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Taller de Estudios Laborales
“El Rol del Delegado en la
Etapa Actual”
Exposición del Lic. Daniel Ximénez Sáez
Taller desarrollado en la ciudad de
Rosario, el 14 de Abril de 2012
MATERIAL DE LECTURA
Taller de Estudios Laborales
www.tel.org.ar
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Taller de Estudios Laborales
El Rol del Delegado en la Etapa Actual
Daniel Ximénez Sáez
La Organización Sindical en el Lugar de Trabajo
La organización sindical en el lugar de trabajo es una de las mejores características del
sindicalismo argentino. Algo que no siempre ocurre en otros países. El movimiento
sindical de Brasil, por ejemplo, reconocido por su amplitud y capacidad de influir
socialmente, tiene poca presencia del sindicato en los lugares de trabajo 1. Una parte
importante de los trabajadores están afiliados a algún sindicato pero éste está fuera de la
empresa. Tiene su estructura, su orgánica, y reclama ante las patronales como cualquier
sindicato, pero si un trabajador tienen algún problema debe esperar a que termine su
turno y trasladarse al local del sindicato a presentar su caso y luego esperar a que algún
dirigente se comunique con la empresa para transmitir su queja. Sólo en algunas
empresas grandes los trabajadores están organizados y tienen delegados de base y
comisiones internas o de fábrica como las llaman ellos, como las grandes automotrices
de San Pablo, como Ford o Mercedes Benz, y sus trabajadores lo exhiben con orgullo
como una conquista. En Uruguay hay delegados y, por supuesto, activistas en las
empresas, lo que ellos llaman el Comité de Base del sindicato, pero recién en 2005
consiguieron que fueran protegidos por la ley.
En nuestro país los lugares de trabajo que están organizados y tienen delegados poseen
una herramienta para defender sus derechos y disputar el control sobre el proceso de
trabajo. Esto puede darles mucho poder a los trabajadores. Cualquier atropello de un
capataz, cualquier exigencia de la gerencia que vaya contra lo acordado en el convenio
colectivo, cualquier exigencia de un jefe que contradiga las leyes laborales, puede
encontrar en el delegado una respuesta inmediata. Que existan las leyes y los convenios
es muy importante, pero mas importante es que se cumplan, y para eso es fundamental
la presencia y organización sindical en el lugar de trabajo, en el piso de la fabrica, en la
oficina. Eso permite enfrentar inmediatamente las prácticas patronales que violan la ley
o los convenios, allí donde ocurren. En la disputa en torno al proceso de trabajo, el
control de los ritmos, el respeto de las categorías y de la jornada, es donde se construye
todos los días la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo.
La fuerza de los trabajadores se construye y se templa sin duda durante los conflictos.
Especialmente en los conflictos declarados. En esos momentos es cuando aparece y se
pone en juego la organización colectiva, el sindicato y sus dirigentes. Y si se hacen bien
la cosas se sale mas fuerte, aun cuando no se haya logrado lo que se reivindicaba, es
decir aun en la derrota. Pero entre conflicto y conflicto, cuando la mayoría de los
trabajadores vuelve a sus preocupaciones habituales, el trabajo, la familia, el fútbol, ese
núcleo activo de militantes y delegados, si se mantiene unido con objetivos y tareas
comunes, asegura la continuidad de los obtenido y la consolidación de lo construido.
Es en esos periodos de relativa calma, de aparente armonía, donde el conflicto es
larvado, son los activistas y los delegados de base quienes mantienen encendida la llama
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Esta muy extendida la experiencia de las CIPAs (Comités Internos de Prevención de Accidentes) pero
tienen un alcance mas limitado.
