Lo que une y separa a Pedro y Susana: izquierdismo

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Pedro Sánchez
POLÍTICA
Lo que une y separa a Pedro y Susana: izquierdismo,
modernidad, territorialidad y liderazgo
PSOE no hay
más que dos
Todavía no. Tras una nueva escaramuza, que esta vez a punto estuvo de pasar a
mayores, el choque de trenes entre Pedro Sánchez y Susana Díaz se ha aplazado,
una vez más, hasta nueva orden. El Congreso Federal se pospone, la baronesa
andaluza por ahora no cruza Despeñaperros y el madrileño tiene margen para
intentar pergeñar un difícil Gobierno o ir a elecciones generales. Sin embargo, el
enfrentamiento por hacerse con las riendas del PSOE entre ambos líderes, que para
muchos está destinado a producirse tarde o temprano, va más allá de la mera lucha
entre dos personalidades distantes y distintas. Aunque comparten ambición,
audacia política y carreras meteóricas, les separa su experiencia, su concepto de
izquierdismo –“pragmatismo frente a academicismo” lo definen algunos–, su
modelo territorial o incluso su forma de ejercer el liderazgo y buscar alianzas, tanto
dentro como fuera del partido. Unas diferencias que no sólo serán claves a la hora
de dirimir el vencedor de la contienda, sino que también han empezado ya a
impregnar a los propios militantes de la organización.
L
Por Catherine Mordos
a consigna era “detener la deriva
de Pedro Sánchez”. Las tropas lideradas por Susana Díaz, por tercera vez en poco más de tres meses, estaban listas para cruzar Despeñaperros y desembarcar en la sede madrileña de
los socialistas, en la calle Ferraz, para lo que
muchos consideraban una operación para
“recuperar el partido” de manos extrañas.
Sin embargo, el paso atrás de algunos de los
más influyentes barones territoriales – el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández, ver recuadro “El
factor Susana”-, y el inesperado giro “pactista” del líder de Podemos, Pablo Iglesias,
desbarataron todos los planes.
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Así, tras la reunión entre Pedro Sánchez e
Iglesias, nimbada de optimismo ante la posibilidad de formar un Gobierno ”a la valenciana”, las huestes andaluzas se replegaron, la logística para la recogida de avales y
los equipos de campaña se paralizaron y la
pelea por las riendas del PSOE, una vez más,
quedó pospuesta tras el aplazamiento, por
consenso, del 39 Congreso Federal del PSOE.
Un Congreso que es más que seguro será el
escenario final de la lucha por la secretaría
general entre la andaluza y el madrileño.
Pero la operación, aunque aplazada, sigue en marcha, a la espera de que la ocasión propicia se presente de nuevo. Y es que
“las diferencias entre Pedro Sánchez y Susana Díaz”, señala un veterano ex alto cargo socialista, “son ya demasiado evidentes
n1 Madrileño de 44 años.
n2 Hijo de un empresario militante del PSOE
y una funcionaria de la Seguridad Social.
n3 Casado y con dos hijas.
n4 Vive en el municipio madrileño de Pozuelo.
n5 Licenciado en Económicas y Empresariales
y doctor en Economía.
6
n Habla inglés y francés.
n7 Llegó a la Secretaría General del PSOE tras
ganar por sorpresa unas primarias.
8
n No ha ejercido ningún cargo público de gestión.
n9 Su apuesta política más arriesgada:
defenestrar al secretario general del PSM,
Tomas Gómez.
10 Partidario de un modelo federal en España.
n
11 Sólo tiene un puñado de fieles en su Ejecutiva
n
pero se apoya en la consulta a los militantes.
12 Los barones más poderosos están en su contra.
n
13 Tiene un acuerdo con C´s y negocia con Podemos.
n
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Susana Díaz
n.
,
a
s.
a.
s.
n1 Sevillana de 41 años.
n2 Hija de funcionarios del Ayuntamiento de Sevilla.
n3 Casada y con un hijo.
n4 Vive en el sevillano barrio de Triana.
n5 Licenciada en Derecho y diplomada en Alta Dirección de
Instituciones Sociales.
n6 No domina ningún idioma.
n7 Llegó a la Secretaría General del PSOE-A elegida en congreso
tras la dimisión de Griñán.
n8 Ha ejercido cargos públicos de gestión como concejala del
Ayuntamiento de Sevilla, consejera y presidenta de la Junta de
Andalucía.
n9 Su apuesta política más arriesgada: apoyar a Carmen Chacón.
