594/2016 - Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas

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MINISTERIO
DE HACIENDA
Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
TRIBUNAL ADMINISTRATIVO CENTRAL
DE RECURSOS CONTRACTUALES
Recurso nº 506/2016
Resolución nº594/2016
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO CENTRAL DE RECURSOS CONTRACTUALES
En Madrid, a 22 de julio de 2016
VISTO el recurso interpuesto por la UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA contra
la resolución adoptada por el Órgano de Contratación de la EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN
AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS Y SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC),
de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se acuerda la adjudicación del procedimiento de
licitación para la contratación del servicio de vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las
oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid a la UTE CIS COMPAÑÍA INTEGRAL
DE SEGURIDAD, SA-SERVI GESPLAN, SA, este Tribunal en sesión del día de la fecha, ha
adoptado la siguiente resolución:
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero. El 8 de abril de 2016 se aprobaron el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares
y el Pliego de Prescripciones Técnicas que han de regir el contrato de servicio de vigilancia,
seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid.
Segundo. El mismo 13 de abril de 2016 se remitieron comunicaciones de apertura de
procedimiento de licitación a diversas empresas que podían estar interesadas, entre las cuales
se incluía a la recurrente, que recibió la notificación por correo electrónico a las 15:02 del 13 de
abril de 2016. En la convocatoria de licitación se hacía constar que el plazo de presentación de
las ofertas vencía el 27 de abril de 2016 a las 14 horas, fijándose el acto público de apertura de
las mismas a las 10:00 del siguiente día, 28 de abril de 2016.
Tercero. El 23 de mayo de 2016 se acordó la adjudicación del contrato y fue notificada a la
recurrente el 30 de mayo de 2016 a las 13:47 horas.
AVDA. GENERAL PERÓN, 38, 8ª PLTA.
28071 - MADRID
TEL: 91.349.13.19
FAX: 91.349.14.41
[email protected]
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Cuarto. El 15 de junio de 2016 se interpuso por UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN,
SA recurso especial en materia de contratación, en el que se solicita la declaración de nulidad
del procedimiento y de los pliegos que rigen el mismo.
Quinto. En el escrito de interposición de recurso se solicitó la suspensión de la ejecución del
acto impugnado, que se adoptó por Resolución de 23 de junio de 2016 de la Secretaria del
Tribunal en ejercicio de competencias delegadas en fecha 21 de febrero de 2014, de
conformidad con lo establecido en los artículos 43 y 46 del TRLCSP.
Sexto. Con fecha 21 de junio de 2016, la Secretaría del Tribunal dio traslado del recurso a los
restantes interesados en el procedimiento para que presentaran las alegaciones que tuvieran por
conveniente, habiéndolas presentado en el plazo establecido la UTE UTE CIS COMPAÑÍA
INTEGRAL DE SEGURIDAD, SA-SERVI GESPLAN, SA, solicitando la desestimación íntegra del
recurso.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. Se impugna por parte de UTE ALERTA Y CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA la
Resolución de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se acuerda la adjudicación del
procedimiento de licitación para la contratación del servicio de vigilancia, seguridad y personal
auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de Madrid.
Segundo. Se han cumplido las prescripciones formales y de plazo en la interposición del recurso
Tercero. La legitimación activa de la parte recurrente se fundamenta por la misma en el Artículo
42 TRLCSP (Real Decreto Legislativo 3/2011, 14 de noviembre, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público), al haber concurrido a la licitación de la que
no resultó adjudicataria. No obstante, debe analizarse esta legitimación, en atención a que, como
resulta del expediente, obtuvo la tercera puntuación en la valoración de las ofertas y, además, su
pretensión no se dirige a sostener la mejor condición de su oferta en relación con las dos
precedentes, sino lisa y llanamente a la anulación del procedimiento, lo que daría lugar a que el
concurso quedara desierto.
