Brexit ¿Cómo podría afectar a las empresas y marcas?

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El ecommerce se vería obligado a establecer nuevos
gravámenes
Brexit ¿Cómo podría afectar a las
empresas y marcas?
Starbucks podría ser una de las grandes perjudicadas por la salida
de Reino Unido de la UE
Una de las noticias internacionales de los últimos días ha sido, sin
duda, la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Los
británicos votaban hace apenas unos días en referéndum sobre su
presencia en la unión y, para sorpresa de muchos, el sí a la salida
fue la opción ganadora. Como recogen ahora mismo todos los
periódicos, la salida ganó con un 52% de los votos, lo que ha
hecho ya que se desplome la libra esterlina (está en valores que no
alcanzaba desde los años 80), los analistas se han lanzado a
especular con lo que ocurrirá y, por supuesto, se han creado ya
unos cuantos trending topics.
Aunque de partida la cuestión de la salida del Reino Unido es
política, las implicaciones que tendrá este movimiento llegarán a
muchos más ámbitos y modificarán muchas más cuestiones. Uno
de los terrenos que se verán afectados por la decisión será el de
las marcas, que verán como acabará cambiando el terreno de
juego y cómo las cosas se ven modificadas por la decisión de
Reino Unido. Ahora mismo, los analistas están aún digiriendo la
salida y analizando las implicaciones políticas, pero tomar los
análisis previos permite recuperar lo que adelantaban que pasaría
si Reino Unido dejaba la UE. Los cambios no solo afectarán a las
marcas británicas sino que tendrán un efecto mucho más amplio.
Al fin y al cabo, la Unión Europea es una de las llaves para crear
un mercado transfronterizo en un momento en el que las
compañías están más obsesionadas con el tema porque los
consumidores son también cada vez más transfronterizos en sus
compras. La red ha hecho que no existan fronteras (al menos
desde el punto del consumo) y los consumidores están cada vez
más lanzados a comprar en cualquier lugar. Crear más fronteras
no parece por tanto de entrada lo más favorable.
De hecho, hay quien predecía antes del referéndum que la salida
de Reino Unido de la UE le haría perder a los consumidores de
ecommerce del resto de la UE y que haría que las marcas que
están operando desde esos países tuviesen una posición de
ventaja. No solo se trataría de perder a unos
consumidores, apuntaban (aunque habría que sumar que Reino
Unido es ahora el mercado de ecommerce más grande de Europa),
sino también el amparo de la propia UE, que ha hecho bastantes
esfuerzos para dinamizar el mercado online europeo y para
eliminar las barreras entre mercados a la hora de crear comercio
online. Londres podría perder así su posición dominante como el
Silicon Valley europeo.
El ecommerce se vería obligado a establecer nuevos gravámenes
(desde Reino Unido a Europa y a la inversa) y, como apuntan
en Les Echos, tendrían que pasar la aduana y pagar impuestos que
ahora no se pagan, aumentarían los costes y se complicarían las
compras. Ya no sería tan fácil como ahora. A todo ello se sumaría
que ahora mismo las normas de comercio electrónico y de internet
están bastante armonizadas en toda Europa, lo que simplifica el
vender a varios países en el territorio. Esto dejaría de suceder, a
menos que Reino Unido logre cerrar algún acuerdo como el de
Noruega (que no está en la UE pero sí en el Espacio Económico
Europeo) para simplificar las cosas.
Las grandes multinacionales
Pero el Brexit no solo podría poner en peligro las posiciones de
Reino Unido con respecto al ecommerce y a internet, sino que
también hay quien cree que podría afectar a las grandes marcas,
que han usado muchas veces a Reino Unido como plataforma de
entrada a Europa. Un análisis indicaba, por ejemplo, que
Starbucks podría ser una de las grandes perjudicadas por la salida
de Reino Unido de la UE. La compañía vería desestabilizada su
estrategia de crecimiento para el verano, como apunta un analista
en The Street, ya que crearía un punto de tensión que antes no
existía en un momento en el que está tomando decisiones
difíciles.
En general, las marcas deben temer, como creen los analistas, que
la decisión cree incertidumbre y que, de ese modo, se reduzca el
consumo. Para las marcas británicas se suma, además, el hecho
que el desplome de la libra les afectará en sus líneas de negocio.
Las firmas británicas de lujo, por ejemplo, ya temían el impacto
que podría tener para ellas la salida de la UE, que se convertiría
en una oportunidad de oro para las firmas francesas e italianas del
sector para robarles mercado.
La industria publicitaria, por su parte, no tiene muy claro lo que
sucederá, aunque algunos de sus directivos ya se
han mostrado bastante descontentos con el resultado de la
votación.
Consecuencias que tendría el Brexit sobre el comercio online
en España
Trusted Shops también explicaba hace unos días cuáles serían las
consecuencias del Brexit para las transacciones transfronterizas
entre España y Reino Unido
"El Brexit puede suponer un salto hacia atrás para el comercio
electrónico en Europa. Gran Bretaña forma parte de los mercados
más fuertes de la UE, y con la llegada del Brexit, una importante
parte del mercado interior podría desaparecer", señala Rafael
Gómez-Lus, Experto Legal de Trusted Shops en España.
