamos, algunas veces. urticaria.
En los individuos sanos hay un ligero
aumento en el nÚmero de pulsaciones, de 10 á 15,
que dura hasta 24 horas con un ligero aumento de
la tensión arteria!.
PULSO -
-- 42 En los febricitantes se observa en las primeras
horas que siguen á la inyección un aumento en el
número de pulsaciones con ligera hipertensión;
pero este aumento de pulsaciones, lo mismo que la
hipertensión,
no duran sino muy pocas horas para
dar lugar á una disminución en el número de pul:::aciones con ligera disminución de la tensión arterial.
TEMPERATURA-En los individuos no febrici~
tantes la inyección de 10 centímetros cúbicos no
nos ha producido ningún cambio en la temperatura.
Si la dosis se eleva á unos 30, 40 c. c. puede haber
un ascenso de temperatura poco persistente.
El suero que no ha sido sometido al calentamiento de 58° produce una reacción febril al inyectarlo en los conejos. En el hombre no lo hemos experimentado sino después de haberlo sometido durante varias sesiones ;Í un calentamiento de 58°.
En los tebricitc.ntes. en las cuatro 6 cinco primeras horas que siguen á la inyección, se observa
un aumento de temperatura que varía entre algunos
décimos y 1,5 o, para bajar después considerablemente. Una vez bajada la temperatura,
si se con ti·
núan las inyecciones, se I:'gra alejar al enfermo, un
poco, de la hipertermia.
RESPIRACION-SU acción es variable, pues unas
veces hemos notado aumento y otras disminución
en el número de movimientos respiratorio,:. Sinembargo, en los neumónicos que hemos tratado con él
- 43!Juera de caballo
vimos
que
generalmente
la disnea
disminuía.
ORINAS-
mento
En los individuos
en la cantidad,
sanos hay un au-
en la densidad,
tos, en la úrea y' el ácido
{¡rico;
en los fosfa-
disminución
cloruros
y algunas
cantidad
de alb{m1ina que no es persistente
la hemos
guientes
visto
veces
pasar
aparición
de
de los
una
ligera
pues no
24 horas si-
de las primeras
á la inyección.
En los febricitantes
el aumento
de la densidad
y de la úrea es mucho mayor.
N V'fi{ICIO?'\
químico
Por
de las orinas
la eliminación
actividad
-
del álOe.
lo que
mayor
llna nutrición
ricos en nudeína:
ción orgánica
actividad
una
~n
mayor
de ácido
y
leucocitaria
más activa de los órganos
disminución
é igualmente
minerales
prueba
y el aumento
en las combustiones
por lo tanto
que da el análisis
se ve que hay un aumento
úrico que indica una
rias
los datos
de la desmineraliza-
de la. cantidad
necesarias
para
de mate-
la movilización
del
ázoe.
ACCION
caballo,
SOB!U:
de leucocitos,
puesto
todas
del organismo
gre vendrá
antes,
que encielTa
ne artificial mente
cocitos
LA SA:\'GRE
como dijimos
-
Siendo
todas
aquél á reforzar
que van á mezclarse
y tie-
de los leu-
al inyectarse
las propiedades
al suero
de
solución
las energías
las propiedades
vivo,
el suero
una verdadera
en la sande ésta
o
fer
-u·mentas, diastasas, sustancias leucochógenas,
.etc.•,
que el suero in vivo no contiene, pero, que tiepe.
in vitro, gracias á la disolución de los leucocitos al
formarse el coágulo.
Como se ve en al15unas de nuestras observaciones, el suero es leucocitógeno. á las pocas horas'de
aplicado se observa un aumento de 4,000 y hasta
de 1 0,000 leucocito~ por milímetro cúbico, ¡Jero,
esta leucocitogénesis
no se manifiesta indiferentemente en una ú otra clase de glóbulos blancos; los
poliriucleares, que como antes vimos, son células encargadas de luchar directamente contra los gérmenes
patógenos, son los que sufren mayor <!.umemo..