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de la organización. Conflictos abiertos hay cada tanto, pero pequeños conflictos hay
todos los días. En cada sector, en cada puesto de trabajo, pequeñas y cotidianas batallas,
muchas veces individuales, se llevan adelante por los trabajadores junto a los activistas
y sus delegados. Son los momentos donde la empresa vuelve a operar intentando
desvirtuar lo acordado o recuperar el terreno perdido. Pequeñas batallas contra un
supervisor, un jefe o un gerente, o bien batallas que se libran en la cabeza de los
compañeros, por las ideas, en las conversaciones del comedor o en el vestuario.
Pequeños conflictos cotidianos, casi silenciosos, al menos para los de afuera, donde se
mantienen vivos y se refuerzan la organización y la conciencia de los trabajadores.
El Delegado y la Legislación Argentina
La importancia de la organización sindical y en el lugar de trabajo y de los delegados en
Argentina se ve reforzada por el hecho de que se encuentra consagrada por la ley, la
figura del delegado está especialmente reconocida y protegida por la ley.
La Ley de Asociaciones Sindicales establece la figura del delegado y regula varios
aspectos de su existencia y actividad. Se establece que puede haber delegado en
cualquier lugar de trabajo, haya o no sindicato, o sea, los trabajadores tienen derecho a
tener un delegado aunque no exista sindicato, y aunque ellos no estén afiliados a un
sindicato. El delegado representa a todos los trabajadores, ya que todos los trabajadores
tienen derecho a tener un delegado.
La ley prevé la elección de delegados en todos los establecimientos donde haya al
menos 10 trabajadores. Donde haya más de 10 trabajadores y hasta una cantidad de 50
la ley asegura la presencia de al menos 1 delegado, hasta 100 otro delegado más y a
partir de allí puede elegirse un delegado por cada 100 trabajadores más.
El delegado está protegido por la ley. Desde el momento en que se presentan como
candidatos hasta un año después de terminar su mandato los delegados no pueden ser
despedidos.
La ley establece además que la empresa no puede obstaculizar el desempeño de su
función, no puede trasladarlo y no puede sancionarlo ni hostigarlo de ninguna forma.
La ley contempla que los delegados tienen derecho a hablar y a presentase ante el
empleador y hacer valer los derechos de sus representados. Para ello le ley le reconoce
una cantidad de horas durante el mes y un local gremial dentro del lugar de trabajo para
desarrollar su actividad gremial.
Y este derecho que la ley consagra y garantiza, en realidad no es un derecho del
delegado, es un derecho de todos los trabajadores: el derecho a tener un delegado,
reconocido y protegido, en el lugar de trabajo, como una herramienta al servicio de la
defensa cotidiana de los derechos de todos, como un representante del conjunto. La ley
lo que protege es el derecho del conjunto de los trabajadores a tener delegado y a actuar
como un colectivo. El delegado es una demostración de que los trabajadores han
logrado constituirse en un colectivo, y también de que han conquistado el
reconocimiento de su derecho a negociar colectivamente sus condiciones de trabajo.
La protección que brinda la ley, el llamado fuero sindical, no es un privilegio del
delegado sino una garantía para el trabajador común, una garantía para su derecho a
tener delegado, a tener organización sindical en el lugar de trabajo, y a discutir y
acordar con la patronal en forma colectiva, rompiendo la individualidad en las
relaciones laborales y reconstruyendo la solidaridad con sus compañeros. Por eso
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mismo la ley establece un procedimiento judicial sumarísimo, es decir muy rápido y
efectivo, para que el despido de un delegado no tenga validez y el mismo deba ser
reinstalado de inmediato. Antes la ley solo preveía una indemnización, pero con eso se
reparaba al delegado despedido pero se dejaba sin protección a sus compañeros, no se
protegía el derecho de sus compañeros a organizarse y elegir delegados que hablen en
su nombre.
Antes de que existieran estas leyes cuando un patrón quería despedir a un dirigente, un
activista, o un delegado, que le molestaba, no había ninguna ley que se lo prohibiera.