A este respecto, este Tribunal ha resuelto en multitud de ocasiones este aspecto. La Resolución
288/2012 examina la legitimación necesaria para recurrir al concretar que «para precisar el
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alcance del citado precepto ha de tenerse en cuenta la doctrina jurisprudencial acerca del
concepto ³interés legítimo´ en el ámbito administrativo. El criterio del legislador, tanto en la Ley
30/1992 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común, como en la Ley 29/1998 de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, es
considerar el presupuesto de legitimación con carácter amplio. En este sentido, el Tribunal
Supremo y el Tribunal Constitucional han precisado en sus sentencias el concepto de interés
legítimo de manera amplia. En efecto, la sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo
ContenciosoAdministrativo) de 20 mayo 2008 expone lo siguiente:
³Para resolver la cuestiòn de la legitimaciòn y como reconocen las partes, debe tenerse en
cuenta que en el orden Contencioso-Administrativo, superando el concepto de interés directo a
que se refería el art. 28 de la Ley de Jurisdicción de 1956, viene determinada por la invocación
en el proceso de la titularidad de un derecho o interés legítimo [art. 24.1 C.E. y art. 19.1.a) Ley
29/98] que suponga una relación material entre el sujeto y el objeto de la pretensión, de manera
que la estimación del recurso produzca un beneficio o la eliminación de un perjuicio que no
necesariamente ha de revestir un contenido patrimonial (S. 29-6-2004). Como señala la
sentencia de 19 de mayo de 2000, el mismo Tribunal Constitucional ha precisado que la
expresión «interés legítimo», utilizada en el artículo 24.1 de la Norma Fundamental, aun cuando
sea un concepto diferente y más amplio que el de «interés directo», ha de entenderse referida a
un interés en sentido propio, cualificado o específico (sentencia del Tribunal Constitucional
257/1989, de 22 de diciembre), lo que en el ámbito de esta Sala del Tribunal Supremo ha llevado
a insistir que la relación unívoca entre el sujeto y el objeto de la pretensión (acto impugnado),
con la que se define la legitimación activa, comporta el que su anulación produzca de modo
inmediato un efecto positivo (beneficio) o evitación de un efecto negativo (perjuicio) actual o
futuro, pero cierto (sentencia de este Tribunal Supremo de 1 de octubre de 1990), y presupone,
por tanto, que la resolución administrativa pueda repercutir, directa o indirectamente, pero de
modo efectivo y acreditado, es decir, no meramente hipotético, potencial y futuro, en la
correspondiente esfera jurídica de quien alega su legitimación, y, en todo caso, ha de ser cierto y
concreto, sin que baste, por tanto, su mera invocación abstracta y general o la mera posibilidad
de su acaecimiento (SSTS de 4 de febrero de 1991, de 17 de marzo y 30 de junio de 1995 y 12
de febrero de 1996, 9 de junio de 1997 y 8 de febrero de 1999, entre otras muchas; SSTC
60/1982, 62/1983, 257/1988, 97/1991, 195/1992, 143/ y ATC 327/1997).´ Continúa señalando la
resolución, con referencia a la 290/2011, que «según reiterada jurisprudencia del Tribunal
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Supremo, plasmada, entre otras, en sentencias de 19 de noviembre de 1993 y 27 de enero de
1998, el interés legítimo equivale a la titularidad de una posición de ventaja o de una utilidad
jurídica por parte de quien ejercita la pretensión y que se materializaría, de prosperar ésta, en la
obtención de un beneficio de índole material o jurídico o en la evitación de un perjuicio, con tal de
que la obtenciòn del beneficio o evitaciòn del perjuicio sea cierta y no meramente hipotética.´ Por
lo tanto, para que pueda considerarse, en términos generales, que concurre el interés legítimo es
menester que la resolución administrativa impugnada pueda repercutir, directa o indirectamente,
pero de modo efectivo y acreditado, es decir, no meramente hipotético, potencial y futuro, en la
correspondiente esfera jurídica del que recurre, lo que descarta la acción pública fuera de los
casos excepcionales en los que el ordenamiento jurídico la permite; esto es, el interés legítimo
no puede ser asimilado al de interés en la legalidad (SSTC 60/82, y 257/88, entre otras, y SSTS
de 14 de marzo de 1997 -RJ1997, 2340- y de 11 de febrero de 2003 -RJ 2003, 3267-, entre
otras). Pues bien, para determinar en el presente caso si el interés que muestra la entidad
recurrente excede del mero interés por la legalidad es preciso analizar si efectivamente concurre
alguna ventaja de tipo jurídico que pueda calificarse como cierta y que correspondería al
recurrente en caso de prosperar su pretensión.
