Neoplasia mucinosa papilar intraductal

Anuncio
Actualización
Neoplasia mucinosa
papilar intraductal
Una patología en alza: epidemiología, clínica y evolución pág. 53 Abordaje diagnóstico pág. 58
nombre sección pág. XXX
Diagnóstico diferencial con otras lesiones quísticas del páncreas pág. 64
Puntos clave
El
xxxxx
tratamiento
xxxxcteriza
de
los
por TMPI
una alteración
de rama
de la oxigenación
principal
o mixtosarterial,
y de los
como de
TMPI
consecuencia
rama secundaria
de la
presencia
que
cumplan criterios
de mal pronóstico
(sintomáticos,
xe dilataciones
> 3 cm, con
dilatación
vasculares
del Wirsung o
intrapulmonares
con
nódulos murales)
difusas
es
enresección
la
pacientes quirúrgica.
con
enfermedades hepáticas
crónicas.
El tratamiento
Más raramente,
de
el SHP
losse
TMPI
ha de rama
secundaria asintomáticos,
< 3 cm
xe ydilataciones
sin nódulos
murales
vasculares
es la vigilancia.
intrapulmonares
Se
ha propuestodifusas
realizar
en pacientes
un
control anual
conen
enfermedades
lesiones
< 10 mm,
hepáticas
un
crónicas.
control
cada
Más6-12
raramente,
meses
el SHP
en
lesiones
se hade 10-20 mm y
controles cada 3-6 meses
en lesiones > 20 mm.
La pancreatectomía
con resección
ganglionar es la técnica
habitual en los casos
de TMPI de conducto
principal o en los TMPI
de rama secundaria con
sospecha o confirmación
de carcinoma.
En lesiones de TMPI
de rama principal
de pequeño tamaño sin
sospecha de malignidad
o en los TMPI de rama
secundaria tributarios de
cirugía, pueden llevarse
a cabo resecciones
quirúrgicas más
conservadoras.
Llevar a cabo
un estudio
intraoperatorio de los
márgenes de resección
en muestra congelada
es fundamental para
descartar la existencia de
tumor residual, dada la
naturaleza multifocal de
estas lesiones.
70
Tratamiento y seguimiento
Oriol Sendino García
Hospital Clínic i Provincial. Barcelona. España.
El manejo de la neoplasia mucinosa papilar
intraductal (NMPI) ha ido cambiando en los
últimos años. Por su naturaleza premaligna,
inicialmente estas lesiones fueron consideradas
tributarias de cirugía en todos los casos. Sin
embargo, el mejor conocimiento de la historia
natural de estas lesiones adquirido en la última
década, al que han contribuido los diagnósticos
precoces en pacientes asintomáticos, ha conllevado un cambio en las estrategias de tratamiento y seguimiento.
Indicaciones
para cirugía
De acuerdo con las Guías de Consenso Internacional para el manejo de la NMPI y de la neoplasia mucinosa quística publicadas en 20061,
todas los NMPI de la rama principal y mixtas
(con afección del conducto principal y conductos secundarios) deben ser resecadas quirúrgicamente, dado que presentan una alta tasa de
carcinoma invasivo o in situ sobre la lesión2-5.
Por otro lado, aunque no existen estudios prospectivos, la revisión de los datos publicados en
la literatura indica que la prevalencia de cáncer
invasivo en las NMPI de rama secundaria es
superior en las sintomáticas (hasta el 30%) que
en las asintomáticas (0-5%)6 y, por lo tanto, los
pacientes sintomáticos con estas lesiones deberían ser considerados para cirugía. Las NMPI
de rama secundaria con dilatación del Wirsung
(> 6 mm), con nódulos murales o componente
sólido y/o > 3 cm tienen mayor riesgo de malignizar a medio plazo (12-36 meses), por lo
que también serían tributarias de tratamiento
quirúrgico7-9. En las NMPI de rama secundaria
< 3 cm sin nódulos murales y sin componente
sólido, las guías clínicas aconsejan realizar seguimiento clínico y radiológico10.
