Diputada Isabel Allende Bussi, Presidenta de la Comisión de

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Diputada Isabel Allende Bussi, Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y de Familia de
la Cámara de Diputados de Chile.
Quiero estas primeras palabras queridas amigas; compañeras; legisladoras mexicanas:
Agradecerles esta invitación, agradecerles como señalaba aquí la compañera, mi agradecimiento,
el agradecimiento de muchos chilenos y latinoamericanos que en los momentos difíciles, cuando
perdimos la democracia y cuando se perseguía políticamente a nuestros compatriotas y a sus otros
latinoamericanos, encontraron en este país tierra generosa que abrió sus puertas; encontraron una
segunda patria y pudieron rehacer sus vidas.
Una vez más, gracias por esa solidaridad. ¡Gracias querido México!
Quisiera además señalarles que agradezco la oportunidad, gracias a la invitación que se nos
formulara, a la comisión bicameral del Parlamento de Mujeres de México, porque es la primera vez
que asisto a una reunión de estas anuales que el Parlamento de Mujeres de México lleva a cabo.
Y quiero decirles que lo que ya he logrado escuchar me ha permitido darme cuenta que ustedes
han sido un instrumento muy importante. Y lo digo como legisladora.
Nosotros no tenemos, siendo bicamerales también, no tenemos una comisión bicameral única que
esté abocada a un tema tan importante como es el tema de equidad de género; como es el tema
de terminar con la discriminación; como es el tema de los derechos humanos y los derechos de las
mujeres.
Yo felicito que ustedes lo hayan logrado y de verdad creo que lo menos que puedo decir cuando
regrese a mi país, es que espero ser escuchada y diéramos un paso en ese sentido. Y lo digo
además como legisladora en el sentido que uno no sólo tiene la responsabilidad tan importante de
labrar marco jurídico a través de la legislación que influye en nuestras vidas cotidianas, sino que
también lo digo que uno representa a esos ciudadanos que votaron, que nos entregaron su
representación, que nos dieron esa confianza y que siempre encuentran tan poco espacio de
participación.
Yo lamento reconocer como legisladora chilena, que no existe prácticamente instancia de esa
naturaleza, que uno diga desde la sociedad civil, desde las regiones, desde las organizaciones,
uno puede escuchar la voz de tantas mujeres, de tantas ciudadanas, de tantos ciudadanos, que
estoy segura tienen mucho que decir y aportar.
Y por eso quiero decirles felicitaciones por lo que tienen. Espero que sigan avanzando y cuiden
algo que ha sido muy importante y sigan realmente avanzando en esto.
Aquí se ha señalado y todas y cada una de nosotros lo hemos vivido y lo sabemos; creo que la
experiencia de la mujer chilena no difiere mucho del resto de las mujeres de nuestra región, del
resto de las mujeres de Latinoamérica y probablemente también de otros países o de otros
continentes. Pero fuimos entrando, obviamente de una manera muy progresiva a la ciudadanía,
muy lentamente, ojalá hubiera sido a otro ritmo en fin, a tener nuestros derechos reales. Y también
por cierto no sólo ciudadanas con derechos, también con nuestras obligaciones.
Este ha sido un largo camino, una larga lucha y tenemos que agradecerle a muchas mujeres que
fueron capaces de abrir ese espacio y que dieron esa lucha que en el caso nuestro nos permitió
solo apenas, a partir del año 52, votar y ser elegidas, sólo en el 49 se entregó el derecho al
sufragio pero sólo para elecciones municipales; ya a partir del 52 era posible entonces participar
con el derecho a voto para cualquier nivel de elecciones.
Yo creo que poco a poco nos fuimos abriendo ese espacio; en la década de los 60 van
participando más ampliamente las mujeres e interesante también fue la década de los 60, no
exento de polémica, no exento de controversia. Pero poco a poco incluso, fuimos conociendo los
primeros avatares de lo que tiene que ser también derecho reproductivo a partir de la posibilidad
de controlar mecanismos de natalidad, diversos mecanismos de control de natalidad.
Poco a poco fuimos avanzando en el conocimiento de nuestros derechos. Derechos, sobre todo
derechos humanos que se vieron violentamente interrumpidos cuando perdimos la democracia
durante 17 años, y no puedo dejar de decir acá que fueron particularmente las mujeres, las
mujeres que sufrieron la represión en carne propia y que por cierto fueron objeto también no solo
de torturas sino también con alto componente sexual como suele ocurrir en las situaciones de
conflictos bélicos o de violación a los derechos humanos.
