¿Qué Buscan? (Jn 1,38)

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Líneas Pastorales 2009 - 2012
¿Qué Buscan?
(Jn 1,38)
Ficha de Reflexión y Oración Nº 2
1. PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivo que se quiere lograr con este encuentro:
En nuestra reunión anterior, hablamos de renovarnos como cristianos “recomenzando
desde Cristo”. Para hacernos sus discípulos Jesús tiene un método: empieza por preguntarnos: ¿qué buscan? Hoy la invitación es a escuchar esa pregunta, tomar contacto con
nuestras búsquedas más personales y preguntarnos cuánto nos dejamos iluminar en ellas
por Jesús.
(Esta reunión se inserta en lo que plantean las Líneas Pastorales 2009-2012 en la Dimensión 1, Paso1)
FICHA DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN Nº2 / Líneas Pastorales 2009 - 2012
Materiales necesarios:
- Una copia de la presente ficha para cada participante.
- Papel y lápiz para cada uno.
- Oración de la Conferencia de Aparecida.
- Biblia (En lo posible, cada uno la suya).
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Preparación del lugar:
Tener algunos símbolos apropiados como un cirio y la Biblia. Si es posible, tener lo necesario para poner una música suave al momento de reflexión personal.
2. ACOGIDA FRATERNA
Crear un buen ambiente. Siempre es bueno preguntarnos mutuamente sobre “cómo
estamos” para así acogernos fraternalmente.
3. ORACIÓN INICIAL Y MOTIVACIÓN
a. El animador invita luego a un momento de silencio para tomar conciencia y
reconocer que Dios siempre está con nosotros, que su presencia amorosa
es la que sostiene nuestra vida. Decimos: en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo.
b. Presenta luego el Objetivo de la reunión. Puede colocar el título del encuentro a la vista de todos.
c. Invita a invocar al Espíritu Santo espontáneamente o con una oración preparada de antemano, pidiendo que ilumine nuestro corazón, para saber reconocer nuestras verdaderas búsquedas.
d. Invita a entrar en el tema leyendo pausadamente los siguientes Textos de
las OOPP y Aparecida. Solicitar a diferentes personas que hagan la lectura.
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“Nuestro mayor deseo es “recomenzar desde Cristo” para anunciar el Evangelio en los comienzos del tercer milenio. Queremos, además, usar el mismo
método del Señor Jesús, que pregunta siempre antes de ofrecer su salvación,
facilitando un encuentro vital con su persona, que transforma a sus interlocutores en “discípulos misioneros”. Por esta razón, nuestra reflexión se inspira particularmente en el primer encuentro de Jesús con dos de los discípulos de Juan
Bautista. “¿Qué buscan ustedes?” –fue su primera pregunta– y al saber que
buscaban su morada, “vengan y vean” fue su respuesta. Y hoy, como entonces,
reúne a aquellos que lo encuentran en la comunidad de los cristianos. Muy unidos a Él, van siguiendo sus huellas en la historia”. (OOPP 2008-2012, n° 6)
“La naturaleza del cristianismo consiste en reconocer la presencia de Jesucristo
y seguirlo. Ésa fue la hermosa experiencia de aquellos primeros discípulos que,
encontrando a Jesús, quedaron fascinados y llenos de estupor ante la excepcionalidad de quien les hablaba, ante el modo cómo los trataba, correspondiendo
al hambre y sed de vida que había en sus corazones. El evangelista Juan nos
ha dejado plasmado el impacto que produjo la persona de Jesús en los dos primeros discípulos que lo encontraron, Juan y Andrés. Todo comienza con una
pregunta: “¿qué BUSCAN?” (Jn 1, 38)”. DA 244
“El Señor despertaba las aspiraciones profundas de sus discípulos y los atraía a
sí, llenos de asombro. El seguimiento es fruto de una fascinación que responde
al deseo de realización humana, al deseo de vida plena. El discípulo es alguien
apasionado por Cristo a quien reconoce como el maestro que lo conduce y
acompaña”. DA 277
“La salvación aportada por Jesucristo debe ser luz y fuerza para todos los anhelos, las situaciones gozosas o sufridas...” DA 477
e. Luego el Animador/a invita a resumir brevemente las ideas principales que
cada uno captó, sin agregar comentarios. (Para asegurar que todos entendieron los textos leídos).
4. DEJÉMONOS ILUMINAR POR DIOS Y SU PALABRA:
Cada uno toma su Biblia y la abre en Juan 1, 35-39
Uno de los asistentes lee el texto.
