MINISTERIO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS TRIBUNAL ADMINISTRATIVO CENTRAL DE RECURSOS CONTRACTUALES Recurso nº 506/2016 Resolución nº594/2016 RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO CENTRAL DE RECURSOS CONTRACTUALES En Madrid, a 22 de julio de 2016 VISTO el recurso interpuesto por la UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA contra la resolución adoptada por el Órgano de Contratación de la EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS Y SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC), de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se acuerda la adjudicación del procedimiento de licitación para la contratación del servicio de vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid a la UTE CIS COMPAÑÍA INTEGRAL DE SEGURIDAD, SA-SERVI GESPLAN, SA, este Tribunal en sesión del día de la fecha, ha adoptado la siguiente resolución: ANTECEDENTES DE HECHO Primero. El 8 de abril de 2016 se aprobaron el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares y el Pliego de Prescripciones Técnicas que han de regir el contrato de servicio de vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid. Segundo. El mismo 13 de abril de 2016 se remitieron comunicaciones de apertura de procedimiento de licitación a diversas empresas que podían estar interesadas, entre las cuales se incluía a la recurrente, que recibió la notificación por correo electrónico a las 15:02 del 13 de abril de 2016. En la convocatoria de licitación se hacía constar que el plazo de presentación de las ofertas vencía el 27 de abril de 2016 a las 14 horas, fijándose el acto público de apertura de las mismas a las 10:00 del siguiente día, 28 de abril de 2016. Tercero. El 23 de mayo de 2016 se acordó la adjudicación del contrato y fue notificada a la recurrente el 30 de mayo de 2016 a las 13:47 horas. AVDA. GENERAL PERÓN, 38, 8ª PLTA. 28071 - MADRID TEL: 91.349.13.19 FAX: 91.349.14.41 [email protected] 2 Cuarto. El 15 de junio de 2016 se interpuso por UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA recurso especial en materia de contratación, en el que se solicita la declaración de nulidad del procedimiento y de los pliegos que rigen el mismo. Quinto. En el escrito de interposición de recurso se solicitó la suspensión de la ejecución del acto impugnado, que se adoptó por Resolución de 23 de junio de 2016 de la Secretaria del Tribunal en ejercicio de competencias delegadas en fecha 21 de febrero de 2014, de conformidad con lo establecido en los artículos 43 y 46 del TRLCSP. Sexto. Con fecha 21 de junio de 2016, la Secretaría del Tribunal dio traslado del recurso a los restantes interesados en el procedimiento para que presentaran las alegaciones que tuvieran por conveniente, habiéndolas presentado en el plazo establecido la UTE UTE CIS COMPAÑÍA INTEGRAL DE SEGURIDAD, SA-SERVI GESPLAN, SA, solicitando la desestimación íntegra del recurso. FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero. Se impugna por parte de UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA la Resolución de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se acuerda la adjudicación del procedimiento de licitación para la contratación del servicio de vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid. Segundo. Se han cumplido las prescripciones formales y de plazo en la interposición del recurso Tercero. La legitimación activa de la parte recurrente se fundamenta por la misma en el Artículo 42 TRLCSP (Real Decreto Legislativo 3/2011, 14 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público), al haber concurrido a la licitación de la que no resultó adjudicataria. No obstante, debe analizarse esta legitimación, en atención a que, como resulta del expediente, obtuvo la tercera puntuación en la valoración de las ofertas y, además, su pretensión no se dirige a sostener la mejor condición de su oferta en relación con las dos precedentes, sino lisa y llanamente a la anulación del procedimiento, lo que daría lugar a que el concurso quedara desierto. A este respecto, este Tribunal ha resuelto en multitud de ocasiones este aspecto. La Resolución 288/2012 examina la legitimación necesaria para