Principales características de la fianza

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Contenido
Informe especial
Principales características de la fianza
GLOSARIO empresarial
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Ficha Técnica
Autor:Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título:Principales características de la fianza
Fuente: Actualidad Empresarial, Nº 231 - Segunda
Quincena de Mayo 2011
1.Introducción
Las garantías son aquellos mecanismos
que permiten respaldar el cumplimiento de una obligación asumida por una
persona. El sentido de contar con una
garantía es que en caso la obligación no
sea cumplida por el deudor, el acreedor
pueda obtener el cobro de su crédito a
través de la ejecución de una garantía
sobre uno o varios bienes del propio
deudor o de un tercero.
La clasificación más tradicional que se
aplica a las garantías es aquella que
distingue a las garantías personales de
las garantías reales. Esta clasificación se
efectúa en función de la naturaleza de
los bienes sobre los que recae la garantía.
En el caso de las garantías personales,
estamos frente a aquellas garantías que
recaen sobre la totalidad del patrimonio
de la persona que las constituye (garante),
de tal manera que, si se procediera a ejecutar la garantía, el garante deberá responder con todos sus bienes hasta que
se alcance a cubrir la obligación puesta
a cobro. Entre las garantías personales
encontramos a la fianza y al aval.
El segundo tipo de garantías, las reales,
comprende a aquellas garantías en las
cuales se otorga en garantía uno o varios
bienes de manera específica, por lo que,
la ejecución de la garantía únicamente
alcanzará al bien o bienes gravados mas
no al resto del patrimonio del garante.
Entre las garantías reales encontramos a
la prenda y a la hipoteca.
En el presente informe, analizaremos
una de las garantías de mayor uso en las
operaciones comerciales, la fianza.
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2. Definición de fianza
Como ya dijimos, la fianza es una garantía de carácter personal, constituida
con la finalidad de respaldar el cumplimiento de una obligación asumida por
la persona garantizada. Un elemento
primordial de la fianza radica justamente en la distinción que debe existir
entre el obligado principal y el garante
o fiador.
En efecto, al tratarse de una garantía personal el sentido de ésta es que el fiador
respalde con su patrimonio el cumplimiento de la obligación principal, por lo
que, si la fianza fuese constituida por el
mismo obligado principal, el acreedor, en
buena cuenta, no contaría con garantía
alguna.
Ahora bien, el Código Civil peruano
define al contrato de fianza en el artículo
1868° como aquel contrato por el cual
“(...) el fiador se obliga a cumplir determinada prestación, en garantía de una obligación
ajena, si ésta no es cumplida por el deudor.
La fianza puede constituirse no sólo en favor
del deudor sino de otro fiador”.
Nótese que el texto del Código Civil señala con claridad la distinción que debe
existir entre el deudor de la obligación
principal y el fiador, cuando señala que
el fiador se obliga a cumplir determinada
prestación, en garantía de una obligación ajena.
Del texto trascrito del Código Civil podemos desprender otro elemento interesante de la fianza. El fiador puede garantizar
al deudor de la obligación principal como
también a otro fiador, es decir, garantizar
el cumplimiento de la obligación a la
que se hubiera comprometido un primer
fiador.
principal o, en caso se incumpliera
con ésta, frente a quien deberá cumplir el fiador.
b. El fiador. Es aquel que se obliga a
garantizar, con todo su patrimonio,
el cumplimiento de la obligación
principal. De acuerdo a lo expresado
anteriormente, deberá ser un sujeto
distinto al deudor.
c. El deudor. Según hemos explicado,
no es un sujeto indispensable en el
contrato de fianza, pero es común que
intervenga en él. Como es evidente, el
deudor es el obligado al cumplimiento de la obligación principal.
4. Requisitos de validez
Para que el contrato de fianza sea celebrado de manera válida y pueda surtir todos
sus efectos, existen requisitos de validez
que deben ser cumplidos. De manera
general, deben cumplirse los requisitos
de validez requeridos para cualquier contrato, como son sujetos capaces, objeto
física y jurídicamente posible, fin lícito y
la observancia de la forma prescrita bajo
sanción de nulidad.
Asimismo, el Código Civil establece en
su artículo 1871º que el contrato de
fianza debe ser celebrado de forma
escrita, pues de lo contrario carecería
de validez.
La forma escrita exigida debe ser entendida como cualquier forma de documento
en el que conste la fianza, por lo que no
es necesaria la legalización de las firmas
de los intervinientes ni mucho menos
que el documento sea elevado a escritura
pública.
