La Mentira 2

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SOBRE LA MENTIRA
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BASES TEORICAS
Las mentiras se pueden detectar porque suelen implicar emociones que se filtran en la
comunicación. Cuanto mayor sea la mentira y más emociones implique, más pistas
dejará. En general se despierta el sentido de la culpabilidad, el remordimiento o la
incomodidad al mentir.
El intento de ocultar posibles filtraciones de estas emociones genera en casi todo el
mundo una lucha interna emocional. Cuanto más íntima sea la relación con una persona,
más complicado será mentirle por las emociones que ello implica. Así por ejemplo al
cónyuge enamorado le será muy difícil mentir a su pareja pero no tendrá tanta dificultad
en mentir a un extraño.
Tendremos presente que los síntomas que vamos a tratar aquí se relacionan con la
persona que experimenta algún tipo de estrés y que aunque la mayoría de los mentirosos
exhiben muchas señales externas, este estrés no garantiza que se esté mintiendo.
Hay personas que se sienten cómodas con la mentira y por ello no demuestran muchos
síntomas de estrés, mientras que otros, como los fanáticos, se creen sus propias mentiras
y, como consecuencia de ello, no muestran tampoco ninguna señal de que están
mintiendo.
En el caso de los mentirosos patológicos pueden carecer de vínculos emocionales que
les aten a nadie y en consecuencia les resulta muy fácil mentir.
RECOMENDACIONES
- No hay que interpretar un gesto solitario aislado de otros gestos o circunstancias. Si
alguien se frota los ojos puede ser que lo haga realmente porque le escuecen, le lloran o
está cansado. Se ha averiguado que las mentiras se producen siempre en unos conjuntos,
denominados “racimos”, y que antes de dar por sentado que el interlocutor le miente,
deberíamos ser capaces de detectar un mínimo de tres señales. Que alguien se toque la
nariz, la boca, o se tire de la oreja no garantiza que está mintiendo, aunque algo debe
estar pasándole por la cabeza que no dice. No está mintiendo necesariamente, pero sí es
probable que esté ocultando alguna cosa.
- Conviene actuar como sí se creyera todo lo que dice, para conseguir que acabe
traicionándose a sí mismo. Si le hacemos confiar en exceso en lo bien que está
llevando a cabo su representación, luego podemos pedirle que repita su mentira una
segunda vez. Los buenos mentirosos tienen la respuesta ensayada y repiten exactamente
lo mismo, pero podemos hacer pausas y distracciones para que crea haberlo conseguido
y después pedirle que lo repita una tercera vez. Si no esperaba verse obligado a esto y
está relajado, la respuesta que ofrezca no será idéntica y la historia sonará algo distinta.
PUNTOS BASICOS PARA DETECTAR LA MENTIRA
- El que miente evita cualquier referencia a su persona en sus mentiras, así como la
utilización de palabras como “yo” o “mí”.
Debido al hecho de que casi todo el mundo se siente incómodo al mentir, la gente
intenta por instinto distanciarse de su propia mentira. El FBI americano descubrió esta
pista a partir del estudio de las palabras de los sospechosos que daban falsas coartadas.
Por ejemplo alguien que te planta en una cita, miente si te dice “se me estropeó el coche
y el móvil no tenía batería” y no lo hace si dice ” Se me estropeó el coche y no pude
llamarte porque tenía la batería de mi móvil descargada”.
- Evitan mencionar el nombre de la persona sobre la que mienten. Prefieren decir
“no tuve relaciones íntimas con esa mujer” antes que decir “no tuve relaciones con
Mónica”.
- Ofrecen una “representación” impecable. El mentiroso habitual no olvida, porque
ha practicado la mentira repetidas veces. La respuesta más probable a la pregunta de qué
ha hecho el fin de semana cuando no mienten, será algo como “ah…fui a casa de mi
hermano después de desayunar y entonces….ah….no, le vi después de comer porque
primero….”. Cuando recordamos los acontecimientos de un día, solemos ir arriba y
abajo cambiando de dirección hasta ser capaz de ordenar correctamente los
acontecimientos. Pero en el caso del mentiroso no es así, ya que lleva el papel bien
ensayado y no suele dudar.
- La voz del que miente sube de volumen debido a la tensión asociada con la mentira.
Si cuando se ven “pillados” chirrían como un canario mientras te explican su versión,
podemos empezar a sospechar.
Cuando se experimenta estrés al mentir, se provoca una tensión de las cuerdas vocales.
(Los niveles de estrés de la voz humana se miden registrando los cambios de circulación
sanguínea que riega las cuerdas vocales, ya que esta desciende cuando alguien miente).