10 Defensora a ultranza de la unidad de España.
n
11 Tiene una Ejecutiva a su medida y un férreo control del partido
n
en Andalucía.
12
n Cuenta con la complicidad de los principales barones.
13 Tras dar portazo a Podemos, cerró un pacto de Gobierno
n
con C´s.
y profundas como para que se puedan solucionar de otra forma que con la muerte política de uno de los dos”. Unas diferencias
que, según la mayoría de las fuentes consultadas, van mucho más allá de una simple
guerra por ocupar el poder o un “quítate tú
para que me ponga yo”. Detrás de esta pelea a muerte subyace el tremendo choque
entre dos personalidades muy distintas, dos
políticos de muy diferente procedencia, formación y experiencia, a los que separan muchas más cosas de las que les unen.
Empezando por su propio origen que, cada uno a su forma, ha marcado profundamente a ambos dirigentes. Susana Díaz procede de una familia de funcionarios del
Ayuntamiento de Sevilla, de la cual se enorgullece, hasta el punto de que bromea con
el oficio de su padre, fontanero, diciendo
que es de la “casta de los fontaneros”. Des-
Sánchez procede de
una familia media
acomodada. El padre de
Díaz era fontanero
La andaluza acumula
gestión. El madrileño
nunca ha manejado
dinero público
de muy joven, confiesa, se fue “buscando la
vida” con trabajillos esporádicos y con solo
16 años, empezó su carrera política en las
Juventudes Socialistas. Se trata, en todo caso, de un perfil muy ligado a su barrio – Triana, en Sevilla, donde sigue viviendo-, a las
costumbres y cultura locales –fue catequista de joven, es devota de la Esperanza de
Triana y de la Virgen del Rocío y le gusta irse de cañas con su marido y amigos- y que
no destaca especialmente por su formación
académica, hasta el punto de que muchos
la consideran una “persona hecha a si misma”. Dicen, incluso, que su mentor político, el entonces presidente de la Junta Juan
Antonio Griñán, solía aconsejarle qué libros
leer y qué películas ver para estar al día.
Lo opuesto casi a Sánchez. Hijo de una fanº 1149. 4–10 de abril de 2016
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milia media acomodada – padre vinculado
al sector financiero, madre funcionaria de la
Seguridad Social-, estudió en el prestigioso
instituto madrileño Ramiro de Maeztu, donde empezó su carrera como jugador de baloncesto. Lo que empezó bien siguió mejor,
y en su curriculum se acumulan títulos: licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de
Madrid, doctor en Economía y Empresa por
la Universidad Camilo José Cela, Máster en
Economía Política Europea por la Universidad Libre Bruselas y Máster en Liderazgo Público por el IESE. Y mientras la andaluza no
ha trabajado nunca fuera de la política, Sánchez ha sido profesor de Universidad, consultor varios años en Nueva York, ha trabajado para la ONU en Bosnia y hasta ha escrito un libro sobre “La nueva diplomacia
económica española”.
Sin embargo, esta misma disparidad curricular no ha sido toda en beneficio de Sánchez, acusado por los sectores más “pro Susana” de ser un “niño bonito” que lo tenía
El factor
Susana
“Es bueno empezar por lo que nos
une”. Con esta frase, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, abría una
nueva etapa en las interminables
negociaciones para formar Gobierno. Después de un sinnúmero de
agravios – incluido el de la cal- y
mostrarse huidizo a la hora de reunirse a negociar, Iglesias daba un
giro drástico, tras reunirse con Sánchez la pasada semana, aceptando
negociar con Ciudadanos y renunciando a formar parte de un futuro
Gobierno de coalición.
