el señor no quiere que perezcan, sino que todos sean salvos

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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
bautizados, y los niños de 10 años en adelante también pueden
ser bautizados, los que ya tienen conciencia del bien y del mal.
Ahora, dejo al ministro aquí, reverendo Bladimiro Rivera,
para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua
en el Nombre del Señor Jesucristo.
Continúen pasando una tarde feliz llena de las bendiciones
de Jesucristo nuestro Salvador, y nos continuaremos viendo
por toda la eternidad en el glorioso Reino de Jesucristo
nuestro Salvador.
Pasen todos muy buenas tardes. En cada nación dejo al
ministro correspondiente para que haga en la misma forma
que estará haciendo el reverendo Bladimiro Rivera.
“EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN, SINO
QUE TODOS SEAN SALVOS.”
EL SEÑOR
NO QUIERE QUE
PEREZCAN,
SINO QUE TODOS
SEAN SALVOS
Domingo, 10 de julio de 2011
Veracruz, México
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de
este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier
error en este escrito es estrictamente error de audición,
transcripción e impresión; y no debe interpretarse como errores
del Mensaje.
El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado
con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para propósitos
personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.
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Cristo; ahí es donde la persona se identifica con Cristo en Su
muerte, sepultura y resurrección, en el bautismo en agua que
es tipológico; pero que tenemos que entender el significado
del bautismo en agua, que es a la semejanza física de la
muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
Por eso cuando la persona recibe a Cristo, muere al mundo;
cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales,
tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de
las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida, a la
Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Ahí tenemos el
simbolismo del bautismo en agua para todos los que reciben
a Cristo como único y suficiente Salvador.
Es como la Santa Cena, el pan tipifica el cuerpo de Cristo,
la copa de vino, el vino representa la Sangre de Cristo, y así
por el estilo, en memoria de Cristo se lleva a cabo la Santa
Cena. Y el Lavatorio de pies representa, tipifica que Cristo
nos mantiene limpios de todo pecado con Su Sangre preciosa;
porque si alguno ha pecado, Abogado tenemos para con el
Padre a Jesucristo Su Hijo, el Hijo de Dios. Él es el Sumo
Sacerdote del Templo celestial, y Él es el que con Su propia
Sangre nos mantiene limpios de todo pecado, está haciendo
intercesión con Su propia Sangre por cada persona que lo
recibe como su único y suficiente Salvador.
Y recuerden que Cristo dijo: “El que me confesare delante
de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está
en los Cielos.”
Y ahora, bien pueden ser bautizados entendiendo el
significado, el simbolismo del bautismo en agua en el Nombre
del Señor Jesucristo. Y que Cristo les bautice con Espíritu
Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento;
y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el
glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Los que están en otras naciones también pueden ser
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con
Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con
Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo
nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente
Contigo en Tu Reino, sálvame, Señor. Te lo ruego en Tu
Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos
decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros
pecados, y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado,
porque ustedes le han recibido como vuestro único y
suficiente Salvador. Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado
en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor
Jesucristo, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
Aun el mismo Jesucristo fue adonde Juan el Bautista estaba
bautizando allá en el Jordán, entró a las aguas del Jordán
donde Juan estaba para que Juan lo bautizara. Y Juan no lo
quería bautizar, le decía: “Yo tengo necesidad de ser
bautizado por ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?” Y
Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia.” Y
entonces lo bautizó, y vino el Espíritu Santo sobre Jesús, y
dijo: “Éste es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.”
Y si Cristo tuvo que ser bautizado, cuánto más nosotros
tenemos necesidad de ser bautizados en agua en el Nombre del
Señor. Pues el bautismo en agua, aunque no quita los pecados,
porque lo que quita los pecados es la Sangre de Cristo, el
bautismo en agua es tipológico, el bautismo en agua es a la
semejanza física de la muerte, sepultura y resurrección de
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN,
SINO QUE TODOS SEAN SALVOS
Rev. William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 10 de julio de 2011
Veracruz, México
uy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y
los que están en diferentes naciones conectados por
internet o por medio del satélite Amazonas, allá en Puerto
Rico, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Bolivia, en
Paraguay, en Argentina, en Uruguay, en toda la República
Mexicana, allá también en el Brasil; y ustedes allá en Puerto
Rico y en todas las demás naciones: Que las bendiciones de
Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.
