C O L U M N A V E R T E B R A L Presentado por: Jaime Venegas Ostios Óscar Julián Castro Gómez Presentado a: Jhon Petter Muñoz Trabajo presentado como requisito para la materia de Seminario electivo – Bio mecánica UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL FACULTAD DE EDUCACION FISICA, LICENCIATURA EN DEPORTE BOGOTA, 15 de Abril de 2008 L A C O L U M N A V E R T E B R A L La estructura ósea de la columna vertebral está formada por veinticuatro vértebras articuladas y nueve o diez fusionadas en una sola. La columna se divide en: 7 vértebras cervicales (cuello) 12 vértebras dorsales (tórax) 5 vértebras lumbares (zona inferior de la espalda) 5 sacras (cintura pélvica posterior llamado sacro) 4 coccígeas (parte final de la columna llamado cóccix) Las vértebras cervicales, dorsales y lumbares son independientes “libres”, las pélvicas se unen formando 2 elementos el sacro y el cóccix, sin articulación entre ellas. Esta distribución siempre es así, salvo en las anomalías denominadas: Lumbalización. La primera vértebra sacra se presenta como una vértebra independiente. Sacralización. La última vértebra lumbar se fusiona con el hueso sacro. VERTEBRAS LIBRES CARACTERES COMUNES Cuerpo El cuerpo ocupa la parte anterior y tiene la forma de un cilindro con dos caras y una circunferencia. De las dos caras, una es superior y la otra inferior. Son planas y horizontales. Una y otra presentan en su centro una superficie acribillada de agujeritos, circunscrita por una zona anular ligeramente prominente y formada de tejido compacto. La circunferencia, cóncava en sentido vertical por delante y por los lados, presenta un canal horizontal, dirigido de uno al otro lado. Por detrás es plana o hasta excavada en sentido transversal, para constituir la pared anterior de agujero vertebral. En su parte media se ven numerosos orificios destinados a conductos venosos, que proceden del cuerpo vertebral. Agujero Vertebral Está comprendido entre la cara posterior del cuerpo vertebral y la apófisis espinosa. Tiene la forma de un triangulo de ángulos más o menos redondeados. Apófisis Espinosa Impar y media se dirige hacia atrás bajo la forma de una larga espina, de la cual recibe el nombre. Se distinguen en ella la base, que la une a la vértebra; el vértice, a veces ligeramente desviado a derecha o a izquierda; dos caras laterales izquierda y derecha, en relación con los músculos espinales; un borde superior, más o menos cortante; un borde inferior, generalmente más grueso que el precedente y también mucho más corto. Apófisis Transversas En número de dos, una derecha y otra izquierda, se dirigen transversalmente hacia fuera, y de ahí el nombre que llevan. En cada una de ellas hemos de considerar: la base, que la une a la vértebra; el vértice, que es libre; dos caras, anterior y posterior, y dos bordes, superior e inferior. Apófisis Articulares Son dos eminencias destinadas a la articulación de las vértebras entre sí. Son en número de cuatro: dos ascendentes y dos descendentes. Colocadas simétricamente a cada lado del agujero vertebral, unas y otras sobresalen hacia arriba o hacia abajo del nivel del arco óseo que limita este orificio. Láminas Vertebrales En número de dos: derechas e izquierda. Aplanadas y cuadriláteras, forman la mayor parte de la pared posterolateral del agujero raquídeo. Hemos de distinguir en cada una de ellas: la cara anterior, que mira a la medula; la cara posterior, cubierta por los músculos espinales; dos bordes, superior e inferior; la extremidad interna, que se confunde con la base de la apófisis espinosa, y la extremidad externa, que se suelda, ya con la apófisis transversa, ya con las apófisis articulares. Las láminas vertebrales son ligeramente oblicuas hacia abajo y atrás. Pedínculos Son dos porciones óseas delgadas y estrechas que a uno y a otro lado, unen la base de la apófisis transversa y las dos apófisis articulares correspondientes a la parte posterior y lateral del cuerpo vertebral. Los bordes inferior y superior son curvos, lo que hace que cada pedínculo presente dos escotaduras una superior y una inferior. Estas escotaduras, superponiéndose regularmente con las vértebras vecinas, forman a cada lado de la columna vertebral una serie de agujeros, llamados agujeros de conjunción, por los que salen los nervios raquídeos. CARACTERES PECULIARES DE LAS VÉRTEBRAS DE CADA REGIÓN Cada elemento de la vértebra trae consigo un carácter morfológico que permite reconocer la región a que pertenece la vértebra. Las vértebras cervicales, las dorsales y las lumbares se distinguen, respectivamente, por los caracteres siguientes. Vértebras Cervicales El cuerpo, alargado transversalmente, presenta como caracteres distintivos: 1. Por delante, en la línea media: una pequeña prominencia vertical. 