el fantasma de la ultraderecha recorre europa

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EL FANTASMA
DE LA ULTRADERECHA
RECORRE EUROPA
Alex Fernández'
Va son muchos los países de
Europa donde candidatos o partidos apoyados por el populismo
de derecha han logrado el poder.
Es que estos sectores han sabido
aprouechar las contradicciones
y temores a que se ue sometida
la ciudadanía europea por los
cambios que generan las reformas neoliberales, la globalización y la regionalización.
E
l año 2002 ha sellado el fin del
dominio de la socialdemocracia sobre Europa. En casi todas las encuestas de opinión
y en las elecciones realizadas.
la derecha o las alianzas de centro-derecha han resultado victoriosas. España
y Austria desde hace tiempo son gobernadas por partidos conservadores; Italia y Dinamarca también se encuentran
bajo gobiernos de derecha, apoyados por
partidos populares que es la designación
europea para los partidos de ultradereeha. Hacia la misma dirección se movieron los sufragios de Portugal, Francia, Holanda; y las futuras elecciones en
Alemania (septiembre), parece que no
escaparán al fenómeno de derechización
de la arena política europea.
La revancha de los partidos de derecha se basa en la formulación de una
agenda política con temas que han sido
abandonados por la socialdemocracia o
han sido insuficientemente tratados debido a la aversión de la izquierda a tomar medidas generadoras de desigualdades sociales o conducentes a discriminaciones étnicas, como son la eliminación de subsidios sociales, la flexibil¡/.ación radical del mercado laboral,
y políticas étnico/culturales contra la
inmigración. La socialdemocracia, en
cambio, asumió su reconversión del
keynesianismo al neoliberal i smo bajo
las banderas de la tercera vía que buscaba el equilibrio y la coexistencia entro un Estado de bienestar reducido y la
desregulación global de la economía en
el contexto de la integración económica y la unión monetaria (euro).
Los partidos conservadores incluyen
en su agenda política, además, la necesidad de limitar el poder de la Comisión
Europea y de recuperar un mayor poder
Analista internacional. Universidad de Amsterdam,
de decisión para los estados nacionales,
en nombre de una política europea más
realista.
La introducción del euro fue el último punto de consenso; desde entonces
impera el escepticismo. Por ejemplo, el
canciller alemán ha rechazado los reclamos de Bruselas referidos al déficit del
presupuesto de la República Federal; el
gobierno de Berlusconi, en Italia, ha reiterado sus reservas acerca de los derechos políticos atribuidos a la Comisión
Europea por sobre la soberanía política
de los estados. Y Jack Straw, ministro
de Relaciones Exteriores del Reino Unido, también se ha mostrado partidario
de la reducción de los poderes de dicha
comisión. Todo ello ha puesto de manifiesto que el consenso de las élites políticas europeas, en el cual se basó siempre toda la política de integración sin o
con dudosas consultas nacionales, está
hoy en crisis.1
Por otra parte, al igual que la derecha, los partidos socialdemócratas han
sido incompetentes a la hora de asumir
las consecuencias de los cambios que
Los inmigrantes son
considerados como los
portadores en el largo
plazo de la
balcanización de la
cultura europea, uno de
los argumentos del
brutalmente asesinado
candidato holandés, Pim
Fortuyn.
las reformas neoliberales generan en las
relaciones entre ciudadanía, partidos y
régimen político. Por un lado, el consenso neoliberal ha conducido a la pérdida de identidad de los actores políticos en cuyos partidos los ciudadanos
pueden difícilmente distinguir las diferencias programáticas. Por otro, los partidos deben enfrentar una sociedad civil constituida por ciudadanos transformados en consumidores políticos extremadamente individualistas y que asumen la vida social con una lógica empresarial. Ello obliga a los partidos europeos a enfrentar un mercado político
mediatizado por las empresas de comunicación, convirtiéndose en empresas
que (dado los altos costos que generan
los contratos de estrategas electorales,
agencias de publicidad, etc.) se ven obligadas a operar en forma independiente
de sus militancias o de sus bases de representación social. La tecnocratización
de la vida colectiva, que es inherente a
la ideología neoliberal, ha terminado por
tecnocratizar a los actores políticos, y
este fenómeno es el que se conoce en
Ruropa como desideologización de los
partidos2.
