64-CAS-2005 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas tres minutos del día diecinueve de agosto del año dos mil cinco. El Tribunal conoce del recurso de casación interpuesto por el licenciado Marlon Granados Pinto, en su carácter de defensor particular, contra la sentencia definitiva CONDENATORIA pronunciada por el Tribunal Tercero de Sentencia de esta ciudad, a las ocho horas del día tres de enero del presente año, en el proceso penal seguido en contra del acusado CÉSAR YAIR MARTÍNEZ NAJARRO, en calidad de COMPLICE NO NECESARIO por el delito de ROBO AGRAVADO, Arts. 212 y 213 # 2 y 3 Pn., en detrimento patrimonial de José Oscar Rodríguez Amaya. Examinado el recurso de casación, y cumplidos que han sido los requisitos de ley, requeridos para su interposición, se admite el mismo por uno de los dos motivos invocados y se procede a pronunciar la resolución que a derecho corresponde, de conformidad con lo establecido en el Art. 427 Pr.Pn. I) FALLO DEL TRIBUNAL SENTENCIADOR. "(...) POR TANTO, conforme a las razones expuestas, normas legales invocadas y arts. 11, 12, 15, 19, 27, 72 ordinal 1º, 75 ordinal 2º y 172 de la Constitución de la República; 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1, 2, 3, 4, (…) y 441 Pr. Pn., a nombre de la República de El Salvador FALLAMOS: ---- A) Declárase al acusado CESAR YAIR MARTINEZ NAJARRO, de generales antes expresadas en el preámbulo de esta sentencia, como COMPLICE NO NECESARIO en la comisión del delito calificado definitivamente como ROBO AGRAVADO, en perjuicio de JOSÉ OSCAR RODRÍGUEZ AMAYA, y condénasele a la pena principal de CINCO AÑOS CUATRO MESES DE PRISIÓN (…)" II) MOTIVOS DEL RECURSO. "(…)PRIMER MOTIVO ---- Errónea aplicación de precepto legal, es decir, que aunque la norma de aplicación era el artículo 36 participación 2) del Código Penal, su interpretación no fue la correcta, lo que da lugar al vicio interno o error in iudicando. ---FUNDAMENTOS ---- Analizando el artículo 36 número 2) complicidad no necesaria, uno de los aspectos de mayor relevancia, es el cronológico. El acto del cómplice debe de ser anterior al de ejecución, nunca debe de ser posterior, vale sostener, que la complicidad posterior a la consumación, ni siquiera cuando se cumple una promesa anterior al inicio de la ejecución del ilícito, en el caso de la promesa, que debe de ser antes de la ejecución del delito, aún cuando ésta se cumpla posterior a la consumación del mismo. (…) Basándonos en lo anterior, es apropiado afirmar que la primera parte del artículo que se refiere a la complicidad no necesaria, se interpretó en forma errónea, por consiguiente se aplicó en ese mismo sentido; en la segunda parte de la complicidad no necesaria, refiere la legislación vigente la existencia de una promesa, de parte del cooperante para con él o los autores, como ya se expresó supra, la promesa que debe ser anterior a la realización del hecho – aunque se cumpla después-, dentro de toda la prueba que desfiló en la vista pública que generó la sentencia que se ataca, no hubo ni un ápice de presencia sobre la aludida promesa. (…) SEGUNDO MOTIVO (…) Errónea aplicación del artículo 162 y del 362 defecto 4 ambos del Código Procesal Penal, en el sentido de que se interpretó equivocadamente el sistema probatorio de la Sana Critica. (…) FUNDAMENTOS (…) En la sentencia en la parte que se refiere a la relación de la prueba vertida, en el ámbito que corresponde a la de cargo o acusatoria, aparece la testimonial de JOSÉ NARCISO RODRÍGUEZ LAINES, SANDRA ESTELA MIRANDA NAVARRETE, JOSÉ GENARO CARRILLO y ANA MARIA DEL CARMEN ABREGO. De la prueba aludida es pertinente analizar los testimonios de los últimos dos testigos. ---- Para refutar la credibilidad de ambos testigos (…) Separado de lo anterior (…) el testigo JOSÉ GENARO CARRILLO (…) quedó refutado en su credibilidad (…) Finalmente (…) la testigo ANA MARIA DEL CARMEN ABREGO (…) no era creíble para condenar (…) Por los planteamientos de este motivo, se llega a concluir que el desfile probatorio de la testifical de cargo, no era tal para llegar a una sentencia que privara de libertad a mi defendido (…) Por todo lo anteriormente expuesto PIDO: (…) Tener por ofrecidas las cintas magnetofónicas, en donde constan las grabaciones, de las declaraciones de los testigos que se han analizado en el SEGUNDO MOTIVO (…) De considerar necesaria audiencia, se señale para hacer oralmente las explicaciones relativas a los motivos (…)" Por su parte, el agente auxiliar del Fiscal General de la República, licenciado Juan Francisco Reyes Martínez, se abstuvo, al parecer, de responder el libelo recursivo, no obstante su legal emplazamiento, tal y como aparece a fs. 704. Afirmación que se realiza, en razón de no constar en el expediente respectivo libelo de contestación del recurso, ni auto resolviendo su recibo o, por lo menos, su ausencia. Circunstancia distinta a la del apoderado especial del querellante, licenciado Elmer Romeo Pineda Quintanilla, quien según el auto de las ocho horas siete minutos del diecinueve de enero del presente año, agregado a fs. 703, no fue emplazado para el efecto citado en líneas anteriores, sin embargo, senda anomalía no impedirá entrar a conocer sobre el asunto por las razones que en su momento se expondrán. III) CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL DE CASACIÓN En cuanto al vicio