2. En las extremidades laterales de su cara superior, dos pequeñas eminencias, ganchos o apófisis semilunares. 3. En los extremos laterales de su cara inferior, dos pequeñas escotaduras que, en el esqueleto armado, están en relación con los ganchos de la vértebra subyacente. El agujero es triangular, de base anterior. La apófisis espinosa es corta, poco inclinada, tiene un canal en su borde inferior y esta bifurcada (dividida) en su vértice. Las apófisis transversas están implantadas a cada lado del cuerpo. Tienen un canal en su cara superior, son bituberculosas en su vértice y en su base existe un agujero, llamado agujero transverso. Las apófisis están es cada lado colocadas exactamente una encima de la otra. Sus carillas miran hacia atrás y arriba en las apófisis superiores, hacia delante y abajo en las apófisis inferiores. Las láminas son cuadriláteras, más anchas que altas y dirigidas oblicuamente hacia abajo y atrás. Los pedículos se implantan en el cuerpo vertebral en un punto algo menos distante de su cara superior que de la inferior. Las dos escotaduras no son exactamente iguales: la inferior es algo más profunda que la superior. Vértebras Dorsales El cuerpo vertebral presenta en cada lado y cerca de la extremidad anterior del pedículo dos semicarrillas articulares, superior e inferior, para la cabeza de las costillas. El agujero raquídeo es relativamente pequeño e irregularmente circular. La apófisis es muy larga, prismática, triangular y fuertemente inclinada hacia atrás. Las apófisis transversas nacen por detrás del pedículo. Su vértice es más o menos redondeado, y en su cara anterior se ve una pequeña carilla articular para la tuberosidad de la costilla correspondiente. Las apófisis articulares superiores, muy marcadas, se dirigen verticalmente por encima de la base de las apófisis transversas; sus carillas miran hacia atrás y un poco hacia fuera. Las inferiores quedan reducidas a simples carillas articulares situadas en la cara anterior de las laminas; miran hacia delante y un poco hacia dentro. Las láminas son cuadriláteras, tan altas como anchas. Los Pedínculos unen el cuerpo vertebral a las apófisis transversas y a las articulaciones. De las dos escotaduras, la inferior es mucho más profunda que la superior. Vértebras Lumbares El cuerpo es voluminoso. El diámetro transverso es mayor que el antero posterior. El agujero es triangular. La apófisis espinosa es de cuadrilátera, y muy desarrollada de posición horizontal. Las apófisis transversas (apófisis costiformes) están relativamente poco desarrolladas. Se desprenden de la parte media del pedínculo. Las apófisis articulares tienen una dirección vertical. Las carillas articulares superiores tienen forma de canales verticales, mirando hacia atrás y adentro y las inferiores, la forma de eminencias verticales, representando porciones de un cuerpo cilindroide y mirando hacia delante y afuera. En la parte posteroexterna de las apófisis articulares superiores se ve un tubérculo más o menos desarrollado, el tubérculo mamilar. Las láminas son cuadriláteras, más altas que anchas. Los pedínculos tienen una dirección anteroposterior. Las escotaduras son muy desiguales, las inferiores son tres o cuatro veces más considerables que las superiores. DIAGRAMA PARA RECONOCER LA REGIÓN A QUE PERTENECE LA VÉRTEBRA Sobre la base de las apófisis transversas ¿Tiene agujero? Si V. Cervical No V. Dorsal o Lumbar Sobre la parte lateral ¿Tiene carillas articulares? Si V. Dorsal No V. Lumbar Vértebras Las vértebras sostienen la mayor parte del peso que recae sobre la columna. El cuerpo de cada vértebra está unido a un anillo óseo que consta de varias partes. Una proyección ósea a cada lado del cuerpo vertebral llamada pedículo sostiene el arco que protege al conducto raquídeo. Las láminas son las partes de las vértebras que forman la parte posterior del arco óseo que rodea y cubre al conducto raquídeo. Existe una apófisis transversa a cada lado del arco donde algunos de los músculos de la columna vertebral se fijan a las vértebras. La apófisis espinosa es la porción ósea del cuerpo vertebral que puede apreciarse como una serie de protuberancias en el centro del cuello y de la espalda de una persona. Disco intervertebral Los discos situados entre cada par de