EL FLUJO DEL CHI El cuerpo se mueve involuntariamente durante un ejercicio de flujo del chi, porque nos hallamos tan relajados física y mentalmente que los movimientos internos del chi, generados por los ejercicios adecuados, se expresan hacia fuera. El chi, igual que la sangre, esta todo el tiempo circulando por nuestro cuerpo, aunque no somos conscientes de ello. Durante el estado chikung meditativo, mejora nuestra percepción, y con los ejercicios chikung nuestro chi se hace más pronunciado, capacitándonos para experimentar nuestro cuerpo moviéndolo al unísono con el flujo interno del chi. Si nos dejamos llevar, podemos gesticular como un mono, caminar como un oso, rodar por el suelo o hacer otras cosas raras. Según la medicina oriental, hay cinco tipos diferentes de energía que corresponden a nuestros cinco órganos”deposito”: corazón, hígado, bazo, pulmones y riñones. Estas diferentes energías se comportan de manera diferente. Por ejemplo, la energía del corazón, caracterizada por la alegría, se expresa mediante la lengua, y nos puede hacer gorjear como un pájaro feliz. La energía del hígado, caracterizada por la ira, se expresa mediante los ojos, y puede producir una contracción de los músculos que nos hace poner los dedos en forma de cornamenta. La energía del bazo, caracterizada por la preocupación, se expresa por la boca, y puede impulsarnos a hacer muecas divertidas, como un mono. La energía del pulmón, caracterizada por la tristeza o aflicción, se expresa por la nariz, y puede hacernos rugir como un tigre. La energía del riñón, caracterizada por el miedo, se expresa por los oídos, y puede enderezarnos el esqueleto haciéndonos caminar como un oso. Una comprensión a fondo de estas diferentes energías se pueden expresar por los conceptos del yin y el yang y los cinco procesos elementales, son de muchisima utilidad para entrenar la autoobservacion. Por ejemplo al observar detenidamente nuestros movimientos, con la guía de un maestro experimentado (en un principio), cuando se realizan los ejercicios del flujo del chi, uno puede hacerse una idea de la enfermedad que padece y comenzar a experimentar la experiencia del tratamiento a seguir. Por ejemplo, si se tiene la dificultad para estar erguido, es posible que se tenga alguna dolencia de tipo sexual; se debe caminar como un oso y fortalecer la energía del riñón (que esta relacionada con la vitalidad sexual). Algunas personas gritan, ríen o emiten sonidos extraños cuando están practicando sus movimientos del flujo del chi, esto se debe a que están tan relajadas emocionalmente que se liberan de las emociones reprimidas a las que se les ha negado su expresión durante mucho tiempo, debido tal vez a convenciones sociales. Los rugidos, risas u otros sonidos son una forma de catarsis emocional. Otras personas se golpean durante el ejercicio de flujo del chi, no se están castigando; en realidad lo que hacen es una forma de auto terapia. Generalmente los golpes se dirigen involuntariamente hacia la parte o las partes enfermas. Rodar por el suelo tiene una finalidad similar. A veces se golpean bastante fuertes, y los observadores pueden temer a que se hagan daño. Pero cuando han terminado el ejercicio, probablemente van a decir no solo que sus movimientos involuntarios no fueron dolorosos sino también que el dolor que sentían antes ha desaparecido. El flujo del chi inducido es una forma de relajación profunda. Es una meditación fluida. El flujo del chi inducido es un modo eficaz de reequilibrar los niveles de energía en el cuerpo. El flujo del chi inducido elimina los bloqueos de energía, limpia el cuerpo de desechos tóxicos y lleva energía vital a todas las células. Es una excelente forma de medicina preventiva. Es una excelente forma de curar la enfermedad, sobre todo la enfermedad insidiosa de la cual tal vez no nos hemos dado cuenta debido a que aun no se ha manifestado exteriormente EJERCICIO DEL FLUJO DEL CHI El flujo del chi inducido es un ejercicio para curar la enfermedad. Se recomienda este ejercicio a modo de medicina preventiva. Se deben tener en cuenta tres puntos importantes: 1. Probablemente le va a sorprender mucho lo que sienta durante el ejercicio. 2. Este ejercicio no tiene nada de religioso. Lo que implica es la energía que circula por el individuo, haciéndole mover el cuerpo de modo involuntario. No hay ninguna fuerza que entre en el cuerpo. Si comenzara a moverse vigorosamente, ordenarse amablemente desacelerar. Se debe permanecer siempre relajado y tranquilo. Aflojarse la ropa. Comprobar que el lugar elegido es seguro para realizar el ejercicio, que no hay peligro de caídas repentinas, que no haya bordes agudos ni esquinas puntiagudas. Después, seguir los pasos siguientes. 1. Posición de pie, erguido y relajado. Colocar el dedo medio sobre el ombligo y presione suavemente unas diez veces. Después dejar caer la mano al costado. 2. Usar el otro dedo medio para dar suaves masajes sobre el punto vital situado en la coronilla de la cabeza, unas cinco veces. Después dejar caer la mano al costado. 3. Hacer el ejercicio de levantar el cielo entre 15 y 20 veces. Cada vez que complete la secuencia, hacer una pausa de unos segundos para sentir el chi que baja por el cuerpo. 4. Hacer el ejercicio de sujetar la luna entre 15 y 20 veces. Al completar la secuencia detenerse hacer una pausa y sentir el chi bajar por el cuerpo. 5. Continuar de pie, relajado, los ojos cerrados con suavidad. Si ya aparece algún movimiento en el cuerpo continuar con el paso siguiente. Si no, visualizar una cascada de energía vital que le baja desde la cabeza por todo el cuerpo. Disfrutar la agradable y hormigueante sensación, si logra sentirla. 6. Si se comienza a mecerse o moverse, seguir los movimientos con suavidad; no resistirse, ya que están inducidos por el chi que circula dentro del cuerpo. Después de un rato, los movimientos se harán involuntarios. A veces es posible que cambie de posición. El practicante encontrara muy relajante y placentera esta experiencia. Sus ojos continuaran cerrados ligeramente durante todo el movimiento. Cuando se domine el movimiento se podrá abrir los ojos. 7. Si al practicante se le ocurre que se mueve con mucho vigor, simplemente debe ordenarse a si mismo desacelerar. Si el movimiento se ha hecho repentinamente vigorosamente de poder hacer algo para desacelerarlo no se debe preocupar. Este ejercicio, por cierto, también ilustra el hecho de que la mente puede ejercer dominio sobre la materia. 8. Después de unos diez minutos de movimientos inducidos por el chi, o en cualquier momento que desee parar, simplemente diga a los movimientos que cesen. Es muy importante que no se detenga la práctica de manera brusca. Dejar que los movimientos lleguen a un final elegante. Continuar inmóvil durante uno o dos minutos, con los ojos cerrados. Después frotarse las palmas para calentarlas y colocarse las manos sobre los ojos cuando se los abra. Dar un suave masaje por la cara. Luego caminar enérgicamente unos treinta pasos. Practicando este ejercicio con constancia, servirá de prevención contra enfermedades degenerativas, o comenzara la curación de quien ya las padece.