Tipo de cirugía
La pancreatectomía con resección ganglionar
es la técnica habitual en los casos de NMPI
de conducto principal o en las NMPI de rama
secundaria con sospecha o confirmación de
carcinoma invasivo. Según la localización y la
extensión de la enfermedad, la duodenopancreatectomía cefálica con o sin preservación
pilórica para tumores de la cabeza pancreática,
la pancreatectomía corporodistal para tumores
del páncreas izquierdo y la pancreatectomía
total en tumores multifocales son las cirugías
propuestas11-13, junto a la realización de linfadenectomía regional.
En NMPI de rama principal de pequeño tamaño sin sospecha de malignidad o en las
NMPI de rama secundaria tributarias de cirugía, pueden llevarse a cabo resecciones más
conservadoras. Se han descrito diferentes técnicas: resección parcial de la cabeza pancreática
con preservación duodenal (técnica de Beger)14,
resección total de la cabeza pancreática con
duodenectomía de la segunda porción (técnica
de Nakao)15, resección parcial de la cabeza pancreática con preservación duodenal y extirpación
del páncreas ventral (técnica de Pedrazzoli)16,
resección del proceso uncinado, resección segmentaria mínima del páncreas en la zona de la
lesión, pancreatectomía dorsal o segmentectomía media en lesiones localizadas en el cuerpo de páncreas17,18, pancreatectomía distal con
preservación del bazo en lesiones localizadas en
la cola de páncreas y pancreatectomía dorsal en
lesiones confinadas al ducto dorsal.
El objetivo de estas resecciones conservadoras
es intentar preservar las funciones exocrinas y
endocrinas pancreáticas. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que las resecciones parciales del
páncreas son técnicamente difíciles, presentan
una tasa no despreciable de complicaciones, entre las que destacan por frecuencia y gravedad
GH CONTINUADA. marzo-abril 2011. Vol. 10 N.º 2
04 Actual 70.indd 70
1/4/11 14:14:11
Neoplasia mucinosa papilar intraductal
Tratamiento y seguimiento
O. Sendino García
las fístulas pancreáticas y la isquemia duodenal
o de la vía biliar, y además existe un riesgo mayor de recidiva tumoral al realizar una resección
parcial del páncreas13.
En caso de sospecha de NMPI de rama secundaria multifocal, la decisión entre realizar una
pancreatectomía total o una resección parcial
debe ser individualizada. Aunque algunos estudios señalan un tiempo de 5-7 años para el paso
de adenomas a carcinomas en NMPI de rama
secundaria18,19, la realidad es que hay muy poca
información al respecto y, por lo tanto, puede
ser igual de razonable realizar una resección total del páncreas o proponer seguimiento clínico
y radiológico, y la decisión deberá tomarse individualizadamente.
Estudio de los
márgenes de resección
Un aspecto fundamental en la cirugía de estas lesiones es el estudio intraoperatorio de los
márgenes de resección. Dado que estas lesiones pueden ser multifocales, no es infrecuente
la extensión de células neoplásicas más allá de
lo que puede observarse macroscópica y radiológicamente, por lo que hay que investigarlas
mediante una sección congelada con estudio
intraoperatorio de los márgenes de resección.
Las Guías de Consenso Internacional1 proponen la siguiente actitud en función del resultado
de los márgenes: si el margen es positivo para
adenoma o lesiones tipo PanIN 1 y 2, no es necesario ampliar la cirugía, dado que se sabe que
el adenoma sin atipias muy raramente degenerará y, por otro lado, las lesiones PanIN 1 y 2 son
hallazgos habituales en la población general. Si
el margen es positivo para atipia (borderline),
deberá ampliarse la resección quirúrgica en
caso de nódulos papilares floridos. Si el margen es positivo para carcinoma in situ o invasivo PanIN 3, deberá ampliarse la resección o
realizar una pancreatectomía total.
Se debe tener en cuenta que los tejidos congelados pueden presentar artefactos que dificulten
la interpretación de los hallazgos histológicos20.