Que eso no ocurriera solo dependía de la capacidad de lucha de sus compañeros, hoy
eso sigue siendo lo fundamental, la propia fuerza organizada de los trabajadores, pero
con la ley los trabajadores cuentan con una herramienta más para defender su derecho a
organizarse, a negociar colectivamente, a tener delegados que los representen y a pelear
por sus reivindicaciones.
Reestructuración y Ofensiva del Capital
Desde principios de los 90 hemos vivido fuertes cambios en la economía y en la
sociedad. Ha sido un proceso de cambios que bajo distintos nombres (modernización,
neoliberalismo, globalización, flexibilización), ha afectado fuertemente a los
trabajadores. Un proceso que no se dio solo en la Argentina, que comenzó a principios
de los 80 en los países desarrollados, en Europa y en Estados Unidos, con gobiernos
como el de Tatcher y Reagan. Fue un proceso de flexibilización laboral, es decir de
pérdidas de derechos y garantías, de inestabilidad y precarización del empleo, de
creación o profundización de situaciones diferentes y desiguales entre los trabajadores,
ahondando la división, fomentando la competencia y complicando la unidad entre ellos.
Pero no fue solo eso. También hubo fuertes cambios en los procesos de trabajo, con la
aparición de nuevas tecnologías, las computadoras, la informatización de las máquinas;
también en nuevas formas de organizar la producción y el trabajo, se empezó a hablar
de Flexibilización Laboral, de Tercerización, Calidad Total, polivalencia, Círculos de
Calidad, Normas ISO 9000, trabajo en equipo, entre muchas otras estrategias
empresarias. Muchas de estas cosas se dieron inicialmente en las fábricas, pero luego se
fueron adaptando también a otros sectores, como el comercio, la administración, la
educación y en el Estado.
La Importancia Estratégica del Delegado Hoy
Si el delegado antes era importante, porque era una de las expresiones de la
organización sindical en el lugar de trabajo, y era el que tenía la protección de la ley
para hacer su tarea, a partir de todo este proceso de cambios que se dio en el mundo,
cobró una nueva importancia, una nueva función estratégica. Justamente por ser la
expresión de la organización sindical en el lugar de trabajo es el que puede conocer en
la práctica todos estos cambios a medida que se van produciendo. Muchas direcciones
sindicales, aun las mejor intencionadas, no podrían enterarse ni comprender todas estas
novedades si no fuera por la información que le suministran los delegados. A la mayoría
de los sindicatos les costo mucho comprender lo que significaba realmente este proceso.
Los que hicieron la experiencia, los primeros que empezaron a conocer lo que realmente
estaba ocurriendo, fueron los trabajadores, y con ellos los delegados. Ellos empezaron a
tomar nota de todo lo que ocurría, a observar y reflexionar sobre las consecuencias que
traía y sobre qué hacer al respecto.
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Por eso es que en esta etapa, además de la importancia que ya tenían, los delegados hoy
tienen la importancia de ser ellos los que están en la primera línea, son los que están en
mejor posición para conocer de qué se tratan realmente estas estrategias empresarias, y
también son los que están haciendo la experiencia de resistirlas, ensayando,
equivocándose y volviéndolo a intentar. Ellos están llamados a cumplir un papel
fundamental en la tarea de construcción del conocimiento y las estrategias del
movimiento sindical de los próximos años. Debemos hacer lo que han hecho los
trabajadores siempre a lo largo de la historia: aprender de la experiencia y reorganizarse
para dar la lucha por sus derechos y reivindicaciones, en las distintas situaciones que se
vayan presentando.
El terreno de disputa: la importancia estratégica de la lucha en el lugar
de trabajo 2
Viviana Cifarelli y Oscar Martínez
El lugar de trabajo es el terreno donde se despliegan gran parte de las estrategias
empresarias. Así, es frecuente encontrarnos con novedades en el lugar de trabajo:
cambios en las tareas, en los tiempos previstos para realizarlas, nuevas tareas que se
agregan a las que hacíamos hasta el momento, etc.
