UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA
PATAGONIA SAN JUAN BOSCO
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
CARRERA: CIENCIA POLÍTICA
SOCIOLOGIA
GUIA DE ESTUDIO
2010
1
TUTOR: LIC. SILVIA MARTINEZ MOLICA
INDICE
Guía de estudio de la materia Sociología
Introducción
……………………………… PG. 2
Unidad 1……………………………………… PG. 6
Unidad 2……………………………………… PG. 27
Unidad 3………………………………………. PG. 36
Unidad 4.……………………………………… PG. 43
Introducción
El pensamiento sociológico resulta un insumo indispensable en la formación
académica de los estudiantes de todas las disciplinas sociales y particularmente de la
Ciencia Política. Esta propuesta nos introduce en el campo de estudio de la Sociología a
partir de un eje central que recorre el programa y trata de superar la dicotomía individuo
versus sociedad. El enfoque desde la “vida cotidiana” nos permite analizar esta doble
perspectiva y esta doble manifestación de lo social, en las subjetividades y en las
instituciones. Formamos parte de la realidad social que queremos estudiar, somos sujeto
y objeto de conocimiento.
La realidad social que vivimos desde lo cotidiano a partir de nuestra singularidad,
se traduce en nosotros en saberes y formas de actuar. Desde esta perspectiva partimos
hacia el descubrimiento, construcción y reflexión crítica sobre la realidad social.
Le proponemos entonces compartir un ámbito de estudio novedoso, “la vida
cotidiana”. Esta vía de entrada requiere que hagamos una precisión, desde el primer
momento la vida cotidiana aparece como algo natural, naturalizado, ya que está allí desde
siempre, pero a pesar de esta forma aparente y de que se la vivencie como tal, no es, en
verdad un hecho natural. Es el encuentro del hombre concreto, real, con su propia historia
y con la humanidad hecha historia, es la presencia objetivada del movimiento y del
cambio social, de la continuidad de lo social y de sus transformaciones, es el punto de
encuentro entre lo subjetivo y lo objetivo, es en una palabra donde se concreta la relación
individuo-sociedad.
La cotidianeidad es condición de existencia y sustancia de la sociedad, un hecho
presente en todo tiempo y lugar, que ha adoptado formas y contenidos diversos que
expresaron y expresan las condiciones particulares en que los hombres se reproducen y
reproducen su sociedad y su cultura. Desde la vida cotidiana parten los acontecimientos
que se convierten en historia. Desde ella se transita hacia el arte, la filosofía, la ciencia.
El aporte sociológico resulta un instrumento insoslayable a la hora de pensar
críticamente la política en todos sus órdenes desde la propia cotidianeidad donde se van
construyendo las subjetividades hasta las instituciones y las formas de gobierno.
2
Nos proponemos brindar a los estudiantes de la carrera de Ciencia Política una
introducción al estudio de la Sociología, aportando desde la primera unidad categorías de
análisis teórico para estudiar la vida social y pensarnos como sujetos sociales.
Permanentemente construimos y deconstruimos esa realidad social que queremos
estudiar, a partir de nuestras experiencias y saberes. La selección de los temas y los
materiales apunta a clarificar de manera permanente esa construcción social y por lo
tanto histórica de la realidad, a partir de lo cotidiano.
Los autores que se presentan de manera introductoria en las unidades dan cuenta
además de las diferentes maneras de concebir lo social. Algunos de ellos son autores
clásicos de la Sociología, pensadores que han construido sus propios marcos teóricos
para explicar y/o comprender los procesos sociales.
En la unidad 1, vamos a trabajar la relación de lo natural con lo social para
comenzar a percibir que nuestra manera de hacer las cosas puede ser buena o mala,
pero no es natural, que hacemos y sentimos de una determinada forma porque
pertenecemos a una determinada sociedad y a un determinado tiempo histórico. Veremos
los procesos de socialización como aprendizaje y construcción del mundo social, como se
van constituyendo los conocimientos, el sentido común, y las tipologías que utilizamos a
diario.
En la Unidad 2, se presenta una introducción a autores clásicos de la Sociología
que nos propondrán su manera particular de ver lo social y de estudiarlo.
En la Unidad 3, reflexionaremos sobre como se produce lo ideológico y la
ideología en el seno de lo social y como la ideología construye también la realidad social
animando el proceso de la historia.
En la Unidad 4, se trabajará con dos dimensiones significativas de la realidad
social que se manifiestan en la vida cotidiana. En los procesos de socialización –inclusión
y pertenencia- los particulares incorporan los diversos saberes que corresponden a un
grupo, comunidad, estrato o clase. El imaginario colectivo es representación, fuerza y
motor para esa acción. Desde esta perspectiva la cultura es inseparable del imaginario y
este de las relaciones de poder. Se abordara también la discusión sobre el método para
estudiar las culturas populares y el impacto de los medios masivos de comunicación y las
nuevas tecnologías sobre los saberes y la cultura. Retomando el interés por el estudio de
la vida cotidiana se relacionará el ámbito político desde su misma constitución a partir de
las certezas básicas adquiridas en las sucesivas socializaciones.
Objetivos generales
a) Introducir conocimientos a los temas propios de la Sociología como disciplina social
teniendo como eje “la vida cotidiana” en su función de formadora de valores,
actitudes, comportamientos, juicios y prejuicios, generalizaciones, conocimientos,
etc.
b) Incorporar una conceptualización sociológica básica, yendo de un conocimiento de
sentido común al conocimiento de carácter científico.
c) Examinar comparativamente las distintas posturas respecto al objeto de estudio de
la Sociología.
d) Articular la teoría con la realidad a través de la propia vivencia y de los contextos
regionales, locales, etc.
3
e) Vincular la vida cotidiana con lo político, en el sentido de su
capacidad de
promover cambios y continuidades en los distintos procesos sociales.
Programa
Unidad l. La vida cotidiana como fenómeno social y como campo de conocimiento. La
construcción del mundo intersubjetivo. Estructura y dinámica de la vida cotidiana y su
relación con la dimensión histórica, social e individual. La importancia de las relaciones
sociales en la construcción del sentido común. La construcción social de la realidad, el
proceso de socialización.
Unidad 2. Pensar lo social desde los clásicos de la sociología. Emile Durkheim. El hecho
social. Categorías particulares para su análisis. La división del trabajo social. Anomia. Max
Weber. La acción social y su significación. Los tipos ideales. Poder y dominación. Karl
Marx. La división social del trabajo. Producción y reproducción social.
Unidad 3. Distintas concepciones sobre ideología. Lo ideológico como producción social.
La historia como producción ideológica. Lo ideológico como imaginario. El imaginario
colectivo. Los discursos y las prácticas. Luis Althusser y Los aparatos ideológicos del
estado. Ideología y estructura social.
Unidad 4. La imaginación sociológica. Elementos sociológicos para pensar la noción de
cultura. Cultura de masas. Medios de comunicación social. Homo videns. Cultura y poder.
La producción de realidades sociales en los medios de comunicación. Cultura dominante
y subalterna. La microfísica del poder. Vida cotidiana y construcción política.
Bibliografía general
Unidad 1
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Marqués J. Vicent; (1982); No es natural-Para una sociología de la vida cotidiana;
Editorial Anagrama. Madrid, España- Cap. 1 “Casi todo podría ser de otra manera”
(Págs. 13 a 18)
Héller A. (1985); Historia y vida cotidiana; México, Editorial; Enlace-Grijalbo Cap. 2
“La estructura de la vida cotidiana” (Págs. 39 a 69)
Berger y Luckman (1983); La construcción social de la realidad; Amorroutu;
Buenos Aires-Cap.3 “La sociedad como realidad subjetiva” (Págs. 164 a 216)
Schutz, A. (1964) “Elaboración de los objetos mentales en el pensamiento del
sentido común en Horowitz ,Irving: Historia y elementos de sociología del
conocimiento; Eudeba; Buenos Aires Tomo 1- Cap. 1
UNIDAD 2
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Durkheim, E. (1988); Las reglas del método sociológico y otros escritos sobre
filosofía de las ciencias sociales; Editorial Altaya; Madrid, España –Cap 1 “Que es
un hecho social” y Cap 2 “Reglas relativas a la observación de los hechos sociales”
Steiner Philippe (2000)- La sociología de Dukheim –Edit. Claves perfiles-Bs.As.
Cap. 4 “El proceso de socialización” (Págs. 51 a 72)
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Marx K. (1979) Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(borrador) 1857-1858, Siglo XXI; Buenos Aires (varias ediciones)
Marx K. (1972) Correspondencia C. Marx-F. Engels Buenos Aires. Cartago. Carta
a P.V.Amencov
Weber M. (1969); Economía y sociedad; México. Fondo de Cultura Económica;
Tomo 1 sección II El concepto de acción social (PG.18 a 23) Los tres tipos puros
de dominación legítima (Págs.706 a 708)
(Págs.43 a
Wheeler Cristina, (2009) Max Weber: ciencia, racionalidad y objetividad, en Varios
autores- (2009) Teoría Sociológica: Libros del Sur- Universidad Nacional de
Rosario
UNIDAD 3
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Althusser, L (1988) Ideología y aparatos ideológicos del Estado; Nueva Visión;
Buenos Aires
Duby Gorges: (1978) “Historia social e ideología de las sociedades” en Le Goff. J.
Pierre) Hacer la historia; Barcelona.
Marx, K. Engels F. (1972); La ideología alemana; Grijalbo; Barcelona.
Introducción “La ideología en general y la ideología alemana en particular” ) Págs.
16 a 38)
Díaz E. (1995); La ciencia y el imaginario social; Biblos; Buenos Aires ¿Qué es el
imaginario social? (Págs.13 a 21)
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Realidad, representación e imaginarios
sociales- Jorge Manuel Casas
UNIDAD 4
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Wright Mills (1966); La Imaginación sociológica; Fondo de Cultura Económica;
México- Cap l “La promesa”
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Algunas notas sobre los medios de
comunicación – Daniel Friedman y Emiliano Álvarez
Artículo de la guía UBA XXI (2003) El laberinto de la cultura –Sara Lifszyc
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Cultura de masas ¿máscara de un rostro?Marisa Iacobellis
Foucault, M... (1983) Vigilar y castigar; Siglo XXI; México Cap. 3 “El panoptismo”
García Canclini, N. (1985) Cultura y poder, en Revista Espacios 1ro 2. Facultad de
Filosofía y Letras; UBA. Buenos Aires
Borrel Juan José (2009) Un lugar para el acontecimiento: pensar la sociedad a
partir de las nuevas tecnologías de la comunicación e información. En Teoría
Sociológica- Varios autores-Libros del Sur
Muraro Heriberto- (1991) Poder y comunicación Cap. La publicidad política (y la
política de la publicidad en la Argentina –Ediciones Letra Nueva
Sartori G. (1998); Homo videns, la sociedad teledirigida; Taurus Pensamiento;
España- (Págs. Selección)
Lechner Norberto- (1995) Los patios interiores de la democracia. Subjetividad y
Política - F.C.E. Chile – Cap. 2 “Estudiar la vida cotidiana” (Págs. 39 a 59)
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UNIDAD 1
Contenidos
Unidad l. La vida cotidiana como fenómeno social y como campo de conocimiento. La
construcción del mundo inter subjetivo. Estructura y dinámica de la vida cotidiana y su
relación con la dimensión histórica, social e individual. La importancia de las relaciones
sociales en la construcción del sentido común La construcción social de la realidad, el
proceso de socialización.
Bibliografía
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Marqués J. Vicent; (1982); No es natural-Para una sociología de la vida cotidiana;
Editorial Anagrama. Madrid, España- Cap. 1 “Casi todo podría ser de otra manera”
(Págs. 13 a 18)
Héller A. (1985); Historia y vida cotidiana; México, Editorial; Enlace-Grijalbo Cap. 2
“La estructura de la vida cotidiana” (Págs.. 39 a 69)
Berger y Luckmann (1983); La construcción social de la realidad; Amorroutu;
Buenos Aires-Cap.3 “La sociedad como realidad subjetiva” (Págs... 164 a 216)
Schutz, A. (1964) “Elaboración de los objetos mentales en el pensamiento del
sentido común en Horowitz ,Irving: Historia y elementos de sociología del
conocimiento; Eudeba; Buenos Aires Tomo 1- Cap. 1
Orientación bibliográfica
En la literatura sociológica es frecuente encontrar un mayor énfasis en uno de los
polos de la relación individuo-sociedad. Esta característica pendular genera distintos
enfoques de lo social. Al tomar “la vida cotidiana” como ámbito de estudio, proponemos
considerar esta relación como unidad y observar cómo se constituye en cada uno de los
actos que los particulares realizan. En los “encuentros cotidianos” se estructura la vida
social.
La vida cotidiana es el ámbito de despliegue de esa existencia de los particulares,
que aunque anárquica, posee “su” escenografía con formas y contenidos. Estos no son
azarosos, sino producto del quehacer de “otros” que tuvieron y vivieron su existencia
realizando su cotidianeidad.
A partir del entrenamiento en el desarrollo de ciertas capacidades como la de
abstracción, es posible comprender que una misma realidad social puede ser analizada
desde diferentes perspectivas teóricas, y distinguir éstas a su vez de las nociones de
sentido común.
La bibliografía seleccionada propone abordar las categorías de análisis de la vida
cotidiana como hecho social, esto puede hacerse desde el lenguaje de ficción, presente
en el relato de Marques, hasta la utilización de los conceptos sociológicos de Agnes
Heller o Alfred Schulz.
Al leer el texto de Marques, “No es natural”, con el que recomendamos comenzar,
percibirá usted una distinción esencial para la Sociología, la que señala los límites entre lo
que se considera natural en la vida cotidiana o aquello que sucede naturalmente y el
carácter social de los hechos cotidianos que tienen otra entidad y por lo tanto otras
características.
Una vez que haya reflexionado sobre los distintos aspectos que presenta el estudio
de la Sociología, ya sea la relación entre lo natural y lo social o entre el individuo y la
sociedad, le proponemos que lea con detenimiento “La estructura de la vida cotidiana” de
A. Heller teniendo en cuenta las categorías que le propone esta autora. Si se detiene en
6
cada una de las categorías podrá tener una visión totalizadora de proceso de formación
de las relaciones sociales y de los valores en la vida cotidiana.
Al pasar al texto de Alfred Schutz, verá que la llamada interacción o el “estar entre
hombres” es el mundo intersubjetivo. En este mundo “entre sujetos” se produce un
intercambio y se utiliza un recurso: el conocimiento de la vida cotidiana, al que el autor
llama conocimiento de sentido común. Encontrará aquí una serie de categorías propias de
la Sociología Interpretativa que Schutz representa, conceptos como ciencia, conocimiento
precientífico, distribución del conocimiento, reciprocidad de las perspectivas, etc.
El mundo inter subjetivo y el tipo de conocimiento llamado pensamiento de sentido
común es abordado por Alfred Schutz quien considera que es en el mundo intersubjetivo
donde el hombre incorpora, a través de su historia biográfica, el conocimiento que le
permite adquirir las destrezas básicas para la vida cotidiana. Otro texto central en esta
unidad es el de Berger y Luckman que analizan la doble construcción de la realidad
social, desde lo subjetivo y desde lo objetivo o institucionalizado.
Claves para el autoaprendizaje
Al finalizar el estudio de esta unidad deberá haber comprendido:
 Qué es la Sociología: problemática, relación c/otras disciplinas, objeto, etc.
 Las características de una perspectiva sociológica
 Qué es la vida cotidiana: características, relaciones con el contexto.
 La construcción de la realidad social y la construcción social de la realidad
 El mundo subjetivo e intersubjetivo
 El proceso de socialización.
 Las características del conocimiento del sentido común
.
Ficha de Cátedra Nro.1
La vida cotidiana como fenómeno social
La vida social es el resultado de la actividad transformadora de los hombres, los
hombres transforman su entorno y al mismo tiempo modifican su propia naturaleza. Por lo
tanto, la sociedad, no es un producto natural, sino que es producto de las actividades de
los hombres concretos. El hombre, se relaciona con otros hombres realizando esas
actividades y participa dentro de diferentes agrupaciones, familiares, laborales, culturales,
religiosas, etc., en ellas, los hombres comparten hábitos, costumbres y valores.
También el trabajo, requiere la participación de personas que interactúan y a
medida que estas tareas se vuelven más complejas, surgen nuevas relaciones y
funciones sociales. Los hombres en tanto seres vivos necesitamos satisfacer
determinadas necesidades, como comer, dormir y también asegurar nuestra continuidad
como especie. Esas necesidades demandan la realización de una serie de actividades,
pero esas actividades no se desarrollan de cualquier modo, están pautadas y regladas,
son sociales, aunque los aspectos naturales y sociales se nos presenten como un
fenómeno único a primera vista.
La vida cotidiana es pues el conjunto de actividades que realizamos en situaciones
concretas para satisfacer nuestras necesidades y seguir viviendo. Dice Gouldner: “la vida
cotidiana es la suma de rutinas siempre presentes, pero por conocidas nunca registradas”
Es lo común, lo habitual, lo que hacemos todos los días. Es la “realidad que aparece
como autoevidente”, compartida con otros semejantes que la experimentan como yo y
que constituye el basamento fundamental en el que se crea y re-crea la sociedad como un
mundo inter subjetivo. Para Agnes Heller, así como para Schutz y Luckmann, autores que
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vemos en nuestro programa, la vida cotidiana es la dimensión fundamental de la
existencia social. Es por lo tanto, el fenómeno universal, presente en toda sociedad.
“La vida cotidiana es la vida de todo hombre. La vive cada cual, sin excepción alguna, cualquiera
sea el lugar que se le asigne en la división del trabajo intelectual y físico. Nadie consigue
identificarse con su actividad humana específica hasta el punto de poder desprenderse
enteramente de la cotidianeidad. Y a la inversa, no hay hombre alguno por “insustancial” que sea,
que vida sólo la cotidianeidad aunque sin duda esta le absorberá principalmente. La vida cotidiana
es la vida del hombre entero, o sea: el hombre participa
En la vida cotidiana con todos los aspectos de su individualidad, de su personalidad. En ella “pone
en obra” todos sus sentidos, todas sus capacidades intelectuales, sus habilidades manipulativas,
sus sentimientos, pasiones, ideas, ideologías. La circunstancia de que todas sus capacidades se
ponen en obra determina también, como es natural, el que ninguna de ellas pueda actuarse, ni
con mucho, ni con toda su intensidad. El hombre de la cotidianeidad es activo y goza, obra y
recibe, es afectivo y racional, pero no tienen tiempo ni posibilidad de absorberse enteramente en
ninguno de esos aspectos para poder apurarlo según toda su intensidad1
La vida cotidiana y la reproducción social
Los individuos se reproducen y ello es lo que reproduce la sociedad, el ámbito en
que dicha reproducción se desarrolla constituye la vida cotidiana. El concepto de
reproducción incluye la autoreproducción y la reproducción de las relaciones sociales, el
entorno inmediato, los usos y costumbres, las normas y los valores vigentes en esa
sociedad. En una palabra, es la reproducción concreta de cada uno de nosotros en un
contexto concreto. Heller dice que la reproducción de los individuos constituye desde el
inicio un hecho social, porque las diversas actividades que desarrolla el hombre,
responden a pautas y convenciones socialmente construidas. Cuando el particular se
reproduce, reproduce en forma directa y al mismo tiempo su entorno inmediato e
indirectamente a la sociedad en su conjunto. La autoreproducción y la reproducción social
son dos momentos de un mismo proceso.
La reproducción y la socialización del particular
Desde que nacemos, nos encontramos en un mundo que existe y que es
independiente de nosotros. Nacemos en una determinada familia, en un determinado
vecindario, en una determinada ciudad y en un país determinado.
El individuo debe primero aprehender a internalizar su entorno, no sólo los objetos
sino también las significaciones que los mismos encierran, los modelos y patrones de
comportamiento para conducirse en este mundo.