Para esta ocasión leemos un pasaje que se encuentra en
Segunda de Pedro, capítulo 3, versos 8 al 9, donde nos dice el
apóstol Pedro:
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor
un día es como mil años, y mil años como un día.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en
el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella hay serán quemadas.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
Nuestro tema es para esta ocasión: “EL SEÑOR NO
M
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
QUIERE QUE PEREZCAN, SINO QUE TODOS SEAN
SALVOS.”
Dios no quiere que el ser humano perezca, Él quiere que el
ser humano viva eternamente, porque Dios creó al ser humano
para que viva eternamente; por eso creó al ser humano a Su
imagen y semejanza, de acuerdo a como nos dice la Escritura
en Génesis, capítulo 1, versos 26 al 28, donde dice:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda
la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del
mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra.”
Y luego en Génesis, capítulo 2, verso 7, dice:
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un
ser viviente.”
Ahí podemos ver el origen del ser humano en este planeta
Tierra, pero antes de aparecer en este planeta Tierra por
cuanto creó al hombre a Su imagen, la imagen es el cuerpo
angelical de Dios y por consiguiente creó al hombre en cuerpo
angelical primero, cuerpo espiritual, o sea, en espíritu que es
un cuerpo parecido al cuerpo físico terrenal, pero de otra
dimensión, a la imagen de Dios primeramente creó al hombre,
hizo al hombre.
La imagen de Dios es su cuerpo angelical llamado el Ángel
del Pacto o Ángel de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo
angelical. Recuerden que Él dijo, Cristo: “Antes que Abraham
fuese, yo soy.” ¿Cómo era Él? Era el Ángel del Pacto, el
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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dos mil años; no importa cuántos años hayan transcurrido
desde la muerte de un creyente en Cristo, Él lo resucitará, Él
lo resucitará en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible, un
cuerpo nuevo, igual al cuerpo glorificado que Jesucristo tiene,
y joven para toda la eternidad.
Y ese será el cuerpo que Dios, desde antes de la fundación
del mundo, determinó para usted vivir eternamente. Tan
sencillo como eso. Estos cuerpos mortales están en la
permisiva voluntad de Dios, por eso son temporales, por eso
los tenemos por un tiempo y luego desaparecerán y tenemos
que irnos del cuerpo a otra dimensión. Pero volveremos a la
Tierra para obtener un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible
y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro
Salvador.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que
han venido a los Pies de Cristo, los que están presentes y los
que están también en otras naciones pueden estar puestos en
pie, los niños de 10 años en adelante también pueden venir a
los Pies de Cristo, recuerden que Cristo dijo: “Dejad a los
niños venir a mí y no se lo impidáis; porque de los tales es el
Reino de Dios.”
Vamos a estar con nuestras manos levantadas a Cristo, al
Cielo y nuestros ojos cerrados, y los que han venido a los Pies
de Cristo repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio
y nació Tu fe en mi corazón. Creo en Ti con toda mi alma,
creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el
único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que
podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del
Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros
pecados.
Reconozco que soy pecador, y necesito un Salvador; doy
testimonio público de mi fe en Ti, y te recibo como mi único
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
toda la eternidad.
Jesucristo es la persona más importante que ha pisado este
planeta Tierra, murió por nosotros, fue sepultado, resucitó,
estuvo unos días con Sus apóstoles luego de resucitado, y
luego subió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios en el Cielo.
Y está allá haciendo intercesión con Su propia Sangre, y
limpiando de todo pecado a todos aquellos que lo reciben
como Salvador y manteniendo limpios a todos los creyentes
en Cristo, manteniéndolos limpios con Su Sangre preciosa.
Cristo es el Sumo Sacerdote del Templo celestial según el
orden de Melquisedec, que es el orden celestial del Templo
celestial. Ya no hay sacrificios en templos terrenales,
sacrificios de animalitos, porque ya el Sacrificio perfecto de
Cristo el Cordero de Dios fue efectuado en la Cruz del
Calvario dos mil años atrás, y ahora todos tienen la
oportunidad de obtener la salvación y Vida eterna por medio
de Cristo, ser limpiados de todo pecado con la Sangre de
Cristo y ser justificados ante Dios, para vivir con Cristo por
toda la eternidad.
Esa es la única forma en que el ser humano puede obtener
la Vida eterna, no hay otra forma para obtener la Vida eterna.
Aun el mismo Cristo dijo:
“…el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente.” (San Juan, capítulo 11, versos 25 al 27).