El lugar de trabajo es el terreno donde los trabajadores nos enfrentamos a los
distintos cambios que en forma permanente las empresas intentan imponer a través de
herramientas tales como cambios de tecnología, métodos de presión para aumentar la
carga de trabajo, etc. La contrapartida de todo esto se manifiesta en perjuicios concretos
sobre los trabajadores: mayor cansancio físico, mayor presión, mayor estrés, mayores
riesgos de accidentes, etc.. Sin embargo, las empresas han logrado que éste sea un lugar
“ocultado”, del que jamás se discute ni tampoco hay noticias sobre él, salvo (y no
siempre) cuando se produce un accidente mortal.
En definitiva es un lugar de encuentro sin grandes mediaciones entre la patronal y
los trabajadores, y es allí donde se disputan los espacios y se mide constantemente la
relación de fuerza.
Es allí donde se define día a día quién dirige, siendo un terreno donde el avance
de uno y la resistencia o no del otro, modifica la relación de fuerzas continuamente, es
que la lucha en el lugar de trabajo adquiere en esta etapa una importancia estratégica.
Cada modificación planteada debe ser un alerta en forma inmediata, aún en los
casos donde aparenten ser cambios de menor importancia o puedan llegar a ser casi
imperceptibles. Dejar pasar alguna cuestión es dejar avanzar un paso más a quien está
del otro lado. Es por eso que debe concentrarse la atención en cada situación diferente
que se presente. Cualquier cambio probablemente tenga consecuencias negativas sobre
las condiciones de trabajo.
Si partimos de esta premisa básica, la tarea sindical debe revalorizar la lucha
en el lugar de trabajo. Es el espacio en el que saltan a la vista tanto los cambios como
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Extractado de La lucha en el lugar de trabajo, Viviana Cifarelli y Oscar Martínez en De eso no se habla.
Organización y lucha en el lugar de trabajo. 4º edición. Cuadernos del TEL, 2007.
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los perjuicios que estos cambios ocasionan y por lo tanto donde se debe estar preparado
para organizar la participación y la acción sindical.
En concordancia con esto es importante destacar la importancia de la tarea del
delegado de planta o sección y el activista de base. Ambos juegan un papel primordial
en esta etapa. Justamente son ellos quienes tienen la posibilidad de percibir
inmediatamente cualquier cambio, quienes permanecen cotidianamente en ese espacio,
por lo que tienen en sus manos en primera instancia la tarea de alerta, luego la de
transmitir al conjunto de los trabajadores el alcance de las medidas tomadas por la
empresa y más tarde la de organizar la participación y dirigir la acción.
La tarea del delegado de advertir, difundir y organizar es fundamental en este
espacio y en esta etapa.
Como mencionamos al inicio, es importante remarcar que la lucha en este espacio
no se agota en las reivindicaciones puntuales, sino que es una lucha por la
construcción de poder. Todos los trabajadores sabemos que en este momento no es
sencillo conseguir mejoras, pero también somos concientes de que si no resistimos los
avances estamos expuestos a que empeoren las condiciones de trabajo.
Muchas veces las empresas intentan someter a los trabajadores a nuevas formas de
trabajo más perjudiciales bajo la premisa de que son inevitables para poder continuar
con la producción. En realidad, lo que están haciendo es imponer la mejor forma de
producir que es, nada menos, que la mejor manera de aumentar sus ganancias y
garantizar la disciplina de los trabajadores.
Esto no es otra cosa que la lucha por el poder en el lugar de trabajo entre
patrones y trabajadores.
Si no estamos atentos a todos estos avances, aunque parezcan de lo más pequeños
e inofensivos, sin duda alguna resultará más fácil a la empresa ganar terreno. Si no hay
cuestionamiento alguno, todos los días avanzarán un paso más. Dejar el espacio sin
resistencia o por lo menos sin advertirle que sabemos cuál es el objetivo de las medidas
que se imponen, supone quedar totalmente expuestos a toda la arbitrariedad
empresaria.