En las múltiples actividades pone en acción sus capacidades y conocimientos
prácticos, adquiridos durante el proceso de socialización que implica fundamentalmente
aprehender la cotidianeidad, es decir aprender a manipular las cosas y asimilar las
relaciones sociales, en su forma y contenido. Cuando puede manejar su propia vida en
forma autónoma se considera que ha madurado para el mundo en el cual vive.
En dicho proceso podemos diferenciar dos niveles, la socialización primaria, que el
individuo atraviesa en la niñez, por la cual se convierte en miembro de la sociedad y la
socialización secundaria, proceso posterior que induce al individuo ya socializado a
nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad.
La particularidad y la especificidad: dos dimensiones del hombre
La vida cotidiana es la vida de todo hombre en tanto ser particular y como tal se
reproduce a partir de las necesidades centradas en su yo. Puede afirmarse entonces que
el objetivo de la particularidad es la satisfacción de las necesidades que se hacen
conscientes a través del Yo y que asumo como “mis necesidades”.
1
Heller, A., Historia y vida cotidiana, Colección Enlace, Grijalbo, México 1985
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Sin embargo, el ser particular no puede, espontáneamente, entender en forma
consciente la conexión entre sus necesidades y la especie humana. Pero ambas
características –la particularidad y la especificidad- coexisten en él y funciona como una
muda co presencia que no es absoluta ni uniforme. El hombre realiza actividades que,
independientemente de su fin particular, lo llevan a identificarse con el nosotros, tomar
conciencia de la presencia de la genericidad en mi particularidad.
La vida cotidiana y no cotidiana: dos dimensiones de la sociedad
Como vimos, para poder reproducir la sociedad es necesario que se reproduzcan
los hombres como particulares concretos y como miembros de la especie humana. La
reproducción de los hombres implica el desarrollo de actividades que satisfagan
necesidades vitales básicas, que son al mismo tiempo sociales y en tanto tales coexisten
en la vida cotidiana en forma muda con la particularidad. De esa manera, lo específico se
manifiesta “espontáneamente” en la vida cotidiana. Si bien la vida cotidiana es la
dimensión fundamental de la sociedad, no es la única, en ella no se agota lo social. La
vida cotidiana reproduce lo social, por sus características es la condición necesaria para
la emergencia de lo no-cotidiano.
¿Cuáles son las diferencias entre lo cotidiano y lo no cotidiano?
La diferencia entre lo cotidiano y lo no cotidiano depende de los motivos de las
acciones, que pueden estar orientadas a la satisfacción de la particularidad o de la
especificidad. La vida cotidiana es la intersección de dos dimensiones: la natural y la
social. A su vez, la social se diferencia en dos planos: el cotidiano y el no cotidiano. El
plano cotidiano está delimitado por lo “natural” y por lo no cotidiano. Los límites son
permeables y en permanente cambio.
Así como lo no-cotidiano penetra y transforma lo cotidiano, incorporando nuevas
necesidades en la vida social, lo cotidiano también penetra lo no-cotidiano produciendo
cambios y transformaciones a nivel de la estructura social (cambios económicos, sociales
y políticos). Por esta razón, dice Heller, la vida cotidiana es el centro de la historia.
Características y estructura de la vida cotidiana
Al comienzo señalamos que el hombre de la vida cotidiana es el hombre entero,
que actúa e interviene en ella con todas sus capacidades y potencialidades. En esta
dimensión, el particular desarrolla un sinfín de actividades diferentes, como el Sr.
Timoneda, en un día cualquiera de su vida (véase el articulo de Vicente Marques, No es
Natural). La heterogeneidad de las actividades y su importancia o jerarquía son
características que señala Heller, mientras que la primera, la heterogeneidad, es propia
de la vida cotidiana, la segunda, la jerarquía, es consecuencia de las estructuras
económico-sociales. Actuamos con todas nuestras capacidades, habilidades,
sentimientos y sentidos, en una palabra, ponemos en acción todo lo que somos, pero en
relación con un determinado momento histórico. Esa heterogeneidad se encuentra
siempre organizada en un orden jerárquico, es decir, en una escala socialmente
construida que da cuenta de su importancia según el momento histórico y el grupo de
referencia en el que el particular se encuentra.
Conflicto entre particularidad y especificidad
La vida cotidiana sería imposible si nos viéramos siempre conscientemente. El
desarrollo de nuestra vida particular no requiere una conciencia constante, puesto que la
presencia entre particularidad y especificidad actúa en forma automática sin que se
generen conflictos. Sin embargo, hay otras situaciones en las que las elecciones y
decisiones no son indiferentes desde el punto moral, éstas son las que aquí nos interesa
comprender.
En el centro de la problemática se encuentra el proceso de individuación, del cual
resulta el individuo. El conflicto en la vida cotidiana aparece cuando entra en colisión la
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particularidad con la especificidad, cuando los valores e intereses particulares se
contraponen a los específicos, en esta instancia interviene la ética como mecanismo de
regulación entre los intereses particulares y los específicos.
La función inhibidora de la moral se impone mientras la estructura de la vida
cotidiana se encuentra caracterizada por la muda co presencia entre particularidad y
especificidad. Los valores socialmente construidos se han internalizado y funcionan
vetando los deseos particulares que atenten directamente contra el nosotros.
El proceso de homogeneización
La vida cotidiana es heterogénea y el particular desarrolla una infinidad de
actividades, pero ninguna con particular intensidad. Por el contrario, el proceso de
homogeneización implica
“(…) concentrar toda nuestra atención sobre una sola cuestión y “suspender” cualquier
otra actividad durante la satisfacción e la anterior tarea y, por otra parte, aplicamos
nuestra entera individualidad a la resolución de esa tarea (…)
El proceso de homogeneización
es la suspensión “momentánea” de la
particularidad y presenta tres momentos:
a) la concentración de nuestra atención sobre una sola cuestión
b) la suspensión de cualquier otra actividad durante la satisfacción de la tarea y
c) la aplicación e nuestra entera individualidad a la decisión.
Así puede afirmarse que, aunque no hay diferencias tajantes entre lo cotidiano y lo no
cotidiano, una clave de diferenciación es la existencia del proceso de homogeneización.
La elevación a lo no cotidiano es un momento y, al finalizar, el hombre vuelve
siempre a su cotidianeidad, pero enriquecido si este momento trasciende y tiene
consecuencias duraderas en su vida cotidiana.
Actividades de aprendizaje
Actividad 1
¿Es natural todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana?
Luego de leer el material de la unidad
1) Explique por qué Marqués propone “desnaturalizar lo social”
2) ¿Cómo resumiría usted el mensaje del texto?
3) Piense dos ejemplos de actividades de la vida cotidiana que estén biológicamente
programadas en forma pura, esto es, que no tengan ningún condicionamiento
social. Qué reflexión le sugiere este ejercicio?
4) ¿Con qué idea cierra Marqués su reflexión?
“Es famoso el dicho de Marx según el cual las personas hacen la historia pero no las
condiciones de su elección. Podemos actualizar esta tesis conforme a las exigencias de la
política de la vida y decir que las personas hacen su vida pero no las condiciones de su
elección”
Bauman, Zygmunt- La sociedad individualizada. Cátedra. Madrid, 2001
Para mejor y para peor, las cosas en nuestra vida cotidiana pueden ser de
diferentes maneras. Nuestra realidad diaria parece ser algo natural y normal y sin
embargo no lo es. El hecho es que no podemos entender cómo trabajamos, consumimos,
amamos, nos divertimos, nos frustramos, hacemos amistades, crecemos o envejecemos,
si no partimos de la base de que podríamos hacer todo eso de muchas otras formas.
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La sociedad nos marca la forma de sentir esas necesidades y de canalizar nuestros
deseos. Para poner a prueba nuestra idea de que no existe una sola y única sociedad
pongamos a consideración algunos ejemplos de nuestra vida cotidiana:
Reflexionemos sobre la belleza. Si pensamos en el modelo que buscó Goya para
dibujar la maja desnuda, este no se condice con los ideales de belleza que tienen hoy las
mujeres. Podemos ver que la idea de belleza femenina puede ser asociada en contextos
sociales y económicos diferentes a la gordura o a la delgadez.
Es decir, las clasificaciones de belleza aplicadas al cuerpo gordo-delgado, fuertedébil, grande-pequeño, etc. son a la vez arbitrarias y fundadas específicamente en un
orden social determinado.
Muchos estarán de acuerdo que el amor que tienen los padres por un hijo es algo
“natural”. Pero si el amor de los padres es algo natural siempre tuvo que ser así, y en la
antigüedad hay señales inequívocas de que el asesinato de niños era un fenómeno
cotidiano y ampliamente aceptado. Los niños abandonados eran algo cotidiano, algo
habitual, y no había leyes contra el asesinato de niños.
Lo que intentamos con estos ejemplos es simplemente demostrar lo relativo que
puede ser la realidad de nuestra vida cotidiana. No existe una sola realidad ni tampoco es
producto de la naturaleza. La realidad que vivimos es un producto de nosotros mismos y
del contexto histórico que nos toca vivir.
Actividad 2
Luego de leer el texto de Vicent Marques, “No es natural, Hacia una sociología de la vida
cotidiana “, de acuerdo a lo planteado por el autor: usted, diría que es natural
a) Que durante el invierno bajen las temperaturas. SI- NO
b) Que los hombres hagan fierros y las mujeres hagan “step”. SI - NO
c) Que la gran mayoría de los propietarios sean hombres. SI- NO
d) Que la principal causa de muerte en la Argentina sean los accidentes de tránsito. SINO
e) Que haya pobres. SI- NO
f) Que la esperanza de vida sea mayor en Capital Federal que en Jujuy. SI- NO
g) Que los empleados y los obreros no participen en las ganancias. SI- NO
h) Que los jóvenes deban pagar derecho de piso. SI- NO
i) Que las nenas usen rosa y los nenes celestes. SI- NO
j) Que la población participe mayormente solo a través del voto. SI- NO
k) Que el agua se congele a 0 grado. SI -NO
l) Que los desempleados no sean asistidos. SI - NO
Actividad 3
En la Revista del Diario Clarín aparece un artículo titulado EL CAMPO ABRE LAS
TRANQUERAS. El pie del artículo dice lo siguiente:
“El turismo en estancias ya no es solo “for export”. Ahora pequeños y medianos
productores rurales también reciben a visitantes que quieran conocer las costumbres del
campo. Platos regionales, fiestas criollas y hasta caza de jabalíes, en un circuito que ya
suma mas de 1000 chacras y estancias en todo el país”
Consigna: Realice una descripción de los hechos sociales y naturales que se pueden
extraer de este párrafo, explicando sus relaciones e interdependencias.
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Actividad 4
Luego de leer el texto de Berger y Lukmman contestar:
La socialización termina cuando
a) el individuo empieza sus estudios universitarios.
b) Cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del
individuo.
c) Nunca culmina porque es un proceso que continua durante toda la vida.
d) Todas las anteriores son correctas.
e) Ninguna de las anteriores es correcta
Actividad 5
Luego de leer el siguiente texto saque algunas conclusiones aplicando la bibliografía de la
unidad
“Las zonceras que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra
formación intelectual desde la más tierna infancia –y en dosis para adultos– con la
apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple
aplicación del buen sentido.”
Arturo Jauretche
Alrededor de 40 años atrás, el incomparable Arturo Jauretche escribía el Manual de
Zonceras Argentinas. Dentro de esta obra extraordinaria hubo una sección importante que
fue “De Las Zonceras Económicas”. Desde que comencé a pensar en escribir estas notas,
en mi cabeza daba vueltas llamarlas Nuevas Zonceras Económicas. Intenté cambiarlo
más de una vez por temor a la (imposible) comparación, pero nunca apareció una
definición mejor que aquélla. Entonces, se puede zafar diciendo que éste trata de “un
modesto homenaje” a don Arturo. También resulta interesante tomar a Jauretche como
modelo literario. El escribía cortito y sencillo. No necesitaba frases ampulosas ni términos
económicos complicados para decir lo que pensaba. Yendo a estos pequeños textos, la
esencia de los mismos consiste en tratar de desmitificar algunas frases o principios que
normalmente la mayoría de las personas repite sin dudar. Lo que empuja este intento es
el hecho de comprobar cómo esas zonceras están instaladas en la gente y casi ni se
discuten. Sea porque la economía quiere ser tratada como una ciencia para unos pocos,
sea porque fueron tantos años machacando desde todos lados en el mismo sentido, lo
cierto es que las frases están instaladas. Veamos algunas:
 “Este
el único país en el que se le paga a la gente que no trabaja”.
 “El
problema de nuestra economía es que el Estado es enorme”. “Hay que bajar el
gasto público”.
12
 “En
Argentina hay muchos empleados en el Estado”.
 “En
este país a los empresarios no nos dejan trabajar con las trabas que nos
impone el Estado”.
 “Cuanto
 “Acá
 “En
más se libera la economía, mejor funciona”.
los sindicatos tienen un poder enorme”.
este país la presión impositiva es una de las más fuertes del mundo”.
 “Argentina
es el único país que tiene universidad gratuita”.
El objetivo principal es rebatir algunas frases hechas, que cotidianamente repite el
coro de voces que expresan el pensamiento económico del establishment. Es de desear
que el común de la gente comprenda que el discurso históricamente instalado en
economía se mueve por falacias casi siempre deliberadas, ya que se elabora en función
de intereses que no representan el bien común, sino el de aquel que los está enunciando.
Actividad 5
Luego de leer el texto de Alfred Schutz trabaje con el siguiente artículo
El mundo es un presupuesto. Apuntes sobre Alfred Schutz y el pensamiento de
sentido común- Autor: Ernesto Meccia
Objetivo
Aplicar los rasgos del pensamiento de sentido común según Schutz al análisis de la
vida cotidiana
1. Introducción
La vida de los hombres transcurre por diferentes lugares que no delimita
necesariamente la geografía. Distintas nacionalidades, vivir en el campo o en la ciudad,
ser padre e hijo, o ser sólo hijo, ser ciudadano, alumno universitario, empleado en una
oficina, en una fábrica o estar desempleado. Estas adhesiones son voluntarias e
involuntarias y pueden llevarnos a pensar qué distintas llegan a ser las vidas de los
hombres. Parece claro: ocupamos lugares diferentes que hacen aparecer visiones
singulares de las cosas, intereses que no tienen otras personas, otros proyectos, otros
temores. También podemos pensarlo a la inversa: es sobre la base de ciertos intereses
que los hombres ocupan lugares y cumplen roles, temen y ambicionan cosas distintas.
Pero esta diversidad puede llamarnos a engaño si no tenemos en cuenta que, detrás de
ella, los hombres arraigan de modo permanente en una gama primordial de experiencias,
una especie de “marca originaria” que permite entender la diversidad: y es que todos los
13
hombres son ciudadanos de la vida cotidiana. En este ámbito originario (que sólo puede
trascenderse con la muerte) los hombres fundamentalmente comparten cosas. ¿Qué
cosas? Presupuestos. Presupuestos acerca del mundo que los rodea, los antecedió y los
sucederá, presupuestos que son como evidencias compartidas acerca de las personas,
de las situaciones que vivimos con ellas, de los desconocidos. Si el mundo que los rodea
es casi todo un conjunto de presupuestos, ese mundo también estará casi por completo
fuera de duda. Allí está el mundo, acá la conciencia de él: ¿por qué dudar, para qué?
“De tal modo, el fundamento esencial de la existencia mundana no es advertido por los hombres
de sentido común, cuya vida, sin embargo, está estructurada por la matriz de la vida cotidiana y es
erigida por ella. Es privilegio del filósofo hacer de lo presupuesto el objeto de su inspección crítica.
Así en efecto, procedió Schutz, quien abordó el problema de obtener una fundamentación racional
de la vida cotidiana”21
Agudo profundizador de la “sociología comprensiva” inaugurada por Max Weber
(1864-1920). Alfred Schutz (1899-1959) dedicó su esfuerzo intelectual a delinear el
proceso que hace que, en la vida diaria, los hombres consideren como presupuesto el
mundo en el que viven. Para ello centró su atención en la forma que toma el pensar
cotidiano: son las tipificaciones subyacentes del pensamiento del sentido común las que
sostienen día a día la realidad eminente de los crédulos, las que les permiten orientarse
acertadamente ante situaciones imaginadas o imprevistas, conocer anticipadamente a las
demás personas y a los objetos, las que regularmente les impiden dudar de que el mundo
en el que viven pueda ser otra cosa distinta de cómo se les aparece.
Desde aquí hasta el final nos dedicaremos a examinar cómo se constituye y cómo
funciona el mundo precientífico de la vida cotidiana, ese mundo que desde la perspectiva
de Schutz es la herramienta más interesante para producir conocimiento sociológico.
2. Construcciones de objetos de pensamiento propias del sentido común
¿Qué conoce acerca de sí mismo y de los demás, acerca de su entorno inmediato
o del mundo en general un actor social inmerso en su cotidianeidad? ¿Cómo podemos
explicar el hecho de que ese mismo actor tenga firmes creencias acerca de un mundo que
no conoce o de una enfermedad nueva que se expande sobre el planeta (que no padece),
o sobre un pasado que no vivió? ¿Con base en qué puede anticipar el futuro? ¿Por qué
no necesitó leer literatura zenófoba para ser antisemita? O ¿por qué, si no tuvo como
vecinos a un hombre y una mujer bolivianos, es igualmente prejuicioso? Muy
probablemente nuestro actor social no necesitará consultar libros de historia o de
actualidad para pensar lo que piensa, puesto que interpreta su mundo haciendo uso de un
acervo (stock) de conocimiento que él no inventó, que le ha sido legado desde el
momento de su nacimiento. El acervo es como un patrimonio cognitivo que la sociedad
toda puede y debe usar ya que su uso hace que grandes zonas del mundo de la vida
sean familiares y presupuestas para los hombres:
“Toda interpretación de este mundo se basa en un acervo de experiencias previas sobre él, que
son nuestras o nos han sido transmitidas por padres o maestros, esas experiencias funcionan
como un esquema de referencia en forma de “conocimiento a mano”. A este acervo de
conocimiento a mano pertenece nuestro conocimiento de que el mundo en que vivimos es un
mundo de objetos más o menos bien determinados, con cualidades más o menos definidas, entre
los cuales nos movemos, que se nos resisten y sobre los cuales podemos actuar. Sin embargo,
ninguno de esos objetos es percibido como si estuviera aislado, sino situado desde un primer
momento dentro de un horizonte de familiaridad y trato previo, que como tal, se presupone hasta
Natanson, Maurece, Introducción, p.16 en Schutz, Alfred, “El forastero. Ensayo de psicología social” en
Estudios sobre teoría social, Amorroutu, Buenos Aires, 1974
2
14
nuevo aviso como el acervo incuestionado-aunque cuestionable en cualquier momento-de
conocimiento inmediato. Sin embargo, también las experiencias previas indiscutidas están a mano
desde un primer momento como típicas, o sea que presentan horizontes abiertos de experiencias
similares anticipadas”3 2
¿Qué significa que las experiencias previas indiscutidas están a mano desde un primer
momento como típicas?
“El tipo -nos revela Schutz- es una relación uniforme de determinación sedimentada en
experiencias anteriores”4
Veamos cuál es el sentido de esta frase. Las biografías de los hombres individuales
son cortas en relación con el proceso que hace que las cosas tengan significado para
ellos: ¿se conoce al hombre que conoció al primer perro y “fundó” entonces el tipo perro?
