Hecho y Acto Moral HECHO Y ACTO MORAL Hecho es un acontecimiento en un lugar y en un espacio determinado, ejemplos: un eclipse solar, el conflicto de palestino-israelí, el asesinato del ex candidato presidencial colombiano Luis Carlos Galán. Cuando un hecho se da a conocer se convierte en noticia. Y al ser leído o interpretado puede tener distintos significados. Por ejemplo, para un inspector de policía la muerte de un ciudadano puede significar para un fiscal como la muerte de un terrorista buscado, por un militar sería un positivo como consecuencia de enfrentamiento armado, por un familiar del médico como un acto de prudencia, y desde un código de ética profesional la desatención de un médico de acuerdo con unos protocolos establecidos y un respeto al ordenamiento legal se podría interpretar como negligencia o como falta grave al juramento hipocrático. Es cierto que ante unos hechos, nos indignamos, nos enojamos, y deseamos que no hubieran ocurrido, o los consideramos inapropiados o injustos. Hay otros hechos que son actos del hombre (involuntarios, como los movimientos reflejos de la rodilla al ser golpeada por un martillo) y otros que son actos humanos (regulados por su conciencia –normas subjetivas- o por leyes que comprometen su voluntad. Cuando la interpretación del hecho se hace desde categorías axiológicas se trata de un hecho moral. Esto nos permite plantear la segunda definición. Un acto humano es un hecho moral. Hecho moral es el acontecimiento calificado según la bondad o maldad del actor social. El conjunto de normas y de costumbres que cualifican y dignifican la calidad de vida en términos de proyecto sostenible, que garantiza su continuidad en armonía con el mundo socio ambiental lo llamamos la moral. Para algunos autores la moral y la ética son lo mismo, aunque en la historia del pensamiento humano es posible hacer distinciones. La moral puede entenderse como el conjunto de normas y actos de conducta libre y consciente, a diferencia de la ética, caracterizada como la reflexión sistemática sobre el hecho moral, sobre las normas y costumbres, desde una perspectiva incluyente de la condición de persona, de ciudadanía y de proyecto de trascendencia de orden espiritual. Es revelador que estas distinciones antes que un malabarismo verbal, reflejan los riesgos y las dificultades que se han tenido y se plantean al futuro: ¿Por qué podemos considerarnos de carácter autónomo o cuáles serían las condiciones en las cuáles podemos argumentar nuestra autonomía ante normas y conductas que se nos imponen colectivamente? Desde sus orígenes como campo de conocimiento, la ética partió de la distinción entre el ámbito de la norma y el desarrollo del carácter. Esta legítima distinción abre el campo para el ejercicio de la autonomía y de la trascendencia humana. Fue Aristóteles1 quien introdujo la denominación de Ética para designar lo concerniente a la reflexión sobre el bien y el mal, y a la aplicación concreta que sería la moralidad o "Filosofía Práctica", para referirse a las reglas a que debe someterse el hombre. Según Aristóteles, la virtud es el objeto de la Ética, mientras que la moralidad lo es de la Filosofía Práctica o lo que llamaron los romanos, la Moral. Las traducciones de obras clásicas llevaron a confusiones posteriores. CICERON tradujo la palabra griega "ético" a la latina "moralis", y SENECA llamó a la ética "Philisophia Moralis".2 1 ARISTOTELES, Obras completas en La Ética de Aristóteles /Ttraducida del griego y analizada por Pedro Simón. En http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12482398660132622976846/index. htm Suele suceder que aparezcan estos tres nombres : Etica, Filosofía Moral y Filosofía Práctica, designando, con leves matices de diferencia, la misma disciplina filosófica. Sin embargo, desde la Antigüedad hasta el presente, la expresión Filosofía Práctica no se refiere exclusivamente a lo ético, sino que abarca también la Política, la Economía y el Derecho. 2