2DO CONGRESO DE ADMINISTRADORES PÚBLICOS MEXIQUENSES EL GOBIERNO MUNICIPAL ¿UTOPÍA O REINVENCIÓN? MESA DE TRABAJO: ACTUALIZACIÓN DEL MARCO JURÍDICO MUNICIPAL PONENCIA: DIVISIÓN DE PODERES EN EL NIVEL MUNICIPAL PONENTE: DR. EDUARDO LÓPEZ SOSA TOLUCA MÉXICO, 29 DE JULIO DE 2015 Pág. 1 de 14 DIVISIÓN DE PODERES EN EL NIVEL MUNICIPAL EL MUNICIPIO MEXICANO. A través del municipio se puede alcanzar un alto grado de eficiencia del sistema federal mexicano, sobre todo si se logra el principio del municipio libre, pues éste propicia una efectiva participación ciudadana y conlleva un fortalecimiento de las estructuras municipales ya que, como afirma Edna Ramírez: “Fortalecer el federalismo significa al mismo tiempo fortalecer al municipio”1. Y parafraseando a la autora yo expreso que: “fortalecer al municipio significa fortalecer al mismo tiempo el federalismo”; pues sin la vigorización del municipio, los estados de la república no podrán alcanzar la energía necesaria para hacer factible, viable y vigente el sistema federal. Por tanto, en primer lugar se deben reconocer las deficiencias que nos impone la realidad, al reconocer la extrema concentración y centralización; competencias que originan el predominio del orden federal sobre el estatal y éste sobre el municipal. Existe pues, enorme desigualdad en el desarrollo de la organización política entre la federación y los estados, afectando por consiguiente al municipio, así lo reconoció el entonces presidente Miguel de la Madrid, en la exposición de motivos que originó la reforma municipal del 3 de febrero de 1983, al expresar: El municipio libre es una institución que los mexicanos consideran indispensable para su vida política, pero debemos reconocer que no se ha hecho efectiva en su cabal racionalidad, por el centralismo que más que como doctrina como forma específica de actuaciones gubernamentales, de cierta manera se fueron manifestando en nuestra realidad política para consolidar los intereses de la nación (…) Es evidente 1 Edna Ramírez Gaxiola. El perfil del municipio para el siglo XXI, participación ciudadana, encienda administrativa y federalismo real. El municipio mexicano de cara al siglo XXI, UAEM, México, 1993. Pág. 2 de 14 que nuestra práctica política dio al federalismo una dinámica centralizadora que permitió durante una larga fase histórica, multiplicar la riqueza, acelerar el crecimiento económico y el desarrollo social, y crear centros productivos modernos. Pero hoy sabemos bien que esta tendencia ha superado ya sus posibilidades de tal manera que la centralización se ha convertido en una grave limitante para la realización de nuestro proyecto nacional (…) La centralización ha arrebatado al municipio capacidad y recursos para desarrollar en todos los sentidos su ámbito territorial y poblacional. Indudablemente ha llegado el momento de revertir la tendencia centralizadora, actuando para el fortalecimiento de nuestro sistema federal. No requerimos una nueva institución tenemos la del Municipio2. Justo merecimiento a Don De la Madrid, al reconocer la ausencia de eficiencia en el sistema federal mexicano, aunque quizá ello sea producto ancestral de nuestra forma de ser como país y como mexicanos, el centralismo es un sistema arraigado en México desde antes de que existiéramos como país. Los aztecas, los tarascos (purépechas), los mayas, sólo por citar algunos de los grupos étnicos, que habitaban este territorio, tenían un sistema político monárquico”. Posteriormente, durante los tres siglos de la colonia el poder se concentraba en una sola persona (el Virrey) las tres funciones gubernamentales: la custodia del sello real; el nombramiento de funcionarios religiosos y civiles, la expedición de cédulas reales y hasta funcionario judicial al ser presidente de la Real Audiencia, esto nos da la idea de una excesiva concentración de poder. La lucha del siglo XIX era precisamente la disputa por el poder entre centralistas y federalistas con el triunfo aunque sólo formal de los segundos; sin embargo, durante la vida independiente, hemos vivido en un “federalismo” en teoría pero con un centralismo en la praxis que ha impedido el pleno desarrollo económico, cultural, político y social de México. 