Proyecto de ley

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Proyecto de ley
El Senado y la Honorable Cámara de Diputados sancionan con fuerza de Ley...
Articulo 1: Crease en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires el Banco de Datos sobre
Violencia en el Deporte, dependiente del ministerio de Justicia y Seguridad.
Tendrá a su cargo recavar la información y estudio sobre las situaciones de violencia en el
deporte, sus causas, consecuencias y el seguimiento de las leyes que regulan la materia.Articulo 2: Crease en el ámbito del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de
Buenos Aires, una dirección especial dedicada exclusivamente a prevenir e investigar
delitos y contravenciones establecidas en el Código Penal y en la Ley del Deporte.Articulo 3: Crease en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires; Fiscalias especializadas
en la investigación de la violencia del deporte, teniendo a su cargo la persecución penal de
las organizaciones delictivas llamadas barras bravas.-
Articulo 4: Establézcase y/o constrúyase institutos de detención especial para alojar a los
infractores a la legislación sobre el deporte.Artículo 5: Tendrá a su cargo el Ministerio de Justicia y Seguridad, el estudio y la
implementación para que las entidades deportivas contraten servicio de seguridad privada
para el interior de los estadios. Siendo responsable la comisión directiva de los clubes
deportivos de las acciones u omisiones, en que incurra la empresa de seguridad privadas
contratada para los eventos deportivos a realizarse por estos.Articulo 6: Aquellas empresas de seguridad privada prestatarias o contratadas
eventualmente por los clubes de deportivos que dolosamente alguno de sus integrantes
permitiera, facilitara o participara en hechos de violencia en las instalaciones que presta el
servicio, será sancionada con la suspensión en la actividad de vigilancia privada por el
termino de dos meses y no podrá por el termino de 5 años prestar el servicio de seguridad
en espectáculos deportivos o artísticos.Artículo 7: De Forma.-
Fundamentos
La violencia y el delito en el deporte hoy se ha constituido en una materia de investigación;
prevención y persecución en las que el estado debe poseer organismos especializados.Mucho se habla de cuánto es el dinero que se malgasta en el operativo policial. Y siempre
queda la especulación de la cantidad de policías que van al operativo y el número que
finalmente se pasa al club.
Los dirigentes sostienen que poco pueden hacer ante tal problemática para que no se deje la
zona liberada (a veces se permiten que choquen las hinchadas y así se produzcan disturbios
tornando la presencia policíaca como imprescindible ante semejante hecho).
Los barrabravas modernos lo toman como una verdadera profesión (toman su actividad
como medio de vida diario).
En un principio nacieron como una necesidad de organización dentro de las tribunas. Pero a
medida que fue pasando el tiempo y transcurriendo los actos de violencia se tuvo aún más
incidencia en las decisiones del club.
Entre estas decisiones están la seguridad en recitales, estacionamiento del club y los
alrededores a los estadios en día de partido o evento a realizarse en las instalaciones del
mismo, plata de dirigentes, jugadores y allegados, reventa de entradas, viajes o excursiones.
También en la seguridad privada en boliches u otros establecimientos que pertenecen a
dirigentes o punteros políticos, empleados de los clubes y lo que aún es más grave,
porcentaje de las transferencias de los jugadores de primera e inferiores.
Con esta explicación queda reflejado entonces que este paradigma es más que un simple
hecho de violencia que expresa un individuo en un estadio deportivo, donde se descargan
todas las tensiones vividas durante una semana plagada de estrés.
La violencia en el deporte llegó y se instaló hace varias décadas en donde parece que las
raíces del problema se alargan y engrosan para afianzar el negocio y a su vez teñir el
espectáculo con un gris de luto del que no hay vuelta atrás.
Son una mano de obra violenta que les sirve a los dirigentes, políticos, jugadores y policía
misma, pero el que se sigue perjudicando sigue siendo el ciudadano común que quiere
concurrir a un espectáculo deportivo
Avalados por la justicia
Las estadísticas son escalofriantes así como verdaderas. Hace poco menos de una década,
eran 138 víctimas de la violencia en el fútbol argentino de las cuales 16 son los casos en
que se llegó a un dictamen y 33 el número de procesados por la justicia argentina. Parece
ser un círculo vicioso que no tiene principio ni fin. La justicia se ampara en que no tiene
elementos necesarios (pruebas o leyes) para evitar la violencia en los espectáculos
deportivos. A su vez la gente que realmente vio lo que pasó, los hinchas involucrados y los
dirigentes que conocen a los sospechosos, no quieren aportar datos ciertos por miedo a una
represalia (un claro ejemplo fue el cruce entre barras bravas de Boca y Chacarita en el
amistoso disputado en 1999 a puertas, supuestamente, cerradas con graves incidentes y
pocos imputados).
Nadie se anima a hablar públicamente de las barras bravas, de los dirigentes que las
mantienen, de los políticos o gremialistas que las usan como fuerza de choque y de las
autoridades que no hacen nada de nada. Algunos no hablan por temor a la venganza
personal y en otros casos el silencio es más estricto, no se tiene autoridad moral para
decirlo.
Rememorando una frase de Diego Armando Maradona: "la pelota no se mancha", hoy en
día se completa con: "pero el dinero la va pintando a su gusto".
Mientras siga habiendo gente que pague el barra brava no va ha dejar de existir.
Para comenzar un camino que ponga fin a esta trágica situación que padece la provincia es
que solicito a los Sres. Legisladores que acompañen el presente proyecto.-
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