Mujeres que quedaron solas, mujeres que tuvieron que hacerse cargo de la familia, mujeres que
dieron el ejemplo en la organización de la agrupación de familiares detenidos, desaparecidos, de
ejecutados y tantas más, mujeres que dieron el ejemplo en la calle, mujeres que lucharon en la
democracia y mujeres que fueron las primeras en unirse a entender de que efectivamente para
recuperar una democracia había que hacer una lucha muy amplia y nadie podía quedar excluido.
Una vez más, gracias y mi reconocimiento a esas mujeres que dieron su batalla en las calles de
Chile.
Yo creo que ha sido particularmente a partir de la recuperación de la democracia del año 90, en los
tres gobiernos que llevamos de la concertación, que se han hecho los avances más substantivos
de las mujeres. Avance en el ámbito legislativo, avance no sólo en ese ámbito también cultural y
socialmente hablando.
Yo creo que ha sido histórica la conclusión que han hecho estos tres gobiernos para avanzar en
ese camino de la igualdad de los espacios de las mujeres y creo que una vez más esos avances
se deben a la lucha de tantas mujeres.
No puedo dejar de mencionar, por ejemplo, que hemos logrado que la Constitución Política
nuestra, ahora hace un par de años solamente, establecimos de manera explícita la igualdad entre
hombres y mujeres.
El actual artículo primero en la Carta señalaba, comillas: "las personas nacen libres e igual en
dignidad y derechos", –señala perdón. Antes decía: "Los hombres nacen libres en iguales dignidad
y derechos".
¿Por qué hicimos esto junto con el artículo 19, donde decimos "hombres y mujeres son iguales
ante la ley"? No es solamente un tema retórico, yo creo que es el reconocimiento a los derechos de
la mujer desde una perspectiva legal que implica que todas las decisiones que se tomen respecto a
las leyes, a la norma que conforma nuestro estatuto jurídico, nuestro estado de derecho, tienen
que estar bajo el apercibimiento de ser declarados constitucionales.
Desde esa perspectiva también, por cierto, hemos suscrito convenios como la Convención contra
toda eliminación de la forma de discriminación contra la mujer; la Convención Interamericana para
prevenir y erradicar la violencia en contra de la mujer, de Belendo Pará (?), que nos ha obligado a
ir adaptando nuestra legislación.
Cambios en la situación constitucional que ha tenido importantes consecuencias en nuestra
legislación interna. No es que lo hayamos resuelto todo, pero vamos avanzando.
Así hemos logrado desde hace 10 años, una ley que sanciona la violencia intrafamiliar. No es la
solución la Ley de Violencia Intrafamiliar, pero caramba que ha permitido visibilizar un problema
que estaba oculto, que estaba escondido en cuatro paredes y que hoy día les permite a las
mujeres hacer la denuncia y cada vez más hemos ido avanzando.
Acabamos de hacer modificaciones porque nos dimos cuenta que la ley es insuficiente. Con todo,
yo me declaro crítica todavía a la ley que tenemos y saben por qué, porque todavía se sigue
considerando como una falta y no realmente, propiamente, un delito. Y saben además por qué,
porque las medidas cautelares son insuficientes.
¿Y qué significa eso? Que muchas veces esa violencia que se ejerce al interior de la casa, termina
después incluso en el feminicidio o asesinato de muchas mujeres y eso por la incapacidad de la
policía de poder realmente ejercer lo que la ley debiera ser, por lo tanto, debemos avanzar aún
más en ese plano.
Quisiera decir además, que hemos consagrado la igualdad de derechos entre hijos e hijas nacidos
dentro y fuera de matrimonio, porque nosotros teníamos una distinción que hablaba de los hijos
naturales y hoy día todos son hijos, por lo cual no aceptamos la estigmatización porque no es
responsabilidad de ellos, es responsabilidad de sus padres.
Queremos decirles que vamos avanzando también en la legislación de un nuevo régimen
patrimonial de matrimonio. Por qué. Porque creemos que la mujer evidentemente que tiene
capacidad para administrar sus bienes conyugales.
Por último, también queremos decir que el día que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer
se promulgó la Ley de Acoso Sexual. Esta ley es muy importante. La acabamos de promulgar y
esto significa: el acoso sexual en el ámbito laboral y, por lo tanto, tuvimos que modificar el Código
del Trabajo y esto afectaba aproximadamente a más de 20 por ciento de mujeres. De qué se trata.
