do), en cuyo caso la endopleura suele tener bastante consistencia

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FANERÓGAMAS
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do), en cuyo caso la endopleura suele tener bastante consistencia.
Puede notarse casi siempre en la superficie de la semilla una
cicatriz de coloración distinta que señala el hilo, punto por donde
la semilla tuvo su inserción, y en muchos casos puede reconocerse
también la chalaza, que se acusa como una eminencia pequeña.
Una linea más ó menos marcada, que es el rafe, une ambos puntos
cuando éstos no coinciden, como sucede en los óvulos campilotropos. También el micropilo reconócese todavía en muchas semillas
como un punto blanquecino, y aun en algunas como una abertura
pequeña (Judías, Habas, Guisantes). Ciertas semillas presentan
una masa carnosa adosada (carúncula), originada por el engrosamiento de los bordes del micropilo (Ricino, Pensamiento, L e c h e treznas); en otras la masa carnosa nace del hilo y envuelve más ó
menos completamente la semilla, constituyendo una nueva cubierta
llamada arilo (Ninfea, Pasionaria); cuando esta misma formación
tiene por origen los bordes del micropilo, es decir, tiene el origen
de la carúncula y la forma del arilo, se llama ariloide (Nuez moscada, Botonero). Todas estas formaciones carnosas, más exteriores
que la semilla, se inician después de la fecundación.
L a almendra ó nuececilla puede quedar reducida al embrión,
pero no es raro que existan además otras formaciones destinadas
á servir de depósito de materias nutritivas para la germinación, y
cuando ninguca de estas partes existe desarrollada es el embrión
mismo el que aloja las reservas nutricias en sus cotiledones. Los
tejidos no embrionarios especialmente destinados á este objeto envuelven generalmente al embrión, si bien algunas veces es éste el
que .rodea á aquéllos (quenopodiáceas, Jabonera, Dondiego), y
otras están situadas lateralmente respecto del embrión (Carex,
Ninfea). Cuando no existe más que una capa de tejidos destinados á esta misión, se designa con el nombre de albumen, y cuando
existen dos suele llamarse á la más exterior perispermo y á la más
interior endospermo. Por las materias acumuladas en el albumen
sencillo ó doble, éste puede ser feculento (Trigo, Cebada, Maíz,
Sarraceno), oleoso (Ricino, Linaza, Adormidera), carnoso (Aro, Espadaña, Lirio) y aun córneo por la acumulación de celulosa (Café,
Dátil, Palmito, Caña de Indias).
El embrión consta de un eje cuyos dos extremos están destinados á crecer, originando uno el tallo y otro la raíz, y reciben los
nombres de tallito ó plumilla el uno, y rejo, raicilla ó radícula el
otro. Estos extremos se encuentran ya tan definidos en la semilla,
que siempre puede reconocerse cuál es cada uno de ellos, y si al
germinar está la semilla colocada en posición invertida, se alargan, encorvándose en forma de cayado para dirigirse el uno en
busca del aire y clavarse el otro profundamente en el suelo. A d e más de este eje existen las hojas más ó menos carnosas, llamadas
cotiledones, que pueden existir en número de uno (Monocotiledóneas), en cuyo caso tiene forma cónica parecida á la de un apagador, y envuelve á la yema terminal de la plúmula, ó 2 (Dicotiledóneas), y, en este caso, opuestos en su inserción y con el limbo
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