recurrir al concretar que «para precisar el 3 alcance del citado precepto ha de tenerse en cuenta la doctrina jurisprudencial acerca del concepto ³interés legítimo´ en el ámbito administrativo. El criterio del legislador, tanto en la Ley 30/1992 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, como en la Ley 29/1998 de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, es considerar el presupuesto de legitimación con carácter amplio. En este sentido, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional han precisado en sus sentencias el concepto de interés legítimo de manera amplia. En efecto, la sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo ContenciosoAdministrativo) de 20 mayo 2008 expone lo siguiente: ³Para resolver la cuestiòn de la legitimaciòn y como reconocen las partes, debe tenerse en cuenta que en el orden Contencioso-Administrativo, superando el concepto de interés directo a que se refería el art. 28 de la Ley de Jurisdicción de 1956, viene determinada por la invocación en el proceso de la titularidad de un derecho o interés legítimo [art. 24.1 C.E. y art. 19.1.a) Ley 29/98] que suponga una relación material entre el sujeto y el objeto de la pretensión, de manera que la estimación del recurso produzca un beneficio o la eliminación de un perjuicio que no necesariamente ha de revestir un contenido patrimonial (S. 29-6-2004). Como señala la sentencia de 19 de mayo de 2000, el mismo Tribunal Constitucional ha precisado que la expresión «interés legítimo», utilizada en el artículo 24.1 de la Norma Fundamental, aun cuando sea un concepto diferente y más amplio que el de «interés directo», ha de entenderse referida a un interés en sentido propio, cualificado o específico (sentencia del Tribunal Constitucional 257/1989, de 22 de diciembre), lo que en el ámbito de esta Sala del Tribunal Supremo ha llevado a insistir que la relación unívoca entre el sujeto y el objeto de la pretensión (acto impugnado), con la que se define la legitimación activa, comporta el que su anulación produzca de modo inmediato un efecto positivo (beneficio) o evitación de un efecto negativo (perjuicio) actual o futuro, pero cierto (sentencia de este Tribunal Supremo de 1 de octubre de 1990), y presupone, por tanto, que la resolución administrativa pueda repercutir, directa o indirectamente, pero de modo efectivo y acreditado, es decir, no meramente hipotético, potencial y futuro, en la correspondiente esfera jurídica de quien alega su legitimación, y, en todo caso, ha de ser cierto y concreto, sin que baste, por tanto, su mera invocación abstracta y general o la mera posibilidad de su acaecimiento (SSTS de 4 de febrero de 1991, de 17 de marzo y 30 de junio de 1995 y 12 de febrero de 1996, 9 de junio de 1997 y 8 de febrero de 1999, entre otras muchas; SSTC 60/1982, 62/1983, 257/1988, 97/1991, 195/1992, 143/ y ATC 327/1997).´ Continúa señalando la resolución, con referencia a la 290/2011, que «según reiterada jurisprudencia del Tribunal 4 Supremo, plasmada, entre otras, en sentencias de 19 de noviembre de 1993 y 27 de enero de 1998, el interés legítimo equivale a la titularidad de una posición de ventaja o de una utilidad jurídica por parte de quien ejercita la pretensión y que se materializaría, de prosperar ésta, en la obtención de un beneficio de índole material o jurídico o en la evitación de un perjuicio, con tal de que la obtenciòn del beneficio o evitaciòn del perjuicio sea cierta y no meramente hipotética.´ Por lo tanto, para que pueda considerarse, en términos generales, que concurre el interés legítimo es menester que la resolución administrativa impugnada pueda repercutir, directa o indirectamente, pero de modo efectivo y acreditado, es decir, no meramente hipotético, potencial y futuro, en la correspondiente esfera jurídica del que recurre, lo que descarta la acción pública fuera de los casos excepcionales en los que el ordenamiento jurídico la permite; esto es, el interés legítimo no puede ser asimilado al de interés en la legalidad (SSTC 60/82, y 257/88, entre otras, y SSTS de 14 de marzo de 1997 -RJ1997, 2340- y de 11 de febrero de 2003 -RJ 2003, 3267-, entre otras). Pues bien, para determinar en el presente caso