conferencia magistral “la jurisprudencia de la suprema corte de

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CONFERENCIA MAGISTRAL
“LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE
LA NACIÓN EN MATERIA DE PUBLICACIÓN DE LEYES”
PONENTE:
MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS
Mi intención es platicar acerca de algunos criterios de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en materia de publicación de leyes y quisiera a manera de
preámbulo, mencionar que cuando estamos en presencia de la producción
legislativa, la Teoría Legislativa involucra diferentes factores que no podemos
perder de vista ni dejar de tomar en consideración; factores tales como, por
supuesto, los autores de la ley, las personas a las que la ley va a ir dirigida, y que
desde luego, tienen que determinarse cuales son las finalidades para establecer
éstas limitaciones y, por supuesto, los valores que las justifican.
Todos sabemos que en nuestro sistema jurídico, pues existe la posibilidad de que
tengamos un ordenamiento legal piramidal a la manera como lo aprendimos en la
escuela, según Hans Kelsen, en la cúspide de esta pirámide se encontrará
siempre nuestra Constitución, como órgano máximo superior y que de él emanan
todas y todos los ordenamientos jurídicos que de alguna manera regulan nuestra
convivencia humana, la idea fundamental es que en ésta ley superior, en ésta
Constitución que tenemos establecida se tipifiquen fundamentalmente todos los
principios que deben de regir la legalidad de los actos de las autoridades.
Un principio que para mi es muy, muy importante es precisamente el principio
democrático, el principio democrático no tanto entendido desde el punto de vista
electoral, que en este momento está muy de moda a propósito del año, sino más
bien entendido a la manera del Art. 3° Constitucional, no solamente como una
estructura jurídica sino como una manera de ir mejorando cada vez más la vida
cultural, económica y social de los mexicanos.
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Entendida de esta forma la democracia, podemos pensar que de aquí mismo
derivan otros principios que resultan ser igualmente importantes como son el de
legalidad y de seguridad jurídica; a partir de estos principios, una norma que es un
requisito fundamental de nuestro estado de derecho no puede ser emitida de
manera irracional o de manera informal sino que tiene que ser emitida a través de
un procedimiento establecido incluso en nuestra propia Constitución, en el que
respetando cada una de estas etapas se le de precisamente a la ley la formalidad
y la obligatoriedad, sobre todo se necesita para que todos los ciudadanos nos
sintamos sometidos a ella. Entonces, de esta manera se establece en nuestra
Constitución, específicamente en el Art. 72 todas las etapas que conforman el
proceso legislativo y que ustedes conocen perfectamente bien desde la iniciativa,
la discusión, la aprobación, la sanción, la promulgación y por supuesto para
concluir con la etapa que a nosotros nos interesa, que es precisamente la
relacionada con la publicación. Debo mencionar que en la práctica se confunde
con mucha regularidad lo que es la promulgación con la publicación, incluso el
propio Art. 72 constitucional en alguna parte las utiliza de manera sinónima, y
también debo reconocer que existen numerosas tesis de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación que le dan prácticamente esta connotación de sinónimo y
dicen que son exactamente lo mismo promulgación y publicación. Sin embargo, si
acudimos un poquito a la Teoría Legislativa podemos ver que en realidad se trata
de actos distintos. ¿Por qué razón? porque la promulgación es aquella que llega al
Presidente de la República para que autentifique la existencia de la ley, la
reconozca y ordene su publicación, esa es prácticamente la promulgación, y la
publicación es el hecho material en sí mismo de hacer del conocimiento general la
ley correspondiente. Entonces, sÍ existe una diferencia aunque sea desde el punto
de vista teórico, y bueno, a lo mejor no importando demasiado que en algunas
ocasiones tanto en la legislación como en la jurisprudencia se le da una
connotación similar, pero si vale la pena esta aclaración.