Un problema común es la denudación epitelial,
que hace imposible la evaluación del margen
de resección, y en este caso la mayoría de los
autores proponen ampliar la resección. Por otro
lado, hay que recordar que un margen negativo
no asegura la ausencia de células neoplásicas en
el páncreas restante. Además, es conocido que
una NMPI puede ser una lesión marcadora de
adenocarcinoma en otras zonas del páncreas21,22.
Por lo tanto, deben realizarse todos los esfuerzos preoperatorios e intraoperatorios para determinar lo mejor posible la extensión de la en-
fermedad y la decisión de ampliar la resección
pancreática debe ser tomada de forma conjunta
entre el patólogo y el cirujano tras la evaluación
de los márgenes de resección.
Seguimiento
En las NMPI sin indicación quirúrgica, no
queda bien establecido la periodicidad del seguimiento. Se ha propuesto1 realizar un control
anual en lesiones < 10 mm, un control cada 6-12
meses en lesiones de 10-20 mm y controles
cada 3-6 meses en lesiones > 20 mm (fig. 1). La
técnica de imagen para el seguimiento debe dar
información acerca del tamaño de la lesión, el
tamaño del Wirsung y la presencia de nódulos
murales. La tomografía computarizada (TC) y
la colangiorresonancia magnética (CRM) dan
información acerca de los primeros dos aspectos y la ecoendoscopia (USE) añade información acerca de la presencia de nódulos murales
y permite obtener material citológico.
La frecuencia de recurrencia de la NMPI tras
la resección quirúrgica y su relación con el resultado de los márgenes quirúrgicos (positivo,
negativo o indeterminado) no está clara, dado
que muchas series tienen un seguimiento corto,
pero parece ser de al menos un 7% en las NMPI
no invasivas10. Por este motivo, diferentes autores concluyen que en pacientes intervenidos con
NMPI no invasivas, parece razonable realizar
un seguimiento con pruebas de imagen anualmente y luego aumentar el intervalo en caso de
que el primer control sea normal. Un aumento
del tamaño de la lesión de más de 1 cm en 1 año
se relaciona en muchos casos con degeneración
maligna23. Los pacientes con NMPI invasivas
tienen alto riesgo de recurrencia y deberían ser
evaluados cada 6 meses. Los niveles de CEA
y CA 19.9 no se han demostrado útiles en el
seguimiento de estas lesiones1.
Por otro lado, está bien establecida la relación
entre las NMPI y otras neoplasias no pancreáticas23. Algunos estudios recogen que hasta un
30% de los pacientes con NMPI presentaron
una neoplasia maligna sincrónica o metacrónica
en otros órganos, como estómago, colon, recto,
pulmón, mama o hígado. Por lo tanto, hay que
tener esto en cuenta si el paciente presenta otros
síntomas para descartar otras neoplasias.
Lectura rápida
Todos los NMPI de rama
principal y mixtos, dado
que presentan una alta tasa
de carcinoma invasivo o in
situ, deben ser resecados
quirúrgicamente.
Los NMPI de rama
secundaria con factores de
mal pronóstico, es decir
sintomáticos, con dilatación
del Wirsung
(> 6 mm), con nódulos
murales o componente
sólido y/o > 3 cm son
tributarios de tratamiento
quirúrgico. Los demás
NMPI de rama secundaria
son tributarios de
seguimiento clínico y
radiológico.
La pancreatectomía con
disección ganglionar
es la técnica habitual
en los casos de NMPI
de conducto principal
o en los NMPI de rama
secundaria con sospecha o
confirmación de carcinoma.
En lesiones NMPI
de rama principal de
pequeño tamaño sin
sospecha de malignidad
o en los NMPI de rama
secundaria tributarios de
cirugía, pueden llevarse
a cabo resecciones más
conservadoras.
El objetivo de estas
resecciones conservadoras
es intentar preservar
la función exocrina y
endocrina pancreáticas. Sin
embargo, hay que tener en
cuenta que presentan una
tasa no despreciable de
complicaciones y, además,
hay mayor riesgo de
recidiva tumoral al realizar
una resección parcial del
páncreas.
