Mundo digital; Nicolás Negroponte

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EL AUTOR
Nicolás Negroponte nació en Nueva York (Estados Unidos) el 20 de enero de 1943.
Nicolás Negroponte fue ex alumno del Massachussets Institute of Technology (MIT), donde se especializó en
el área de diseño asistido por computadoras (CAD).
En 1966, este arquitecto griego ingresó a la facultad y durante varios años también fue profesor en varias
universidades como Yale y Michigan.
Negroponte fue convocado en 1989 por el prestigioso instituto tecnológico para fundar el laboratorio que
"inventa el futuro": el MediaLab, centro de investigación que se dedica exclusivamente al estudio y
experimentación de las futuras formas de comunicación humana, desde el entretenimiento a la educación.
Dentro del campo de la informática y las comunicaciones, Negroponte está considerado un gurú. Sus
predicciones dieron la vuelta al mundo y permanentemente dicta conferencias y seminarios en todo el planeta.
Se muestra convencido de que la explosión de las nuevas tecnologías no ha hecho más que empezar.
Actualmente desarrolla unos 160 proyectos, entre los que se encuentran la televisión del futuro, los sistemas
de información y entretenimiento o la holografía. El MediaLab es patrocinado por el gobierno de los Estados
Unidos y unas 300 empresas que aportan más de 30 millones de dólares por año. Negroponte también es
cofundador y columnista de la revista de informática Wired.
Nicolás Negroponte es una de esas personas cuyo principal atractivo consiste en descubrir que tiene una
manera distinta de pensar los problemas. Pensar los problemas de forma distinta es alcanzar respuestas nuevas
e imaginativas. El mundo digital está lleno de demostraciones de esa forma de pensar no condicionada por las
formas del pasado. Dar respuestas para el mundo digital del futuro es plantear las preguntas desde esa
mentalidad.
Negroponte es, pese a quien pese, un pensador original y de ágiles reflejos involucrado en el mundo de los
ordenadores desde la década de los sesenta. Cualquiera de los lectores de "Mundo Digital", su best−seller
traducido a más de treinta idiomas, o de su columna mensual en "Wired", sabe de su capacidad de fascinación.
Además de todo esto, es el autor de numerosos libros, entre ellos "Ser Digital", donde predijo que en
Latinoamérica habrá para el año 2000 entre 200 y 250 millones de latinoamericanos conectados a la Internet.
Dijo que la infraestructura está creciendo rápidamente y se está instalando tecnología de punta gracias a que la
ya existente antes del auge de las telecomunicaciones estaba prácticamente depreciada.
También dijo que en cinco años el idioma que predominará en Internet no será el Inglés, sino el chino en
primer lugar y después el español. Y que el comercio electrónico moverá en el mundo, más de un trillón de
dólares para el año 2000. "Quizás unos 300 o 400 billones serán transacciones para productos de consumo",
dijo.
RESUMEN
En este libro se trata el tema de la digitalización, es decir, lo que el autor llama mundo digital.
En un principio, se nos hace saber lo que supone el cambio hacia un mundo digital, en el que las pequeñas
diferencias de hoy serán enormes mañana, y donde el acceso a éste será meramente generacional, es decir, no
dependerá solamente del poder económico de las personas.
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Aspecto destacado es el de la distinción que hace Negroponte sobre bits (información) y átomos (lo material).
Estos conceptos están íntimamente relacionados, puesto que habitualmente, encontramos bits en forma de
átomos. Además, son utilizados frecuentemente durante el transcurso de la obra para señalar otros temas como
por ejemplo el de multimedia.
Multimedia es una mezcla de bits, es decir, de sonido, imagen e información. Para Negroponte, en el mundo
digital, este término es muy importante, ya que supone una revolución para el receptor de la información, que
puede ver las cosas desde múltiples perspectivas y con un manejo de bits sencillo. Relacionado con
multimedia encontramos el término de realidad virtual.
La realidad virtual, para Negroponte, supondrá un gran éxito en el futuro, sobre todo para aplicaciones en
autoescuelas, simulación y ocio. De hecho, actualmente se está cumpliendo esto.
Ser digital es cambiar la materia por la energía, el átomo por el bit. Una gran parte de los elementos que hoy
nos rodean son susceptibles de ser digitalizados.
Por otra parte está la emisión de bits. La emisión de bits hoy en día, es posible llevarla a cabo por numerosos
métodos (satélite, cable, teléfono, etc.), pero lo verdaderamente importante para Negroponte, es su futuro. En
su libro, Negroponte imagina un ancho de banda ilimitado que permita inundar de bits a las personas, fibra
óptica a bajos precios, y una emisión de bits independiente de la velocidad a la que los consumamos.
A pesar de lo que se pueda creer sobre la libertad de emisión de bits, hay que señalar que ésta está controlada
por lo que el autor llama la policía del bit, encargada de vigilar tanto el espectro utilizado, como la
información en sí. No toda la información es controlable, pero en un futuro, el consumidor será su propio
censor y encargado de seleccionar los criterios que le interesan.
Para crear la televisión del futuro, se trata de redefinir la presentación, y no lo artístico. Negroponte propone
una televisión más controlable, donde la diferencia con los ordenadores sea la cantidad de los periféricos y la
habitación donde esté situada, además de la posibilidad de ampliarla o actualizarla del mismo modo que los
ordenadores.
La televisión se convertirá en algo parecido a un libro o un periódico, que se podrá hojear y cambiar, y será
independiente del día, la hora o del tiempo que se necesite para su distribución.
