El Renacimiento ÍNDICE Principales compositores del renacimiento.Pág.2

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El Renacimiento
ÍNDICE
Principales compositores
del renacimiento.Pág.2
Otros compositores
importantes del renacimiento.Pág.3
Instrumentos del
renacimiento...Pág.4
Obras del renacimiento
SacrasPág.5
ProfanasPág.6
Principales compositores del Renacimiento
Tomás Luis de Victoria
Compositor español (1548−1611) Siendo el séptimo de los hermanos de una familia acomodada, estudió
música en la catedral de Ávila con los maestros de capilla Jerónimo de Espinar y Bernardino de Ribera y
luego pasó a la escuela de San Gil. Tras esto entre los años 1563 y 1565 fue enviado al Colegio Germánico de
Roma, donde pudo adentrarse en el estudio de música sacra y composición, siendo pupilo del cardenal Otto
Truchsess von Waldburg. En 1583 compuso Missarum libri duo, que fue dedicado a Felipe II, y donde
expresaba su deseo de volver a España. Cuando regresó, se puso al servicio de la emperatriz María, y
permanecería allí hasta que esta falleciera en 1603
William Byrd:
Compositor británico (1554 − 1623) El carácter emprendedor de William Byrd le permitió llegar a ocupar
cargos oficiales anglicanos en la catedral de Lincoln y como organista de Isabel I en la capilla real. Se asoció
con su colega Tallis y obtuvo de la reina el derecho exclusivo para publicar música en Gran Bretaña. Era un
compositor prolífico y de gran talento, tanto de música sacra como de música profana.
Josquin des Prez
Compositor francés (1440 −1521) En su época era habitual considerar la habilidad artística como un préstamo
de Dios, que había que devolver mediante su obra. Aunque sus contemporáneos lo aclamaban como el mejor
compositor, pasó su vida humildemente dedicado al servicio de la Iglesia, primero como cantante de coro, y
luego, a partir de los sesenta años, como director (en el sentido de supervisor religioso). Aunque demostrando
su devoción por la Iglesia, también disfrutaba de los placeres mundanos.
Otros compositores importantes del Renacimiento
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Antonio de Cabezón
Compositor y organista español (1510−1566)
Tomaso Albinoni
Compositor y violinista italiano (1671−1750)
Archangelo Corelli
Compositor y violinista italiano (1653−1713)
Claudio Monteverdi
Compositor italiano (1567−1643)
Giovanni Pierluigi da Palestrina
Compositor italiano (1525−1594)
François Couperin
Compositor, clavecinista y organista francés (1668−1733)
Campion
Médico, poeta y músico inglés (1567−1620)
Rosseter
John Dowland
Instrumentos del Renacimiento
Laúd
En el siglo XVI era el instrumento favorito. Casi todos los laúdes tenían 11 pares de cuerdas, y con ellos se
podía tanto tocar acordes como música polifónica de considerable complejidad. Se utilizaba normalmente en
la música de cámara, aunque en Gran Bretaña se utilizase para acompañar canciones y para danzas. En el auge
de las sonatas y conciertos de cuerda, comenzó a caer en desuso.
Viola da gamba
Durante los 200 años siguientes a su perfeccionamiento en el siglo XVI. Existían 3 tipos; soprano, tenor y
baja. En el siglo XVI, la gente creía que el sonido de un grupo de violas (que estaban formados por 2 violas
soprano, 2 tenor y 2 bajo) era el equivalente a un coro de voces.
Existían pocas obras para viola soprano, ya que aunque combinaba bien en un grupo, su sonido era demasiado
débil como para destacar entre otros instrumentos como solista. Pero las obras para viola bajo fueron muy
apreciadas, principalmente en Francia. Muchos compositores realizaron obras para viola da gamba, tales como
Marin Marais o Couperin, y más tarde Bach compondría 3 sonatas para viola baja.