si el interés que muestra la entidad recurrente excede del mero interés por la legalidad es preciso analizar si efectivamente concurre alguna ventaja de tipo jurídico que pueda calificarse como cierta y que correspondería al recurrente en caso de prosperar su pretensión. En términos generales ha señalado el Tribunal que el licitador excluido carecerá de legitimación para recurrir el acuerdo de adjudicaciòn (¼). En esta línea, la imposibilidad de resultar adjudicatario del contrato sí que es determinante de la ausencia de legitimación, como hemos declarado en multitud de ocasiones. Así, en nuestra Resolución nº 57/2012 decíamos que ³Resulta evidente que el beneficio perseguido por la UTE recurrente no puede ser otro que resultar adjudicataria del contrato, situación ésta del todo imposible en cuanto que, tal y como señala el órgano de contratación en su informe, aun admitiéndose su pretensión ²que se valore su oferta económica por no ser anormal o desproporcionada², lo único que conseguiría es que su oferta pasaría a ser la tercera o segunda mejor valorada, según que se consideren sólo su oferta o bien todas las ofertas excluidas por ser anormales o desproporcionadas -aspecto éste del todo improcedente-, sin que, por tanto, pudiera ser en ningún caso adjudicataria del contrato. Las consideraciones anteriores ponen de manifiesto que la UTE recurrente no obtendría beneficio inmediato o cierto alguno, más allá de la satisfacción moral de que se admitan sus pretensiones, lo cual, de acuerdo con la jurisprudencia citada, no es suficiente puesto que la UTE ahora recurrente no podría resultar en modo alguno adjudicataria, de ahí que la misma carezca de interés legítimo para recurrir en cuanto que no ostenta un interés concreto que se 5 vaya a ver beneficiado por la eventual estimaciòn del recurso.´ (En el mismo sentido la Resolución nº 319/2011 y Resolución nº 290/2011). En este sentido hay que recordar que para analizar la legitimación no sólo basta con tener en cuenta la literalidad de la pretensión, tal y como ha sido formulada por el recurrente, sino que resulta fundamental valorar las condiciones de índole subjetiva y objetiva que afectan al que pretende ante la Administración.» Además, en Resolución 2/2015, de 9 de enero, este Tribunal precisa que «a propósito de la impugnación de la adjudicación por un licitador excluido, hemos venido reiterando en nuestra doctrina que el interés invocado ha de ser un interés cualificado por su ligazón al objeto de la impugnación, no siendo suficiente a los efectos de la legitimación del licitador excluido el interés simple y general de la eventual restauración de la legalidad supuestamente vulnerada y de la satisfacción moral o de otra índole que pueda reportarle al recurrente el que no resulten adjudicatarias algunas otras empresas licitadoras, toda vez que nuestro ordenamiento no reconoce la acción popular en materia de contratación pública». Y se remite a la anterior Resolución 821/2014, de 31 de octubre, para concretar que «el único beneficio que obtendría el allí recurrente sería que la adjudicación quedase desierta y con ello se pudiese volver a producir una licitación nueva en idénticos términos de la que pudiera ser licitadora. Y, a tal respecto, razonábamos como la legislación de contratos no obliga, una vez declarado desierto el procedimiento de adjudicación, a convocar un nuevo procedimiento de adjudicación en idénticos términos que el anterior, toda vez que la entidad u órgano convocante puede acudir a otros medios distintos del contrato para prestar el servicio, o acudir a un contrato de distintas características del convocado, por lo que, con carácter general, la invocación por un licitador excluido de la posibilidad de que tras quedar desierto el procedimiento se vuelva a iniciar otro procedimiento de adjudicación al que pueda acudir como licitador, no es por sí sola ventaja sustentadora de un interés legítimo, sino mera suposición de algo posible que no sustenta un interés real, cierto, efectivo y actual». De ahí que, en casos como el presente, en que el recurrente solicita la exclusión de los licitadores que han sido adjudicatarios, no pueda ser considerado como parte