cultura de carácter intensivo con escasez de capital circulante y, por

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cultura de carácter intensivo con escasez de capital circulante y,
por tanto, con necesidad de acceder al mercado del dinero. Cabe
preguntarnos, en última instancia, si éstos sistemas crediticios sirvieron realmente como modelos de financiación de la agricultura
comarcal o por el contrario deberíamos minimizar sus efectos.
5.1. La conexión entre el mercado de la tierra y el mercado
del dinero
El mercado de compraventa de tierras puede considerarse
como el más importante del sector en la medida que en él se pueden pe^lar los grados de endeudamiento del campesino y, en
consecuencia, los circuitos del crédito. En la Región de Murcia,
el carácter expansivo de la vida económica propiciado por la
ampliación de las superficies cultivadas (tanto én secano como en
regadío), cambios en el uso del suelo y, quizás de efectos más
inmediatos, el desarrollo del boom minero, dio lugar al desarrollo
del crédito hipotecario 5. Si esto fue así para la primera mitad del
siglo XIX, para la segunda el proceso continuó consolidándose
mediante la creacióñ de instituciones de financiación. Pero lo que
aquí interesa es evaluar la conexión entre las transferencias de tierras y su relación con el préstamo hipotecario, para estimar qué
grado de endeudamiento podía darse en el área de estudio. Para
ello he confeccionado un cuadro en el cual muestro las distintas
tasas de participación de aquél, con respecto al total de operaciones de compraventa que se han realizado a lo largo del período.
Se pueden hacer dos consideraciones distintas, la primera está
en relación con la cantidad de préstamos que se realizaron al año y
el total de actas de compraventas de tierras, y la segunda muestra
el porcentaje de superFicie hipotecada con respecto a los totales
que se transfieren anualmente. Según se puede observar, en todos
los años son superiores los porcentajes que pertenecen a la superficie que los relativos al número de operaciones. Por lo que se puede
interpretar que la mayoría de las fincas hipotecadas eran más
extensas que las unidades territoriales puestas en venta. Por ejemplo, en 1900, del conjunto de las operaciones (cv + ph) tan sólo un
5 Pérez Picazo, Ma T(1987b), p. 367.
371
8% eran hipotecas rústicas, porcentaje que contrasta con la superficie atribuida, 25.2%. Podemos afirmar que en 1900 el 25.2% de
las tienas que se comercializaron, y que, por consiguiente, entraban a formar parte de los circuitos del mercado territorial, estaban
hipotecadas. Ahora bien, la importancia del préstamo hipotecario
alcanzó su máximo desarrollo en la etapa 1900-1910, para ir descendiendo paulatinamente. Esto indica que en las primeras décadas
del siglo XX el recurso al préstamo con hipoteca pudo constituir
un medio de financiación agraria en el cual participaban colectivos
muy vinculados al sector. Como más tarde veremos, fue en los
años 1905 y 1910 cuando la presencia de pequeños propietariosjornaleros se hizo más intensa. Del total de las operaciones realizadas un 10.3% y un 12% son préstamos, lo cual indica que aumenta
la capacidad de endeudamiento de estos colectivos y, lo que podría
ser peor, se inicia una peligrosa carrera contra-reloj donde la necesidad de hacer frénte al pago de los intereses más la amortización
del capital, forzaba a incrementar en cierto modo su propia tasa de
autoexplotación.
CUADRO 5.1.
TASAS DE PARTICIPACIÓN DE PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS
CON RESPECTO AL TOTAL DE OPERACIONES DE
COMPRAVENTA. ( En porcentajes)
Operaciones
Años
C-V
Superficie
P-H
C-V
P-H
1900
1905
100,0
100,0
8
10,3
] 00,0
100,0
25,2
34,8
12
1910
100,0
100,.0
20,5
1920
1930
100,0
100,0
4,6
8
100,.0
100,0
18,2
32,1
1940
I 00,0
4,1
100,0
8,8
Fuente: A.P.N.C. Años 1900-1940. Elaboración propia.
Parece evidente que a partir de 1920 se produjo un descenso en términos generales del número de préstamos, disminución que no es acompañada por la tasa de superficie. Pienso
372
que podría deberse a que el colectivo que demandaba estos
créditos se redujo, representado por grandes propietarios y
grupos vinculados al sector industrial (minero-metalúrgico) y
mercantil. Prueba de ello es el porcentaje de superficie atribuida que aún mantiene valores altos. Quizás, el caso más explícito sea el de 1930, donde sólo un 8% de préstamos tiene asignada el 32.1% de la superficie. Pero, ^,por qué se produce una
disminución de las operaciones de préstamo con hipoteca?,
^,no podría deberse a un aumento de la liquidez en términos
monetarios del pequeño campesino, ocasionado por una mayor
y mejor regulación de los mercados de crédito formal? Para
estos años, la consolidación del crédito agrario a través de sindicatos y cajas de ahorros fue un hecho. Ofertando dinero a
precios muy competitivos y desviaron el préstamo hipotecario
que se hacía entre particulares hacia la hipoteca, previa aprobación por los socios de éstas instituciones.
