fracciones difusas de la inocencia

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Chile . Chile
SANTIAGO . SUDAMÉRICA
fracciones difusas
de la inocencia
Reconstruiraunaahistoria
desde la interdisciplinaridad
plástica, donde el camuflaje,
e l a o c u lta m i e n t o , a e l
fragmento y la yuxtaposición
como estrategias visuales,
planteanalaaambigüedad
y el drama oculto en lo
autobiográfico, la mujer, lo
doméstico y la infancia.
TEXTO francisca medina . historiadora de arte
FOTOGRAFÍAS cortesía de la artista
Remembering Ofelia, 2009, Fotografía digital, impresión lambda, 100 x 120 cm.
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a obra de Elisa García de La Huerta (Santiago, Chile
1983), actualmente en Nueva York, nos sumerge en lo
atractivo de lo espontáneo, lo expresivo y contradictorio.
A partir de sutilezas plásticas surgen cuestionamientos
que dan paso a nuevas lecturas, tributarias de una
multiplicidad de reflexiones que van más allá de una mera
satisfacción visual.
Su trabajo plástico se caracteriza por un carácter pictórico
y versátil; utiliza telas, costuras, grabados, fotografía,
videos y performance. Dentro de esta interdisciplinaridad
es donde se enmarcan diversas estrategias visuales, que
resguardan sus significaciones y nos invitan a deambular
por diversas nociones provenientes de lo autobiográfico.
Así, el espectador establece conexiones con su propia
historia o recuerdos, diluyéndose los límites entre pasado,
presente, sueño o inconsciente.
Sus obras, como “Campos para la Singer”, donde
la confección, la tela y la costura se plasman en lo
bidimensional, o bien sus video-instalaciones -como
“The Pool” (2010), basada en películas super 8 familiaresevidencian ese constate proceso creativo, exacerbación
de gestos, secuelas de lo fragmentario y a la vez
compartido, metáforas de infancia y adultez.
Elisa es su obra, como acto real, revelador, vivenciador de
emociones, expuesto, vulnerable, que trasciende al propio
acto creativo.
Tu quehacer artístico transita por lo
interdisciplinario. ¿Podrías explicarnos estas
transiciones?
Lo pictórico ha sido algo constante en mi obra. De la
pintura, mis imágenes se fueron haciendo más gráficas
en relación a la infancia y lo doméstico, así empecé
a utilizar la costura y el corte como medio, hasta un
momento en que empecé a plantearme preguntas
que eran difíciles de transmitir en algo tan laborioso y
abstracto. De esa manera comencé a hacer fotografías
en un periodo de dos años en el que viajé mucho. No
tenía espacio ni tiempo para estar cosiendo. Esto hizo
que me de cuenta de que lo importante era el proceso
de estos actos. Así comencé a experimentar en video
y performance. Además, me llamaba la atención todo
este material que tenia de mi infancia. Entonces volví a
abarcar este tema, involucrando tiempo y movimiento.
La costura ha mutado a lo que son mis construcciones de
grandes collages tridimensionales, que forman mis videoinstalaciones. Dejar la costura y utilizar sólo alfileres,
responde a la fragilidad y vulnerabilidad que se expresa
en mis fotografías y videos. Todos los medios se van
retroalimentando unos a otros.
¿De dónde provienen las temáticas de tus
propuestas; lo autobiográfico, la mujer, y la
infancia? ¿Qué reflexiones previas te planteas?
Un trabajo deriva a otra idea, algún detalle, soluciones o
frustraciones me inspiran con el objetivo de solucionar
The wonder wheel, 2008, Fotografía digital, impresión lambda, 100 x 120 cm.
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esos problemas, otras veces surge de materiales, lugares
o cosas que van sucediendo en mi vida. En un principio
el paisaje y su experiencia espiritual fue algo constante,
después fue derivando a lo que pasaba dentro de éste
en relación a la casa y a su interior, así surgió la idea
de familia e infancia; qué significaban los traumas, los
juegos y dónde estaban estos límites entre “lo bello, lo
sublime y lo siniestro”.
Posteriormente empecé a relacionar la mujer, el paisaje y
lo secreto a través de lo narrativo y los roces entre ficción
y realidad, a través de las fotografias y lo performático.
De ese modo, empecé a utilizar mi persona y alter ego,
cuestionándome la expresión corporal, en respuesta a
nuestros estados psicológicos y recuerdos concientes o
inconcientes que van determinando el compartamiendo
de la psiquis.
¿Cómo y porqué defines el ser parte de algunas de
tus propuestas visuales?
Para mi son actos reales. Me expongo a experiencias
personales en lugares secretos, a fin de descubrir o sanar
miedos, rabia, pena, angustia, ansiedad, soledad o dolor.
Exploro mis dificultades, estabilidad y vulnerabilidad.
Estas performances son documentadas a fin de
comunicar o conectar al espectador con alguna parte
sensible y cercana a esta vulnerabilidad o fragilidad en su
presente, pasado o inconsciente.
¿Podrías contarnos acerca de “My father´s super 8
film”, como referente de tus video-instalaciones, y
esa delgada línea entre el placer y la violencia? Y,
¿cómo se inserta “Campos para la Singer”, obras
bidimensionales, dentro de tu quehacer artístico?
Desde pequeña vi a mi papá haciendo sus películas.
Después las veíamos en un proyector los fines de semana.
Este proceso me produjo una fascinación muy especial.
La infancia es un tema recurrente en mi trabajo, por lo
que, en un momento, me di cuenta que debía usar este
material.
Desde un principio empecé a leer a Kant y Freud en
relación a la idea de lo familiar, de cara a lo que nos
produce miedo. Con el tiempo esto se ha ido haciendo
más nítido. Ahora me doy cuenta que sigo investigando
lo mismo pero de una manera más simple. El placer y la
violencia como la comodidad e incomodidad, son polos
y a su vez son sentimientos que se cruzan. Esto está
arraigado en nuestra cultura. Mi manera de representarlo
es a través de imágenes de nuestra historia o recuerdos
borrosos de la infancia, donde estos límites están
especialmente difusos.
”Campos para la Singer” ha sido un cuerpo de obra muy
importante por su proceso de confección, literalmente,
que implicaba mucho conflicto; unir y desunir, cortar y
pegar, armar y desarmar pedazos gigantes de telas con
muchas capas; problemas con los que mi obra se sigue
estructurando, por ejemplo en los videos, a través de
capas, corte y repetición, que antes se perdían en su
resultado final. Maneras que siempre hablan de algo que
no calza bien o que tiene diferentes connotaciones.
Hopelessness, 2008, Fotografía digital, impresión lambda, 100 x 120 cm.
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