5 horas con Mario - Solucionario

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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Solucionario
“Cinco horas con Mario”
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Esquela
1. La guerra civil acabó en 1939 y la dictadura franquista lleva
vigente ya treinta años con todas las consecuencias políticas,
sociales, económicas y educativas que de ello derivan.
2. VOCABULARIO:
Padre político: ‘Suegro’ (Padre del marido respecto de la mujer;
o de la mujer respecto del marido).
Hermana política: ‘Cuñada’ (1. Hermana del cónyuge.2.
Cónyuge del hermano).
Finado: ‘Persona muerta’.
Capítulo Inicial
1. El capítulo inicial describe el velatorio por Mario que tiene lugar
al día siguiente de la muerte de éste en la casa donde vivió con
Carmen y sus hijos. Este capítulo sirve como introducción a los
veintisiete capítulos que configuran el monólogo interior de
Carmen rememorando diferentes momentos de su vida y su
matrimonio con Mario.
2. Según el médico, Mario muere alrededor de las cinco de la
mañana mientras duerme debido a un infarto («Luis dice que
un infarto», p. 97, «Luis dijo: “Un infarto. Debe haber ocurrido
sobre las cinco de la mañana», p. 105). A Carmen le sorprende
la muerte de su marido porque no aparentaba sentirse mal en
absoluto; sin embargo se percató de que algo no marchaba
bien cuando fue a despertarlo por la mañana y vio que estaba
boca arriba, ya que normalmente «Mario (cursiva del autor)
solía dormir de lado y con las piernas encogidas, [...] pero esta
mañana estaba boca arriba [...] pero de color y eso, como si
nada, enteramente normal, ni de rígido, igualito que dormido...
Pero cuando le tocó el hombro y dijo “vamos, Mario, se te va a
hacer tarde”, Carmen retiró la mano como si se hubiese
quemado» (p. 93).
3. Mario no puede recibir el tratamiento en la esquela porque «el
ilustrísimo es sólo para los directores» (p. 94). Con esta
información y teniendo en cuenta que trabaja en el «Instituto»
(p. 98) ya se puede intuir que Mario era profesor pero hasta el
Capítulo II no se dice explícitamente qué cargo desempeñaba:
«catedrático de Instituto» (p. 117).
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
4. Son besos de compromiso, ligados a la situación –en este caso
dar el pésame- pero que en realidad no transmiten ningún tipo
de afecto real. Sin embargo, el beso que le da Mario a Carmen
expresa el cariño y el sentimiento de complicidad del hijo con la
madre en la situación dolorosa en la que se encuentran. El
contraste de este beso con los anteriores es evidente.
Por otro lado, la repetición de los dos besos protocolarios
refleja el automatismo de la respuesta de una Carmen
conmocionada por lo que ha ocurrido.
5. Carmen siente la presencia de Encarna como «el obstáculo
principal» porque siente que ella pasa a un segundo plano
-«Encarna la desbancó» (p. 97)- con la entrada de ésta y
porque entiende que pone en evidencia a su difunto marido y a
ella: «¡qué bochorno! (cursiva del autor) ¡Ni que fuera ella la
viuda! Que Encarna desde que murió Elviro andaba tras de él,
eso no hay quien me lo saque de la cabeza» (p. 104). Además,
Encarna actúa de forma exagerada llorando la muerte de Mario
(«La irrupción de Encarna fue un acto bárbaro y sin sentido.
[...]») (p. 97), dando pie a que la gente cuchichee sobre si no
será «la querindonga» (p. 103) de éste. Tan nerviosa está que
acaban por ponerle una inyección para que se tranquilice (p.
104). En realidad, Encarna es la viuda de Elviro, hermano de
Mario, es decir, su cuñada (p. 104).
La reacción de Encarna resulta desmesurada en comparación
con las de Carmen y sus hijos. La primera parece mantener la
compostura, no se viene abajo durante el velatorio a pesar de
que parece estar de alguna manera en estado de shock
(«parpadea varias veces como deslumbrada», p. 89; «me
parece mentira, fíjate; me es imposible hacerme a la idea», p.