En términos generales ha señalado el Tribunal que el licitador excluido carecerá de legitimación
para recurrir el acuerdo de adjudicaciòn (¼). En esta línea, la imposibilidad de resultar
adjudicatario del contrato sí que es determinante de la ausencia de legitimación, como hemos
declarado en multitud de ocasiones. Así, en nuestra Resolución nº 57/2012 decíamos que
³Resulta evidente que el beneficio perseguido por la UTE recurrente no puede ser otro que
resultar adjudicataria del contrato, situación ésta del todo imposible en cuanto que, tal y como
señala el órgano de contratación en su informe, aun admitiéndose su pretensión ²que se valore
su oferta económica por no ser anormal o desproporcionada², lo único que conseguiría es que
su oferta pasaría a ser la tercera o segunda mejor valorada, según que se consideren sólo su
oferta o bien todas las ofertas excluidas por ser anormales o desproporcionadas -aspecto éste
del todo improcedente-, sin que, por tanto, pudiera ser en ningún caso adjudicataria del contrato.
Las consideraciones anteriores ponen de manifiesto que la UTE recurrente no obtendría
beneficio inmediato o cierto alguno, más allá de la satisfacción moral de que se admitan sus
pretensiones, lo cual, de acuerdo con la jurisprudencia citada, no es suficiente puesto que la
UTE ahora recurrente no podría resultar en modo alguno adjudicataria, de ahí que la misma
carezca de interés legítimo para recurrir en cuanto que no ostenta un interés concreto que se
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vaya a ver beneficiado por la eventual estimaciòn del recurso.´ (En el mismo sentido la
Resolución nº 319/2011 y Resolución nº 290/2011). En este sentido hay que recordar que para
analizar la legitimación no sólo basta con tener en cuenta la literalidad de la pretensión, tal y
como ha sido formulada por el recurrente, sino que resulta fundamental valorar las condiciones
de índole subjetiva y objetiva que afectan al que pretende ante la Administración.»
Además, en Resolución 2/2015, de 9 de enero, este Tribunal precisa que «a propósito de la
impugnación de la adjudicación por un licitador excluido, hemos venido reiterando en nuestra
doctrina que el interés invocado ha de ser un interés cualificado por su ligazón al objeto de la
impugnación, no siendo suficiente a los efectos de la legitimación del licitador excluido el interés
simple y general de la eventual restauración de la legalidad supuestamente vulnerada y de la
satisfacción moral o de otra índole que pueda reportarle al recurrente el que no resulten
adjudicatarias algunas otras empresas licitadoras, toda vez que nuestro ordenamiento no
reconoce la acción popular en materia de contratación pública». Y se remite a la anterior
Resolución 821/2014, de 31 de octubre, para concretar que «el único beneficio que obtendría el
allí recurrente sería que la adjudicación quedase desierta y con ello se pudiese volver a producir
una licitación nueva en idénticos términos de la que pudiera ser licitadora. Y, a tal respecto,
razonábamos como la legislación de contratos no obliga, una vez declarado desierto el
procedimiento de adjudicación, a convocar un nuevo procedimiento de adjudicación en idénticos
términos que el anterior, toda vez que la entidad u órgano convocante puede acudir a otros
medios distintos del contrato para prestar el servicio, o acudir a un contrato de distintas
características del convocado, por lo que, con carácter general, la invocación por un licitador
excluido de la posibilidad de que tras quedar desierto el procedimiento se vuelva a iniciar otro
procedimiento de adjudicación al que pueda acudir como licitador, no es por sí sola ventaja
sustentadora de un interés legítimo, sino mera suposición de algo posible que no sustenta un
interés real, cierto, efectivo y actual». De ahí que, en casos como el presente, en que el
recurrente solicita la exclusión de los licitadores que han sido adjudicatarios, no pueda ser
considerado como parte legitimada para interponer el presente recurso, ya que de sus
pretensiones únicamente se persigue la declaración como desierto de los lotes afectados.