Otros tratamientos
Algunos estudios han evaluado el uso de la inyección intraquística de etanol como tratamiento ablativo en NMPI de rama secundaria24. En
algunos casos que finalmente fueron intervenidos quirúrgicamente tras la alcoholización, se
GH CONTINUADA. marzo-abril 2011. Vol. 10 N.º 2
04 Actual 70.indd 71
71
1/4/11 14:14:11
Neoplasia mucinosa papilar intraductal
Tratamiento y seguimiento
O. Sendino García
TC/CRM
Lectura rápida
Es obligatorio realizar un
estudio de los márgenes
de resección de la pieza
quirúrgica: si el margen es
positivo para adenoma o
lesiones tipo PanIN 1 y 2,
no es necesario ampliar
la cirugía; si es positivo
para atipia (borderline)
y hay nódulos papilares
floridos, debería ampliarse
la resección quirúrgica; si
es positivo para carcinoma
in situ o invasivo, PanIN
3, deberá ampliarse la
resección o realizar una
pancreatectomía total. En
caso de que no se pueda
evaluar correctamente el
margen, se propone ampliar
la resección.
Por otro lado, hay que
recordar que un margen
negativo no asegura
la ausencia de células
neoplásicas en el páncreas
restante. Además, es sabido
que una NMPI puede ser
una lesión marcadora de
adenocarcinoma en otras
zonas del páncreas.
En las lesiones en que se
decide dar seguimiento, se
ha propuesto realizar un
control anual en lesiones
< 10 mm, un control cada
6-12 meses en lesiones de
10-20 mm y controles cada
3-6 meses en lesiones > 20
mm. La técnica de imagen
debe dar información acerca
del tamaño de la lesión,
el tamaño del Wirsung y
la presencia de nódulos
murales.
En NMPI no invasivas,
parece razonable realizar
seguimiento con pruebas
de imagen anualmente y
luego aumentar el intervalo
en caso de que el primer
control sea normal. En NMPI
invasivas los controles
deberían realizarse cada 6
meses.
72
TMPI rama secundaria
(sin fmp*)
TMPI rama principal
TMPI mixto
TMPI rama secundaria (fmp*)
Seguimiento pruebas de imagen
Riesgo
para cirugía
Bajo
< 1cm
1 año
Benigno
1-2 cm
6-12 meses
2-3 cm
3-6 meses
Alto
• Aumento tamaño > 3 cm
• Crecimiento > 1cm/año
• Aparición fmp*
USE-PAAF
Maligno
Resección quirúrgica
Figura 1. Algoritmo propuesto en el tratamiento y seguimiento de los TMPI. CRM:
colangiorresonancia magnética; fmp: factores mal pronóstico (presencia de síntomas, nódulos
murales, tamaño > 3 cm, dilatación del Wirsung); USE-PAAF: punción con aguja fina guiada
por ecoendoscopia.
evidenció que el epitelio de la pared del quiste
había sido destruido y en otros pacientes en los
que se realizó seguimiento, los quistes desaparecieron sin presentar recurrencia. Sin embargo,
el seguimiento de estos pacientes es muy corto
y es dudoso que haya beneficio con este tratamiento, dado que fue utilizado en pacientes con
lesiones de pequeño tamaño sin signos de degeneración. Las limitaciones de la ablación con
etanol incluyen la naturaleza multifocal de estas
lesiones y el paso potencial de etanol al conducto de Wirsung. Otro estudio25 describió el
uso de Sulindac en 10 pacientes con NMPI de
rama secundaria que cumplían criterio quirúrgico pero rechazaron la cirugía, y se consiguió
disminución del tamaño del quiste y los nódulos intraquísticos, con un seguimiento de 18
meses. Con los datos de que disponemos en la
actualidad, estas modalidades terapéuticas sólo
pueden usarse en el marco de ensayos clínicos.
