¿ser un propietario activo o pasivo? - Espae

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estrategia (i)
EL DILEMA DE HOY:
¿ser un propietario
activo o pasivo?
Por Clemont Muñoz Orellana*
Ilustración: Camilo Pazmiño
La apropiada administración de una
empresa ha sido por décadas un tema de
profunda consideración en el ambiente
corporativo mundial. La tecnología, los
cambios de preferencias y comportamiento de los consumidores, las nuevas
técnicas de administración y finanzas,
la concienciación de los diversos riesgos financieros, operativos y otros, la
mayor importancia que han adquirido
las responsabilidades empresariales con
la sociedad y el medioambiente, obligan
a los directivos a vivir en un continuo
proceso de adaptación y cambios. Pero
este proceso ha de tener bases muy sólidas y contar con un plan de acción para
no perderse en el camino y alcanzar el
éxito en la conservación y supervivencia de la empresa y en la conquista de
mayores mercados, beneficios y rendimientos contables.
Si bien muchos empresarios en el
Ecuador han hecho conciencia de todos estos puntos mencionados, aún es
muy poco lo que les preocupa la estructura accionarial de la empresa, la relación entre propietarios mayoritarios y
minoritarios y su relación con los administradores que, en la mayoría de los
casos, son los mismos accionistas.
¿Es que acaso la solidez de dicha estructura, las relaciones entre los socios,
y a su vez con los que administran, no
son percibidas como la base fundamental para que un negocio tenga éxito en
el tiempo? No es extraño escuchar que
una empresa pasó a la historia dejando
su espacio de participación de mercado
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que había mantenido por décadas en
manos de sus competidores, porque sus
accionistas se repartieron el pastel más
rápido de lo que crecían o se lo repartieron de manera desproporcionada, sin
considerar la participación accionarial
de cada socio o porque uno de los dueños era, además, el administrador y se
sentía con derecho de tomar una mayor
tajada o porque sencillamente se pelearon, pues carecían de una estructura
formal de toma de decisiones que canalice las diferencias de opinión.
El impacto de una apropiada estructura para la toma de decisiones es
vital para el buen desenvolvimiento de
una compañía. La perfecta noción de
“quién decide qué” es necesaria para
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<00>
estrategia (i)
que los colaboradores se sientan en un
ambiente organizado. A su vez, el grado
de libertad que tengan los administradores para tomar decisiones refleja la
agilidad de una empresa para aprovechar las oportunidades o actuar con
mecanismos de defensa en los momentos de riesgos. Todo esto debe estar claramente definido en una empresa lista
para los tiempos modernos.
En el Ecuador, ¿la estructura accionarial y la de sus administradores incide
de alguna forma en el desarrollo de las
compañías? O al contrario, ¿factores de
comportamiento de las empresas o sus
características inciden en la estructura
de propiedad de las mismas? ¿Hay diferencias si los propietarios de las empresas son también los administradores, es
decir, cuando hay un administrador y/o
gerente general que no es accionista,
dicha empresa opera de manera similar al compararla con otra cuyo administrador posee también acciones de la
empresa o no?
En un estudio reciente1 sobre los
determinantes de la concentración de
propiedad en las empresas en el Ecuador, se encontró que existía un comportamiento bien diferenciado al analizar
la concentración de propiedad en manos de los accionistas y otro cuando el
accionista era también administrador
de la compañía. Estas diferencias también se hacían presentes cuando se analizaban las condiciones y parámetros
de financiamiento/endeudamiento de
la empresa, y también se reflejaban en
función de la edad de la compañía.
Cuando la empresa tiene un solo
dueño, es muy sencillo: todos los beneficios pueden ser dirigidos a un solo
accionista. Cuando existen varios dueños, la lógica indica que los beneficios se
reparten en proporción a la propiedad
de cada uno. Sin embargo, no siempre
es conveniente repartir todos los beneficios en un mismo ejercicio; muchas
ocasiones es preferible volver a invertir-
Muñoz, C., Ownership Structure in Ecuador: Determinants and Firm Performance Implications, Madrid,
IE School of Business, 2014.
