3>E CIENCIAS NATURALES. II ya considerablemente, se ofrecen dificultades inmensas , cuyo enorme peso tal vez siente aquel solo que emprende trabajos de esta naturaleza h . . Apenas habia publicado Brochant su obra, quando Hauy dio su tratado de Mineralogia en cinco tomos ; en los quales, aunque varias veces hace justicia al mérito indisputable de W e r n e r , anuncia un método diverso menos arbitrario y mas exacto que el de la escuela de este autor célebre. En ellos nos presenta una clasificación metódica de minerales muy diy i Después que logró la Francia por medio del trabajo feliz del Ingeniero Brochant el tener una idea exacta y clara de la escuela mineralógica de W e r n e r , debe admirarse todo mineralogista al ver en el Diario de Física (Brumaire an. X - p a g . 3 4 2 ))la traducción que el Doctor Friedlander hizo de una memoria alemana del célebre Karsten, uno de los principales discípulos de W e r ner , sobre el arseniate, muríate y fosfate de cobre; porque en ella hace palpar el traductor su corta instrucción en el idioma alemán, y la falta absoluta de conocimientos en la mineralogia W e r jieriana. Repite el traductor con freqüencia la palabra Ziegeslerz , que ningún alemán entenderá por ser nueva en su idioma. Habla repetidas veces de columnas de quatro y de seis lados, y de columnas de quatro ángulos, cosas que ni existen ni existieron jamas en el lenguage científico de la escuela de Werner. Hablando del cobre de color de aceytuna ( ó arseniate.de cor bre) cúbico, dice: „ q u e su raya presenta color de rosa." Fenómeno nuevo, único, y que prueba hasta donde llegan sus conocimientos mineralógicos. Tratando después del muriate de cobre nombra partes distin^ tas irregulares de cortes no muy romos , y fragmentos en granos gruesos y pequeños: cosas todas inauditas hasta ahora en el sistema orictognóstico de W e r n e r , y que chocan con sus ideas y principios. Tuvo también la desgracia de trastornar los títulos , y nos pintó el carácter de los fragmentos baxo la inscripción de partes distintas y vice versa. E l grande Dolomieu, á quien tanto llora la mineralogia, deseaba se hiciese familiar el sistema de W e r n e r ; mas no deseaba sin duda traducciones de esta naturaleza.