La corrupción: un pendiente de Peña Nieto

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La corrupción: un pendiente de Peña
Nieto
Por: Liliana Ruiz Ortega
El gobierno de Enrique Peña Nieto lleva en el poder un año y un mes.
Desde su llegada, como ya es ampliamente conocido, la agenda política
ha estado apretada. Si algo caracterizó a este primer año de gobierno
fue la saturación de reformas estructurales en el Congreso: la educativa,
la de telecomunicaciones, la fiscal, la financiera, la energética y la
político-electoral.
Aunque todavía queda la duda de si los temas mencionados se analizaron
y decidieron adecuadamente, lo más preocupante es que a la fecha no
termina de quedar claro los beneficios ni los costos de cada una de las
reformas. A Enrique Peña Nieto y su equipo de gobierno les restan otros
cinco años, y en este escenario vale la pena hacer un alto en el camino y
preguntarnos qué ha pasado con una de los grandes faltantes después
de estos primeros trece meses: la corrupción.
El combate a la corrupción es un pendiente fundamental e irresuelto, en
donde hasta la fecha no hay avance palpable. En el Índice de Percepción
de la Corrupción (IPC) de 2013, México obtuvo una calificación
reprobatoria de 34 puntos en una escala donde la peor calificación es
cero y la mejor es 100[1]. La misma nota se obtuvo en 2012.
Transparencia Internacional (TI), el organismo encargado de calcular este
índice, explica la magnitud de la corrupción con colores. En los tonos
amarillos están los países más limpios, menos corruptos. En los tonos
rojos están los casos de corrupción más críticos. Nuestro país se ubica
en el naranja intenso, tan penetrante que se confunde con el rojo. Como
lo menciona TI: “la corrupción debilita las instituciones, erosiona la
confianza en el gobierno, desvía los recursos públicos de las prioridades,
daña con mayor intensidad a los que menos posibilidades tienen de
defenderse, destruye los esfuerzos para aumentar el desarrollo de un
país, y, ante este contexto, lo más perturbador es que hay total
impunidad para los corruptos”.
El actual gobierno presentó en el Congreso una reforma a la Constitución
que entre otras cosas propone la creación de un organismo anticorrupción. Hay muchas dudas aún sobre cómo se coordinará y operará
esta estrategia con las instituciones y reglas ya existentes. La iniciativa
se aprobó el año pasado en el Senado y ahora falta que los diputados la
aprueben pues debe pasar por ambas cámaras. Lo que realmente
preocupa es que las promesas se hagan realidad. El ataque a la
corrupción fue un tema recurrente en las plataformas de campaña de
todos los candidatos y candidata en la contienda presidencial de 2012.
La evidencia en otros países[2] nos ha mostrado que el que exista un
marco institucional y mecanismos anti-corrupción no asegura que el
problema se resuelva si en el fondo no existe al menos voluntad política.
Además, preocupa que el órgano anti-corrupción se convierta en un
órgano de control político a través del cual el gobierno en turno pueda
aprovechar para sancionar a las personas que le acomode, en lugar de
servir para evitar y reducir la corrupción. Es por ello que según la Red de
Rendición de Cuentas[3] es indispensable que los auditores internos de
dicho órgano no solo formen parte del servicio profesional de carrera,
sino que los mecanismos para su designación garanticen su
independencia del Poder Ejecutivo.
Adicionalmente, se requiere continuar mejorando el marco jurídico para
fortalecer las leyes y normas respecto al manejo del gasto público. Aquí
algunas recomendaciones:
• Reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad
Hacendaria (LFPRH), sobre todo en lo que se refiere a la reducción
del gasto corriente o de operación.
• Mejorar la transparencia presupuestaria, especialmente en lo
relacionado con la homologación de la información en los estados
y municipios a través del cumplimiento de la Ley General de
Contabilidad Gubernamental (LGCG).
• Lograr una mejor conexión entre la evaluación de resultados y las
políticas públicas; hasta ahora no queda claro cómo se incorporan
las recomendaciones de las evaluaciones para mejorar los
programas gubernamentales.
• Fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación (ASF), así como
a las entidades de fiscalización en los gobiernos locales. Una
manera de impulsar este tema es al aprobar las reformas
constitucionales que amplían las atribuciones de la ASF (que ha
permanecido sin aprobarse en el Senado[4]).
• El tema de las sanciones es relevante también pues es uno de los
mecanismos principales para acabar con la impunidad que
prevalece en nuestro país. Aunque la estrategia debe basarse en la
prevención, es necesario que se castigue a quienes abusen y
hagan un mal uso de los recursos.
Sería importante también que las decisiones de dicho organismo
anti-corrupción sean públicas y puedan ser monitoreadas por los
ciudadanos, pues esto daría legitimidad y credibilidad al mismo.
Es necesario entonces seguir trabajando para construir instituciones
públicas más transparentes. La imposibilidad de tener información
previene a los ciudadanos de monitorear las acciones del gobierno y les
impide demandar soluciones adecuadas. Pero sobre todo, es fundamental
fortalecer el sistema de rendición de cuentas que ya existe actualmente
y considerar que cualquier organismo de nueva creación debe estar
ampliamente justificado, con funciones delimitadas y claras, para evitar
duplicidades y poder integrarse adecuadamente a este sistema. La
corrupción destruye los esfuerzos por mejorar el diseño e
implementación de las políticas públicas, entre otros muchos daños. Así
que esperamos ver cambios positivos en los próximos cinco años, porque
hasta ahora el gobierno nos sigue debiendo.
•
* Liliana Ruiz Ortega es investigadora del área de Presupuestos y Política
Pública de Fundar.
[1] El IPC clasifica a los países de acuerdo a la percepción de corrupción en el sector público. En el 2013
el IPC incluyó 177 países. Fuente: International Transparency
[2]
En este blog se pueden encontrar ejemplos de otros países donde las promesas anti-corrupción no se
han cumplido a pesar de diversos mecanismos para erradicar este problema.
[3] rendiciondecuentas.org.mx
[4] Esta iniciativa ya se aprobó en la Cámara de Diputados. Esto sucedió en abril de 2012. Al día
siguiente, el proyecto de decreto se turnó a la Cámara de Senadores. Iniciativa con proyecto de decreto
que reforma y adiciona diversas disposiciones de la constitución política de los Estados Unidos
Mexicanos relativos al Sistema Nacional de Fiscalización. La idea de esta reforma es aumentar y mejorar
la fiscalización del gasto público.
Leer Más: http://www.animalpolitico.com/blogueros-res-publica/2014/01/23/la-corrupcion-un-pendientede-pena-nieto/#ixzz2uYNAk5wW
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