En un proceso legislativo, que decíamos emana de nuestra Constitución, que se
encuentra perfectamente bien reglamentado en las leyes correspondientes, pero
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que finalmente hace que intervengan incluso dos tipos de autoridades; tanto la
autoridad ejecutiva como la autoridad legislativa, que desde luego no dejamos de
reconocer que en este proceso es la que lleva la batuta y la actuación
preponderante. Sin embargo, tampoco podemos soslayar que la intervención del
ejecutivo en un momento dado resulta también ser crucial, en ocasiones desde la
misma iniciativa, por supuesto el ejercicio del derecho de veto puede hacer que la
iniciativa correspondiente se vaya a la lata y no salga jamás. Entonces, es la
intervención de dos órganos, que de alguna manera están en diferentes ámbitos,
si tienen una injerencia directa en la elaboración de las leyes.
Pero decíamos, que lo que nos interesaba para el día de hoy, estaba más bien
relacionado con la publicación de las leyes y sobre todo relacionado con los
criterios que el máximo Tribunal en este sentido ha emitido. Por principio de
cuentas diríamos, la publicación de las leyes emana prácticamente de otro
principio que también ahora se encuentra muy de moda relacionado con la
publicidad y con la transparencia. ¿Por qué?, porque la idea fundamental de la
publicidad y de la transparencia es precisamente que toda la ciudadanía, que de
alguna manera se encuentra sometida a la legislación por voluntad propia, porque
esa es la idea, normalmente son nuestros representantes legales los que en un
momento dado la sancionan y en un momento dado la realizan, lo cierto es que en
un momento dado el problema de la publicación, decidamos, implica el
conocimiento de todos los actos de las autoridades. Entonces si vemos el proceso
legislativo como tal, entenderemos que la publicación, la publicidad y la
transparencia
se
encuentran
perfectamente
determinados
en
este
procedimiento.¿Por qué razón?, pues porque las sesiones de las Cámaras
correspondientes son públicas, pueden acudir a ellas los ciudadanos interesados,
porque las votaciones se dan de la misma manera, porque las discusiones, los
acuerdos y las decisiones que se tomen en este tipo de discusiones que se llevan
a cabo en las Cámaras también son susceptibles de ser publicadas, además de
ser escuchadas de manera presencial, tenemos la publicación oficial que se da en
el órgano establecido para esto a través del Diario Oficial de la Federación.
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Entonces, sí contemplamos en esto nuestros principios de publicidad y
transparencia. Pero decíamos, ¿cuál es la finalidad de la publicidad?, ¿cuál es la
razón de ser de la publicidad de la leyes?, la razón de ser de la publicación de las
leyes es primero que nada darlas a conocer a la ciudadanía, pero darlas a conocer
con el objeto de que entiendan que son obligatorias para ellos, es decir, el punto
fundamental es la publicidad, además de darlas a conocer, es el de precisamente
determinar su obligatoriedad.
Pues ya que hemos llevado a cabo la publicación de las leyes ordenada por el
Presidente de la República, una vez que ha sido promulgada la ley
correspondiente, entramos al aspecto de la publicación, y decíamos, aquí es
donde surgen dos situaciones importantes que es necesario mencionar, ¿cuáles
son esas dos situaciones importantes que debemos mencionar cuando ya existe
una ley publicada? por principio de cuentas que esa ley es obligatoria para todos y
aquí surge el principio de que la ignorancia de la ley no exime su cumplimiento,
¿por qué razón?, porque ya fue publicada y desde ese momento cuando entra en
vigor tenemos la obligación de cumplirla. El otro principio, y éste surge de la
Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es precisamente el
que la ley no necesita ser probada, la ley no es objeto de prueba y debo decirles
que esta es una tesis incluso muy viejita de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que me ha extrañado enormemente que no haya sido reiterada en épocas
posteriores, pero esta tesis de que las leyes no son objeto de prueba pues
realmente va con la época, sin embargo, son jurisprudencias que siguen vigentes
y que tienen su aplicación, pues se hacen cotidiamanente, en la gran mayoría de
los asuntos en los que se impugna la legalidad de alguna ley.
Estamos hablando de esto, pues en toda la República es donde tenemos amparo
contra leyes, tenemos dos criterios fundamentales que en estos momentos se nos
presentan respecto de la obligatoriedad de la ley.