No. Y sin embargo el perro le es largamente familiar a la humanidad y a todos los
hombres particulares. El perro como tipo -esto es-, captado no simplemente en su
existencia fáctica, sino al mismo tiempo en su ser típico “de tal y tal modo”- forma parte de
un horizonte social de familiaridad que existe con anterioridad a cualquier biografía
particular, no obstante que del hecho de conocer “al” perro no pueda deducirse que ya se
conozcan los “perros”. Vamos a desarrollar más el ejemplo. Pertenece al acervo de
conocimiento de nuestro actor social el objeto “perro”: indiscutiblemente este objeto, por
poseer y ser aprehendido por sus características típicas, se destaca de otros objetos
como “gatos”, “montañas”, “submarinos” o “cruces”. Sin embargo, sus experiencias con
los perros, más allá de ser típicas, no tendrán que asumir siempre la misma forma: el
actor, en principio, está en condiciones de destacar el perro del gato, luego podrá
destacar el tipo de perro perdiguero del típico perro ovejero, más tarde podrá destacar el
tipo de perro que muerde y es peligroso, del típico perro inofensivo. La experiencia es el
medio para poder complejizar los objetos percibidos como típicos, también para
confirmarlos (o no): en el futuro nuestro actor social sabrá por anticipado cómo
comportase ante determinados tipos de perros, y probablemente, además, le queden por
conocer otros tipos de perros.
“Lo que se experimenta en la percepción real de un objeto es transferido aperceptivamente a
cualquier oro objeto similar, que es percibido simplemente como del mismo tipo. La experiencia
real confirmará o no mi anticipación de la conformidad típica con otros objetos. Si la confirma, el
contenido del tipo previsto se ampliará, al mismo tiempo, el tipo se dividirá en subtipos, por otra
parte, el objeto real concreto presentará características individuales que, sin embargo, tienen
también un forma de tipicidad”5
Pero debemos tener en cuenta que el perro siempre apareció como un objeto más
o menos típico, nunca como algo pretípico, ya que Schutz concibe a la experiencia y al
tipo como igualmente “originarias”, lo que para nuestro caso significa que la percepción
del perro siempre será atávica:
“Así, todo tipo es, en términos estrictos, sólo una variación de tipificaciones ya disponibles, por
simples y poco definidas que sean” 6
No sólo él aisladamente, todos sus contemporáneos están en condiciones de
distinguir un perro entre otros objetos, pero es necesario aclarar que
3
Op.cit.,p 39
Schutz, Alfred y Thomas Luckmann, Las estructuras del mundo de la vida, Amorroutu, Buenos Aires, 1977,
p.225.
5 Schutz, Alfred, 1974.op.cit.,p.39
6 Schutz, A y Thomas Luckmann, 1977,op.cit.,p226
4
15
“en cualquier momento de su vida diaria, el hombre se encuentra en una situación biográficamente
determinada, vale decir, en un medio físico y sociocultural que él define y dentro del cual ocupa
una posición, no sólo en términos de espacio físico y tiempo exterior, o de status y su rol dentro
del sistema social, sino también una posición moral e ideológica. Decir que esta definición de la
situación está biográficamente determinada equivale a decir que tiene su historia, es la
sedimentación de todas las experiencias previas del hombre, organizada en el patrimonio
corriente de su acervo de conocimiento a mano, y como tal, es su posición exclusiva, dada a él y
sólo a él Esta situación biográficamente determinada incluye ciertas posibilidades de actividades
prácticas o teóricas futuras a las que, para resumir, denominaremos “propósito a mano”. Este
propósito es el que define aquellos elementos, entre los demás contenidos en una situación, que
son significativos con respecto a él”7
Adentrarnos por las grietas de los horizontes de la tipicidad nos permitirá saber,
con respecto a los elementos que conforman una situación, cuáles de ellos son
indiscutiblemente típicos y cuáles son exclusivos e individuales, es decir, derivados de
una situación biográfica propia. Nuestro actor social proviene de una familia católica, y, en
este sentido, está en condiciones de destacar (junto a todos sus contemporáneos) una
“iglesia” de una “oficina de administración pública”. Vive en un barrio en el que durante los
últimos años se ha instalado un número considerable de “nuevas iglesias” que no
profesan la religión católica Sin embargo, insiste en afirmar que en su barrio no se han
registrado novedades importantes sobre el tema. Imaginemos ahora que preguntamos a
un feligreses de estas “nuevas iglesias” sobre el mapa religioso del barrio donde vive
nuestro actor: la respuesta podrá no ser la misma, a pesar de que ambos están en
condiciones de destacar el objeto “iglesia”, Producto de una selección aperciptiva que
mezcla tipicidad e individualidad, un objeto cualquier “S” puede ser “A” y “B”, según la
interpretación pormenorizada que del mismo hagan los actores individuales, aunque
debemos notar que los dos por igual pueden destacar el objeto “S” como “S”.
3. El carácter intersubjetivo del conocimiento de sentido común y sus implicaciones
Esa mezcla entre tipicidad e individualidad que hace posible que “el” mundo se
transponga en “mundos individuales” no debe hacernos olvidar que los hombres en tanto
actores sociales viven enraizados en una realidad intersubjetiva que hace posible conocer
otras mentes y otros objetos, sin que este conocimiento se plantee como un problema
formal. Efectivamente, desde un primer momento, “nuestro mundo”.
“es intersubjetivo porque vivimos en él como hombre entre otros hombres, con quienes nos
vinculan influencias y labores comunes, comprendiendo a los demás y siendo comprendidos por
ellos. Es un universo de cultura porque, desde el principio, el mundo de la vida cotidiana es un
universo de significación para nosotros, vale decir, una textura de sentido que debemos interpretar
para orientarnos y conducirnos en él. Pero esta textura de sentido-he aquí lo que diferencia al
ámbito de la cultura del ámbito de la naturaleza- se origina en acciones humanas y ha sido
instituido por ellas, por las nuestras y las de nuestros semejantes, contemporáneos y
predecesores”8
Es esa textura de sentido, esa gama primordial de pensamiento lo que facilita un
conocimiento pronto y sencillo entre los hombres que comparten sus vidas dentro de una
sociedad:
“Todos los objetos culturales-herramientas, símbolos, sistemas de lenguaje, obras de arte,
instituciones sociales, etc.- señalan en su mismo origen y significado las actividades de los sujetos
7
8
O.cit.p.40
Op.cit.,p. 41
16
humanos. Por esta razón, somos siempre conscientes de la historicidad de la cultura que
encontramos en las tradiciones y las costumbres. Esta historicidad es pasible de ser examinada
en referencia a actividades humanas cuyo sedimento constituye. Por la misma razón, no puedo
comprender un objeto cultural sin referirlo a la actividad humana en la cual se origina. Por ejemplo,
no comprendo una herramienta si no conozco el propósito para la cual fue ideada, un signo o un
símbolo si no sé que representa en la mente de la persona que lo usa, una institución sin
comprender qué significa para los individuos que orientan su conducta con respecto a su
existencia”9
Las tipificaciones subyacentes del sentido común son, sin más, las que subyacen,
constituyen y sostienen nuestro mundo. Este conocimiento socializado (presente en
todos, es decir, inter-subjetivo) representa para Schutz tres características: a) la
reciprocidad de perspectivas o la socialización estructural del conocimiento b) el origen
social del conocimiento o la socialización genética del conocimiento c) la distribución
social del conocimiento.
3. a. La reciprocidad de perspectivas
“En la actitud natural del pensamiento de sentido común de la vida cotidiana, presupongo la
existencia de semejantes inteligentes. Esto implica que los objetos del mundo son, en principio,
accesibles a su conocimiento, o sea que son conocidos o conocibles por ellos. Es algo que sé y
que presupongo fuera de toda duda. Pero también sé y presupongo que en términos estrictos, el
mismo objeto debe significar algo diferente para mí y para cualquiera de mis semejantes”10
Ya vimos cómo nuestro actor social destaca como “iglesia” cierta clase de edificios
en cuyo interior determinadas personas, que destaca como “sacerdotes”, desarrollan
actividades que lo ponen en contacto con lo divino. Desde su “aquí”, experimenta como
típicos determinados aspectos del objeto “iglesia” la existencia de sacerdotes, las estatuas
de la Virgen, las imágenes de los santos, la celebración de los sacramentos. Imaginemos
ahora que entra en este edificio destacado como “iglesia” un feligrés que no pertenece a
la iglesia católica. Este último actor no puede más que jugar de visitante, no puede
destacar como típicos los mismos aspectos de la iglesia como lo hizo su contemporáneo.
Puede ver y experimentar los objetos y las personas desde su “allí”, típicamente para él
deberían estar los pastores y no los sacerdotes, típicamente para él la Virgen (ninguna
Virgen, en realidad) no tiene por qué ser un objeto de veneración y lo mismo para las
imágenes de los santos. La situación biográficamente determinada de ambos semejantes,
ha hecho que sus respectivos propósitos a mano y el sistema de significatividades que
está sosteniendo a cada uno de ellos, se diferencien en alguna medida: si bien el “aquí”
de uno y el “allí” del otro instala diferencias en la percepción del entorno, al mismo tiempo,
es característico del pensamiento de sentido común superar estas diferencias mediante
dos idealizaciones:
“La idealización de la intercambiabilidad de los puntos de vista: presupongo-y presumo que mi
semejante hace los mismo-que si cambio mi lugar por el suyo, de modo tal que su “aquí” se
convierta en el mío, estaré a igual distancia de las cosas que él y las verá con la misma tipicidad, y
que además estarán a mi alcance las mismas cosas que están ahora al alcance de él (lo inverso
también es verdadero)
La idealización de la congruencia del sistema de significatividades. Mientras no se pruebe lo
contrario, presupongo-y presumo que mi semejante hace lo mismo-que las diferencias de
perspectivas originadas en nuestras situaciones biográficas exclusivas no son significativas para
el propósito a mano de cualquier de nosotros, y que él y yo, nosotros, suponemos que ambos
hemos elegido e interpretado los objetos real o potencialmente comunes y sus características de
9
.Op.cit.,p 41
Op.cit.,p 42
10
17
una manera idéntica, o al menos de una manera “empíricamente idéntica” , vale decir, suficiente
para todos los fines prácticos”11
Por mas que el feligrés católico sostenga que la forma de creer de su semejante
está equivocada, puede entender para qué se dirige al templo tantas veces por semana
junto a su familia, para que canta como canta, y también se dará cuenta que-aunque no
sea sacerdote-el pastor cumple con funciones que en ciertos aspectos se asemejan a las
de aquel. A fin de cuentas, ambos por igual han destacado edificios como “iglesias” y se
dirigen a ellas teniendo en mente el mismo fin.
Schutz engloba ambas idealizaciones en la tesis general de las perspectivas
recíprocas, queriendo significar que las construcciones tipificadotas de objetos del
pensamiento de sentido común reemplazan a los objetos de pensamiento originados en
experiencias privadas. El conocimiento del sentido común es entonces:
“objetivo y anónimo, es decir, separado e independiente de mi definición de la situación y la de mi
semejante, de nuestras circunstancias biográficas exclusivas y de los propósitos reales y
potenciales inmediatos que ellas involucran. Debemos interpretar los términos “objetos” y
“aspectos de objetos” en el sentido más amplio posible, como objetos de conocimiento que se
presuponen (…) Todos estas términos se refieren a construcciones de un conocimiento tipificado y
una estructura muy socializada, que reemplazan a los objetos de pensamiento del conocimiento
privado mío... y de mi semejante con respecto al mundo presupuesto. Sin embargo, este
conocimiento tiene su historia, es una parte de nuestra “herencia social”, y esto nos conduce al
segundo aspecto del problema de la socialización del conocimiento, el de su estructura genética”12
3.b. El origen social del conocimiento
Si el conocimiento del mundo depende sólo en una mínima parte de las
definiciones privadas de los actores, es porque desde el principio ese conocimiento es de
carácter social: ha sido transmitido mediante los procesos de socialización por padres,
amigos, maestros y maestros de los maestros: es el endogrupo en su totalidad anónima el
que sostiene su propia “naturaleza relativa” generalmente incuestionada auque
cuestionable en determinados momentos.13 Durante tales procesos los miembros de un
endogrupo se han vuelto hábiles para elaborar construcciones típicas en consonancia con
el sistema de significatividades que desde antes eran ya patrimonio del mismo.
“Se me enseña no sólo a definir el ambiente (es decir, las características típicas del aspecto
natural relativo del mundo que predomina en el endogrupo como la suma total incuestionada, pero
siempre cuestionalbe, de cosas que se presuponen hasta nuevo ávido), sino también a elaborar
construcciones típicas de acuerdo con el sistema de significatividades aceptado por el punto de
vista anónimo unificado del endogrupo. Esto incluye modos de vida, métodos para abordar el
ambiente, recetas eficaces para uso de medios típicos tendientes a logar fines típicos en
situaciones típicas. El medio tipificador por excelencia que permite transmitir el conocimiento de
origen social es el vocabulario y la sintaxis del lenguaje cotidiano”14
Los actores sociales viven en un mundo de cosas dichas, un mundo que destaca a las
cosas nombradas de manera tan relevante que ha establecido para ellas términos
específicos. Pero, como esquema de expresión e interpretación, el lenguaje no es sólo un
conjunto de símbolos lingüísticos que podemos hallar en los diccionarios y que podamos
11
.Op.cit.,p 42
Op.cit., p.43
13 Expliquemos el significado de la palabra “endogrupo” el prefijo “endo” indica algo del orden de los interior.
La sociedad humana-si se quiere- es un ran grupo humano, pero no es conveniente que la veamos así. Ese
gran grupo contiene un sinnúmero de subgrupos cuyos límites delinean diferentes pautas culturales. Debe
quedar claro que fuera del endogrupo esas pautas pierden validez.
14 Op.cit.p.44
12
18
traducir automáticamente a otros idiomas. Muchas palabras del lenguaje (de los
lenguajes, mejor) más allá de sus connotaciones generales, están rodeadas de un halo
que las hacen comprensibles sólo a los miembros del endogrupo. Podemos ahora
imaginar al hermano de nuestro actor social participando fervorosamente en una
manifestación política contraria al último gobierno peronista: le escuchamos gritar “traigan
al gorila musulmán...! Es probable que si un turista lo escucha entienda sus palabras y
luego se quedo preocupado por el alto nivel de discriminación hacia la cultura árabe queestará tentado a sospechar- es propio de la Argentina. No es de extrañar lo que ha
logrado pensar el turista: miembro de otro endogrupo con otra estructura de
significatividades, pudo entender las palabras (ha estudiado bastante español) pero sin
embargo no alcanzó a descifrar lo que se ha dicho: si se hubiera socializado en nuestro
país, sabría que “gorila” no refiere necesariamente a los simios gigantes y que “gorila
musulmán” no representa nada en particular (al menos en esa manifestación)= con
respecto a la comunidad árabe.
3. c. La distribución social del conocimiento
En páginas anteriores hemos señalado que la tesis general de las perspectivas recíprocas
supera las diferencias entre la perspectiva de “aquí” y la perspectiva del “allí” de los
actores: efectivamente existe al interior del endogrupo una gama primordial de
pensamiento de sentido común que sigue posibilitando el entendimiento entre ellos, esa
gama primordial es denominada como “acervo de conocimiento disponible a mano”. Pero
mas allá de su existencia, es necesario aclarar que el conocimiento social también está al
mismo tiempo distribuido de manera diferencial: lo que un actor conoce difiere de lo que
conoce su semejante, así como también el modo como ambos pueden conocer los
mismos objetos, sucesos o personas.
“Yo soy experto en un campo limitado y “lego” en muchos otros, igual que usted. Todo acervo de
conocimiento que un individuo tiene a mano en un momento cualquiera de su vida esta
estructurado en zonas de diversos grados de claridad, nitidez y precisión. Esta estructura se
origina en el sistema de significatividades vigente y, por ende, está biográficamente
determinado”15
Es característico del pensamiento de sentido común saber reconocer estas
diferencias individuales: en la vida cotidiana los actores construyen constantemente tipos
acerca de la clase de conocimientos que pueden tener los Otros quedan enmarcados
dentro de la tipificación que los destaca como “expertos” o como “legos”, quedando
presupuesto que se guiarán en su accionar diario por determinadas estructuras de
significatividades y determinado conjunto de motivos que se suponen constantes y que lo
llevarán a realizar las acciones de una manera previsible. Naturalmente, que un actor
social sea “experto” o “lego” con respecto a determinados hechos se deriva de situaciones
biográficamente determinadas. como el caso de nuestro actor social quien, siendo erudito
en materias como historia de Grecia y Roma espera (mientras ayuda a su hijo a realizar
un trabajo para la escuela) que un técnico se presente en su casa porque no puede
terminar de instalar con éxito los programas de la nueva computadora. Típicamente él
sabe cuándo confiar en la pericia de otro y cuando no.
4. La estructura del mundo social y su tipificación por parte de las construcciones
del sentido común
15
Op.cit.p.45
19
Que alguien destaque como “experto” o “lego” frente a otra persona reinstala la
pregunta de cómo es posible conocer a los otros, sin que ese conocimiento se plantee
como un problema forma. Los actores sociales no solo experimentan objetos físicos del
mundo exterior, sino también “alteregos”, es decir, semejantes. Pero ¿Qué es un
semejante? En principio podemos definirlo por la negativa, un semejante no es un cuerpo
inerte, no es una cosa. Luego, un semejante es una unidad psicofísica que está en
condiciones (como yo) de pensar y experimentar el mundo, cualquier contacto con el
diferirá cualitativamente de cualquier contacto con un objeto físico porque el puede captar
mi subjetividad al tiempo que yo la suya. Semejantes no son necesariamente aquellos
actores que comparten la misma comunidad espacial y temporal, semejantes no somos
solo “Nosotros”:
“Solo con referencia a mí logra cierto tipo de mis relaciones con otros el significado especifico que
designo con la palabra “Nosotros”, solo con referencia a "Nosotros”, cuyo centro soy yo, aparecen
otros como “Vosotros”, y en eferencia a “Vosotros, que a su vez se refieren a mí, surgen terceros
como “Ellos”. En la dimensión del tiempo existen con referencia a mí, en mi comento biográfico
actual, “contemporáneos”, con quienes puedo establecer un intercambio de acción y reacción,
“predecesores”, sobre los cuales no puedo actuar, pero cuyas acciones pasadas y su resultado
están abiertos a mi interpretación, y pueden influir sobre mis acciones, y “sucesores”, de quienes
ninguna experiencia es posible, pero hacia los cuales puedo orientar mis acciones en una
anticipación más o menos vacía. Todas estas relaciones muestran formas múltiples de intimidad y
anonimia, familiaridad y amenidad, intensidad y extensión”16
La mayor parte de las interacciones se realizan entre contemporáneos y asociados,
junto a ellos nuestro actor social puede comunicarse con más facilidad, puede hacer más
inteligibles sus planes, compartir sus temores, sus ansiedades o elaborar un diagnóstico
del mundo con base en elementos en gran parte similares.
“Entre mis contemporáneos hay algunos con quienes, mientras dura la relación, comparto una
comunidad no solo temporal sino también espacial. Por conveniencia terminológica,
denominaremos a tales contemporáneos “asociados”, y a la relación establecida entre ellos una
relación “cara a cara”. (…) Compartir una comunidad de espacio implica que cierto sector del
mundo externo está por igual al alcance de cada copartícipe, y contiene objetos de interés y
significatividad que les son comunes, Para cada copartícipe, el cuerpo del otro, sus gestos, su
porte y sus expresiones faciales son inmediatamente observables, no solo como cosas o sucesos
del mundo externo, sino en su significación fisonómica, vale decir, como síntomas de los
pensamientos del otro (…). En resumen, cada uno de los asociados se halla implicado en la
biografía de los otros, envejecen juntos, viven, por decir así, en una pura “relación nosotros”17.