Hasta ahora he relacionado, aunque sólo sea parcialmente,
la conexión existente entre el mercado de la tierra y el del préstamo con hipoteca, pero sin introducir la importante variable
del préstamo usurario cuyos efectos fueron muy intensos a lo
largo del siglo XIX. Las operaciones de crédito que efectuaron
los pequeños prestamistas locales (usureros) son imposibles de
cuantificar, al realizarse la mayoría de ellas mediante pacto
verbal. Casi todas ellas tenían el mismo esquema, los prestamistas concedían los préstamos dependiendo de la "capacidad
de crédito" del aparcero, entendida ésta por la naturaleza y el
valor de los avales que podía ofrecer en garantía 6. Ahora bien,
en estos mercados de crédito informal, la tendencia a la subvaluación de los bienes constituía un elemento esencial de la
extracción usuraria. El aparcero, cuando recurría al préstamo,
ofrecía como garantía un bien que es vital para la subsistencia
del núcleo familiar y, por consiguiente, lo apreciaba por encima
del valor real que tendría en un mercado de concurrencia perfecta. No ocurría lo mismo con el prestamista, que por el contrario tendía a la subvaluación como medio de compensar riesgos de impago. Este pudo ser el ambiente clásico del sistema
del extracción usuraria. He tenido la oportunidad de cotejar el
óBhaduri, A (1987), p. 30
373
inventario post mortem de un prestamista local en donde se
puede comprobar que la participación de los capitales prestados en el conjunto de los bienes alcanzó el 37.9%, porcentaje
que indica el grado de acumulación de la fortuna personal
mediante la usura. Probablemente, la mayor parte de los beneficios procedentes de prácticas usurarias no fueron invertidos
en actividades productivas, sino más bien se inmovilizaron a
través de compras de tierras'.
CUADRO 5.2.
ESTRUCTURA PATRIMONIAL DE MIGUEL GARCÍA SÁNCHEZ.
AÑO 1901
Concepto
Efectivo en metálico
Cartas de obligación personal
Participaciones mineras
Créditos por pagarés
Préstamos hipotecarios
Créditos con pacto de retracto
Bienes inmuebles rústicos
Total
Pta
275
2.89
3.775
8.166
15.750
14.190
65.063
110.114
%
0,2
2,6
3,4
7,4
14,3
12,8
59,0
] 00,0
Fuente: A.P.N.C, Notario Napoleón Terrer. Fuente Alamo. Elaboración
propia.
El valor total de la riqueza patrimonial de Miguel García
Sánchez era de 185.365 pta; la diferencia en 75.251 pta con respecto al total del cuadro correspondía a inmuebles urbanos ubicados la mayoría de ellos en Murcia y Cartagena. Es decir, si
analizamos con detenimiento dicha estructura se puede observar
que la dirección de las inversiones iban dirigidas hacia actividades tradicionalmente rentables y seguras: préstamos usurarios
' Como ha señalado Congost, R(1990), pp. 103-105. Ni la usura, ni el
comercio estimulan por sí solos el desan-ollo económico de una zona determinada. Según esto, la acumulación del beneficio usurario y su retirada de los
circuitos de capitales reproductivos, no iba a ser determinante para el crecimiento de la economía local.