legitimada para interponer el presente recurso, ya que de sus pretensiones únicamente se persigue la declaración como desierto de los lotes afectados. La Resolución 2/2015, 9 de enero, admitió la legitimación del licitador excluido, a pesar de perseguir únicamente que el procedimiento quedara desierto, dado que el fundamento del recurso era precisamente la no aplicación a los adjudicatarios de las mismas reglas que determinaron la exclusión del recurrente. Es claro que el presente supuesto no solo no se refiere 6 a la exclusión del recurrente, sino que lo que éste pretende es que el procedimiento se declare desierto –contraviniendo sus propios actos, derivados de la aceptación de los Pliegos al presentar su oferta– y poder concurrir en una eventual ulterior convocatorio o, en definitiva, seguir prestando el servicio como adjudicatario del anterior contrato ya expirado. Pues bien, desde este punto de vista, debe denegarse la legitimación del recurrente, pues la continuidad en la prestación de un servicio –derivado de un contrato de servicios que tiene una duración máxima de dos años, prorrogable por otros dos, predeterminada por la propia Ley de Contratos del Sector Público– no puede considerarse como legítima a efectos de integrar el adjetivo del interés en que debe ampararse la legitimación de un recurrente. La Ley de Contratos del Sector Público fija un límite temporal máximo a los contratos de servicios, que por causa de interés público (enervar la falta de servicio de seguridad para los organismos públicos) pueden prorrogarse hasta la formalización de un nuevo contrato. En el presente supuesto, la falta de formalización viene motivada por la conducta del recurrente que, habiendo aceptado el contenido de los Pliegos y presentado una oferta, cuando no resulta ser adjudicatario del nuevo contrato impugna la totalidad del procedimiento, sosteniendo que los Pliegos han fijado un procedimiento contrario a lo previsto en la Ley e invocando infracciones normativas que ningún perjuicio le han causado; en particular, se refiere a la falta de publicidad en el Diario Oficial de la Unión Europea, así como en la fijación de los plazos por una duración inferior a la prevista legalmente, cuando el propio recurrente fue informado personalmente de la convocatoria de la licitación y presentó puntualmente su oferta, de tal suerte que tales eventuales infracciones ningún perjuicio le han causado. Ante estos hechos ninguna reclamación formuló y denuncia los mismos cuando conoce la adjudicación a favor de otro licitador, con el objetivo de que se declare desierto el concurso. No obstante, y a los efectos de valorar la eventual mala fe del recurrente en la interposición del presente recurso, se analizan seguidamente los motivos de impugnación. Cuarto. El acto impugnado es susceptible de recurso especial en materia de contratación, de acuerdo con el Artículo 40 TRLCSP. El recurso se ha presentado dentro del plazo previsto en el Artículo 44 TRLCSP, de quince días hábiles desde la publicación de la resolución de adjudicación. El presente recurso se interpone ante este Tribunal, que es competente para resolverla de conformidad con lo dispuesto en el artículo 41.3 del texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público. 7 Quinto. Sostiene la recurrente que se han infringido los Artículos 37, 114 a 117, 159 y 160 del TRLCSP. Como se examina a continuación, estos preceptos no son de aplicación al presente contrato, sin perjuicio que sea extemporánea la invocación de la misma. En efecto, Este Tribunal ha tenido ocasión de pronunciarse en multitud de ocasiones acerca de la cualidad de lex contractus de los pliegos, una vez éstos adquieren firmeza. Así, en resoluciones de este Tribunal 178/2013, 17/2013 y 45/2013 se hace referencia a la doctrina de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, sentada en la sentencia de 19 de marzo de 2001 (Sección Séptima) en la que se afirma que «esta Sala Tercera ha recordado, en sentencia de 6 de febrero de 2001, la conocida doctrina jurisprudencial en cuya virtud el pliego de condiciones constituye la Ley del Concurso, debiendo someterse a sus reglas tanto el organismo convocante como los que