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Revisando un poco las tesis que se han emitido tanto por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación como por algunos Tribunales Colegiados en materia de
publicación de leyes , pues pensaba en algo que pudiera interesar en relación a la
función realizada precisamente por las personas que se dedican a la publicación
de leyes y pensé que algo que pudiera llamar la atención son los criterios que ha
establecido la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando se trata de
problemas relacionados con la Fe de Erratas.
Si sabemos que existe la necesidad de emitir un documento y trátese de la
autoridad de que se trate: Ejecutivo, Legislativo o Judicial un documento en el que
se manifieste la decisión de cualquiera de estas autoridades, pues evidentemente
existe el riesgo de que al emitir este documento pudiera haber ciertos errores,
ciertos errores que en un momento dado pueden tener algún tipo de corrección.
Pero aquí hay que distinguir cuando estamos en posibilidad de modificar la ley
correspondiente y cuando estamos en posibilidad de publicar una Fe de Erratas en
la que simplemente se dice: Aquí hubo un error y por esta razón se esta haciendo
la Fe de Erratas correspondiente. Esto ha dado lugar a algunos juicios que se han
presentado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación precisamente para
determinar cuando sí es procedente la Fe de Erratas y cuando hay una violación a
las garantías de seguridad jurídica.
En el momento que se esta determinando que es a través de la Fe de Erratas
como se esta modificando prácticamente la ley correspondiente y por principio de
cuentas encontramos un criterio en la Suprema Corte de Justicia de la Nación que
nos dice primero que nada, que formalidades debe reunir ésta Fe de Erratas, y
establecer ¿quién la puede hacer? , ¿existe la necesidad en la Fe de Erratas de
determinar la autoridad de quién la lleva acabo?, la Corte dice que no, que esto
no es necesario, ¿por qué razón?, porque de las cuestiones que ha manifestado
es que en el momento en que se establece la Fe de Erratas ésta forma parte
inherente a la ley o al dictamen correspondiente que ya ha sido publicado,
entonces, si en la misma publicación de la ley no tenemos que motivar y fundar la
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competencia de quién realiza la publicación, porque es por demás entendido que
la hace el Director del Diario Oficial de la Federación. Entonces, evidentemente
cuando se trata de una Fe de Erratas, pues tampoco tenemos que determinar de
manera expresa quién es la autoridad que esta formulando esa Fe de Erratas, eso
no quiere decir que desde el punto de vista interno de responsabilidad interna
dentro de la Secretaría no se tengan los controles necesarios para poder saber de
quién fue el error, pero esto no implica que invalide la ley el hecho de que no se
establezca quién emitió esa Fe de Erratas correspondiente. Esto ya esta
establecido por la Corte.
Por otra parte, decía es una parte inherente a la propia ley, entonces se considera
que una vez que se haya hecho la corrección respectiva con la Fe de Erratas ésta
forma parte del documento mismo de la ley y por tanto, si se llegara a impugnar
esta ley pues siempre habrá que tomar en consideración la Fe de Erratas
respectiva.
Decíamos, ¿qué es lo que podemos corregir a través de una Fe de Erratas?, y les
comento, ¿porque razón se establecen este tipo de preguntas?, porque al seno de
la Suprema Corte han llegado diversos asuntos donde en ocasiones se han hecho
correcciones que quizás van más allá de las posibilidades que se pueden realizar
a través de una Fe de Erratas, constituyéndose precisamente en modificadores de
la disposición correspondiente sin tener en un momento dado la competencia para
ello.
