“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” RESOLUCION Nº 1575/13 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de julio de 2013.- VISTO: La actuación nº 2336/13, iniciada por la señora ,,,, quien tras haber obtenido el beneficio de su jubilación, reclama poder continuar como beneficiaria de la misma Obra Social que tenía en actividad, Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación, Accord Salud-Plan Verde. Y CONSIDERANDO QUE: 1.- Objeto de la denuncia. Diligencias practicadas Manifestó la reclamante que, mientras se encontraba bajo relación de dependencia laboral, se asoció al Plan Verde de Accord Salud, bajo el nº 00246424 00 2, conjuntamente con su marido, abonando las diferencias correspondientes, por plan superador. Asimismo, agregó que en el mes de diciembre de 2012, con motivo de haber accedido a su jubilación, manifestó su voluntad de continuar como afiliada a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), habiéndosele informado, según afirmó la señora Maznicoff, que para ello debía presentarse a partir del mes de marzo de 2013, en la UPCN a fin de efectuar los trámites correspondientes, previo chequeo de salud. 1 Finalmente, señaló que tras haber cumplimentado con todos los trámites requeridos por la prestadora, se le presupuestó una cuota de afiliación de pesos quinientos veintiséis ($526.-), con más la suma de pesos un mil ciento cincuenta y seis ($1.156.-), en razón de una enfermedad preexistente, lesión parotíedea, según certificado de médico especialista. Con fecha 26 de abril de 2013, esta Defensoría del Pueblo, cursó oficio solicitando información a la prestadora médica denunciada, con traslado de la queja presentada (fs. 5). El día 6 de mayo de 2013, se recibió en este Organismo, respuesta de la UPCN, obrante a fs. 6, por la cual su Presidente, licenciado Sergio D. Cassinotti, informó que: “... la Sra. Maznicoff estuvo afiliada al Agente de Seguro de Salud que presido en calidad de afiliado obligatorio por opción, bajo el Plan de Cobertura Accord Verde conforme surge de la ficha afiliatoria que se adjunta a la presente. Atento a que la Sra. Maznicoff accedió a un beneficio previsional, dejaron de ingresar aportes y contribuciones, de modo tal se procedió de manera automática a la baja afiliatoria de la beneficiaria con fecha 01/04/2013 de acuerdo a lo establecido por el art. 10 inciso a) de la ley nº 23660. A todo evento y siendo que se trata de una condición afiliatoria distinta, se hace saber que la reclamante puede solicitar el ingreso al plan de adherente de cobertura médico-asistencial que brinda Obra Social Unión Personal de la Unión del Personal Civil de la Nación bajo el Plan Privado Accord para lo cual deberá completar la declaración jurada de antecedentes familiares y de salud, la cual será evaluada por la auditoria médica, y en caso de corresponder se determinará el valor diferencial en atención a lo dispuesto por el artículo 10 de la ley nº 26.682 y su decreto reglamentario 1993/2011...” (el resaltado nos pertenece). Atento la índole del conflicto planteado y a los fines de darle curso y efectividad al presente reclamo, resulta conducente solicitar la inmediata intervención de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, atento su carácter de Autoridad de Aplicación de las Leyes 23.660 y 26.682. Sin perjuicio de lo cual, teniendo en cuenta que en el presente caso se halla involucrado el derecho humano a la salud integral y que a este Organo Constitucional, le incumbe la misión de defender, proteger y promover los derechos humanos y demás derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, la Constitución de la Ciudad y las leyes (entre ellos, el derecho a la salud), corresponde formular algunas consideraciones respecto de la cuestión aquí ventilada. 2 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” 2.