Los sujetos intervinientes en el contrato
de fianza son los siguientes:
Tratándose de personas jurídicas, sus
representantes legales pueden constituir
fianzas siempre que cuenten con facultades expresas para tal efecto1.
a. El acreedor. Es la persona a favor de
quien se debe cumplir la obligación
1 Artículo 1870°.- Fianza de personas jurídicas
Los representantes de las personas jurídicas pueden otorgar fianza en
nombre de sus representados, siempre que tengan poder suficiente.
3. Sujetos intervinientes
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5. Cobertura de la fianza
Como resulta lógico, la fianza debe otorgar la suficiente cobertura como para que
el acreedor pueda obtener el cobro de la
deuda en caso que el deudor incumpla
con su obligación.
Claro está, que tratándose de una garantía
real, como la prenda o la hipoteca, es
relativamente sencillo determinar si la
cobertura de la garantía es suficiente o
no, pues bastará con establecer el valor
del bien prendado o hipotecado y comprobar si ese valor es, por lo menos, igual
al valor de la deuda, aunque lo ideal es
que sea superior.
Pero qué sucede en el caso de la fianza,
en el que la garantía se otorga sobre la
totalidad del patrimonio del fiador, el
cual puede variar en el tiempo, ya que
es posible que el fiador disponga de su
patrimonio con total libertad.
Frente a esta posibilidad, el acreedor
tiene derecho a que el deudor sustituya
al fiador si es que el patrimonio de éste
se ve reducido en tal medida que no sea
suficiente para cubrir el valor de la deuda. También es posible que la fianza sea
sustituida por otro tipo de garantía, como
una hipoteca o una prenda.
Pero si el deudor no sustituye al fiador o
no cubre la obligación con otra garantía
suficiente, el acreedor tiene derecho a
exigir el cumplimiento inmediato de
la obligación, sin importar los plazos
pactados2.
Ahora veamos la situación del fiador. En
la medida que el fiador se obliga a garantizar el cumplimiento de la obligación
del deudor, es natural que su obligación
no deba ir más allá que la del deudor.
En efecto, el fiador queda obligado
únicamente a cumplir con aquello a lo
que se hubiera comprometido expresamente, sin que dicha obligación pueda
ser mayor que la del deudor.
Si por algún motivo se establece la fianza
por montos mayores a los de la obligación
principal, sólo será exigible el cumplimiento de la garantía hasta el límite de
la obligación principal3.
6. Formas en que puede ser
otorgada la fianza
En el contrato de fianza pueden incluirse
una serie de pactos o acuerdos mediante
los cuales se puede dotar a la fianza de características que favorezcan al acreedor o
al fiador. Así, la fianza puede ser otorgada
con las siguientes características:
2 Artículo 1877°.- Insolvencia del fiador
Cuando el fiador ha devenido insolvente, el deudor debe reemplazarlo por otro que reúna los requisitos establecidos en el artículo
1876°.
Si el deudor no puede dar otro fiador o no ofrece otra garantía
idónea, el acreedor tiene derecho a exigir el cumplimiento inmediato
de la obligación.
3 Artículo 1874°.- Exceso en la obligación del fiador
Si se produce el exceso a que se refiere el artículo 1873°, la fianza
vale dentro de los límites de la obligación principal.
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a. Fianza limitada. La fianza limitada
es aquella en la que se ha establecido
un límite a la prestación del fiador, ya
sea en cuanto al monto o a los conceptos que han sido garantizados. Por
ejemplo, supongamos que el deudor
mantiene frente a su acreedor una
deuda por US$1,000 que se encuentra garantizada por una fianza. La
fianza es limitada cuando el fiador se
obliga a garantizar el pago de la suma
de US$1,000, es decir, una cantidad
determinada. De esta manera, si
como consecuencia del cobro de la
deuda se han generado intereses,
gastos u otros conceptos, el fiador
únicamente responderá por la suma
de US$1,000 a la que se ha obligado,
por lo que el acreedor deberá requerir
al deudor el pago del exceso que se
pueda haber generado.