La Resolución 2/2015, 9 de enero, admitió la legitimación del licitador excluido, a pesar de
perseguir únicamente que el procedimiento quedara desierto, dado que el fundamento del
recurso era precisamente la no aplicación a los adjudicatarios de las mismas reglas que
determinaron la exclusión del recurrente. Es claro que el presente supuesto no solo no se refiere
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a la exclusión del recurrente, sino que lo que éste pretende es que el procedimiento se declare
desierto –contraviniendo sus propios actos, derivados de la aceptación de los Pliegos al
presentar su oferta– y poder concurrir en una eventual ulterior convocatorio o, en definitiva,
seguir prestando el servicio como adjudicatario del anterior contrato ya expirado.
Pues bien, desde este punto de vista, debe denegarse la legitimación del recurrente, pues la
continuidad en la prestación de un servicio –derivado de un contrato de servicios que tiene una
duración máxima de dos años, prorrogable por otros dos, predeterminada por la propia Ley de
Contratos del Sector Público– no puede considerarse como legítima a efectos de integrar el
adjetivo del interés en que debe ampararse la legitimación de un recurrente. La Ley de Contratos
del Sector Público fija un límite temporal máximo a los contratos de servicios, que por causa de
interés público (enervar la falta de servicio de seguridad para los organismos públicos) pueden
prorrogarse hasta la formalización de un nuevo contrato. En el presente supuesto, la falta de
formalización viene motivada por la conducta del recurrente que, habiendo aceptado el contenido
de los Pliegos y presentado una oferta, cuando no resulta ser adjudicatario del nuevo contrato
impugna la totalidad del procedimiento, sosteniendo que los Pliegos han fijado un procedimiento
contrario a lo previsto en la Ley e invocando infracciones normativas que ningún perjuicio le han
causado; en particular, se refiere a la falta de publicidad en el Diario Oficial de la Unión Europea,
así como en la fijación de los plazos por una duración inferior a la prevista legalmente, cuando el
propio recurrente fue informado personalmente de la convocatoria de la licitación y presentó
puntualmente su oferta, de tal suerte que tales eventuales infracciones ningún perjuicio le han
causado. Ante estos hechos ninguna reclamación formuló y denuncia los mismos cuando conoce
la adjudicación a favor de otro licitador, con el objetivo de que se declare desierto el concurso.
No obstante, y a los efectos de valorar la eventual mala fe del recurrente en la interposición del
presente recurso, se analizan seguidamente los motivos de impugnación.
Cuarto. El acto impugnado es susceptible de recurso especial en materia de contratación, de
acuerdo con el Artículo 40 TRLCSP. El recurso se ha presentado dentro del plazo previsto en el
Artículo 44 TRLCSP, de quince días hábiles desde la publicación de la resolución de
adjudicación.
El presente recurso se interpone ante este Tribunal, que es competente para resolverla de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 41.3 del texto refundido de la Ley de Contratos del
Sector Público.
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Quinto. Sostiene la recurrente que se han infringido los Artículos 37, 114 a 117, 159 y 160 del
TRLCSP. Como se examina a continuación, estos preceptos no son de aplicación al presente
contrato, sin perjuicio que sea extemporánea la invocación de la misma.
En efecto, Este Tribunal ha tenido ocasión de pronunciarse en multitud de ocasiones acerca de
la cualidad de lex contractus de los pliegos, una vez éstos adquieren firmeza. Así, en
resoluciones de este Tribunal 178/2013, 17/2013 y 45/2013 se hace referencia a la doctrina de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo, sentada en la sentencia de 19 de marzo de 2001 (Sección
Séptima) en la que se afirma que «esta Sala Tercera ha recordado, en sentencia de 6 de febrero
de 2001, la conocida doctrina jurisprudencial en cuya virtud el pliego de condiciones constituye la
Ley del Concurso, debiendo someterse a sus reglas tanto el organismo convocante como los
que soliciten tomar parte en el mismo, especialmente cuando no hubieran impugnado
previamente sus bases, pues, en efecto, si una entidad licitante se somete al concurso tal y
como ha sido convocado, sin impugnar, en ningún momento, las condiciones y bases por las que
se rija, tomando parte en el mismo, con presentación de su correspondiente oferta y prestando
su consentimiento tanto a las propias prescripciones de la licitación como a la participación de
las restantes entidades, carecerá de legitimación para impugnarlo después, contraviniendo sus
propios actos, cuando no resulte favorecida por las adjudicaciones que, obviamente, pretendía».