Los tres elementos en la voz que se alteran en ese momento son el volumen, el tono y la
velocidad. La voz será más aguda y también puede, asimismo aumentar la velocidad (el
hablar rápido expresa el deseo de acabar pronto con el tema) y subir el volumen.
Y, en sentido contrario, cuando el mentiroso reflexiona sobre su mentira para tener por
seguro que la dice a la perfección, empieza a hablar más lentamente, a bajar el volumen
y a disminuir la velocidad.
- Cuando habla se come las palabras. Si no ha tenido tiempo suficiente de ensayar, en
ocasiones el tono suele verse salpicado por “ums”. “ahs”, “ers”, toses y pausas. Este
factor es más evidente en los hombre que en las mujeres, pues ellos poseen menos
habilidad cerebral para controlar el lenguaje, así que es probable que el hombre que se
come las palabras esté mintiendo, pues ello revela que le están sucediendo un montón
de problemas simultáneamente y que su cerebro intenta lidiar con ellos de una sola vez.
A veces creen que el hablar así indica que no están mintiendo.
- Honestamente, sinceramente, francamente, son algunas de las palabras y frases
que mas comúnmente indican un intento de engaño intentando convencer con ellas
de una emoción que no se siente en realidad. Por ejemplo, “Francamente, es la mejor
oferta que puedo hacerle” se traduciría como “No es mi mejor oferta, pero tal vez crea
que es así”. “Te quiero” es más creíble que “Te quiero sinceramente”.
“Indudablemente” da cabida a la duda, mientras que “sin duda alguna” es una señal de
alerta definitiva.
- “Créeme”, significa a menudo lo contrario: “Si consigo que me creas, harás lo que
yo quiero”. La intensidad con la que una persona que dice “créame” intenta convencer a
su interlocutor, es proporcional al tamaño del engaño. La persona piensa que no le creen
y por ello subraya sus afirmaciones con un “créeme”, “no te engaño”, “¿crees que te
mentiría?”. Son más versiones de lo mismo.
- Cuando escuche a alguien diciendo “sólo”, plantéese por qué esa persona intenta
minimizar la importancia de lo que está diciendo, ya que esto es, para lo que se utiliza
esta palabra, para minimizar el significado de las palabras que la siguen, para liberar a
alguien de un sentimiento de culpa o para echar las culpas a cualquier otro motivo o
persona. Nos plantearemos si le falta confianza para decir lo que realmente siente, o si
intenta engañar con toda intención o si trata de evitar responsabilidades. Analicemos la
palabra “sólo” en su contexto y encontraremos la respuesta. “Sólo te robaré cinco
minutos” es lo que se dice cuando deseas en realidad una hora, “sólo 9,95 euros” y
“sólo 40 euros de depósito” se usa para convencernos de que se trata de un precio
insignificante. “Sólo quería decirte que te quiero” nos habla de la persona tímida que lo
que querría decir es “te quiero” y es difícil de creer cuando nos dicen “sólo es una
amiga/o”.
- El verbo “intentar” lo utilizan con frecuencia personas que esperan fracasar en
su intento. O su equivalente “haré lo que pueda”. Son respuestas que anuncian un
fracaso inevitable pues su traducción es “tengo dudas de mi capacidad para
conseguirlo”. Sí acaba fracasando dice “lo intenté”. Cuando escuche frases de este tipo,
exíjale que se comprometa diciendo “lo haré” o “no lo haré”. Es mejor que no haga lo
que deseamos antes de “intentarlo” y fracasar. “Intentar” es una forma tranquilizadora
de decir “quizá”.
- Expresiones tipo que se usan más frecuentemente para convencer de que se está
diciendo la verdad cuando, en realidad lo que se pretende es obligar a que le crean:







“Confía en mí”
“No tengo ninguna razón para mentir”
“Hablando francamente”
“Te digo la verdad”
“¿Por qué tendría que mentirte?”
“Para ser totalmente sincero contigo”
“¿Haría yo algo así?”
- Cuando se sitúan entre un tipo de gente que no debería ser víctima de ningún tipo
de reproche, porque responden ante una autoridad superior. Por ejemplo “Lo juro por
la tumba de mi madre”, “Dios es testigo”, “Que me maten si no es así”. Las personas
con una convicción religiosa no utilizarían sus creencias para intentar convencer de que
son sinceros.
- Cuando utilizan la organización a la que pertenecen, un premio recibido o su
familia para convencer de su sinceridad. Por ejemplo “No soy de ese tipo de
personas”, “soy un empleado leal”, “jamás me rebajaría a una cosa así”. La gente con
moral no necesitar estar continuamente demostrándoselo, vive según sus valores y eso
se ve. Este tipo de respuestas se usan para evitar la respuesta directa a una pregunta.