Les cito algunos ejemplos que de alguna manera nos clarifican a veces esta
situación, al menos nos presenta la posibilidad de entender más fácilmente
cuándo estamos en posibilidad de hacer una corrección a través de este medio y
cuándo esto no es posible: Uno es el que establece en una jurisprudencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que se determinó que de alguna
manera que estableciendo los diferentes procesos legislativos, las partes del
proceso legislativo pudieran ser que los errores se pudieran cometer en estas
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diferentes etapas del proceso legislativo, tenemos la discusión de la ley y luego
tenemos la aprobación de la ley, después la promulgación y después la
publicación, pudiera ser que dentro de la discusión de la ley al seno de las
Cámaras de los Legisladores pudiera determinarse cierta situación pero en el
momento que esto sea aprobado no se apruebe de la manera específica en que
se discutió, pero la aprobación dada a través de la votación correspondiente
queda de determinada manera. Entonces ha sucedido, que en ocasiones se llegan
a promover juicios de amparo diciendo que podría darse una Fe de Erratas porque
de alguna forma se discutió y se entendió que la ley debía de tener tal o cual
sentido, o tal o cual palabra, no obstante esto, en la aprobación no pasa en los
mismos términos, entonces se dice que es motivo de una Fe de Erratas porque
evidentemente fue lo que el legislador quería, y aquí la Suprema Corte de Justicia
de la Nación lo que ha dicho, es que no puedes en un momento dado a través de
la Fe de Erratas hacer ese tipo de correcciones por que independiente de que
durante la discusión se hubiera podido tomar el tema, lo que importa para efectos
de la publicación es realmente como quedó el documento final, lo que realmente
llego a ser promulgado por el presidente de la República y de lo que se ordenó la
publicación correspondiente, por que de lo contrario, el Director del Diario Oficial
ya no solamente se convierte en el órgano publicador de la ley sino en el
interpretador de lo que quiso decir la Cámara correspondiente o las Cámaras
correspondientes en el momento de la discusión, es decir, yo entendí que quiso
decir esto, quizás no se puso de manera puntual, entonces yo hago la corrección
correspondiente. Esto no es factible, si se llega a dar una situación de ésta
naturaleza estamos desvirtuando la competencia del Director del Diario Oficial de
la Federación, sin embargo, les digo que cuando se trata de obtener la invalidez
de un acto de aplicación de una ley pues se recurren a muchos tipos de
argumentos tales como éste que han dado lugar a éstas tesis de jurisprudencia en
el sentido de manifestar que no pueden ir hasta la determinación de una Fe de
Erratas.
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Por otro lado, también pudiera darse el caso de que en un momento dado cuando
pasa de la discusión al dictamen correspondiente hay la intervención del
Presidente de la Cámara y el Secretario correspondiente que son los encargados
de elaborar el documento en el cual va a quedar plasmada la ley necesaria, hay
ocasiones en que ellos mismos realizan un cambio, un cambio en la redacción, un
cambio en el estilo entonces, aquí estamos pensando de que si se da ese cambio
de estilo, podemos acudir a un juicio de amparo para decir: Esto no fue lo que
quiso decir el legislador y por tanto, da lugar a la modificación de la ley a través de
una Fe de Erratas, pues tampoco podríamos hacerlo. Porque, finalmente la
discusión es la que determina el dictamen correspondiente y no es ni el presidente
ni el secretario el que tendría la facultad de interpretar lo dicho por la Cámara,
finalmente, lo que ellos van a hacer es determinar a través de un documento cual
fue el resultado que arrojó la Cámara correspondiente, pero no pueden determinar
si ellos quisieran o no decir tal cosa, porque exceden a la competencia de sus
atribuciones.
Otra posibilidad de modificación que se puede dar es cuando llega a los efectos de
la promulgación, es decir, llega al Presidente de la República para efectos de
reconocimiento y de autentificación y en ese momento dijeron: Yo creo que no
está bien entendida la ley, por ello le vamos a hacer esta pequeña modificación.
Esto tampoco se puede hacer. No es el momento, el Presidente de la República
podrá tener la posibilidad de ejercer su derecho de veto pero nunca de modificar lo
que en un momento dado ya constituye la decisión del Órgano Legislativo, y por
tanto, una situación de esta naturaleza tampoco es motivo de una Fe de Erratas.