Como ya dijimos, la fianza también
se puede limitar no en su monto
sino con respecto a los conceptos
garantizados. En el ejemplo anterior,
el fiador puede obligarse a garantizar
el pago del capital de la deuda y de
los intereses, mas no de los gastos y
costos de la cobranza. De esta manera, el fiador estará obligado a pagar
el monto equivalente al capital más
los intereses generados pero no los
gastos y costos de cobranza, los cuales
deberán ser requeridos al deudor.
b. Fianza ilimitada. Éste es el caso en el
que la fianza no ha sido limitada en su
monto ni en los conceptos garantizados,
por lo que, ante el caso descrito anteriormente, el fiador tendría que responder
incluso por los gastos, intereses y demás
conceptos que el deudor tuviera que
pagar y sin importar la suma a la que
asciendan. Pero, como explicáramos
en un punto anterior, el fiador no
estará obligado a pagar más de lo que
deba pagar el deudor.
c. Fianza con beneficio de excusión4.
El beneficio de excusión implica que el
fiador tiene derecho a que el acreedor
deba requerir el pago de la deuda primero al deudor, de tal manera que si
éste tiene bienes con los que cubrir la
deuda, el fiador no estará obligado a
pagarla. Cuando hablamos de bienes
del deudor, nos referimos a bienes
que se encuentren dentro del territorio nacional, que sean susceptibles de
ser ejecutados y cuyo valor alcance el
monto de la deuda. Si esto no fuera
así, entonces el acreedor podrá exigir
el pago de la deuda al fiador.
Debe tenerse en cuenta también que
el beneficio de excusión no procede
4 Artículo 1879°.- Beneficio de excusión
El fiador no puede ser compelido a pagar al acreedor sin hacerse
antes excusión de los bienes del deudor.
Artículo 1880°.- Oponibilidad de beneficio de excusión
Para que el fiador pueda aprovecharse del beneficio de la excusión, debe
oponerlo al acreedor luego que éste lo requiera para el pago y acreditar
la existencia de bienes del deudor realizables dentro del territorio de la
República, que sean suficientes para cubrir el importe de la obligación.
en los casos en que el fiador haya
renunciado expresamente a dicho
beneficio, cuando se ha obligado en
forma solidaria con el deudor o cuando el deudor es declarado en quiebra.
d. Fianza sin beneficio de excusión.
Cuando la fianza es otorgada sin beneficio de excusión quiere decir que
el acreedor podrá requerir el pago de
la deuda al fiador sin necesidad de
recurrir primero al deudor, por lo que
el fiador deberá pagar la deuda sin
importar que el deudor posea bienes
suficientes para cubrirla.
e. Fianza con plazo determinado.
Además del monto, la fianza también
puede ser limitada por su plazo de
duración. Cuando existe un plazo
determinado, la fianza podrá ser
ejecutada por el acreedor hasta
quince días después del vencimiento
del plazo pactado. Para tal efecto, el
requerimiento del acreedor deberá
realizarse por la vía notarial o judicial.
Si dicho requerimiento no es efectuado dentro del plazo de quince días
referido, el fiador no estará obligado
a cumplir con la garantía.
f. Fianza con plazo indeterminado.
Cuando la fianza es constituida sin un
plazo determinado, el fiador puede
requerir al acreedor para que haga
efectiva la fianza. El acreedor podrá
ejecutar la fianza dentro de los treinta
días siguientes a la comunicación del
fiador, si no lo hace dentro de ese
plazo o si desiste del cobro, el fiador
no estará obligado a cumplir con su
obligación.
7. Situaciones especiales de la
fianza
Ahora bien, además de las formas en
que puede ser emitida la fianza, existen
algunas situaciones que requieren de la
aplicación de reglas específicas previstas
en el Código Civil.
7.1.Pluralidad de fiadores
No existe inconveniente alguno en
que un deudor sea garantizado por
varios fiadores. En tal caso, cada
fiador responderá en los términos en
los que se haya obligado, por lo que
asumiendo que cada uno se hubiera
obligado por el íntegro de la obligación, el acreedor podrá exigirle a
cualquiera de ellos o a todos ellos, el
cumplimiento del total de la deuda.
Sin embargo, es posible que los fiadores hayan pactado el beneficio de la
división, en cuyo caso, podrán oponer
contra el requerimiento del acreedor,
que la acción sea reducida al monto
correspondiente a cada fiador y no al
total de la deuda.
Así también, cuando uno de los fiadores
haya cumplido con el pago de la deuda
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garantizada, tendrá derecho a exigirle a
los demás cofiadores el pago de la obligación por la parte que les corresponda.
7.2.Indemnización para el fiador
Producida la ejecución de la fianza, el
fiador tendrá derecho a ser indemnizado por el deudor garantizado.
