USO DE HÁBITAT DEL PERIQUITO DE SANTA MARTA

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USO DE HÁBITAT DEL PERIQUITO DE SANTA MARTA (Pyrrhura
viridicata) Y SUS VARIACIONES ESPACIO–TEMPORALES EN LA
SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA
Habitat use of the Santa Marta Parakeet (Pyrrhura viridicata) and its
spatio–temporal variations in the Sierra Nevada de Santa Marta
Esteban Botero–Delgadillo1,2 & Juan Carlos Verhelst1
1
Fundación ProAves, Cra. 20 36–61, Bogotá, Colombia
2
Correspondencia: fundació[email protected] / [email protected]
Resumen
Abstract
Entre julio y diciembre de 2006 estudiamos el uso de
hábitat del Periquito de Santa Marta (Pyrrhura
viridicata) y sus variaciones espacio–temporales.
Para tal propósito, empleamos observaciones focales
entre las 6:00 y 8:00 horas durante 12 días/mes,
complementadas con transectos de 4 km recorridos
entre las 8:00 y 12:00 horas. Encontramos que el
periquito visitó seis tipos de hábitats. Siendo el
bosque
secundario
el
más
frecuentado,
principalmente en el estrato arbóreo y el dosel. Otros
hábitats usados fueron arbustales, rastrojos, bosque
foráneo, zonas abiertas de pastizales y algunos
cultivos. La actividad comportamental más registrada
durante este estudio fue el forrajeo. Por otra parte,
nuestros resultados revelaron una alta asociación
entre las actividades registradas y el tipo de hábitat, y
entre el hábitat y los estratos empleados (Análisis de
Correspondencias, p ≤ 0.02). También observamos
que la variación espacial y temporal en el uso del
hábitat y las rutas para desplazarse en la zona parecen
asociarse a la oferta de recursos alimenticios y su
localización. Aunque obtuvimos un valor bajo para el
índice de amplitud de nicho de Levins, notamos
cierta flexibilidad en el periquito para emplear
distintos hábitats de acuerdo a la oferta de recursos.
Esto podría favorecer su conservación.
Between July and December 2006, we studied habitat
use of the Santa Marta Parakeet (Pyrrhura
viridicata) and its spatial and temporal variations.
We used focal sampling between 6.00 and 8.00 a.m.
for 12 days/month, complemented with 4 km transects
walked between 8.00 and 12.00 a.m. We found that
parakeets visited six habitat types. Of those,
secondary forest was the most visited habitat, mainly
in trees and the canopy. Other habitats used were
scrubs, early secondary growth, non-native forest,
open areas and pastures, and some cultivated zones.
The most frequent behavioural activity was foraging.
Results from our study revealed high association
between activities and habitats and between activities
and vegetation layers (Correspondence Analysis, p ≤
0.02). We noted that spatial and temporal variation
in habitat use and flight routes seems to be
associated with food supply and location. Parakeets
showed some flexibility in using different habitats
according to resource offer, although we obtained a
low value for Levins’ niche breadth index. This
varied habitat use may favour its conservation.
Palabras clave: Conservación, Pyrrhura viridicata,
uso de hábitat, variaciones espacio–temporales.
1. Introducción
Key words: Conservation, habitat use, Pyrrhura
viridicata, spatial and temporal variations.
El manejo de fauna silvestre y de sus hábitats, ya sea
para promover la diversidad o para conservar
poblaciones amenazadas, requiere entender las
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
17
necesidades particulares de las especies (Garshelis
2000). Esto es posible a través de los estudios de uso
de hábitat, que permiten comprender las asociaciones
entre distintos taxa y su entorno (Bibby et al. 2000,
Garshelis 2000). De esta forma, es factible inferir las
preferencias de las especies (Garshelis 2000),
facilitando predecir su capacidad de respuesta a
cambios en el ambiente o la reevaluación su estado
de conservación (Rotenberry 1981, Bibby et al.
2000).
Los estudios de uso de hábitat han sido identificados
como una herramienta fundamental en la
conservación de las aves amenazadas. Es por esto que
para las familias más vulnerables, como Psittacidae
(Rodríguez–Mahecha & Hernández–Camacho 2002),
las evaluaciones ecológicas y poblacionales han sido
consideradas actividades imprescindibles (Quevedo
et al. 2006).