En estas circunstancias, ¿qué es motivo de una Fe de Erratas?, ¿qué es lo que
nos da materia a esta posibilidad?, lo que nos da materia a esta posibilidad, es
precisamente que lo emitido a través del documento que ha sido aprobado por las
Cámaras, sancionado y promulgado por el Presidente de la República, en el
momento en que pasa al órgano de publicación y se está llevando a cabo la copia
de este documento, o bien haya faltas de ortografía, eso sería imperdonable, que
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no se pudieran corregir a través de una Fe de Erratas, o bien, que en un momento
dado por omisión, se pudiera evitar la trascripción o la copia de determinada parte
de este documento y que en el momento que se lea para su publicación se
advierte que no fue completo, pero sí existía en el documento que ya fue
reconocido desde su publicación, esto sí nos da lugar a una Fe de Erratas, ¿por
qué razón?, porque sí fue la voluntad del legislador, sí fue el documento
promulgado por el presidente de la República y simplemente de lo que se trata es
de un error de publicación.
En síntesis, estamos en posibilidad de hacer una Fe de Erratas cuando tenemos
un error de publicación, no un error de interpretación que se de a la discusión, a la
aprobación o a la promulgación del decreto correspondiente, de esta manera, la
Corte ha tratado de establecer esta diferencia entre las posibilidades de entender
cuando estamos ante la posibilidad de una Fe de Erratas, cuando estamos en la
presencia prácticamente de la modificación de la ley habrá que emitir otra vez un
acto administrativo, cambiar la voluntad del legislador. Si es importante, les decía,
porque se han suscitado muchísimos juicios al interior de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en la que se hacen planteamientos de esta naturaleza. Sin
embargo, existen estas tesis de jurisprudencia, que de alguna manera nos definen
de manera tajante y expresa cuando estamos en presencia de ésta posibilidad y
cuando nos excedemos interpretando lo que en un momento dado hubiera querido
decir el legislador, pues no es esa la razón de ser del Director del Diario Oficial.
Otra de las jurisprudencias que en un momento dado se ha emitido por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y por los Tribunales Colegiados en
materia de publicación, es muy recurrente una causal de improcedencia que se
hace valer con bastante frecuencia que es la relativa a la consumación de los
actos. Como todos ustedes saben el Art. 73 de la Ley de Amparo, en la Fracción
IX siempre establece que no podrá proceder el Juicio de Amparo cuando el acto
reclamado haya sido consumado de manera irreparable y se nos dice
normalmente en los informes con justificación que por lo regular, vienen a las
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Cámaras, se dice que es improcedente el Juicio de Amparo, porque estamos en
presencia de esta causal que se establece en la Fracción IX del Art. 73 y se dice
que esta causal es valedera precisamente porque si ya se llevo a cabo
prácticamente todo el proceso legislativo y ya culminamos incluso con su
publicación, pues se trata de actos consumados de manera irremediable. Por
tanto, ¿qué se puede ofrecer en el juicio?, pues esto evidentemente no es posible,
¿por qué razón?, porque la improcedencia a la que se refiere la causal de la
Fracción IX, es decir la consumación a la que se refiere esta ligada precisamente
a actos consumados de manera irreparable, es decir, que aquellos que aunque se
llegue a conceder la protección federal solicitada, ya no va a ser posible
restablecerlos.
Recuerden ustedes, que cuando estamos en presencia de un Juicio de Amparo y
llegamos a tener una sentencia estimatoria, los efectos de la sentencia del Juicio
de Amparo quedan establecido en el Art. 80, es que se retrotraigan las cosas al
estado en que se encontraban antes de la violación, es decir, que nos dejen como
estábamos, ¿por qué?, pues porque el acto fue inconstitucional, si estamos en
presencia de la impugnación de una ley, una ley que ya paso por todo un
procedimiento que ya se culminó, pero esa culminación que fue como acto último
la publicación de esa ley, podemos entender que es consumada irreparablemente
para efectos del Juicio de Amparo, pues no, no podemos entenderlo así, porque si
se publicó la ley, tan se publicó que por eso me causo perjuicio, si no se hubiera
publicado yo no estaría en posibilidades de impugnarla, porque si no esta
publicada, no me causa ningún agravio, no es obligatoria y por tal motivo no
resiento perjuicio alguno, entonces si no resiento perjuicio alguno mi Juicio de
Amparo es improcedente, tan sencillo como esto, no te causa perjuicio y por tanto
no tienes interés jurídico para acudir al Juicio de Amparo.