Estar atentos, por el contrario, abre la posibilidad de impedir la profundización del
avance empresario.
En algunos casos, frente a la consolidación sindical en un lugar de trabajo las
empresas recurren a diferentes medios (otorgar licencias a los delegados, no dar tarea,
etc.), con el objetivo que la presencia del delegado sea mínima o incluso nula, y de esta
forma no encontrar resistencia a sus proyectos.
Habitualmente la discusión sindical se centra en torno a los alineamientos
sindicales o político-partidarios y parece que nunca queda tiempo para tomar estas
cuestiones. Con esto no estamos negando o subestimando la importancia de la lucha
sindical institucional y de la lucha política, simplemente queremos remarcar que se
da una disputa permanente en el lugar de trabajo, y que no debe ser un espacio
abandonado.
Este momento de cambios constantes, de avances permanentes, de ofensiva
deliberada de las empresas, obliga a mantenernos en alerta continua y en este sentido, el
rol del activista o delegado se transforma en el motor fundamental de la acción gremial
y se debe reforzar en todos sus aspectos.
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El delegado o activista debe mantenerse alerta a los avances, saber que todos los
cambios que la patronal viene a proponer traen consigo un beneficio implícito para ellas
y con certeza traen un retroceso para las condiciones de trabajo y la salud de los
trabajadores, debe además aprender a transmitir esta visión al conjunto y
consecuentemente organizar la resistencia en el lugar de trabajo, lo cual constituye
una de las tareas más importantes en este contexto.
Principales Características de la Estructura Sindical Argentina
Guillermo Pérez Crespo
Esquema General
El actual modelo organizativo de los sindicatos se encuentra básicamente
regulado en la ley 23.551 (de Asociaciones Sindicales) y su decreto reglamentario
467/88.
El esquema organizativo estructura a las organizaciones sindicales por rama de
actividad, aunque se admite la existencia de algunos sindicatos por oficio (el principal
es el de viajantes de comercio, también los de las distintas actividades portuarias) y por
empresa.
La norma diferencia entre organizaciones sindicales de primero (sindicatos) y
segundo grado (federaciones). También contempla la existencia de confederaciones
(casi no las hay) y centrales sindicales (CGT, la única con personería gremial
reconocida, y la CTA).
A su vez un sindicato puede estar estructurado en seccionales (suborganizaciones con autonomía limitada).
Reconocimiento Legal
Las organizaciones sindicales pueden tener inscripción gremial o personería
gremial.
Las que tienen inscripción gremial (también llamada simple inscripción) sólo
representan los intereses de sus afiliados. En este esquema legal, las que tienen
personería gremial representan los intereses de todos los trabajadores de la actividad.
Las organizaciones con personería gremial son las que están habilitadas para
discutir convenios colectivos (las que tienen simple inscripción no pueden) y para
convocar a elección de delegados en los lugares de trabajo. Los candidatos a delegados
deben ser en principio afiliados a la organización con personería gremial, de no haberlos
pueden ser afiliados a una organización con simple inscripción o no afiliados a ningún
sindicato. Para delegados votan todos los trabajadores del establecimiento, sin importar
si son o no afiliados a un sindicato.
Representación
Se supone que solo puede haber una organización con personería gremial por
rama de actividad, así lo dispone la ley y se fundamenta en la necesidad de no fracturar
y debilitar la representación de los trabajadores. Pero en la práctica hay numerosas
actividades donde hay varios sindicatos con personería gremial (UOM y SMATA en la
metalmecánica, del neumático y del caucho, textiles y del vestido, CTERA y UDA en
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docentes, ATE y UPCN en el Estado, etc.). Ello es así porque el reconocimiento de la
personería gremial lo decide el Ministerio de Trabajo y el mismo responde más a
relaciones y situaciones políticas que a reales criterios de representatividad.