El animador hace un breve comentario como el siguiente:
FICHA DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN Nº2 / Líneas Pastorales 2009 - 2012
El evangelio nos cuenta esta experiencia tan hermosa que vivieron Andrés y
Juan. Ellos eran unos jóvenes llenos de inquietudes, de sueños, de anhelos
de encontrar en Dios las respuestas a sus interrogantes más profundas. Ese
día, cuando Jesús les hizo la pregunta “¿Qué buscan?”, los convidó a conversar largo y tranquilos. Ellos le abrieron su corazón. Eran como las cuatro de
la tarde y se quedaron todo el resto del día con Él. El resto del día y toda su
vida.
También nosotros tenemos un corazón que busca. También nosotros podemos estar con Jesús y escuchar su voz por medio de su Espíritu.
Hoy queremos vivir esta experiencia de abrir el corazón al Señor para contarle lo que buscamos y entrar en diálogo con El. Seguramente ya lo hemos
hecho muchas veces. No importa. Siempre es bueno hacer esta experiencia
que nos vuelve a lanzar en el confiado y alegre camino del seguimiento de
Jesús. Él nos hablará en el silencio de nuestro interior y a través de nuestros
hermanos. Para esto vamos a hacer el trabajo personal que sigue:
FICHA DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN Nº2 / Líneas Pastorales 2009 - 2012
5. TRABAJO PERSONAL
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1. ¿Le hablaría de mis sueños y mis anhelos? ¿de mis miedos, mis penas, mis
frustraciones? ¿de mis preocupaciones diarias? ¿o de otra cosa?
En un ambiente de silencio, que puede ser acompañado por una suave música, entra
en tu interior y procura responder, por orden, las preguntas que siguen. Lo que escribas es sólo para ti.
1. Si el Señor me preguntara “¿qué buscas?”, sinceramente ¿de qué le hablaría?
Porque ¿qué busco yo? ¿Qué es lo que realmente me mueve en la vida?1 Intenta
decírselo por escrito al Señor.
2. Esto que tú buscas, lo que escribiste, ¿se lo dices al Señor con frecuencia?
Si no lo has hecho, ¿por qué ha sido?
Y si lo has hecho, ¿te dice algo el Señor?¿Qué?
6. MOMENTO DE COMPARTIR
La invitación es a que cada uno comparta brevemente lo que quiera de lo que escribió.
Primero, sólo escuchamos, dejando entrar en nosotros, con gran respeto, lo que
nos comparten los demás. Cuando han hablado todos los que quisieron hacerlo, el
Animador/a invita a reflexionar en común en base a la pregunta que sigue:
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Puede ayudarnos preguntas como las siguientes:
¿Qué relación tiene Jesús con nuestras búsquedas? ¿Le importan? ¿Sentimos nosotros necesidad de pedirle luz y orientación en ellas?
7. ORACIÓN FINAL
a. Una vez terminado el compartir, el animador invita a orar. Deja primero
un momento para que cada uno pueda expresarle al Señor su Oración
espontánea.
b. Luego, invita a terminar rezando juntos la Oración de la Conferencia de
Aparecida.
Para después de la reunión
1.- Algunas sugerencias para los asistentes:
a. Recomendar a todos establecer un momento personal para releer, profundizar y rezar en casa todo lo que compartimos en el trabajo personal de
hoy.
b. Motivar a aprovechar la “Lectura personal de profundización” que se adjunta en esta ficha.
c. Recomendar a los asistentes compartir con algún sacerdote o acompañante
espiritual, lo que escribieron y reflexionaron en esta reunión.
2.- Determinar cuándo, dónde y a qué hora será el próximo encuentro de reflexión.
(Ojalá con una frecuencia quincenal o, al menos, mensual).
Lectura personal de profundización
Durante la semana, puede ser muy provechoso dejarse un tiempo para releer y repasar los textos que se usaron en la reunión. Aquí proponemos otros textos que nos
pueden ayudar para escuchar lo que el Espíritu de Jesús quiere decirnos.. Los primeros
son de las Orientaciones Pastorales 2008-2012 de los Obispos de Chile y, los demás, del
Documento de Aparecida (DA). Se puede leer sólo algunos o todos, según lo que le
sea más útil y posible a cada uno.
FICHA DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN Nº2 / Líneas Pastorales 2009 - 2012
Después de escucharnos, ¿qué hemos aprendido?