Entre los loros amenazados del país se encuentra el
Periquito de Santa Marta, Pyrrhura viridicata, una
especie endémica de Colombia clasificada bajo la
categoría en Peligro de Extinción – EN (BirdLife
International 2009). El periquito habita los bosques
frecuentemente nublados, bordes de bosque y
potreros con árboles dispersos desde 1,900 hasta
2,750 m; su localidad típica es el Cerro Quemado en
el Macizo de San Lorenzo, Sierra Nevada de Santa
Marta (Hilty & Brown 1986, Rodríguez–Mahecha &
Hernández–Camacho 2002). Su principal amenaza es
la pérdida de hábitat, estimada en un 26% por
Rodríguez–Mahecha & Renjifo (2002) y en un 84.1%
por Velásquez–Tibatá & López–Arévalo (2006).
Como parte de las medidas propuestas para su
conservación, se han realizado estudios ecológicos
enmarcados dentro de los objetivos de la estrategia
nacional para la conservación de los loros
amenazados (Quevedo et al. 2006). Los resultados
han revelado que la especie se desplaza entre parches
de bosque realizando movimientos amplios a ras de
dosel y sobre potreros (Tamaris 2004, Oliveros–Salas
2005). A pesar que tales movimientos se han
relacionado con la disponibilidad de alimento
(Oliveros–Salas 2005), dicha asociación no es clara y
el uso de los hábitats y sus variaciones aún se
desconocen en detalle. Se ha propuesto que el llenar
estos vacíos en términos ecológicos es una de las
prioridades de investigación para la especie.
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Con el fin de incrementar el conocimiento de la
especie y contribuir a la emisión de formulaciones y
recomendaciones precisas respecto a su conservación
y estado de amenaza, los objetivos de nuestro trabajo
fueron: 1) identificar en detalle el uso de los hábitats
visitados por la especie, 2) documentar las
variaciones espaciales y temporales de dicho uso, y
3) identificar los patrones de desplazamiento de la
especie en el área.
2. Metodología
2.1. Área de Estudio
Nuestro estudio se llevo a cabo entre julio y
diciembre de 2006 en la Sierra Nevada de Santa
Marta (Magdalena), considerada como el centro de
endemismo continental de aves más importante del
mundo (Strewe & Navarro 2003). Efectuamos los
muestreos en el sector de San Lorenzo, flanco
noroccidental de la Sierra. Que es la vertiente más
húmeda del macizo, con una precipitación media
anual de 3,000 mm de lluvia (ProSierra 1998).
Figura 1. Ubicación de la Reserva natural El Dorado de la
Fundación ProAves, situada en la cuchilla de San Lorenzo,
Sierra Nevada de Santa Marta, norte de Colombia. Los
puntos negros indican las zonas donde fueron observados
individuos del Periquito de Santa Marta (Pyrrhura
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
viridicata) entre julio y diciembre de 2006. Fuente:
Fundación ProAves.
hábitats, usamos el índice de amplitud de nicho de
Levins (Krebs 1989).
La mayor parte de la investigación tuvo lugar en la
Reserva Natural de las Aves El Dorado de la
Fundación ProAves, de 700 ha hasta entonces (Figura
1). Parte adicional se llevó a cabo en áreas del
Sistema de Parques Nacionales Naturales y algunos
predios de propiedad privada como los sectores
denominados “La Laguna”, “La Cumbre”, “Caracol”,
“Telecom”, “Vista Nieves”, entre otros. Todos los
puntos de observación del periquito se encontraron en
un gradiente altitudinal comprendido entre 1,800 y
2,600 m (Figura 1).
Con el fin de describir la variación temporal en el uso
de hábitat, comparamos las abundancias, tamaños de
grupos y rutas de vuelo en cada mes. Utilizamos el
índice de amplitud de nicho de Levins (Krebs 1989)
para comparar el grado de variación en el uso de
distintos hábitats y estratos vegetales entre los seis
meses de duración del estudio. Al ser una estimación
de la amplitud del nicho, valores bajos del índice
indican que la especie tiende a ser especialista,
mientras que valores grandes indican que la especie
tiende a ser generalista (Krebs 1989). Adicional a
este índice, empleamos un dendrograma basado en
índices de similitud de Bray–Curtis y método de
unión promedio para constatar si los meses con
menor amplitud en la dimensión del nicho evaluada
(hábitat usado) exhibían mayor similitud entre sí
(Krebs 1989).