vértebras funcionan como amortiguadores y como articulaciones. Están diseñados para absorber las cargas que soporta la columna vertebral al tiempo que permiten el movimiento de los cuerpos vertebrales entre sí. Constan de un anillo exterior fuerte de fibras llamado anillo fibroso y de un centro blando llamado núcleo pulposo. La capa exterior (anillo) ayuda a mantener intacto el núcleo interior del disco. El anillo está formado por fibras muy resistentes que conectan entre sí las vértebras. El núcleo del disco tiene un alto contenido de agua que lo mantiene húmedo. Carilla Las carillas conectan los arcos óseos de cada uno de los cuerpos vertebrales. Hay dos carillas entre cada par de vértebras, una a cada lado. Cada vértebra está conectada con las situadas inmediatamente por encima y por debajo de ella mediante carillas, diseñadas para permitir el giro de los cuerpos vertebrales entre sí. Agujero intervertebral El agujero intervertebral es la abertura por la que salen las raíces nerviosas de la columna vertebral para dirigirse al resto del cuerpo. Hay dos agujeros intervertebrales situados entre cada par de vértebras, uno a cada lado. El agujero crea un paso protector para los nervios que transportan señales entre la médula espinal y el resto del organismo. Médula espinal y raíces nerviosas La médula espinal se extiende desde la base del cerebro hasta la región situada entre la parte inferior de la primera vértebra lumbar y la parte superior de la segunda vértebra lumbar. La médula espinal termina dividiéndose en nervios individuales que salen hacia la parte inferior del cuerpo y las piernas. Este grupo de nervios al final de la médula espinal se llama cola de caballo. Por un tramo corto, los grupos de nervios pasan por el conducto raquídeo antes de salir por el agujero intervertebral. La duramadre es la membrana protectora que cubre la médula espinal. Forma un saco hermético en torno a la médula espinal y los nervios vertebrales, y la médula espinal está rodeada de líquido cefalorraquídeo dentro de este saco. Los nervios de cada zona de la médula espinal se conectan con partes específicas del organismo. Los nervios de la columna cervical van a la parte superior del tórax y a los brazos. Los nervios también transportan señales eléctricas de regreso al cerebro, creando sensaciones. El daño a los nervios, a las raíces nerviosas o a la médula espinal puede provocar síntomas tales como dolor, hormigueo, entumecimiento y debilidad. LA COLUMNA CERVICAL La columna cervical está formada por las primeras siete vértebras de la columna vertebral. Se inicia inmediatamente por debajo del cráneo y termina en lo alto de la columna torácica. La columna cervical tiene forma de "C" hacia atrás (curva lordótica) y tiene mucha más movilidad que las regiones torácica y lumbar de la columna. A diferencia de otras regiones de la columna vertebral, la columna cervical tiene unas aberturas especiales en cada vértebra para las arterias que transportan sangre al cerebro. Cada vértebra tiene una forma especial de modo que cuando se apilan, la médula espinal queda protegida de cualquier daño por los huesos de toda la columna vertebral. La médula espinal forma parte del sistema nervioso central y es una prolongación directa del cerebro. Consta de una gran colección de nervios y transporta mensajes del cerebro al resto del cuerpo. Los dos primeros cuerpos vertebrales de la columna cervical se llaman atlas y áxis. El atlas lleva el nombre del dios mitológico griego que sostenía el peso del mundo en los hombros y es el cuerpo vertebral que sostiene el peso de la cabeza. Las vértebras atlas y áxis de la columna cervical son diferentes de todas las demás vértebras porque están diseñadas principalmente para la rotación. El atlas tiene el arco delantero (anterior) grueso y el arco trasero (posterior) delgado, con dos masas prominentes. El áxis esta debajo del atlas y tiene una protuberancia ósea llamada apófisis odontoides que sobresale a través de un orificio del atlas. Este mecanismo permite el giro de la cabeza de un lado a otro. Hay unos ligamentos especiales entre estas dos vértebras que permiten la rotación entre estos dos huesos. La columna vertebral tiene tres tipos de curvas Cifótica: que se refiere a la curva hacia afuera de la columna dorsal (al nivel de las costillas). Lordótica: que se refiere a la curva hacia adentro de la parte lumbar de la columna (localizada exactamente por encima de los glúteos). Escoliótica: que se refiere a la curvatura hacia los lados de la