- Hay un aumento significativo del movimiento de las manos hacia la cara, cuando
nos sentimos dudosos, inseguros, exageramos o mentimos. La gesticulación del hombre
resulta más fácil de detectar pues es más exagerada que la de la mujer y ellos la usan en
mayor grado.
Entre estos gestos tenemos el frotarse los ojos y la nariz, tirarse de las orejas y rascarse
el cuello.
Bill Clinton, por ejemplo, se tocó la nariz y la cara veintiséis veces delante del Gran
Jurado mientras respondía a preguntas relacionadas con Mónica Lewinsky.
A veces el ocultar las manos también es revelador de que nos están mintiendo, ya que
precisamente lo hacen para ocultar esta gesticulación que han observado que podría
delatarles.
- La sonrisa se muestra torcida (se sonríe por igual al mentir que al decir la verdad,
sin embargo la sonrisa auténtica es más rápida, espontánea y simétrica, es decir la parte
izquierda de la cara es un reflejo de la parte derecha, pero las expresiones faciales de
quien intenta exhibir una emoción que no siente no son simétricas), algo forzada (se
utiliza ampliamente para fingir sinceridad) o con los labios apretados (como signo de
tensión).
- El aumento del pestañeo es una señal importante que tener en cuenta, ya que indica
que la tensión aumenta y que se le secan los ojos.
- La falta de contacto visual, el que nos rehuya la mirada, o si están en una habitación
con puerta que mire con frecuencia hacia allí, de siempre se ha asociado al mentir, pero
el que el interlocutor nos mire o no a los ojos mientras habla es menos discriminativo
para ayudarnos a detectar un engaño, ya que está más directamente relacionado con
características de personalidad, con aprendizajes (si de pequeños nos pillaban o no las
mentiras al mirarnos a los ojos), y con culturas, (puesto que en algunas el mirar a los
ojos es una demostración de agresividad o falta de cortesía y en otras al contrario).
Además los mentirosos que engañan concienzudamente son capaces de mantener el
contacto visual mientras mienten, así que sería en este caso el adecuado contacto visual
el factor que apuntaría hacia el engaño.
- El mentiroso diestro mira hacia su izquierda mientras miente y el mentiroso
zurdo mira hacia su derecha. Este factor de la dirección hacia dónde mueve los ojos el
interlocutor no es tampoco una prueba infalible, pero sí una señal importante del
engaño.
La mayoría de diestros conecta con la parte izquierda del cerebro cuando quiere
recordar algo sucedido y miran hacia su derecha. Cuando inventan una historia conectan
con la parte creativa de su cerebro, el hemisferio derecho, y miran hacia su izquierda.
(Esto es porque los canales sensoriales están cruzados en su conexión con los
hemisferios cerebrales).
- El efecto Pinocho. En estudios de la circulación de la sangre se reveló que, cuando
una persona miente, el aumento de la presión sanguínea y la liberación de unas
sustancias químicas llamadas catecolaminas, provocan inflamación de los tejidos
internos de la nariz, pero esto es un solo una curiosidad ya que esta inflamación no es
visible a simple vista. Aunque sí que es la entrada en acción de las terminaciones
nerviosas de la nariz por esta causa, la que explica la necesidad de frotarse la nariz para
calmar el picor. Este fenómeno también se produce cuando la persona se siente molesta
o enfadada.
- Contracciones de los músculos faciales, que se producen porque el cerebro está
intentando evitar que la cara muestre cualquier reacción de respuesta. El FBI analiza las
“microexpresiones” minúsculas, de medio segundo, con ayuda de la cámara lenta.
- Brazos y/o piernas cruzadas, pues esto refleja un instinto defensivo básico.
- Dilatación de las pupilas.
- Gestos que entran en contradicción con las palabras. Por ejemplo que la cabeza se
mueva diciendo que “no”, cuando da un “sí” por respuesta o viceversa.
- Muestras de excesiva amistad o carcajadas. Estas actitudes están expresando el
deseo de querer gustar para favorecer su credibilidad.
ACTITUDES PARA ENFRENTARSE AL INTERLOCUTOR QUE
MIENTE
- Sentarse en una silla más alta o colocarse en una posición más elevada, es una forma
sutil de intimidación.
- No cruzar las piernas, abrir los brazos, y echarse hacia atrás. Es una forma de
comunicación no verbal o lenguaje corporal que indica que estamos “abiertos” a
escuchar, a comprender e incluso a recibir la verdad.