2 Miguel de la Madrid Hurtado, citado por Enrique Sánchez Bringas en Renovación política y el sistema electoral mexicanos, Porrúa, 1987, p. 36. Pág. 3 de 14 La centralización en México como factor de poder, ha sido elemento desestabilizador del sistema político y dique del desarrollo del federalismo, sus características son: Búsqueda de la concentración de poder de mando, de nombramiento, de decisión, de dar y no dar, de no conferir, de destituir o de afianzar. Coincide con el surgimiento de la propiedad privada y la producción para el intercambio. El antecedente más inmediato del Estado moderno es la monarquía absoluta, que cumple con tareas históricas: unificar poderes que estaban dispersos, delimitar geográficamente las fronteras territoriales del Estado nacional y la de vincular lingüística, religiosa e históricamente a pueblos de diversos orígenes, lo que engendra las naciones. Al desarrollarse el Estado moderno, bajo este marco de referencia, se reconoce que la nacionalidad lleva aparejada la soberanía como poder que no reconoce otro poder… El impacto del predominio del centralismo mexicano se ve reflejado en el municipio, tal como lo reconoce Mario Colín en su obra El municipio libre, cuando expresa: “Si tuviésemos que definir al municipio mexicano estrictamente como lo es en su vida, diríamos que es una de las partes más pequeñas en que está dividida la nación mexicana para el ejercicio del gobierno; en el que se han concentrado la pobreza y el mayor número de necesidades insatisfechas; ahí vive el grupo de hombres que siempre ha tomado participación lo mismo para hacer las revoluciones que para intervenir en nuestras principales luchas cívicas y Pág. 4 de 14 políticas; en esta pequeña extensión geográfica viven los hombres más abandonados de nuestro país”.3 La sociedad mexicana ve al municipio como su espacio de vida y ha luchado por sus derechos y su reconocimiento, las ideas liberales son uno de los principales postulado de la revolución mexicana, ahí se plantea el municipio libre; por ello los principios rectores del artículo 115 de nuestra Carta Magna son: La supresión de las jefaturas políticas El reconocimiento del poder público municipal mediante la elección popular y directa de los ayuntamientos, así como su integración plural. El otorgamiento de recursos para el acrecentamiento de la hacienda municipal. El reconocimiento a la facultad legislativa al expedir su bando municipal y los reglamentos municipales. Las facultades en materia de planeación del desarrollo urbano. Dos aspectos fundamentales resaltan del artículo 115 constitucional: 1) se refiere a la organización política, es decir, al órgano de gobierno municipal y 2) aspecto hacendario; en estos aspectos se representa la expresión fundamental del federalismo mexicano. Sin embargo, de la distribución de competencias se desprende la gran característica del sistema federal mexicano, la descentralización. Si el Congreso de la Unión en ejercicio de la soberanía popular le otorgara al municipio plenas atribuciones en materia tributaria y legislativa, este nivel de gobierno podría crecer, ser más fuerte, representar el apoyo, sustento del federalismo mexicano. Solamente si se le deja ejercer a plenitud sus facultades como poder público podrá el municipio alcanzar su verdadero desarrollo. 3 Mario Colín Sánchez. El municipio libre, Gobierno del Estado de México, Toluca, 1978, p.131. Pág. 5 de 14 El municipio es la institución más antigua que como país soberano tenemos. Llega a México en 1519 y nuestra soberanía la adquirimos en 1821, es decir, que antes que la federación fue el municipio, incluso, en cuanto a la defensa de nuestra libertad, los ciudadanos habitantes del municipio, queremos elegir nuestras autoridades, libertad para manejar nuestra hacienda pública, queremos ser sujeto de derechos y obligaciones; porque eso significa tener personalidad jurídica, poder ser responsables como personas, como seres humanos. El municipio tiene personalidad jurídica, es un nivel de gobierno al que la ley le reconoce personalidad jurídica y patrimonio propios. Ese patrimonio no es de la autoridad municipal; es del municipio. Del pueblo son los parques, jardines y plazas públicas; los mercados, calles y cementerios, el rastro, el palacio municipal. Todo es patrimonio municipal. Tiene el municipio diferentes tipos de bienes: Propios, de uso común y destinados a un servicio público. Tiene personalidad jurídica; tiene patrimonio propio; y tiene la posibilidad de contar con un gobierno municipal (ayuntamientos), constituido por los representantes de la comunidad; de establecer sus reglamentos. De ahí que cada ayuntamiento tenga como uno de sus principales actos públicos el publicar el Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno, el cual contendrá las normas mínimas que rigen la actuación social de los particulares. En el Bando se regula el horario de las actividades comerciales, se establecen por igual, obligaciones y derechos de los vecinos del municipio; y se conoce la administración pública. Pero la facultad legislativa del municipio, no solo se limita al Bando. Los ayuntamientos tienen también la facultad de modificar y establecer los diferentes reglamentos, el de servicios públicos, el de mejoramiento ambiental, o el que regula la actividad comercial. Todos estamos