Pautas para realizar un análisis lingüístico

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Pautas para realizar un análisis lingüístico
Para poder analizar de manera eficaz un texto debemos leer atentamente el texto, cuantas veces
sean necesarias hasta entenderlo completamente. Después, procuramos obtener una idea clara de
los rasgos lingüísticos más significativos y del orden en que se debe redactar el comentario.
Conviene atender a:
1. Tipo de escrito: narración, descripción, diálogo, exposición o argumentación (es necesario
tener en cuenta que pueden combinarse entre sí en un mismo texto). A medida que se vaya
realizando el comentario, será necesario ir matizando el tipo de lenguaje utilizado: divulgación
científica, literario, jurídico, periodismo informativo, periodismo de opinión, ensayo científico,
ensayo literario, etc. (Ver cuadro de la página 9)
2. Intención del emisor: ¿qué nos dice y para qué nos está diciendo todo eso? A grandes rasgos,
la intencionalidad del emisor puede ser, por ejemplo, informar o persuadir sobre algo, explicar
con claridad una cuestión, ofrecer una visión personal sobre un tema, contar una historia o
expresar sentimientos con un lenguaje estético y sugerente.
3. Contenido del texto, enfocándolo desde la intencionalidad con la que está escrito. No se trata
de hacer un resumen del texto, sino únicamente de explicar a grandes rasgos lo que se dice.
4. Situación comunicativa: qué rasgos nos transmite el texto sobre el emisor, qué tratamiento da
al tema del que habla, a qué tipo de receptor puede ir dirigido, qué canal se utiliza y cuál es el
contexto sociocultural en el que se instala la comunicación. Hay que fijarse en las expresiones
más relevantes que justifican el tipo de texto, la función o funciones predominantes, el nivel de
uso lingüístico, el grado de creatividad, etc.
5.
Funciones del lenguaje. Para determinarlas es muy importante observar si prevalecen los
contenidos objetivos o subjetivos; o bien en qué medida puede haber alternancia entre unos y
otros. También hay que advertir el tono desde el que habla el emisor: formal, académico,
distante, grave, malhumorado, optimista, humorístico, irónico, vulgar, etc., lo que nos ayudará
a interpretar correctamente el sentido del texto. (Ver 1º cuadro de la página 7)
6. Nivel de uso lingüístico. En función de la situación comunicativa, el uso del lenguaje puede
ser culto o coloquial. Dentro del uso culto, los textos pueden situarse en una escala que va de
menor a mayor creatividad lingüística. Es menos creativo cuando predomina un lenguaje
rutinario, lleno de las expresiones tópicas propias de la vida cotidiana. Tampoco tienen mucho
margen para la creatividad los lenguajes formalizados que utilizan fórmulas o expresiones más
o menos fijas, como el lenguaje matemático o el administrativo. En cambio, el lenguaje
literario junto con el humanístico, publicitario, ensayístico... gozan de mayor libertad y la
expresión es, con frecuencia, novedosa, connotativa y sugerente.
7. Rasgos caracterizadores del texto. A medida que se van exponiendo, hay que justificarlos
con ejemplos del propio texto. Esto se realiza fundamentalmente con el análisis detenido de
los signos lingüísticos, tratando de comprender por qué predomina un determinado tipo de
sustantivos, adjetivos, formas verbales..., Debemos fijarnos en ellos atendiendo a:
 Niveles de análisis de la lengua: fónico, morfosintáctico, léxico-semántico, pragmáticotextual.
 Propiedades del texto (adecuación, coherencia y cohesión) y sus respectivos marcadores.
Hay rasgos que se repiten en los distintos tipos de textos, pero no hay plantillas para aplicar a un
tipo determinado de texto. Cada uno tiene sus rasgos caracterizadores, que son los que se deben
observar y explicar, sin olvidar que la redacción del comentario debe ser ordenada, clara,
coherente y precisa, empleando una terminología adecuada.