2.2. Registros de uso de hábitat
Realizamos recorridos diarios, 12 días al mes durante
seis meses, en transectos de 4 km entre las 8.00 y las
12.00 horas. En los mismos días, llevamos a cabo
observaciones de uso de hábitat entre las 6.00 y las
8.00 horas, las cuales obtuvimos durante conteos
hechos en cuatro puntos ventajosos. En cada
encuentro con las aves empleamos observaciones
focales continuas y observaciones ad libitum
(Altmann 1973), documentando la hora, el hábitat
utilizado, el estrato, el tamaño del grupo, la actividad,
la duración del evento, y finalmente cuando los
periquitos se desplazaron, las direcciones y rutas de
vuelo usadas.
Para relacionar las variaciones espacio–temporales
del uso con la abundancia de alimento, efectuamos un
seguimiento fenológico no sistemático de las plantas
consumidas. Marcando 10 individuos por especie,
registramos para cada mes si el recurso estaba
disponible, siempre y cuando siete o más plantas
exhibieran flores o frutos en más del 30% de la copa
durante dos o más semanas.
2.3. Análisis de datos
Empleamos estadísticas descriptivas para examinar la
distribución de frecuencias de los datos en las
categorías de cada variable, y la Prueba de Chi–
cuadrado (Prueba χ2) para evaluar posibles
diferencias entre las proporciones de uso de cada
hábitat y cada estrato, además de las actividades
observadas (Zar 1999). Utilizamos un análisis de
correspondencias para buscar asociaciones entre
variables como actividad, estrato y hábitat donde la
observación tuvo lugar, teniendo en cuenta que se
trató de variables categóricas (Quinn & Keough
2002, Zar 1999). Para evaluar la discriminación de
Para explorar la variación espacial en las zonas
ocupadas por la especie, mapeamos los puntos de
observación mes a mes a través de un sistema de
información geográfica (SIG), y correlacionamos la
presencia del periquito con el seguimiento fenológico
no sistemático. Todos los procedimientos estadísticos
fueron realizados con el programa SPSS 13.0 (SPSS
Inc. 2004) y los estimativos de similitud y análisis de
agrupación usando Biodiversity Pro (McAleece
1997).
3. Resultados
3.1. Uso de hábitat, correlación entre variables y
discriminación de recursos ofrecidos
El tamaño promedio de las bandadas haciendo uso
del hábitat fue de 9.7 individuos (± 11.3, n = 63),
variando entre los 7 y 13 individuos (Intervalo de
Confianza de la media del 95%). La alta desviación
obtenida se debió a los registros de un grupo de 68
individuos y otro de 28 individuos al final del año.
No obstante, los demás registros se encontraron entre
los 2 y 10 individuos (n = 41) y entre los 10 y 20
individuos (n = 20), indicando que los grupos no
suelen ser más grandes.
Observamos los grupos utilizando seis tipos de
hábitats, siendo el bosque secundario (BS) el más
frecuentado (Figura 2, Figura 3). Otros hábitats
visitados fueron fragmentos de vegetación nativa de
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
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tamaños variables y de estados sucesionales
diferentes, denominados arbustal–matorral (A–M) y
rastrojos (R). Además, los periquitos fueron
observados en zonas de pastizales y vegetación
abierta (P–A), plantaciones de especies exóticas o
bosque foráneo (BF) y áreas cultivadas (C) (Figura 2,
Figura 3).
Basados en estudios anteriores, esperábamos que
cerca del 70% o más de los registros correspondieran
a BS, mientras que los hábitats menos visitados
podrían corresponder a P–A, BF y C. De esta manera,
tal como esperábamos, nuestros análisis mostraron
que el hábitat más utilizado fue BS, en el observamos
62% de los registros de uso de hábitat (Prueba χ2, p ≥
0.05). Sin embargo, otros hábitats como P–A y BF
presentaron frecuencias de uso más altas de lo
esperado (Prueba χ2, p ≤ 0.01). De este 38% restante,
P–A, BF y A–M fueron los más representativos
(13.6%, 9.1% y 9.1% respectivamente), mientras que
R y C exhibieron frecuencias menores (4.5% y 1.5%
respectivamente).