¿Qué ha pasado para este brusco cambio? Según algunas versiones, procedentes de fuentes bien
informadas, la clave la tiene la propia Susana Díaz. Tras varias semanas de bloqueo absoluto en las
negociaciones entre PSOE y Podemos, que hacían presagiar que no
10
Iceta se lleva bien con ambos, aunque Cataluña los divida.
todo a su favor – uno de sus primeros mentores, Carlos Westendorp, era amigo de sus
padres-, mientras que la líder andaluza tuvo
que “peleárselo casi todo” señala una fuente cercana a la presidenta andaluza, como
“casi cada hijo de vecino”. Por ejemplo, le
costó diez años terminar la carrera de Derecho, un título que logró cuando ya era con-
habría gobierno, los más fieles colaboradores andaluces de Díaz –
la mayoría, cargos medios del partido- la convencieron de que ese,
y no otro, era el momento de dar
el salto. Por un lado, ante el temor
de que las conversaciones entre
Miquel Iceta – que mantiene excelentes relaciones con Susana Díaz, además de con Sánchez- y Xavier Domènech, llegaran a resultados positivos, que permitieran al
PSOE lograr el respaldo de los independentistas en una investidura. Por el otro, era el momento si
no quería “bendecir” la consolidación, por cuatro años más, de Sánchez como líder del PSOE. Una consolidación que, según reconocen
algunos barones, ya es un hecho,
tras las dos sesiones de investidura fallidas. Con el peligro añadido de que, en unas nuevas elecciones, los resultados del Partido
Socialista con Sánchez de nuevo
como cartel electoral podrían superar los 95 escaños, como seña-
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cejal en el ayuntamiento de Sevilla, y tampoco domina ningún idioma, al contrario
que su contrincante, que se expresa con corrección en inglés y francés.
Todo un abismo, que para Díaz significa,
en opinión de los suyos, “cercanía con el
pueblo, política de andar por casa, ser “uno
de los nuestros” y, sobre todo, un alto grado de compromiso político, que se trasluce
en sus encendidos y apasionados discursos,
que ha ido puliendo desde que llegó a a presidencia de la Junta, en sustitución del dimitido Griñán y que compensan su imagen
un tanto gris.
En cuanto a los fieles a Sánchez, resaltan
de él su alto grado de preparación – “ser economista en este momento es muy importante”, señala uno de ellos- y su solvencia a la
hora de codearse con dirigentes, tanto dentro como fuera de España, donde ya ha tenido encuentros internacionales relevantes,
al margen del traspiés con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, al que pidió, sin
éxito alguno, que intercediera ante Podemos
lan algunas encuestas, una cifra
suficiente como para justificar su
permanencia al frente del PSOE.
En el mes de febrero, Andalucía
había logrado frenar la propuesta
de Sánchez de retrasar el Congreso, forzando que el Comité Federal
lo fijara para el 21 y 22 de mayo.
Ello implicaba que en la primera
quincena de abril se presentarían
las candidaturas para la secretaría
general. Una carrera en la que Díaz, pensaban sus fieles, debía intervenir, pese a que varios de los
históricos, incluido Felipe González, pensaban que no era un buen
momento.
Todo estaba listo, incluso estaba
hablado el hotel de Madrid donde
se haría la presentación – el Ritz,
afirman varias fuentes- y la fecha,
y los equipos montados. Incluso, en
una decisión que aparentemente
era sin vuelta atrás, fue filtrada la
noticia de que Susana Díaz se presentaba a las primarias del PSOE a
varios medios, curiosamente todos
El esperado encuentro de Sánchez e Iglesias ha abierto
la
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para lograr un pacto de Gobierno.
En lo que sí coinciden ambos dirigentes es
en sus pinitos en las Juventudes Socialistas,
donde Díaz llegó a ser secretaria de Organización, mientras Sánchez fundó una agrupación. Sin embargo, sus carreras políticas
también difieren considerablemente, toda
vez que la de Sánchez, tras los inicios brillantes, no terminó de centrarse del todo, con
varios logros conseguidos “de rebote”: fue
concejal del ayuntamiento de Madrid, formó parte del equipo de José Blanco en la Secretaría federal de Organización, en el partido – “un destino adecuado para conocer
el partido, pero no tanto para hacerse amigos”, señala una persona que le conoció bien
en esa etapa- y hasta fue diputado dos veces. Pero siempre, acompañado por una fama de persona amable, sonriente y poco dada a los puñetazos en la mesa. Aunque, hasta su llegada a la secretaría general del PSOE,
tampoco le ha hecho falta, ya que no había
ejercido cargos de responsabilidad orgánica o de gestión política.
to
la puerta a unas negociaciones que se iniciarán esta semana.
