La dignidad está rapada la sangre que te

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LA OTRA CARA DE LA REPRESIÓN
“LAS RAPADAS”
EVA FANTOVA SICRE
DICTADURA FRANQUISTA
El 1 de abril de 1939 se daba por terminada la Guerra Civil. La victoria de
Franco le otorgaba el poder absoluto para “construir un nuevo estado y
recuperar la España imperial y católica”. Comenzaba en este momento una
larga posguerra.
El sistema franquista fue de carácter conservador y totalitario, aunque los
historiadores no se ponen de acuerdo en su definición. Esta complejidad no
impide definirlo como una dictadura personal que suprimió derechos y
libertades, represora y sin una ideología elaborada.
En numerosas ocasiones se ha hablado de la representación durante la
dictadura del general Francisco Franco, pero muy pocas veces hemos oído
hablar de cómo vivieron las mujeres esta represión, y nos parece raro que haya
existido, ya que éstas permanecían en su casa haciendo las tareas y cuidando
de sus hijos mientras los hombres salían a luchar a favor o en contra del
régimen. Sin embargo, la represión sobre las mujeres jugó también un papel
muy importante para el mantenimiento del régimen, especialmente como una
demostración de poder de los miembros del régimen frente a los opositores.
Por este motivo he elegido este tema para mi trabajo, una interesante
investigación sobre el papel de la mujer en la época y su situación frente al
poder de Franco. Las imágenes de la portada son víctimas reales de la
represión y el abuso contra las mujeres, casi todas ellas tuvieron que huir al
exilio tras haber sido violadas o humilladas. Todas ellas en Galicia.
LA REPRESIÓN HACIA LA MUJER
Desde el comienzo del régimen, se cerró brutalmente el camino de las
mujeres hacia la emancipación, la igualdad y la ciudadanía..
La redefinición del rol de las mujeres fue una pieza clave en la maquinaria
represiva, el poder disciplinario y la imposición de una sociedad patriarcal,
nacionalcatólica del régimen dictatorial. Mediante leyes, normativas, modelos
educativos y la Sección Femenina, el régimen franquista impulsó un arcaico
arquetipo femenino recatado y sumiso, que expulsaba a las mujeres de toda
actividad en el ámbito público, siendo el hogar y la familia los únicos espacios
autorizados.
Estableció por ley una orden patriarcal de dominio masculino que reguló la
dependencia obligada de las mujeres. Convertidas en seres subalternos, sin
derechos, relegadas a la domesticidad forzada del hogar, las mujeres fueron
obligadas a permanecer bajo la permanente tutela masculina, sin identidad
propia. Los derechos políticos y las conquistas sociales que alcanzaron en la
Segunda República fueron denigrados y rechazados sistemáticamente.
(En la Segunda República se establecía que tanto hombres como mujeres
debían ser juzgados de igual modo)
(mujeres trabajadoras durante la 2ª República)
El régimen franquista pretendió impedir la presencia de las mujeres en la
esfera pública, en el trabajo remunerado, en la política y en la cultura.
Muchas mujeres fueron brutalmente reprimidas, encarceladas o ejecutadas a
causa de su actuación en la Guerra Civil y por su resistencia al régimen
dictatorial. En la cárcel se juntaron militantes, madres y reclusas presas en
unas condiciones infrahumanas.
Como ya dije, poco se ha hablado acerca de la represión ejercida sobre las
mujeres republicanas (específicamente sobre ellas) durante la Guerra Civil y la
posguerra. Numerosos trabajos han tratado de hacer una especie de «limpieza
sistemática» de los rojos durante la contienda y/o los vencidos en los años
posteriores, pero pocos han abordado a fondo las características concretas de
la persecución y humillación que las mujeres rojas sufrieron durante el
franquismo. Y es que la Guerra Civil española, y la posguerra, pueden tener una
lectura de género que, en la actualidad, nos parece de vital importancia. En
efecto, las mujeres republicanas fueron víctimas de una serie de abusos
«institucionalizados» que vale la pena analizar en profundidad.
La imagen de mujer que había comenzado a extenderse durante la Segunda
República permitía un cierto «escape» respecto a la rigidez previa y, aun más,
respecto a lo que vino después. Si bien no habían cambiado ciertos
estereotipos de feminidad, las mujeres durante la Segunda República sí
pudieron encontrarse identificadas con un patrón de conducta que permitía la
actividad, la decisión, la participación activa y necesaria que las requería —
bien como madres, bien como milicianas cuando estalló la guerra— de una
manera profundamente novedosa.