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Tipos de obras en el Renacimiento:
Sacras:
Motetes:
El nombre proviene del francés mot, palabra. Esta forma musical, cultivada desde 1250, fue la preferida por
los polifonistas del Ars Nova y también del Renacimiento, o al menos donde más y mejor aplicaban su
sensibilidad e inventiva. Es necesario distinguir entre los motetes de la Edad Media politextuales, con unas
voces en latín y otras en lengua vulgar, basados casi siempre en un tenor de canto llano preexistente y
mayoritariamente a 3 voces, de los motetes mucho más cuidados desde el punto de vista del texto, único para
todas las voces, renacentistas. Este tipo de motete es un conjunto de episodios musicales, cada uno con su
propio tema, tema que es engendrado por cada frase textual nueva. La música, como casi toda la de este
periodo se basa en uno de los 12 modos eclesiásticos, aunque las cadencias están todas sensibilizadas, lo cual
dota al contrapunto de un marcado cromatismo. Este produce la sensación de dramatismo, emoción y tensión
característica de los motetes de la escuela romana. Las cadencias suelen ser dobles, V−I o V−VI seguida de
IV−I.
Misas:
La misa ordinaria constaba de cinco partes: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus−Benedictus y Agnus Dei. Las
primeras misas conocidas fueron compuestas en el siglo XIV, siendo las más conocidas las de Tournai y la de
Barcelona. Estas misas y otras de la época comenzaron siendo obra de varios compositores, cada uno de los
cuales componía una o dos partes de la misa, que luego juntaba a capricho el director.
La primera misa compuesta de principio a fin por un solo compositor se la debemos a Guillaume de Machaut,
estrenada con ocasión de la inauguración de la cúpula de la Catedral de Florencia.
En España será a partir del siglo XV, con las misas de Anchieta, Peñalosa, Escobar cuando podamos hablar de
misas españolas compuestas por un solo compositor.
La composición de una Misa podía seguir tres procedimientos:
− Tenor o de Canto llano: Basada en un tenor de texto religioso o profano, procedente del canto llano
− Misa parodia: Una composición preexistente, generalmente procedente del gregoriano.
− Sine nomine: Misa completamente original.
Profanas:
Fantasías:
Género exclusivo de vihuela, para la que componen Milan, Valderrabano, Fuenllana, Narvaez y Pisador. La
fantasía consiste en un cuerpo musical construido a base de contrapunto: aumentación, disminución, síncopas,
floreos, notas de paso, retardos, redobles, quiebros. Pocas veces sin embargo se utiliza el recurso de la
imitación, a pesar de que las voces van entrando sucesivamente.
Madrigales:
Tiene su origen en la Italia del Siglo XIV, derivado de la frottola, de escritura homófona e isométrica, con la
diferencia de que todo el texto recibe música, y no solo en la primera estrofa como en la frottola.
De todas formas no será este primer madrigal el que influya en los compositores españoles, sino el del siglo
XVI, de estilo contrapuntístico e imitativo, gracias sobre todo a la inspiración y audacia de músicos como
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Willaert. Este género tiene especial atención en los músicos de Cataluña como Pedro de Alberch Vila, Mateo
Flecha el Joven
De hecho los castellanos y andaluces no aceptaron el término, aunque sí la forma, caso de algunos sonetos y
villancicos de Juan Vázquez, Francisco Guerrero, ...
El madrigal en España puede describirse como una composición musical polifónico − vocal, sobre textos
poéticos muy refinados, tanto por su lenguaje como por su contenido, sin estribillo, con música para toda la
letra y de estilo imitativo, parecido al del motete.
Villancicos:
Es la forma predominante en casi todos los cancioneros españoles de música profana, y es forma típica de
España.
Son composiciones polifónicas a tres o cuatro voces, con texto en castellano basado en poesía de tema
amoroso recuerdo de la tradición trovadoresca del amor cortés.
Canción:
La única variación con respecto al villancico es el número de versos del estribillo, de dos o tres en el
villancico, de cuatro o cinco en las canciones; el número de versos tanto de estrofas como de estribillo es más
regular en la canción que en el villancico; en la canción solo se permite una estrofa, mientras en el villancico
puede haber más de una.
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