columna, la cual es siempre anormal. Es normal que se presente un pequeño grado de curvatura cifótica y lordótica. La exageración de la curvatura cifótica se describe como hombros circulares o curvados y el término médico es enfermedad de Scheuermann. La exageración de la curvatura lordótica se denomina, a menudo, con el término médico lordosis. Esta curvatura hace que las nalgas parezcan más prominentes. Un niño que presenta una lordosis marcada, cuando está acostado sobre su espalda en una superficie dura, muestra un espacio entre la parte baja de la espalda y la superficie en la que se encuentra recostado. Si la curva lordótica es flexible, es decir, que vuelve a su forma normal cuando el niño se inclina hacia adelante, es un signo de importancia médica mínima; pero si la curva es fija, se debe realizar una evaluación médica y una intervención. Los Defectos Posturales La mala postura es un desequilibrio del sistema músculo - esquelético que produce un mayor gasto de energía del cuerpo, ya sea cuando éste se encuentra en actividad o en reposo, provocando cansancio y/o dolor. Las personas al tratar de reestablecer el equilibrio de sus cuerpos, adoptan nuevas posiciones, ocasionando mayores deformidades, en vez de apaciguar los efectos de una mala postura. Estas deformidades pueden ser incapacitantes desde el punto de vista estético y de orden funcional. La mala postura en las personas es causada generalmente por problemas congénitos, genéticos, infecciosos, posturales o idiopáticos (originados en sí mismo). Las deformaciones en la columna también se pueden deber a enfermedades degenerativas o malos hábitos. Las posturas inadecuadas en las personas, debido a cargas en la espalda, pueden causar dolores musculares en cuello, hombros y espalda, y provocar agotamiento. DEFORMACIONES DE LA COLUMNA VERTEBRAL CIFOSIS Es una flexión exagerada de la columna hacia delante. La columna torácica presenta una flexión hacia delante normal de hasta 40º, por lo que en estos casos la cifosis es normal o fisiológica. Una columna vertebral normal observada desde atrás se ve derecha. Sin embargo, una columna vertebral afectada por cifosis presenta cierta curvatura hacia delante (mas de 40º) en las vértebras de la parte superior de la espalda, semejante a una "joroba".La cifosis puede coexistir con escoliosis, lo que se denomina cifoescoliosis. Cuando la Cifosis es reductible, según el diagnóstico médico, los pacientes son sometidos a ejercicios correctivos de auto-estiramiento, hombros en retropulsión y extensión cervical. Además de la recomendable práctica de voleibol, básquet y/o natación, en algunos casos es necesario el uso del arnés en forma de ocho para mantener los hombros hacia atrás. En casos más severos se puede recurrir a un corsé o a una operación quirúrgica. Cómo se produce En la mayoría de los casos se debe a la adopción prolongada de posturas inadecuadas o a que falta potencia en la musculatura paravertebral. En una pequeña proporción de los adolescentes con hipercifosis, la deformación no se debe a los vicios posturales ni a la falta de musculatura, sino a una anomalía en el proceso de osificación de las vértebras dorsales, conocida como enfermedad de Scheuermann. Realmente no es una enfermedad, sino sólo una variante de la normalidad. Antiguamente se creía que causaba dolor de espalda, pero se ha demostrado que no es así. Ni lo causa en el adolescente ni aumenta el riesgo de padecerlo en el futuro. Por último, existen otras causas de hipercifosis que no son realmente patologías mecánicas del raquis, como infecciones tuberculosas de la vértebra, o aplastamientos vertebrales por osteoporosis. Síntomas Lo habitual es que no cause dolores y sólo sea una observación estética. Observando al sujeto de perfil, se percibe el aumento de la curvatura, en forma de "joroba" o "chepa". La debilidad de la musculatura que suele provocar la hipercifosis puede causar contracturas musculares y dolores más fácilmente que la variación de la forma en sí misma, que no tiene importancia. Diagnóstico Habitualmente, la hipercifosis puede observarse directamente. Una radiografía permite confirmarla y determinar sus causas. A veces, con este último objetivo es necesario hacer una gammagrafía ósea. Tratamiento La corrección de los vicios posturales y el ejercicio adecuado, adaptado por el médico al caso específico de cada paciente, suele ser suficiente para corregir la hipercifosis y prevenir o tratar los dolores que puedan existir. Excepcionalmente, algunos médicos recomiendan