Este criterio se mantiene en la Resolución 321/2013, donde, con cita de la 178/2013, en la que
se precisa que la falta de impugnación de los pliegos hace «inviable la posibilidad de que se
invoque posteriormente su supuesta improcedencia o ilegalidad para impugnar la adjudicación
ya efectuada en favor de la proposición más conveniente a otro licitador, tanto más cuando que
existe un trámite especialmente concebido para poder impugnar los citados Pliegos en su fase
inicial mediante el recurso especial en materia de contrataciòn contra ³los anuncios de licitaciòn,
los pliegos y los documentos contractuales que establezcan las condiciones que deban regir la
contrataciòn´».
En el presente supuesto, como se ha expresado anteriormente, la recurrente aceptó las reglas
del procedimiento, presentó su oferta y no formuló objeción alguna a los Pliegos, de tal suerte
que no es ahora, cuando la resolución adjudica el contrato a otro licitador, cuando puede
impugnarse este contenido. Por ello, las infracciones denunciadas, referidas todas ellas al
contenido de los Pliegos, deben ser de plano rechazadas.
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Sexto. La EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS
Y SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC), de acuerdo con la Disposición Adicional 25.ª
TRLCSP, ³tienen la consideraciòn de medios propios instrumentales y servicios técnicos de la
Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y los poderes adjudicadores
dependientes de ellas, estando obligadas a realizar, con carácter exclusivo, los trabajos que
éstos les encomienden en las materias señaladas en los apartados 4 y 5, dando una especial
prioridad a aquéllos que sean urgentes o que se ordenen como consecuencia de las situaciones
de emergencia que se declaren. De acuerdo con esta obligación, los bienes y efectivos de
TRAGSA y sus filiales podrán incluirse en los planes y dispositivos de protección civil y de
emergencias. Las relaciones de las sociedades del grupo TRAGSA con los poderes
adjudicadores de los que son medios propios instrumentales y servicios técnicos tienen
naturaleza instrumental y no contractual, articulándose a través de encomiendas de gestión de
las previstas en el artículo 24. 6 de esta Ley, por lo que, a todos los efectos, son de carácter
interno, dependiente y subordinado.
La comunicación efectuada por uno de estos poderes
adjudicadores encargando una actuación a alguna de las sociedades del grupo supondrá la
orden para iniciarla.´. Añade el apartado 8 que ³a los efectos de la aplicaciòn de la presente Ley,
las sociedades integradas en el grupo TRAGSA tendrán la consideración de poderes
adjudicadores de los previstos en el artículo 3. 3´. Pues bien, a tenor del Artículo 3.3 TRLCSP
³se considerarán poderes adjudicadores, a efectos de esta Ley, los siguientes entes, organismos
y entidades: [¼] b) Todos los demás entes, organismos o entidades con personalidad jurídica
propia distintos de los expresados en la letra a) que hayan sido creados específicamente para
satisfacer necesidades de interés general que no tengan carácter industrial o mercantil, siempre
que uno o varios sujetos que deban considerarse poder adjudicador de acuerdo con los criterios
de este apartado 3 financien mayoritariamente su actividad, controlen su gestión, o nombren a
más de la mitad de los miembros de su òrgano de administraciòn, direcciòn o vigilancia´.