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“Los dos discípulos siguen los pasos de Jesús quien, al darse cuenta, les pregunta: “¿Qué
buscan?”. El Mesías sale al encuentro del ser humano y les pregunta por sus inquietudes y
expectativas. El Salvador redime asumiendo la condición humana, por lo que antes de actuar, pregunta para que le ofrezcamos nuestra libertad y nuestros proyectos. Eso lo saben
bien la Samaritana, el ciego de Jericó, Zaqueo… Los dos discípulos no responden enumerando las cosas buscadas por su pueblo. Ellos buscan al Mesías y el don de la sabiduría
divina. Por eso lo llaman “Maestro”. A su vez le preguntan “¿dónde vives?”, con el clarísimo
deseo de conocer su hogar. La respuesta de Jesús no se deja esperar: “¡Vengan y lo verán!”,
es decir, les ofrece la experiencia de su amistad personal, de su sabiduría…, de “su hogar”
donde es posible encontrar a su Padre. Éste es el método evangelizador de Jesús que la
Iglesia quiere aprender mejor y poner en práctica.
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Así lo dicen los pastores en la Conferencia de Aparecida: “Miramos a Jesús, el Maestro
que formó personalmente a sus apóstoles y discípulos. Cristo nos da el método: “Vengan
y vean” (Jn 1,39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Con Él podemos desarrollar las potencialidades que están en las personas y formar discípulos misioneros. Con
perseverante paciencia y sabiduría, Jesús invitó a todos a su seguimiento […] Su estilo se
vuelve emblemático para los formadores y cobra especial relevancia cuando pensamos en
la paciente tarea formativa que la Iglesia debe emprender, en el nuevo contexto sociocultural de América Latina”.2
Pero, ¿qué encontraron en Jesús esos dos discípulos?, ¿qué los cautivó tanto como para
que pasaran el resto del día con Él, y después dejaran todo y lo siguieran?, ¿qué vivieron
junto a Él que llevaron a otros a su encuentro? No hay que olvidar que no hablaron de
buscar algo, sino a Alguien, lo que explica la pregunta de los discípulos: “Maestro, ¿dónde
vives?” (Jn 1,38).
Jesús los invita a “venir y ver”, lenguaje que significa mucho más que lo que observan los
ojos. “Ven y verás” es la invitación a una experiencia personal de encuentro. Los discípulos,
al entrar en el hogar de Jesús, descubrieron a la persona fascinante del Señor y Mesías. Estar con Él produce un gozo inmenso, escucharlo hablar es encontrar las fuentes de la sabiduría, compartir sus proyectos es sentirse atraídos por la revelación de Dios como Padre, de
la persona humana como imagen de Dios, de la naturaleza como don de Dios para todos,
de los pequeños y de los pobres como destinatarios y protagonistas privilegiados de la salvación… Y más aún, ser invitados a vivir en su morada es algo que supera la expectativa
del oyente, pues sacia los anhelos de cercanía, de intimidad, de profunda amistad. Por algo
esos dos discípulos no olvidaron la hora del encuentro que les cambió la vida para siempre:
“eran las cuatro de la tarde” (Jn 1,39). Por algo esos dos discípulos dejan al Precursor por
el mismo Mesías quien les ha abierto las puertas de su hogar para explicarles que Él es el
camino, la verdad y la vida que ellos anhelan.”3 (OOPP Cech 11 al 14)
2. DA 276.
3. Ver Jn 4, 25; 14,6.
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“Ojalá el mundo actual – que busca a veces con angustia, a veces con esperanza – pueda ...
recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes
o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes
han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo ...” DA 552
“Los pueblos de América Latina y de El Caribe viven hoy una realidad marcada por grandes
cambios que afectan profundamente sus vidas. Como discípulos de Jesucristo nos sentimos interpelados a discernir los “signos de los tiempos” a la luz del Espíritu Santo, para
ponernos al servicio del Reino anunciado por Jesús, que vino para que todos tengan vida y
“para que la tengan en plenitud” (Jn 10, 10)”. DA 33
“La alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como
el Hijo de Dios encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y mujeres
heridos por las adversidades; deseamos que la alegría de la buena noticia del Reino de
Dios, de Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, llegue a todos cuantos yacen al
borde del camino pidiendo limosna y compasión (cf. Lc 10, 29-37; 18, 25-43). La alegría del
discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio. La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una
certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia
del amor de Dios. Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona;
haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer
con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”. (DA 32)
“Benedicto XVI nos recuerda que:
“el discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado
a llevar la Buena Nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado y misión son
como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de
Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En
efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no
hay futuro”. 4
Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluye la opción preferencial por los
pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana”. (DA 146)
4. DI 3.
FICHA DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN Nº2 / Líneas Pastorales 2009 - 2012
“Jesús salió al encuentro de personas en situaciones muy diversas: hombres y mujeres, pobres y ricos, judíos y extranjeros, justos y pecadores…, invitándolos a todos a su seguimiento. Hoy sigue invitando a encontrar en Él el amor del Padre. Por esto mismo el discípulo
misionero ha de ser un hombre o una mujer que hace visible el amor misericordioso del
Padre, especialmente a los pobres y pecadores. (DA 147)
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