Esta fue la conversación que Jesús tuvo con Marta, la
hermana de Lázaro, cuando Jesucristo fue a resucitar a Lázaro,
el cual ya tenía cuatro días que había muerto y ya estaba
sepultado. No importa cuántos días o años o siglos pasen,
Cristo resucitará a todos los creyentes en Él que han muerto y
a los vivos los transformará; el tiempo para Él no significa
nada, en el sentido de que Él no pueda resucitar a una persona
que haya muerto hace cuatro días o hace cuatrocientos años o
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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Ángel que le aparecía a Adán, a Abel, a Set, a Matusalén, a
Noé, a Abraham, a Isaac, a Jacob y así también a los profetas,
a los jueces y a los profetas, el mismo Ángel que le apareció
al profeta Moisés, ese es el Ángel de Dios, el Ángel de Jehová
(como dicen las versiones que usan el nombre Jehová como
Nombre de Dios).
Y ese Ángel es el cuerpo angelical de Dios, el Verbo que
era con Dios por medio del cual Dios creó todas las cosas, y
el cual se hizo carne y habitó en medio de los seres humanos
y fue conocido por el nombre de Jesús, eso era Dios con Su
cuerpo angelical dentro de un velo de carne llamado Jesús.
El velo de carne llamado Jesús es la semejanza física de
Dios, por eso cuando aparece Jesús, la semejanza física de
Dios tiene que ser como los demás seres humanos, un cuerpo
de carne en esta dimensión terrenal.
Y ahora, encontramos que Dios colocó en el Huerto del
Edén al ser humano, en donde Dios había colocado también
dos árboles que son nada menos que Cristo, el Árbol de la
Vida, y el enemigo de Dios que es Satanás, el cual a través de
la serpiente estaba allí en el Huerto del Edén y por eso
encontramos que le aparece a Eva y le habla a Eva, y el ser
humano tenía que comer del fruto del Árbol de la Vida en el
momento correspondiente.
Pero Eva se adelantó y comió del árbol equivocado, del
árbol de la ciencia del bien y del mal que trajo muerte para la
raza humana encabezada la raza humana allá en Adán y Eva;
por eso ellos son los padres de la raza humana, ellos tenían
Vida eterna, les faltaba ser adoptados, estaban en una etapa de
prueba.
Ahora, ¿por qué Dios le da libertad al ser humano para que
escoja y coloca allí el árbol de la ciencia del bien y del mal y
el Árbol de la Vida? Por la siguiente razón: Dios creó al ser
humano a Su imagen y semejanza, y Dios tiene libre albedrío
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y por consiguiente si crea al ser humano a Su imagen y
semejanza, tiene que crearlo con libre albedrío también, y le
instruye al ser humano lo que no debe hacer porque le traerá
muerte, morirá a la Vida eterna el ser humano si come del
árbol equivocado.
Falló el ser humano a Dios cuando Eva comió del árbol de
la ciencia del bien y del mal al cual Satanás a través de la
serpiente le dijo que comiera y que no iba a morir, pero Dios
había dicho: “El día que comas, morirás,” le dijo a Adán, y
Adán se lo enseñó a Eva.
Aún antes de aparecer Eva en la escena terrenal ya Dios se
lo había enseñado a Adán que no comiera del árbol de la
ciencia del bien y del mal porque el día que lo hiciera, moriría,
y luego Adán le enseñó eso mismo a Eva.
Y ahora, viene luego de la enseñanza divina a través de
Adán a Eva, luego viene Satanás en la serpiente a darle una
enseñanza con relación al árbol de la ciencia del bien y del
mal, y le dice: “¿Con que Dios ha dicho que no coman del
árbol de la ciencia del bien y del mal?” Y Eva le dice a
Satanás que está en la serpiente que Dios no ha dicho que no
coman de los árboles del Huerto, sino que no coman del árbol
de la ciencia del bien y del mal, porque el día que lo hagan,
morirán.”
Y entonces ahí, vean, lo que le cambió fue una sola palabra,
le añadió una palabra, Dios dijo: “Morirán,” y el diablo le
añadió el “no,” porque él siempre es negativo, le dijo: “No
morirán.” y Eva le creyó. La serpiente le dice...
Recuerden que la serpiente en aquel tiempo no era un reptil
como lo es actualmente, y hablaba, ¿de qué hablaba? Eso es
sencillo, si hasta las cotorras hablan y los pericos también, así
que no es raro que la serpiente antigua hablara, y más siendo
el animal más cercano al ser humano tenía espíritu, tenía
conocimiento, tenía inteligencia y astucia también, dice que
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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Cristo; porque el Señor no quiere que perezcan sino que sean
salvos, que obtengan la salvación y Vida eterna, y vivan en el
Reino de Cristo por toda la eternidad.