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Textos
TEXTO 1: El valor de las opiniones
En vez de ser consideradas propuestas imprecisas, limitadas por la insuficiencia de conocimientos o el
apresuramiento, las opiniones se convierten en expresión irrebatible de la personalidad del sujeto: «esta es
mi opinión», «eso será su opinión», como si lo relevante en ellas fuese a quién pertenecen en lugar de en
qué se fundan. La antigua y poco elegante frase que suelen decir los tipos duros de algunas películas
yanquis —«las opiniones son como los culos: cada cual tiene la suya»— cobra vigencia, porque ni de las
opiniones ni de los traseros cabe por lo visto discusión alguna ni nadie puede desprenderse ni de unas ni de
otro aunque lo quisiera. A ello se une la obligación beatífica de «respetar» las opiniones ajenas, que si de
verdad se pusiera en práctica paralizaría cualquier desarrollo intelectual o social de la humanidad. Por no
hablar del «derecho a tener su opinión propia», que no es el de pensar por sí mismo y someter a
confrontación razonada lo pensado sino el de mantener la propia creencia sin que nadie interfiera con
molestas objeciones. Este subjetivismo irracional cala muy pronto en niños y adolescentes, que se
acostumbran a suponer que todas las opiniones —es decir, la del maestro que sabe de lo que está hablando
y la suya, que parte de la ignorancia— valen igual y que es señal de personalidad autónoma no dar el brazo
a torcer y ejemplo de tiranía tratar de convencer al otro de su error con argumentos e información
adecuada. La tendencia a convertir las opiniones en parte simbólica de nuestro organismo y a considerar
cuanto las desmiente como una agresión física («¡ha herido mis convicciones!») no solo es una dificultad
para la educación humanística sino también para la convivencia democrática. Vivir en una sociedad plural
impone asumir que lo absolutamente respetable son las personas, no sus opiniones, y que el derecho a la
propia opinión consiste en que esta sea escuchada y discutida, no en que se la vea pasar sin tocarla como si
de una vaca sagrada se tratase.
Fernando SAVATER El valor de educar, Ariel159 1
0. Las
1. Determina el tema (o los temas) que se desarrollan en el fragmento.
2. ¿A qué modalidad textual corresponde el texto? Justifica tu respuesta.
3. Establece la estructura y, según corresponda, los procedimientos que se utilizan para
desarrollar la información o la tesis y los argumentos que sustentan las afirmaciones del
autor.
4. Reconoce en el texto las características propias de la modalidad empleada y las funciones
del lenguaje que predominan.
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TEXTO 2: El tatuaje: ¿arte o lenguaje en la piel?
A pesar de la innegable actualidad del arte del tatuaje, el inicio de esta técnica para pigmentar la piel se
remonta a los mismos orígenes de la humanidad, tal y como muestran las evidencias encontradas en las
culturas neolíticas europeas, Egipto o las sociedades precolombinas americanas. Los tatuajes son
producciones culturales. La palabra tatuaje, que nos ha llegado a través del término inglés tattoo, proviene
de las islas del Pacífico, en concreto de la cultura maorí de Nueva Zelanda. Se trata de una palabra creada
durante el siglo XIX a partir de dos términos maoríes: ta (dibujo) y atouas (guardián divino). El significado
maorí del vocablo tatuaje es muy descriptivo: los tatuajes reproducen imaginarios culturales o, en otras
palabras, hacen visible lo invisible. Y esto, en todos los contextos. No solo en las islas del Pacífico, sino
también en Europa, América y Asia, puede hablarse del tatuaje como de una práctica cultural extendida. La
mayoría de los estudios antropológicos sobre el tatuaje coinciden en señalar que la piel, a través de este, se
convierte en portadora de significados sociales. Pero, ¿qué nos dicen los tatuajes de los grupos o de las
sociedades que los han producido? ¿Qué tipo de información codifican los tatuajes y cómo lo hacen? […]
Griegos, romanos y celtas usaban el tatuaje como señal para indicar aspectos penales y de propiedad. Se
marcaba a los criminales y a los esclavos. La palabra griega para denominar los tatuajes era stigma. En las
primeras comunidades cristianas europeas el tatuaje por motivos religiosos formaba parte de las
modalidades de reivindicación identitaria y religiosa. Con la extensión del cristianismo en Europa, el
tatuaje religioso no solo decayó sino que fue desvalorizado. Hacia el año 787 el papa Adriano prohibió las
marcas religiosas en el cuerpo. La justificación de esta prohibición era que se trataba de dibujos que
desfiguraban la imagen de Dios. A partir de ejemplos como los que se acaban de presentar, quienes han
analizado las intervenciones corporales coinciden en afirmar que los cambios en estas dan cuenta de las
transformaciones de la sociedad. En estos estudios sobre el tatuaje, la identidad es el concepto central. Los
tatuajes y las marcas corporales en general, sirven para que los individuos construyan y muestren su
identidad como miembros de una sociedad y se distingan de los que pertenecen a otros grupos. […] Hoy
prolifera en Occidente un tatuaje más relacionado con la identidad individual que colectiva; este se
convierte en la memoria del individuo más que en la memoria o la identidad del grupo. Este proceso de
individualización del tatuaje ha ampliado su uso, en algunos casos ha elevado el tatuaje a la categoría de
arte y, en cierta medida, lo ha sacado de su marginación para convertirlo en una moda popular.
Gemma OROBITG CANAL
Clío, abril de 2002, n.º 6
1.
2.
¿A qué modalidad textual corresponde este texto? Indica los recursos y
procedimientos que se utilizan para desarrollar la información. Justifica las afirmaciones
con datos del texto.