Esta indemnización debe cubrir el
monto de la deuda pagada por el
fiador, el interés legal generado desde
el momento en que se le comunicó al
deudor el pago de la deuda, los gastos
ocasionados al fiador y cualquier otro
daño o perjuicio que acredite el fiador.
Sin embargo, el fiador pierde el
derecho a la indemnización cuando
habiendo pagado la deuda no se lo
comunique al deudor y éste, por el desconocimiento, también pague la deuda
al acreedor. En tal caso, el fiador podrá
repetir el pago contra el acreedor.
7.3.Acciones del fiador contra el
deudor
El fiador, antes de cumplir con la fianza, puede accionar contra el deudor
para que éste lo releve o, en su defecto, presente garantía suficiente para
asegurar el derecho de subrogación
que le correspondería en el caso de
pagar la deuda.
Este derecho del fiador se puede
ejercer en los siguientes casos:
• Cuando el deudor es citado judicialmente para el pago.
• Cuando el deudor deviene insolvente o realiza actos tendientes a
la disminución de su patrimonio.
• Cuando el deudor se obligó a
relevarlo de la fianza dentro de
un plazo determinado y éste ha
vencido.
• Cuando la deuda se ha hecho
exigible.
7.4.Liberación del fiador
Además de los casos en los que la
fianza no sea ejecutada en los plazos
y condiciones pactadas y previstas
por los artículos 1898°5 y 1899°6 del
Código Civil, existen otros supuestos
que generan la liberación del fiador.
Así, el fiador queda liberado de responsabilidad si el acreedor acepta en
dación en pago del deudor un bien,
aunque luego pierda dicho bien por
evicción.
Se libera también el fiador si el deudor
prorroga la vigencia de la obligación
5 Artículo 1898°.- Fianza por plazo determinado
El fiador que se obliga por un plazo determinado, queda libre de
responsabilidad si el acreedor no exige notarial o judicialmente el
cumplimiento de la obligación dentro de los quince días siguientes
a la expiración del plazo, o abandona la acción iniciada.
6 Artículo 1899°.- Fianza sin plazo determinado
Si la fianza se ha otorgado sin plazo determinado, puede el fiador
pedir al acreedor que cuando la deuda sea exigible, haga efectivo su
derecho y demande al deudor. Si el acreedor no ejercita ese derecho
en el plazo de treinta días después de requerido o si abandona el
procedimiento, el fiador queda libre de su obligación.
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frente al acreedor, sin contar con la
autorización del fiador.
El fiador también se libera de responsabilidad cuando su derecho de
subrogación se vea afectado por actos
realizados por el acreedor, pues ello
implica que de cumplir con la fianza,
no podría repetir contra el deudor y
los demás obligados.
La fianza se extingue también en el
caso de consolidación entre el deudor
y el fiador. Debe tenerse en cuenta
que esta consolidación no libera de
responsabilidad al subfiador.
7.5.Documentos que no constituyen
fianza
Aunque la evaluación de los efectos
de un documento debe realizarse
en función de lo expresado en él, las
normas del Código Civil establecen de
manera general que en el caso de los
documentos que constituyen cartas recomendación o en los que se asegure o
certifique la solvencia de una persona,
no constituyen una fianza.
8. Sobre la carta fianza o fianza
bancaria
La denominada Carta Fianza no es otra
cosa que una fianza otorgada por una entidad bancaria. Por lo demás, sus requisitos, características y demás elementos son
regulados por el Código Civil, siendo de
aplicación todos los elementos descritos
en los puntos anteriores.
Las únicas disposiciones específicas para
las fianzas bancarias o cartas fianza se
encuentran contenidas en el inciso 4 del
artículo 217° y en el inciso 6 del artículo
221° de la Ley Nº 26702 – Ley General
del Sistema Financiero y del Sistema de
Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros.
Estos artículos disponen que las garantías
otorgadas por las entidades bancarias
a favor de terceros no podrán ser de
carácter ilimitado. Por ello, todas las
fianzas bancarias son emitidas de manera
limitada en cuanto a su monto y plazo
de vigencia.
Lo interesante de la fianza bancaria o
carta fianza es que resulta ser una garantía sumamente confiable para cualquier
acreedor, dada la solvencia del fiador, es
decir, del banco.
Por este motivo, las cartas fianza son
preferidas no sólo para garantizar las
operaciones comerciales entre entidades
privadas, sino también en las operaciones
que se realizan entre entidades privadas y
las diversas entidades del Sector Público,
como en los procesos de contratación con
el Estado, en el otorgamiento de licencias
o concesiones, entre otros.
