24.300 hogares guipuzcoanos no pueden permitirse encender

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AL DÍA
Miércoles 04.11.15
EL DIARIO VASCO
POBREZA ENERGÉTICA
El diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio (en el centro), durante su intervención ayer en las V Jornadas de Energía. :: LUSA
24.300 hogares guipuzcoanos no pueden
permitirse encender la calefacción
Desde 2012 esta cifra ha sufrido un aumento del 17%, cuando se contabilizaron 20.000 casas
Una de cada diez
viviendas realiza un gasto
en energía excesivo
para su nivel de ingresos
y está pagando más
del 8% de sus nóminas
:: IRAITZ VÁZQUEZ
SAN SEBASTIÁN. Poco a poco llega el invierno y el frío otra vez a nuestros hogares. Y con ello nuevamente miles de domicilios guipuzcoanos
se tendrán que ver en la tesitura de
elegir entre pasar frío o dar de comer
a sus hijos porque no pueden pagar
las facturas de la luz. Esta es una de
las consecuencias más ocultas que
ha dejado la crisis económica en Gipuzkoa durante los últimos años.
Aunque las cifras del territorio puedan ser mejores que las de los países
de nuestro entorno, lo cierto es que
los números son fríos y reveladores.
En Gipuzkoa actualmente 24.300
familias no pueden permitirse encender la calefacción, es decir, el 8,5%
de las casas no pueden permitirse
durante los meses de frío una temperatura adecuada de unos 18º. Lo
más duro de todo ello es que esta si-
tuación afectó durante el año pasado a 59.894 guipuzcoanos. Cabe destacar que en dos años esta cifra ha
sufrido un aumento del 17%, cuando en 2012 se constató que 20.000
viviendas no podían poner la calefacción durante el invierno.
El diputado de Medio Ambiente
de la Diputación Foral de Gipuzkoa,
José Ignacio Asensio, presentó ayer
durante las V Jornadas de la Energía
algunos de los resultados del estudio de pobreza energética que han
elaborado la institución foral y la
Fundación Egia-Careaga (Centro de
Documentación y Estudios SiiS). En-
tre los fenómenos que están causando que cada vez más hogares guipuzcoanos no puedan hacer frente al recibo de la luz, Asensio puso el foco
en que la factura energética de los
guipuzcoanos en los últimos siete
años ha ido en ascenso, pese a que el
consumo se mantiene o incluso des-
«A pesar de las cifras, no
estamos mal posicionados»,
recuerda el diputado
de Medio Ambiente
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ciende ligeramente. Y es que el gasto medio anual en electricidad de los
hogares ascendió a 706 euros y el gas
y otros combustibles alcanzó los 531
euros, en total la media energética
supuso un gasto de 1.238 euros.
La pobreza energética se define
como aquella situación que sufren
los hogares que no pueden permitirse servicios energéticos suficientes
para satisfacer sus necesidades domésticas o bien se ven obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos a hacer frente al gasto energético
de sus viviendas. Así, en el estudio
realizado por la Diputación Foral de
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Miércoles 04.11.15
EL DIARIO VASCO
POBREZA ENERGÉTICA AL DÍA
LAS CIFRAS
1.238
euros fue el gasto energético medio total de los hogares guipuzcoanos durante el año pasado.
706
euros fue el gasto medio anual en
electricidad de los hogares guipuzcoanos en 2014. Por su parte,
en combustible alcanzó los 531
euros.
Pobreza energética
X¿
Qué es?Aquella situación que
sufren los hogares que no pueden
permitirse servicios energéticos
suficientes para satisfacer sus necesidades domésticas o bien se ven
obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos a hacer frente al gasto energético. Así, en el estudio realizado por la Diputación
Foral de Gipuzkoa se han tenido
en cuenta además de la calefacción, el resto de servicios energéticos como la iluminación, el aire
acondicionado o la refrigeración.
Gipuzkoa se han tenido en cuenta
además de la calefacción, el resto de
servicios energéticos como la iluminación, el agua caliente, el aire acondicionado, la refrigeración, la cocina
y el resto de electrodomésticos.
En este contexto, Asensio aseguró durante su intervención que en el
territorio en 2014 cerca de un 12,3%
de los hogares ha realizado un gasto
en energía excesivo o muy elevado
para su nivel de ingresos, por lo que
está pagando en energía más del
8,48% del dinero que entra en casa.
Por tanto, la incidencia de la pobreza
energética estaría afectando a casi
35.072 domicilios, lo que se traduce
en 70.430 personas residentes en Gipuzkoa. Cabe recordar que aunque
las cifras no hayan sufrido un aumento considerable, en comparación con
el estudio de hace un par de años, la
problemática de la pobreza en los hogares guipuzcoanos comienza a cronificarse.
En cuanto a los datos que hizo públicos ayer la institución foral, Asensio recordó que «a pesar de estas cifras Gipuzkoa no está mal posicionada, ni en la comparativa con el
resto del Estado ni otros países europeos, pero estadísticas aparte, la
realidad es que muchos hogares no
pueden permitirse pagar la energía
y mantener un confort básico según
los parámetros de la Organización
Mundial de la Salud (OMS)».