Los británicos seguirán siendo miembros de la UE durante un
tiempo, pero los comerciantes online deberán adaptarse a esta
nueva situación. El Brexit supondría un trato propio de tercer
país para Reino Unido.Además, con la pérdida de su acceso sin
restricciones a la UE, Reino Unido perdería a sus principales
socios comerciales: China y EEUU, pero el Brexit esconde otros
peligros y consecuencias para el comercio electrónico en España:
1.- Impuestos de aduanas e impuesto sobre el valor añadido
sobre la importación
Una de las consecuencias del Brexit sería los impuestos de
aduana. Los clientes de comercios españoles que vivan en Gran
Bretaña tendrían que pagar impuestos de aduanas e impuesto
sobre el valor añadido sobre la importación por las compras
realizadas en España. Esto significa que las compras
transfronterizas serán más caras, por lo que serán menos
atractivas para los clientes de Reino Unido, y en caso inverso
sucede lo mismo. Además la burocracia se complicaría.
2. Costes de exportación elevados
En el caso de los pequeños y medianos comercios les podría
resultar difícil soportar los costes, ya que no les resultará tan fácil
como a las grandes empresas el desarrollar cooperaciones
estratégicas bilaterales y cooperaciones en el ámbito de la
distribución.
3. Problemas relacionados con la protección de datos
En cuanto a la protección de datos también se consideraría a
Reino Unido como tercer país. Apenas habrá cambios notables en
lo referente a la transferencia de datos a los proveedores de
servicios británicos, puesto que no cabe esperar que el Reino
Unido pase a formar parte de la lista de países «seguros». A estos
países se les aplican, conforme a las normas de la UE, las de un
nivel adecuado de normas relativas a la protección de datos, por
eso la transferencia de datos se tratará como un intercambio
dentro de la UE. Pero esto es algo que tampoco se considera
seguro.
4. Repercusiones sobre la legislación
Los ámbitos legislativos que afectan a las tiendas online se han
armonizado actualmente en gran parte. Con la Directiva sobre
derechos de los consumidores acaban de unificarse los derechos
de los consumidores lo más posible. También se ha armonizado
totalmente el derecho de la competencia.
Armonización también significa siempre jurisdicción del Tribunal
de Justicia. En caso de salida, con el correspondiente acuerdo, los
tribunales británicos no tendrían que orientarse por las sentencias
del TJE. Esto podría, con el tiempo, ocasionar divergencias en
cuanto a la interpretación de normas armonizadas, así como de la
legislación futura. No se puede excluir una modificación drástica,
ya que hasta la fecha el Reino Unido, en la mayoría de los casos,
apenas ha hecho uso del margen de flexibilidad en la aplicación
de las normativas relevantes para el comercio electrónico.
5. ¿Qué tienen que hacer los comerciantes españoles?
Se estipula un plazo de dos años como «plazo de preaviso de
extinción de contrato». Durante este tiempo deberían llevarse a
cabo negociaciones sobre el acuerdo de salida. El resultado de
esta negociación determinará qué repercusiones concretas podría
tener el Brexit tanto para el Reino Unido, como para la UE. Los
comerciantes deberían realizar un seguimiento minucioso de los
las negociaciones entre la UE y Gran Bretaña y aprovechar este
tiempo para analizar el papel del mercado del Reino Unido para
su negocio. ¿Qué vende usted? ¿Cuál es su volumen de negocios
en el Reino Unido? ¿Es un mercado que vale la pena para usted y
estaría dispuesto a asumir los nuevos obstáculos burocráticos y
los costes administrativos?
6. ¿Con qué se encontrará el consumidor?
En el peor de los casos desaparecerían completamente todos los
privilegios que el mercado interior europeo ofrece. En este caso,
cuando un consumidor español compre en una tienda online
británica por un valor superior a 22 euros, se aplicará el impuesto
sobre el valor añadido sobre la importación del 21%. Si el
consumidor realiza un pedido por un valor superior a 150 euros,
tendrá que pagar tanto impuestos sobre el valor añadido sobre la
importación como aranceles. Además, se podría dar el caso de
que algunos productos no se puedan comprar ya que solo pueden
comercializarse legalmente en la UE cuando llevan la declaración
CE de conformidad.
En el mejor de los casos, tras el Brexit, la UE y el Reino Unido
podrían contraen una especie de acuerdo de libre comercio
produciéndose una adhesión al Espacio Económico Europeo,
como es el caso de Noruega. Esto quiere decir que Reino Unido
debería armonizar la legislación en el marco de la libre
circulación de personas, mercancías, servicios y capital y
reconocer la soberanía de la legislación europea en estos ámbitos
legislativos. En tal caso se mantendrían las ventajas del mercado
interior comunitario, salvo algunas excepciones.
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