374
con unos intereses que superaban en más de 8 puntos a los préstamos hipotecarios; participaciones en sociedades mineras; y,
por último, inmovilización del capital mediante inversiones en
bienes inmuebles, un 53.6% para urbanos y un 46.4% para rústicos. La finalidad del prestamista era diversificar los riesgos en
sectores económicos estables y duraderos, y de ellos es el sector
inmobiliario el más representativo. Ciñéndome sólo a los bienes
rústicos, éstos lo componían fincas de secano y también de
regadío. En cuanto a las primeras, sumaban una superficie de
96,8602 ha distribuidas en 32 fincas, 3 de ellas con porciones de
riego y el resto destinadas a cereal y arbolado de secano, ubicadas en las diputaciones de Media Legua, Escobar, La Pinilla,
Las Palas y' Cuevas del Reyllo, todas ellas en el término municipal de Fuente Alamo,
Por valoraciones, las firicas de secano alcanzaban 48.625
pta, lo que supuso el 74.7% del total de los bienes inmuebles,
frente a las 16.438 pta, el 25.3°Io, de las de regadío. Las fincas de riego estaban ubicadas en plena zona de huerta, Aljucer y Los Garres, con una característica común: son parcelas
dedicadas al cultivo de la morera, árbol de alta rentabilidad
que encuentra sus años de máxima expansión en las primeras
décadas del siglo XX 8. De todos los bienes que componen el
patrimonio de Miguel García Sánchez, son las parcelas dedicadas a moreral y las participaciones mineras las únicas
inversiones que estan relacionadas con otras actividades productivas. La primera, en conexión con la industria textil, y la
segunda con la minero-metalúrgica, ambas manifiestamente
rentables. Así, la estrategia económica basada en la diversificación del riesgo es patente en este prestamista. Pero pasemos a analizar cómo estaba distribuido el crédito, que es a
fin de cuentas lo que más interesa aquí. De las cuatro modalidades: cartas de obligación personal, pagarés, préstamos
hipotecarios y préstamos con pacto de retracto, son los últimos los más importantes tanto más por su cuantía, 14.190
pta, como por el número de operaciones. El total de deudores
incluidos en esta modalidad ascendían a 11, con una superficie de 59,6909 ha. Es de suponer que dicha extensión podría
e Martínez Carrión, J.M (1989), p. 111.
375
estar contabilizada en su haber y agregada a las tierras de su
propiedad. No aparecen en ningún momento plazos para la
devolución del préstamo, diciéndose textualmente en el inventario, "Mil quinientas doce pesetas y media, ó las fincas
siguientes......". Con esta fórmula, la apropiación de las tierras
por parte del acreedor o de sus herederos estaba asegurada.
En cuanto a los préstamos hipotecarios, cabe destacar el
corto plazo y los elevados tipos de interés, 1 año para la devolución del capital más un rédito que oscilaba desde un mínimo de
10 a un máximo de 14%. Se trataba de porcentajes claramente
abusivos con respecto al préstamo hipotecario formal, ya que
en estas mismas fechas estaba en la ratio de 3 años y al 8%.
Por lo que respecta a los créditos personales por pagarés, y a
pesar de que sólo representaban e17.4% del patrimonio, son los
que involucran a un mayor número de deudores, constituyendo,
junto con los préstamos con "pacto de retracto" y las "cartas de
obligación", las prácticas usureras más representativas. Participan un total de 36 pequeños propietarios-jornaleros que van a
aceptar unos créditos a un tipo de interés sin determinar. Por la
fecha de los pagarés, el más antiguo de 1893 indica que el
prestamista comenzó a realizar esta actividad en los últimos
años de su vida cuando estuvo lo suficientemente capitalizado.
Así, en la medida que nos aproximamos a la fecha de su muerte
mayor frecuencia de pagarés se realizaron. En cuanto a las cantidades, iban desde un mínimo de 30 pta, hasta un máximo de
862 pta. Las cartas de obligación personal (sic) son las que
detentan los tipos de interés más elevados. De las cinco escrituradas, cuatro lo hacen al 15% y una al 13%, con unos plazos
que no pasan del año. Como más tarde se verá al analizar esta
variedad, se trataba de una práctica claramente abusiva, cuya
actividad estaba siendo reducida a aquellos núcleos rurales
donde la presencia de los mecanismos de crédito formal era
muy débil.
Para terminar quiero señalar el radio de acción de este
prestamista, mostrando la procedencia de los prestatarios, lo
cual confirma una vez más hasta qué punto estos personajes
detentaban el monopolio del crédito y, en consecuencia,
podían imponer unas normas que se escapaban del control
oficial. Es de suponer que junto a lo escriturado hubiera un
376
importante número de operaciones realizadas mediante pacto
verbal.
CUADRO 5.3.
PROCEDENCIA DE LOS DEUDORES
Lugar
Fuente Alamo
Media Legua
Cuevas del Reyllo
Escobar
Lobosillo
Cartagena
Almagros
Mazarrón
La Pinilla
Las Palas
Alhama de Murcia
Murcia
Torre Pacheco
%
13,3
11,6
23,3
1 1,6
3,8
3,4
5,0
1,6
8,3
6,6
8,3
1,6
1,6
Fuente: Inventario y avalúo de Miguel García Sánchez 1901. A.P.N.C,
Notario, Napoleón Terrer. Elaboración propia.