Además, el atractivo de las fianzas bancarias es que, normalmente, son emitidas
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con carácter solidario, sin beneficio de
excusión y de ejecución inmediata al sólo
requerimiento del acreedor.
9. Sobre el aval
Una figura que produce muchas confusiones con la fianza es la del aval. Incluso
coloquialmente, se suele designar a
ambas figuras de la misma forma, como
si fuera lo mismo un fiador que un aval.
Sin embargo, se trata de figuras distintas,
cada una con sus propias reglas y características.
El aval es una garantía personal que se
otorga y consta en un título valor. Se trata,
al igual que la fianza, de una garantía de
carácter personal, pero que se incorpora
únicamente en un título valor, por lo que
su finalidad corresponde sólo a garantizar
las obligaciones incorporadas en el título
valor en el que se ha incorporado y no
es aplicable a otro tipo de actos jurídicos
y obligaciones.
Como tal, el aval se encuentra regulado
por la Ley Nº 27287 – Ley de Títulos
Valores. Al respecto, el artículo 57° de
dicha Ley señala lo siguiente:
“Artículo 57°.- Aval
Con excepción del obligado principal, el
aval puede ser otorgado por cualquiera de
los que intervienen en el título valor o por
un tercero. En el caso de ser uno de los
intervinientes, éste debe señalar en modo
expreso su adicional condición de avalista”.
El aval se incorpora entonces en el título
valor para respaldar el cumplimiento de
las obligaciones señaladas en él.
9.1.Características
• El aval se constituye en el anverso o
en el reverso del título valor o en hoja
adherida a él.
• Para la constitución del aval, se debe
señalar el nombre de la persona
avalada, el nombre, número de documento de identidad, domicilio y
firma del aval y consignar la cláusula
“aval” o “por aval”.
• Si la garantía se constituye en el anverso del documento, se podrá prescindir
de la cláusula “aval” o “por aval”.
• Asimismo, cuando no se señale expresamente a la persona avalada, se
entiende que el aval es constituido
a favor del obligado principal del
título valor o, si fuera el caso, del
girador.
• A falta de indicación del domicilio del
avalista, se presume que domicilia
para todos los fines de ley respecto al
ejercicio de las acciones derivadas del
título valor, en el mismo domicilio de
su avalado o, en su caso, en el lugar
de pago.
• De la misma manera, si no se indica
el monto avalado, se entiende que el
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aval se constituye por el monto total
del título valor.
9.2.Responsabilidad del aval
Existen algunas diferencias fundamentales entre la figura de la fianza y la
figura del aval. Como hemos señalado
anteriormente, la fianza puede ser
emitida con distintas condiciones, en
forma limitada o ilmitada, con o sin
beneficio de excusión, a plazo determinado o indeterminado.
El aval sólo puede ser emitido en una
forma, sin condiciones ni estipulaciones distintas a las señaladas en el
propio título valor para la obligación
avalada. Por lo tanto, el avalista se
obliga en el mismo modo que el
obligado avalado, sin admitir pacto
distinto.
En tal sentido, el avalista no tiene
beneficio de excusión, y puede ser
obligado al pago del título valor en
el mismo orden que el obligado avalado.
El avalista está obligado a responder
por las obligaciones garantizadas
incorporadas en el título valor, aun
cuando la obligación causal que dio
origen al título valor fuera nula. Aunque el avalista sí quedaría liberado en
los casos de defectos en la emisión del
título valor que lo invaliden.
Como sabemos, la obligación causal
es la que da origen al título valor,
como puede ser un contrato de mutuo o de compraventa. Siendo así, la
responsabilidad del aval se mantiene
sin importar que el contrato del cual
se deriva el título valor sea nulo,
pues al igual que el título valor, el
aval existe en forma autónoma. Esto
también implica que el avalista no
puede oponer los medios de defensa
personales que le corresponden al
obligado avalado.
La responsabilidad del avalista se
extiende por el plazo de duración o
vigencia de la obligación garantizada,
de acuerdo a lo expresado en el título
valor. Ello implica que si el título
valor es renovado, se requerirá de la
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intervención del avalista para renovar
también la duración del aval.
Sin embargo, el avalista también
puede otorgar su garantía en forma
indefinida o permanente, en cuyo
caso su intervención no será necesaria
para la renovación del título valor,
pues su garantía continuará vigente.
Para tal efecto, se deberá indicar la
cláusula “aval indefinido” o “aval
permanente”.