“No estoy en política para hacer amigos”.
Dicen que es una de las frases favoritas de
Susana Díaz, y así lo ha demostrado en no
pocas ocasiones. Algunos la llaman “killer”
por su fama de acabar con la carrera política de sus mentores – Luis Pizarro, Rafael Velasco, José Antonio Viera son algunos de
ellos-, y su concepción del poder en políti-
Ella ejerce con
autoridad y exige
disciplina mientras él
es más heterodoxo
ca es absolutista. Como secretaria de organización del PSOE-A aprendió cómo controlar un partido, y lo aplicó poco después,
cuando llego a ser primero presidenta de la
Junta, y luego, por aclamación, secretaria
general de los socialistas andaluces. Tiene
una ejecutiva a su medida, los secretarios
provinciales de su formación le son fieles
hasta el final y las listas electorales no se hacen sin su visto bueno. De esta forma, ha
acallado cualquier conato de crítica interna
en el partido, pero también ha dejado traslucir su escasa simpatía por los procesos
abiertos, como las primarias – a menos que
sea sin rivales- y, sobre todo a las consultas internas. De hecho, dicen los que la conocen que fue una de las que más desagradablemente se sorprendieron cuando Pedro
Sánchez anunció que consultaría en referéndum a la militancia sobre los pactos de
Gobierno.
“La diferencia fundamental entre Susana
Díaz y Pedro Sánchez”, explica una fuente
conocedora de ambos dirigentes, “es que
mientras la primera ejerce la política desde
una concepción más tradicional, es decir,
centralismo, autoridad, disciplina de partido, compromiso, Sánchez es más heterodoxo y, en cierta medida, “moderno”. Le interesan las medidas de participación y transparencia, quizás porque entiende que el empuje de las nuevas formaciones como Po-
conservadores.
Sin embargo, tal y como apuntan
las fuentes consultadas, en ese momento dos barones, el presidente
de Extremadura, Guillermo Fernández vara, y el de Asturias, Javier
Fernández, frenaron la operación
porque “no la veían clara”. Otros líderes territoriales, algunos de ellos
con Gobiernos logrados gracias a
Podemos, tampoco estaban entusiasmados ante una guerra interna
que solo podía debilitar el partido,
y a ellos.
Otras versiones apuntan que fue
clave el hecho de que, ante la posibilidad de que Susana Díaz tomara
el control del PSOE, Podemos decidiera cambiar de rumbo y apostar
por un pacto, dando así un respiro
a Sánchez. No en vano, apuntan las
fuentes consultadas, la formación
de Iglesias prefiere “tener a Sánchez enfrente que a Susana Díaz”,
en la medida en que el primero está, tanto por ideología como por
imagen y formas, más alejado de
Podemos que la “populista” andaluza, más parecida a Podemos por
talante, y por tanto, más peligrosa
de cara al electorado.
En cualquier caso, la decisión de
Pablo Iglesias de cambiar de rumbo y apostar por el pacto abría la
puerta a un posible Gobierno presidido por Sánchez, un escenario
ante el cual ni Susana Díaz con todos sus apoyos podría luchar. Por
eso, continúan las fuentes, se filtró
desde Andalucía que no se vería
con malos ojos aplazar el Congreso. Una decisión que, a la postre,
se presentó como un triunfo, tanto
desde el lado de Susana Díaz – que
volverá a atacar si Sánchez no es
presidente u obtiene malos resultados en nuevas elecciones generales- como de la dirección de Ferraz, que la ha presentado en público como “un favor para posibles
futuros candidatos a la secretaria
general”, aunque en privado lo califican sin ambages de “nueva pifia
de Susana Díaz”.