Captar la subjetividad del Otro (los síntomas de sus pensamientos) en una relación
“cara a cara” por más efímera que sea (o aun en su ausencia) significa que un solo
fragmento de la conducta del Otro es suficiente para elaborar una forma típica de
conducta y un conjunto de motivos que la subyacen. La “pura relación nosotros” se
desarrolla con un alto grado de previsibilidad: nuestro actor social da por descontado que
en el colegio católico de su hijo una de las materias nodales sea “formación religiosa y
moral”, que sus profesores serán personas ideológicamente congruentes con la moral
católica (aunque los conozca solo “de cara” ya que sólo pisa el colegio para los actos
patrios). También da por descontado que el acceso a esa educación tiene un precio, no le
fue necesario hablar con el rector del colegio sobre los aranceles, tampoco tienen que
señalarle cotidianamente al chofer del colectivo que pase a buscar y que devuelva a su
hijo a horario, ni tiene que qué preocuparse por la existencia de vacantes cuando le llegue
el turno de comenzar la educación primaria a su hijo menor, si abona el arancel, en
16
17
Op.cit.,pp45-46.
Op.cit.,p.46
20
definitiva, presupone que un conjunto de contemporáneos-asociados se comprometerán
en acciones típicamente esperables. En la pura relación Nosotros entre asociados, los
actores sociales no aprehenden la singularidad individual de los alteregos en su totalidad,
el Otro aparece como un sí- mismo parcial, captándose de él sólo un fragmento de su
personalidad suficiente, sin embargo, para el entendimiento mutuo:
“Estos no son más que unos pocos ejemplos, pero ordenados según el grado de
creciente anonimia de la relación entre contemporáneos involucrada y, por consiguiente,
de la construcción necesaria para aprehender al Otro y su conducta. Se hace evidente
que un aumento en la anonimia supone la disminución de la plenitud del contenido.
Cuanto más anónima es la construcción tipificadota, tanto más está alejada la
singularidad del semejante individual implicado y tanto menores son los aspectos de su
personalidad y pautas de conducta que entran en la tipificación como significativos
respecto del propósito a mano para el cual ha sido construido el tipo. Si distinguimos entre
tipos personales (subjetivos) y tipos de cursos de acción (objetivos), podemos decir que la
creciente anonimia de la construcción conduce al reemplazo de los primeros por los
segundos. En la anonimia completa, se supone que los individuos son intercambiables, y
el tipo de curso de acción se refiere a la conducta de “cualquiera” que actúe de la manera
definida como típica por la construcción”18
Pero en las interacciones entre contemporáneos-asociados, no existen solamente
procesos de tipificación de los Otros, la expectativa de que un alterego (destacado como
un sacerdote, por ejemplo) desarrolle típicamente su rol es paralela a la existencia de
expectativas referidas a la propia conducta de quien interactúa con él, efectivamente, si se
entre en relación con un alterego es de esperar que en algún grado esa relación se
sostenga en tipificaciones bilaterales. Imaginemos que nuestro actor social consulta
atormentado (“auto atormentado”) a un íntimo amigo porque numerosas veces ha
pensado que no quiere a su esposa y que ya no tiene sentido vivir con ella. Su amigo,
luego de intentar contenerlo anímicamente le sugiere: “por qué no vas a consultar al
sacerdote que es tan amigo tuyo como yo”, a lo que nuestro actor responde: “para qué”,
ya se que me va a contestar, que debo armarme de paciencia, todos los matrimonios
pasan por problemas…y tiene razón”. Esta capacidad que tiene nuestro actor de verse a
sí mismo desde la mirada del Otro, es un claro indicador del proceso que Schutz
denomina de “auto tipificación”: si él ha construido al sacerdote típicamente (en sus
motivaciones y en sus conductas) también es cierto que él mismo se ha auto construido
ante él típicamente (en este caso como un marido ejemplar):
“Cuando construyo al Otro como un sí mismo parcial, como el que desempeña roles o
funciones típicos, el corolario es el proceso de auto tipificación que se produce si yo entro en
relación con él. Yo no estoy implicado en tal relación con mi personalidad total, sino solo con
algunas capas de ella. Al definir el rol del Otro, yo mismo asumo un rol. Al tipificar la conducta del
Otro, estoy tipificando mi propia conducta, que se interrelaciona con la suya, transformándome en
pasajero, consumidor, contribuyente, lector, etc.”19
5. Tipos de cursos de acción y tipos personales
Ahora debemos ver cómo el pensamiento de sentido común posibilita la
construcción de tipos de acciones e interacciones sociales. Vamos a explicar cómo tanto
las acciones entre conocidos como entre desconocidos descansan por igual en
tipificaciones subyacentes. Como premisa básica recordemos que los actores comparten
una misma estructura de significatividad.
18
19
Op.cit. p.47
Op.cit. p. 48
21
5 .a. Acción, motivo, proyecto
“El término “acción” designará la conducta humana concebida de antemano por el actor, o
sea, una conducta basada en un proyecto preconcebido. El término “acto” designará el resultado
de este proceso en curso, vale decir, la acción cumplida. (…) Toda proyección consiste en
anticipar la conducta futura mediante la imaginación, sin embargo, no es el proceso de la acción
en curso sino el acto que se imagina ya cumplido lo que constituye el punto de partida de toda
proyección. Debo visualizar el estado de cosas que provocará mi acción futura antes de poder
esbozar los pasos específicos de dicha acción futura de la cual resultará ese estado de cosas.
Hablando metafóricamente, antes de poder esbozar los planos debo tener una idea del edificio por
construir Así, debo situarme imaginariamente en un tiempo futuro, cuando esa acción ya haya sido
llevada a cabo. Sólo entonces podré reconstruir en mi imaginación cada uno de los pasos que
habrán producido ese acto futuro. En la terminología indicada, el proyecto no anticipa la acción
futura, sino el acto futuro, y lo hace en el tiempo futuro perfecto, modo futuri exacti. Esta
perspectiva que es peculiar del proyecto tiene consecuencias bastante importantes”.20
La mujer de nuestro actor social sabe, aunque él no se lo diga, que su marido se
molesta cuando sale sin él: igual ha decidido ir al cine con unas amigas. Es el acto futuro
(ir al cine con unas amigas) el componente primero de la proyección, pero, para llegar a
él, en el medio debe desplegar una serie de acciones que lo posibiliten.
“Todos los proyectos de mis actos futuros se basan en mi conocimiento a mano en el
momento de la proyección. A este conocimiento pertenece mi experiencia de actos previamente
efectuados y que son típicamente similares al proyecta. Por consiguiente, toda proyección supone
una idealización particular, que Husserl denomina la idealización del “puedo volver a hacerlo”, es
decir, la suposición de que, en circunstancias típicamente similares, puedo actuar de una manera
típicamente similar a aquella en que actué antes para producir un estado de cosas típicamente
similar. Es claro que esta idealización supone una construcción de carácter especial. En términos
estrictos, el conocimiento a mano en el momento de elaborar el proyecto debe diferir del
conocimiento a mano después de haber efectuado el acto proyectado, aunque sólo sea porque
“he envejecido” y las experiencias que tuve mientras llevaba a cabo mi proyecto han modificado
por lo menos mis circunstancias biográficas y ampliado mi acervo de experiencia”21
Ella sabe que puede ir al cine, pero no en cualquier momento. Por eso, con dos
días de anticipación comienzan los preparativos. Habla por teléfono con sus amigas para
enterarse si es posible que la acompañen a la primera función para poder estar de vuelta
pronto en su hogar para que a la vuelta de su marido, luego de confesarle su salida,
pueda crearse enseguida un clima de tranquilidad.
Si la encontramos y le preguntamos: “¿para qué actúas así?”, para qué vas a tal
función en el cine que queda más cerca de tu casa?”, tal vez escuchemos: “para ir al cine,
pero evitando que mi marido se enoje”. Según Schutz,
Aquí “motivo” significa el estado de cosas, el objetivo que se quiere lograr mediante la
acción emprendida. Denominamos a este tipo de motivo el “motivo para”. Desde el punto de vista
de actor, esta clase de motivos se refiere al futuro. El estado de cosas que será creado por la
acción futura, previamente imaginada en su proyecto, es el motivo “para” llevar a cabo la acción”
22
Pero también existe otra clase de motivos que no están en la conciencia de los
actores (al menos en el momento de actuar), pero que los condiciona igualmente. Aunque
ella se apena en esos momentos, a veces tiene recuerdos vagos de todas las cosas que
no puede compartir con su marido porque pueden fastidiarlo. Entonces las oculta: estar
20
Op.cit. p. 49
Op.cit. P. 49
22 Op.cit. p. 50
21
22
mucho tiempo en la peluquería, como gran parte de sus amigas, ir a un grupo de
autoayuda, otras cosas que piensa hacer directamente no las hace y ni siquiera se las
comenta: terminar la carrera universitaria que interrumpió luego de su casamiento. Pero,
hasta ahora, siempre-inevitablemente-desaparece esa vaga sensación de tristeza, cuando
piensa en lo correcto que es su esposo. Entonces se pone contenta. Según Schutz,
podemos decir que también se vio motivada a actuar como lo hizo porque
“…creció en tal o cual ambiente, tuvo tales o cuales experiencias infantiles, etc. Desde el
punto de vista del actor, esta clase de motivos, a los que llamaremos “motivos porque (genuinos),
se refiere a sus experiencias pasadas, que lo han llevado a actuar como lo hizo”23
Pero para dar cuenta de estos motivos-porque (“objetivos” en tanto
condicionamientos que los exceden), los actores sociales deben dejar de actuar para
verse a sí mismos con suficiente distancia, con la distancia propia de un observador:
“Debemos señalar que el actor que vive en su proceso de actuación tiene en vista
únicamente el motivo “para” de la acción en curso prevista, es decir, el estado de cosas que se
proyecta crear. Sólo volviendo sobre su acto realizado, o a las fases iniciales pasadas de su
acción en curso, o al proyecto antes establecido que prevé el acto modo futuri exacti, puede el
actor aprehender retrospectivamente el motivo “porque” que lo impulsó a hacer lo que hizo o
proyectó hacer. Pero entonces, el actor ya no actúa, es un observador de sí mismo”24
Para resumir, tengamos en claro que los motivos de las acciones tienen distinta
estructura temporal: los motivos que se relacionan con objetivos precisos a lograr son los
denominados “motivos para” (motivos en tiempo futuro). Por otra parte los motivos que
pueden entenderse con base en los antecedentes, el ambiente o la predisposición
psíquica del actor son los motivos “porque” (motivos en tiempo pasado). Aunque los
motivos “porque” permanezcan marginales o directamente ocultos a la conciencia, tienen
gran importancia para explicar ciertos aspectos de las acciones.
5. b. Interacción social
Ahora debemos reflexionar sobre cómo las interacciones sociales tanto con
alteremos que están presentes, con quienes interactuamos “cara a cara”, como con
quienes no lo están (y que, en el límite pueden sernos absolutamente desconocidos) se
asientan por igual en una serie de construcciones del pensamiento de sentido común.
Aunque la calidad de ese conocimiento difiera, el mismo no se presenta como un
problema forma, ya sea que se trate de asociados (en cuyo caso el conocimiento del Otro
es en gran medida “completo”) o contemporáneos (en cuyo caso el conocimiento será en
gran medida anónimo e “incompleto” pero útil en relación al propósito a mano de los
actores-egos). En principio,
“Toda interacción social se funda en las construcciones ya descriptas, referentes a la comprensión
del Otro y el esquema de acción en general”25
En el caso de las interacciones con alteremos asociados, es decir, con
contemporáneos con quienes se comparte no sólo el mismo fragmento espacial y
temporal, sino también relaciones de presencia “cara a cara”:
23
Op.cit. p.50
Op.cit.,p 51
25 Op.cit. p.51
24
23
“preveo que él será guiado por los mismos tipos de motivos que en el pasado-según mi acervo de
conocimiento a mano-, nos guiaron a mí y muchos otros en circunstancias típicamente
similares.”26
Cuando los asociados están inmersos en una relación Nosotros pura:
“el curso de acción del Otro, sus motivos (en la medida en que sean manifiestos) y su
persona (en la medida en que esté implicada en la acción manifiesta) pueden ser
compartidos inmediatamente, y los tipos construidos, que se acaban de describir,
mostrarán un grado m uy bajo de anonimia y un alto grado de complexión”27
Imaginemos a nuestro actor social que acaba de escuchar el reloj despertador,
entre dormido, debe hacer un esfuerzo para levantarse, parece que se dirige al aire
cuando dice: “bueno…”, luego bosteza y sale de la cama. Su esposa (entre dormida como
él) entiende que el “bueno...” está dirigido hacia ella. Escucha el ruido de la ducha, es su
marido quien se está bañando, decide levantarse. Cuando sale del cuarto de baño la
encuentra (como para él es de esperar) planchando su mejor camisa. Se huela a tostadas
y a café. Desayuna él solo. Saludo furtivamente a su espesa y se retira de la casa, ella
vuelve a acostarse. Este sencillo ejemplo cotidiano ya nos muestra que
“hasta la interacción más simple de la vida común supone una serie de construcciones de sentido
común- en este caso, construcciones de la conducta prevista del Otro, todas ellas basadas en la
idealización de que los motivos “para” del actor se convertirán en motivos “porque” de su asociado
y viceversa. A esto de denominaremos “la idealización de la reciprocidad de motivos.28
Volviendo al ejemplo: el motivo “para “de nuestro actor (llegar elegante y
desayunado a su trabajo) presupone que la comprensión de ese motivo “para “se
convertirá en el motivo “porque” que ha llevado a su esposa a emprender acciones “para”
que llegue en las condiciones deseadas al trabajo. Nuestro actor presume que decir
“bueno…” no es un sonido dirigido al aire, sino una indicación hecha a su esposa e
inmediatamente comprendida por ella, al menos desde que tienen memoria. Pero ese día
no es un día de trabajo cualquiera para nuestro actor, almorzará a las 13.00 hs. Con uno
de los más encumbrados funcionarios de la empresa en la que trabaja desde hace más
de 15 años y no le resultad descabellado pensar que se hará merecedor de un importante
ascenso Eligió no comentárselo a su mujer para no crear expectativas desmedidas. Una
vez que estuvo en su auto se dirigió a la peluquería y de allí a un comercio que vende
zapatos italianos. Queda claro ahora cuál es el motivo final de la acción actual, el estado
de cosas que desea producir, pero éste sólo puede lograrse mediante una serie de
subacciones, etapas de la acción total que otorga para quien actúa una coherencia y una
unidad que es desconocida para los demás inter actuantes (incluida su esposa):
“solo el actor sabe “cuando comienza y dónde termina su acción! Es decir, por qué habrá
sido efectuada. La dimensión de su proyecto determina la unidad de su acción. Su asociado no
tiene conocimiento del proyecto que precede a la acción del actor ni del contexto de la unidad
superior en la cual se inserta. Conoce solamente ewe fragmento de la acción del actor que se
hace manifiesto para él, a saber, el acto efectuado que él observa, o las etapas anteriores de la
acción que sigue en curso”29
26
Op.cit p.51
Op.cit. p 51
28 Op.cit. p 51
29 Op.cit. p 52
27
24
Si más tarde una tercera persona preguntara a la esposa de nuestro actor qué hizo
éste a la mañana, respondería “lo de siempre: levantarse, ducharse, desayunar, esperar a
que la ropa de trabajo está planchada e irse a la oficina”. Nada más que esto se sabe de
su proyecto y su contexto aunque de todas maneras debe considerarse como una acciónunidad autónoma. Para “comprender” qué se proponía el actor con su acción, la esposa
tendría que resaltar el hecho observado y, a partir de allí, construir el motivo “para”
subyacente de su esposo, que lo indujo a hacer lo que ella observó.
Ahora está claro que el sentido de una acción difiere inevitablemente a) para el actor, b)
para su asociado, que participa con él en una interacción y por consiguiente comparte con él un
conjunto de significatividades y propósitos, y c) para el observador que no toma parte en tal
relación. Este hecho tiene consecuencias importantes: primero, que en el pensamiento de sentido
común sólo tenemos la posibilidad de comprender la acción del Otro de manera suficiente para
nuestro propósito a mano, segundo, que, para aumentar esta posibilidad, debemos investigar el
sentido que tiene la acción para el actor.30
Pero, así como en la relación entre contemporáneos que son asociados, el curso
de la acción del Otro y sus motivos pueden ser interpretados con facilidad en relación con
el bajo grado de anonimia que tiene la interacción, no ocurre lo mismo cuando se
construyen cursos de acción y motivos subyacentes que involucran a una cantidad de
actores que son más o menos anónimos:
“al construir cursos de tipos de acción de contemporáneos que no son nuestro asociados,
imputamos a los actores más o menos anónimos un conjunto de motivos supuestamente
invariables que gobiernan sus acciones. Ese conjunto es en sí mismo una construcción de
previsiones típicas con respecto a la conducta del Otro y ha sido investigado con frecuencia en
términos de roles, o funciones sociales, o conducta institucional. En el pensamiento de sentido
común, tal construcción tiene particular importancia para proyectar acciones orientadas según la
conducta de mis contemporáneos (no la de mis asociados).”31
Imaginemos que un desconocido detiene a nuestro actor en la vía pública y le
pregunta si quiere donar sus órganos una vez fallecido. Al momento de responderle
afirmativamente presupone varias cosas: en principio que la persona con quien está
hablando (que él nunca había vista) pertenece efectivamente al INCUCAI,
que
su
gesto es noble y, por lo tanto, no sólo no está reñido con sus creencias religiosas, sino
que puede inducir a otros semejantes contemporáneos (que no conoce) a realizar el
mismo gesto. Asimismo, presupone que no sufrirá ninguna emboscada en la que le
saquen los órganos antes de fallecer porque antes presupone que el equipo médico del
INCUCAI (de quienes no tiene noticias concretas) no está involucrado en el tráfico de
órganos, por último presupone algo que lo pone triste: no conocerá la sonrisa del
destinatario de sus órganos. Nuestro actor no ha dejado de presuponer que su acción
inducirá a sus semejantes a efectuar acciones típicas de acuerdo con motivos “para”
típicos. También presupone que las construcciones del tipo de curso de acción de los
Otros que ha hecho se corresponden con su propia auto tipificación: ciudadano y
creyente ejemplar que proyecta su acción de la manera típica en que (supone) sus
círculos de amistades católicas (y sobre todo su amigo el sacerdote) esperan que se
comporte un creyente típico:
“tal construcción de pautas de conducta entrelazadas se revela como una construcción de
motivos “para” y “porque” entrelazados que son supuestamente invariables. Cuando más
institucionalizada o estandarizada se halla tal pauta de conducta, es decir, cuanto más tipificada
está de una manera socialmente aprobada por leyes, reglas, regulaciones, costumbres, hábitos,
30
31
Op.cit. p 52
Op.cit. pp. 53.54
25
etc., tanto mayor es la probabilidad de que mi propia conducta autotipificadora produzca el estado
de cosas al que apunta”32
5. c. El observador
Captar el sentido que los actores imprimen a sus acciones implica detenerse en los
cursos externos de las mismas para, a partir de allí, indagar sobre los motivos que las
sostienen, lo cual equivale a afirmar que los signos externos, visibles, de una acción no la
explican en su totalidad y, en ocasiones, no la explican en absoluto. Imaginemos a
nuestro actor social en un transporte público (ese día el auto había quedado en el taller
mecánico). Se dirige a su trabajo. Su humor está pésimo a pesar de que había logrado
sentarse en el colectivo: los adoquines o los pozos de las calles pavimentadas le impiden
leer el diario. Resignado, mira distraídamente a los pasajeros y al cabo de un momento
llega a creer que dos de ellos están confabulando contra él. Se miran. Lo miran. El que
está sentado a su lado (quien a intervalos similares lo mira girando apenas el cuello), y
otro que está parado muy cerca de él, de gesto grave, que fija sus ojos tanto en uno como
en otro. Ambos contraen rápidamente el ojo derecho. Cree que el que está sentado a su
lado esboza una sonrisa maquiavélica, parece buscar en la mirada del otro la
confirmación de algo. Casi no lo duda: intentará robarle su maletín, está a punto de
terminar el asunto gritando al chofer que se dirija a una comisaría. Sin embargo, en un
momento el hombre que no sonreía cuando lo miraba baja del colectivo y de improviso el
que levemente sonreía (aunque no a él) deja de contraer rápidamente el ojo derecho, de
sonreír y de dirigirle una mirada esquiva.