Si hay alguna persona que todavía no lo ha recibido como
Salvador a Cristo puede hacerlo en estos momentos y
estaremos orando por usted, para lo cual puede pasar al frente
y estaremos orando por usted. Y luego, permanezca sirviendo
a Cristo todos los días de su vida, porque el que pone su mano
en el arado y mira hacia atrás no es apto para el Reino.
Nunca deje a Jesucristo nuestro Salvador. El que deja a
Cristo, ha dejado la Vida eterna, y por consiguiente, ha
perdido la oportunidad de vivir eternamente.
Siempre manténgase sirviendo a Cristo, aprendiendo más
de Cristo, leyendo más la Escritura, escuchando más la
Palabra, el Evangelio de Cristo, para que así sea afirmada cada
día más la fe en Cristo, su fe en Cristo, para permanecer
firmes en el Reino de Cristo.
Nunca deje a Cristo, recuerden que no hay otro sacrificio
por el pecado sino el Sacrificio de Cristo. El que no tiene el
Sacrificio de Cristo creyendo en Cristo, entonces no tiene otro
sacrificio por el pecado. Es importante estar conscientes de
que no hay otro sacrificio por el pecado del ser humano sino
el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, el cual fue
tipificado en los sacrificios que el pueblo hebreo efectuaba
cada año; esos sacrificios de animalitos eran tipo y figura del
Sacrificio que Cristo efectuaría en la Cruz del Calvario. Por
eso es que Juan el Bautista cuando ve a Jesús dice: “He aquí
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (San
Juan, capítulo 1, verso 29 al 36).
En las demás naciones también pueden continuar viniendo
a los Pies de Cristo para que Cristo les reciba en Su Reino, les
perdone y con Su Sangre los limpie de todo pecado, y sus
nombres sean confirmados en el Reino de Cristo para vivir por
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Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento.
Tan sencillo como eso. Para el ser humano es la parte más
sencilla; la parte difícil que no podía hacer el ser humano la
hizo Jesucristo, le tocó a Dios realizarla a través de Jesucristo.
Por lo tanto, es un asunto de creer en Cristo como nuestro
único y suficiente Salvador, para obtener la salvación, porque
el Señor no quiere que ninguno perezca sino que todos
procedan al arrepentimiento, para que obtengan la salvación
y Vida eterna, Él quiere que todos sean salvos.
Miren, en el tiempo de Noé, la paciencia de Dios era por
Noé y su familia, era por los que iban a ser salvos en aquel
tiempo para lo cual el arca se tenía que construir, más los
animales y aves que entraron al arca juntamente con los
reptiles correspondientes. La paciencia de Dios es por causa
de los que entrarán al Programa de Salvación, los que creerán
en Cristo como único y suficiente Salvador para ser salvos y
vivir eternamente en el Reino de Dios.
Por lo cual, todos los que han recibido a Cristo como
Salvador han confirmado su lugar en el Reino de Cristo y ya
tienen Vida eterna. Y por esa causa esperan la resurrección de
los muertos en cuerpos eternos, y la transformación de los
vivos en cuerpos eternos, o sea, al ser transformados el cuerpo
será glorificado y eterno y joven para toda la eternidad, igual
al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Y Cristo dijo que Él va a hacer eso en el Día Postrero: “Y
Yo les resucitaré (¿cuándo dice Cristo?) en el día postrero.”
(San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40). Y luego el mismo
capítulo 6, versos 41 al 58, Él habla ahí de que la resurrección
va a llevarla a cabo en el Día Postrero, que es el séptimo
milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia
acá. El séptimo milenio o Día Postrero está representado en el
sábado, es un milenio sabático delante de Dios, para la
restauración a la Vida eterna física de todos los creyentes en
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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era el más astuto de todos los animales, era un animal, el más
parecido al ser humano, al hombre, y caminaba como el
hombre; la diferencia era que Adán tenía alma y la serpiente
no tenía alma.
Todos esos descubrimientos que hacen de esqueletos de
personas de millones de años, pertenecen a la raza de la
serpiente, porque el cuerpo del ser humano fue creado por
Dios alrededor de seis mil años atrás; el ser humano es joven.