Durante el estudio, notamos el uso repetitivo de
varios puntos por parte del periquito, obteniendo
registros únicos en tan solo cuatro de los 20 puntos
usados. Dentro de cada punto, los individuos
utilizaron diferentes estratos de la vegetación.
Nuevamente, tal como esperábamos, el dosel fue el
estrato más frecuentado, seguido por el estrato
arbóreo, el arbustivo y el emergente (Prueba χ2, p ≥
0.05) (Figura 3).
De las nueve actividades identificadas, el forrajeo
constituyó la actividad más frecuentemente
observada, y representó más de la mitad de los
registros (62.1%) (Figura 3). Teniendo en cuenta que
nuestro estudio se desarrolló fuera de la temporada
reproductiva, no resultó extraño que la percha fuese
la segunda actividad más observada (24.2%).
Las demás actividades (descanso, acicalamiento,
alimentación de juveniles o polluelos, inspección de
cavidades, cortejo y anidación) estuvieron
equitativamente representadas, con porcentajes por
debajo del 4.5% (Prueba χ2, p ≥ 0.05) (Figura 3).
El tiempo de mayor actividad se situó entre las 6.00 y
las 9:00 horas, con muy pocos registros antes o
después de dicho intervalo (Figura 3). Asumiendo
una mayor actividad temprano en la mañana, el
número observado de registros entre las 5.00 y las
20
6.00 horas fue llamativamente inferior al esperado;
de modo contrario, notamos un incremento en la
actividad justo en el período que esperábamos un
decrecimiento pronunciado entre las 8.00 y las 9.00
horas, (Prueba χ2, p ≤ 0.01) (Figura 3). Dentro del
período más activo encontramos dos picos, el
máximo a las 7.00 y el mínimo a las 9.00 horas,
mientras que la actividad decreció hacia el mediodía,
aunque de forma paulatina.
Figura 2. Hábitats usados por el Periquito de Santa Marta
(Pyrrhura viridicata) en la cuchilla de San Lorenzo entre
julio y diciembre de 2006. Arriba de izquierda a derecha:
bosque secundario, arbustal–matorral y rastrojo; debajo de
izquierda a derecha: pastizal–vegetación abierta, cultivos y
bosque foráneo.
De todas las actividades, notamos que solo el forrajeo
se presentó durante toda la mañana (Figura 3).
Además, cabe anotar que fue el comportamiento más
observado en cualquiera de los hábitats, siendo la
única actividad documentada en C, R y A–M (Figura
3). A diferencia, con respecto al uso de los estratos,
en ninguna oportunidad los individuos forrajearon en
franjas de la vegetación como el estrato emergente
(Figura 3).
Nuestro Análisis de Correspondencias evidenció una
alta asociación entre las variables de hábitat y la
actividad desarrollada (Prueba χ2, p ≤ 0.02). En dicho
análisis se emplearon tres dimensiones y se obtuvo
una proporción de inercia explicada acumulada del
94%. Al graficar las dos primeras dimensiones,
observamos un grupo en el cual las actividades no
relacionadas con la reproducción se asociaron con el
hábitat más empleado (BS) y con aquellos donde no
esperábamos encontrar a la especie (Figura 4). El
segundo grupo mostró a las áreas abiertas como
zonas para llevar a cabo actividades asociadas a la
reproducción (Figura 4), consecuencia del uso de
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
algunos nidos artificiales instalados como parte de un
proyecto de la Fundación ProAves. Al observar la
segunda vs. la tercera dimensión, el único cambio
importante fue la inclusión del hábitat A–M como
una vegetación asociada al forrajeo (Figura 4). Este
hábitat se encontró aislado en el primer gráfico,
debido al bajo valor de inercia para la primera
dimensión vs. el alto valor para la segunda.