Bibliografía
• Importante •• Muy importante
1.
Tanaka M, Chari S, Adasay V, Fernández-del Castillo
••
C, Falconi M, et al. International consensus guidelines for
management of intraductal papillary mucinous neoplasms
and mucinous cystic neoplasms of the pancreas. Pancreatology. 2006;6:17-32.
2. Kobari M, Egawa S, Shibuya K, et al. Intraductal papillary
mucinous tumors of the pancreas comprise 2 clinical subtypes:
differences in clinical characteristics and surgical management.
Arch Surg. 1999;134:1131-6.
3. Terris B, Ponsot P, Paye F, et al. Intraductal papillary mucinous tumors of the pancreas confined to secondary ducts
show less aggressive pathologic features as compared with
those involving the main pancreatic duct. Am J Surg Pathol.
2000;24:1372-7.
4. Doi R, Fujimoto K, Wada M, Imamura M. Surgical management of intraductal papillary mucinous tumor of the pancreas.
Surgery. 2002;132:80-5.
GH CONTINUADA. marzo-abril 2011. Vol. 10 N.º 2
04 Actual 70.indd 72
1/4/11 14:14:11
Neoplasia mucinosa papilar intraductal
Tratamiento y seguimiento
O. Sendino García
5.Matsumoto T, Aramaki M, Yada K, et al. Optimal management of the branch duct type intraductal papillary mucinous neoplasms of the páncreas. J Clin Gastroenterol.
2003;36:261-5.
6. Sugiyama M, Izumisato Y, Abe N, et al. Predictive factors for
malignancy in intraductal papillary-mucinous tumors of the
páncreas. Br J Surg. 2003;90:1244-9.
7. Pelaez-Luna M, Chari ST, Smyrk TC, et al. Do consensus
indications for resection in branch duct intraductal papillary
mucinous tumor fo the pancreas. A study of 147 patients. Am
J Gastroenterol. 2007;102:1759-64.
8.Rodríguez JR, Salvia R, Crippa S, et al. Branch-duct intraductal papillary mucinous neoplasms: observations in
145 patients who underwent resection. Gastroenterology.
2007;133:72-9.
9. Tang RS, Weinberg B, Dawson Dw, et al. Evaluation of the
guidelines for management of pancreatic branch-duct intraductal papillary mucinous neoplasm. Clin Gastroenterol Hepatol. 2008;6:815-9.
10. Tanno S, Nakano Y, Nishikawa T, et al. Natural history of
branch duct intraductal papillary-mucinous neoplasms of the
pancreas without mural nodules: long-term follow up results.
Gut. 2008;57:339-43.
11.Lai ECH, Lau WY. Intraductal papillary mucinous neoplasms
of the pancreas. Surgeon. 2005;5:317-24.
12. Falconi M, Salvia R, Bassi C, et al. Clinicopathological features and treatment of intraductal papillary mucinous tumour of
the pancreas. Br J Surg. 2001;88:376-81.
13. Fernández-Cruz L, Olvera C, López-Boado MA, Bollo J,
Romero J, Comas J. Resección conservadora de la región duodenopancreática en el tratamiento del tumor papilar mucinoso
intraductal. Cir Esp. 2006;80:295-300.
14.Beger H, Witte C, Krass E, Bittner R. Erfahrung mit einer
das Duodenum erhaltenden Pankreaskopfresektion bei chronischer Pankreatitis. Chirurg. 1980;51:303-9.
15. Nakao A. Pancreatic head resection with segmental duodnectomy and preservation of the gastroduodenal artery. Hepatogastroenterology. 1998;45:533-5.
16. Pedrazzoli S, Sperti C, Pasquali C. Pancreatic head resection
for noninflammatory benign lesions of the head of the pancreas. Pancreas. 2001;23:309-15.
17.Müller MW, Friess H, Kleef J, et al. Middle segmental pancreatic resection: An option to treat benign pancreatic body
lesions. Ann Surg. 2006;244:909-18.