De darle un ambiente laboral a las mujeres que permita ejercer su función con dignidad y que
tengan herramientas para defenderse cuando son, efectivamente, acosadas. Es un orgullo poder
decir que dimos un paso más.
Hemos logrado avanzar en la incorporación de la mujer en el mundo laboral y ayudado, entre otras
cosas, por lo que les acababa de señalar como ley. Sin embargo, Chile es uno de los países que
ocupa una de las menores estadísticas de la incorporación de la mujer. Apenas vamos en un 38
por ciento; es una cifra todavía baja. Eso está hablando de una sociedad que no ha sido capaz de
dar todas las facilidades para que las mujeres puedan incorporarse al trabajo. Me refiero a la
educación preescolar, me refiero a las diversas políticas públicas que ayuden a que las mujeres
podamos estar en el ámbito privado y público.
Podemos ejercer nuestras funciones laborales, pero también tenemos quién se haga cargo. Saben
por qué. Porque estoy segura que pasa lo mismo en México, porque las mujeres no sólo, cuando
nos incorporamos al mundo laboral, trabajamos, sino que obviamente viene la segunda jornada.
Por qué. Porque básicamente sigue siendo responsabilidad de las mujeres todo lo que son las
tareas domésticas y quisiéramos avanzar culturalmente para decirles cuánto gana el ser humano si
es capaz de entender que compartir tareas en la crianza de los niños o tareas domésticos, lejos de
perder en dignidad la ganan. Ojalá que vayamos avanzando en eso.
Quiero decir, con bastante orgullo, porque nos costó muchísimo, que Chile era el único país de
todo el mundo occidental cristiano que no tenía ley de divorcio. Quiero decir que la hemos
conseguido después de una ardua y larga batalla. Y lo digo con orgullo, y lo digo con orgullo
porque no se trata, como se nos trató de simbolizar, que éramos destructores de familias, sino al
contrario, se trata de regular esos quiebres que se dan no porque haya una ley sino porque esa
relación de amor se ha roto. Enhorabuena que hoy día podamos tener divorcio y las mujeres y los
hombres puedan rehacer su vida y tener nueva oportunidad.
Queremos decir, sin embargo, que todavía nos falta mucho por recorrer. Nos preocupa, nos
preocupa la precarización del trabajo a la mujer, nos preocupa la feminización de la pobreza en la
mujer, nos preocupan todas estas mujeres dueñas de casa que, llegado un momento dado,
quedan solas y no acceden a ninguna previsión. Nos preocupa entonces también la discriminación
laboral en cuanto a salario. Las mujeres suelen ganar un 30 por ciento menos, ejerciendo el mismo
cargo o la misma responsabilidad.
Son temas que están pendientes, son temas que esperamos incorporarlos. Yo podría hablarles
mucho rato. No creo que tenga sentido darles grandes cifras, pero quiero decirles algo más.
Nuestra participación ha ido ganando espacio, pero todavía es lento. Yo éste es el tercer período
que ejerzo como diputada y termino en un año. Quiero decirles que cuando entré a la Cámara –
somos 120 los diputados en total—había 9 mujeres. Al período siguiente, 4 años después,
pasamos a ser 12, hoy día somos 15. A este ritmo podrán pasar muchos años más o muchos
períodos legislativos más antes que ni siquiera lleguemos a ser ni el 30 por ciento.
Por eso yo soy una de las que cree que hay que tomar medidas de acción positiva. Creo que
tenemos que darnos oportunidad. Ese es un tema. Es rebatible, lo reconozco, pero ¿saben una
cosa?, los únicos países en el mundo que han logrado mayor equidad o lo que se conoce como
"democracia paritaria" son aquellos que han sabido legislar para entregar la oportunidad de
participación que es tan importante en el ámbito público.
Y sobre eso no puedo dejar de decir algo: Hoy día estamos viviendo una situación particular. El
Presidente Lago, que es nuestro actual gobernante, por primera vez en su mandato nombró cinco
ministras mujeres, de las cuales una era de Defensa, otra de Salud, otra la de la Mujer y otras más.
Pero les quiero decir una cosa, las dos mujeres sistemáticamente mejor evaluadas durante esos
cinco años que ejercieron en distintos momentos su capacidad de ministras, que ejercieron su rol
de ministras, fueron sistemáticamente la ministra de Defensa y la ministra de Relaciones Exteriores
y sistemáticamente las mejor evaluadas. Chile nunca, en toda su historia, había tenido una ministra
de Defensa ni de Relaciones Exteriores.