Sentado lo anterior, las reglas y procedimiento de contratación para entidades como la
contratante se rigen por los Artículos 189 a 191 TRLCSP. Así, según el Artículo 191 TRLCSP ³en
la adjudicación de contratos no sujetos a regulación armonizada serán de aplicación las
siguientes disposiciones: a) La adjudicación estará sometida, en todo caso, a los principios de
publicidad, concurrencia, transparencia, confidencialidad, igualdad y no discriminación. b) Los
órganos competentes de las entidades a que se refiere esta sección aprobarán unas
instrucciones, de obligado cumplimiento en el ámbito interno de las mismas, en las que se
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regulen los procedimientos de contratación de forma que quede garantizada la efectividad de los
principios enunciados en la letra anterior y que el contrato es adjudicado a quien presente la
oferta económicamente más ventajosa. Estas instrucciones deben ponerse a disposición de
todos los interesados en participar en los procedimientos de adjudicación de contratos regulados
por ellas, y publicarse en el perfil de contratante de la entidad. En el ámbito del sector público
estatal, la aprobación de las instrucciones requerirá el informe previo de la Abogacía del Estado.
c) Se entenderán cumplidas las exigencias derivadas del principio de publicidad con la inserción
de la información relativa a la licitación de los contratos cuyo importe supere los 50. 000 euros en
el perfil del contratante de la entidad, sin perjuicio de que las instrucciones internas de
contrataciòn puedan arbitrar otras modalidades, alternativas o adicionales, de difusiòn´. En
particular, según el Artículo 16.1 TRLCSP ³están sujetos a regulaciòn armonizada los contratos
de servicios comprendidos en las categorías 1 a 16 del Anexo II cuyo valor estimado sea igual o
superior a las siguientes cantidades: a) 135. 000 euros, cuando los contratos hayan de ser
adjudicados por la Administración General del Estado, sus organismos autónomos, o las
Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, sin perjuicio de lo dispuesto
para ciertos contratos de la categoría 5 y para los contratos de la categoría 8 del Anexo II en la
letra b) de este artículo. b) 209. 000 euros, cuando los contratos hayan de adjudicarse por entes,
organismos o entidades del sector público distintos a la Administración General del Estado, sus
organismos autónomos o las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, o
cuando, aun siendo adjudicados por estos sujetos, se trate de contratos de la categoría 5
consistentes en servicios de difusión de emisiones de televisión y de radio, servicios de conexión
o servicios integrados de telecomunicaciones, o contratos de la categoría 8, según se definen
estas categorías en el Anexo II´. Atendido que el presente contrato se encuentra clasificado en la
categoría 23, no está sujeto a regulación armonizada.
El Artículo 37 TRLCSP se refiere a supuestos específicos de nulidad, por infracción de la
publicidad en el Diario Oficial de la Unión Europea, cuando sea preceptiva. En el presente
supuesto, no es preceptiva, como se desprende del Artículo 191 b) TRLCSP que permite la sola
publicación en el perfil del contratante. Además, el recurrente fue notificado personalmente de la
incoación del procedimiento de licitación. Los Artículos 114 a 117 se refieren a la elaboración de
los Pliegos de Cláusulas Administrativas Particulares y Prescripciones Técnicas en los contratos
celebrados por Administraciones Públicas. Ya se ha expuesto que el presente está suscrito por
un poder adjudicador que carece de la condición de Administración Pública y que se rige por las
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instrucciones que él mismo aprueba con arreglo a los Artículos 189 ss TRLCSP. Los Artículos
159 y 160 TRLCSP se encuadran dentro del Capítulo I del Título III relativo a la adjudicación de
los contratos por las Administraciones Públicas, y ya se ha dicho que no concurre esta
circunstancia en el poder adjudicador que licita el presente contrato. Estas reglas serían de
aplicación si el contrato en cuestión estuviera sujeto a regulación armonizada, y la propia
recurrente sostiene su recurso –como no podía ser de otro modo– partiendo del principio de no
estar sujeto a regulación armonizada el contrato en cuestión.