Y ahora, encontramos que el ser humano es lo más cercano
a Dios, y lo más cercano al ser humano entre la raza animal y
el ser humano era la serpiente, pero ahora lo más cercano entre
Dios y el ser humano es Jesucristo, el segundo Adán.
Y ahora, el ser humano pecó allá en el Huerto del Edén y
perdió la Vida eterna, murió, murió a la Vida eterna, pero
continuó viviendo físicamente una vida temporera o temporal
que se le acabaría a unos a los pocos años que serían 930
años; él no sabía cuántos años más duraría luego de pecar,
pero vivió por todos 930 años, que cualquiera quisiera vivir
930 años en la actualidad, pero ya el tiempo ha sido acortado
para el ser humano.
Dios estableció primero allá en el tiempo de Noé que iban
a ser 120 años de aquel momento en adelante para que...
estaría aquella civilización antediluviana, y luego fue
acortando los años de la vida de los seres humanos.
Noé vivió muchos años, Noé vivió 900 y algo de años, 950
años, cualquiera quisiera vivir como Noé, pero no es
importante cuántos años usted o yo vivamos en estos cuerpos
mortales, lo importante es que hayamos hecho contacto con la
Vida eterna a través de Cristo, que es el Árbol de la Vida para
ser restaurados a la Vida eterna, y en el Día Postrero los que
creyeron en Cristo y obtuvieron el nuevo nacimiento y
murieron, serán resucitados en cuerpos eternos, pues ellos
están en el Paraíso en cuerpos angelicales, pero regresarán a
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
la tierra con Cristo para obtener el cuerpo físico glorificado,
joven y eterno como el de Jesucristo.
Y los creyentes en Cristo que estén vivos en esos días,
verán a los muertos creyentes en Cristo resucitados y serán
transformados los creyentes que estén vivos en ese tiempo, y
que estén en la posición que les corresponde estar en el
Cuerpo Místico de Cristo, la etapa o edad que corresponde a
este tiempo final, por lo cual será la edad de oro para los
creyentes en Cristo, para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Dios no quiere que el ser humano perezca, no quiere que el
ser humano se pierda, porque no envió Dios al mundo a Su
Hijo unigénito para que el mundo se pierda, para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. O sea, que
Dios no quiere que el ser humano perezca, no quiere que se
pierda, Dios quiere que el ser humano viva eternamente; por
esa causa socorrió a Adán luego de haber pecado Adán y Eva
en el Huerto del Edén, y les dio vestiduras de pieles de un
animalito, por lo cual tuvo que morir, ser sacrificado un
animalito para darle las pieles de ese animalito a Adán y a Eva
para cubrir su desnudez.
Nos habla de un sacrificio, lo cual allí es un tipo y figura
del Sacrificio del Mesías que va a ser hecho más adelante; por
esa causa también encontramos desde el Génesis los
sacrificios de animalitos que son hechos por el pecado del ser
humano, y aun Dios estableció al pueblo hebreo sacrificios de
animalitos en el tabernáculo, y luego en el templo que
construyó el rey Salomón.
Por lo tanto, encontramos que esos sacrificios son tipo y
figura del Sacrificio Expiatorio que el Mesías Príncipe haría
por Su pueblo y por todos los seres humanos, para la
reconciliación del ser humano con Dios, para ser restaurado el
ser humano a la Vida eterna y por consiguiente ya el ser
humano estar confirmado en el Reino de Dios con Vida
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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nos dice que estamos aquí para ser rociados con la Sangre de
Jesucristo, y por consiguiente tenemos que aprovechar esa
oportunidad que Dios nos ha dado de ser rociados con la
Sangre de Cristo nuestro Salvador. Porque cuando Cristo
salga del Trono de Intercesión, ya no habrá más oportunidad
para ser limpiados con la Sangre de Cristo, porque ya no habrá
Sangre en el propiciatorio allá en el Cielo.
Vean lo que nos dice Primera de Pedro, capítulo 1, verso 2,
dice:
“…elegidos según la presciencia de Dios Padre en
santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo…”
Hemos sido elegidos para escuchar el Evangelio, creer, y
ser rociados con la Sangre de Cristo y por consiguiente ser
limpiados de todo pecado. Por esa causa estamos en este
planeta Tierra en este tiempo en el cual nos ha tocado a
nosotros; o sea, que hay un propósito de nuestra vida aquí en
la Tierra, un propósito divino, que marcará el futuro eterno de
cada uno de nosotros.