- El nudo del conflicto En concreto, la cuestión controvertida en el caso, puede resumirse en determinar si a la señora Maznicoff, ahora jubilada, le asiste el derecho a la continuidad prestacional en la misma Obra Social que tenía estando en actividad, tal como lo solicitó oportunamente; o si, por el contrario, el acceso al beneficio jubilatorio supone la baja automática del servicio prestacional, tal como lo informó la UPCN, quedándole, en todo caso, la posibilidad de suscribirse a un plan como adherente, bajo otra condición afiliatoria distinta, al que se le puede aplicar un valor adicional a la cuota, por razones de preexistencia, con fundamento en lo normado en el art. 10 de la Ley 26.682. Al respecto, cabe recordar que esta Defensoría del Pueblo, ya se pronunció en otras ocasiones, en concordancia con la jurisprudencia y la doctrina especializada, señalando que la regla general para estos casos es que el trabajador que obtiene el beneficio de la jubilación tiene derecho a permanecer en la misma Obra Social de la que gozaba estando en actividad, salvo que opte por incorporarse al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI), o a cualquier otra Obra Social, que admita jubilados, debidamente inscripta en el Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados. No obstante, en los hechos, se suele dar una situación muy distinta, puesto que en general las Obras Sociales, mediante una antojadiza interpretación de la normativa vigente, proceden a desafectar, desafiliar o dar de baja al trabajador jubilado, sin atender a su expresa voluntad, aún cuando éste haya sido beneficiario de la Entidad mientras estaba en actividad. 3.- Sistema normativo El derecho integral a la salud, entendido como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades1, ha sido generosamente reconocido en todos los instrumentos internacionales de derechos humanos, que gozan de jerarquía constitucional por imperio de lo normado en el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional. En tal sentido, es doctrina judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), que el derecho a la salud “... está 1 Organización Panamericana de la Salud: Constitución de la Organización Mundial de la Salud. En Documentos Básicos, Documento oficial nº 240, Washington, 1991, p. 23. 3 íntimamente relacionado con el derecho a la vida, siendo éste el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y garantizado por la Constitución Nacional. El hombre es el eje y centro de todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su persona es inviolable y constituye un valor fundamental, con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental (v. doctrina de Fallos: 323:3229) (del dictamen de la señora Procuradora Fiscal subrogante)...” y que “... El derecho a la vida, más que un derecho no enumerado en los términos del artículo 33 de la Ley Fundamental, es una prerrogativa implícita, ya que el ejercicio de los derechos reconocidos expresamente requiere necesariamente de él y, a su vez, el derecho a la salud está íntimamente relacionado con el primero y con el principio de autonomía personal, desde que un individuo gravemente enfermo no está en condiciones de optar libremente por su propio plan de vida (v. doctrina de Fallos: 323:1339) (del dictamen de la señora Procuradora Fiscal subrogante)...”, señalando además que el derecho a la salud, desde el punto de vista normativo, está reconocido en los tratados internacionales con rango constitucional (art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional) entre ellos, el art. 12 inc. 2. c) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el art. 4º incs. 1) y 2) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica); el inc. 1) del art. 6º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, extensivo no sólo a la salud individual sino también a la salud colectiva (Del dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema en su sentencia del día 18 de diciembre de 2003, dictada en los autos: A. 891, L. XXXVIII, caratulados "Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta c/ Ministerio de Salud - Estado Nacional s/ acción de amparo - medida cautelar"). No habrá que soslayar que la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, establece en su art. 10 que: “Rigen todos los derechos, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional, las leyes de la Nación y los tratados internacionales ratificados y que se ratifiquen. Estos y la presente Constitución se interpretan de buena fe. Los derechos y garantías no pueden ser negados ni limitados por la omisión o insuficiencia de su reglamentación y ésta no puede cercenarlos”. Luego, agrega en su art. 41 que: “La Ciudad garantiza a las personas mayores la igualdad de oportunidades y trato y el pleno goce de sus derechos. Vela por su protección y por su integración económica y sociocultural, y promueve la potencialidad de sus habilidades y experiencias. Para ello desarrolla políticas sociales que atienden sus necesidades específicas y elevan su calidad de vida; las ampara frente a situaciones de desprotección y brinda adecuado apoyo al grupo familiar para su cuidado, protección, seguridad y subsistencia; promueve alternativas a la institucionalización”, y luego en el art. 44 agrega que: “... 