soliciten tomar parte en el mismo, especialmente cuando no hubieran impugnado previamente sus bases, pues, en efecto, si una entidad licitante se somete al concurso tal y como ha sido convocado, sin impugnar, en ningún momento, las condiciones y bases por las que se rija, tomando parte en el mismo, con presentación de su correspondiente oferta y prestando su consentimiento tanto a las propias prescripciones de la licitación como a la participación de las restantes entidades, carecerá de legitimación para impugnarlo después, contraviniendo sus propios actos, cuando no resulte favorecida por las adjudicaciones que, obviamente, pretendía». Este criterio se mantiene en la Resolución 321/2013, donde, con cita de la 178/2013, en la que se precisa que la falta de impugnación de los pliegos hace «inviable la posibilidad de que se invoque posteriormente su supuesta improcedencia o ilegalidad para impugnar la adjudicación ya efectuada en favor de la proposición más conveniente a otro licitador, tanto más cuando que existe un trámite especialmente concebido para poder impugnar los citados Pliegos en su fase inicial mediante el recurso especial en materia de contrataciòn contra ³los anuncios de licitaciòn, los pliegos y los documentos contractuales que establezcan las condiciones que deban regir la contrataciòn´». En el presente supuesto, como se ha expresado anteriormente, la recurrente aceptó las reglas del procedimiento, presentó su oferta y no formuló objeción alguna a los Pliegos, de tal suerte que no es ahora, cuando la resolución adjudica el contrato a otro licitador, cuando puede impugnarse este contenido. Por ello, las infracciones denunciadas, referidas todas ellas al contenido de los Pliegos, deben ser de plano rechazadas. 8 Sexto. La EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS Y SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC), de acuerdo con la Disposición Adicional 25.ª TRLCSP, ³tienen la consideraciòn de medios propios instrumentales y servicios técnicos de la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y los poderes adjudicadores dependientes de ellas, estando obligadas a realizar, con carácter exclusivo, los trabajos que éstos les encomienden en las materias señaladas en los apartados 4 y 5, dando una especial prioridad a aquéllos que sean urgentes o que se ordenen como consecuencia de las situaciones de emergencia que se declaren. De acuerdo con esta obligación, los bienes y efectivos de TRAGSA y sus filiales podrán incluirse en los planes y dispositivos de protección civil y de emergencias. Las relaciones de las sociedades del grupo TRAGSA con los poderes adjudicadores de los que son medios propios instrumentales y servicios técnicos tienen naturaleza instrumental y no contractual, articulándose a través de encomiendas de gestión de las previstas en el artículo 24. 6 de esta Ley, por lo que, a todos los efectos, son de carácter interno, dependiente y subordinado. La comunicación efectuada por uno de estos poderes adjudicadores encargando una actuación a alguna de las sociedades del grupo supondrá la orden para iniciarla.´. Añade el apartado 8 que ³a los efectos de la aplicaciòn de la presente Ley, las sociedades integradas en el grupo TRAGSA tendrán la consideración de poderes adjudicadores de los previstos en el artículo 3. 3´. Pues bien, a tenor del Artículo 3.3 TRLCSP ³se considerarán poderes adjudicadores, a efectos de esta Ley, los siguientes entes, organismos y entidades: [¼] b) Todos los demás entes, organismos o entidades con personalidad jurídica propia distintos de los expresados en la letra a) que hayan sido creados específicamente para satisfacer necesidades de interés general que no tengan carácter industrial o mercantil, siempre que uno o varios sujetos que deban considerarse poder adjudicador de acuerdo con los criterios de este apartado 3 financien mayoritariamente su actividad, controlen su gestión, o nombren a más de la mitad de los miembros de su òrgano de administraciòn, direcciòn o vigilancia´. Sentado lo anterior, las reglas y procedimiento de contratación para entidades como la contratante se rigen por los Artículos 189 a 191 TRLCSP. Así, según el Artículo 191 TRLCSP ³en la adjudicación de contratos no sujetos a regulación armonizada serán de aplicación las siguientes disposiciones: a) La adjudicación estará sometida, en todo caso, a los principios de publicidad, concurrencia, transparencia, confidencialidad, igualdad y no discriminación. b) Los órganos competentes de las entidades a que se refiere esta sección aprobarán unas instrucciones, de obligado cumplimiento en el ámbito interno de las mismas, en las que se 9 regulen los procedimientos de contratación de forma que quede garantizada la efectividad de los principios enunciados en la letra anterior y que el contrato es adjudicado a quien presente la oferta económicamente más ventajosa. Estas instrucciones deben ponerse a disposición de todos los interesados en participar en los procedimientos de adjudicación de contratos regulados por ellas, y publicarse en el perfil de contratante de la entidad. En el ámbito del sector público estatal, la aprobación de las instrucciones requerirá el informe previo de la Abogacía del Estado. c) Se entenderán cumplidas las exigencias derivadas del principio de publicidad con la inserción de la información relativa a la licitación de los contratos cuyo importe supere los 50. 000 euros en el perfil del contratante de la entidad, sin perjuicio de que las instrucciones internas de contrataciòn puedan arbitrar otras modalidades, alternativas o adicionales, de difusiòn´. En particular, según el Artículo 16.1 TRLCSP ³están sujetos a regulaciòn armonizada los contratos de servicios comprendidos en las categorías 1 a 16 del Anexo II cuyo valor estimado sea igual o superior a las siguientes cantidades: a) 135. 000 euros, cuando los contratos hayan de ser adjudicados por la Administración General del Estado, sus organismos autónomos, o las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, sin perjuicio de lo dispuesto para ciertos contratos de la categoría 5 y para los contratos de la categoría 8 del Anexo II en la letra b) de este artículo. b) 209. 000 euros, cuando los contratos hayan de adjudicarse por entes, organismos o entidades del sector público distintos a la Administración General del Estado, sus organismos autónomos o las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, o cuando, aun siendo adjudicados por estos sujetos, se trate de contratos de la categoría 5 consistentes en servicios de difusión de emisiones de televisión y de radio, servicios de conexión o servicios integrados de telecomunicaciones, o contratos de la categoría 8, según se definen estas categorías en el Anexo II´. Atendido que el presente contrato se encuentra clasificado en la categoría 23, no está sujeto a regulación armonizada. El Artículo 37 TRLCSP se refiere a supuestos específicos de nulidad, por infracción de la publicidad en el Diario Oficial de la Unión Europea, cuando sea preceptiva. En el presente supuesto, no es preceptiva, como se desprende del Artículo 191 b) TRLCSP que permite la sola publicación en el perfil del contratante. Además, el recurrente fue notificado personalmente de la incoación del procedimiento de licitación. Los Artículos 114 a 117 se refieren a la elaboración de los Pliegos de Cláusulas Administrativas Particulares y Prescripciones Técnicas en los contratos celebrados por Administraciones Públicas. Ya se ha expuesto que el presente está suscrito por un poder adjudicador que carece de la condición de Administración Pública y que se rige por las 10 instrucciones que él mismo aprueba con arreglo a los Artículos 189 ss TRLCSP. Los Artículos 159 y 160 TRLCSP se encuadran dentro del Capítulo I del Título III relativo a la adjudicación de los contratos por las Administraciones Públicas, y ya se ha dicho que no concurre esta circunstancia en el poder adjudicador que licita el presente contrato. Estas reglas serían de aplicación si el contrato en cuestión estuviera sujeto a regulación armonizada, y la propia recurrente sostiene su recurso –como no podía ser de otro modo– partiendo del principio de no estar sujeto a regulación armonizada el contrato en cuestión. Séptimo. En definitiva, nos encontramos ante un recurso carente del más mínimo fundamento y del necesario rigor para sostener una pretensión