Entonces la ley sí necesita estar vigente, la ley necesita estar publicada, estar
concluido el procedimiento legislativo. Sin embargo, esa consumación del
procedimiento legislativo no tiene la característica de irreparabilidad a que se
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refiere la Fracción IX del 73, ¿A qué irreparabilidad se refiere la Fracción IX del
73? La irreparabilidad a la que se refiere este artículo normalmente está ligada a
aquellos actos que entrañan dentro de sus posibilidades normalmente cuestiones
de carácter perecedero, es decir, que el acto reclamado fue referido a una
situación en la que se encontraba, pues a la mejor un establecimiento en el que
estaban vendiendo frutas, verduras, lo que usted quiera, y se había clausurado
ese establecimiento y al haberlo clausurado, si no podemos en un momento dado
conseguir el amparo para esta situación o no se suspendió ese acto, bueno ya no
nos importa que se conceda el amparo, ¿por qué razón?, pues porque
seguramente las frutas y verduras pasado determinado tiempo ya se echaron a
perder, es decir, ya se acabaron. Ahora también puede suceder que el objeto de
nuestro acto reclamado pudiera ser un obra de arte, pudiera ser un monumento
histórico que en el momento de ser destruida, evidentemente aunque
concediéramos el Amparo, la irreparabilidad para retrotraer las cosas al estado en
que se encontraban antes de la violación prácticamente se vuelve imposible, por
qué razón, porque aunque tuviéramos la mejor intención de construir el inmueble
en la forma más parecida al que estaba, evidentemente jamás podrá ser el
monumento histórico del que se trataba o la obra de arte de que se trataba, ¿por
qué razón?, porque sus autores hace muchos años quizá hayan fallecido y que
por esa razón no es posible reparar.
Entonces tomando en consideración que cuando se trata de actos reclamados de
esta naturaleza, es a ésta a la irreparabilidad a la que se refiere la fracción IX del
artículo 73, no a la consumación de un acto que en un momento dado esa
consumación implica la posibilidad de su impugnación por que si no se
estableciera esa consumación no estaríamos en la posibilidad auténtica de
poderla impugnar a través del Juicio de Amparo, ¿por qué?, porque no nos estaría
dando perjuicio, tan sencillo como eso, no estaríamos en posibilidad de
impugnarla.
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Otra de las situaciones que resulta importante mencionar es la vigencia en un
momento dado de las leyes, ¿a partir de que momento cobran vigencia las leyes?,
esta sería prácticamente la última etapa del procedimiento legislativo, la anterior
es la publicación, y precisamente la publicación es la que en muchas ocasiones o
en todas las ocasiones además de la obligatoriedad nos va a determinar la
vigencia de la ley. Si el decreto correspondiente no nos determina de manera
expresa a partir de qué momento comienza la vigencia de la ley, bueno ahí no
tenemos ningún problema, simplemente acudimos a lo que establecen de manera
expresa los artículos 3 y 4 del Código Civil Federal en el que nos dice que todo
acto legislativo podrá tener vigencia tres días después de su publicación, incluso
nos da aquella posibilidad de que en lugares que son muy distantes ir contando un
día más por cada 40 kilómetros lejanía, es un artículo que ya es un poco antiguo,
porque tomando en consideración los medios de comunicación que actualmente
existen evidentemente ya las situaciones relacionadas con el kilometraje en la
distancia de los lugares a los que tiene que llegar la disposición correspondiente
pues creo que está bastante superada, quizás no del todo, pero si bastante
superada por los mismos medios de comunicación que actualmente tenemos,
aunque de todas maneras no desconocemos, que es precisamente el Diario
Oficial de la Federación el único medio oficial hasta este momento de publicación.