4 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” reafirma los principios y derechos de la seguridad social de la Constitución Nacional y puede crear organismos de seguridad social para los empleados públicos. La ley no contempla regímenes de privilegio...”. Ahora bien, mediante la Ley 19.032 se fundó el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados en cuyo art. 16 indica que: “A partir de la vigencia de esta ley, los jubilados y pensionados obligatoriamente comprendidos en cualquiera de las obras sociales mencionadas en el artículo 1 de la ley 18.610, modificado por ley 18.980, aportarán únicamente al Instituto creado por la presente, manteniendo sin embargo su afiliación a aquéllas, con todos los derechos y obligaciones que los respectivos estatutos orgánicos y reglamentaciones determinen. En tal supuesto, se aplicarán los montos o porcentajes de aportes que rijan en esas obras sociales, si fueran mayores que los establecidos en el artículo 8. En los casos precedentemente aludidos, el Instituto deberá convenir con las respectivas obras sociales los reintegros que correspondan por los servicios que presten a los jubilados y pensionados. Sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos anteriores, los jubilados y pensionados podrán optar por incorporarse directamente al presente régimen, en cuyo caso cesarán las obligaciones recíprocas de aquéllos y de las obras sociales a las que se encontraban afiliados”. Posteriormente se dictó la Ley 23.660, que en su versión original estableció: “Quedan obligatoriamente incluidos en calidad de beneficiarios de las obras sociales: a) Los trabajadores que presten servicios en relación de dependencia, sea en el ámbito privado o en el sector público del Poder Ejecutivo o en sus organismos autárquicos y descentralizados; en empresas y sociedades del Estado, en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y en el Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; (Inciso sustituido por Art. 2º de la Ley Nº 23.890 B.O. 30/10/1990). b) Los jubilados y pensionados nacionales y los de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires; c) Los beneficiarios de prestaciones no contributivas nacionales” (art. 8º). Con la sanción de la Ley 23.661, se creó el “Sistema Nacional del Seguro de Salud, “... con los alcances de un seguro social, a efectos de procurar el pleno goce del derecho a la salud para todos los habitantes del país sin discriminación social, económica, cultural o geográfica. El seguro se organizará dentro del marco de una concepción integradora del sector salud donde la autoridad pública afirme su papel de conducción general del sistema y las sociedades intermedias consoliden su participación en la gestión directa de las acciones, en consonancia con los dictados de una democracia social moderna” (art. 1º); a continuación indica la misma que: “El seguro tendrá como objetivo fundamental proveer el 5 otorgamiento de prestaciones de salud igualitarias, integrales y humanizadas, tendientes a la promoción, protección, recuperación y rehabilitación de la salud, que respondan al mejor nivel de calidad disponible y garanticen a los beneficiarios la obtención del mismo tipo y nivel de prestaciones eliminando toda forma de discriminación en base a un criterio de justicia distributiva. Se consideran agentes del seguro a las obras sociales nacionales, cualquiera sea su naturaleza o denominación, las obras sociales de otras jurisdicciones y demás entidades que adhieran al sistema que se constituye, las que deberán adecuar sus prestaciones de salud a las normas que se dicten y se regirán por lo establecido en la presente ley, su reglamentación y la ley de Obras Sociales, en lo pertinente” (art. 2º). Asimismo establece en el art. 3º que: “... Se orientarán también a asegurar adecuado control y fiscalización por parte de la comunidad y afianzar los lazos y mecanismos de solidaridad nacional que dan fundamento al desarrollo de un seguro de salud”. Por último, en el capítulo dedicado a los beneficiarios, art. 5º, indica que: “Quedan incluidos en el seguro: a) Todos los beneficiarios comprendidos en la Ley de Obras Sociales. b) Los trabajadores autónomos comprendidos