de anulación del acto de adjudicación, en el que se sostienen pretensiones dirigidas contra los pliegos, que no fueron suscitadas en el momento oportuno. En particular, la primera de las infracciones denunciada se refiere a la falta de publicidad en el DOUE, con invocación de nulidad de pleno derecho, a tenor del Artículo 37.1 a) TRLCSP, y sobre la que descansa todo el recurso. El informe del órgano de contratación incide en la diversa eficacia del presente recurso y la del planteamiento de la cuestión de nulidad, en relación con la suspensión del procedimiento, de la que puede desprenderse una estrategia por parte del recurrente dirigida precisamente a obtener la suspensión del procedimiento y la prórroga del contrato del que era adjudicatario. No cuestiona la adjudicación a otro licitador, ni defiende la mejor valoración que pudiera merecer su oferta. No tiene más interés que el dirigido a bombardear el propio procedimiento de licitación y prorrogar la vigencia de su contrato durante un periodo adicional, con el consiguiente perjuicio al adjudicador, que podría recibir el servicio en mejores condiciones económicas y consiguiente beneficio patrimonial para el recurrente. Plantea el órgano de contratación en su informe la posibilidad de imponer una multa al recurrente (en su cuantía máxima) por interponer el recurso con mala fe. Entiende que, siendo la empresa que tenía adjudicado el contrato, y que sigue prestando el servicio durante la sustanciación del presente recurso, está generando un perjuicio al órgano de contratación cuantificable en la diferencia de retribución que percibe el recurrente y la que correspondería al adjudicatario del nuevo contrato. De ahí que, si bien la mala fe debe probarse y en caso de duda (atendido el carácter netamente sancionador que cabe predicar de la multa en cuestión), interpretarse en beneficio del recurrente que se ha interpuesto el recurso de buena fe, lo cierto es que la interposición del presente recurso, en los términos y con los antecedentes expuestos, justifica la imposición de la multa a que se refiere el Artículo 47.5 TRLCSP. Señala el Artículo 47.5 TRLCSP que «en caso de que el órgano competente aprecie temeridad o mala fe en la 11 interposición del recurso o en la solicitud de medidas cautelares, podrá acordar la imposición de una multa al responsable de la misma. El importe de ésta será de entre 1.000 y 15.000 euros determinándose su cuantía en función de la mala fe apreciada y el perjuicio ocasionado al órgano de contratación y a los restantes licitadores». Atendido el valor de la adjudicación fijado en 878.305,72 €, que determina un coste mensual (dividido entre los 24 meses que dura el contrato) de 36.596,07 €, y que la presente reclamación se extiende por un periodo aproximado de dos meses, que dilata la formalización del nuevo contrato, se impone la multa en su cuantía máxima de 15.000 €. Por todo lo anterior, VISTOS los preceptos legales de aplicación, ESTE TRIBUNAL, en sesión celebrada el día de la fecha ACUERDA: Primero. Inadmitir por falta de legitimación el recurso interpuesto por UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA contra la resolución adoptada por el Órgano de Contratación de la EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS Y SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC), de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se acuerda la adjudicación del procedimiento de licitación para la contratación del servicio de vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid. Segundo. Imponer a la recurrente una multa de 7.500 euros por interposición del recurso con mala fe. Tercero. Levantar la medida provisional de suspensión del procedimiento de contratación, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 47.4 del TRLCSP. Esta resolución es definitiva en vía administrativa y contra la misma cabe interponer recurso contencioso-administrativo ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, en el plazo de dos meses, a contar desde el día siguiente al de recepción de esta notificación, de conformidad con lo dispuesto en los Artículos 11.1 letra f) y 46.1 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. 12