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TRIBUNA
Por Miguel Ángel Aguilar
En funciones lucrativas
D
esde el 20 de diciembre de
2015 el Gobierno se encuentra en funciones. Así lo
dispone el apartado primero
del artículo 101 de la Constitución, donde se incluyen los tres supuestos en los
que se produce el cese del Gobierno: tras
la celebración de las elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza
parlamentaria previstos en la Constitución
o por dimisión o fallecimiento de su presidente. El apartado segundo del mismo
artículo señala que el Gobierno cesante
continuará en funciones hasta la toma de
posesión del nuevo Gobierno. O sea, que
tenemos Mariano Rajoy hasta el 2 de mayo y si no hubiera investidura hasta bien entrado
septiembre.
Sobre qué sea eso de
encontrarse en funciones
un Gobierno nada como
consultar
la
Ley
507/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno.
Ahí puede aclararse que
son tres los principios
que configuran el funcionamiento del Gobierno: el principio de dirección presidencial,
que otorga al presidente del Gobierno la
competencia para determinar las directrices políticas que deberá seguir el Gobierno
y cada uno de los Departamentos; el de
colegialidad y consecuente responsabilidad solidaria de sus miembros; y, por último, el principio departamental que otorga al titular de cada Departamento una
amplia autonomía y responsabilidad en el
ámbito de su respectiva gestión.
Dentro de esa norma, el Título IV se dedica exclusivamente a regular el Gobierno en funciones, una de las principales
novedades de la Ley, con base en el principio de lealtad constitucional, delimitando su propia posición constitucional y
entendiendo que el objetivo último de toda su actuación radica en la consecución
de un normal desarrollo del proceso de
formación del nuevo Gobierno. Enseguida señala que el Gobierno en funciones
facilitará el traspaso de poderes y limitará su gestión al despacho ordinario de los
asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia debidamente
acreditados o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras medidas.
El presidente del Gobierno en funciones
no podrá ejercer las siguientes facultades:
a) Proponer al Rey la disolución de alguna
de las Cámaras, o de las Cortes Generales.
b) Plantear la cuestión
de confianza. c) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum
consultivo. Y el Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades: a) Aprobar el Proyecto de Ley
de Presupuestos Generales del Estado. b) Presentar proyectos de ley
al Congreso de los Diputados o, en su caso, al Senado. Además,
las delegaciones legislativas otorgadas por
las Cortes Generales quedarán en suspenso durante todo el tiempo que el Gobierno esté en funciones como consecuencia
de la celebración de elecciones generales.
Todas estas limitaciones para nada afectan a lo que está sucediendo: contratación
de manera indeleble de funcionarios llegados como interinos, asignación de pingües destinos a los afines de los gabinetes
y demás gentes de confianza, eliminación
de papeles entregados a las trituradoras, vaciado de los discos duros, pulverización de
rastros que permitan seguir la trazabilidad
delictiva. O sea, que el Gobierno Rajoy sigue en funciones lucrativas. Continuará. l
Designación de
funcionarios,
vaciado de
discos duros...
Un Gobierno en
funciones
lucrativas
12
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demos obligan a revisar las antiguas estructuras de partidos existentes hasta ahora”.
Además, apunta esta fuente, es una forma de
hacerse con la complicidad de los militantes, algo importante cuando le faltan apoyos
entre los cuadros orgánicos del partido. Por
eso, para algunos, las decisiones de Sánchez
en este sentido obedecen sobre todo a la necesidad de emprender “respuestas tácticas
improvisadas”, como las define una de las
fuentes consultadas. Es decir, que mientras
que “para Díaz el partido tal y como es es
sagrado, para Sánchez la organización tiene una finalidad más instrumental: conservar el poder, llegar a La Moncloa, aplicar
políticas progresistas…”
Quizás debido también a esa provisionalidad que rodea la gestión al frente del PSOE
de Sánchez – llegó al cargo tras unas primarias en las que no era el favorito, con el
apoyo “in extremis” de los mismos barones
que ahora consideran que les ha traiciona-
Para Díaz el partido es
sagrado; para Sánchez,
que no lo controla, es
más instrumental
do y le quieren descabalgar-, el secretario
general socialista no tiene, ni mucho menos,
garantizado el control del partido. En su ejecutiva –perfilada bajo la vigilancia de Susana Díaz, que se encargó de distribuir la lista a los periodistas en el Congreso Federal-,
tan solo le queda un puñado de leales, encabezados por su secretario de Organización, César Luena. Este último es el inspirador de la estrategia de Sánchez, consistente
en apostar por una renovación generacional
progresiva del partido – “de los nuevos llegarán las fidelidades”- en lugar de cortar por
lo sano y colocar a los fieles en los puestos
claves, como ha hecho Díaz en Andalucía.