- No es conveniente decirle lo que sabemos, no hay que dar la sensación de que
intuimos que nos están contando una mentira.
- Invadir el espacio personal del otro, acercándonos a él, hace que se sienta más
incómodo.
- Reflejar como un espejo sus posturas y movimientos es una forma de establecer una
buena relación y al interlocutor le costará más mentirnos.
- Darle una “salida”. Necesitamos ponérselo fácil para que diga la verdad, por ejemplo
haciendo que no entendemos o no hemos escuchado correctamente, para que tenga una
opción de rectificar sus palabras.
- Es básico mantener la calma. No mostrarse sorprendido ni trastornado y otorgando la
misma importancia a todo lo que diga. En cuanto reaccionemos negativamente, se
perderá cualquier oportunidad de que nos digan la verdad.
- No acusar es también básico. Las preguntas agresivas del tipo “¿Por qué no me has
llamado?” o “¿Te ves con ella?”, pueden reforzar la postura del mentiroso. Utilice
preguntas más suaves, como “¿Dónde dijiste que estabas?”, “¿A qué hora dijiste que
llegaste al restaurante?”
- Finalmente habrá que valorar si es conveniente o no darle una última oportunidad
ignorando la mentira y diciendo algo como “¿Qué podemos hacer para evitar que esto
vuelva a suceder?”. Lo que estaríamos haciendo así, es hacerle ver que no nos hemos
creído nada, para así, tratar de hacer más probable que no repita esta mentira y se vea
obligado a encontrar su propia solución para no tener que utilizarla de nuevo.
LAS MENTIRAS QUE MAS HIEREN
Cuanto más íntima es una relación, más dolor provoca el engaño porque menos
deseamos alejar a esa persona de nuestra vida, porque más confiamos y más nos
abrimos a ella.
CUANDO TODO EL MUNDO NOS MIENTE
Si hay quien cree que no se puede confiar en nadie y que el mundo está lleno de
mentirosos, es, o bien porque ellos mismos son mentirosos habituales y dan por sentado
que todo el mundo es como ellos, o, lo más probable es que, su comportamiento invite a
que los demás les mientan, o sea, que dificultan a los demás que les digan la verdad,
porque al provocar esta una reacción agresiva o excesivamente emocional (enfadado,
herido, vengativo), nunca se la dirán, pase lo que pase. Los demás son sólo la otra mitad
de la ecuación.
¿QUIÉN MIENTE?
La realidad es que todo el mundo miente, en el sentido de permitirnos convivir sin
violencia ni agresión, porque con frecuencia preferimos oír sutiles distorsiones de la
realidad antes que hechos duros y fríos. ¿Donde estaríamos si hubiéramos dicho las
palabras exactas que se nos pasaban por la cabeza? Quizás solos.
Mentimos para obtener algo, o para evitar el dolor. Nos mentimos constantemente, los
padres mienten a los niños, exageramos cosas, “olvidamos” comunicar un matiz
importante, intentamos no herir los sentimientos.
Hombres y mujeres mienten por igual aunque difiere el contenido de las mentiras. En
general las mujeres lo hacen para que los demás se sientan mejor mientras que los
hombres lo hacen para quedar bien. A ellas les cuesta más mentir acerca de sus propios
sentimientos y ellos lo hacen para evitar discusiones. Ellas suelen recordar mejor que
ellos que mentiras y a quién las han contado.
Los estudios realizados con americanos y europeos han reflejado que cuanto más joven
es una persona, mayores son las probabilidades que tiene de engañar y que esta
tendencia disminuye a partir de los 30 años. Los patrones de comportamiento mentiroso
se aprenden en la infancia (los padres enseñan a los hijos a mentir como muestra de
buena educación “Cuando te dé un beso la abuela pon cara de que te gusta y no de asco”
y a la vez se les enseña que la mejor política es la sinceridad aunque a veces se les
castiga por haber dicho la verdad) y se impulsan a partir de la adolescencia debido a
figuras autoritarias.
TIPOS DE MENTIRAS
La mentira inocente es la que forma parte de nuestro entramado social y nos evita herir
emocionalmente a los demás o insultarlos con la fría, dura y penosa verdad.
La mentira beneficiosa se usa para tratar de ayudar a los demás, por ejemplo el
rescatador de un accidente que dice al niño que sus padres están bien, o el médico que
trata de elevar la moral del paciente.
La mentira maliciosa son las que se cuentan por venganza o para obtener algún
beneficio, como saben los famosos que suelen ser blanco evidente de estas mentiras,
pues por ultrajante o poco probable que sea, alguien acabará cayendo en el fango.
También se usan como armas en situaciones competitivas.