Determina las características lingüísticas y textuales propias de esta modalidad.
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Soluciones Texto 1
1. El tema que desarrolla este texto es el valor de las opiniones como expresión de la personalidad del
individuo. Como subtemas aparecen el derecho a la propia opinión, la respetabilidad de las opiniones
y el respeto a las personas en las sociedades democráticas.
2. Es un texto argumentativo. En él el autor desarrolla un tema de carácter polémico y aporta razones
para justificar su posición, con la intención de hacer reflexionar al lector y de convencerle para que
base sus opiniones en el conocimiento y en la fundamentación razonada y para que las someta a
revisión cuando sea necesario.
3. El contenido se organiza así:
 La primera parte abarca desde el comienzo hasta «ni de unas ni de otro aunque lo quisiera»
(líneas 1-7). En ella se enuncian el tema objeto de la controversia y la postura que el autor
mantiene acerca del mismo: las opiniones han de cobrar relevancia por sus fundamentos, no por
ser un rasgo más de la personalidad de quien las sustenta. Para expresar esta confrontación,
Savater se sirve de los siguientes argumentos:
– Contraste: «En vez de […] se convierten en…»; «como si lo relevante en ellas fuese […]
en lugar de…».
– Creencias generales expresadas en estilo directo: «esta es mi opinión», «esa será su
opinión».
– Ejemplificación de un testimonio comprobable: «La antigua y poco elegante frase […]
“las opiniones son como los culos: cada cual tiene la suya”».
– Causa: «cobra vigencia porque ni de las opiniones ni de los traseros cabe por lo visto
discusión alguna…».
 La segunda parte se extiende desde «A ello se une» hasta «e información adecuada» (líneas715). En ella se aportan dos ideas que desarrollan la anterior y la profundizan.
– La obligación de respetar las ideas ajenas (líneas 7-8), que se rebate con un argumento de
consecuencia: «si de verdad se pusiera en práctica paralizaría cualquier desarrollo
intelectual o social de la humanidad».
– El «derecho a tener su opinión propia» (líneas 9- 15), que se concreta a través del contraste
(«no es el de pensar […] sino el de mantener…») y se discute mediante la ejemplificación
de un hecho que es comprobable («Este subjetivismo irracional cala muy pronto…»).
 Conclusión. El último párrafo es la conclusión de lo expuesto en el anterior y coincide con la
tesis. Desde «La tendencia» hasta «convivencia democrática» se resumen los hechos
comentados y se aporta un nuevo argumento de creencia general en estilo directo («¡Ha herido
mis convicciones!») y una nueva consideración que se explicita en la última oración: el
perjuicio que suponen estas actitudes con respecto a las opiniones para «la convivencia
democrática». Todas las opiniones comunes, junto con los argumentos en que se basan, quedan
anulados por la aserción final, mediante el contraste: en democracia «lo absolutamente
respetable son las personas, no sus opiniones; y el derecho a la propia opinión consiste en que
esta sea escuchada y discutida, no en que se la vea pasar sin tocarla, como una vaca sagrada».
4. Las características propias de la modalidad argumentativa presentes en el texto son:
 Empleo de la tercera persona del singular y del plural, en presente atemporal, con los que se
enuncian los hechos y se desarrollan los argumentos aportando una sensación de objetividad:
«las opiniones se convierten»; «nadie puede desprenderse»; «A ello se une la obligación»;
«Este subjetivismo irracional cala…»; «vivir en […] impone»; «el derecho […] consiste».
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 Uso de oraciones enunciativas entre las que abundan las atributivas, para formular reproducir
definiciones: «esta es mi opinión»; «lo relevante en ellas fuese»; «las opiniones son como los
culos»; «la suya […] es señal…».
 Períodos oracionales extensos en los que se incluyen tanto la coordinación como la
subordinación. Hay subordinadas adverbiales de modo («como si lo relevante…»; «sin que
nadie interfiera») de causa («porque ni de las opiniones…») ; condicional («si de verdad se
pusiera en práctica…»), concesiva («aunque lo quisiera»); subordinadas sustantivas
(«suponer que todas las opiniones […] y que es señal»; «Vivir en una sociedad plural impone
asumir…»); y numerosas subordinadas adjetivas, que obedecen al carácter explicativo del
texto: «frase que suelen decir »; «la obligación de […] que si de verdad…»; «derecho a […]
que no es…»; «niños y adolescentes, que se acostumbran…»; «la suya, que parte de…».
 Sustantivos abstractos como insuficiencia, conocimientos, apresuramiento, desarrollo,
confrontación, discusión, creencia, subjetivismo, ignorancia, personalidad, convicciones,
dificultad.