Y todos queremos vivir eternamente en cuerpos eternos,
jóvenes, inmortales, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo
nuestro Salvador. Jesucristo es el que nos salva del infierno y
de la muerte, Él evita que nosotros tengamos que ser
condenados en el juicio final y ser echados al lago de fuego,
Él evita todo eso al nosotros recibirlo como nuestro único y
suficiente Salvador; porque el Hijo del Hombre vino, ¿para
qué? Para salvar lo que se había perdido.
Y ahora, el ser humano, al escuchar el Programa de
Salvación a través de la predicación del Evangelio de Cristo,
nace la fe de Cristo en su alma, cree en Cristo, y luego da
testimonio de su fe en Cristo recibiéndolo como su único y
suficiente Salvador; y luego es bautizado en agua en el
Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
no hay otro Nombre en el cual podamos ser salvos,” dice la
Escritura en el capítulo 4, verso 12 del libro de los Hechos,
San Pedro predicando.
Por lo tanto, no hay otra forma para el ser humano regresar
a la Vida eterna excepto por medio del Árbol de la Vida que
es Jesucristo nuestro Salvador. Recuerden que Él dijo: “Yo
soy el pan de vida; el que come de este pan vivirá
eternamente.”
Por lo tanto, Cristo es nuestra única oportunidad de
salvación y Vida eterna.
Y es por gracia, porque usted y yo no podemos pagar el
precio de la salvación, la pagó Cristo en la Cruz del Calvario
con Su propia vida. Él tomó nuestros pecados, Él fue hecho
pecado por nosotros, y por lo tanto fue hecho mortal al tomar
nuestros pecados, porque la paga del pecado es muerte. Él no
podía morir si no tenía pecados, por lo tanto nuestros pecados
Él los tomó y se hizo pecado por nosotros para que nosotros
seamos la justicia de Dios, y por consiguiente para que
nosotros estemos limpios de todo pecado por medio de la
Sangre de Cristo que nos limpia de todo pecado, y podamos
vivir eternamente. Recuerden que la paga del pecado es
muerte; pero si son quitados los pecados por la Sangre de
Cristo, entonces hay Vida eterna en y para la persona.
Por lo tanto, todos los creyentes en Cristo han recibido
Vida eterna todos aquellos que lo han recibido como
Salvador, han sido bautizados en agua en Su Nombre
arrepentidos de sus pecados, y Cristo los ha bautizado con
Espíritu Santo y Fuego, y ha producido en ellos el nuevo
nacimiento. Esas personas tienen Vida eterna, tanto los del
pasado que pasaron por esta Tierra como los que viven en esta
Tierra en este tiempo final.
Estamos pasando por esta Tierra para hacer contacto con la
Vida eterna y ser restaurados a la Vida eterna. La Escritura
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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eterna.
Por supuesto, todos los que recibirían a Cristo como único
y suficiente Salvador. San Juan, capítulo 3, verso 16 dice:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.”
Para eso fue que Cristo fue enviado a la Tierra, y por esa
causa fue que Cristo tenía que morir en la Cruz del Calvario
como el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano,
para que pudiera impartirle a los seres humanos Vida eterna.
Por eso en San Juan, capítulo 5, verso 24, nos dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree
al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
Por eso es tan importante escuchar la predicción del
Evangelio de Cristo para que todos sepan cómo obtener la
salvación y Vida eterna, porque Dios no quiere que el ser
humano perezca, Dios no quiere que el ser humano se pierda,
Dios no quiere que el ser humano sea condenado y echado en
el lago de fuego y destruido en alma, espíritu y cuerpo; Dios
quiere que el ser humano tenga Vida eterna para vivir en el
Reino de Dios, el Reino eterno de Dios.
Recordemos que el ser humano es descendiente de Dios, la
misma Escritura nos habla del ser humano como descendiente
de Dios cuando se nos habla en las Escrituras acerca de la
ascendencia de Jesús, en San Lucas, capítulo 3 nos dice, verso
23 en adelante, dice:
“Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de
treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,
hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana,
hijo de José...”
Y sigue enumerando su ascendencia a través de José, el
cual lo adoptó como hijo. Y luego cuando llega acá al rey
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
David, dice:
“...hijo de David, hijo de Isaí...”
Esta es la línea que viene de David por Natán. Dice:
“...hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de
Natán,
hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo
de Salmón, hijo de Naasón,
hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de
Fares, hijo de Judá,
hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré,
hijo de Nacor,
hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber,
hijo de Sala,
hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,
hijo de Lamec,
hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de
Mahalaleel, hijo de Cainán,
hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.”