La mentira engañosa es la peligrosa pues pretende hacer daño o aprovecharse en su
beneficio. Puede ser en forma de ocultación de información que distorsiona así la
verdad o en forma de falsificación de los hechos.
El autoengaño que permite que uno abuse del tabaco o la comida y diga que no es
adicto o se convenza de que un postre de muchas calorías no altera la dieta.
TIPOS DE MENTIROSOS
El mentiroso natural es alguien que tiene conciencia de que lo es, pero confía en su
habilidad pues lo viene haciendo desde la niñez (quizás por evitar castigos) y de adultos
esta capacidad les convertirá en abogados, comerciales, actores, políticos, etc. Con
diferente grados personales de respeto a la ética.
También puede tratarse del mentiroso romántico, cuyo único límite es su imaginación y
que puede desarrollar un gran talento que aprovechará para manipular a su pareja sin
que el afecto que dicen sea real.
El mentiroso no natural es aquel que fue convencido por sus padres de que mentir era
algo imposible pues siempre sería detectado. Les cuesta mucho mentir, que no se note, e
incluso pueden insistir en decir verdades que provoquen problemas entre los que le
rodean, insistiendo en no mentir jamás.
Aurora Jechimer
BIBLIOGRAFÍA
- Pease, A. y Pease, B. (2002) “Por qué los hombres mienten y las mujeres lloran”
Barcelona: Amat
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
-La verdad sobre la deteccion de mentiras
-¿Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo? Sabiduría popular frente a
conocimiento científico.
-El Pseudólogo.
VÍDEOS RELACIONADOS:
-El estrés de mentir: signos de engaño
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Diciembre 29th, 2008
Decágolo para cazar mentirosos
* por Horacio Krell
DECÁLOGO PARA CAZAR MENTIROSOS
El decálogo para cazar mentirosos es una respuesta a los consejos que se dan para
aprender a mentir.
El principio general del decálogo para cazar mentirosos es que no se puede no comunicar, aun
estando callados estamos comunicando algo. Hay formas de mentir que no son conscientes, como la
de engañarse a uno mismo por aquello que todo es según el color del cristal con que se mira.
Además hay una tendencia a pensar por conveniencia haciendo coincidir lo que decimos o vemos
con nuestras creencias.
Otra cuestión que debe incluir el decálogo para cazar mentirosos es la mentira por omisión. Se da
cuando la persona cuenta una parte de la verdad o bien cuándo no informa algo que debería haber
informado. Una verdad a medias es una mentira absoluta.
El problema del engaño es complejo porque los presupuestos de la comunicación o sus presunciones
favorecen al que miente. En una comunicación normal se presume que la otra parte dice la verdad y
que lo que dice tiene valor. Para detectar engaños hay que convertirse en un buen observador.
Hasta las relaciones más próximas pueden dar lugar al engaño, como decía Aristóteles soy amigo de
Platón pero soy más amigo de la verdad.
Decálogo para cazar mentirosos.
1) Lenguaje corporal. Para desenmascarar a un mentiroso hay que mirar sus gestos: una mirada
que esquiva los ojos puede delatar una mentira.
2) Movimientos conscientes o inconscientes. Hay factores que no se pueden controlar como el
sudor o ponerse colorado
3) Las respuestas. Una persona honesta contesta enseguida, habla en primera persona y no lo
incomodan los silencios.
4) Gestos excesivos o de represión para no ser descubierto. El mentiroso sobreactúa, mira fijo o
ríe en exceso como lo hacen ciertos vendedores y ventrílocuos.
5) Memorizar lo que dice y preguntar: Complementar la observación del lenguaje corporal con
preguntas obliga a dar respuestas y gestos aclaratorios. Así se lo puede hacer caer en
contradicciones.
6) Parte por parte. En un mensaje el impacto verbal incide en un 7%, el tono y los matices en un
38 %; mientras que el 55 % es lenguaje no verbal: para lanzar una mirada que mata no hace falta
abrir la boca.
7) Cuidado con la mujeres. La mujer superó al varón aprendiendo los gestos durante la crianza
de los hijos, por eso puede disfrazarlos mejor.
8) Congruencia. Hay que analizar en conjunto el lenguaje verbal y no verbal y las señales de
congruencia o incongruencia. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
9) La mentira en el niño y el adulto. El gesto que adopta el niño para mentir es taparse la boca,
el adulto disimula tocándose la nariz
10) Tener en cuenta. Según el principio del detector de mentiras, si el cerebro recibe un doble
discurso lo demuestra. Sin embargo el que sabe mentir hace que la gente se trague la carnada con
el anzuelo puesto. Las técnicas actorales buscan asociar el habla con gestos sinceros o bien
eliminar los negativos Como el que miente se traiciona, la mejor manera de fingir es por
teléfono.Por eso al acusado se lo interroga en una silla y a plena luz.