de juzgamiento alegado por la defensa técnica, en la que atribuye al A quo la errónea aplicación del Artículo 36 # 2 del Código Penal, su argumentación se centra en que: "(…) la segunda parte de la complicidad no necesaria, refiere que (…) la promesa (…) debe ser anterior a la realización del hecho –aunque se cumpla después-, dentro de toda la prueba que desfiló en la vista pública y que generó la sentencia que se ataca, no hubo ni un ápice de presencia sobre la aludida promesa. (…)". Ahora bien, para dejar constancia de la existencia o no del vicio alegado, esta Sala considera oportuno transcribir a continuación la parte medular del proveído recurrido, en el que el referido Tribunal de Sentencia hizo la subsunción de la conducta que tuvo por acreditada, a la disposición legal del caso en estudio, que inicia en la página 686, vuelto, párrafo quinto, siendo la pieza copiada el párrafo primero, del frente del folio 688: "(…) lo que se ha probado es que CESAR YAIR, con anticipación al hecho delictivo había contactado para ubicar un lugar al cual se llevaría un microbús, el cual el día del robo del microbús CESAR YAIR, lo llevó junto a otras personas, se ha probado que CESAR YAIR, llegó al lugar con anterioridad a hacer una especie de ramada, entonces estos actos son de cooperación a la acción principal del robo, el ocultar un vehículo como lo es un microbús es un aporte que es una colaboración al hecho principal. ---- Es posible que en el presente caso debido a circunstancias diversas de que el autor principal no se le logre destruir su estado de inocencia por cuestiones probatorias, pero ello no implica que se pruebe con grado de certeza la participación del cómplice, como en el presente caso y por ello debe responder. (…)", entonces resulta evidente que el A quo realizó una correcta apreciación del hecho al derecho, al tener por acreditada una conducta anterior al hecho punible por parte del acusado y, no como lo intentó justificar el impugnante. Respecto al segundo motivo, en el que el impetrante expresa que existe errónea aplicación de los artículos 162 y 362 # 4 del Código Procesal Penal, fundamentándose en que la prueba testimonial consistente en las declaraciones de José Narciso Rodríguez Laines, Sandra Estela Miranda Navarrete, José Genaro Carrillo y Ana María del Carmen Abrego, fue desacreditada por la defensa técnica en la vista pública, y sin embargo, el A quo dictó una sentencia condenatoria, concluyendo que tal desfile probatorio, no era para llegar a una sentencia que privara de la libertad a su defendido. De tal suerte que, su planteamiento únicamente denota inconformidad con el valor que el Tribunal Sentenciador le dio a esos medios de prueba, pretendiendo que casación los revalore –es decir, que este Tribunal se pronuncie sobre el grado de fiabilidad que los mismos debieron haber generado al A quo-; empero, retomando lo plasmado en anteriores resoluciones, la valoración de las pruebas, es tarea que corresponde exclusivamente al tribunal de juicio, quedando excluida esta Sala de conocer de los mismos, en cumplimiento a los Principios de Intangibilidad de los hechos y de Inmediación. Y, para casos como el presente, el Profesor Fernando de la Rúa en su libro La Casación Penal, Ediciones Depalma, Buenos Aires Argentina, año mil novecientos noventa y cuatro, página 151, párrafo segundo, expresa que: "También se ha declarado improcedente el recurso que objeta la credibilidad de testimonios que el tribunal de sentencia ha tenido en cuenta.", de suyo, el motivo invocado es inadmisible. En complemento a lo dicho en la parte final del parágrafo último del romano II, se deja constancia que el error judicial de no emplazar al querellante para contestar el recurso ahora resuelto, no produjo afectación a sus intereses por no haber prosperado ninguno de sus motivos. Por otra parte, en cuanto a la petición de que sea incorporada la cinta magnetofónica de la vista pública, la misma resultaba impertinente para resolver el motivo segundo invocado, debido a que éste es inadmisible. En otro orden de ideas, este Tribunal deja constancia que no consideró necesaria la realización de la audiencia oral para fundamentar el recurso, por tener claros los motivos del recurso y sus respectivos fundamentos. Lo anterior en vista que la defensa técnica expresó que de considerarlo necesaria –entiéndase, esta Sala-, se le convocará a audiencia oral. POR TANTO: Con base en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts. 130, 162, 224 Nº 6, 225, 351, 357, 421, 422 y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA: 1) DECLÀRASE NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito por el primer motivo alegado, por las razones expuestas en el cuerpo de la presente. 2) DECLÁRASE INADMISIBLE el segundo motivo alegado, ya que la valoración de las pruebas, es tarea que corresponde exclusivamente al tribunal de juicio. 3) DECLÁRASE INADMISIBLE la prueba ofertada, consistente en la cinta magnetofónica de la vista pública, la misma resultaba impertinente para resolver el segundo motivo invocado, debido a que éste es inadmisible 4) Devuélvanse oportunamente las actuaciones al Tribunal de Origen. J. N. CASTANEDA S.--------------------F. LOPEZ ARGUETA--------------GUSTAVO E. VEGA-------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN--------------RUBRICADAS----------ILEGIBLE.