Para imponer su autoridad, tuvo que recurrir al golpe en la mesa de cesar al secretario general del PSM, Tomas Gómez, e imponer una dirección de su gusto. Una decisión que contribuyó notablemente a que los
barones, los más poderosos, le dieran la espalda y apostaran por Susana Díaz. Este es
el caso del presidente valenciano Ximo Puig,
del castellano manchego Emiliano García
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Page, del extremeño Guillermo Fernández
Vara o del asturiano Javier Fernández. Tan
solo quedan como aliados de Sánchez los
dirigentes de territorios de menor peso orgánico, como Madrid, País Vasco, Cataluña, Galicia – pese a su exsecretario general
dimitido- o Baleares.
La gran ventaja, hoy por hoy, de Susana
Díaz, al margen de su capacidad por pacificar y controlar al partido y motivar a los
militantes, es su experiencia de gestión, primero en el Ayuntamiento de Sevilla, luego
como “número tres” del PSOE-A y, finalmente como consejera de Presidencia y luego Presidenta de la Junta. Desde ahí ha podido demostrar, por la vía legislativa, su
apuesta izquierdista, a través de medidas como las aprobadas en materia de vivienda.
Pero sobre todo, al lograr evitar aplicar recortes traumáticos mientras cumple de forma razonable con la política de austeridad
presupuestaria impuesta desde Madrid. Sus
fieles destacan al respecto que “a pesar de
Montoro, Susana ha conseguido dejar atrás
los enfrentamientos con Madrid y demostrar
que, cumpliendo los objetivos de déficit, se
puede hacer una política económica sin recortes”. Un equilibrio que le ha valido tener
buenas relaciones con el mundo empresa-
LA PLAZA
DE
CHAMBERÍ
Luena dirige el equipo de fieles de Sánchez en Ferraz.
rial y bancario, satisfechos por su pacto con
Ciudadanos, alcanzado después de dar portazo a un Podemos radicalizado.
Para Sánchez, esta es una asignatura aún
pendiente, ya que pese a sus intentos, los
empresarios y los banqueros no terminan de
fiarse del madrileño, ya que todo depende
de con quien gobierne, llegado el caso. Un
hipotético acuerdo con Podemos, que para
Díaz es impensable, no es descartable, en
la medida en que “todo es negociable”, sobre todo en el terreno de las medidas sociales. La gran traba para Sánchez es el te-
ma territorial. Para la andaluza, garantizar
la unidad de España es prioritario e indiscutible – “Podemos quiere romper la unidad de España y eliminar al PSOE”, ha dicho-, un punto con el que coincide con algunos de los más relevantes históricos del
partido, como el ex presidente Felipe González, su referente político , aunque también el de Sánchez. De ahí su negativa tajante a un gobierno apoyado, por activa o
por pasiva, por grupos independentistas.
Mientras, para el líder madrileño, todo es
cuestión de encontrar una vía intermedia.
De hecho, es uno de los inspiradores de las
conversaciones que, desde hace un tiempo,
vienen desarrollando el líder catalán, Miquel
Iceta, con el dirigente de En Comú Podem,
Xavier Domènech. Un salto hacía adelante
similar al que le hizo aceptar presentarse a
una investidura perdida de antemano, pero
que le sirvió para fortalecer su posición, y
dotarle de cierta aurea institucional frente a
su rival andaluza, que, al igual que el madrileño, también ha tenido que afrontar no
una, sino varias sesiones de investiduras fallidas. Y, quizás, sea el último elemento que
les acerque si Sánchez logra, como hizo Díaz en su momento, ser investido presidente
en el último minuto del último día. l
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