un corsé en casos especialmente deformantes o progresivos de la enfermedad de Scheuermann detectados antes de que termine el crecimiento. En esos casos, es necesario evitar la atrofia muscular que conlleva el uso constante del corsé, por lo que hay que quitarlo con la periodicidad que presciba el médico para que el niño haga ejercicios o natación. ESCOLIOSIS La Escoliosis es una deformidad de la columna vertebral, la cual según el grado de desviación o curvatura produce asimetría torácica. La Escoliosis es un trastorno que hace que su columna vertebral se curve hacia los lados. Usualmente, no produce dolor. Si junto a la escoliosis se presenta algún dolor en la espalda, quiere decir que también hay una enfermedad en la columna o en los nervios. La Escoliosis generalmente comienza, cuando el niño está entre los 8 y los 10 años de edad, pero sólo es notoria cuando llega a la adolescencia. En la Escoliosis Estructurada se presenta la curva permanente acompañada de rotación de los cuerpos vertebrales. En la No Estructurada, la curva desaparece con los movimientos de inclinación lateral del tronco. Así tenemos las escoliosis adoptadas por una mala postura, ya sea al sentarse o pararse, y las escoliosis provocadas por la asimetría de miembros inferiores (cuando un miembro inferior es más corto que el otro). Síntomas Curvatura anormal de la columna hacia un lado (lateral). Hombros y cadera no alineados. Curva compensatoria. Dolor de espalda o dolor en la parte baja de la espalda. Fatiga. Falta de aliento. Debilidad muscular (disminución de la fuerza muscular, a pesar del ejercicio) en la espalda. LORDOSIS La lordosis es lo contrario a la cifosis. Se trata de una flexión de la columna hacia atrás, que puede corresponder a la postura normal en la columna cervical y lumbar para compensar la cifosis torácica, pero que también puede tratarse de una situación anormal cuando es muy pronunciada. También puede aparecer en la columna lumbar como compensación de la cifosis patológica en la columna torácica. La escoliosis idiopática suele acompañar una lordosis relativa de la columna torácica (pérdida de la cifosis fisiológica). Causas de la lordosis La lordosis casi siempre es una deformidad para compensar una deformidad primaria en cifosis en cualquier segmento de la columna vertebral. También es la respuesta lógica a las deformidades fijas en la flexión a nivel de la cadera. En la columna torácica se observa como una pérdida relativa de la cifosis normal en la escoliosis idiopática. Lordosis juvenil benigna (no tan importante médicamente) Acondroplasia Espondilolistesia Disquitis Puede haber otras causas para la lordosis, además de las mencionadas. La posibilidad de incidencia de las mismas no está determinada por el orden en que éstas se presentan. Entre las causas de este síntoma se pueden citar enfermedades y medicamentos poco comunes. Además, las causas pueden variar según la edad y el sexo de la persona y las características específicas del síntoma, tales como calidad, y enfermedades asociadas. Síntomas: La característica clínica principal de este trastorno es la prominencia de las nalgas. Los síntomas variarán si la lordosis se presenta junto con otros defectos como por ejemplo, la distrofia muscular, la displasia del desarrollo de la cadera u otros trastornos neuromusculares. Por lo general, la lordosis no está asociada con el dolor de espalda, el dolor de piernas ni cambios en los hábitos de evacuación intestinal y de la vejiga. Los síntomas de la lordosis pueden parecerse a los de otros trastornos o deformidades de la columna, o pueden presentarse como consecuencia de una lesión o de una infección. ESPONDILOLISTESIS Otra clase de deformación de la columna, se produce cuando una vértebra se desplaza hacia adelante con relación a una vértebra adyacente (por lo general en la columna lumbar). Existen dos tipos según se deslice hacia adelante ("anterolistesis") o hacia atrás ("retrolistesis"), y se clasifica en cuatro grados en función del grado de desplazamiento. Cómo se produce Lo más frecuente es que sea una complicación de una espondilolisis previa, al separarse los dos trozos separados de la lámina de la vértebra. En otros casos, la articulación facetaria en un segmento concreto (habitualmente la cuarta o quinta lumbar) que la hace tener un tamaño distinto a la de los demás segmentos, por lo que la vértebra no queda alineada con las demás. Ese distinto tamaño puede deberse a una malformación de la articulación o a su desgaste. En el primer caso, la