Figura 3. Distribución de frecuencias de observación de
las actividades efectuadas por el Periquito de Santa Marta
(Pyrrhura viridicata) en la cuchilla de san Lorenzo entre
julio y diciembre de 2006. Las frecuencias se encuentran
discriminadas por hábitat y estrato.
De modo similar, el segundo análisis mostró una alta
asociación de variables entre el estrato usado y las
actividades desarrolladas (Prueba χ2, p ≤ 0.01). En
esta ocasión solo utilizamos dos dimensiones, con
una inercia proporcional explicada acumulada del
99%.
Al graficar las dos primeras dimensiones,
observamos un grupo en el cual las actividades no
relacionadas con la reproducción se asociaron con el
hábitat más empleado (BS) y con aquellos donde no
esperábamos encontrar a la especie (Figura 4). El
segundo grupo mostró a las áreas abiertas como
zonas para llevar a cabo actividades asociadas a la
reproducción (Figura 4), consecuencia del uso de
algunos nidos artificiales instalados como parte de un
proyecto de investigación y conservación de la
Fundación ProAves. Al observar la segunda vs. la
tercera dimensión, el único cambio importante fue la
inclusión del hábitat A–M como una vegetación
asociada al forrajeo (Figura 4). Este hábitat se
encontró aislado en el primer gráfico, debido al bajo
valor de inercia para la primera dimensión vs. el alto
valor para la segunda.
Figura 4. Análisis de correspondencias mostrando
asociación entre la actividad y el hábitat usado por el
Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) en la
cuchilla de San Lorenzo entre julio y diciembre de 2006.
BS: bosque secundario; A–M: arbustal–matorral; R:
rastrojo; P–A: pastizal–áreas abiertas; C: áreas cultivadas.
De modo similar, el segundo análisis mostró una alta
asociación de variables entre el estrato usado y las
actividades desarrolladas (Prueba χ2, p ≤ 0.01). En
esta ocasión solo utilizamos dos dimensiones, con
una inercia proporcional explicada acumulada del
99%. Al graficar los resultados observamos que para
la alimentación, los individuos usaron ampliamente el
estrato arbustivo, mientras que para las actividades
reproductivas (anidación y alimentación de polluelos)
frecuentaron el estrato emergente (Figura 5). Esto se
debió a que tanto nidos artificiales como naturales se
ubicaron en individuos de la Palma de Ramo
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
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Ceroxylon ceriferum, planta que suele sobresalir del
dosel.
Respecto a las direcciones de desplazamiento
observadas en los puntos de monitoreo, obtuvimos
hasta 25 trayectorias diferentes. El 33.9% de los
registros correspondió a vuelos en sentido NO–NE,
seguido por un 8.1% en sentido SE–NE y un 4.8%
agrupando direcciones en sentido E–N, E–O, y NE–
E. Las demás direcciones se observaron tan solo una
o dos veces. No obstante, varias de estas hicieron
parte de una misma trayectoria con una orientación
ligeramente diferente (e.g. la ruta entre los sitios La
Laguna y La Cumbre, con desplazamientos NE–S y
NE–SO). De esta forma redefinimos un número total
de 20 rutas. La dirección predominante fue entre La
Cumbre y Cerro Kennedy (LC–CK), con un 30.6%
del total de registros. A esta ruta le siguió el
desplazamiento entre La Laguna y La Cumbre (L–
LC) con 12.9% (ver Figura 7 donde aparecen las
rutas más usadas por mes), mientras las demás
presentaron porcentajes notoriamente inferiores, sin
exceder un 4.8%. La alta frecuencia de uso de las
mismas rutas sugeriría un uso diferencial de lugares
dentro del área de investigación (Figura 7).
Figura 5. Análisis de correspondencias mostrando
asociación entre la actividad y el estrato de la vegetación
usado por el Periquito de Santa Marta (Pyrrhura
viridicata) en la cuchilla de San Lorenzo entre julio y
diciembre de 2006.
Para establecer la discriminación de hábitats,
incluimos los recursos potencialmente empleados por
el periquito, incluyendo 19 estados resultantes de las
posibles combinaciones entre hábitats y estratos. El
valor obtenido para el índice de Levins correspondió
22
a 3.27, donde el menor valor posible fue 1 y el mayor
19. Al estandarizar el valor entre 0 y 1, obtuvimos un
índice de 0.13. Consecuentemente nuestros resultados
sugieren que el periquito discriminó entre todos los
recursos ofrecidos, mostrando una tendencia a
restringir sus actividades al dosel y el estrato arbóreo
del BS.