Vimos también que la apari-;ión de una leucocito~is eosinofílica era señal de una próxima convalecencia; el suero de caballo aumenta considerable·
mente los eosinófilos. (1)
Los mono nucleares mayores disminuyen, y esté!.
leucolisis mononuclear probablemente
hace que el
suero del enfermo disuelva diastasas contenidas en
los mononucleares y se vuelva así más activo para
la defensahumoral.
El suero calentado á 58 o Y enfriado, no tiene
acción sobre los glóbulos rojos l'li en su forma ni en
(J) Este aumento de ('osinÚfilos lo hemos ol.servaflo no solamen t e
en los indi.,iduos sanos y ('U los cufcrmo.;, (¡ino (¡lJllhién en los rntones ~
en los eonejos.
-45su número. In vitro no los disuelve, antes bien, se
conservan en él como en el suero artificial.
Las inyecciones de suero de caballo
el poder coagulante de la sangre.
aumentan
En resumen; el suero de caballo es un poderoso medio para reforzar el organismo en su lucha
contra la infección, puesto que refuerza los dos
grandes medios con que cuenta el organismo en su
defensa: la fagocitosis, con su acción leucocitógena
y la defensa humoral por medio de' sus fermentos.
SISTEMANERVIOSO
- Las inyecciones de ~uero
nos parecen ser en alguna manera tónicas del sistema nervioso en cuanto que calman la agitaci6n y
quitan el insomnio. N o sabemos SI lo que hemos
<"bservad~ sea debido á una acción sedativa que
ejerza el suero sobre el sistema nervioso ó si los
efectos observados sean debidos á la calma que experimentan los enfermos por la baja de la temperatura. A 1 mismo tiempo creemos que en alguna manera excita el sistema nervioso, pues vimos que
produce una leucocitogénesis y esta leucocitogénesis, como vimos antes, no es del todo independiente
del sistema nervioso.
CONCLUSION-Como se ve, la acci6n que prbducen las inyecciones subcutáneas de suero de caballo, son idénticas á las reacciones que se efectúan
en un organismo que se defiende activamente contra una infecci6n.
CAPITULO IV
INDICACIONES
Vimos que el suero es ante todo leucocit6ge.
no y que la leucocitosis era el medio de que el organismo se valía para reaccionar contra las enfermedades infecciosas; nada, pues, más racional que
empleado contra esta clase de enfermedades.
En esta enfermedad
fue donde hicimos nuestros primeros experimentos.
Como la infecci6n puerperal no es Única, sino que
hay varias clases de infecciones puerperales, tanto
por la naturaleza de los gérmenes que las provocan (estreptococos, gonococo, estafilococo, colibacilo, bacilus perfringens, b. ramosus, b. caducus,
b. nebulosus, etc.), (1) como por su localizaci6n en
INFECCION
(1)
Á.
PUERPERAL
Ribemont-Dessaignes
-
('te, Lepage. Precis d'Obtelriquc'
-48el organismo;
sería casi imposible hacer un suero específico polivalente. El suero de Marmorek
(poli valen te para las varias clases de estreptococos)
( I) no puede ser específico en las infecciones de
otra clase de microbios. Nosotros creemos que muchos de los buenos resultados que se han obtenido
con este suero son debidos, no tanto á su acción específica contra los estreptococos
y su s toxinas,
cuanto á su acción leucochbgena y á las diastasas
que contiene como suero de caballo.
En los casos en que aplicámos el suero de caballo notámos, como puede verse en algunas de
nuestras observaciones, que la temperatura, después
de un ligero ascenso de algunos décimos, bajaba;
lo mismo el número de pulsaciones; cesaban los calolríos; la orina aumentaba de cantidad con aumento de la úrea; la fórmula leucocitaria marcaba una}eucocitosis con polinucleosis ensinofílica y el estado
general de la enferma mejoraba considerablemente.
N o queremos decir con esto que el suero se
aplique como único tratamiento; los procedimientos
antiséptitos, asépticos y tónicos, de aplicación general y local (purgantes,
baños fríos, café, leche, alcohol, cloroformo, tratamiento de las heridas vagino-vulvo-perineales;
inyecciones vaginales; inyec-
(1) Van de Velde citado por A. Ribemont-Dessaignes,
page, pago r ,2°5.
ete., Le-
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