Durante la Guerra Civil, la represión de la población fue convirtiéndose en la
nota dominante y constante del avance del ejército sublevado. Según
avanzaban las tropas franquistas y «liberaban» pueblos y ciudades, se
instalaba en estos una particular forma represora que afectaba a hombres y
mujeres —rojos todos, o supuestamente rojos— de diferente manera. Mientras
ellos, los varones republicanos, habían caído en el frente, eran ejecutados o
huían (algunos «se echaban» al monte) ante la llegada inminente de los
militares sublevados, ellas permanecían en los pueblos, a cargo de sus
familias, en la más absoluta miseria y sabiendo que las perseguirían.
Así comenzó a extenderse el corte de pelo al rape y la ingesta de aceite de
ricino como una manera de humillar, vejar y «marcar» a todas esas mujeres
que, a fin de cuentas, venían a reflejar lo más recriminable de la feminidad
desde el punto de vista de los sublevados y del orden que pretendían imponer y
que, de hecho, impusieron.
En efecto, las autoridades del pueblo (Falange, Guardia Civil, requetés…)
detenían a las mujeres, les rapaban el pelo al cero , incluso a veces les ponían
una banderita roja colgada de un pequeño mechón en la frente o en la nuca, las
obligaban a beber aceite de ricino para provocarles diarreas y las “paseaban”
por las principales calles de las poblaciones «liberadas», en ocasiones
acompañadas por la banda de música del pueblo, como se muestra en las
imágenes que acompañan.
Más arriba hemos mencionado las formas mas comunes de represión contra
las mujeres: Una de ellas es el corte de pelo, los desfiles procesiones de
mujeres peladas. Era el escarnio público, un atentado contra la integridad
física y moral. Se trataba de un detrimento de la integridad física y moral de las
víctimas. De esta forma rapándolas trataban de humillar visualmente a la
víctima marcándola; mutilación de un elemento físico claramente femenino.
Otra era el acompañamiento por la ingesta de ricino causaba diarreas y
vómitos, bajo los efectos purgantes del aceite de ricino escarmiento
ejemplarizante. El aceite de ricino es extraído de las semillas de la planta de
ricino. La aplicación conocida es como purgante. El efecto se basa en la
acumulación de agua en el intestino y en la irritación de las mucosidades que
aceleran el vaciado del sistema intestinal. La primera referencia del uso
punitivo es de los Fasci di Combattimento empleaban purgas para intimidar. La
importación se produce en 1931, con la organización de Ramiro Ledesma,
empeñada en imitar al fascismo. La máxima “popularidad” del ricinamiento
comienza con la Falange. Durante la guerra el ricino se convierte en un
elemento de represión en la retaguardia, destinado a las mujeres; con los
varones se empleaban otras técnicas menos sutiles. Se solía decir que el fuerte
poder laxante del aceite depuraba su “tóxico interior” y el corte del cabello
servía como censura de su libertinaje. En los primeros años de la postguerra se
continuó usando el purgante en los cuartelillos de la Guardia Civil.
Hay una enorme cantidad de fotografías de las llamadas “rapadas” y de los
desfiles en los que eran obligadas a participar, en numerosas ocasiones en
presencia de sus hijos. La dureza de estas imágenes muestra la humillación y
angustia de estas mujeres.
Pero no solo ésto, además sufrieron otras humillaciones sádicas, menos
conocidas por los tabús sociales, como a algunas les pintaron el trasero de
rojo, que se complementaban con el servicio a los vencedores: limpiar calles,
casa… le pusieron a barrer la iglesia, como escarnio, obligar a limpiar los
cuarteles y las sedes de la Falange. También se produjeron deportaciones,
raptos de los hijos, robarles los nietos…en fin, un maltrato psicológico,
insultos, desdén, menosprecio, obligadas a bailar en las fiestas de los
nacionales, bautizar a los hijos cambiándoles de nombre en la doctrina en la
iglesia, las ricas delante, las pobres detrás…
El país se tiñó de viudas o mujeres cuyos maridos estaban en la cárcel. Las
supervivientes fueron “soporte” de la familia en una época en la que eran
vejadas, maltratadas y humilladas públicamente a diario. Las familias como
rehenes, salvar a los deudos sometiéndose a sus exigencias tenían que
ocuparse de la casa y los hijos, de conseguir dinero, ahorrar para ir a visitar a
sus familiares a las cárceles y “todo sin recursos y estigmatizadas a trabajos
de “semiesclavitud”.