1
<00> GESTIÓN N°250
Gráfico 1
Ecuador: % de empresas cuyos accionistas poseen más de 50% de propiedad
Fuente: Superintendencia de Compañías.
1
ACCIONISTA
63%
2
ACCIONISTAS
92%
5
ACCIONISTAS
96%
Gráfico 2
Ecuador: % de empresas con administradores que posean más de 50%
Fuente: Superintendencia de Compañías.
1
ADMINISTRADOR
40%
los para crecer como empresa, medida
mucho más barata y rápida que endeudarse, por ejemplo. Sin embargo, puede
que esta decisión no necesariamente sea
compartida por todos los accionistas y
es entonces cuando empiezan las dificultades. Parece sencillo resolver si es
que la decisión de los accionistas mayoritarios es la que al final se impone, pero
no siempre esa es la solución ideal, pues
existen los derechos de los accionistas
minoritarios, y el sentimiento del potencial abuso del más fuerte trasciende
al ámbito familiar o empresarial, lo que
ha llevado a más de una separación o
quiebra de la empresa en casos extremos
en la historia corporativa.
¿Y qué tal cuando el accionista mayoritario o minoritario tiene, además de
su calidad de accionista, el rol de gerente general o administrador? Aquí surgen
otras amenazas cuando las cosas no están
claras en todos los ámbitos de la toma de
decisiones y de la carga de responsabilidades de cada uno de los participantes.
2 O MÁS
ADMINISTRADORES
54%
Es común escuchar casos en los que el
administrador toma decisiones que le
favorecen a él antes que a los accionistas. Un ejemplo claro es el nuevo auto
de lujo que el gerente general ha decidido comprar con fondos de la compañía,
generando una disminución de los dividendos de ese año para los accionistas en
decenas de miles de dólares.
Todo esto se vuelve más importante cuando las nuevas generaciones se
van integrando como administradores
o accionistas de la empresa. Un caso:
al morir el fundador, la propiedad es
heredada a tres hermanos y estos a su
vez lo heredan a tres hijos de cada uno.
Entonces ahora toca poner de acuerdo
a nueve accionistas, cuando probablemente, además, algunos de ellos sean
administradores de la empresa, y así el
“monstruo” va creciendo si no se toman
decisiones de cómo debe estar estructurada la compañía en cuanto a las responsabilidades de cada uno y la toma
de decisiones.
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<79>
nota (i)
En el estudio mencionado anteriormente, el autor analizó 674 empresas ecuatorianas, todas con más de un
millón de dólares en ventas y con más
de 50 empleados. 80% de las empresas
se ubicaban en las ciudades de Quito y
Guayaquil. Y el mismo porcentaje se
concentraba en siete actividades comerciales de los 20 tipos de actividades
comerciales definidas por la Superintendencia de Compañías, cuya mayor
representatividad se encontraba en actividades comerciales de ventas al por
menor y mayor (24% de participación).
Al analizar la concentración de
propiedad,2 se encontró que, en 63%
de las empresas en el Ecuador, una sola
persona posee más de 50% de la propiedad de la empresa. Cuando se amplía el
análisis a los dos más grandes accionistas de cada empresa, se encontró que,
en 92% de las empresas, dos personas
son dueños de más de 50% del paquete
accionarial y el porcentaje sube a 96%
de las empresas cuando se consideran
los cinco mayores accionistas. No hay
duda de que la propiedad empresarial
en el Ecuador es altamente concentrada (Gráfico 1).