en el régimen nacional de jubilaciones y pensiones, con las condiciones, modalidades y aportes que fija la reglamentación y el respectivo régimen legal complementario en lo referente a la inclusión de productores agropecuarios...” (lo resaltado es propio). Por medio del Decreto nº 292/95, de creación del Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados, se estableció que “Ningún beneficiario del Sistema Nacional del Seguro de Salud podrá estar afiliado a más de un Agente, ya sea como beneficiario titular o como miembro del grupo familiar primario. En todos los casos éste deberá unificar su afiliación. El ente recaudador dictará las normas necesarias para hacer efectivo el cumplimiento de esta obligación” (art. 8º). Luego en el art. 10, se indica que: “... En el Registro de referencia se inscribirán los Agentes del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD que estén dispuestos a recibir como parte integrante de su población atendida a los jubilados y pensionados, debiendo especificar si recibirán sólo a los jubilados y pensionados de origen o a los provenientes de cualquier Agente del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD...”. 4.- Jurisprudencia aplicable y doctrina En el fallo “T.C.R. c/ Unión Personal Accord Salud s/ amparo”, la Cámara Nacional Civil y Comercial Federal reafirma que: “...la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha considerado que el derecho a la vida es el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y 6 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” garantizado por la Constitución Nacional...” (conf. Fallos: 302:1284, 324:3569). También ha sostenido que: “... el hombre es eje y centro de todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su persona es inviolable y constituye valor fundamental con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental...” (conf. Fallos: 316:479). Asimismo, y a partir de lo dispuesto en los tratados internacionales que tienen jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 de la Ley Suprema), el más Alto Tribunal del país ha reafirmado que el derecho a la preservación de la salud está comprendido dentro del derecho a la vida, y a su vez ha destacado la obligación impostergable que tiene la autoridad pública de garantizar ese derecho con acciones positivas, sin perjuicio de las obligaciones que deban asumir en su cumplimiento las jurisdicciones locales, las obras sociales o las entidades de la llamada medicina prepaga (conf. Fallos 321:1684, 323:1339, 324:3569). Ahora bien, en cuanto a la interpretación que debe dársele a la normativa antes citada, la jurisprudencia ha sido por demás elocuente. En autos caratulados “Domínguez, Elena E. c. I.O.S. s/amparo” , el Juez hizo lugar a la acción promovida por la señora Elena E. Domínguez, condenando a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación a restablecer en forma inmediata las prestaciones asistenciales pertinentes y abonar las costas del proceso. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, Sala II, 2000/02/08 en Fallo 100.586 sostuvo: “...es dable señalar que esta sala ha decidido que una persona que se jubila no pasa automáticamente a pertenecer al P.A.M.I., sino que subsiste en la esfera de la autonomía de la voluntad del ex trabajador el derecho a permanecer en la obra social que podía acudir hasta entonces. Esta conclusión se ve corroborada por el artículo 20 de la ley 23.660 y su reglamentación, en cuanto dispone que los aportes a cargo de los beneficiarios comprendidos en el inciso b) del artículo 8º (jubilados y pensionados) serán deducidos de sus haberes por los organismos que tengan a su cargo la liquidación de dichas prestaciones, debiendo ser transferidos a la respectiva obra social dentro de los quince (15) días posteriores a cada mes vencido (conf. causa 39.356/95, 'Quirque Dapena Encarnación Mercedes y otros c. I.O.S. s/ amparo' del 13/2/96, y numerosos precedentes posteriores) ... Por las razones expuestas, se resuelve confirmar la sentencia apelada con costas...”