3.2. Variación espacio–temporal
La alta desviación en los valores del tamaño de
grupos se debió a los dos valores más altos (68 y 28
individuos), al registro único de un individuo, y a
otros dos de una pareja y un grupo de 3 individuos.
Sin embargo, al observar las frecuencias de los
tamaños de bandadas registrados, encontramos que
en general, los tamaños permanecieron relativamente
constantes y por debajo de los 20 individuos. El caso
mencionado en párrafos anteriores del grupo de 68
individuos, correspondió a un evento único en el que
se presentó la unión de varios grupos durante un
evento de forrajeo.
Los análisis mostraron que las aparentes preferencias
de la especie y la discriminación de recursos
cambiaron en relación al mes evaluado. Notamos que
a pesar de ser el hábitat más utilizado, BS no fue
usado durante el mes de noviembre, y presentó en
diciembre una frecuencia de uso menor a R y similar
a A–M (Figura 6A). Para final de año, A–M fue el
hábitat más usado, seguido de R y BF (Figura 6A).
De forma semejante, los datos de estrato mostraron
que para noviembre se observó un uso importante del
nivel arbustivo, el cual se constituyó como el más
utilizado en diciembre (Figura 6B).
El índice de amplitud de nicho mostró fluctuaciones
temporales para la dimensión del uso de hábitat. Este
osciló entre 1.85 (julio) y 3.77 (noviembre), con
valores intermedios de 2.53 (octubre), 2.63
(septiembre) y 3.56 (agosto y diciembre). Al
contrastar detalladamente los valores del índice con
la topología del dendrograma (Figura 6C) y las
frecuencias de uso (Figuras 6A y 6B), encontramos
que los hábitats y estratos registrados y su porcentaje
de uso variaron a lo largo del año, volviéndose cada
vez mas diferentes. No obstante, el dendrograma
sugiere que los últimos dos meses de estudio fueron
más similares entre sí que los primeros cuatro meses,
conformando dos grupos. De esta manera, notamos
una variación leve en octubre y un cambio notorio en
noviembre y diciembre, donde documentamos el uso
exclusivo de algunos hábitats y estratos.
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
La frecuencia de uso de las rutas de desplazamiento,
al igual que el uso del hábitat, varió entre los meses
(Figura 7). Notamos que la ruta La Laguna–La
Cumbre (L–LC) fue la más usada para julio y
diciembre, pero la segunda en septiembre. La ruta La
Cumbre–Cerro Kennedy (LC–CK) fue la mayor
utilizada en septiembre, octubre y noviembre,
mientras que el trayecto comprendido entre Caracol–
Vista Nieves (C–VN) fue el más importante junto
con El Palmar–Vista Nieves (EP–VN) en agosto.
Dichos resultados evidencian que la presencia del
periquito en diferentes sectores de la localidad
cambió constantemente durante el año, por lo que la
tasa de detección decreció para ciertos lugares donde
fue común observarlo previamente. Mapeando mes a
mes los puntos de observación, hallamos que los
movimientos amplios del periquito concordaron con
la abundancia de los recursos alimenticios, tal como
lo reflejó la ubicación de las plantas observadas en
floración y fructificación durante el seguimiento
fenológico.
Figura 6. Variación temporal en el uso de hábitat por el Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) en la cuchilla de
San Lorenzo entre julio y diciembre de 2006. A. Frecuencia de uso de los hábitats durante cada mes; B. Frecuencia de uso
de los estratos en cada mes; C. Dendrograma mostrando la similitud entre meses respecto al tipo y la frecuencia de uso del
recurso hábitat.
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
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Figura 7. Detalle de las rutas de vuelo (en amarillo) usadas por el Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) en la
cuchilla de San Lorenzo entre julio y diciembre de 2006. Reserva Natural El Dorado en rojo. Se ilustran los puntos de
registro (en rojo) y los puntos de monitoreo (azul). De izquierda a derecha, arriba: julio y agosto; medio: septiembre y
octubre; abajo: noviembre y diciembre.
