comentario final

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COMENTARIO FINAL
En paginas anteriores hemos descrito la situacion de Cumbaya
durante el penodo colonial, poniendo el acento en 10 que ocurre
con la sociedad indfgena desde la llegada de los espafioles. Se ha
visto como afecto el hecho colonial al modo de vida aborigen,
transformando el paisaje, introduciendo nuevos cultivos y
animales, trasladando pueblos, tratando de imponer hegernonica­
mente una vision del mundo y una etica diferente a la de los ven­
cidos. Con los conquistadores llegaron sus armas, sus ideas so­
bre religion, economfa, politica y socied.ad y cada una de ellas fue
un instrumento de dominaci6n utilizado por las instituciones co­
loniales para avasallar al grupo indfgena; esta situacion provoco
transformaciones profundas en la sociedad indlgena a diversos
niveles (Wachtel, 1973) que se tradujeron en que la sociedad na­
tiva no volvio a ser la de antes de la llegada de los conquistado­
res. El hecho colonial marc6 definitiva y negativamente a los in­
dfgenas americanos, colocandolos en el ultimo peldafio de la es­
cala social.
El hecho que los espafioles controlaron la tierra, recurso pro­
ductivo fundamental para las comunidades abongenes, les privo
de un mecanismo fundamental de articulacion y funcionamiento
interno de la comunidad (Golte, 1980), estrangulando sus posibi­
lidades de autosubsistencia; el proceso de evangelizacion y la
extirpacion de idolatrfas mine las bases de cohesi6n interna
comunitaria; la utilizacion de los curacas como meros intermedia­
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rios de los colonizadores para organizar la exacci6n del excedente
indigena, implico un debilitamiento del poder y la autoridad de
estes al interior de la comunidad.
Ante esta diversidad de presiones extemas, -fa reaccion de los
grupos indigenas vari6 de acuerdo a su forma de organizacion so­
cioeconomica anterior y al tipo de interaccion que establecieron
con el colonizador. En algunos casos la respuesta asumio fonnas
de sublevaciones violentas (Moreno Yanez, 1978a), otros esco­
gieron el camino de la resistencia pasiva; dejarse morir y evitar la
descendencia fueron algunas de las practicas implementadas en
este sentido, al igual que el abandono de las comunidades de ori­
gen para esconderse en zonas de frontera (Naranjo, 1977) 0 bus­
car protecci6n -a cambio de la libertad- en haciendas y obrajes de
espaiioles 0 en centros urbanos (villas, asientos, ciudades). Una
altemativa algo diferente pero complementaria de las dos formas
de resistencia, fue la "adaptaci6n" a la situaci6n colonial que con­
sistio en la aparente resignacion al hecho colonial, sin combatirlo
abiertamente cuando las condiciones eran desfavorables, y adop­
tando una serie de practicas y elementos espafioles para oponerse
a la presion fiscal y a la perdida de recursos (por ejemplo al recu­
rrir a la justicia espanola); esta estrategia adaptativa, pese a sus
conciliaciones tacticas, permitio preservar la indianidad recos­
truyendola sobre nuevas bases comunitarias, diferentes a las
preshispanicas, ya que privilegian mas los principios de territo­
rialidad que los de parentesco.
Se puede plantear como hipotesis que mas que complementa­
rias, estas practicas constituyen un momento diferente de la res­
puesta indigena que sigue ala resistencia activa y pasiva, una vez
que estas demuestran su ineficacia por la represion y persecucion
que desatan las sublevaciones y por la permanencia estable y con­
tinua de los colonizadores (la fuga y la muerte voluntaria tenfan
sentido como primera respuesta para un tiempo relativamente
corto, pero no como una forma de vida que se lega a los descen­
dientes). Esto nos lleva a sostener, a partir del caso de Cumbaya,
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de que al forasterismo inicial -con todas las implicancias que tiene
para el individuo y la comunidad- le sigue un proceso de reubica­
cion espacial que se traduce, con el correr de los afios, en la posi­
bilidad de reconstitucion de la comunidad sobre bases nuevas y
diferentes, como la territorialidad, que logran trascender los anti­
guos principios tribales con el parentesco como sistema domi­
nante de las relaciones sociales, y dar una identidad "etnica" mas
amplia a los grupos que la conforman, permitiendo a los indige­
nas una mayor capacidad de maniobra y supervivencia a los indf­
genas frente al sistema colonial espafiol.