90). Hasta se enorgullece de la figura de su difunto marido
–«Carmen experimentaba una oronda vanidad de muerto,
como si lo hubiese fabricado con sus propias manos. [...] era
su muerto» (p. 91)-. La reacción entre sus hijos mayores es
diversa y en absoluto del agrado de Carmen. Menchu, de no
ser porque su madre la obliga, no habría entrado a despedirse
de su padre porque le horroriza la idea (p. 91). En opinión de
Carmen, se comporta como una “histérica”. Mario, que por el
contrario ni siquiera llora, «es un chico que se controla de más
para la edad que tiene [...] que él sólo decía [...] “¿por qué
ahora?”, pero de lágrimas, nada» (p. 97); además, se niega a
vestir de luto porque lo considera una convención innecesaria,
algo que también enoja a Carmen (p. 94).
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Por último está Borja que ante la noticia de la muerte de su
padre «volvió del colegio dando voces: “¡Yo quiero que se
muera papá todos los días para no ir al colegio!”» (p. 95). Ante
tal respuesta, Carmen le propinó una paliza porque lo
consideraba una falta de respeto.
6. El libro que leía Mario es la Biblia. Carmen quiere releer los
subrayados que Mario había hecho en el libro afín de recuperar
la presencia de su marido ya que en el fondo era repasar los
pensamientos de Mario, «sus últimas horas» (p. 108, p. 110).
El párrafo en cuestión ya anuncia lo que va a ocurrir en los
siguientes capítulos: Carmen va a releer lo que había señalado
Mario y a partir de ello va a dar rienda suelta a sus recuerdos.
7. VOCABULARIO:
Inefable: ‘Que no se puede explicar con palabras’.
Contristados: ‘Afligidos’
Conducción: ‘Acción y efecto de conducir, llevar o guiar algo’
(en este caso, el féretro).
A la fuerza ahorcan: ‘expresión coloquial usada para dar a
entender que alguien se ve o se ha visto obligado a hacer
algo contra su voluntad.’
Relente: ‘Humedad que en noches serenas se nota en la
atmósfera.’
Cíceros: ‘Unidad de medida usada generalmente en tipografía
para la justificación de líneas, páginas, etc. Tiene doce
puntos y equivale a poco más de cuatro milímetros y
medio’
Capítulos I-III
1. Cada una de las frases que encabezan los veintisiete capítulos
centrales son partes de la Biblia que Mario había subrayado y
que Carmen está releyendo en un intento de mantener vivos
los últimos momentos de su marido. Por otro lado, son las que
avivan la memoria y recuerdos de Carmen para que ésta
construya ese aparente diálogo que cree mantener con Mario.
2. En opinión de Carmen, Mario tenía «gustos proletarios» porque
no actuaba de acuerdo a la clase social que le correspondería
como catedrático de instituto que era –«cada cual ha de vivir
en sociedad como le corresponde. La categoría obliga [...] y un
catedrático [...] es alguien» (p. 122).
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Por otro lado, el coche o la cubertería de plata eran para
Carmen símbolos esenciales de pertenencia a una «clase media
más bien alta» que es a lo que ella estaba acostumbrada desde
pequeña (p. 121). Por el contrario, ir en bici le parecía una
bajeza por parte de su marido porque no era un medio de
transporte digno «para los de tu clase» (p. 121). Así pues, el
hecho de que Mario nunca hubiera comprado un coche o una
cubertería de plata, o que usara la bici, demostraban los gustos
proletarios de éste.
3. Carmen es una mujer que tiene muy clara la diferencia entre
las distintas clases sociales, qué le corresponde a cada una,
cómo se debe actuar de acuerdo al status social, etc. Ella se
había criado en una familia de «clase media más bien alta» y le
molesta que la gente no respete las diferencias: «hoy en día,
hasta las criadas quieren ser señoritas [...] ¿Crees tú que esto
es formalidad?» (p. 113); «¿tú crees que está ni medio bien
que un catedrático se deje ver en público con un bedel? [...] a
lo sumo “buenos días” o “buenas tardes”» (p. 122).
Por el contrario, Mario no parece compartir en exceso la
opinión de su mujer sobre la necesidad de mantener las clases
sociales. Hay que tener en cuenta que él subrayó en la Bibla
«En teniendo con que alimentarnos y con que cubrirnos,
estemos con eso contentos....porque la raíz de todos los males
es la avaricia» (p. 117), que se dedicaba a preguntarle al bedel
de su instituto si ganaba lo suficiente (p. 122), que no le
importaba ir en bici al instituto, e incluso llevaba a su niño con
él, o que ante el sofoco de Carmen de no disponer de
suficientes criadas y tener que hacer ella parte de las hazanas
de la casa se limitase a decir «La vida evoluciona, son otros
tiempos».