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Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
Nuestros resultados muestran que en general, la
especie suele frecuentar más los fragmentos de
bosque secundario que otros hábitats, forrajeando en
los estratos altos. Aunque esta es la situación
predominante, su frecuencia de ocurrencia en otros
tipos de vegetación y estrato depende de la actividad
y de la época del año.
reportados en vegetación transformada y zonas
abiertas en Ecuador y Brasil (Kristoch & Marcondes–
Machado 2001, Schaefer & Schmidt 2003).
Tratándose de especies amenazadas, esta tolerancia
es un aspecto positivo de su biología. En el caso
concreto del Periquito de Santa Marta, debemos
resaltar que no solo se presenta movilidad y
tolerancia hacia estas zonas, sino un uso frecuente de
las mismas para forrajear.
En relación con la amplia escala de movimientos
observados en otras especies de loros, el Periquito de
Santa Marta mostró cierto grado de “sedentarismo”,
ya que fue observado regularmente en los mismos
lugares durante todo el semestre. Pese a que esta
regularidad espacial ya ha sido reportada para la
especie (Oliveros–Salas 2005), y para otros
miembros del género Pyrrhura (Schaefer & Schmidt
2003), algunas observaciones sugieren que los
periquitos realizan movimientos altitudinales
estacionales hasta los 1,900 m (E. Botero–Delgadillo
obs. pers.).
Nuestros resultados mostraron que los picos de
actividad para el Periquito de Santa Marta fueron
similares a lo reportado para varios géneros de la
familia (Gilardi & Munn 1998). La actividad más
frecuentemente observada fue el forrajeo, que
disminuyó al avanzar el día, siendo la percha y el
descanso las más habituales cerca de las 12.00 horas.
Todas las actividades se asociaron principalmente
con el BS, así como al dosel y el estrato arbóreo. La
especie pareció discriminar entre las demás ofertas de
hábitat, que aunque fueron usadas, no representaron
un recurso tan empleado.
Aunque las variaciones temporales en el tamaño de
las bandadas observadas en nuestro estudio fueron
poco pronunciadas, fue posible notar un incremento
en su tamaño hacia el final del año (incluyendo la
bandada de 68 individuos). Estos cambios en el
tamaño de grupos parecen ser algo común para todos
los psitácidos del Neotrópico, y pueden ocurrir a
escala diaria, mensual y anual (Pizo et al. 1997,
Gilardi & Munn 1998). Para el Periquito de Santa
Marta, dicho aumento podría relacionarse con la
temporada reproductiva y con la disponibilidad y
distribución espacial del alimento (Tamaris 2004,
Oliveros–Salas 2005).
Al igual que con el tipo de hábitat y el estrato, la
especie exhibió una tendencia marcada en el
desplazamiento dentro de la zona, pese a
documentarse más de 20 direcciones en el vuelo. De
forma similar a estudios anteriores, la ruta más
utilizada fue entre los sectores de Cerro Kennedy, La
Laguna y La Cumbre (Tamaris 2004, Oliveros–Salas
2005). Sin duda alguna, unas de las áreas más
importantes para la población en San Lorenzo, ya que
en este lugar se encuentra un remanente de bosque
amplio y bien conservado. Oliveros–Salas (2005)
menciona que este bosque se aproxima a las 300 ha,
con una alta densidad de Palma de Ramo (Ceroxylon
ceriferum), donde se han registrado los nidos
naturales, eventos de forrajeo, inspección de nidos y
cópulas.
4. Discusión
De los hábitats frecuentados, el bosque secundario
(BS) parecería el más importante, ya que fue el único
donde fueron observados casi todos los meses y
realizando todo tipo de actividades. De cualquier
modo, otros tipos de vegetación fueron frecuentados
en distintos meses del semestre. Estudios anteriores
mencionaban de forma general el sobrevuelo y uso de
vegetación alterada (Tamaris 2004, Oliveros–Salas
2005), pero nuestros resultados indican que el uso de
este tipo de zonas podría tener una importancia
“estacional”. Este uso de áreas perturbadas es un
comportamiento común en algunos psitácidos y
específicamente en especies del género Pyrrhura, ya
que el Periquito de El Oro (Pyrrhura orcesi) y el
Periquito Buchigranate (Pyrrhura frontalis) han sido
Anteriormente, mencionamos la importancia
estacional que algunos hábitats podrían tener pese al
amplio uso de BS. Nuestra aproximación a la
variación temporal en la proporción de uso del
bosque y otras zonas confirmó dicho supuesto.