obligados a respetar esas disposiciones que emite la autoridad municipal, cuya facultad reglamentaria está reconocida por la Constitución, fracción II del artículo 115 del mismo modo que le reconoce la potestad de cobrar los impuestos. De acuerdo con la fracción Pág. 6 de 14 IV del artículo 115 constitucional, el municipio tiene potestad tributaria para cobrar el impuesto predial, el de traslación de dominio, los derechos de agua potable. Con el dinero que entregamos al municipio por concepto de impuestos, este nos debe regresar en servicios públicos, agua potable, alumbrado público, drenaje, bacheo, etc. Con nuestros impuestos el municipio da mantenimiento a los parques y jardines, cuida el rastro, mantiene la seguridad pública e incluso nos otorga documentos oficiales. Es en el municipio donde ocurre el primero de nuestros actos jurídicos y el último también. Ahí el oficial del Registro Civil nos entrega nuestra acta de nacimiento y también allí es expedida nuestra acta de defunción. Esto hace al municipio muy nuestro, parte de nosotros mismos pues lo vivimos y lo convivimos, existe una interrelación entre la comunidad y el ayuntamiento, ya que orienta su acción en ejercicio de sus atribuciones, facultades, a satisfacer las necesidades de todos sus habitantes, éstos a cumplir con sus obligaciones tributarías. Debemos reconocer que el federalismo mexicano es una realidad que se confunde con nuestra propia historia de país independiente, una realidad que se aplica de manera convenenciera y torcida con desvíos y alteraciones, de la auténtica teoría del sistema federal; nuestro país es un país con antecedentes unitarios, los federalistas nos esforzamos y nos afanamos por descentralizar el poder, sin embargo, nuestro propósito topa con el pasado de México. Los mexicanos debernos reconocer que la centralización como factor de poder, ha sido elemento desestabilizador del sistema político y del dique de desarrollo del federalismo, de ahí que insisto en el fortalecimiento municipal, pues insisto fortalecer al municipio, significa al mismo tiempo fortalecer el federalismo; de ahí que Miguel de Madrid en 1983 señalaba también: Pág. 7 de 14 “La centralización ha arrebatado al municipio capacidad y recursos para desarrollar en todos sentidos su ámbito territorial y población. Indudablemente ha llegado el momento de revertir la tendencia centralizadora, actuando para el fortalecimiento de nuestro sistema federal. No requerimos una nueva institución tenemos la del Municipio”. En los discursos políticos, en los artículos periodísticos y más aun, en los ensayos y textos jurídicos se insiste que la forma de gobierno del sistema político mexicano es el de una República Federal, con tres niveles de gobierno, aspecto inexacto constitucionalmente ya que el artículo 40 de nuestra Carta Magna indica: Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, Federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una Federación establecida según los principios de esta ley fundamental. Como puede verse, se reconocen sólo dos niveles de gobierno, y más aún se insiste en el primer párrafo del artículo 41 que expresamente indica: El pueblo ejerce su soberanía por medio por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados, en los que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los Estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal. El título quinto de la Constitución: “De los Estados de la Federación y del Distrito Federal”; para ser más claros y precisos el artículo 124 dice: Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados. ¿Y EL MUNICIPIO? Pág. 8 de 14 En tal sentido, de los anteriores artículos constitucionales en el Estado Federal Mexicano observamos lo siguiente: a) Sólo reconoce expresamente dos niveles de gobierno, el de la federación y el de las entidades federativas. b) Las entidades federativas son instancias decisorias supremas dentro de su competencia. c) Entre la federación y las entidades federativas existe coincidencia de decisiones fundamentales. d) Las entidades federativas emiten libremente su propia constitución, organizan su estructura de gobierno en lo que toca a sus regímenes interiores, pero sin contravenir el pacto federal inscrito en la Carta Magna que es la unidad del Estado federal; e) Existe una clara y diáfana diferenciación de competencias, entre la federación y las entidades federativas. Todo aquello que no esté expresamente atribuido a la federación es competencia de los estados. Sin embargo, los legisladores mexicanos deben reconocer, que la sociedad mexicana tiene al municipio, como su espacio de vida, ha luchado por sus derechos y reconocimiento; en tal sentido las ideas liberales, han sido fundamentales para el desarrollo del municipio, el reconocimiento