. Posteriormente, en el año 2001, la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo “Albónico, Guillermo Rodolfo y otro c/ Instituto Obra Social” resolvió que: “... la creación del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados no importó un pase automático de los pasivos a ese organismo, pues el art. 16 de la referida ley 7 19.032 conservó la afiliación obligatoria a la obra social correspondiente al servicio prestado en actividad y los derechos y deberes derivados de esa relación, a menos que aquellos optaran por recibir la atención del instituto, supuesto en que quedarían canceladas las obligaciones recíprocas de las obras sociales a las que pertenecían … Que las leyes nacionales 23.660 y 23.661 -de obras sociales y del seguro de salud- mantuvieron ese principio. Los jubilados y pensionados permanecieron como beneficiarios de las obras sociales integrantes del sistema de salud regulado por dichas leyes, en el que está comprendida la demandada. Con tal finalidad, se dispuso que los aportes destinados a financiarlo debían ser deducidos de los haberes previsionales para ser transferidos, en la forma y plazo que estableciera la reglamentación, a la orden del respectivo prestador asistencial (conf. arts. 1º, 8º inc. b, y 20º; 1º, 2º, 5º y 15º, leyes 23.660 y 23.661 citadas, respectivamente). 11) Que en tanto la decisión de cambiar la cobertura a favor del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados tenía carácter facultativo y requería una manifestación inequívoca de los afiliados que alcanzaran la jubilación para que cesaran los compromisos contraídos por la obra social originaria, cabe concluir que el art. 16 de la ley 19.032 no autoriza a presumir renuncia tácita del jubilado al servicio de salud que lo amparaba y que la ausencia de constancias acerca de esa opción obsta a tener por válida la transferencia producida sin una expresa voluntad en tal sentido...”. Luego agrega que: “...el principio consagrado en el art. 16 de la ley 19.032 aparece corroborado, además, con el dictado de sucesivas normas legales y reglamentarias destinadas a ampliar y garantizar paulatinamente la libertad de elección de los prestadores médicos por parte de los beneficiarios, lo que enfatiza la necesidad de evitar soluciones que puedan desvirtuar el ejercicio de ese derecho al entrar en pasividad. En tal sentido, cabe mencionar la posibilidad que se ha reconocido a los jubilados y pensionados de optar por la atención sanitaria de entidades que se inscriban en un registro especial previsto para esa finalidad, sin que ello altere la facultad de conservar las prestaciones que ya estaban a cargo de otros agentes del seguro de salud con relación a ese sector (conf. art. 25, ley 23.661; decretos 9/93, 292 y 492/95 -en especial, arts. 14 y 13, respectivamente y 446/2000; resolución ANSSAL nº 3203/95, entre otras)”. En la causa 474/2002 “Chávez, Aidée y Otro c/ Obra Social Unión Personal, de la Unión de Personal Civil de la Nación s/ incidente de Apelación Medida Cautelar”, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal confirmó la medida cautelar dictada por el a quo, a cuyo respecto sentenció: “... I) El Señor Juez a quo, al interpretar que se encontraban configurados los recaudos inherentes a las medidas cautelares, ordenó a la accionada que continúe brindando atención médica y social a las 8 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” peticionarias, incluyendo la rehabilitación de sus carnets. La queja de la destinataria de dicha medida puede ser expresada, sintéticamente, en estos términos: como las accionantes se han desvinculado laboralmente -en virtud de haberse acogido a la jubilación- por aplicación del art. 10, inc. c), de la ley 23.660, su obligación como obra social sólo subsiste por un plazo de tres meses a partir de entonces. II) Como introducción al tema sometido a conocimiento del Tribunal, cabe recordar que la naturaleza de las medidas precautorias no exige a los magistrados el examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo su verosimilitud, y que el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no exceda del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos: 306:2060; esta Sala, causas 39.380/95 del 19-3-96, 21.106/96 del 17-7-97, 1251/97 del 18-12-97, 436/99 del 8-6-99, 7208/98 del 11-3-99, 7936/99 del 14-3-2000 y 2849/2000 del 30-52000). En este orden de ideas, la verosimilitud del derecho se refiere a la posibilidad de que el derecho exista y no a una incontestable realidad, la cual sólo se logrará al agotarse el trámite (cfr. Fenochietto-Arazi, Código Procesal comentado tomo 1, pág. 742). Y en cuanto al peligro en la demora, teniendo en cuenta que este requisito se refiere a la necesidad de disipar un temor de daño inminente -acreditado prima facie o presunto- (cfr., Fassi-Yañez, Código Procesal comentado, tomo 