Séptimo. En definitiva, nos encontramos ante un recurso carente del más mínimo fundamento y
del necesario rigor para sostener una pretensión de anulación del acto de adjudicación, en el que
se sostienen pretensiones dirigidas contra los pliegos, que no fueron suscitadas en el momento
oportuno. En particular, la primera de las infracciones denunciada se refiere a la falta de
publicidad en el DOUE, con invocación de nulidad de pleno derecho, a tenor del Artículo 37.1 a)
TRLCSP, y sobre la que descansa todo el recurso. El informe del órgano de contratación incide
en la diversa eficacia del presente recurso y la del planteamiento de la cuestión de nulidad, en
relación con la suspensión del procedimiento, de la que puede desprenderse una estrategia por
parte del recurrente dirigida precisamente a obtener la suspensión del procedimiento y la
prórroga del contrato del que era adjudicatario. No cuestiona la adjudicación a otro licitador, ni
defiende la mejor valoración que pudiera merecer su oferta. No tiene más interés que el dirigido
a bombardear el propio procedimiento de licitación y prorrogar la vigencia de su contrato durante
un periodo adicional, con el consiguiente perjuicio al adjudicador, que podría recibir el servicio en
mejores condiciones económicas y consiguiente beneficio patrimonial para el recurrente.
Plantea el órgano de contratación en su informe la posibilidad de imponer una multa al
recurrente (en su cuantía máxima) por interponer el recurso con mala fe. Entiende que, siendo la
empresa que tenía adjudicado el contrato, y que sigue prestando el servicio durante la
sustanciación del presente recurso, está generando un perjuicio al órgano de contratación
cuantificable en la diferencia de retribución que percibe el recurrente y la que correspondería al
adjudicatario del nuevo contrato. De ahí que, si bien la mala fe debe probarse y en caso de duda
(atendido el carácter netamente sancionador que cabe predicar de la multa en cuestión),
interpretarse en beneficio del recurrente que se ha interpuesto el recurso de buena fe, lo cierto
es que la interposición del presente recurso, en los términos y con los antecedentes expuestos,
justifica la imposición de la multa a que se refiere el Artículo 47.5 TRLCSP. Señala el Artículo
47.5 TRLCSP que «en caso de que el órgano competente aprecie temeridad o mala fe en la
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interposición del recurso o en la solicitud de medidas cautelares, podrá acordar la imposición de
una multa al responsable de la misma. El importe de ésta será de entre 1.000 y 15.000 euros
determinándose su cuantía en función de la mala fe apreciada y el perjuicio ocasionado al
órgano de contratación y a los restantes licitadores». Atendido el valor de la adjudicación fijado
en 878.305,72 €, que determina un coste mensual (dividido entre los 24 meses que dura el
contrato) de 36.596,07 €, y que la presente reclamación se extiende por un periodo aproximado
de dos meses, que dilata la formalización del nuevo contrato, se impone la multa en su cuantía
máxima de 15.000 €.
Por todo lo anterior,
VISTOS los preceptos legales de aplicación,
ESTE TRIBUNAL, en sesión celebrada el día de la fecha ACUERDA:
Primero. Inadmitir por falta de legitimación el recurso interpuesto por UTE ALERTA Y
CONTROL, SA y TEMPOPLAN, SA contra la resolución adoptada por el Órgano de Contratación
de la EMPRESA DE TRANSFORMACIÓN AGRARIA, SA (TRAGSA) Y DE TECNOLOGIAS Y
SERVICIOS AGRARIOS, SA (TRAGSATEC), de fecha 23 de mayo de 2016 por la que se
acuerda la adjudicación del procedimiento de licitación para la contratación del servicio de
vigilancia, seguridad y personal auxiliar en las oficinas del Grupo TRAGSA en la Comunidad de
Madrid.
Segundo. Imponer a la recurrente una multa de 7.500 euros por interposición del recurso con
mala fe.
Tercero. Levantar la medida provisional de suspensión del procedimiento de contratación, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 47.4 del TRLCSP.
Esta resolución es definitiva en vía administrativa y contra la misma cabe interponer recurso
contencioso-administrativo ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia
Nacional, en el plazo de dos meses, a contar desde el día siguiente al de recepción de esta
notificación, de conformidad con lo dispuesto en los Artículos 11.1 letra f) y 46.1 de la Ley
29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
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