Decálogo para cazar mentirosos – conclusionesEl cuerpo habla a través del lenguaje corporal, por eso conociendo sus señales nos remontamos a
los orígenes de la vida, a los límites estrechos que separan los reinos humano y animal. La mentira
tiene patas cortas, por eso pensemos si al decir una mentira no nos estamos autoengañando. La
verdad tiene un poder realizador que la mentira no tiene, por eso Demóstenes dijo: las palabras
que no se transforman en hechos no sirven para nada. Como dijo Sócrates:
" Conócete a ti mismo".
Decálogo para cazar mentirosos.
¡Cuidado!: este es el Decálogo del mentiroso.
No te asustes: Nunca es bueno empezar una mentira asustado, tómate tu tiempo para
tranquilizarte. Es necesario tener la cabeza fría para pensar con claridad.
No improvises: Antes de mentir, tómate tu tiempo y analiza cada detalle, tienes que saber la
respuesta antes que te pregunten. Si no tienes cuidado puedes que tengas que inventar cosas que
no puedas cubrir formando una "bola de nieve".
Créete tu mentira: Si se trata de una mentira que vas a tener que usar y convivir con ella es
bastante útil que te la empieces a creer y a olvidar los detalles verdaderos.
Confúndela entre verdades: Una mentira dicha entre dos verdades no llama la atención. Incluye
detalles que sean ciertos en tu historia, y si alguien duda insiste en que se pueden comprobar.
Infórmate: Es necesario saber lo que los demás saben. Intenta recopilar información de manera
indirecta.
Da detalles: Los detalles son importantes. Usa cosas que no sean comprobables, incluso cosas que
puedan resultar humillantes para ti.
No esperes a que te pregunten: Intenta sacar el tema tú, antes de que los demás lo hagan.
Resultarás mucho menos sospechoso.
Sé natural: Habla como si de cualquier cosa se tratase, y cuando acabes continúa con una
conversación normal Quítale hierro al asunto.
Nunca mientas en grupo: Este es un consejo muy importante. Tú puedes (con un poco de
esfuerzo) controlar lo que dices y a quién se lo dices, pero con más gente es imposible. El típico "te
voy a contar algo pero es secreto y no se lo puedes decir a nadie" es tu peor enemigo.
Nunca admitas que es mentira: No lo hagas, si es preciso haz creer que has sido engañado, o
ten una muy buena coartada por si te pillan. Con todo lo que he dicho no pretendo incitar a mentir.
Si no te ves capaz siempre puedes decir una verdad a medias y rezar por que nadie se interese en
la "otra mitad.
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de
Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a [email protected].
Cómo cazar mentirosos es la respuesta a los consejos para aprender a mentir. El principio clave
sobre cómo cazar mentirosos es que no se puede no comunicar, que aun callados estamos
comunicando. Hay formas de mentir que no son conscientes, como engañarse a uno mismo: todo es
según el color del cristal con que se mira. Hay una tendencia a pensar por conveniencia o haciendo
coincidir lo que decimos o vemos con nuestras creencias. Para saber cómo cazar mentirosos hay
que incluir la mentira por omisión, cuando se cuenta una parte de la verdad o cuándo se oculta algo
que debería haberse informado. Una verdad a medias es una mentira absoluta.
El problema del engaño es complejo porque los presupuestos de la comunicación favorecen al que
miente. En la comunicación se presume la comprensión, la verdad y el valor. Para detectar engaños
hay que convertirse en un buen observador. Las relaciones cercanas también dan lugar al engaño,
Aristóteles decía soy amigo de Platón pero soy más amigo de la verdad.
Decálogo sobre cómo cazar mentirosos.
1) Lenguaje corporal. Para desenmascarar a un mentiroso hay que mirar sus gestos: una mirada
que esquiva los ojos puede delatar una mentira.
2) Movimientos conscientes o inconscientes. Hay factores que no se pueden controlar como el
sudor o ponerse colorado
3) Las respuestas. Una persona honesta contesta enseguida, habla en primera persona y no lo
incomodan los silencios.
4) Gestos excesivos o de represión para no ser descubierto. El mentiroso sobreactúa, mira fijo o ríe
en exceso como lo hacen ciertos vendedores y ventrílocuos.
5) Memorizar lo que dice y preguntar: Complementar la observación del lenguaje corporal con
preguntas obliga a dar respuestas y gestos aclaratorios. Así se lo puede hacer caer en
contradicciones.