Nuestro actor social no es sociólogo, no pudo detenerse a reflexionar sobre qué
quería decir esas contracciones rápidas de los ojos derechos: externamente (físicamente)
ambos hombres hacían lo mismo, pero mientras uno voluntariamente hacía un “guiño” con
determinado motivo “para”, el otro involuntariamente padecía un tic nervioso. Vale decir
que uno de ellos ni siquiera realizó una acción social en los términos en que la venimos
definiendo, con lo cual queda descartado que a alguna de esas contracciones subyaciera
un motivo. Pero nuestro actor social hizo pasar un tic por un guiño, y este guiño con un
particular motivo “para“(robar), motivo que aparentemente creó sólo su imaginación.
Imaginemos ahora que es un sociólogo quien está en el colecto en vez de nuestro actor
social: ¿Cómo puede hacer para lograr distinguir un tic de un guiño, y un guiño de otro
guiño?:
“en todas circunstancias, lo accesible a su observación son solamente los fragmentos
manifiestos de las acciones de ambos (…) Para comprenderlos, el observador tiene que valerse
de su conocimiento de pautas típicamente similares de interacción en encuadres situacionales
típicamente similares, y tiene que construir los motivos de los actores a partir de ese fragmento del
curso de acción que está abierto a su observación. Que el observador pueda, en la vida cotidiana,
captar el sentido subjetivo de los actos del actor es una mera probabilidad –aunque esta
probabilidad aumenta con el grado de anonimia y estandarización de la conducta observada” 33
El conocimiento de esas pautas típicas de interacción no lo puede obtener de
inmediato, necesita involucrarse en los entramados de significación del grupo social a
investigar para poder conocer los motivos que subyacen a unas acciones que pueden
presentar el mismo curso externo. Con esto queremos significar que los hombres de
ciencias sociales no trabajan con hechos brutos y objetos inertes: trabajan sobre objetos
mentales, es decir, con las construcciones de sentido de otros hombres que no son
científicos y con los cuales no interactúa. Por no se partícipe de la interacción, sino
investigador sus construcciones
32
33
Op.citp.,p 54
Op.citp.,p 54
26
“difieren (…) de las que utilizan los participantes en la interacción, aunque sólo sea por el
hecho de que el propósito del observador es diferente del propósito de los inter actuantes, por lo
cual difieren también los sistemas de significatividades asignados a tales propósitos”34
Constatar que ambas personas contraían rápidamente los ojos derechos es apenas el
punto de partida de la indagación sociológica ya que “el observador no participa en los
complicados reflejos especulares que en la pauta de interacción entre contemporáneos
permiten que los motivos “para” del actor se hagan comprensibles para el asociado como
sus propios motivos “porque” y viceversa. Precisamente este hecho constituye el llamado
“desinterés” o “distanciamiento del observador”. Es que el sociólogo no comparte la
pauta cultural del grupo a investigar:
“Esta pauta cultural, como todo fenómeno del mundo social, presenta un aspecto diferente para el
sociólogo y para el hombre que actúa y piensa dentro de él. El sociólogo (como sociólogo y no
como un hombre entre sus semejantes, cosa que sigue siendo en su vida privada) es un
observador científico desinteresado del mundo social. Es “desinteresado” en cuanto se abstienen
intencionalmente de participar en la red de planes, relaciones entre medios y fines, motivos y
posibilidades, esperanzas y temores, que utiliza el actor situado dentro de él, como hombre de
ciencia procura observar, describir y clasificar el mundo social con la mayor claridad posible, en
términos bien ordenados de acuerdo con los ideales científicos de coherencia, consistencia y
consecuencia analítica. El actor situado dentro del mundo social, en cambio, lo experimenta
principalmente como un campo de sus actos actuales y posibles, y sólo en forma secundaria como
objeto de pensamiento. En la medida en que le interesa el conocimiento de su mundo social,
organiza este conocimiento, no es términos de un sistema científico, sino de la significatividad
para sus acciones.” 35
Al menos en el inicio de su labor, el sociólogo se asemeja a un extranjero que,
recién llegado a un país desconocido, tal vez pueda traducir a su idioma de origen las
palabras que escucha pero, como buen recién llegado, poco podrá entender sobre lo que
esas palabras han querido decir.
UNIDAD 2
Contenidos
Pensar lo social desde los clásicos de la sociología. Emile Durkheim. El hecho social.
Categorías particulares para su análisis. La división del trabajo social. Anomia. Max
Weber. La acción social y su significación. Los tipos ideales. Poder y dominación Karl
Marx. La división social del trabajo. Producción y reproducción social.
Bibliografía


34
35
Durkheim, E. (1988); Las reglas del método sociológico y otros escritos sobre
filosofía de las ciencias sociales; Editorial Altaya; Madrid, España –Cap 1 “Que es
un hecho social” y Cap 2 “Reglas relativas a la observación de los hechos sociales”
Steiner Philippe (2000)- La sociología de Dukheim –Edit. Claves perfiles-Bs.As.
Cap. 4 “El proceso de socialización” (Págs. 51 a 72)
Op.cit.p 54
Op.cit.p.96
27




Marx K. (1979) Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(borrador) 1857-1858, Siglo XXI; Buenos Aires (varias ediciones)
Marx K. (1972) Correspondencia C. Marx-F. Engels Buenos Aires. Cartago. Carta
a P.V.Amencov
Weber M. (1969); Economía y sociedad; México. Fondo de Cultura Económica;
Tomo 1 sección II El concepto de acción social (PG.18 a 23) Los tres tipos puros
de dominación legítima (Págs.706 a 708)
(Págs.43 a
Wheeler Cristina, (2009) Max Weber: ciencia, racionalidad y objetividad, en Varios
autores- (2009) Teoría Sociológica: Libros del Sur- Universidad Nacional de
Rosario
Orientación bibliográfica
A partir de aquí pondremos énfasis en el hecho social, la acción social y la relación
social como unidades de análisis de la sociedad, categorías planteadas respectivamente
por Durkheim, Weber y Marx.
En “Las reglas del método sociológico” de Durkheim, un autor clásico de la
Sociología, se plantea una forma de analizar los hechos sociales, utilizando un método
para no confundirlos con los fenómenos psíquicos y biológicos. Es importante destacar
que Durkheim, autor francés (1858 y 1917), es el primer pensador preocupado por aislar
el objeto de estudio propio de la Sociología como ciencia, y dentro de esta disciplina
desarrolló categorías y conceptos
importantes,
tales como anomia, consenso,
solidaridad social, cohesión social, hecho social, coerción, etc. y herramientas
metodológicas imprescindibles para las ciencias sociales en general. Su obra “Las reglas
del método sociológico”, representativa de la Sociología que recién aparecía como
ciencia autónoma, provoca una verdadera tormenta de replicas y contrarréplicas, se
publicó en 1895, y se constituyó más tarde en uno de los pilares de esta nueva ciencia.
Por esta razón se constituye en una obra imprescindible, no solo por su valor
metodológico sino para la comprensión del pensamiento científico de la época Durkheim.
Luego pondremos el énfasis en la “acción social” y “la relación social”, conceptos,
desde la perspectiva de distintos autores. El análisis de la acción social tiene en Max
Weber a su principal representante. Max Weber fue el autor que ha inauguró la tarea de
la Sociología como una comprensión interpretativa. El elemento causal está comprendido
en el elemento interpretativo. Porque la Sociología es interpretativa, puede ofrecer
explicaciones causales. La acción puede interpretarse porque tiene sentido para el agente
humano. Sin embargo, la acción depende no solamente de que tenga sentido para el
sujeto sino de que también tenga sentido en relación con otros sujetos. Weber es otro
autor clásico de la Sociología, fue alemán y vivió entre los años 1864-1920, su principal
preocupación fue metodológica. Parte de una tradición teórica diferente a la de Durkheim
quien estaba imbuido del clima de su época, francamente positivista.
Weber, en cambio propone para las ciencias sociales un método comprensivo, su
preocupación ya no es aislar el objeto de la Sociología sino comprender el sentido de las
acciones sociales.
Carlos Marx, desde otra perspectiva enfoca a las relaciones sociales, el vínculo o
lazo social, estrechamente asociadas a la satisfacción de las necesidades básicas. Es en
este proceso donde se establecen y desarrollan a un mismo tiempo determinadas
relaciones con el entorno natural y con otros hombres. Las páginas escogidas de Marx le
permitirán analizar los conceptos de interacción y de intercambio entre los hombres.
Centralice su atención en cómo define este autor las relaciones sociales y la constitución
28
de lo social. Marx vivió entre 1818-1883 y su aporte a las ciencias sociales y a la
Sociología en particular fue muy importante.
Para los tres autores, se incorporan además otros textos complementarios que le
ayudarán a integrar estos conceptos y a tener una aproximación al pensamiento de cada
uno de ellos.
Claves de autoaprendizaje
Al terminar esta unidad deberás saber:
 Identificar, diferenciar y vincular acción, acción social y relaciones sociales.
 Individualizar y caracterizar los tipos ideales de acción social y de dominación.
 Caracterizar la idea de racionalidad y su relación con los tipos de acción social.
 Vincular los conceptos centrales de Marx, relaciones materiales, relaciones
sociales, fuerzas productivas, producción y reproducción social, historia, clase
social, mercancía, fuerza de trabajo, explotación.
Actividades de aprendizaje
Actividad 1
Luego de analizar el texto de Durkheim, Las reglas del método sociológico Cap. 1 y 2,
elaborar las siguientes respuestas:
a. Dentro de los hechos sociales Durkheim presenta una sutil demarcación entre dos
clases distintas, por sus características, de hechos sociales ¿Puede identificarlas?
b. Al caracterizar los fenómenos sociológicos explica que estos no surgen por la
generalización de hechos que se dan en las conciencias individuales. A partir de
allí explica un proceso de surgimiento de las reglas jurídicas, morales, etc. Que
nosotros podemos llamar “Proceso de institucionalización. ¿Puede sintetizarlo?
c. ¿A través de que medios plantea que se pueden aislar los hechos sociales?
d. ¿Qué significa tomar los hechos sociales como cosas?
Actividad 2
La anomia es una categoría de análisis de Durkheim,
Lea el siguiente texto: Tomado de “La anomia, una patología social argentina”
Carlota Jacksch –Directora Programa Político- Fundación Konrad Adenauer
No cumplir con la ley en todas sus formas ya es más que una avivada en nuestro país. Se
ha convertido en una cultura fuertemente arraigada que sólo conduce a la
desorganización social.
La escena transcurre en Berlín, corre el año 1938. Dos diplomáticos de carrera, uno
alemán y el otro argentino, conversan sobre las cada vez más intensas tareas
propagandísticas que el nacionalsocialismo realizaba en el exterior, específicamente en la
Argentina.
El tema había cobrado actualidad por la denuncia que habían hecho asociaciones de
derechos humanos y algunos legisladores socialistas de la Argentina, obligando al
gobierno de turno a presentar una queja formal antes el gobierno de Tercer Reich.
El diplomático alemán, V. Weizscker, inquirió al argentino, el embajador Labougle, ¿cómo
era posible que grupos de agitadores nacional socialistas hubieran logrado durante seis
años desarrollar sus actividades sin que se hubiese producido ninguna reacción por parte
de las autoridades argentinas?
El embajador de Argentina contestó: “porque la Argentina es un país donde, en general,
cada uno hace lo que quiere”.
29
Esta inobservancia de las normas, muchas veces el desdén despectivo hacia las mismas,
no el patrimonio exclusivo de la Argentina, pero distintos indicadores tienen a mostrar que
el “todo vale” es un rasgo fuertemente arraigado en la sociedad argentina.
Las violaciones a las normas del tránsito son un buen ejemplo de lo dicho. Según una
investigación realizada en Buenos Aires, cada automóvil particular viola un semáforo en
rojo una vez por día, aproximadamente. Los colectivos, cada uno, violan semáforos a
razón de casi dos por hora, cada día. En términos comparativos, la Argentina es el país
con el mayor número de muertos en accidentes de tránsito del mundo.
Una forma de ser
Pero el tema no se agota en el incumplimiento de normas viales, también se violan los
códigos edilicios, se adulteran alimentos y medicamentos, se falsifican títulos
profesionales, no se cumplen los horarios (la puntualidad en un sentido amplio es una
norma que no sólo caracteriza a la vida civilizada, sino que mejora la eficiencia de la
sociedad en general), se ensucian los espacios públicos y se pagan sobornos para no
cumplir con determinadas normas.
Según datos de Gallup Argentina, casi un cuarto de la población está dispuesto a dar
dinero a la policía para evitar una multa, cantidad similar de personas se siente inclinada a
no facturar trabajos para pagar menos impuestos o lograr certificados médicos no
veraces, que justifiquen su inasistencia al trabajo. Según la misma fuente, prácticamente
la mitad de los argentinos, si encuentra dinero, ni piensa en buscar al dueño, sino que se
lo queda.
Este menosprecio por la normatividad por parte de una determinada sociedad fue
estudiada por el sociólogo francés Emile Durkheim en el siglo pasado y acuño el término
“anomia” para describir ese comportamiento social. Durkheim sostenía que en una
situación en la que se borran todos los límites, los deseos y las pasiones se vuelven
desmedidos. La insuficiencia normativa (no porque las normas no existan, sino porque su
cumplimiento no es percibido como obligatorio) produciría un estado social de crispación y
ansiedad.
En la Argentina las normas existen aunque es cierto que a veces la yuxtaposición de las
mismas o su carácter contradictorio ofrecen la excusa para evitar su cumplimiento. No es
la ausencia de normas lo que explica el carácter “anómico” de la Argentina, sino el
desprecio a la normatividad por parte de segmentos considerables de la sociedad.
Solidaridad con el delito
Existe en la Argentina una solidaridad con quien delinque. Estadios de futbol repletos
ovacionan a un director técnico violador de un menor. Un jugador de futlbool, adicto a las
drogas, es colocado como la cara visible de una campaña contra el uso de drogas. Ese
mismo jugador, ante el asedio periodístico descarga una escopeta contra reporteros y la
condena no termina de fijarse porque el poder político percibe una opinión pública
mayoritaria favorable a su absolución.
Evidentemente una justicia dependiente del poder político o de la opinión pública, no
constituye un factor que ayude a disminuir el caudal de anomia de una sociedad. En
términos generales, la anomia solo puede ser combatida mediante un Poder Judicial que
importa justicia sólo ateniéndose a las leyes.
En la Argentina el poder judicial sufre desde hace décadas, una fuerte devaluación social.
Innumerables sondeos muestran que los argentinos no confían en la Justicia y, además,
están convencidos de que intereses de distinta índole influyen en sus decisiones.
Qué valor puede otorgar una sociedad al cumplimiento de las normas si la institución cuya
función es asegurar ese cumplimiento no es confiable, sus atribuciones no son cumplidas
cabalmente, sus acciones no son justas y para pertenecer al cuerpo se requieren, en
algunos casos, otras condiciones que las relacionadas con la función.
Evidentemente este hecho produce anomia, pero también muestra anomia en la propia
institución judicial.
Teniendo en cuenta el análisis de Carlota Jackisch, se podría decir que:
30
a.
b.
c.
d.
e.
La anomia en la Argentina es un habito que no esta institucionalizado
La anomia en la Argentina es un hábito que esta institucionalizado
La anomia en la Argentina no es un hábito y no esta institucionalizado
Todas las respuestas son correctas
Ninguna de las anteriores es correcta.
De las opciones elija una y justifique su respuesta.
Actividad 3
Lea atentamente la bibliografía de Max Weber. Analice las características de los tipos
ideales y su clasificación.
Desde los tipos ideales de acción de Weber relacione los siguientes enunciados y
clasifíquelos. Tenga en cuenta que en el tipo de acción, existe una causa preponderante
(que determina la acción)
1- Una señora va por la calle, se le cae la billetera y un joven se la alcanza. La mujer
le agradece y el joven le responde que “no es correcto quedarse con lo ajeno”.
¿Dentro de que tipo ideal de acción ubicaría lo que hizo el joven? Justifique
2- Un alumno de la cátedra de Sociología está enamorado de una compañera de
estudios, y decide regalarle una caja de bombones. ¿Dentro de que tipo ideal de
acción ubicaría lo que realizó el alumno?
3- En el marcado capitalista ¿que tipo ideal de acción prevalece? Justifique
4- ¿En el cultivo de alimentos transgénicos que tipo de acción prevalece?
5- Una familia todos los domingos como la misma comida por ejemplo pasta, y la
acción se repite a través de varias generaciones. ¿Qué tipo ideal de acción
prevalece?
Actividad 4
Desde el punto de vista de Weber ¿Qué tipo de acción prevalece en esta primera cadena
que describe Morin sobre la globalización?
“Primera cadena (de la Globalización) que se cierra sobre sí misma en un círculo vicioso:
agricultura intensiva, alimentos transgénicos, rentabilidad intensiva en la agricultura y en la
economía, degradación de la calidad de los alimentos, degradación de la calidad de vida,
homogeneización de los estilos de vida, degradación de los medios naturales, de los medios
urbanos, de la biosfera y de la sociosfera, de las diversidades biológicas culturales, de lo
político a lo económico, precariedad del empleo y destrucción de las garantías sociales, falta
de visión de los problemas fundamentales y de los problemas globales (que, en su mayoría,
coinciden)”.
a. Racional de acuerdo a fines.
b. Racional de acuerdo a valores.
c. Racional de acuerdo a tradiciones.
d. Todas las anteriores son correctas.
e. Ninguna de las anteriores es correcta.
De las cinco opciones elija solamente una, justifique su respuesta.
Actividad 5
Lea atentamente la bibliografía sobre Karl Marx, incluyendo la siguiente nota de cátedra y
luego defina las siguientes categorías:
 Materialismo histórico
31






Dimensión social del hombre
Modo de producción
Fase de desarrollo
Fuerzas productivas
Relaciones de producción
Estructura y superestructura
Ficha de Cátedra Nro. 2 KARL MARX (1818-1883)
Haremos para comenzar, una breve reseña bibliográfica sobre nuestro autor. Kart
Marx nació en 1818 en Trier, Prusia, actual territorio de Alemania. Tanto su padre como
su madre provenían de una familia de rabinos de típica clase media. En 1841 Marx se
doctoró en filosofía por la Universidad de Berlín, un ambiente académico muy influido por
el filósofo idealista Hegel y por los jóvenes hegelianos.
Luego de doctorarse, Marx comenzó a escribir en un periódico liberal-radical del
cual en poco tiempo llegó a ser editor en jefe. Sin embargo debido a sus opiniones
políticas, el gobierno cerró el periódico.
Marx rechazaba el carácter abstracto de la filosofía hegeliana así como lo que
llamaba el “sueño ingenuo” de los socialistas utópicos. En 1843 Marx se casó y se
trasladó desde Alemania a París, allí se centró en el estudio de dos nuevos conjuntos de
ideas, las del socialismo francés y las de economía política inglesa. En ese entonces
conoció a Friedrich Engels quien seria a partir de allí su amigo y colaborador por más de
40 años.
Durante este período Marx produjo obras académicas con las que pretendía
desvincularse de la tradición idealista hegeliana (por ej. “La Sagrada Familia” y “La
Ideología Alemana”. La teoría de Marx será llamada posteriormente Materialismo
Histórico. También escribió los Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844”, donde se
encuentran ya esbozadas las principales ideas que desarrollara en sus próximos escritos.
Como algunos de sus escritos molestaban al gobierno prusiano, el gobierno
francés expulsó en 1845 a Marx, quien se traslado a Bruselas. Su radicalismo iba en
aumento, hasta el punto de que se convirtió en miembro activo del movimiento
revolucionario internacional. También ingreso en la Liga Comunista, que le solicito
escribiera un documento junto con Engels en el que expusiera sus objetivos y creencias.
El resultado fue “El Manifiesto Comunista” del año 1848.
