Donar salvó una vida y me hizo una ganadora Entrevista a María Carolina Silva Oseguera e Irasema Acevedo Rivas Presidenta e integrante del Patronato, respectivamente, de “Trasplante y Vida, IAP” Podrían parecer simples amigas, pero entre María Carolina Silva Oseguera e Irasema Acevedo Rivas existe un lazo mucho más fuerte que la amistad, pues están fuertemente involucradas con la donación de riñones. La primera prolongó su vida gracias a que 20 años atrás fue receptora de este órgano vital, y la segunda, fue donadora para extender la existencia de su hermano. Como “receptora” y “donante” de un riñón se presentan orgullosamente estas dos mujeres, hoy parte importante en el organigrama de ‘Trasplante y Vida, I.A.P.’, institución que tiene como misión principal promover y apoyar en la “donación y procuración de órganos y tejidos” como se indica en www. trasplanteyvida.iap.org.mx, su portal. Con dos hijas, ya con carrera universitaria y que la vieron sufrir hace dos décadas por el dolor que le causaba la insuficiencia renal, Carolina recuerda cómo vivió esa época tan complicada. “La vida de una persona que está esperando una donación es muy difícil, la insuficiencia renal es una enfermedad complicada que te limita muchísimo; te limita en tu accionar diario, tu dieta es muy restringida, tu calidad de vida es malísima y te produce mucho cansancio, porque los riñones quizá nunca duelan y nunca me dolieron, pero todo el sistema se altera y hay una situación de anemia que se produce y eso provoca el desgaste físico”, resalta. Todo ese sufrimiento de Carolina terminó cuando un integrante de su familia decidió donarle un riñón. “Primero quise esperar un órgano de una persona fallecida para no poner en riesgo a mi hermana, pero no se dio porque Dios no lo quiso y finalmente fue ella la que me lo dio”, aclara. Cuando el riñón de su hermana fue suyo, cuando lo tuvo dentro de su cuerpo, volvió a nacer. “Fue mágico porque me lo pusieron y empecé a orinar y a funcionar muy bien. Después de la operación tuve algunos días de aislamiento en el hospital y luego mi vida fue normal. Hoy trabajo mucho y hago muchas cosas, sobre todo por la cultura de las donaciones”, comenta María Carolina Silva, Presidenta de ‘Trasplante y Vida, I.A.P.’ También Irasema Acevedo, su amiga y parte importante de esta institución, quiso involucrarse en noviembre del 2013 con la donación, y revela. “No sabía muy bien a qué me enfrentaba al ofrecerme como donadora. Lo hice porque el receptor fue mi hermano que estaba muy malo” Por dicho acto se describe como “una ganadora, porque tuve la fortuna de darle vida”, dice. Expresa que para hacerlo fue muy importante que en ese momento ella tuviera excelente estado de salud y, ya con la experiencia en su vida y en óptimas condiciones médicas, invita a los mexicanos a ser parte de las donaciones. “¡Donar es una alegría para toda la vida, algo increíble!”, exclama Irasema. Y añade. “A la sociedad le aconsejo que donen porque cuando fallecemos muchos de nuestros órganos pueden ayudar a que otras personas sigan adelante”, concluye la Vocal del Patronato de ‘Trasplante y Vida, IAP’.