Tampoco será necesaria la intervención del avalista ni la cláusula de “aval
indefinido” o “aval permanente”,
cuando se haya consignado en el
título valor la cláusula de prórroga
automática prevista en el artículo
49°7 de la Ley de Títulos Valores.
9.3.Subrogación del aval
En el caso en que el aval sea ejecutado
y se requiera el pago al avalista, éste
se subroga en el tenedor o acreedor
7 Artículo 49°.- Prórroga sin intervención del obligado
49.1 El plazo de vencimiento de los títulos valores puede prorrogarse en la fecha de su vencimiento o aun después de él, siempre
que:
a) el obligado que admitió tal prórroga haya otorgado su
consentimiento expreso en el mismo título valor;
b) no se haya extinguido el plazo para ejercitar la acción
derivada del título valor a la fecha en que se realice la
prórroga; y,
c) el título valor no haya sido protestado o no se haya
obtenido la formalidad sustitutoria, de ser el caso.
49.2 Las prórrogas surtirán plenos efectos por el sólo mérito de
la consignación del nuevo plazo de vencimiento que deje
el tenedor en el mismo título, firmando dicha prórroga o
prórrogas que conceda.
49.3 El cómputo del plazo de prescripción de la acción
cambiaria se reinicia a partir de la fecha de vencimiento de
cada una de las prórrogas.
49.4 La cláusula de prórroga acordada con el obligado principal
en oportunidad de la emisión o aceptación del título surte sus
efectos inclusive frente a los obligados solidarios o garantes
que hubieren intervenido en el título que consigne dicha
cláusula, así como frente a quienes intervengan en el título
valor luego de las prórrogas.
49.5 Procederá la revocatoria de esta cláusula siempre que el
obligado principal o el obligado solidario o sus garantes dirijan
una carta notarial al tenedor, señalándole que no conceda más
prórrogas, desde la fecha de recepción de dicha comunicación
notarial, en cuyo caso el tenedor deberá comunicarle la fecha
de vencimiento que tenga el título valor, quedando impedido
de prorrogarlo. La inobservancia de esta obligación por parte
del tenedor no afecta los derechos de tercero de buena fe,
encontrándose en ese caso el obligado que dirigió la comunicación notarial facultado a realizar el pago antes de la fecha
de vencimiento consignado en el título.
49.6 Además de observar los requisitos señalados en el primer
párrafo del presente artículo, el tenedor sólo podrá prorrogar
a fecha fija y por el mismo importe original del título valor o
monto menor, más reajustes, intereses y comisiones pertinentes según las condiciones que consten en el mismo documento.
Efectuada la prórroga queda facultado a comunicar el nuevo
vencimiento al obligado principal, obligados solidarios y
garantes que hubiere; y, a requerimiento de éstos, deberá
informarles de las prórrogas que conceda.
del título valor y adquiere todos los
derechos, garantías y acciones que
correspondan contra el obligado
principal y los obligados a favor de
éste, según lo expresado en el título
valor.
Ahora bien, no debemos confundirnos y asumir que no se puede constituir una fianza en un título valor. En
realidad, se pueden constituir ambas
garantías personales, tanto el aval
como la fianza. Lo que debemos tener
en cuenta, como ya lo habíamos señalado, es que el aval sólo puede ser
constituido en un título valor, en tanto
que la fianza puede ser constituida
para toda clase de obligaciones.
Por lo tanto, también puede constituirse una fianza para respaldar el
cumplimiento de un título valor. Para
tal fin, la fianza, al igual que el aval
deberá constar en el título valor.
La fianza así constituida, tendrá la característica de solidaria y sin beneficio
de excusión, salvo que en el propio
título se haya señalado lo contrario.
Como se puede apreciar, en el caso
de la fianza sí es posible establecer el
beneficio de excusión, lo que no es
posible para el caso del aval.
El fiador del título valor queda obligado en los mismos términos y plazos
que el afianzado. Pero a diferencia del
aval, el fiador sí puede oponer los medios de defensa que le corresponden
al afianzado contra el acreedor.
10.Precisiones finales
Como hemos visto, la fianza es una alternativa interesante cuando buscamos la
forma de garantizar el cumplimiento de
una obligación, pero la determinación de
una garantía eficaz dependerá de varios
factores, como el tipo de operación, las
necesidades de los sujetos intervinientes,
la naturaleza de los bienes, entre otros.
Cada situación debe ser analizada con
detenimiento a fin de elegir la garantía
que protegerá de manera efectiva nuestros intereses y que no entorpezca la
celebración de los negocios.
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