En 1849 Marx se traslado a Londres y a la luz del fracaso de las revoluciones
políticas de 1848 comenzó a apartarse de la actividad revolucionaria y a dedicarse al
estudio del funcionamiento del sistema capitalista. Estos estudios se plasmaron en los
tres tomos de su obra más conocida “El Capital” donde estudia es sistema de producción
capitalista partiendo del análisis de la mercancía.
En 1863 Marx regresó a la actividad política ingresando en la Internacional, un
movimiento internacional de los trabajadores que se desintegra en 1876.
El materialismo histórico
Las fuentes del pensamiento marxista las podemos encontrar en la Filosofía
Idealista de Hegel (alemán), en el pensamiento de los Socialistas Utópicos (franceses) en
la Economía Política (inglesa). Marx, estudió profundamente todas estas concepciones y
teorías vigentes en su época y ellas fueron el suelo fértil en el cual luego elaboró su
propia posición teórica metodológica.
Marx elaboró su teoría de la relación entre la existencia social y la conciencia
social (la llamada concepción materialista de la historia) en oposición directa a la
concepción idealista que sustentaba Hegel de dicha relación. Marx inicia su elaboración
teórica considerando a los individuos reales en relación con otros hombres y con sus
32
condiciones de vida, condiciones concretas de existencia, entre las cuales la económica
es una condición básica pero no la única:
“La producción material es una condición fundamental de toda historia, que lo mismo hoy
que hace miles de años necesita cumplirse todos los días y a todas horas simplemente
para asegurar la vida de los hombres”36
En su crítica de la economía política inglesa, elabora las premisas de las que parte.
En primer lugar para Marx hay que tomar a los seres humanos reales de carne y hueso,
no partir de abstracciones teóricas sino llegar a ellas. En este sentido, ante todo,
considera a los hombres reales como seres vivos situados históricamente, y como
organismos físicos, con necesidades físicas reales.
Al igual que otros organismos, los hombres, para sobrevivir, deben entrar en
relación con la naturaleza. Aquí está lo primero que caracteriza a los hombres que
sobreviven y se desarrollan interactuando con la naturaleza, y esta interacción al ser la
base de su proceso vital, es indispensable en todas las circunstancias sociales.
El proceso de trabajo que realiza el hombre con el mundo natural no es solo un
proceso natural sino también social, ya que los hombres no producen aislados unos de los
otros, sino interactuando y cooperando entre sí. Encontramos rápidamente la concepción
de que el hombre es un esencialmente social. Marx define al hombre como un animallaborans.
En esa actividad productiva los individuos se proveen de los bienes y medios
necesarios para subsistir, es un proceso de constante creación, satisfacción y recreación
de necesidades. Mediante el trabajo, los individuos no solo producen los medios
necesarios para poder vivir, además, transforman la naturaleza y el entorno natural. Este
hecho diferencia a los hombres de los animales, mientras que estos se sirven de la
naturaleza, los hombres la cambian y modifican. En esa actividad productiva que los
hombres realizan cotidianamente, que va cambiando en el tiempo, contraen y desarrollan
sus relaciones sociales.
“En la producción, los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan
también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo,
para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los
hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de ellos, es como se
relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción”37
La sociedad entonces es concebida como resultado histórico de la actividad
productiva de los hombres y de la forma que adoptan las relaciones entre ellos, proceso
que deviene del conjunto y la combinación de las capacidades físicas y mentales de los
hombres y de las técnicas o instrumentos de trabajo, que cada generación transmite a la
que sigue:
“¿Qué es la sociedad cualquiera sea su forma? El producto de la actividad recíproca de
los hombres. (…)¿Los hombres son libres de elegir por si mismos esta o aquella forma de
sociedad? De ninguna manera. Supóngase un estado particular de desarrollo de las
fuerzas productivas del hombre y se tendrán una forma particular de comercio y de
consumo. Supóngase etapas particulares del desarrollo de la producción, del comercio y
del consumo y se tendrá un orden social correspondiente una correspondiente
organización de la familia y de las jerarquías y clases. En una palabra una
36
Marx, Karl , Carta a P:V:Annenkov, en Correspondencia Kart Marx y F Engels, Cartago, Buenos Aires
1972
37 Marx, Karl, y F. Engels, Trabajo asalariado y capital , Editorial Cartago 1963
33
correspondiente sociedad civil. Es superfluo agregar que los hombres no son libres de
elegir sus fuerzas productivas-que son la base de toda su historia- puesto que cada fuerza
productiva es una fuerza adquirida, producto de la actividad anterior. 38
En clara oposición y rechazo a las teorías que conciben al individuo como un sujeto
“aislado” que excluyen cualquier referencia explicativa a la dimensión social, Marx señala
que la producción es un proceso de desarrollo social e histórico, donde los hombres
nunca producen en forma independiente, sino que siempre lo hacen como miembros de
una determinada forma de sociedad. Por lo tanto, no hay ningún tipo de sociedad que no
se fundamente en un conjunto determinado de relaciones de producción, que no son otra
cosa que relaciones sociales.
En la producción social de la vida que los hombres llevan a cabo, entran en
relaciones sociales definidas antes de su existencia, que son independientes de la
voluntad de los mismos, es decir que existen previamente, a estas relaciones Marx las
llama relaciones de producción.
Las relaciones de producción no son sin embargo cualquier relación de producción
sino precisamente las que se corresponden con la etapa de desarrollo de las fuerzas
materiales de producción de esa época determinada. Para dar un ejemplo pensemos el
hombre que nacía en la época feudal contraía relaciones sociales feudales.
El modo en que se produce la vida material determina a su vez el carácter general
de los procesos sociales, políticos y espirituales de la vida. Es decir es el ser social el que
determina su conciencia, como piensa, sus ideas sobre lo jurídico lo político y lo
ideológico así como los demás procesos culturales en que el hombre se halla involucrado.
Uno de los aportes más importantes de Marx es su descubrimiento de que el
capital no es una cosa, un objeto, sino una relación social. Su concepto de relación social
adquiere una posición e importancia central en la teoría ya que esta constitutivamente
situado en los procesos y elementos que el considera fundamentales, a saber, el proceso
de producción, el acto de trabajo, el capital, las clases sociales, etc.
En el “Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política”, Marx
expresa en un extenso párrafo lo que será el hilo conductor de su teoría,
“Mi investigación me llevo a la conclusión de que tanto las relaciones jurídicas
como las formas de Estado no pueden comprenderse por si mismas ni por la llamada
evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las
condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de
los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil” y que la
anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas, a
donde me traslade a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot
proseguí mis estudios de economía política, comenzados en Paris. El resultado general a
que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede
resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres establecen determinadas
relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que
corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productiva materiales.
El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica da la
sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la
que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de
la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No
es la conciencia del hombre la que determina u ser, in por el contrario, el ser social es lo
que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas
productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de
producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las
38
Marx y Engels, Trabajo asalariado y capital, Editorial Cartago, Bs. As. 1963
34
relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y
se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se transforma,
más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.” 39
Vamos a aproximarnos a la explicación de algunos conceptos fundamentales
dentro de la teoría:
Modo de producción: Marx y Engels no definieron jamás el concepto de “modo de
producción” que tan a menudo emplean. La mayoría de los autores marxistas utiliza esta
expresión sin definirla según Marta Harnecker40, y los que la definen limitan su
significación al nivel económico solamente. La autora citada adhiere a la posición de Louis
Althusser quien plantea que la reducción de este concepto al solo nivel económico limita
el sentido implícito que Marx le da en “El Capital” su obra más acabada.
Para Harnecker no se debe confundir la expresión ”modo de producción de la
vida material” con el concepto de MODO DE PRODUCCION. La primera es una noción
descriptiva y se refiere solo a la estructura económica de la sociedad, el segundo, por el
contrario, es un concepto teórico y se refiere a la totalidad social global, es decir, tanto a
la estructura económica como a los otros niveles de la totalidad social: jurídico-político e
ideológico.
Base y superestructura: estos conceptos expresan la relación que existe entre el
aspecto económico de la sociedad y los aspectos jurídico-político e ideológico, o sea las
formas de la conciencia social. A aspecto jurídico-político corresponden el Estado y el
derecho, y lo ideológico son las llamadas “formas de conciencia social”. Tengamos
siempre presente que esta división es a los fines analíticos, ya que en la realidad ambas
son instancias dialécticas, es decir que se influyen y funcionan recíprocamente. Se utiliza
la llamada metáfora del edificio, es decir como en un edificio hay una estructura material
que sostiene todo lo demás.
Relaciones de producción: Para Marx no existe la producción en general, la
producción siempre esta históricamente determinada. En cualquier sociedad concreta es
posible verificar, en general, que existen individuos que son los propietarios de los medios
de producción.
Como estos medios de producción son en todas las épocas, las condiciones
materiales indispensables de todo proceso de producción y como es imposible producir
sin medios, los hombres que no poseen los medios terminan trabajando para aquellos que
si los poseen. Demos un ejemplo: ¿Por qué siendo los trabajadores los que trabajan las
riquezas de la tierra, la mayor parte de esta riqueza va a parar a manos de un grupo
minoritario que son los dueños de los medios de producción?
Pensemos en la industria capitalista (que se diferencia de la manufactura en la
forma que ha adquirido en ella el medio de trabajo la llamada revolución industrial), el
operario que hace la mercancía no es dueño de los medios (fábrica, máquinas,
herramientas) sino que vende su fuerza de trabajo al dueño de los medios. Esta es una
relación de producción de producción que tiene como todas según Marx, asidero en
determinada forma de Estado con determinadas leyes e ideologías (recordemos la
metáfora del edificio: Estructura-superestructura).
39
Marx C, Contribución a la Crítica de la Economía Política, en Obras Escogidas-Editorial Progreso
Harnecker Marta Los concepto fundamentales del Materialismo Histórico, Siglo XXI editores 1ª Edición
1969,
40
35
UNIDAD 3
Contenidos
Distintas concepciones sobre ideología. Lo ideológico como producción social. La historia
como producción ideológica. Lo ideológico como imaginario. El imaginario colectivo. Los
discursos y las prácticas. Luis Althusser y Los aparatos ideológicos del estado. Ideología
y estructura social.
Bibliografía





Althusser, L (1988) Ideología y aparatos ideológicos del Estado; Nueva Visión;
Buenos Aires
Duby Georges: (1978) “Historia social e ideología de las sociedades” en Le Goff.
J. Pierre) Hacer la historia; Barcelona.
Marx, K. Engels F. (1972); La ideología alemana; Grijalbo; Barcelona.
Introducción “La ideología en general y la ideología alemana en particular” ) Págs.
16 a 38)
Díaz E. (1995); La ciencia y el imaginario social; Biblos; Buenos Aires ¿Qué es el
imaginario social? (Págs.13 a 21)
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Realidad, representación e imaginarios
sociales- Jorge Manuel Casas
La unidad tres propone el estudio de lo ideológico como parte de lo que se produce
socialmente y por lo tanto como objeto de estudio. La palabra ideología está asociada con
la política, creencia que se apoya en el sentido común y que todos compartimos
“vulgarmente”. Pero si queremos superar el conocimiento aparente debemos reflexionar
sobre cómo se produce lo ideológico y la ideología. El término ideología fue inventado por
Cabanis, Dusttutt de Tracy en el siglo XVIII con el objeto de dar nombre a la ciencia de los
fenómenos mentales. Más tarde Carlos Marx en el siglo XIX retomará la teoría de la
ideología para considerarla un “reflejo distorsionado de la realidad”. Así como los
hombres producen su vida real es decir su modo de producir el mundo material, así será
la conciencia de la relación social que mantienen con el modo de producción. Para Marx,
la ideología, realidad fuera de la conciencia, enmascara, oculta la verdad material, es
decir el modo de producción capitalista.
George Duby, historiador de la ideología cuya posición se acerca a la de Althusser,
plantea que resulta inconcebible una historia sin ideologías. En el análisis de George
Duby es fundamental la relación que sostienen las ideologías con la realidad vivida,
porque las ideologías se presentan como la interpretación de una situación concreta.
Reflejan los cambios, aunque muy lentamente, porque son conservadoras. En la teoría de
George Duby las ideologías se presentan como sistemas completos, globalizantes. Las
ideologías se apoyan en fuerzas conservadoras. Tienen un efecto deformante ya que
muestran una parte como si fuera el todo, y son inseparables de un sistema de creencias.
Dice Duby” esta inclinación a la estabilidad radica en que las representaciones ideológicas
participan de la pesadez inherente a todos los sistemas de valores cuyo armazón de
compone de tradiciones “Duby se introduce en el tema de la cultura, en la cuestión de si
acaso hay un orden posible entre ideología y cultura, o alguna diferencia, Podemos decir
que toda cultura está sustentada por una ideología, pero de la misma manera esa
ideología está determinada por una cultura. Parece mas conveniente hablar de una
interrelación (casi inseparable) entre ambas instancias. Así llegamos al punto en que vida
cotidiana, ideología y cultura se integran, se mezclan.
36
Esther Díaz por su parte nos habla del imaginario colectivo, una compleja red de
prácticas y discursos que crean valores, normas, modos de sentir, etc.
La ideología agregará Althusser un pensador marxista del siglo XX, es una
representación de la relación imaginaria entre los individuos y sus condiciones reales de
existencia. Los hombres no representan en la ideología sus condiciones reales de
existencia, su mundo real, representan su relación con dichas condiciones. “Ideología y
Aparatos ideológicos del Estado” es un texto importante dentro del llamado marxismo
estructural, su autor plantea el desarrollo de la ideología a través de los aparatos e
instituciones de la sociedad, La ideología tiene existencia material. Althusser dirá: “Las
ideologías son actos materiales insertos en prácticas materiales normadas por rituales
materiales definidos por el aparato ideológico material del cual derivan las ideas. Cada
ideología existe siempre en su aparato y en sus prácticas. Ninguna clase puede detentar
el poder durablemente sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los aparatos
ideológicos del estado dice Althusser. Como toda formación social proviene de un modo
dominante de producción, según la teoría del materialismo histórico (Marx), la
reproducción de las condiciones de producción se presenta como la condición de
existencia de toda formación social. Se trata de reproducir, no solo las fuerzas
productivas, sino las propias relaciones de producción y en esto la ideología es central.
Claves de autoaprendizaje
Al finalizar esta unidad deberás tener en claro lo siguiente:
 Significaciones del concepto de ideología.
 Relaciones de la ideología con la realidad de las condiciones de existencia
según diferentes perspectivas.
 Funciones de la ideología según esas distintas visiones.
 Relaciones de la ideología y la cultura.
 Carácter globalizante y conservador de las ideologías dominantes. Asincronía
entre los cambios materiales y los cambios ideológicos.
 Aparatos ideológicos del Estado: identificación, caracterización y funciones.
 La materialidad de la ideología.
Actividades de aprendizaje
Actividad 1
Lea atentamente la siguiente Ficha de cátedra sobre IDEOLOGIA y elabore un breve
informe.
Ficha de Cátedra Nro. 3 Ideología
Si se emplea la metáfora del edificio con una base y una superestructura, se puede
decir que la ideología pertenece a la superestructura. Pero la ideología no se limita a ser
solo una instancia superestructural, es como el cemento que asegura la cohesión del
edificio. La ideología es la que cohesiona a los individuos en sus distintos papeles, en sus
funciones y en sus relaciones.
La ideología impregna todas las actividades del hombre, todos sus actos al punto
de ser indiscernible de su experiencia vivida y por lo tanto todo análisis inmediato está
profundamente marcado por la acción de la ideología.
La misma percepción de las cosas aunque parece pura está marcada por las
estructuras invisibles de la ideología., y su acción deformadora.
El aspecto ideológico esta en todas las sociedades y se halla formado por dos tipos
de sistemas:
-Los sistemas de ideas representaciones sociales (las ideologías en sentido restringido)
37
-Los sistemas de actitudes-comportamientos (las costumbres)
Los sistemas de ideas representaciones sociales
Abarcan las ideas políticas, jurídicas, morales, religiosas, estéticas y filosóficas de
los hombres de una sociedad determinada. Representaciones del mundo y del lugar del
hombre dentro de el. Están llenas de elementos imaginarios, pueden contener elementos
de conocimiento pero en la mayor parte de ellas predominan los elementos que tienen
una función de adaptación a la realidad.
Los hombres viven sus relaciones con el mundo dentro de la ideología. Transforma la
conciencia, actitudes y conductas para adecuarlas a sus tareas y a sus condiciones de
existencia.
Los sistemas de actitudes-comportamientos
Son hábitos, costumbres y tendencias a reaccionar de una determinada manera.
Entre las ideologías en sentido estricto (representaciones sociales) y los sistemas de
actitudes- comportamientos no existe siempre una relación de identidad. Las relaciones
dialécticas que se establecen entre ellas pueden ir desde la identidad total o parcial a la
contradicción. Por ejemplo determinadas costumbres o comportamientos como hábitos de
consumo o trabajo, estilos de dirección etc. de dirigentes que se dicen marxistas revelan
la penetración de la ideología burguesa.
Ideología y clases sociales
La ideología tiene como función asegurar una determinada relación de los hombres
entre ellos y con sus condiciones de existencia, es decir adaptar a los individuos a sus
tareas fijadas por la sociedad. En la sociedad dividida en clases la ideología tiene un
doble uso:

Se ejerce sobre la conciencia de los explotados para hacerles aceptar como natural
su condición y

Se ejerce sobre los miembros de la clase dominante para permitirles ejercer como
natural su dominación.
Ideología y estructura
La ideología son representaciones, imágenes, señales, etc., pero estos elementos
forman un sistema, aisladamente no son ideología sino en su estructura en su
combinación. Es decir es su estructura lo que determina su significado y función. Supera
como realidad las manifestaciones individuales subjetivamente vividas por tal o cual
individuo. Por lo tanto no se reduce a formas individuales, es una realidad nueva suigeneris, no es la suma de las ideas individuales, se encuentra difusa en todo el cuerpo
social.
Regiones ideológicas
Podemos sin embargo distinguir regiones particulares centradas sobre diferentes
temas por Ej. La ideología moral, religiosa jurídica, política, estética, filosófica, etc. No
todas estas regiones han existido siempre, en las diferentes sociedades se pueden dar
con mayor influencia unas u otras, por Ej. la influencia de la ideología religiosa en la edad
media.
Ideologías prácticas e ideologías teóricas
En cada una de las regiones la ideología puede existir bajo dos formas
38

Ideologías prácticas, mas o menos difusa, más o menos irreflexiva.

Ideologías teóricas, más o menos conscientes, reflexivas y sistematizadas
Por Ej. Las ideologías religiosas poseen ritos, reglas, etc., sin que todas posean una
teología sistemática, la presencia de una teología representa un mayor grado de
sistematización teórica de la ideología religiosa. Lo mismo ocurre con las demás regiones
de la ideología, ellas pueden existir bajo una forma no teorizada, no sistemática, bajo la
forma de costumbres tendencias, gustos etc. o de lo contrario como una forma
sistematizada
Tendencias ideológicas
Existen diferentes tendencias ideológicas, Marx afirma “las ideas dominantes son
las ideas de la clase dominante”, así como existen clases dominantes y clases
dominadas, existen tendencias ideológicas dominantes y dominadas. Diferentes
tendencias ideológicas expresan las representaciones de las diferentes clases sociales.
Origen del carácter deformado y falseado de las representaciones ideológicas
Las ideologías contienen elementos de conocimiento de la realidad pero estos
están integrados en un sistema global de representaciones que es en principio
deformado. La deformación de la realidad propia del sistema ideológico no se explica por
una especie de mala conciencia o voluntad de engañar de las clases dominantes, sino
que se debe fundamentalmente a la necesaria opacidad de las realidades sociales que
son estructuras complejas que solo pueden llegar a ser conocidas mediante una análisis
científico de ellas. A esto se le llama falsa conciencia.