6) Parte por parte. En un mensaje el impacto verbal incide en un 7%, el tono y los matices en un
38 %; mientras que el 55 % es lenguaje no verbal: para lanzar una mirada que mata no hace falta
abrir la boca.
7) Cuidado con la mujeres. La mujer superó al varón aprendiendo los gestos durante la crianza de
los hijos, por eso puede disfrazarlos mejor.
8) Congruencia. Hay que analizar en conjunto el lenguaje verbal y no verbal y las señales de
congruencia o incongruencia. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
9) La mentira en el niño y el adulto. El gesto que adopta el niño para mentir es taparse la boca, el
adulto disimula tocándose la nariz
10) Tener en cuenta. Según el principio del detector de mentiras, si el cerebro recibe un doble
discurso lo demuestra. Sin embargo el que sabe mentir hace que la gente se trague la carnada con
el anzuelo puesto. Las técnicas actorales buscan asociar el habla con gestos sinceros o bien
eliminar los negativos Como el que miente se traiciona, la mejor manera de fingir es por teléfono.
Por eso al acusado se lo interroga en una silla y a plena luz.
El Decálogo del mentiroso
1) No te asustes: Nunca es bueno empezar una mentira asustado, tómate tu tiempo para
tranquilizarte. Es necesario tener la cabeza fría para pensar con claridad.
2) No improvises: Antes de mentir, tómate tu tiempo y analiza cada detalle, tienes que saber la
respuesta antes que te pregunten. Si no tienes cuidado puedes que tengas que inventar cosas que
no puedas cubrir formando una "bola de nieve".
3) Créete tu mentira: Si se trata de una mentira que vas a tener que usar y convivir con ella es
bastante útil que te la empieces a creer y a olvidar los detalles verdaderos.
4) Confúndela entre verdades: Una mentira dicha entre dos verdades no llama la atención. Incluye
detalles que sean ciertos en tu historia, y si alguien duda insiste en que se pueden comprobar.
Infórmate: Es necesario saber lo que los demás saben. Intenta recopilar información de manera
indirecta.
5) Da detalles: Los detalles son importantes. Usa cosas que no sean comprobables, incluso cosas
que puedan resultar humillantes para ti.
6) No esperes a que te pregunten: Intenta sacar el tema tú, antes de que los demás lo hagan.
Resultarás mucho menos sospechoso.
7) Sé natural: Habla como si de cualquier cosa se tratase, y cuando acabes continúa con una
conversación normal Quítale hierro al asunto.
8) Nunca mientas en grupo: Este es un consejo muy importante. Tú puedes (con un poco de
esfuerzo) controlar lo que dices y a quién se lo dices, pero con más gente es imposible. El típico "te
voy a contar algo pero es secreto y no se lo puedes decir a nadie" es tu peor enemigo.
9)Nunca admitas que es mentira: No lo hagas, si es preciso haz creer que has sido engañado, o ten
una muy buena coartada por si te pillan.
10) Con todo lo que he dicho no pretendo incitar a mentir. Si no te ves capaz siempre puedes decir
una verdad a medias y rezar por que nadie se interese en la "otra mitad.
Conclusiones sobre cómo cazar mentirosos
El cuerpo habla a través de un lenguaje, conociendo sus señales nos remontamos a los orígenes de
la vida, a los límites estrechos que separan los reinos humano y animal. La mentira tiene patas
cortas, por eso pensemos si al decir una mentira no nos estamos engañando. La verdad tiene un
poder realizador que la mentira no tiene, por eso Demóstenes dijo: las palabras que no se
transforman en hechos no sirven para nada, y Sócrates dio la clave: "Conócete a ti mismo".
Pero la verdad no siempre es mejor. Cuando se trata de proteger una vida inocente a veces es
necesario mentir. Como no podemos decir que de esta agua no beberé es importante saber cómo
cazar mentirosos sobretodo para cazarnos a nosotros mismos cuando nos estamos autoengañando.
* Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de
Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas. Consultas a [email protected].
Ilvem es una entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la
teoría de las inteligencias múltiples (espiritual, emocional, intelectual, creativa, artística,
estratégica, corporal, social, comercial, comunicacional y digital).
¿Qué es mentir? La Real Academia de la Lengua
define mentir como "decir o manifestar lo contrario
de lo que se sabe, cree o piensa". Por lo que una
mentira es expresar o manifestar lo contrario de lo
que se sabe, se piensa o se cree. Se refiere al
contenido del mensaje si éste refleja o no la
realidad. En el engaño hay una intencionalidad, la
diferencia con respecto al mentir, es que en este
último caso, puede no haber intención, en el
engaño sí.