La ley contempla un mecanismo por el cual un sindicato con simple inscripción
puede reunir más afiliados que el que tiene personería gremial y disputarle la personería.
No es habitual su aplicación y responde también a decisiones políticas.
Los sindicatos por empresa no pueden disputar personería gremial en dicha
empresa con los sindicatos por rama de actividad.
Organización Territorial
La organización por ámbito territorial es variable: hay actividades en que los
sindicatos tienen ámbito nacional y se dividen en seccionales por provincias o por
ciudades (UOM, ATE, UPCN, UTEDYC, Asociación Bancaria, etc.), en otras
actividades hay una estructuración básica en sindicatos por provincias o ciudades, y se
juntan en una Federación (electricistas, telefónicos, trabajadores de universidades, de
comercio, petroleros privados, en prensa, industria de la carne, docentes –aunque en este
caso aun conserva el nombre de “Confederación” porque las estructuras provinciales
son diversas).
El grado de autonomía de los sindicatos respecto de las federaciones es variable,
aunque suele ser importante. En principio depende de lo que establece el estatuto de la
Federación, firmado a su vez por representantes de cada sindicato que la integra. Pero
en última instancia un sindicato puede –a través de un mecanismo de distinta
complejidad según los casos- desafiliarse de la Federación (caso de Luz y Fuerza de
Mar del Plata, o telefónicos de Buenos Aires). En general suele haber problemas con la
obra social, ya que en casi todos los casos es la Federación la que decide al interior de la
misma y discrimina a aquellos sindicatos más rebeldes (los que a veces se ven obligados
a reestructurar todo el esquema de atención a sus afiliados).
Mucho más limitado es el grado de autonomía de las seccionales, aunque eso
también varía según los sindicatos (hay sindicatos donde sus estatutos reservan cierto
margen de autonomía para las seccionales –bancarios- y otros donde su autonomía es
más limitada –ATE-). El mayor problema en las seccionales es la enorme dependencia
económica de los sindicatos –la cuota pertenece al sindicato, no a la seccional, la que
recibe un porcentaje menor de la misma- y es mucho más agudo el problema de las
obras sociales. La seccional obviamente no puede desafiliarse del sindicato.
Los Delegados
La figura del delegado gremial o delegado de base es poco común en otros
países, y en el nuestro no está claramente reglamentada, aunque las distintas leyes de
asociaciones sindicales fueron ampliando con el tiempo la misma. Pero todavía hoy en
día el delegado de los trabajadores en el lugar de trabajo tiene un margen de autonomía
muy limitado, escasas atribuciones conforme ley, y una importante dependencia de la
acción del sindicato.
En algunos establecimientos los delegados están organizados en cuerpos
colegiados (está previsto cuando sean tres o más): Comisión Gremial Interna, Junta
Interna, y otros nombres.
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En principio y conforme ley, los delegados representan a todos los trabajadores
del establecimiento. Pero en algunos establecimientos esta representación general la
tienen los delegados de la Comisión Gremial Interna y no los delegados de sector, que
sólo representan a los trabajadores del sector respectivo.
Los delegados de base juegan un papel muy importante en la organización de los
trabajadores en el lugar de trabajo y en la defensa cotidiana de sus derechos.
A falta de normas en convención colectiva, la ley prevé que haya un delegado de
10 a 50 trabajadores, dos delegados de cincuenta a cien trabajadores, y de ciento uno en
adelante deberá sumarse uno por cada cien o fracción.
Tutela sindical
Todos los representantes sindicales (desde delegados hasta dirigentes) tienen
especial protección legal (no pueden ser perseguidos, cambiadas sus condiciones de
trabajo, suspendidos ni despedidos) desde el momento en que son propuestos como
candidatos hasta un año después de vencido su mandato.