constitucional y las reformas de 1983, 1994 y 1999 han hecho que tengamos como principio rector del federalismo mexicano al municipio. El municipio como entidad jurídica política que crea y reconoce el Estado, tiene fines propios en los que encuentra la esencia misma de su existencia, por ello justo es que la legislación mexicana, reconozca al Municipio, como un poder público atendiendo a las siguientes consideraciones: Junto al orden jurídico federal y estatal existe otro; el municipal que contiene normas propias sólo válidas para él y que le crean una esfera particular de competencia. Pág. 9 de 14 Corresponden al gobierno, municipal crear el Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno, lo que constituye la regulación interna de la comunidad. El municipio dispone de órganos propios para aplicar sus normas, los ayuntamientos son dentro de una espera de competencia autónomos e independientes con capacidad y personalidad propia, de ninguna manera jerarquizados a los poderes estatales, sino que única y exclusivamente al pueblo, a quien le debe servicio, atención y ante todo preservar la paz y la tranquilidad de sus habitantes. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, conoce de las controversias constitucionales que se susciten entre: la federación y un municipio; el Distrito Federal y un municipio; dos municipios de diversos Estados; un Estado y uno de sus municipios; y un Estado y un municipio de otro Estado; tal y como lo indica el articulo 105 en su fracción I, incisos b), f), i) y j) de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Nuestro sistema constitucional mexicano reconoce que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, más aún indican que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste, luego entonces, debe reconocérsele además la división de funciones que deben realizarse por diferentes órganos, tal y como lo prevé el artículo 49 para el Supremo Poder de la Federación y el 116 para el Poder Público de los Estados. Respecto al nivel municipal es decir, el Ayuntamiento sin temores, ni prejuicios constitucionales o doctrinales, debe reconocérsele también la división de poderes en las personas y órganos que integren el Ayuntamiento incluso devolviéndole su función judicial como antaño se le reconocía en la persona del alcalde de los ayuntamientos castellanos. El gobierno municipal mexicano, a cargo de los ayuntamientos es de naturaleza sui géneris , ya que si bien es cierto el municipio es un nivel de gobierno dentro Pág. 10 de 14 del sistema político mexicano, también lo es que en México existe un poder público municipal; al darse esta naturaleza con características especiales, requiere un análisis sobre las funciones del gobierno municipal. El ayuntamiento es el órgano colegiado, deliberante y plural de elección popular directa, encargado del gobierno y la administración del municipio, integrado por un presidente, uno o más síndicos y el número de regidores que establezcan las leyes locales respectivas. Los integrantes del ayuntamiento tienen un status diferenciado, así el presidente, es el jefe del cuerpo colegiado, quien asume el papel de ejecutor de las decisiones del propio ayuntamiento. Los regidores tienen como atribución principal ser la base del cuerpo deliberante en atención a su número y, finalmente, la figura del síndico tiene como función representar los intereses de la municipalidad.4 Si el municipio es un poder público y un nivel de gobierno, debe también reconocérsele y otorgársele el establecimiento de las tres funciones gubernamentales: la legislativa, ejecutiva y judicial de manera tanto formal como material distinguiendo para cada función su órgano específico. En razón de nuestro sistema político, de nuestro sistema federal y de nuestra división de poderes, sin temores ni dudas, al municipio debe dársele su verdadero papel de auténtico poder público y un nivel de gobierno. ¿Qué es realmente lo que caracteriza a nuestro sistema federal? Este planteamiento parece sencillo, sin embargo, se hace necesario recurrir a la doctrina de la supremacía de la Constitución, pues la distribución de competencias de la federación y de las entidades federativas se encuentran subordinadas, limitadas y controladas por la Constitución. El artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república 4 Carlos F. Quintana Roldán. Derecho municipal, México, Porrúa, p. 207. Pág. 11 de 14 representativa, democrática laica, federal, compuesta por estados libres y soberanos” pareciera contradecir al artículo 39 cuando establece: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo”, y más aún cuando se indica, “todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste” Al tomar en cuenta lo previsto en el primer párrafo del artículo 