Al estudiar la participación de los
administradores en la propiedad, se encontró que 40% de las empresas tiene
un administrador que es, además, accionista y posee más de 50% de la propiedad de la empresa, y este porcentaje
aumenta a 54% cuando se amplía el
análisis a más administradores, ya que
se encontró que, en 54% de empresas,
la propiedad de más de 50% de la compañía se concentraba en dos o más administradores (Gráfico 2). Únicamente
en 18,95% de las empresas estudiadas,
el administrador es una persona independiente, es decir que no tiene ninguna participación accionaria en la
compañía.
La importancia de la estructura accionarial es tan alta que obliga a revisar
el comportamiento de otras variables
que tienen impacto en la concentra-
ción de propiedad de las empresas ecuatorianas.
El estudio muestra que, mientras
más grande es la empresa, menor es la
concentración de propiedad en manos
de los administradores. Esto permite
hace suponer una lógica evolución de
la empresa que hace que, al crecer en
tamaño, sus propietarios se vayan alejando poco a poco de la administración,
permitiendo la participación de administradores menos comprometidos con
el paquete accionarial y, por lo tanto,
con mayor independencia en la toma
de decisiones. Sin embargo, esto no
implica para nada que los propietarios
se deban mantener alejados de la supervisión de dichos administradores, todo
esto por la salud futura de la compañía.
También muestra que aquellas empresas que tienen un nivel de endeudamiento alto, generalmente, tienen
también una mayor concentración de
propiedad en sus administradores. Con
un mercado de valores pequeño en el
Ecuador, las empresas han tenido como
fuente de financiamiento principal el
endeudamiento bancario, y entre los
parámetros de evaluación de riesgo, al
parecer, ha primado la participación
accionarial de sus administradores al
acceder a un crédito, en el que probablemente, además de las garantías de la
empresa, se hayan visto incorporadas
garantías personales de sus administradores para la consecución del crédito.
Esta es una pequeña muestra de lo
importante que es poner mayor atención en la estructura de propiedad de
las empresas, el grado de influencia que
ello tiene en áreas como el endeudamiento o en puntos estratégicos como el
crecimiento del negocio, ambos puntos
fundamentales para el buen desarrollo,
permanencia y mayor participación en
un escenario cada día más competitivo,
moderno, dinámico y, por lo tanto, riesgoso. Vale la pena empezar casa adentro,
con tiempo, a pensar en dicha estructura, a proyectar su traspaso generacional
y planificar la mejor alternativa: ¿ser un
propietario activo o pasivo? Los datos analizados corresponden a la información
de las 674 empresas durante el período 2007 a 2011.
* PhD, profesor de Espae Graduate School
of Management de la Espol.
2
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LA CRISIS DE TALENTO
EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
TIENE ALTERNATIVAS
DHL publicó un nuevo estudio sobre la escasez de talento en la cadena
de suministro del sector automotriz. De
acuerdo con el análisis, actualmente,
por cada graduado capacitado en el
tema de la cadena de suministro, hay
seis puestos en espera de ser llenados.
La escasez, que solo empeorará en los
próximos cinco años, representa una
verdadera amenaza para el futuro de
la industria automotriz, afirma la investigación.
El estudio proporciona cinco alternativas: colaboración en la industria,
mayores opciones de educación interna, programas de rotación de puestos,
transferencia de conocimiento formalizado y enfoque en ser el empleador
favorito.
“Para la industria automotriz, la crisis de talento en la cadena de suministro es un castillo de naipes presto a colapsar”, advierte Frank Vorrath, vicepresidente y jefe del sector global automotriz de DHL Global Forwarding.
Si bien muchos factores contribuyen a la falta de talento en la cadena
global de suministro, el estudio recalca
cinco en particular. Además del cambiante mercado laboral y la creciente brecha demográfica, el panorama
académico enfocado en la cadena de
suministro sigue contrayéndose. En particular, los estudiantes interesados en el
sector automotriz consideran que una
carrera en la cadena de suministro es
más bien un plan B. Dado este contexto, las empresas que operan en el
sector automotriz deberían considerar
adoptar nuevas estrategias para contratar talento. 
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