POPULISMO DE ULTRADERECHA
No sólo el consenso neoliberal ha
potenciado el rechazo ciudadano y el
desprestigio de los políticos. También
lo han hecho los efectos de la globalización y regionalización (UE) de Europa,
al dejar al descubierto la impotencia de
los políticos Trente a los cambios implementados por el sistema económico
Respecto de la futura ampliación de la
Unión Europea hacia los paises de Este,
las élites burocráticas de Bruselas
argumentan permanentemente sobre sus
ventajas económicas, pero la ciudadanía
se pregunta reiteradamente sobre sus
costos y rechaza que la integración
asuma sólo la forma de una estructura
económica sin espacio para lo que en su
momento se llamó la Europa social Ver
"Europa monetaria v/s Europa social",
Mensa/e, núm. 4ó6, enero de 1 998.
Ver "Arremetida neoliberal en la
social democracia europea". Mensa/e,
núm. 478, mayo de 1999,
I
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M
r
LÍDERES DEL POPULISMO DE DERECHA
mundial o respecto de las medidas supranacionales tomadas por la eurocracia.
Ello ha creado espacio para lo que se
llama la crisis de ios partidos institucionales que se expresa en la incapacidad de estos para representar la demanda ciudadana. Esta situación es aprovechada por los partidos de uhraderecha y
se refleja en su crecimiento electoral'.
En las últimas elecciones europeas
el populismo de derecha se ha transformado en una corriente política relativamente exitosa, con porcentajes de votaciones que alcanzan entre el 10 y el 20%.
En el debate europeo referido a este crecimiento electoral se habla del ascenso
político del populismo de derecha, cuya
característica común es su capacidad
para movilizar desde la base el descontento social (contra la criminalidad y la
inmigración) y el rechazo a la integración europea. Los inmigrantes son considerados como los portadores en el largo plazo de la balcanización de la cultura europea, uno de los argumentos del
brutalmente asesinado candidato holandés, Pim Forluyn. Por olra parle, el deterioro de los servicios públicos (salud
y educación), resultante de la reducción
de los gastos de los Estados, es denunciado por la derecha populista como una
de las manifestaciones del desinterés de
los partidos institucionales por las demandas ciudadanas.
Es necesario tener en cuenta también
que la ultraderecha europea ha sufrido
profundas transformaciones que han derivado de los cambios sociales y políticos que generó la sustitución del
keynesianismo por el neoliberalismo.
Muchos autores han designado este proceso como una metamorfosis que le per-
Baste recordar además, que la aplicación
de ursa esfrategia de cordón sanitario
como el que en su momento la UE aplicó
a la ultraderecha austriaca también ha
demostrado ser ineFiciente y
contraproductiva. Ver "La ultroderecha
austriaca y la Unión Europea", Mensaje,
núm. 487, marzo-abril del 2000.
Etlo explica por qué sóio el Bloque
Flamenco con Filíp de Winter busca el
establecimiento de lazos políticos que
permitan constituir un bloque político
europeo de la ultraderecha.
Los líderes de la derecha europea tienen diversos orígenes sociales,
políticos y/o profesionales. Así, el holandés Pim Fortuyn, asesinado
antes de las elecciones, fue en su momento un importante académico que asesoró durante años a los más diversos partidos institucionales holandeses, pasando por la Socialdemocracia hasta la
Democracia Cristiana. Le Pen, en Francia, es hijo de una familia de
modestos pescadores; mientras Jórg Haider, en Austria, proviene
de una familia que fue fervorosamente partidaria del nazismo. En
Italia, Silvio Berlusconi descubrió la política no sólo como un
instrumento de enriquecimiento personal sino como un medio
para escapar a los tribunales de justicia. Por su parte, el alemán
Roland Shill saltó a la fama como juez en Hamburgo después de
condenar a 12 años de prisión a una mujer que desvalijaba autos en
dicha ciudad. Con este antecedente logró derrotar en las elecciones
municipales al candidato socialdemócrata en una ciudad en donde
el SPD había gobernado durante cuarenta años.