1, pág. 48 y sus citas de la nota nº 13; Podetti; J.R., Tratado de las medidas cautelares, pág. 77, nº 19; esta Sala, causa 6655/98 del 7-5-99, 436/99 del 8-6-99, 2974/99 del 6-7-99, 1056/99 del 16-1299 y 7841/99 del 7-2-2000; CNCiv., Sala D, del 26-2-85, LL 1985-C, 398), la decisión adoptada por la Obra Social, en el sentido de que no continuaría prestando su cobertura más allá del límite temporal ya mencionado, conduce a tener por acreditado tal recaudo. III) En relación al argumento desarrollado por la recurrente -vinculado con el art. 10, inc. c), de la ley de obras sociales- corresponde recordar, en este marco cautelar, que el art. 8, inc. b), de dicha ley, establece que quedan obligatoriamente incluidos, en calidad de beneficiarios de las obras sociales, los jubilados y pensionados nacionales, en tanto que el art. 20 prevé que sus aportes serán deducidos de los haberes jubilatorios por los organismos que tengan a su cargo la liquidación de dichas prestaciones, debiendo transferirse a la orden de la respectiva obra social. El art. 10 dispone el carácter de beneficiario, otorgado en el inc. a) del art. 8, y los incs. a) y b) del art. 9 de la misma ley, subsistirá mientras se mantenga el contrato de trabajo o la relación de empleo público y el trabajador o empleado reciba remuneración del empleador, salvo en el caso de extinción del contrato de trabajo, en cuyo caso los trabajadores que se hubiesen desempeñado en forma continuada durante más de tres meses, mantendrán su calidad de beneficiarios durante un período de tres meses, contados desde su distracto, sin obligación de efectuar aportes (inc. a). En ese contexto normativo, se debe interpretar que 9 el distracto que contempla la norma no es el que tiene lugar con motivo de la jubilación del trabajador, sino el que se verifica por otras circunstancias, como son las previstas en los distintos incisos del artículo, pues de otro modo quedaría sin contenido el art. 8 de la ley 23.660, en cuanto establece en su inc. b), con carácter general, que quedan obligatoriamente incluidos en calidad de beneficiarios los jubilados (cfr. esta Sala, causas 5931/98 del 1811-99, 3889/98 del 23-5-2000, 4905/98 del 10-4-2001 y 7179/2000 del 19-42001; Sala II, causa 2132/97 del 28-12-99). IV) Resulta igualmente inadmisible el planteo formulado en el sentido de que el decisorio apelado implicó un prejuzgamiento, pues se resolvió sobre el fondo del asunto. En este caso concreto, la medida decretada por el Señor Juez se presenta como la única susceptible de cumplir con la cautela del derecho invocado (cfr. art. 230, inc. 3º, del Código Procesal) y de evitar que la conducta observada por la demanda influya en la sentencia o convierta su ejecución en ineficaz o imposible (cfr. art. 230, inc. 2º)... V) Tampoco resultan atendibles las razones concernientes a los decretos 292 y 492 -ambos del año 1995-, pues el derecho de las accionantes radicaría en el vínculo de origen que las une con la Obra Social, y no en la opción que prevén dichas normas. Por lo demás, tales decretos, aparte de alentar la posibilidad de que los beneficiarios del Sistema Nacional de Seguro de Salud elijan al Agente de Salud que les brindará la prestación, no impiden que quienes ya gozan de una cobertura continúen en ella (cfr. esta Sala, causa 2151/99 del 17-2-2000 y sus citas). VI) Finalmente, se debe destacar que la solución así alcanzada es la que mejor se corresponde con la naturaleza del derecho cuya protección cautelar se pretende -que comprende la salud e integridad física de las personas (cfr. Corte Suprema, Fallos: 302: 1284)-, reconocido por los pactos internacionales (art. 25, inc. 1, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y art. 12, inc. 2, ap. d, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), de jerarquía constitucional (cfr. art. 75, inc. 22, de la Constitución Nacional; esta Sala, causas 22.354/95 del 2-6-95, 53.078/95 del 18-4-96, 1251/97 del 18-12-97, 436/99 del 8-6-99, 53/2001 del 15-2-2001 y 7179/2000, cit.; en igual sentido CSMendoza, Sala I, del 1-3-93, voto de la Dra. Kemelmajer de Carlucci, E.D. 153, 163; CFed. La Plata, Sala 3, del 8-5-2000, E.D. edición del 5-9-2000)...”