En efecto, en la vida real los hombres se encuentran efectivamente determinados
por estructuras objetivas (relaciones de producción, relaciones políticas de clase, etc.), su
vida práctica les convence de la existencia de estas realidades, les hace percibir algunos
efectos objetivos de la acción de esas estructuras, pero les disimula su esencia. Los
hombres no pueden llegar a través de la simple percepción a un conocimiento verdadero
de esas estructuras.
El conocimiento del mecanismo interno de las diferentes estructuras sociales no
puede ser sino el resultado de otra actividad diferente de la simple percepción proveniente
de la vida práctica: es decir de la actividad científica.
De la misma manera como el conocimiento de las leyes de la naturaleza no puede
ser el producto de la simple actividad de la percepción. Esta es la razón profunda de la
existencia de la ideología como representación deformada de la realidad. Es errado
considerar que el carácter deformado y falseado de la ideología se debe a una simple
ignorancia o a un mito formado por un grupo o una clase. El marxismo ha roto con esta
concepción de ideología que era en el fondo una concepción de tipo idealista.
Actividad 2
Luego de leer atentamente el texto de Althusser “Ideología y Aparatos Ideológicos del
Estado”, responda las siguientes preguntas:
a) ¿Qué significa la reproducción de los medios de producción?
b) ¿Cómo se asegura la reproducción de las fuerza de trabajo?
c) Explique la concepción marxista de “totalidad social”
d) ¿Cuál es el rol del estado en la teoría marxista y que le agrega Althusser?
e) ¿Qué son los aparatos ideológicos del estado?
f) ¿A través de que mecanismos funcionan estos aparatos?
g) ¿Que significa que la ideología interpela a los sujetos?
39
Actividad 3
En ocasión del bicentenario la revista Clarín (16-05-2010), publica una nota especial
titulada “10 argentinos dicen…” extractamos para que sean comparadas las opiniones de
dos personas. Aplicar los elementos sobre el estudio de las ideologías y realizar un
pequeño informe sobre las posiciones ideológicas de ambos entrevistados.
Florentina Estévez de Leonard (Ama de casa (Barrio Norte)
Hicimos bien en tener una economía abierta al mundo y educación de gran nivel, que
permitió que gente de todo el mundo habitara nuestro suelo y trabajara con libertad. Pero
hubo un exceso de intervención del Estado sobre los ciudadanos y la economía, obra de
gobiernos populistas nefastos”.
De cara al futuro, habría que comenzar por respetar la constitución y la división de
poderes, con el Estado asumiendo seriamente las responsabilidades que le competen:
generando la igualdad de posibilidades y educación y desarrollo, e implementando
políticas de mediano y largo plazo. Y con la prioridad puesta en el agro y la ganadería: no
olvidemos que el agro es para la Argentina como el petróleo para Arabia Saudita”
Pablo Albaceres Doctor en Sociología (UBA) e investigador del CONICET
“Nuestras clases dirigentes fracasaron al no construir un país democrático, industrial,
potente por su generosidad y no por su pedantería”
Entre 1909 y 1920 hubo una larga serie de libros dedicados a discutir la patria, sus
devaneos, sus crisis, incluso sus refundaciones. El tono dominante era la necesidad de
rediscutir la Argentina, drásticamente modificada tras la Organización roquista y la
inmigración de masas. Ese primer Centenario desbordaba optimismos no exentos de
críticas: y éstas, dominadas por el espiritualismo y por un nacionalismo elitista que se
convertiría en franco fascismo poco más adelante, alertaban sobre riesgos que hoy
consideraríamos- prefiero creer- puras ventajas, novedades democráticas (la cuestión
inmigratoria, la aparición de los sindicatos, el izquierdismo de los trabajadores). Cien años
después, no puede dominarnos el optimismo. Ha reaparecido, tal vez gracias a la
explosión ruralista del 2008, la celebración del mito del granero del mundo y una nostalgia
profundamente anacrónica del orden conservador de 1910. Si es un indicio del estado del
debate sobre la patria, no es de los mejores, parece señalar que a las clases dominantesque ya no son las oligarquías agropecuarias de entonces- no se les ha ocurrido ninguna
idea novedosa a pesar de que este país no es, ni puede ser, ni debe ser el mismo.
Podríamos decir que la Argentina se volvió una nación más plural y más democrática; y
que sus déficits son de mayor democracia y no de rendimiento por hectárea. Lejos del
mito de la potencia universal destruida por el peronismo, el primer Centenario se dio en un
país menos rico que el actual, menos plural e infinitamente más injusto. Celebrar dos
Centenarios debiera permitir un balance más atinado, y es el del fracaso de las clases
dirigentes locales para construir un país democrático. Absolutamente ensimismadas en
sus ombligos y sus intereses crasamente económicos, nuestras elites jamás se dignaron
pensar la posibilidad de un país justo (no digo socialista, uno un poco más digno) Si el 25
de mayo tiene aún el significado de lo emancipatorio, es bueno recordarle a nuestra
sociedad que esa palabra puede significar cosas más radicales. Por ejemplo, una
revolución.
40
Actividad 5
Luego de leer la bibliografía de Marx y Engels “Ideología Alemana” y la ficha de cátedra
sobre materialismo histórico conteste las siguientes consignas
1) ¿Qué critica Marx de la Ideología alemana?
2) ¿Cuál es la primera premisa de Marx en este texto?
3) ¿Que consecuencias tiene desde el punto de vista sociológico que los hombres
produzcan sus propios medios de vida?
4) Explique el concepto de fase de desarrollo
5) ¿Cuáles son las formas de la propiedad en las distintas etapas históricas?
6) ¿Qué es la fuerza productiva de una sociedad?
7) Explique la frase “No es la conciencia la que determina la vida sino la vida la que
determina la conciencia.
8) ¿Cuál es el rol del Estado según Marx y Engels?
9) Realice un resumen del punto 2 sobre la producción de la conciencia
10) Lea el último párrafo de la PG. 47 de Ideología alemana y resuma
11) Explique el párrafo, las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en
cada época”
Actividad 6
Lea atentamente el articulo publicado en Pagina 12 Economía - Miércoles, 9 de junio de
2010. Realice un análisis del mismo utilizando los conceptos de esta unidad.
El Grupo Fénix lanza su revista digital mensual. Un nuevo espacio para el debate
Seguir enfrentando al discurso único
“Es necesario proponer un camino alternativo a la marcha hacia el precipicio al que
nos conducen las políticas neoliberales”, sostuvo Abraham Gak, director del Fénix.
En medio de la crisis, las ideas siguen luchando.
Por Tomás Lukin
Voces en el Fénix, nuevo espacio de reflexión y debate que propone el proyecto nacido
en la UBA.
Aunque la profundidad y extensión de las sucesivas crisis domésticas e internacionales de
la última década pusieron en evidencia el fracaso de la teoría económica dominante y sus
recomendaciones de política, el poder de influencia y la capacidad de formación de
discurso de esas ideas resisten. Sin embargo, los espacios de debate por fuera de la
ortodoxia han comenzado a fortalecerse a partir de la emergencia de iniciativas como el
Plan Fénix de la Universidad de Buenos Aires (UBA). A diez años de su constitución, el
activo proyecto busca revitalizarse con la presentación del primer número de Voces en el
Fénix, la nueva revista digital mensual del plan estratégico.
“Es necesario enfrentar el discurso monopólico del pensamiento único y proponer un
camino alternativo a la marcha hacia el precipicio al que conducen las políticas
neoliberales”, aseveró ayer el director del grupo de investigadores, Abraham Leonardo
Gak. A su vez, remarcó que “cuando comenzamos éramos una voz solitaria. Hoy no es
más así, existen distintos grupos y espacios nuevos de politólogos, sociólogos y
economistas”.
41
Los distintos oradores enfatizaron la necesidad de que surjan nuevas voces y pluralidad
de opiniones en medio del debate político-económico alrededor de la aplicación de la
nueva ley de servicios audiovisuales. “La voz única hizo olvidar la existencia de análisis
rigurosos y serios realizados por distintas universidades del país. Se necesitan más
herramientas para pensar con mayor profundidad y accesible a un gran público”, apuntó
Federico Schuster, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales y miembro del Comité
Editorial de la revista. En sintonía, el editor de la publicación, Tomás Eliaschev, destacó el
lanzamiento de la iniciativa “en un momento donde está más vigente que nunca la
necesidad de apertura de nuevas voces y pluralidad de opiniones. Es necesario ampliar el
espectro hacia aquellos que no están presentes en los principales medios”.
La revista digital – www.vocesenelfenix.com – se suma a los documentos y declaraciones
que difunde el colectivo de especialistas desde el estallido de la convertibilidad, en 20012002, y no se concentrará exclusivamente en cuestiones económicas, ya que incluye
secciones de diálogos con referentes de distintas fuerzas políticas y movimientos
sociales. En ese sentido, el ambicioso objetivo de los responsables de la publicación es
“ofrecer una alternativa a las voces retrógradas que abruman en el día a día y generar
una mesa de diálogo para que los distintos actores políticos opuestos puedan alcanzar
consensos para el diseño de distintas políticas de Estado. Nuestra intención es cambiar la
realidad del país, hacia una Argentina sin inequidad”, apuntó Gak. Por su parte, el
profesor de la UBA y autor de uno de los artículos, Carlos Leyba, enfatizó la necesidad de
un proyecto nacional de desarrollo que consideró ausente. De la presentación también
participaron el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri, y Carla
Degliantoni, estudiante de la carrera de economía de esa casa de estudios.
Desde su creación, en medio de la profunda crisis de la convertibilidad, los integrantes del
Plan Fénix han anticipado los principales debates económicos y participados activamente
de la mayoría de las discusiones desde una posición independiente y de apoyo crítico al
actual proyecto de gobierno. Hace más de cuatro años sus documentos ya se referían a la
necesidad de modificar la matriz neoliberal del diseño institucional del Banco Central,
proponían la reformulación integral del sistema previsional y enfatizaban la importancia de
políticas como la Asignación Universal por Hijo. A su vez, cuestionaron la situación del
Indec y, más precisamente, del índice del precios al consumidor, y colaboraron en el
esclarecimiento conceptual del prolongado debate alrededor de las retenciones –para
diferenciar tipo de cambio – y la apropiación de la renta de la tierra.
UNIDAD 4
Contenidos
Elementos sociológicos para pensar la noción de cultura. Cultura de masas. Medios de
comunicación social. Homo videns. Cultura y poder. La producción de realidades sociales
en los medios de comunicación. Cultura dominante y subalterna. La microfísica del poder.
Bibliografía

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Wright Mills (1966); La Imaginación sociológica; Fondo de Cultura Económica;
México- Cap l “La promesa”
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Algunas notas sobre los medios de
comunicación – Daniel Friedman y Emiliano Álvarez
Artículo de la guía UBA XXI (2003) El laberinto de la cultura –Sara Lifszyc
Artículo de la guía UBA XXI (2003) Cultura de masas ¿máscara de un rostro?Marisa Iacobellis
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


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

Foucault, M... (1983) Vigilar y castigar; Siglo XXI; México Cap. 3 “El panoptismo”
García Canclini, N. (1985) Cultura y poder, en Revista Espacios 1ro 2. Facultad de
Filosofía y Letras; UBA. Buenos Aires
Borrel Juan José (2009) Un lugar para el acontecimiento: pensar la sociedad a
partir de las nuevas tecnologías de la comunicación e información. En Teoría
Sociológica- Varios autores-Libros del Sur
Muraro Heriberto- (1991) Poder y comunicación Cap. La publicidad política (y la
política de la publicidad en la Argentina –Ediciones Letra Nueva
Sartori G. (1998); Homo videns, la sociedad teledirigida; Taurus Pensamiento;
España- (Págs. Selección)
Lechner Norberto- (1995) Los patios interiores de la democracia. Subjetividad y
Política - F.C.E. Chile – Cap. 2 “Estudiar la vida cotidiana” (Págs. 39 a 59)
Orientación bibliográfica
Para comenzar esta unidad veremos el texto de Wright Mills, La promesa en “La
Imaginación Sociológica”. Este autor plantea a la imaginación sociológica como una
cualidad mental necesaria para poder articular lo particular y lo general y establecer las
relaciones pertinentes entre estos dos planos del análisis.
Aplicando esta cualidad podemos establecer las relaciones entre cultura y el poder
que configuran dos dimensiones significativas de la realidad social y se manifiestan en la
vida cotidiana en y a través de las diversas relaciones y prácticas sociales.
En los procesos de socialización - inclusión y pertenencia- los “particulares”
incorporan los diversos saberes que corresponden a un grupo, comunidad, estrato o
clase, según el espacio ocupado en la división del trabajo. En una palabra, adquieren las
habilidades necesarias para su reproducción como tales, dentro de una sociedad concreta
y desde el lugar asignado por su “historia biográficamente determinada”.
El imaginario cultural es representación y simultáneamente fuerza y motor para la
acción, las fija y las cristaliza al mismo tiempo que impulsa y moviliza a los colectivos
sociales. Desde esta perspectiva la cultura es inseparable del imaginario y éste de las
relaciones de poder. Por lo tanto la relación entre cultura y poder aparece como las caras
de una misma moneda, inseparable la una de la otra.
El poder concebido como concepto vinculante expresa la existencia de relaciones
sociales, asimétricas, de desigualdad, de subordinación. A su vez las prácticas sociales
expresan relaciones de poder, de orden y estas se transmiten y de difunden de
generación en generación a través de mediatizaciones que van desde las relaciones cara
a cara, hasta las impersonales o masivas.
En los procesos cotidianos de socialización los individuos particulares adquieren e
incorporan los diversos saberes que corresponden a su grupo, comunidad, estrato o clase
social, van adquiriendo las habilidades necesarias para su reproducción como seres
sociales. Estos saberes van constituyendo la cultura y remiten a un nivel expresivo y
creativo, es el universo de los símbolos y significaciones colectivas en el que los
individuos ser reconocen como pertenecientes a un todo social.
En el texto de Foucault usted encontrará una concepción de poder
posestructuralista, recuerde que usted leyó en la unidad anterior a Althusser
representante de una corriente estructuralista en ciencias sociales. Foucault analiza el
problema del poder, desde la su concepción de la microfísica. El poder concebido como
concepto vinculante expresa la existencia de relaciones sociales asimétricas, de
desigualdad, de subordinación, en síntesis de relaciones sociales de sujeción.
43
Con los distintos textos, podrá analizar a su vez que las prácticas sociales en este
caso las de comunicación, expresan relaciones de poder, de orden y estas se transmiten
y se difunden a través de mediatizadotes que van desde las relaciones cara a cara, hasta
las impersonales o masivas. Esta transmisión penetra en el entramado social, emerge de
la vida cotidiana de manera casi imperceptible, valiéndose además de medios que los
difunden masivamente.
Los medios de comunicación que pasan por la palabra oral, escrita, el sonido y la
imagen, no sólo se convierten en difusores, sino que inciden en el conjunto social, en las
prácticas y en la producción de saberes.
El texto de Sartori agrega un ingrediente interesante a nuestro análisis ya que
plantea que con la cultura de la imagen se está produciendo un cambio antropológico , el
homo videns estaría reemplazando al homo sapiens, y entre otras cosas la video política
estaría reemplazando a la política tradicional.
Por último se trabajará con un texto de Lechner que vincula la vida cotidiana con el
ámbito político, en donde se podrán articular los distintos temas de la materia.
Claves de autoaprendizaje
Al finalizar esta unidad deberás tener en claro lo siguiente:
 La imaginación sociológica como cualidad mental
 Significaciones de los conceptos de cultura.
 Relaciones de la cultura con el poder
 Relaciones de los medios de comunicación con la cultura
 Nexos entre los medios de comunicación y el poder
 Cultura hegemónica, culturas subalternas.
 La concepción microfísica del poder
 La vida cotidiana y la política
Ficha de Cátedra Nro. 4
Resumen de la ficha de Sara Lifszyc La imaginación sociológica de C.Wright Mills UBA
XXI
La imaginación sociológica de Wright Mills
Objetivo: Explicar la importancia de la imaginación sociológica en el análisis de la vida
cotidiana
Partimos de las siguientes preguntas:
1) ¿Por qué pensamos que las dificultades por las que atravesamos son producto de
nuestra “capacidad” o “incapacidad”?
2) ¿Por qué tenemos dificultad de captar y relacionar nuestras historias individuales
con la sociedad en la cual vivimos?
3) ¿por qué la relación que poseemos con nuestro medio social amplio se oculta a
nuestra percepción?
En nuestra vida cotidiana actuamos, participamos y nos desarrollamos, asumimos
roles, sostenemos creencias y emitimos opiniones sobre diferentes aspectos de la
“realidad”, experimentamos sensaciones, emociones, sentimientos…Nos enfrentamos a
diario con dificultades que intentamos resolver de la mejor manera posible. Nada de ello
nos sorprende, pues así es la vida. Pero cuando los resultados de nuestros actos no
condicen con nuestras expectativas, tratamos de analizar e identificar las razones y
circunstancias que nos condujeron a errores. En esos momentos, nuestra mirada y
pensamiento se vuelven hacia nosotros, atribuimos nuestros “destinos” a factores
44
personales e individuales. Esta forma de actuar, este tipo de pensamiento conllevan la
sensación de frustración e impotencia.
Sin lugar a dudas, nuestras características personales juegan un papel importante,
pero muchas veces los resultados no sólo dependen de nuestras capacidades sino de las
condiciones y oportunidades presentes en el contexto social. Y, más allá de nuestras
intenciones y predisposiciones, no podemos modificar los cursos de acción.
Desde que nacemos nos encontramos en y con un mundo concreto y estructurado
en universos materiales y simbólicos impregnados de sentido que es anterior a nosotros.
En forma casi “natural” vamos asimilando e incorporando ese legado histórico que nos
guía y orienta, al mismo tiempo que recreamos las condiciones socio históricas (y
también, hasta cierto punto, las alteramos) con nuestras acciones. Este movimiento
continuo y envolvente de acontecimientos y acciones, de normas y modos de
comportamiento no es casual, está en consonancia con el contexto social al que
pertenecemos. Entonces, ¿por qué no podemos conectar “nuestros destinos” con el
contexto social en el que estamos incluidos? ¿Por qué no reconocemos en nuestras
decisiones, valoraciones, expectativas y costumbres, la impronta social?
Wright Mills señala que los hombres perciben las dificultades pero no pueden
comprenderlas ni reconocerlas, no comprenden cómo su biografía, su contexto y la
historia pueden incidir en sus destinos. Una de las razones es que, en la vida cotidiana, lo
que los hombres “saben” y “hacen” es aquello por ellos conocido y experimentado, es lo
inmediato y lo familiar. Lo social es lo “otro”, lo escindido y que sólo existe en tanto “dato”.
En tal sentido, también los cambios que operan en el seno de las sociedades, son
visualizados como “impersonales”, y alejados de nuestras vidas. Esta visión que divorcia
“el pequeño mundo de El Mundo, dificulta develar el sentido y significado de los “éxitos y
de los fracasos”. En la vorágine de nuestra vida cotidiana no podemos “descubrir” ni los
condicionamientos sociales ni el impacto que producen sobre nuestras vidas. Esta
dificultad, originada en el “desconocimiento” de las relaciones entre nuestras vidas y “el
curso de la historia, no es una falencia innata atribuible a “nuestra naturaleza”. Es el
resultado de una construcción social heredada, propia de las sociedades modernas, que
oculta las relaciones entre las personas y su sociedad y sólo se revela una imagen del
individuo disociado y antagónico a aquella.