Otros representantes del populismo de derecha son el belga Fitip
Dewinter, del Bloque Flamenco, a quien, a pesar de sus victorias
electorales en Amberes, el cordón sanitario establecido por los
partidos institucionales le ha impedido asumir el gobierno de la
ciudad; la danesa Pía Kjaersgaard cuyo Partido Popular Danés
posee 22 de los 179 miembros del parlamento danés. En Suiza está
Christoph Blocherque con el Partido Popular Suizo obtuvo el 22,8%
de los votos en las elecciones de 1999. Entre sus puntos
programáticos se encuentra la erradicación de la inmigración, la
criminalidad y la eliminación del lobby judio que denunció las
manipulaciones de los bancos suizos contra los bienes de los
ciudadanos judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras
en Noruega, el Partido del Progreso de Cari Ivar Hagen logró en las
elecciones de 1997 el 15,3% de los votos y ha sido considerado
como el mejor exponente de una ultraderecha que socialmente
tiene adeptos en la clase media, sectores empresariales y en parte
importante de los sectores obreros.
mitió transitar desde su inspiración originalmente fascista a una suerte de
aacionalpopulismo basado en un
neoliberalismo nacionalista (patriótico)4 . Por otra parte, los cambios estructurales implementados por el neoliberalismo obligaron a la ultraderecha a
abandonar el corporativismo y pasar del
culto al Estado nacional al culto del mercado y de los valores de las culturas regionales o locales. Y el 11 de septiembre le proporcionó la posibilidad de sustituir parcialmente el antisemitismo por
el antiislamismo, teniendo en cuenta que
hoy gran parte de los inmigrantes es de
confesión musulmana.
a uuraaerecna recorre turón
EL APOYO ELECTORAL DE LA ULTRADERECHA PROCEDE SU GRAN MAYORÍA DE JÓVENES DIPLOMADOS EN UN RELATIVAMENTE
BAJO NIVEL ACADÉMICO O PROFESIONAL PERO CON MEDIANAMENTE ALTOS SALARIOS. L A GRAN MAYORÍA
DE ELLOS PRACTICA LA VIRTUD DEL TRABAJO COMO EL ÚNICO CAMINO POSIBLE DEL ÉXITO.
(0
C
O
IDENTIDAD Y ULTRADCRLCIIA
Mientras las concepciones de ia derecha populista en lo económico aspiran a la instauración de un ultra
neoliberalismo, en lo social consideran
la necesidad de satisfacer y apoyar las
demandas de la sociedad civil, que conciben como una contrafuer/a destinada
a contener los efectos negativos de la
globalización y regionalización de Europa. Esta nueva forma de ultraderecha
se presenta como un movimiento defensivo de los valores, normas, cohesión y
tradiciones en una conceptualización
conservadora de la cultura de la Europa
Occidental. Ella no apela a la superioridad de la raza blanca y en sus listas
siempre incorpora a miembros de alguna minoría étnica, aunque tampoco cree
que pueda constituir una comunidad
cultural con los inmigrantes. Su apoyo
electoral tampoco proviene de ciudadanos blancos frustrados, desempleados o
socialmente fracasados, como habitualmente se considera en algunas interpretaciones de sectores de la izquierda política. Diversas investigaciones han demostrado que el apoyo electoral de la
ultraderecha procede su gran mayoría de
jóvenes diplomados en un relativamente bajo nivel académico o profesional
pero con medianamente altos salarios.
La gran mayoría de ellos practica la virtud del trabajo como el único camino
posible del éxito y naturalmente es defensora casi patriótica de la libre empresa y la iniciativa privada. Los electores
de este sector, en gran parte, son hijos
de la modernidad y de una sociedad democrática que ofrece al ciudadano las
posibilidades abiertas de movilidad social a cambio del trabajo disciplinado.
Pero la ultraderecha es también el resultado de un conflicto cultural derivado de la contradicción de un ciudadano
cuya identidad ha sido construida sobre
la base de los valores neoliberales que
apelan a un estilo de vida profundamente
individualista y compelitivo, lo que es
incompatible con los intereses colectivos representados por el Estado de bienestar. Este fenómeno es personificado
por un ciudadano medio exitoso que
condena la utilización de los subsidios
y apoyo social del que disponen los
inmigrantes, que por razones de incompetencia lingüística o profesional no logran integrarse al mercado de trabajo.
Esle mismo ciudadano normalmente
considera la inmigración como la importación del desempleo y de conflictos étnicos. El Estado de bienestar
apreciado por las viejas generaciones
como el triunfo del igualitarismo social
y de la igualdad de oportunidades garantizados por el régimen político—
hoy, como resultado de la expansión de
los valores neoliberales basados en el
culto del éxito individual, es considerado por vastos sectores ciudadanos como
un despilfarro de los bienes públicos.DI
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