. A tono con la jurisprudencia dominante, la doctrina destaca que: “... es indudable que derecho judicial en esta materia, ha establecido como doctrina que el trabajador que se jubila, por sí, puede decidir mantener su afiliación a la obra social que le proveía la prestación médico asistencial, en virtud del ámbito de comprensión personal y territorial del convenio colectivo que regía la actividad en que desarrolló su tarea o de la resolución 10 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” del órgano administrativo que dispuso el encuadramiento de la categoría profesional en un determinado agente del seguro de salud. Al facilitarse a través de varias disposiciones administrativas reglamentarias -entre otros, los decretos 292/95, 492/95, 504/98 (Adla, LV-D, 4578; LVIII-B, 1757)-, la posibilidad de libre elección del agente del seguro (dentro de las prescripciones legales y de las decisiones adoptadas por éstos al respecto), se ha ampliado el ejercicio que confiere el régimen obligatorio del referido seguro de salud. Ello en cuanto se refiere a la elección del prestador con lo que se ha pasado de un régimen que no daba esa posibilidad -en cuanto determinaba quien era éste-, a uno que establece un razonable marco de opción, aunque sería conveniente que se amplíe más allá de las obras sociales sindicales, del beneficiario. Resulta evidente que el jubilado o pensionado puede mantener su afiliación en la obra social que le correspondía durante su período de actividad, o aquella otra de su preferencia, inscripta en el respectivo registro abierto al efecto. Por lo tanto, ante la decisión de la obra social de desafiliarlo puede ejercer la respectiva acción judicial a fin de mantener su anterior status...” (“El derecho del jubilado o pensionado a mantener su afiliación a su anterior obra social”, La Ley - t. 2000 - D - 162). 5.- Corolario En suma, conforme lo reseñado anteriormente resulta indiscutible que, en el caso sub examine, la señora ,,, tiene derecho, tal como lo solicitó oportunamente, a continuar en la Obra Social que tenía en actividad (en el caso, Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación, Accord Salud-Plan Verde) y que, por ende, deviene improcedente la baja automática dispuesta, unilateralmente, por la Entidad, al mismo tiempo que no resulta aplicable a este caso lo dispuesto en el art. 10 de la Ley 26.682, puesto que no se trata de un nuevo vínculo de adhesión a un plan de adherentes sino, claramente, de mantener la continuidad del mismo plan que la reclamante tenía durante su actividad laboral. Motivo por el cual, más allá de formular las recomendaciones pertinentes, corresponde solicitar la inmediata intervención del Defensor del Beneficiario, dependiente de la Superintendencia de Servicios de Salud, a los efectos que arbitre las medidas que estén a su alcance para restituir a la aquí reclamante y a su esposo, la cobertura asistencial y, de ese modo, brindar adecuada tutela al derecho humano a la salud que aquí se ha visto vulnerado. 11 POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES RESUELVE: 1) Recomendar al Presidente de la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación, proceda a la inmediata reincorporación de la señora Silvia Liliana Maznicoff, D.N.I. nº 10.461.808; afiliada nº 00246424 00 2, al mismo plan de cobertura de salud, Plan Verde de Accord Salud, que tenía en actividad antes de acceder al beneficio jubilatorio. 2) Poner en conocimiento de la presente Resolución, con copia íntegra y fiel de la actuación, a la señora Defensora del Beneficiario de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, doctora Malena Totino, a fin de tomar la intervención que estime corresponder en el caso, procurando hacer efectivo el derecho que le asiste a la aquí reclamante a la continuidad prestacional. 3) Fijar en 10 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.2 4) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento, y oportunamente, archivar. Código 402 ND DC co/D/LDS 2 Ley 3, art. 36: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias, recomendaciones, recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las recomendaciones no son vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una medida adecuada, o no informa de las razones que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner en conocimiento del ministro o secretario del área, o de la máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del asunto y las recomendaciones propuestas. Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con mención de los nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud. 12 “2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia” RESOLUCION Nº 1575/13 13