Me preocupaba el no disponer de un indicador que estimase el
grado de endeudamiento de la comarca, o al menos de algún
municipio. El problema quedó resuelto, con todas las reservas que
supone el tratarse de un solo año, a través de la consulta de las
Memorias y Estados formados por los Registradores de la propiedad en cumplimiento de lo prevenido en el R.O de 31 de Agosto de
1886. Esta documentación, elaborada por los registradores de la
propiedad, es útil porque además de constituir una fotografía aproximada de la situación de la propiedad territorial, también nos
indica cuál era el grado de desarrollo del préstamo hipotecario y,
por defecto, el del préstamo usurario. Savador Calatayud 9 la utiliza con acierto para evaluar el grado de dependencia con la usura
que había en la Ribera del Júcar, aunque encuentro una importante
limitación en la fuente. Por ejemplo, cuando los registradores
hacen su estadística sobre fincas inscritas y no inscritas tomaban
' Calatayud, S (1989), pp. 48-52.
377
como referencia las listas de los amillaramientos u otras contribuciones rústicas, lo que de momento estaba dando una información
inexacta por los altos porcentajes de ocultación absoluta que
podían darse en dichas fuentes estadísticas. En cualquier caso, es
la única documentación de que dispongo y, al igual que los amillaramientos, debe ser aceptada como un indicador válido.
CUADRO 5.4.
SITUACIÓN DE LA PROPIEDAD INSCRITA EN EL REGISTRO DE
LA PROPIEDAD EN LA PROVINCIA DE MURCIA. AÑO 1886.
(En porcentajes).
Municipios
Propiedad inscrita
%
Propiedad no inscrita
%
Caravaca
Cartagena
Cieza
La Unión
Lorca
Mula
Murcia
62
87,10
33
70
86
68,25
83
38
12,90
67
30
14
31,.75
15
Totana
62
38
Yecla
77,50
22,50
Fuente: Memorias y Estados formados por los Registradores de la Propiedad
en cumplimiento de lo prevenido en la Real Orden del 31 de Agosto
de 1886, Madrid, 1890> vol IV, pp. 86-91.
Cuando al comienzo de este apartado comenté la posibilidad de
una baja tasa de endeudamiento en la comarca, lo atribuía a que al
predominar la explotación indirecta en el siglo XIX no se estaban
dando las condiciones idóneas para el desarrollo del crédito territorial. Los datos que aparecen confirman en parte mi hipótesis.
Según el cuadro, el municipio de Cartagena es el que mayor porcentaje posee de fincas inscritas, 87.10%. A continuación le sigue
Lorca con el 86%, y en tercer lugar Murcia con el 83%. Llama la
atención que sean los municipios donde predominan los secanos
los que arrojan tasas más altas, en contraste con otros municipios
donde predominan los regadíos. El que Cartagena tenga tan sólo un
12.9% de la propiedad no registrada indica que los propietarios ten378
dían a inscribir sus fincas posibilitando de este modo un incremento en la mercantilización territorial. Esto significaba que la oferta y
la demanda de tierras se realizaba dentro de un mercado formal,
donde los inmuebles reunían todos Ios requisitos legales para la
transacción y, por consiguiente, podían acceder al préstamo hipotecario sin ningún tipo de limitaciones. Es aquí donde tiene lugar la
conexión entre el mercado de la tierra y el mercado del dinero.
Ciertamente, a mayor número de fincas inscritas, mayor posibilidad de conseguir préstamos territoriales, y a la inversa, cuanto
mayor sea el porcentaje de fincas no inscritas, descendían las probabilidades de acceder al crédito territorial y, por consiguiente,
aumentaba el procedimiento del préstamo usurario. Pero, además,
se puede sacar una última reflexión: en aquellos lugares donde prevalecía la inscripción de las fincas es también donde se dieron las
mayores tasas de mercantilización territorial.
5.2. Cartas de obligación personal. Un modelo a extinguir
Las cartas de obligación personal sustituyeron a los censos
consignativos, modalidad crediticia característica del período
moderno. Son varios los historiadores que han abordado este
tema coincidiendo en las ventajas comparativas que suponía
para el campesinado el procedimiento censal con respecto al
hipotecario. 10 El sistema censal consistía fundamentalmente en
la entrega de una cantidad de dinero a cambio de percibir una
pensión anual, lo cual llevaba implícito una protección para el
deudor, puesto que no se podía ejecutar la deuda mientras se
pagasen los intereses. Sin embargo, con la carta de obligación
se introducía un nuevo elemento, acortando los plazos y pudiendo ejecutar la deuda si se producía el impago. El que presta
impone el plazo de devolución, prorroga el préstamo sólo si le
interesa y rompe con el interés legal del censo, superándolo con
gran diferencia. En palabras de Fernández de Pinedo ", "La
10 Coinciden en este sentido los trabajos de Fernández de Pinedo, E
(1985), pp. 297-305; Gómez Alvarez, V(1984), pp. 182-193; Pérez Picazo,
Ma T (1987a), p. 12.
" Fernández de Pinedo, E(1985), p. 305.
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