El desierto de Atacama se acerca a Santiago

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LATERCERA Jueves 9 de julio de 2015
Sociedad
Tendencias
RR El embalse La Paloma en la Cuarta Región, en la comuna de Monte Patria. Actualmente el embalse está llegando a niveles históricos de déficit. FOTO: AGENCIA UNO
[DESERTIFICACION] Una de las consecuencias del cambio
climático en Chile es el avance del desierto hacia el sur. Tarde
o temprano, estiman los expertos, llegará a la capital.
Por Cristina Espinoza
E
L desierto de Atacama se encuentra
a menos de mil kilómetros de Santiago, si se considera el norte de la
ciudad de Copiapó
como su frontera natural.
Sin embargo, la frontera se está
diluyendo, y en rigor, avanzando
hacia el sur.
“Es probable que Santiago pase
a una situación desértica o semidesértica. Lo que está ocurriendo
se relaciona probablemente con
el calentamiento global y no
muestra indicios de detenerse”,
dijo Francisco Ferrando, geógrafo de la U. de Chile, en un artículo de Bloomberg.
En efecto, una de las consecuencias que el cambio climático puede traer para Chile es el
avance del desierto de Atacama
hacia la zona central. La Región
de Coquimbo ya siente sus efectos. La región sobrevive con apenas un 6% de la capacidad de
agua embalsada, siendo La Paloma el más afectado.
Algunas estimaciones apuntan
a que el desierto está “avanzando” un kilómetro por año. Sin
embargo, Pablo Sarricolea, geó-
POLITICAS
“Si se quiere frenar el
avance del desierto se
deben generar políticas de
conservación”.
Pablo Sarricolea
Geógrafo U. de Chile
rafo de la U. de Chile, aclara que
no es tan fácil determinarlo. “Hay
muchas cifras preliminares. Hace
un par de años se hablaba de 400
metros por año, pero no hay nada
concreto”, dice el experto.
A ese ritmo, el clima semiárido
de Coquimbo llegaría a Santiago
en 400 años, sin embargo, de
acuerdo a las proyecciones, en
2080 ese clima podría llegar incluso a Concepción.
Un análisis realizado por Sarricolea -sobre la base de los actuales datos climáticos y lo proyec-
tado por el Panel de Expertos sobre el Cambio Climático de la
ONU (IPCC, siglas en inglés) para
el peor de los escenarios-, en los
próximos 65 años el desierto
avanza más en altitud que en latitud. Pero las condiciones semiáridas avanzan unos 400 kilómetros hacia el sur (v
ver imagen).
“Los resultados del modelo ACCESS 1.0 (un modelo para investigación climática) muestran
que 10 de las 15 capitales regionales verán disminuidas sus precipitaciones, destacando la macro-región centro-sur (entre
Valparaíso y Aysén). En cuanto
a temperaturas, se proyecta al
2080, un aumento promedio de
3,2 °C en las capitales regionales,
destacando en los extremos Antofagasta (4,5 °C) y Copiapó (3,8
°C). A nivel país se observa el
avance de las temperaturas medias sobre 16 °C (latitud de Copiapó) más allá de Concepción”,
dice el análisis.
Medidas para detenerlo
Hoy el clima semiárido llega al límite de la Región de Valparaíso,
aunque tras la actual sequía se
han detectado especies vegetales típicas de ese clima -e inclu-
CRÉDITO: P. SARRICOLEA. ELABORACIÓN PROPIA ESCENARIO 8,5.
El desierto de Atacama
se acerca a Santiago
RR El mapa de la derecha muestra la actual distribución de
climas de Chile. A la izquierda, la proyección a 2080.
so más árido- en sectores de clima mediterráneo (como la Suaeda Foliosa en El Yali).
Sarricolea dice que el avance
del desierto no sólo depende de la
temperatura y las precipitaciones, sino tambien de la gestión de
los territorios. “Si realmente se
quiere frenar el posible avance
del desierto (o el paso de climas
subhúmedos a semiáridos) se deben generar políticas de conservación de la biodiversidad, mejorar nuestra infraestructura de
riego y evitar la pérdida de suelo
y erosión de laderas”, dice.
El caso de la Región de Coquimbo ha demostrado que las actividades humanas propician el avance
del desierto, con el mal manejo
del pastoreo, por ejemplo, que
compacta el suelo y hace que
cuando llueve la pérdida sea más
rápida. Una gestión integral podría
detener o ralentizar el avance.
“El desierto no es sólo ausencia de agua, sino que la pérdida
total de condiciones de fertilidad de los suelos”, explica el
investigador. En las regiones de
Valparaíso y Metropolitana,
más pobladas, los incendios se
están transformando en el gran
aliado de la desertificación.
“Hay que poner atención a ellos
y generar nuevas áreas protegidas, parques naturales o reservas, cosa que estas zonas no
sean usadas productivamente
y con ello disminuyen las posibilidades de que el suelo pierda
su fertilidad”.b
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