El resultado es que empezaron a estar cada día más arriba las encuestas y la valoración y en la
percepción de la ciudadanía. Y ¿saben? Hoy día ambas son dos precandidatas de la coalición de
gobierno para la elección presidencial del próximo año.
Es la primera vez en toda la historia nuestra, y yo estoy segura que así va a ser, que vamos a tener
no un presidente, sino una presidenta el próximo marzo del 2006.
Y me siento orgullosa porque estas mujeres, va a ser una, porque vamos a lograr a través de una
primaria decidir cuál de las dos de nuestra coalición va a ser la candidata única, por cierto
candidata única, programa única lista parlamentaria, única, pero ¿saben qué? Esto es producto de
haberse desempeñado; y esto lo pudieron hacer porque la oportunidad se las pasó el Presidente
Lagos. Si el Presidente no dice: "Yo nombro a estas mujeres ministras...", no habrían podido
mostrar su capacidad. Y hoy día son candidatas, o precandidatas porque la ciudadanía así lo ha
querido y esto significa que no fue su nominación en cuatro paredes, por los presidentes de partido
o por los dirigentes de partido. Sino ¿Por qué? Porque la ciudadanía las reconoció.
Y ¿saben? Cuando se preguntó a través de encuestas por qué estarían dispuestas a apoyar a
mujeres, los argumentos son: "Porque a las mujeres las vemos más sinceras, más transparentes,
más cercanas, más afectivas, una manera distinta de relacionarse con el poder...". Y lo creo
profundamente.
¿Cuánto tengo de tiempo? Yo quiero ser muy respetuosa del tiempo de ustedes, del tiempo de
ella, así que les quiero decir algo, porque podría a la mejor entusiasmarme mucho, pero
conclusiones.
Las mujeres hemos hecho largos caminos, muchas antes nos precedieron, muchas más nos van a
seguir. Está en nosotros el seguir abriendo espacios; está en nosotros aprender a dialogar; está en
nosotros ir superando diferencias; está en nosotros ir dejando atrás ciertos prejuicios; está en
nosotros buscar la manera más digna para que la mujer pueda desarrollarse y pueda abrirse
espacio.
La sociedad ha ido cambiando. La sociedad chilena también ha cambiado. Hoy día tenemos un 38
% de mujeres jefas de hogar; son mujeres solas, son madres solteras, son mujeres separadas, son
mujeres que se han hecho cargo de sus hijos. Es natural que luchemos para que las políticas
públicas tengan esa mirada y esa perspectiva de género, porque tenemos que apoyarlas, porque
tenemos que apoyar a la mujer en los temas de justicia, como veiamos. ¿Por qué? Porque
tenemos derecho las mujeres a vivir una vida sin violencia, porque no nos gusta la violencia. No
nos gusta la violencia ni intrafamiliar, no nos gusta la violencia exterior, cuando se rompe el estado
de derecho y caemos en dictaduras o en guerras; no nos gusta la tortura, no nos gusta el tráfico de
niños, no nos gustan los delitos sexuales
donde
suelen ser violadas las mujeres,
fundamentalmente por un allegado, un conocido, al interior de la familia o cercano y por vergüenza
no se denuncia o por el trato a veces, que no es digno de las propias policías o las instituciones
públicas que tienen que colaborar con la justicia, porque creo que tenemos derecho a educar a
nuestra juventud para prevenir los embarazos, porque es muy injusto.
¿Saben? En nuestro país las muchachas embarazadas adolescentes se les expulsaba de los
establecimientos públicos. Y fue el entonces ministro de Educación, hoy día Presidente Ricardo
Lago, que dictó una norma y a partir de ese momento está prohibido expulsar a una embarazada
adolescente del establecimiento escolar.
¿Por qué? Porque tienen derecho a terminar su educación. Porque ese hijo que va a venir al
mundo necesita de una madre que se capacite para no condenarla a la pobreza.
Creemos que tenemos además otros derechos. Creemos que hay que reconocer y apoyar a las
diversas familias. Queremos reconocer y apoyar como decía esa mujer jefa de hogar. Queremos
que la mujer siga participando de la vida pública.
Esperamos nosotros tener una Presidenta, no crean que la solución es mágica, pero caramba que
pueda ayudarnos para seguir sensibilizando, porque estos son temas complejos, profundos,
culturales, que han requerido muchos años, muchas luchas y generosidad de muchas mujeres
para abrirse paso.
Muchas gracias.
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