Con el advenimiento de la modernidad, las sociedades se han hecho más
complejas, las relaciones entre el individuo y su sociedad se fueron mediatizando por
instituciones diferenciadas tanto en lo social, en lo político como en lo económico. Las
posibilidades de desarrollo de los individuos dejan de estar determinadas por y con el
“nacimiento”, que pasa a convertirse, en lo formal, en un mero factor accidental. Tampoco
se encuentra ya en relación directa con la sociedad. La tradición deja lugar a las normas y
valores universales, la adscripción a la efectividad y el “mundo acabado” en el que el
hombre se encuentra en contacto directo. Este proceso de diferenciación e individuación
fue estructurando una visión del individuo alejado de su sociedad, alejado de las
condiciones concretas de su existencia. Sus destinos ahora parecen depender sólo de
sus capacidades y habilidades para sobrevivir y reproducirse, lo colectivo, lo social
“parece” diluirse y el individuo para a ser el protagonista principal.
Sin embargo, y a pesar de estas apariencias y vivencias, los cambios y las
transformaciones se registran con mayor intensidad y nitidez en la vida cotidiana de las
sociedades modernas, modificando los aspectos más íntimos y personales de nuestra
existencia. Experimentamos cambios en nuestras relaciones laborales, familiares y de
pareja, en nuestros ritmos cotidianos, en las formas de consumo, en la moda, en las
relaciones sociales, etc. Observamos la aparición de relaciones virtuales, cambios en los
roles sexuales, cambios en casi todos los órdenes de nuestra vida.
No obstante no podemos “darnos cuenta” de que muchas de las aflicciones,
preocupaciones y dificultades que a diario experimentamos están en consonancia con los
cambios estructurales. En consecuencia, se plantea una situación paradojal: por un lado
45
vivenciamos y experimentamos los cambios en nuestra vida cotidiana, pero –al mismo
tiempo- experimentamos a la sociedad como “externa” y alejada de nuestras vidas. ¿Es
posible superar esta paradoja? ¿Cómo hacerlo?
La imaginación sociológica es la capacidad mental que permite develar y captar las
conexiones existentes entre las trayectorias de los sujetos sociales con su tiempo, y
desmitificar el absolutismo de la individualidad, el silencio y soledad en que se forja el
destino de los sujetos como sujetos sociales.
Para poder acceder y desarrollar la imaginación sociológica es necesario poner
entre paréntesis a la cotidianeidad, al conocimiento familiar y de “sentido común”, dejando
de lado la reflexión autocentrada en la inmediatez. Entonces será posible captar “la
historia y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad”, “el escenario
histórico” y sus significados dentro de los cuales se constituyen nuestras experiencias
vitales”. Es el camino hacia la homogeneización, en términos de Agnes Heller, que implica
elevarse por encima de las constricciones que las “necesidades de la existencia” nos
limitan en la vida de todos los días. Sólo mediante el desarrollo de dicha característica
mental los individuos podrán captar los nexos entre ellos y la sociedad y comprender el
mundo en que viven y apropiarse de sus destinos.
La imaginación sociológica, según Mills, permitirá a los hombres obtener una visión
de las peculiaridades de su existencia y a la vez una visión de su tiempo, de las
condiciones de posibilidad o dificultad que los grandes cambios introducen en la vida de
los sujetos sociales. Es el ir y venir del aquí y ahora hacia el pasado, es saltar de lo micro
a lo macro para comprender la “tipicidad de una época” y de los sujetos en tanto actores
sociales, en tanto productores de sentidos e identidades.
Señalamos que lo social se entreteje con lo individual y viceversa, que las
“personas tenemos dificultades para comprender la conexión entre lo individual y lo social,
en consecuencia, las preguntas que surgen son: ¿Cuál es el límite entre lo social y lo
individual? ¿Cuándo una problemática es personal y cuándo se transforma en social?
¿Qué elementos, factores y circunstancias determinan que un problema sea personal o
social?
Una primera respuesta de “sentido común” podría ser: cuando afecta a muchos
individuos, cuando las circunstancias y problemas se hallan generalizadas en nuestro
contexto diario. Si bien es difícil establecer límites claros entre ambas cuestiones, entre lo
individual y lo social, entre lo público y lo privado, Wright Mills ofrece una pisa: afirma que
otro de los rasgos de la imaginación sociológica es diferenciar las problemáticas
personales de las referidas a la estructura social, a partir de dos conceptos: el de
inquietud y el de problemas. Para él, las inquietudes son aquellas que “se presentan en el
carácter de un individuo y en el ámbito de sus relaciones, y los problemas son aquellos
que se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del
ámbito de su vida interior”.
Ejercitar la imaginación sociológica nos permitirá entonces construir una visión
diferente de lo social, “al pensar tomando distancia frente a las rutinas familiares de
nuestras vidas cotidianas para poder verlas como si fuera algo nuevo”. Este ejercicio no
solo está reservado a los expertos y a los sociólogos, sino a todos aquellos que están
preocupados e interesados por la problemática social y por su realidad actual y futura.
Actividades de aprendizaje
Actividad 1
A continuación se transcribe un extracto del artículo aparecido en Le Monde Diplomatique
del mes de mayo del 2010, en el mismo usted podrá aplicar lo analizado en el texto de
Wrigth Mills.
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Argentina, 200 años después
Un fenómeno con amplia aceptación política
Por Marcelo Fabián Sain
LA CORRUPCIÓN POLICIAL
En Argentina, un conjunto de factores estructurales favorecen la existencia de la
corrupción policial como práctica-dispositivo: manipulación política, prebendas
institucionales, presupuestos deficientes, falta de controles, condiciones laborales
precarias. Se trata de un fenómeno sociológico más complejo e intrincado de lo que
la perspectiva moralista supone.
La especialista Susan rose-Ackermann define a la corrupción como “el uso
incorrecto del poder público para obtener beneficios privados” y sostiene que toda
administración pública conlleva o da lugar a un conjunto de “oportunidades de corrupción
(Susan Rose-Ackermann, La corrupción y los gobiernos. Causas, consecuencias y
reformas, Siglo XXI de España Editores, Madrid, 2001, Pág.125), lo que en el caso de la
institución policial adquiere ribetes particulares y, a veces, trágicos. Los márgenes de
discrecionalidad y de selectividad funcional constituyen un rasgo institucional insoslayable
del trabajo policial. Cuando las policías no cuentan con sistemas eficientes e integrales de
selección y capacitación del personal, ni mecanismos eficaces de control de desempeño y
legalidad, ni condiciones de trabajo adecuadas a la labor que desarrollan, ni tampoco
sistemas y procedimientos dinámicos de conducción institucional y operacional, entre
otras condiciones, aquella discrecionalidad/selectividad brinda una oportunidad de
corrupción cierta.
Por su parte, el especialista estadounidense Herman Goldstein considera a
la corrupción policial como el “mal uso de la autoridad de parte de un policía de manera
de producir ganancias personales para él o para otros”, abarcando tanto las “ganancias
monetarias” como la obtención de “servicios recibidos, estatus, influencia, prestigio o
apoyo futuro al policía o a alguna otra persona”. Por lo tanto, la corrupción policial no
solamente comprende el soborno efectivizado mediante la aceptación de algún valor o
ventaja personal que no estaba autorizado a recibir sino que también entraña la comisión
de delitos graves como los hurtos, robos o asaltos o el encubrimiento o la protección de
delincuentes o redes delictivas. Entretanto, es necesario distinguir la corrupción policial de
los abusos policiales en la medida en que éstos comprenden excesos de autoridad pero
sin que medie la obtención de ganancias personales. Sin dudas, en muchas ocasiones, la
obtención de ganancias personales o grupales puede concretarse mediante el uso ilegal,
arbitrario o abusivo de la fuerza o las amenazas de ello, pero en otras ocasiones el uso
inapropiado de la fuerza no incluye la obtención de ganancias personales o grupales.
Progresismo lego
En general, en Argentina, la corrupción policial es percibida como una acción
individual de carácter inmoral y no como lo que es: una práctica institucional ampliamente
difundida y legitimada que tienen lugar y se desarrolla en el marco de un dispositivo
corruptivo articulado en función básicamente de la reproducción de un sistema de
recaudación ilegal de fondos provenientes de actividades irregulares o delictivas
protegidas o reguladas por la propia institución policial o algunos de sus sectores o grupos
integrantes.
Aquella perspectiva trivial, y lega, de la corrupción policial adquiere mayor
relevancia en el ámbito del progresismo político y académico. En esa tribu prima una
notable destreza conceptual y teórica para dar cuenta, por ejemplo, de por qué y cómo un
niño indigente y marginalizado se convierte en “pibe chorro” y, más tarde, quizás, en un
ladrón profesional. Pero no hay relatos sociológicos análogos para explicar por que y
cómo un joven policía honesto se transforma, al tiempo, en un policía abusador, violento o
corrupto. Y, peor aun, por que ocurre con muchos policías, en las mismas condiciones y
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con las mismas particularidades fenoménicas. En ese enfoque baladí, la corrupción
constituye un comportamiento congénito y esperable de todo policía y no una práctica
ampliamente extendida resultante del pronunciado deterioro institucional de las policías,
de la precarización laboral de los trabajadores de la gorra y de la perversa ausencia de
conducción política.
Esta falta de imaginación sociológica opaca la complejidad que presenta el
fenómeno de la corrupción policial. Suponer que éstas constituyen un acto individual de
elección racional derivado de la licuación de las inhibiciones morales o del relajamiento de
los controles institucionales impide dar cuenta tanto de los matices y diversidades de la
cuestión así como de las condiciones estructurales que favorecen su reproducción como
práctica/dispositivo institucional.
En Argentina, la corrupción policial (….) constituye una problemática favorecida o
determinada en general por un conjunto de condiciones institucionales reproducidas
ampliamente por un largo período de tiempo. Esas condiciones derivan del tipo de
estructuras de mando, las formas de organización y despliegue, las modalidades de
desarrollo de las acciones y operaciones policiales preventivas o investigativas así como
también de la significativa insuficiencia de fondos presupuestarios asignados a las policías
y del deterioro de la profesión policial resultante de las paupérrimas condiciones laborales
del policía, de la falta de medios de trabajo adecuados, de la ausencia de capacitación
profesional, de la desmejora notoria del salario y de las condiciones de vida familiar del
policía. (….)
Actividad 2
En el artículo de Sara Lifszyc “El laberinto de la cultura” se plantean algunas dificultades
para definir de manera precisa el concepto “Cultura”, establezca cuales son esas
dificultades y cuales son las dimensiones importantes para clarificar este concepto
polifacético.
Actividad 3
Analice el siguiente artículo de Carlos F. De Angelis, (Sociólogo e investigador de la UBA)
publicado en Página 12 el 10 de marzo del 2010. Busque ejemplos de la masificación en
la producción y en el consumo cultural.
RICARDO FORT O LA ERA DEL VACÍO
Carlos De Angelis sostiene que Ricardo Fort es la manifestación del deseo colectivo de la
admiración del hedonismo como fin en sí mismo, entronizando el culto a mirarse al espejo
y el éxito, convertido en cultura popular, ayuda a comprender algunos aspectos de
nuestra sociedad y su tiempo.
Su imagen tomó por asalto la pantalla televisiva. Sus músculos, tatuajes, cirugías
estéticas, piercing y un ostentoso estilo de vida conformaron la irrupción de un personaje
poco habitual. Su presencia, de la mano de uno de los programas más vistos de la
televisión argentina, confirmó una vez más la tesis del alcance e impacto de la
construcción mediática. Es claro que este personaje es un producto televisivo y la
televisión es una máquina que necesita alimentarse de novedades para lograr impacto en
la audiencia. Pero también es cierto que muchas de las propuestas televisivas, aun
48
aquellas de alta calidad, suelen fracasar en un corto tiempo. No es el caso de Ricardo
Fort que se constituyó velozmente en alguien “exitoso”.
Esta irrupción genera algunos interrogantes sobre las características y atributos, que le
permitieron convertirse en uno de los personajes más comentados para el final del año
pasado. El filósofo francés Gilles Lipovetsky ya planteaba en los tempranos ochenta que
la cultura del neonarcisismo impulsaría un nuevo estadio para las sociedades donde el
individuo se iría desentendiendo de los lazos y valores sociales que dieron contenido a su
rol en comunidad para pasar a estar centrado en sí mismo, en sus logros personales, su
cuerpo. Este planteo, si bien se refería en su momento a los países centrales de
Occidente, sin dudas se puede extender hoy día, en plena globalización capitalista, a los
confines del planeta. A la fuerte politización de los años sesenta y setenta donde todo
parecía posible, le siguieron la despolitización y el retiro de los sujetos de la “cosa pública”
y la falta de interés por los demás. El hombre que desde tiempos remotos se construyó en
torno de sus clanes, sus aldeas y sus comunas rompe lanzas y niega su pertenencia a su
sociedad, pero no la niega desde un acto emancipador, sino desde un acto individualista.
Este modelo cobra especial intensidad en la Argentina de estos días, donde el
hedonismo, los intereses personales y el “mirar el bolsillo propio” parecen ser el
pensamiento hegemónico y devienen en una inusual apatía ciudadana y la imposibilidad
de desarrollar un proyecto común, no por discrepancia sino por omisión. El abandono de
esos grandes generadores de sentido que fueron el Estado-nación, la idea de un mundo
mejor o un hombre nuevo genera un angustioso vacío que se completa con la búsqueda
del placer personal e instalan un principio de presente perpetuo que se fusiona con la
eternización de la juventud. La dieta permanente, los productos light, la ejercitación
constante (que no es el deporte con sus reglas y equipos), las cirugías estéticas, ciertas
búsquedas espirituales, la delgadez anoréxica y hasta la dentadura perfecta son los
imperativos de la dictadura del bienestar personal.
Los medios, especialmente la televisión, enarbolan este estilo de vida como verdad
revelada e imponen los criterios de cómo se debe vivir. Basta con mirar un buen rato las
tandas publicitarias de cualquier canal para apreciar estos discursos que diseñan una vida
moldeada en este pensamiento unidimensional. Ricardo Fort condensa ese deseo
colectivo (colectivo por simple agregación): la admiración del hedonismo como fin en sí
mismo entronizando el culto a mirarse al espejo. Dos elementos adicionales de su
biografía completan esta pintura costumbrista. Por un lado, la recordación continua de que
lo acompañan siempre sus guardaespaldas potencia un virtual halo de intangibilidad. Por
el otro, su remarcado linaje social, por provenir de una familia propietaria de una empresa
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de origen nacional, recuerdan un fracaso, pues se trata de un sector donde la Argentina
depositó en su momento sus sueños y expectativas de un desarrollo industrial autónomo.
Sueños que quedaron sepultados en las políticas económicas de la dictadura y de los
proyectos neoliberales de la democracia, y muy por detrás de los músculos y tatuajes de
su heredero.
La cultura popular marca, como siempre, el ritmo de los cambios sociales, económicos y
políticos. Su lectura atenta y desapasionada puede ayudar a comprender algunos
aspectos de nuestra sociedad y su tiempo.
Actividad 4
En el siguiente artículo de La ventana, del 12 de noviembre del 2008 la docente de la
UNPSJB Silvia Brun analiza el discurso publicitario y la política. Relacione el mismo con el
texto de Sartori, Homo videns
Política y discurso publicitario
Mientras, el discurso publicitario termina formateando la política y a los políticos,
de manera casi imperceptible para la mayoría.
“La imagen publicitaria es franca o al menos enfática”, sostuvo el semiólogo
francés Roland Barthes, en su fundacional análisis de un aviso publicitario de
fideos. Fue revelador, la comunicación publicitaria en el ámbito académico nunca
tuvo buena prensa. Su rol predominante como instrumento del mercado soslayó el
análisis de su menos evidente proceso de inserción en la variedad de discursos
sociales que circulan en los medios. Lo que no está tan claro es su rol en los
demás relatos, donde se cuela por la ventana sin que medien observaciones a su
modo de impregnarlo todo, desde un discurso político hasta un evento familiar.
Si repasamos las maneras de presentación de los candidatos políticos en
elecciones y de los funcionarios en sus funciones, percibimos sin mucho esfuerzo
sus modos de adecuación al formato. Adaptación que no sólo pasa por la lógica
del discurso, sino por la producción de la imagen y la síntesis de lo expresado.
Esas características, propias de la comunicación publicitaria, demandan a la clase
política la necesidad de encajar en los medios con la retórica de la tanda, más
amena y llevadera que el discurso conceptual, considerado para espacios cada
vez más exclusivos. Por otro lado cuenta con la ventaja de reservar “los proyectos
políticos” sólo para el ámbito donde pueden ser contados.
Con el argumento de estar fuera de este registro masificado, los contenidos y la
complejidad de las articulaciones quedan en el fondo y la forma adopta la
presentación de una síntesis que –como en la tanda– apela a las emociones y a
valores de indiscutible universalidad.
Esa modalidad, que atraviesa otros espacios y tiempos, nos permite recorrer el
conflicto del Gobierno con el campo y reconocer el sedimento de conceptos que
incorporó. Imágenes, palabras y gestos de diferentes posturas pero con un común
denominador: la cocina estratégica creativa de la publicidad. El uso intenso de las
figuras retóricas: exagerando o minimizando, mostrando la parte como si fuera el
50
todo, exaltando el detalle, hablando del continente más que del contenido. El rol
mítico de esas metáforas que, ocupando el lugar de los hechos, someten la opinión
a una sola dirección
Y si bien como público de un código bien conocido sabemos explorar el sentido, no
siempre nos tomamos el tiempo de ir al fondo de la síntesis. Este es un trabajo
cada vez más complejo dado que, entrenados como estamos para decodificar, no
siempre advertimos la necesidad de bucear más allá de los límites de la evocación
inmediata. Y en esa complejidad se tejen las tramas que es necesario desenredar
para llegar no sólo al contenido, sino a la intención concentrada en la lógica de su
expresión. De este modo quedan en veredas opuestas conceptos como
distribución de la riqueza y federalización, se reconoce a la escarapela como
símbolo de un sector, la mesa de enlace aparece unificando intereses variados y
hasta el patriotismo se convierte en un valor en disputa. Muchos signos
despojados de su propia historia, con sentidos cambiados o, lo que es peor,
vaciados de sentido.
La combinación de comunicación, diseño, arte, tecnología, encauzada en el código
publicitario destila un esteticismo del que es difícil sustraerse. Es más sencillo
percibir su ausencia que su omnipresencia y, como de este resultado somos
conscientes, la apelación es a despejar esa agradable atmósfera para meternos en
los vericuetos de su compleja producción. Es importante hacer el ejercicio porque
cada vez más naturalizado el mismo, vamos por definiciones como las de Adam
Seifer, el creador de Fotolog, a este diario, quien sostuvo saber lo suficiente de
diseño web “como para entender que la función es más importante que la forma”. Y
si bien refiere a las comunidades virtuales, es una tendencia declarada, la forma
está instalada, vamos por la función que es el mecanismo necesario para
congregar a la mayor cantidad de gente.
Y no por inevitable lo dejaremos de analizar, si no llegará el momento en que no
habrá posibilidades de visualizar su factura e intención. Despertar el interés de los
más jóvenes por recorrer el laberinto de la producción de sentidos es un desafío de
la educación y su compañera entrañable, la comunicación.
Actividad 4
Luego de leer el texto de Michel Foucault, establezca cuales son las características del
poder según la teoría de la microfísica, de que manera se ejerce el poder y que diferencia
encuentra con el poder en la época anterior.
Actividad 5
Lea atentamente el texto de Norberto Lechner “Estudiar la vida cotidiana”, con el cual se
cierra la unidad 5, intente realizar un informe vinculando la vida cotidiana con la política
relacionando este texto con los vistos a lo largo del programa de la materia. Recupere el
concepto de “certezas básicas”, en relación con los procesos de socialización y sentido
común.
Algunas reflexiones acerca de las actividades de aprendizaje
Recorrimos un camino donde usted fue comprendiendo los distintos temas de la materia e
integrando los mismos a la realidad social.
51
Para ello, efectuó actividades donde elaboró comparaciones, pasó por procesos de
generalización, de análisis, etc. En algunos casos, su posición personal le permitió
además, realizar un análisis crítico en torno a distintos temas.
La Sociología y la vida cotidiana han cobrado un sentido en su proceso de construcción
del conocimiento.
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