Aunque también entendemos que la tecnología de alguna manera esta avanzando
de forma tan galopante que llegaremos al momento en que quizás se recurra a
otro tipo de medios electrónicos y tecnológicos mucho más avanzados para lograr
un tipo de publicación mucho más ágil, mucho más rápida, pero esto
necesariamente amerita una reforma legal, no se puede establecer de manera
específica con la buena intención de querer mejorar la comunicación a través de
este tipo de medios. Si necesitamos una reforma legal que autentifique la
posibilidad de realizar este tipo notificaciones a través de otros medios. Decíamos
entonces, que la vigencia de las leyes se da a través del decreto correspondiente
y que cuando esto no lo establece de manera tajante, bueno recurrimos al Código
Civil, pero hay ocasiones en que los transitorios normalmente son los que nos
dicen en que momento la ley va a entrar en vigor, son los que nos determinan
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prácticamente a partir de qué momento es ésta obligatoria, y así existen
posibilidades de que se de al día siguiente de su publicación, y a veces períodos
prolongados precisamente para hacer los preparativos necesarios para la
aplicación de la ley.
Sin embargo, también hay ocasiones en que la ley al momento de ser publicada
establece que su obligatoriedad y su vigencia se dará a partir precisamente del
momento de su publicación, esto ha sido combatido en muchas ocasiones ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, precisamente diciendo que no les dan la
oportunidad suficiente para poder preparar lo necesario para el cumplimiento a la
ley, y si el Código Civil establece la posibilidad de que la vigencia se de en tres
días, que no les parece en ocasiones correcto que la vigencia se de el mismo día,
sin embargo, también en ese sentido la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
emitido criterios para manifestar que no importa si la ley determina su vigencia a
partir del mismo día, que esa será su vigencia correspondiente, por lo que no nos
deja en estado de indefensión,¿por qué no nos deja en estado de indefensión?,
pues simple y sencillamente porque cuando estamos ante la impugnación de una
ley que bien puede ser de carácter autoaplicativo o heteroaplicativo, si estamos en
el segundo caso de una ley heteroaplicativa tendremos cuando menos quince días
a partir de que se nos notifique el acto de aplicación, fíjense, ni siquiera es el acto
mismo de la vigencia de la ley a través de la publicación en el Diario Oficial de la
Federación, es hasta que se nos aplique, ya sea por un particular, ya sea por una
autoridad o porque el propio quejoso se auto coloque en el supuesto de la norma,
a partir de ese momento tenemos quince días para su impugnación, entonces en
realidad no hay ningún estado de indefensión para determinar que la vigencia
establecida el mismo día pueda causarnos este tipo de perjuicios y tampoco
puede establecerse respecto de las leyes auto aplicativas. ¿Por qué razón? Pues
porque para éstas tenemos un plazo distinto. Para éstas tenemos un plazo de 30
días para su impugnación y esto nos da la posibilidad de mayor tiempo para la
preparación de la demanda correspondiente, independientemente sobre todo en
leyes como las fiscales que son en un momento dado las más combatidas, ¿por
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qué? porque nos dejan generalmente erogación pecuniaria y es la que más nos
duele, de alguna manera existen despachos especializadísimos que desde que se
esta gestando la reforma fiscal correspondiente, ya están trabajando sobre las
demandas y sobre los asuntos que publican, precisamente para ver que ley van a
impugnar, si la van a impugnar como ley autoaplicativa, si la van a impugnar como
heteroaplicativa y que es lo que van a hacer valer de este problema, entonces
tampoco existe de ninguna manera la posibilidad de establecer un estado de
indefensión.