 Uso de adjetivos valorativos que implican un juicio por parte del autor: obligación beatífica;
subjetivismo irracional; poco elegante frase, molestas objeciones. En este sentido, destaca el
adverbio valorativo absolutamente respetable. Por otra parte, también son abundantes los
adjetivos especificativos, que contribuyen a concretar tanto el tema como los argumentos del
autor: sociedad plural, propia opinión, convivencia democrática, personalidad autónoma,
confrontación razonada, desarrollo intelectual o social, entre otros.

Presencia de marcas textuales, como la expresión modalizadora por lo visto; el
reformulador es decir; y la expresión aditiva “Por no hablar de”.
Las funciones del lenguaje que predominan en este fragmento de El valor de educar son:
 La función expresiva, ya que Savater nos ofrece su opinión personal sobre un tema, como
vemos en la elección de los argumentos, el uso de los adjetivos valorativos mencionados, y
alguna otra expresión que implica un juicio de valor («como si de una vaca sagrada se
tratara…»).
 La función apelativa, puesto que pretende convencer al lector de su opinión a base del
razonamiento lógico y de la aportación de argumentos. Ya que estos se expresan
lingüísticamente de manera objetiva, desde la modalidad oracional enunciativa y la tercera
persona gramatical, y se reproducen enunciados comunes entre los hablantes («esta es mi
opinión», «eso será su opinión»), podemos señalar también la presencia de la función
referencial.
Soluciones Texto 2
1.
Se trata de un texto explicativo sobre la técnica del tatuaje. En él se exponen, de forma
objetiva, las características del tatuaje desde una perspectiva antropológica y su significado actual.
Para ello se sigue un orden en la exposición (origen de la palabra, significados históricos y sociales)
a la que se va añadiendo información, que se desarrolla posteriormente, hasta llegar a su uso en la
sociedad de nuestros días. Para desarrollar la información se utilizan varios procedimientos y
recursos:
 Para fundamentar la afirmación inicial de que los tatuajes son producciones culturales, se acude
a la definición del término atendiendo a la etimología.
 Luego, para introducir una nueva información sobre el significado histórico y social de los
tatuajes, se citan estudios antropológicos que la avalan.
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 A fin de explicar cómo se constata esa interpretación, se utilizan preguntas que van a ser
respondidas a continuación, con ejemplos que constituyen pequeñas narraciones de lo ocurrido
en otras épocas.
 Los ejemplos demuestran la conclusión: los tatuajes son prácticas históricas, por lo que tienen
distintos significados según la época y el contexto sociocultural en que sean realizados. Su
característica fundamental es la de ser una marca de identidad grupal.
 Finalmente se plantea el contraste con el uso actual de los tatuajes en el mundo occidental: son
una expresión de la individualidad, más que de la pertenencia a un grupo.
2.
La objetividad del texto y su finalidad explicativa se hacen evidentes en las siguientes
características lingüísticas y textuales:
 Predominio de las oraciones enunciativas. Las interrogativas que aparecen en el fragmento
constituyen un recurso para desarrollar la explicación del tema.
 Referencia a la primera persona del plural (nos) como forma de incluir e implicar al receptor.
 Empleo de la tercera persona y del presente de indicativo para afirmaciones que tengan validez
general. El uso de otros tiempos verbales aparece en los ejemplos narrativos (pretérito
imperfecto y pretérito perfecto simple para hechos del pasado remoto) y en la referencia a la
situación actual (pretérito perfecto compuesto).
 Utilización de adjetivos especificativos
(culturas neolíticas europeas, sociedades
precolombinas; significado maorí; estudios antropológicos; aspectos penales; comunidades
cristianas europeas; tatuaje religioso…) y de proposiciones subordinadas adjetivas
especificativas (se trata de una palabra creada durante el siglo XIX) y proposiciones
subordinadas explicativas (la palabra tatuaje, que nos ha llegado a través del término inglés
tatoo).
 Presencia de subordinadas finales (usaban el tatuaje como señal para indicar aspectos penales
y de propiedad; lo ha sacado de su marginación para convertirlo en una moda popular).
 Reformulaciones de lo afirmado (los tatuajes reproducen imaginarios culturales o, en otras
palabras, hacen visible lo invisible) y alusiones a la propia explicación (A partir de los
ejemplos como los que se acaban de presentar).
 Utilización de expresiones modalizadoras (puede hablarse del tatuaje…; la mayoría…
coinciden en señalar).
 El léxico empleado está determinado por el tema que se trata en el texto (campo asociativo de
términos relativos al tatuaje: técnica, pigmentar, piel, señal, marcar y marcas corporales,
dibujos) y abundan los sustantivos abstractos (producciones culturales, imaginarios culturales,
significados sociales, intervenciones corporales, identidad, individualización…).
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