Nos podemos preguntar, ¿qué nos lleva a
mentir?, las razones por las cuales se miente son
variadas, y cuanto más graves son las
consecuencias, mayor motivación hay para no
decir la verdad.
Entre ellas podríamos destacar, se miente :








Para evitar una vergüenza, por un hecho, y por el temor a sus consecuencias.
Para no asumir responsabilidades de los actos.
Para manipular y controlar el comportamiento de los demás. El objetivo puede
ser económico, social, laboral, amoroso, etc.
Se miente para ayudar a otras personas.
Para evitar conflictos personales.
Para proteger su intimidad.
Abultamos nuestro currículum.
Exageramos nuestras cualidades en las primeras citas.
Hay dos tipos de mentira básicas :
1.
2.
Ocultación : se omite elementos importantes, se suprime la verdad a través de
silencios, descripciones imprecisas, evadiendo preguntas, etc. Es el tipo de
mentira más frecuente y más difícil de demostrar.
Falsificación : se trata de engañar dando información falsa. Se requiere buena
memoria y un gran esfuerzo mental
¿Cómo detectar la mentira?
Las señales que se emiten, cuando se miente, tanto a nivel verbal como no verbal
(mirada, postura, tono de la voz....) es difícil de interpretar.
A la hora de interpretar si una persona nos está mintiendo, primero tendremos que
conocerla lo suficiente para saber como se comporta en determinadas situaciones, y en
el comparativo entre comportamientos es cuando podremos detectar si hay engaño,
aunque también en este caso el mentiroso sabe qué tiene decir y cómo para que sus
palabras sean creíbles.
En el acto de mentir podemos detectar que nos están mintiendo pero no podemos
precisar en que parte concreta lo está haciendo. Hay indicios verbales y no verbales que
nos pueden indicar que estamos siendo objeto de un engaño, que no haya indicios no
quiere decir que no nos están engañando.
Algunos indicadores de la mentira :
1.
Verbal : contradicciones, olvidos, inconsistencias, lentitud en el lenguaje
(silencios, expresiones tipo: ummm, ah, bueno), respuestas absurdas o
retorciadas, pocos detalles (o lo contrario circunloquios, dar más información de
la pedida), evasivas, negación....
El estilo comunicativo del mentiroso es:
o
o
2.
3.
Usa más adjetivos, adverbios y verbos en subjuntivo.
Presenta menos precisión de los hechos y utiliza menos el pretérito
indefinido (expresar una acción pasada y acabada y lejana en el
tiempo).
o Hay más repeticiones y errores en el lenguaje.
o Se emplea menos la primera persona del singular (yo) y menos
información personal.
o Las palabras están asociadas con emociones negativas (miedo, ira,
culpa...)
Indicios fisiológicos (se detectan a través de instrumentos): polígrafo (presión
arterial, frecuencia respiratoria, actividad eléctrica de la piel. A nivel perceptivo
se puede observar que se enrojece y sudan las manos, e incluso pueden llegar
a que le tiemblen...
Comunicación no verbal : 65% aproximadamente de la comunicación es no
verbal. La mentira se detecta a través de ella (no es fiable aislar un solo gesto,
la mentira se compone de distintos gestos) mediante:
o Se está prácticamente inmóvil, se utilizan menos gestos.
o Suele aparecer nerviosismo, a través de tics como: tocarse la nariz
(efecto Pinocho), ajustarse las gafas, taparse la boca (muchos niños,
cuando están mintiendo es algo típico), tocarse los ojos evitando mirar
a la otra persona, aumento de parpadeo..., apretar los dientes con la
boca cerrada, la risa nerviosa, histérica o desproporcionada.
o La voz se vuelve más aguda (la ausencia de cambios no es signo de
veracidad).
o Los gestos de las manos no son tan espontáneos son más rígidos. No
se muestran las palmas.
o Menos movimientos de pies y piernas.
o Defensa extrema.
o Cambio brusco de la mirada (justo después de responder).
o El cuerpo se aleja de la persona que pregunta, etc.
o Mirar a la izquierda y hacia abajo.
A la hora de mentir surge desgaste emocional, pero cualquiera de nosotros, ha utilizado
la mentira en mayor o en menor grado. No podemos obviar que vivimos en un mundo
plagado de mentiras véase: política, televisión, la prensa, etc.
Hay que tener en cuenta que hay diferencias individuales entre las personas en cuanto a
la expresión emocional. Otro error es cuando se obvia que hay personas, que están
diciendo la verdad, pero se ponen nerviosas cuando perciben que los otros no le están
creyendo.
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