La territorialidad como principio articulador de la comunidad,
permite expandir fronteras mas alla del ayllu e integrar a personas
oriundas de diferentes llactas en una nueva comunidad, diferente
ala procolombina, pero con un caracter c1aramente indtgena que
la distingue de la sociedad espanola.
La importancia de la nueva comunidad indigena que se consti­
tuye a partir del hecho colonial, radica en que pese a ser producto
de esta y a que conlleva practicas nuevas respecto a las tradicio­
nales -yen esta medida es consecuencia de las trasformaciones
coloniales- recoge elementos autoctonos, potenciandolos al
maximo debido a la situacion de crisis, tales como la flexibilidad
territorial y el forasterismo. Por 10 tanto, en el caso estudiado,
vemos tanto continuidades como rupturas a 10 largo de la historia
de los grupos indtgenas durante el perfodo colonial.
Al parecer, la apertura adaptativa permitio la sobrevivencia in­
dfgena, ya no como la comunidad N asentada sobre el territorio
X, sino como indios genericos, diferentes a los abongenes pre­
hispanicos y tambien a los espafioles; estos indios genericos por
ser portadores de un espfritu comunitario, pudieron mas adelante
-cuando tuvieron 0 crearon las condiciones adecuadas- reconfor­
mar comunidades indigenas que recogen elementos tradicionales
de la comunidad aborigen, como la relacion hombre-naturaleza,
practicas economicas de reciprocidad y colaboracion, etc.; y ele­
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mentos espafioles, nuevos cultivos y animales, herramientas,
practicas religiosas.
El proceso de colonizaci6n, que puede caracterizarse como el
juego de presi6n espanola -resistencia indigena, provoca, en una
primera etapa el desarrollo creciente del forasterismo, practice uti­
lizada por los indigenas para escapar al control colonial. Esta
practica, conocida por los indigenas pero desarrollada anterior­
mente en un contexto diferente, se caracteriza durante la colonia
por el abandono de la comunidad de origen, matriz cultural y pa­
renteral, se traduce en un corte de lazos con la tierra, con los pa­
rientes vivos y muertos, con el presente y el pasado, con 10 natu­
ral y sobrenatural, representado por la tierra y por la huaca y revi­
vido diariamente en la actividad productiva y festiva; implica,
ademas, recargar las obligaciones coloniales de los que se que­
dan, planteando la posibilidad de una salvaci6n individual. La
practica del forasterismo, en esta primera etapa, aparece como
una respuesta de corte personal, desesperada y desconcertada
ante el hecho colonial, donde los valores comunitarios y de tipo
colectivo parecen resquebrajarse hasta su punto maximo.
El forasterismo aparece, tambien, como un quiebre en la rna­
nera de ser y de hacer aborigen, se muestra como una practica
rupturista de los valores colectivos; sin embargo, al analizarlo
mas profundamente, se ve que pese a ser una respuesta descon­
certada ante una situaci6n limite, es portador de valores aborfge­
nes tradicionales, los mismos que pueden ser potenciados en el
momento y lugar en que las condiciones se presenten mas favora­
bles, permitiendo el re-nacer de la comunidad indigena.
Sin duda, estos procesos de etnogenesis no pudieron darse a
10 largo de todo el territorio controlado por los espafioles y requi­
rieron de una serie de condiciones objetivas y subjetivas, extemas
e internas los grupos indigenas en su relaci6n con los
vencedores. Tambien es indudable que en el transite de forasteros
e indios genericos a la reconfonnaci6n de la comunidad indigena,
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Comentario Final
el grupo aborigen perdi6 miembros ya que de forasteros se
convirtieron en mestizos culturales, los cuales en generaciones
posteriores, pudieron blanquearse negando sus ancestros
indigenas,
Al analizar 300 aiios de historia, vemos que procesos como e1
de Lumbisf no dejan un saldo en favor de los indfgenas;
perdieron miernbros, perdieron tierras, perdieron la libertad, Al
finalizar el pleito recuperan 40 caballerias de tierra que
posiblemente no son nada ante las miles que perdieron los
aborfgenes de toda America. Sin embargo, existe algo en 10 que
pueden considerarse triunfantes y es su testarudez de seguir
siendo indios, pero no indios sueltos y desvalidos, sino una
COMUNIDAD.
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