Viviendas con más de 40 años
El parque guipuzcoano de viviendas está cada vez más envejecido, lo
que supone que no están adaptadas
para conseguir un consumo energético lo más eficiente posible. Así, el
diputado de Medio Ambiente recalcó que «es necesario seguir avanzando en la mejora de la eficiencia energética, ya que la antigüedad de las
viviendas en Gipuzkoa es de 40,9
años y seis de cada diez guipuzcoanos habitan en viviendas construidas antes de que se adoptara la primera normativa de eficiencia energética en los edificios», recalcó.
El objetivo de las jornadas que entre ayer y hoy se están llevando en
el Koldo Mitxelena Kultur Zentroa
de San Sebastián es analizar las medidas que individualmente o colectivamente se pueden adoptar para
ahorrar, ser más eficientes y menos
dependientes energéticamente. En
esta línea, Asensio hizo hincapié en
que «en lo que afecta a nuestro departamento, principalmente debemos mejorar el comportamiento de
los consumidores, para ello deben
ejercer su derecho a conocer datos
del consumo y mejorar sus hábitos».
Asimismo, recordó que se debe trabajar en la mejora «en edificios, instalaciones, electrodomésticos o vehículos. Así como la posibilidad de generar energía en base a renovables
para autoconsumo y medidas transformadoras consistente en el desarrollo de políticas locales activas en
materia de energía».
Por su parte, Beatriz Marticorena,
directora general de Medio Ambiente de la Diputación, recalcó que «los
principales factores que determinan
las incidencia de la pobreza son tres:
bajos ingresos de los hogares, limitada eficiencia energética de las viviendas y elevados precios de la energía».
En su intervención, en la que estuvo
acompañada por Raquel Sanz, autora del estudio y miembro de Egia-Careaga, Marticorena recordó que aunque la de la pobreza energética pueda parecer una problemática aislada,
los resultados ponen de manifiesto
que «la pobreza energética se ceba con
hogares encabezados por mujeres, inmigrantes o personas mayores».
«Piden comida enlatada
para no gastar cocinando»
Fátima Otegi Trabajadora social de Cáritas
Considera que «debería
prohibirse cortar el
suministro eléctrico
y aboga por trabajar
en concienciar en un
gasto más eficiente»
:: I. VÁZQUEZ
SAN SEBASTIÁN. Fátima Otegi
es trabajadora social de Cáritas de
Gipuzkoa, y desde su puesto de trabajo tiene contacto directo con personas que sufre pobreza energética. Ayer participó en una mesa redonda sobre pobreza energética en
las V Jornadas sobre Energía.
– ¿Cree que con la pobreza energética se vulneran los derechos
de los ciudadanos?
– Nosotros pensamos que en estos
momentos se están vulnerando los
derechos de las personas porque
consideramos que la energía es un
derecho básico. Hay casos en los
que no se está cumpliendo debido
a que hay familias que no pueden
pagar las facturas y se están produciendo cortes en los suministros.
– ¿Qué medidas se deberían tomar para paliarla?
– Desde luego debería estar prohibido el cortar los suministros, ésta
sería una de las medidas principales a tener en cuenta. Además, hoy
en día existen medidas como pueden ser las ayudas económicas a
pagos de suministros, aunque estas ayudas son puntuales y no terminan de dar una solución al problema que existe hoy en día, ya
que es un parcheo en la situación
de las familias. Otra de las medidas en la que creemos que hay que
trabajar es en informar a la gente
en el tipo de contrato que tiene,
qué puede cambiar y hacer para
mejorar. Asimismo como educar a
estas familias es un consumo cada
vez más eficiente.
– ¿Cuál es perfil de las personas
que sufren esta pobreza?
– Los perfiles que destacan son dos.
El primero el de familias monopa-
Fátima Otegi, ayer en San Sebastián. :: LUSA
«La mayoría son
familias que llevan
mucho tiempo así
y les cuesta salir»
rentales en los que la cabeza de familia normalmente es una mujer
que además tiene cargas familiares. Hay que destacar que en la mayoría de los casos la pobreza tiene
rostro de mujer y en este caso también. El segundo perfil sería el de
varones normalmente solos que ya
llevan muchos años en situación
de desempleo.
– ¿Cuáles son sus consecuencias?
– Las consecuencias de todo esta
pobreza son muchas y una de ellas
es que tienen que intentar consumir lo menos posible para que el
gasto no se dispare. Entonces sí que
detectamos que a veces se dan ali-
mentos que ellos rechazan y no es
porque no los quieren sino porque
el tiempo de cocción es elevado por
lo que el gasto energético es mayor. Entonces, piden comida enlatada o precocinada.
– ¿Les molesta que se hable de pobreza energética en vez de pobreza a secas?
– A mí no es que me importe que
se hable de pobreza energética o de
pobreza a secas. Mientras se hable
y se dé una vuelta a las cosas para
intentar cambiarlas y mejorarlas
nunca está de más.
– ¿Notan la mejoría que se dice
que se está produciendo?
– Nosotros todavía no notamos esa
mejoría que se comenta por ahí. Sí
que notamos que no va a más, que
nos estamos manteniendo. Además, las familias que acuden donde nosotros son las que ya llevan
mucho tiempo en una situación de
estas características y las que les
cuesta mucho salir de la misma.
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