18. Warshaw AL, Rattner DW, Fernández-del Castillo C, Zgraggen K. Middle segment pancreatectomy: a novel technique for
conserving pancreatic tissue. Arch Surg. 1998;133:327-31.
19. Sohn TA, Yeo CJ, Cameron JL, et al. Intraductal papillary mucinous neoplasms of the pancreas: an updated experience. Ann
Surg. 2004;239:788-99.
20. Salvia R, Fernández-del Castillo C, Bassi C, et al. Main duct
intraductal papillary mucinous neoplasms of the pancreas:
clinical predictors of malignancy and long-term survival following resection. Ann Surg. 2004;239:678-87.
20.
Sauvanet A, Couvelard A, Belghiti J. Role of frozen section
assessment for intraductal papillary and mucinous tumor of
the pancreas. World J Gastrointest Surg. 2010;2:352-8.
21. Uehara H, Nakaizumi A, Ishikawa O, Iishi H, Tatsumi K,
Takakura R, et al. Development of ductal carcinoma of the
pancreas during follow-up of branch duct intraductal papillary
mucinous neoplasm of the pancreas. Gut. 2008;57:1561-5.
22. Ingkakul T, Sadakari Y, Ienaga J, Satoh N, Takahata S, Tanaka
M. Predictors of the presence of concomitant invasive ductal
carcinoma in intraductal papillary mucinous neoplasm of the
pancreas. Ann Surg. 2010;251:70-5.
23. Yamaguchi T, Baba T, Ishihara T, et al. Long-term follow-up of
intraductal papillary mucinous neoplasms of the pancreas with
ultrasonography. Clin Gastroenterol Hepatol. 2005;3:1136-43.
24. DeWitt J, McGreevy K, Schmidt CM, Brugge WR. EUSguided ethanol versus saline solution lavage for pancreatic
cysts: a randomized, double-blind study. Gastrointest Endosc.
2009;70:710-23.
25. Hayashi T, Ishiwatari H, Ihara H, Kawano Y, Takada K, Miyanishi K, et al. Supressive effect of sulindac on branch ductintraductal papillary mucinous neoplasms. J Gastroenterol.
2009;44:964-75.
•
Bibliografía
recomendada
Tanaka M, Chari S, Adasay V, et
al. International consensus
guidelines for management of
intraductal papillary mucinous
neoplasms and mucinous cystic
neoplasms of the pancreas.
Pancreatology. 2005;6:17-32.
Guía de consenso internacional
en el manejo de los TMPI.
Se define y se clasifica estas
lesiones, las indicaciones
para resección quirúrgica y
seguimiento, tipo de resección
quirúrgica y estudio de los
márgenes de resección.
Sahani DV, Lin DJ, Venkatesan
AM, Sainani N, MinoKenudson M, Brugge WR, et
al. Clin Gastroenterol Hepatol.
2009;7:259-69.
Revisión actualizada y
completa del diagnóstico, el
tratamiento y el seguimiento
de los TMPI llevada a cabo
por un grupo con amplia
experiencia mundial en este
campo.
Sauvanet A, Couvelard A, Belghiti
J. Role of frozen section
assessment for intraductal
papillary and mucinous
tumor of the pancreas.
World J Gastrointest Surg.
2010;2:352-8.
Revisión exhaustiva del papel
del estudio intraoperatorio de
los márgenes de resección de
estas lesiones, cómo debe tratar
el cirujano las muestras, cómo
debe procesarlas el patólogo
y manejo del paciente en
función del resultado de dichos
márgenes.
Kimura W. IHPBA in Tokyo, 2002:
surgical treatment of IPMT vs
MCT: a Japanese experience. J
Hepatobiliary Pancreat Surg.
2003;10:156-62.
Revisión de diferentes técnicas
quirúrgicas, su dificultad
técnica y complicaciones en el
tratamiento de los TMPI.
GH CONTINUADA. marzo-abril 2011. Vol. 10 N.º 2
04 Actual 70.indd 73
73
1/4/11 14:14:11
Descargar