espondilolistesis se observa desde la infancia, en el segundo, la vértebra se va deslizando a medida que el sujeto envejece y la articulación se va desgastando. En otros casos, la causa es un accidente o traumatismo importante, que causa el desplazamiento de la vértebra, con o sin fractura. A veces, a lo largo de los años el grado de deslizamiento puede ir progresando. Síntomas Los síntomas que acompañan a una espondilolistesis incluyen lumbago, dolor en los muslos y/o piernas, espasmos musculares, debilidad, y/o tensión en músculos y tendones. Algunas personas no presentan síntomas y descubren la existencia del trastorno en una radiografía que lo revela. En casos avanzados, el paciente puede parecer inclinado hacia atrás con un abdomen que sobresale, un torso más corto y marcha de pato. En general, las espondilolistesis de grados I y II no suelen ser causa de dolores. Son un hallazgo casual en una radiografía y está demostrado que es un error operarlas si no provocan problemas. Aunque no siempre lo hacen, las espondilolistesis de grado III o IV pueden provocar dolor de espalda. Si llegan a provocar compresión nerviosa también pueden causar pérdida de fuerza importante o progresiva, o dolor irradiado a las piernas. Riesgos La espondilolistesis de grado III o IV puede llegar a producir compresión nerviosa. Por otra parte, la compresión puede aparecer después de la cirugía, cuando al operar se decide recolocar las vértebras -es decir, no sólo fijarlas sino realinearlas-. Por eso, hoy en día, cuando no hay más remedio que operar se tiende a ser lo menos agresivo posible. Diagnóstico Para diagnosticar la espondilolistesis y cuantificar su grado es necesario hacer radiografías. Si se sospecha que se está iniciando una compresión nerviosa, puede tener sentido usar pruebas neurofisiológicas. Tratamiento Las espondilolistesis de grados I y II no suelen dar problemas, y está demostrado que es un error operarlas cuando no los causan. El ejercicio físico adaptado a cada paciente en función del nivel de la columna en la que esté la espondilolistesis, su tipo y grado, puede ser eficaz para detener su eventual progresión. La mayoría de las espondilolistesis que causan dolor responden a los tratamientos conservadores sin que sea necesario operarlas. La cirugía sólo es necesaria en las espondilolistesis de grado III y IV en las que se demuestra que el deslizamiento provoca compresión nerviosa causando pérdida de fuerza importante o progresiva, o dolor irradiado a las piernas. Cuando está indicada, se suele hacer una artrodesis. Algunas de las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible establecen que, salvo en los casos en los que un accidente o traumatismo importante es la causa de la espondilolistesis, la cirugía no suele plantearse como opción en los primeros 3 meses de síntomas. ESPONDILOLISIS Consiste en la rotura de la lámina de la vértebra, de forma que la articulación facetaria queda separada del resto. La vértebra que se afecta más frecuentemente es la quinta lumbar, seguida por la cuarta. En la mayoría de los casos en los que la espondilolisis afecta la cuarta lumbar existe una sacralización de la quinta lumbar. Cómo se produce En la mayoría de los casos, no se trata de una verdadera rotura, sino que el hueso no llega a formarse. En estos casos, la separación entre la articulación facetaria y el resto de la lámina existe desde el nacimiento y se mantiene constantemente a lo largo de la vida. En otros casos, en los que el hueso se forma correctamente, la lámina vertebral se rompe a consecuencia de caídas o traumatismos repetidos. Eso ocurre típicamente en deportistas y suele tardar entre 6 y 9 meses en repararse espontáneamente. Síntomas Con frecuencia, la espondilolisis no causa ningún dolor ni síntoma, y es sólo un hallazgo casual en una radiografía. Eso ocurre especialmente en las espondilolisis que aparecen como consecuencia de un defecto de formación del hueso. Las espondilolisis que aparecen como consecuencia de una fractura o traumatismos repetidos pueden causar dolor en la zona vertebral. Por tanto, la demostración de que existe una espondilolisis en un paciente con dolor de espalda no significa necesariamente que sea la causa de su dolor. De hecho, sólo se considera que lo es cuando se debe a una fractura reciente. Riesgos Cuando la espondilolisis existe en ambos lados (izquierdo y derecho), la vértebra se puede deslizar hacia delante o hacia atrás, apareciendo una espondilolistesis. Sin embargo, esto no siempre ocurre y