Una de las preocupaciones que Negroponte plantea con más asiduidad en esta obra es la relación entre el
hombre y la máquina. Cuando Negroponte habla de interfaz, lo hace como un desafío para fabricar
ordenadores que nos conozcan, que aprendan y entiendan lenguajes. Para él, una buena interfaz es aquella que
tiene muchos canales de comunicación diferentes y recurrentes. Su interfaz ideal es una similitud de los
ordenadores con las personas.
El autor nos muestra la importancia que tuvo el ratón de ordenador para el desarrollo de una verdadera
interfaz de comunicación entre el usuario y el ordenador, así como la necesidad de crear una interfaz basada
en el habla.
Durante toda la obra, Negroponte insiste en la comunicación con las máquinas a través del habla.
Al final del libro, el autor comienza a hacer alusión a una era de post−información, en la que todo se realizará
por encargo, a distancia y personalizadamente. Según él, esto está todavía por llegar.
Para Negroponte, el correo electrónico da una movilidad característica de esa era de post−información, y del
mundo digital en general, puesto que la distancia es cada vez menos importante. Señala esta nueva forma de
mensajería como un auténtico logro para el ser humano, puesto que permite una comunicación casi
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instantánea entre personas (algo que no consigue el correo convencional).
Lo que tiene claro Negroponte, es que las empresas de telecomunicaciones tienen en la actualidad un servicio
deficiente y caro. Él propone un sistema de tarifas en el que se pague solamente por la información
consumida, y no por el tiempo de acceso que se tenga a ésta.
Negroponte hace alusión a lo que son los agentes clasificadores, que seleccionan mediante una serie de
criterios previamente seleccionados, lo que nos puede interesar. Se trata de una especie de teléfonos
mayordomos que nos conocen lo suficiente para saber que hacer en un determinado instante.
Según Negroponte, es ahí donde está el verdadero futuro (en la posibilidad de filtrar los programas a voluntad
del consumidor).
Se nos cuenta que en el mundo digital hay una importante tendencia hacia la miniaturización, y si se quiere
conseguir un servicio mejor para las personas, las máquinas deben estar sincronizadas y comunicadas entre sí.
Éstas son las que tienen que enseñarnos a usarlas.
En conclusión, la digitalización supone la compresión de datos y corrección de errores, y el cambio del
modelo económico de las tarifas impuestas a los usuarios de distintas tecnologías. Pero Negroponte no se
conforma con ello, sino que va más lejos prediciendo una serie de cosas que a priori podemos considerar
absurdas, pero que él las considera posibles.
En algunas de sus predicciones, Negroponte afirma que en este milenio hablaremos tanto o más con máquinas
que con seres humanos, que los CD−ROM serán comestibles, o que los pendientes estarán comunicados con
más potencia que un ordenador personal.
En el libro se trata, simple y llanamente, de una amena y entretenida obra con la que podremos gozar y, sobre
todo, reflexionar acerca de los cambios que han repercutido en nuestra sociedad en los últimos años.
El libro termina con la satisfacción del autor al saber que la digitalización está cada vez más en manos de los
jóvenes, encargados de continuar con este proceso de digitalización.
OPINIÓN PERSONAL
En su libro, Nicolás Negroponte nos cuenta el tema del proceso de digitalización a través de los tiempos, y
además se atreve a predecir sobre el futuro, que es lo que podríamos considerar más importante del libro.
Así como el gran Julio Verne en sus obras consiguió adelantarnos logros inimaginables para la época,
Negroponte hace lo mismo en su libro de un modo que siempre ha defendido en sus entrevistas y viajes
alrededor del mundo. Se trata por tanto de un personaje inusual e importante en la era digital que estamos
viviendo.
En un principio, creo sinceramente que la digitalización en la actualidad es positiva. Ser digital nos
proporciona mayor calidad de información que se ve traducida en otros aspectos como el del ocio, pero
también tiene que suponer un crecimiento para todo el mundo, y con esto, no sólo me refiero a los que tienen
mayor capacidad adquisitiva.
El mundo digital nos beneficia en la medida en que podemos ver una televisión mejor o tener ordenadores de
mayor potencia, pero también nos perjudica, pues ciertos aspectos como la distribución ilegal de CDS está
ocasionando el cierre de empresas, y con ello enviando al paro a sus empleados.
La digitalización nos supone una mayor cantidad de información en un espacio más reducido. Esto supondrá
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que la información que se pueda tener en las bibliotecas, pasará a ser parte de Internet, por lo que será visible
y accesible para todo el que la desee. Esto está estrechamente relacionado con la tendencia de ahorro de
espacio en ciudades y edificios del futuro.
La digitalización ha traído otros tantos beneficios para los hombres de a pie. Entre ellos encontramos el del
final de los monopolios y la consecuente y sana competencia, que nos proporciona un mejor y más barato
servicio.
La tecnología digital será de fácil acceso pero hará innecesarios muchos trabajos actuales.
En un futuro no muy lejano, creo que algunos aspectos que fueron importantes en nuestra infancia, pasarán a
ser historia y evolucionarán a favor de algo mejor. No es necesario digitalizarlo todo, pero la mayoría de las
cosas tenderán a este proceso denominado digitalización.
Otra de las cosas a la que hace alusión Negroponte y creo muy posible, es la de la comunicación holográfica,
que se convertirá en la forma más cercana y real de comunicación.
Al igual que Negroponte, me atrevería a imaginar un futuro donde todos estuviésemos conectados mediante
un artilugio (por ejemplo un reloj de pulsera) que sustituyera al móvil y al ordenador portátil, y donde todo sea
mucho más personalizado. La digitalización se incorporará a todos los aspectos de la vida y no nos será
necesario salir de casa para hacer cualquier cosa, gracias a Internet y a la realidad virtual.
Esto es lo que nos espera, por lo que será mejor que nos acostumbremos lo antes posible.
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