Cualquier medida disciplinaria que el empleador entienda procedente necesita
para su aplicación de un previo proceso judicial de exclusión de tutela (desafuero). Si no
existe resolución judicial al respecto, cualquier sanción dispuesta contra el representante
sindical es absolutamente nula.
El empleador está obligado a facilitar un lugar para el desarrollo de las tareas
gremiales de los delegados, y concederles un crédito de horas mensuales retribuidas
conforme lo disponga el convenio colectivo aplicable.
Preguntas Jurídicas Habituales Sobre El Delegado
Respuestas: Dr. Guillermo Pérez Crespo
1) Los que están afiliados deben o pueden participar de la elección del delegado?
La condición de afiliado o no es independiente de la emisión del voto; todos los
trabajadores pueden votar.
2) Pueden haber delegados sin sindicato?
Legalmente no, y la convocatoria a elección la tiene que hacer el sindicato. Aunque a
partir de los últimos fallos de la Corte (uno de ellos declarando la inconstitucionalidad
del inc. 1 del art. 41 de la ley 23.551) todo ello ha quedado relativizado, no estando en
claro cuál es la situación actual.
3) Cuando hay más de un sindicato, quien representa a los que no están afiliados a
ninguno?
No hay un mecanismo legal previsto al respecto.
4) Cuando hay más de un sindicato se multiplica la cantidad de delegados posibles
de acuerdo a la cantidad de trabajadores o se reparten entre la cantidad de
sindicatos que haya?
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No hay ley ni resolución ministerial que regule el tema. Esto se da en el Estado y en
algunos lugares se elige en proporción a la representatividad de cada sindicato y en
otros cada sindicato elige en proporción a la cantidad de trabajadores.
5) Una persona que no está afiliada a ningún sindicato puede ser elegido delegado?
La condición de afiliado es requisito de ley, pero a partir del fallo de la Corte Suprema
(sobre ATE c/ Ministerio de Trabajo) esta condición ha perdido vigencia normativa, o
por lo menos la misma se encuentra muy relativizada.
6) Los sindicatos que ponen requisitos para ser delegados (antigüedad por
ejemplo) están violando la ley que no los pone?
En la generalidad de la doctrina jurídica se entiende que el sindicato no puede agregar
requisitos a los que fija la ley.
7) ¿Si en un lugar no existe presencia del sindicato, nadie está afiliado, etc., ¿se
puede elegir delegados sin necesidad de recurrir al sindicato?
No. La gente debe afiliarse y luego peticionar al sindicato la convocatoria. Aunque aquí
también (pero un poco menos) se ha ingresado en una zona de dudas y cuestionamientos
a partir de los últimos fallos de la Corte Suprema de la Nación.
8) ¿Los delegados elegidos por convocatoria de sindicato con inscripción, tienen
derecho a los fueros?
Hay fallos contradictorios. En provincia de Buenos Aires, donde mayor cantidad de
estos casos se registran (publicados) la jurisprudencia ha sido negativa. Pero también
aquí, y en especial a partir del fallo Rosi de la Corte Suprema de la Nación, la situación
ha cambiado bastante y se entiende que deberían contar con la tutela sindical del art. 52
de la ley 23.551.
9) ¿Los trabajadores que no son de planta permanente pueden elegir delegado?
Se entiende que sí, aunque hay polémica al respecto.
10) ¿Un trabajador que no es de planta permanente puede ser elegido delegado?
Se entiende que sí (si esta afiliado al sindicato). Pero hay debate sobre lo que pasa con
la finalización del contrato. Hay un antecedente bastante interesante de un contratado de
la ANSeS que fue electo delegado y luego despedido, y la justicia le reconoció el fuero.
11) Y un trabajador por agencia?
Aquí hay más discusión, pero también hay doctrina que entiende que sí.
Nota: La regulación legal de la figura del delegado es mínima, solo aparece en algunos
pocos artículos de la ley 23.551 de asociaciones sindicales y en algunos del decreto
reglamentario 467/88.
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