La dignidad está rapada
la sangre que te inunda
se derrama
la rebeldía bajo la piel
clama
venganza
la utopía
su revancha
(esa que nunca tendrá)
y la ira
sientes la ira
y ya no queda
nada
en el mundo
nada
que te haga llorar.
A las mujeres vejadas durante el fascismo
(Alejandro Peinado)
LA LUCHA CONTRA LA REPRESIÓN
A pesar de todo, la represión sistemática no anuló la voluntad de resistencia de
la irredentas antifranquistas que pasaron por las cárceles mientras la
experiencia del exilio interior y exterior marcó su vida. La opresión política
puso fin a la lucha abierta a favor de la democracia en España, pero no anuló su
voluntad democrática ni su propósito de emancipación. Las mujeres lucharon
tanto a través de resistencias más visibles de signo político, como también
mediante la resistencia de la rebeldía cotidiana y las estrategias de
supervivencia.
Centrándonos en nuestra Galicia, la victoria franquista tampoco impidió que se
produjese aquí una resistencia armada contra el régimen, y en ella también
participaron numerosas mujeres, como Manuela Sánchez, a la que dedica el
poema que adjunto a continuación el famoso Lorenzo Varela, Antonia Díaz
Pérez, Josefa Escourido Cobo, Alpidia García Moral, Celia González Pernas,
Carmen Jérez Rodríguez Carmen Temprano Salorio…
A lo largo de décadas de sistemática represión dirigida contra ellas, muchas
mujeres continuaron su lucha política en el exilio forzoso; otras, dentro de
España, participaron activamente en el movimiento democrático y clandestino
de oposición a Franco, mientras otras desde el silencio o el exilio interior
padecieron los rigores de la dictadura. A pesar de los métodos férreos que la
dictadura franquista tenía a su disposición, su discurso y sus políticas
legislativas no lograron imponerse entre las mujeres españolas.
El compromiso político antifranquista marcó la trayectoria de muchas mujeres
a lo largo de las desoladoras décadas bajo la bota franquista.
ACTUALIDAD E INVESTIGACIÓN
En la actualidad hay miles de personas que se dedican a buscar información e
investigar acerca de las víctimas de la represión llevada a cabo por el régimen
franquista. Tanto en la red como en las bibliotecas podemos encontrar
montones de trabajos de investigación que recogen los testimonios de
familiares o testigos directos de los terribles sucesos represivos ocurridos en
la España franquista.
Aunque parezca increíble, la Ley de la Memoria Histórica, aprobada en 2005,
no contempla a aquellas mujeres como víctimas de la represión de la dictadura,
sin embargo la Junta de Andalucía sí, y aprobó recientemente un decreto que
las indemniza con 1800 euros, pero lo más importante es el reconocimiento
público e institucional lo que hay que valorar. Hasta el momento, la Junta a
reconocido a 12 mujeres y estudia más de 50 solicitudes más.
La primera de ellas ha sido Luisa Rodríguez, de 102 años, que recibió un
homenaje de su pueblo por todas las humillaciones sufridas. Como ella, miles
de mujeres han contado su historia y gracias a ello hoy en día podemos saber
los terribles sucesos que ocurrieron hace pocos años en nuestro país.
BIBLIOGRAFÍA:
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Fundación Pablo Iglesias. Página Web Oficial:
http://www.fpabloiglesias.es/fundacion
Revistas Online: Interviu http://www.interviu.es/reportajes/articulos/la-memoriade-las-rapadas-del-franquismo
http://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2013/03/06/que-te-creiasroja/
Diversos proyectos de investigación : “Vermellas, chamábanlles rojas”
(http://www.nomesevoces.net/gl/exposicion-panel/vermellas/introducion/) ; “La
guerra de nuestros abuelos”
(http://platea.pntic.mec.es/~anilo/abuelos/indiceG.htm)
Libros de historia, libro de texto.
EVA FANTOVA SICRE 2ºA
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