Habíamos mencionado también un criterio que se dio en materia de controversia
constitucional, habíamos mencionado que durante el proceso legislativo de alguna
manera, se involucran dos tipos de autoridades que son precisamente la
Legislativa y la Ejecutiva, sin embargo, tuvimos hace poquito en la Suprema Corte
de Justicia de la Nación una controversia Constitucional porque se emitió un
artículo en la Constitución local del Estado de Aguascalientes en la que se
permitía que si el Gobernador del Estado no ejercía el derecho de veto o sin
ejercerlo no regresaba la ley en el tiempo correspondiente al Congreso del Estado,
era el Estado el que tenía la posibilidad de ordenar la publicación, esto dio lugar,
les decía a una controversia constitucional, ¿por qué? Pues porqué si nosotros
analizamos la Constitución en el Artículo 72, tenemos que es el Presidente de la
República como representante del ejecutivo el que, normalmente a través de la
promulgación ordena la publicación de la ley y quizá, esto nos hay hecho concebir
que debe ser ésta la autoridad encargada precisamente de ordenar esta
publicación. Entonces con esta idea acude prácticamente el Gobernador del
Estado de Aguascalientes impugnando la inconstitucionalidad del artículo que
había establecido el Congreso del Estado precisamente diciéndole: Mira si yo te
mando la ley para efectos que determines si ejerces o no el derecho de veto o de
una vez la promulgas, te digo que tienes diez días para hacerlo, si en diez días no
me la regresas ni te pronuncias a favor o en contra de la ley, entonces entiendo
que tácitamente ya la estás aceptando pero como no me la regresas, yo debo
mandarla a publicación, porque si no se hiciera así lo único que haces
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Gobernador, así le dice el Congreso, es entorpecer la función del Legislativo, ¿por
qué razón?, porque se dio el caso de que mandándole la ley al Gobernador para
efectos de que si ejercía o no su derecho de veto o si la promulgaba, se quedo
callado, no hizo absolutamente nada. Entonces decían ellos: “Nuestra Constitución
lo único que nos decía era que en diez días nos tenía que regresar la ley, y que en
esos diez días si él establecía alguna observación o ejercía el derecho de veto,
nosotros teníamos a través de las dos terceras partes del Congreso determinar si
aceptábamos o no la promulgación correspondiente, si reunían la mayoría
calificada, bien podían en un momento dado contestar las observaciones
realizadas por el Gobernador”; pero resultó que ni siquiera hizo caso, ni siquiera la
regresó y no dio la oportunidad de que estableciera la mayoría calificada para
determinar o no las observaciones, sino que simplemente se quedo con la ley y al
quedarse con la ley, pues no hubo ley, ni veto, ni aprobación, ni observaciones, ni
nada. Entonces, el Congreso de manera muy diligente legisló y le dijo: “Pues
cuando no me la regreses, ni ejerzas el derecho de veto, ni me hagas
observaciones y simplemente te la guardes en el cajón, en ése momento
transcurridos los diez días yo ordeno su publicación”, y esto, les decía, dio lugar a
esta Controversia Constitucional y la Corte decía, precisamente que, ¿porqué el
Congreso se excedía en sus facultades? porque esta debía entenderse como una
facultad exclusiva del Ejecutivo del Estado, el Gobernador era el único que podía
ordenar esta promulgación, entonces se dijo no, no es exclusiva que en nuestro
sistema jurídico se acepte que intervenga el Ejecutivo y que lleve a cabo este tipo
de observaciones, que lleve a cabo la promulgación, es perfectamente válido, pero
esto no quiere decir que el Legislativo en una situación donde la da prácticamente
la oportunidad de desarrollar la función que le corresponde dentro del proceso
legislativo al Ejecutivo y si este no la hace, entonces con tal de que no se
entorpezca la función jurisdiccional que se lleve a cabo el proceso con la celeridad
y prontitud que la ley amerita.
Evidentemente, es constitucional que se establezca una orden de publicación por
parte del propio Legislativo, y si fue aceptado y así fue resuelto. Fue novedoso en
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su momento pues se dijo que no puede el Legislativo promulgar una ley, no es
exclusivo del Ejecutivo promulgar una ley, sin embargo, en situaciones de esta
naturaleza, los argumentos resultaron lógicos, coherentes, acordes a la función
legislativa, se determinó esta situación. No quisiera cansarlos, quisiera pedirles
que si en algún momento, hubiese alguna pregunta relacionada con cuestiones en
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pudiera tener algún criterio con
muchísimo gusto, estoy abierta a escucharla y si no puedo responderla por lo
menos podemos agrandar la duda. Gracias.
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