Vean cómo lleva esta línea de José el padre adoptivo de
Jesús, lleva directamente esa línea hasta Dios; por
consiguiente descendientes de Dios la línea por donde viene
José el padre adoptivo de Jesús. Por lo tanto, el rey David
vean de dónde viene, ¿de qué línea viene? De Dios, y por la
línea de la virgen María encontramos que también viene de
Dios, está allá en el capítulo 1 de San Mateo.
Y ahora, encontramos que el ser humano es descendiente de
Dios, por eso es que el apóstol Pablo cuando nos habla en su
carta a los Efesios, capítulo 2, versos 17 en adelante, vamos a
ver aquí... aún un poquito antes, capítulo 2, verso 11 en
adelante de Efesios dice San Pablo:
“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los
gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión
por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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escucharlo y nacer la fe de Cristo en el alma de la persona,
ahí, y recibirlo como Salvador ha nacido del agua, es
bautizado en agua en el Nombre del Señor y luego Cristo lo
bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y ahí obtiene la parte de
nacer del Espíritu y entrar al Reino de Dios. Tan sencillo
como eso es el Programa de Redención ¿para qué? Para que
todos puedan obtener la salvación y Vida eterna.
Lo mismo es para el pobre que para el rico, lo mismo es
para el que ha estudiado mucho como para el que no ha
estudiado, porque es un asunto de escuchar la predicación del
Evangelio de Cristo, nacer la fe de Cristo en el alma de la
persona, creer en Cristo y dar testimonio público de su fe en
Cristo recibiéndolo como único y suficiente Salvador, y ser
bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautiza con
Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo
nacimiento. Por eso es que Cristo dijo a Sus discípulos en San
Marcos, capítulo 16, verso 15 al 16:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.”
Tan sencillo como eso: el que cree es salvo, y el que no
cree es condenado. Vean también aquí en San Lucas, capítulo
24, verso 45 en adelante, dice:
“Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras;
y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el
perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén.”
Se predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en
todas las naciones en el Nombre del Señor Jesucristo, “porque
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
necesita Vida eterna la cual solamente se puede obtener a
través de Jesucristo. Él dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz, y me
siguen, y Yo las conozco, y Yo les doy vida eterna. Mi Padre
que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede
arrebatar de la mano de mi Padre, como tampoco nadie las
puede arrebatar de la mano del Señor.”
Por lo tanto, estas son las ovejas que Cristo decía que el
Padre le dio para que las busque y les dé Vida eterna. En San
Lucas, capítulo 19, verso 10, y San Mateo, capítulo 18, verso
11 al 14, nos habla de eso, compara esas personas con ovejas
también. “Porque no es la voluntad de nuestro Padre celestial
que se pierda uno de estos pequeñitos,” dice Cristo. No es la
voluntad de Dios que se pierda una persona. La voluntad de
Dios es que todos procesan al arrepentimiento, porque el Hijo
del Hombre vino par buscar y salvar lo que se había perdido.
El ser humano se perdió, perdió la Vida eterna, y ahora
tiene la oportunidad el ser humano, por medio de Cristo, de
obtener la Vida eterna y por consiguiente ser restaurados, ser
restaurado a la Vida eterna, para vivir eternamente con Cristo
en Su Reino.
El Señor no quiere que el ser humano perezca sino que
todos sean salvos, y por eso Dios hizo un Programa de
Salvación, para que obtenga el ser humano la Vida eterna y
viva en el Reino de Dios por toda la eternidad. Por lo cual
Cristo dice a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que es
necesario nacer de nuevo (le dice), de cierto te digo que el que
no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios.” Nicodemo
piensa que es nacer a través de una mujer, su madre, y no
sabemos cuántos años tenía la madre de Nicodemo o si había
muerto. Pero Cristo le explica: “De cierto, de cierto te digo,
que el que no nazca del agua y del espíritu no puede entrar al
Reino de Dios.”
Nacer del agua es nacer del Evangelio de Cristo, al
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
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En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la
ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin
esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo
estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de
Cristo.”
Es por la Sangre que la persona pertenece a una raza y a
una familia:
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno,
derribando la pared intermedia de separación,
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí
mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo
cuerpo, matando en ella las enemistades.
Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que
estabais lejos, y a los que estaban cerca (los que estaban
lejos: los gentiles, y los que estaban cerca: los judíos);
porque por medio de él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino
conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de
Dios.”
Los miembros de la familia de Dios son los descendientes
de Dios, así como los miembros de la familia suya son los
descendientes del padre, o sea, los descendientes suyos son los
hijos, los nietos, los bisnietos y así por el estilo; y los
descendientes de Dios son los hijos e hijas de Dios, son
creyentes en Cristo nuestro Salvador por medio de la Sangre
de Cristo que está en cada creyente con la cual fue limpiado de
todo pecado.
Y la vida de la Sangre, que es el Espíritu Santo, está en
toda persona creyente en Cristo nacida de nuevo; así que ya no
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
son extranjeros esas personas, sino miembros de la familia de
Dios, por eso es que San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso
20 al 21, dice: “Porque nuestra ciudadanía está (¿dónde?) en
los cielos, de donde esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya,
con el poder con el cual puede también sujetar a Sí mismo
todas las cosas.”
O sea, que Él tiene el poder para producir esa
transformación, y así al producir esa transformación hacernos
a todos físicamente semejantes a Él: cuerpos glorificados,
como el cuerpo glorificado que Él tiene, el cual está tan joven
como cuando subió al Cielo, no se ha puesto viejo y nunca se
pondrá viejo ese cuerpo. Esa es la clase de cuerpo que Él tiene
para mí, ¿y para quién más? Pues para cada uno de ustedes
también.
¿Y cuándo es que vamos a recibir ese cuerpo? Pues vamos
a ver para qué tiempo es que Cristo dice que lo vamos a
recibir, vamos a terminar esta partecita aquí, dice:
“...y miembros de la familia de Dios,
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
en quien todo el edificio, bien coordinado (o sea, toda esa
familia, la Iglesia)... bien coordinado, va creciendo para ser
un templo santo en el Señor.”
La Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo es un Templo
espiritual, y cada creyentes en Cristo como individuo es un
templo espiritual también, cuando Cristo estuvo frente al
templo allá en Jerusalén, dice: “Destruyan este templo y en
tres días yo lo levantaré,” (San Juan, capítulo 2). Y las
personas dicen a Jesús: “Señor, en cuarenta y seis años fue
levantado, construido este templo, ¿y Tú ahora dices que lo
destruyamos y ahora en tres días Tú lo vas a levantar?”
EL SEÑOR NO QUIERE QUE PEREZCAN SINO QUE . . .
13
Pero Cristo no habla del templo de piedras, sino que
hablaba de Su cuerpo, porque aquel cuerpo de carne era el
templo humano de Dios, estaba prometido que el Señor
vendría a Su templo, y vino a Su templo y lo vimos, también
cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús, vino el Espíritu Santo
sobre Jesús y permaneció sobre Él.
Por eso es que Cristo decía: “El Espíritu del Señor está
sobre mí, por cuanto me ha ungido,” (San Lucas, capítulo 4,
versos 11 en adelante); y eso era conforme a Isaías, capítulo
61, versos 1 al 2, y había sido ungido para predicar el año de
la buena voluntad del Señor, y por eso también Él decía en
algunas ocasiones: “El Padre que mora en mí, Él hace las
obras.” Y también encontramos en Isaías, capítulo 7, verso 14
que dice hablando de ese niño que va a ser concebido por una
virgen, dice: “Porque he aquí que la virgen concebirá y dará
a luz un hijo, un niño, y se llamará Su Nombre Emanuel (que
traducido es Dios con nosotros).”
Era Dios con nosotros vestido de un cuerpo de carne, de un
velo de carne visitando a Su pueblo Israel, y por consiguiente
visitando a la raza humana para llevar a cabo la Obra de
Redención para la salvación y Vida eterna de millones de
seres humanos que creerían en Su Sacrificio Expiatorio y lo
recibirían como su único y suficiente Salvador; y todo esto
ocurrió porque Dios no quiere que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento para que obtengan la
salvación y Vida eterna, “porque el Hijo del Hombre no vino
para condenar al mundo, sino para salvar al mundo.”
Es un programa de salvación, de redención para el ser
humano, para que así tenga la oportunidad de obtener la Vida
eterna. Ya no puede la persona decir: “Eso fue un problema de
Adán y Eva allá,” ahora el problema lo tiene cada persona,
que lo que tiene como herencia es vida temporera y con vida
temporera no podrá vivir eternamente en el Reino de Dios,
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