41 se confirma que el único soberano es el pueblo, del cual dimanan los gobiernos del sistema político mexicano: El pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los estados, en lo que toca a sus regímenes de interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución federal y las particulares de los estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del pacto federal. FUNCIÓN EJECUTIVA Atendiendo estrictamente a la redacción del párrafo primero de la fracción I del artículo 115 constitucional: “Cada municipio será administrado por un ayuntamiento de elección popular directa y no habrá ninguna autoridad intermedia entre éste y el gobierno del estado…” Significa que nuestro sistema constitucional atribuye facultades gubernativas y de administración a un órgano colegiado llamada ayuntamiento, aunque sus integrantes poseen un status diferenciado y jerarquizado y de ninguna manera igualitario. Lo que implica el pleno reconocimiento de función administrativa, al poder ejecutivo en una sola persona, presidente municipal, a quien en la práctica recae la responsabilidad de la administración pública municipal, por lo tanto y dado que ésta es una función unipersonal debe recaer en el presidente municipal y éste ya no forma parte del cabildo. FUNCIÓN LEGISLATIVA Pág. 12 de 14 Los regidores representan el número mayor de los integrantes de un ayuntamiento, de acuerdo al principio de integración plural de los ayuntamientos el cuerpo de regidores, por consiguiente, está integrado por miembros de varios partidos políticos, esto es, su integración es por regidores según el principio de mayoría y regidores por el principio de representación proporcional, tal como están integrados los cuerpos legislativos en el nivel federal y en el nivel estatal, en el Congreso de la Unión y en las Legislaturas Estatales, es decir, que son órganos colegiados; asambleas deliberantes y de integración plural que tiene atribución y competencia para dictar las normas jurídicas siempre en beneficio de la colectividad. Cuando se reúne el ayuntamiento para resolver los asuntos que atañen a la función gubernamental y son de interés general, incluso para dictar normas legislativas, tales como el Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno y los reglamentos municipales, lo hacen en sesión de cabildo. Siguiendo aquí el principio constitucional de que no podrán reunirse dos o más funciones o “poderes” en una sola persona o corporación por tal motivo la función legislativa o Poder Legislativo, para el régimen de gobierno y administración municipal, así como la de inspección relativa al cumplimiento de las disposiciones de observancia general, debe recaer exclusivamente en el cuerpo de regidores a los cuales se les llamaría cabildo de un ayuntamiento. Será el cabildo del cuerpo deliberante, colegiado, plural y legislador el que tenga la competencia para expedir la normatividad en el ámbito de la municipalidad, pero además para vigilar e inspeccionar todo el ejercicio de la competencia municipal. FUNCIÓN JUDUCIAL El síndico es también un miembro del ayuntamiento municipal. Etimológicamente el termino síndico, proviene de los vocablos griegos: sin que Pág. 13 de 14 significa con y, dixé que se traduce como justicia, por lo tanto el sindico municipal es aquel funcionario que procura justicia, atendiendo estrictamente a la raíz de la palabra. Desde las primeras épocas de la organización municipal, en el municipio hispano-romano, el alcalde (vocablo árabe que significa juez) se tuvo como una figura principal, dedicado a la impartición de la justicia menor en el ámbito local. En las comunidades locales se ha tenido y aún se tiene, la idea de ver a la autoridad local como funcionarios judiciales, capaces de dirimir las pequeñas controversias que logran la paz, la concordia y la búsqueda de la convivencia social, objetivo fundamental de un ayuntamiento. En nuestro país, por muchos años y en varios estados, se preservó la figura del juez menor municipal, un funcionario judicial con competencia exclusiva en el territorio municipal, menor por tratar asuntos de poca trascendencia en el ámbito estrictamente judicial, aunque de gran importancia para la convivencia social. Debido a la importancia y relevancia que tienen ahora los municipios para desconcentrar el poder, nos parece oportuno el que se deba devolver al municipio esa función, que ya tenía en su origen, siendo el sindico procurador del ayuntamiento cuya atribución consiste en la procuración y defensa de los derechos e intereses del municipio, así como velar por los derechos ciudadanos y ser por tanto, la figura que debería organizar la administración de justicia, devolviéndole el Estado esta importantísima función gubernamental al ayuntamiento. Pág. 14 de 14