con frecuencia se observan espondilolisis en sujetos sanos sin ningún dolor ni molestia. Diagnóstico Para diagnosticar la espondilolisis es necesario hacer una radiografía. También puede tener sentido hacer una gammagrafía ósea. Tiene sentido hacerla: Para confirmar la existencia de la espondilolisis cuando la imagen radiográfica no es clara o conviene descartar enfermedades generales (como infecciones o tumores). Para distinguir si la espondilolisis se debe a la falta de formación del hueso o a su rotura. Si se debe a la falta de formación de hueso, la gammagrafía es normal. En las espondilolisis por rotura del hueso, la gammagrafía detecta esa rotura durante 7 días a partir del momento en el que se produce. Para hacer el seguimiento del progreso de la cicatrización del hueso, en las espondilolisis debidas a su rotura por traumatismos repetidos en deportistas. Eso puede servir para definir el momento a partir del cuál pueden volver a entrenar. Tratamiento En los casos en los que la espondilolisis se debe a un defecto de formación del hueso y no hay espondilolistesis asociada, no hay que hacer nada. En estos casos, la espondilolistesis no es una enfermedad, sino sólo un hallazgo casual. En los casos en los que la espondilolisis se debe a una rotura del hueso, por fractura o traumatismos repetidos, es conveniente reducir o suspender los esfuerzos hasta que se recupere -incluyendo los entrenamientos intensos en el caso de los deportistas. El corsé puede indicarse en los pacientes en los que la espondilolisis se debe a la rotura del hueso -y no a su falta de formación-, el dolor persiste a pesar de la reducción de la actividad y el tratamiento. En estos casos, es necesario tomar medidas para evitar la atrofia muscular y retirar el corsé progresivamente tan pronto como sea posible. LATIGAZO CERVICAL Qué es Consiste en la lesión cervical producida por una sucesiva flexión y extensión brusca y excesiva del cuello. Esa combinación puede causar sucesivamente un esguince cervical en la fase de flexión y, sobretodo, una lesión de la articulación facetaria de la columna cervical en la fase de extensión. Cómo se produce Típicamente por un accidente de coche en el que se padece un choque frontal. El impacto frontal induce la flexión excesiva del cuello y, justo después, la fuerza de reacción causa su total extensión. Además, todo ello se produce muy rápidamente, sin que dé tiempo a que la musculatura ejerza su función protectora. Antiguamente, la extensión del cuello podía ser tan excesiva que podía producir fracturas de las vértebras cervicales e incluso afectación de la médula y muerte. Los coches modernos están provistos de reposa cabezas en los asientos justamente para limitar la amplitud de la extensión del cuello y evitar ese riesgo. Síntomas El latigazo cervical causa dolor local intenso en la zona del cuello, con contractura muscular y limitación dolorosa de la movilidad. Puede acompañarse de vértigo o sensación de inestabilidad, y dolor referido a la nuca o el brazo. Riesgos No tiene ningún riesgo para la vida ni la función, pero el dolor puede cronificarse. Diagnóstico. Suele hacerse mediante la historia clínica y la exploración física. La radiografía sólo sirve para descartar la existencia de fracturas o luxaciones en las vértebras cervicales. Tratamiento En una primera fase se pueden usar los mismos tratamientos que se indican en el dolor de espalda común. Existen muchos tratamientos y los que han demostrado ser eficaces se combinan en una pauta progresiva. Inicialmente suele ser suficiente usar fármacos o realizar una intervención neurorreflejoterápica si el dolor persiste pese a los fármacos durante más de 14 días. El latigazo cervical que causa una afectación importante de la articulación facetaria es una de las indicaciones concretas de la rizolisis, que consiste en destruir los nervios presentes en la articulación para evitar que sigan transmitiendo dolor. Antes de hacerlo, hay que comprobar que ese es el origen del dolor y que su realización será eficaz, con la sistemática que se describe en el apartado correspondiente. Por otra parte, es posible que el efecto de la rizolisis sea transitorio y sea necesario repetirla en el futuro. BIBLIOGRAFIA MEDICINA PARA LA AUTOORGANIZACIÓN “DOLOR CERVICAL” Dr. Pablo Rubén Koval (Médico Especialista) Paginas Web www.allaboutarthritis.com www.webdelaespalda.org www.artroweb.com/areapacientes/cervical www.ligareumatologicaandaluza.org www.scare.org.co www.hetah.net/medicina/columna.xml www.lasguias.com