Sistemas de seguridad para la bicicleta

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NO SIN MI BICI
Sistemas de seguridad para la bicicleta: la elección de un
antirrobo eficaz
Un motivo frecuente de paranoia para el cicloturista es dejar largo tiempo la
bicicleta sola, especialmente en grandes poblaciones. Un buen sistema de
antirrobo nos permitirá disfrutar con tranquilidad de nuestro viaje y evitar
un disgusto que nos lo arruine.
Aunque son raras las ocasiones en las que nos separamos de la bici, no
debemos escatimar a la hora de comprar un sistema seguro para candarla.
Sólo nos ahorraremos transportar un antirrobo eficaz, que necesariamente
será pesado, si estamos absolutamente seguros de que no vamos a
separarnos de la bici o allá donde las posibilidades de robo son nulas
(regiones remotas o despobladas).
He leído algunos sitios donde recomiendan invertir un 10% del valor de la
bici en el antirrobo. Me parece algo muy poco orientativo. Una bici de
cicloturismo de alta gama puede costar más de 2.000 euros, y no creo que
nadie se gaste 200 euros en el antirrobo. Por el contrario, una vieja bici que
hemos adaptado al cicloturismo por 100 euros no tenemos por qué
exponerla a un robo asegurado con un antirrobo de 10 euros que, en una
ciudad como Ámsterdam, por ejemplo, no duraría ni cinco minutos. El valor
de la bici no sólo es económico, siendo por lo tanto muy subjetivo el asunto
de la seguridad. Para hacernos una idea aproximada, creo que un gasto de
unos 50 euros es inevitable, de aquí hasta donde quiera llegar cada uno en
función de sus posibilidades.
Veamos los tipos de antirrobo del mercado y sus características, de menor a
mayor seguridad:
De cable trenzado. Son los menos fiables. Si el diámetro del cable es
menor de 10 mm (incluyendo la camisa de plástico) se pueden cortar en
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pocos segundos con una herramienta discreta. Son un chiste para
cualquier ladrón de bicicletas. Los de mayor diámetro evidentemente
resisten más, pero se pueden cortar en menos de un minuto con la
herramienta adecuada. Además son poco resistentes a nivel de la
cerradura. En todo caso son preferibles si esta es de llave a los de
combinación.
Normal o espiral, los antirrobos de cable trenzado
son los menos seguros
Articulados (tipo pitón). Algo más seguros, pero no del todo eficaces.
En los baratos es fácil “desarticular” dos segmentos y dejar al
descubierto el cable trenzado, que se puede cortar. Sin embargo, tienen
una imagen más disuasiva que los anteriores. De todas formas, son
inválidos para cicloturismo debido a su volumen y peso.
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Antirrobo pitón, disuasivos
pero pesados y engorrosos
Cadenas de eslabones, tipo moto. Las realmente seguras son muy
pesadas y engorrosas, por lo que se descartan absolutamente para
viajar en bici.
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Los antirrobos tipo cadena
de moto no son adecuados
para cicloturismo
Antirrobo fijo
Fijos al cuadro. Son interesantes para evitar que nos roben la bici en
paradas cortas. Son muy resistentes, pero constituyen sólo un
complemento al antirrobo que ancle la bici a un punto fijo, ya que se
podrían llevar la bici con él puesto. Por lo tanto, no tienen interés para el
cicloturista, excepto si no prevemos separarnos de la bici. Entonces
constituyen un sistema rápido, nada engorroso y no muy pesado para
momentos concretos donde eventualmente no podamos vigilar la bici,
como por ejemplo entrar a un supermercado.
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Tipo “U”, la elección más adecuada
Tipo “U”. Son los más resistentes. Los modelos de gama más alta son
realmente difíciles de forzar. Tienen el inconveniente del precio y de ser
pesados, además de necesitar una estructura de anclaje no muy gruesa
debido su forma, pero sin duda son los que más tranquilos nos pueden
dejar en el momento de separarnos de nuestra bici. Es recomendable
que tengan la longitud suficiente para poder candar también una rueda
junto con el cuadro.
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Tuerca antirrobo para la rueda
Como conclusión, creo que lo más adecuado para el cicloturista es un
antirrobo tipo “U” de calidad (unos 50 euros), a pesar de su peso, o bien un
antirrobo de cuadro si no se prevé dejar la bici sola o viajamos por regiones
despobladas, para un empleo eventual, ya que pesa poco y no ocupa nada
por estar integrado en el cuadro. Y para terminar, ahí van algunos consejos
que incrementan la seguridad de nuestra bicicleta:
Contrariamente a lo que se pueda pensar, es mejor candar la bici en
lugares bien visibles y frecuentados, donde cualquier manipulación
levante sospechas. Si la escondemos, también el ladrón se sentirá al
abrigo de miradas indiscretas y cómodo para hacer su trabajo.
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El antirrobo debe estar alejado del suelo, donde es más difícil
forzarlo, y con el cierre lo más inaccesible posible.
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Es interesante sustituir todos los cierres rápidos de la bici (ruedas y
sillín) por tuercas antirrobo. De lo contrario, además de pasar el
antirrobo por el cuadro también lo haremos por la rueda delantera (la
trasera es más engorrosa de quitar pues lleva la transmisión). Si es
necesario, no dudéis en candar el cuadro y las dos ruedas desmontando
la delantera.
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En Europa se está empezando a usar un sistema de marcado de
bicicletas, similar a una matriculación, que puede tener un efecto
disuasivo, ya que dificultan la venta de bicis robadas. Veremos como
evoluciona el tema.
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