Encontramos que los desplazamientos en San
Lorenzo y la presencia del periquito en áreas
perturbadas se relacionaron con la dinámica de
floración y fructificación de las plantas que
conforman su dieta. De forma semejante a lo
reportado en México para la Lora Coroniviolácea
(Amazona finschi), las abundancias de los loros y el
Conservación Colombiana –Número 14 – marzo 2011
25
uso de la vegetación parecen depender de
fluctuaciones en la abundancia del recurso
alimenticio (Renton 2001).
Todos los cambios en el uso del hábitat y los estratos
de la vegetación mostraron una sucesiva expansión y
contracción de esta dimensión estimada del nicho, a
pesar que los índices de Levins nunca alcanzaron
valores medios o altos. Esto se puede interpretar
como una relativa tolerancia por parte de la especie a
la vegetación transformada. Por tanto, podríamos
sugerir que se trata de un ave restringida (i.e.
“especialista”), pero ecológicamente flexible, ya que
utilizó más de un hábitat y estrato cuando varios de
estos contaban con abundancia de recursos (e.g.
alimento, refugio) (ver Mac Nally 1995).
En general, los resultados señalan que los fragmentos
de bosque de sucesión avanzada y con presencia de
individuos de la Palma de Ramo, son el hábitat más
importante para la especie. Por ende, resulta lógico
que las rutas de desplazamiento en varios períodos
hayan mostrado un frecuente movimiento desde,
hacia y entre tales zonas. Otros hábitats como bosque
foráneo (BF) y pastizal–vegetación abierta (P–A),
usados principalmente para la percha y el descanso,
podrían representar “escalas” en los desplazamientos
entre las dos laderas que se presentan en la Cuchilla
de San Lorenzo. Vegetación como arbustal–matorral
(A–M), rastrojos (R) y cultivos (C) se convirtieron en
los más frecuentados hacia el final del año, revelando
que se trata de alternativas importantes para la
especie durante determinados períodos.
Ante una eventual pérdida del 26% o más del hábitat
de la especie (Rodríguez–Mahecha & Renjifo 2002),
la flexibilidad estacional observada puede sugerir una
respuesta favorable ante la transformación de la
vegetación original (Rotenberry 1981). Podríamos
predecir bajo un escenario optimista, que esto podría
favorecer enormemente su conservación. No
obstante, estos resultados deben ser evaluados con
cautela, ya que no se tiene conocimiento de los
posibles efectos que inicialmente tuvo la
fragmentación del hábitat en la población original, así
como las consecuencias de tales perturbaciones sobre
la reproducción. Además, cabe la posibilidad de que
esta flexibilidad solo sea ventajosa en el caso de que
aun la especie disponga de extensas areas de bosque
continuo adyacentes a las zonas de bosque
secundario.
26
Considerando lo discutido anteriormente, nuestra
principal recomendación es continuar con los
monitoreos poblacionales y ecológicos. Esta
continuidad permitirá conocer mejor las variaciones
espaciales y temporales de la población de San
Lorenzo, y corroborar a largo plazo las relaciones
entre la variación en el uso de hábitat y diversos
factores ambientales. De igual modo, será necesario
llevar a cabo un seguimiento sistemático y riguroso
de la fenología de la vegetación, el cual sea
representativo de la zona e incluya un tamaño de
muestra importante. Esto con el fin de aclarar las
relaciones entre abundancia de alimento y
variaciones espacio–temporales.
Agradecimientos
Agradecemos a la Fundación ProAves por la
financiación de este proyecto y todas las ayudas
logísticas durante su ejecución. De igual modo,
agradecemos a Andrés Páez, Adriana Mayorquín,
Nicolai Osorno y Diana Montealegre por su
colaboración y valiosos aportes. Por último, a Martín
Bacca, Eudes y Fabio Bacca y demás familia por su
invaluable ayuda y acogida en el campo.
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