4. Mario escribía en un periódico El Correo, escribía libros,
participaba en una tertulia con otros amigos (p. 118) y escribía
versos (p. 123).
5. En opinión de Carmen, los amigos de Mario –Don Nicolás,
Aróstegui y Moyano- «son unos inadaptados» que «echaron a
perder» a Mario (p. 118) y le «han puesto la cabeza del revés,
cariño, que tú al principio no eras así» (p. 120). Carmen
compara a Don Nicolás con Lerroux y Alcalá Zamora –dos de
los presidentes de la Segunda República Española- dando a
entender que éste era «muy rojo, de los peores» (p. 119). Por
lo tanto, si Mario tenía problemas con la censura es porque las
ideas que desarrollaba en el periódico y sus libros casaban con
la ideología socialista o comunista –“rojo”-, esto es, contraria al
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régimen franquista. Además, Carmen especifica que uno de los
libros de Mario fue tachado como «la obra de un pacifista y de
un traidor» (p. 119).
6. Carmen no entiende por qué los jóvenes de “hoy” se quejan si
«se les ha dado todo hecho, viven en orden y paz, cada día
más regalados» (p. 125). En su opinión, deberían mostrar más
respeto hacia la sociedad que los ha criado, hacia los «valores
religiosos» tradicionales que son los que los han hecho ser «los
más católicos del mundo y los más buenos»; hacia el concepto
de valentía que se forja con la guerra –«Ahora no le hables a
un muchacho de la guerra, Mario, y ya sé que la guerra es
horrible, cariño, pero al fin y al cabo es oficio de valientes» (p.
126)-, en definitiva, hacia los valores tradicionales que habían
predominado hasta el momento en vez de «leer y pensar»
tanto que «es malo» (p. 126). Para ella, el principal problema
está en la Universidad, porque «les meten muchas ideas raras
allí» y «la mayor parte de los chicos son hoy medio rojos»
frente a Antonio que es «un chico bien de bueno [...], de
derechas de toda la vida» (p. 127). Por eso ella teme que su
hijo Mario se tuerza porque como universitario que es pueda
acabar con «la cabeza loca, llena de ideas estrambóticas sobre
la libertad y el diálogo y esas cosas de que hablan ellos» (p.
126), además de porque «se pasa todo el día de Dios leyendo o
pensando» y ya ha hecho comentarios en defensa del «Estado
laico» (p. 126).
7. VOCABULARIO:
Inter nos: ‘Entre nosotros’
Tirar del carro: ‘Pesar sobre una o más personas
exclusivamente el trabajo en que otras debieran o pudieran
tomar parte.’
Tener más conchas que un galápago: ‘Ser muy reservado,
disimulado y astuto.’
Sorche: ‘Soldado bisoño, principiante’
Quedarse en albis: ‘Quedarse en blanco’
Idem de lienzo: ‘Expresión empleada para dar a entender que
que una cosa es igual a otra citada’
Miel sobre hojuelas: ‘Expresión coloquial usada para expresar
que algo añade a otra nuevo realce o atractivo.’
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Capítulos IV-IX
1. Tenía dos hermanos, José María y Elviro (p. 129), y una
hermana, Charo (p. 132). De los dos primeros se nos dice
murieron durante la guerra: a José María lo «pasearon por
rojo» (p. 135) porque era partidario de la República (p. 154), y
Elviro murió en el frente en Madrid, «en la Cuesta de las
perdices con dos días de diferencia» (p. 135). Elviro también
pertenecía a los rojos pues Carmen dice que «Gaudencio Moral
[...] que acababa de pasarse de los rojos por el monte [...] fue
quien nos dijo lo de Elviro» (p. 129)
2. La familia de Mario se caracterizaba por defender y apoyar a la
República, porque, como ya se ha mencionado en la pregunta
anterior, los dos hermanos de Mario eran rojos. Mario, por otro
lado escribía en El Correo que, según Carmen, era hacer «el
caldo gordo a las fuerzas del mal» refiriéndose a los
«librepensadores» y «comunistas» (p. 141-142). El padre de
Carmen era monárquico y contrario a la República por eso
cuando se instauró ésta el 14 de abril de 1931 se puso una
corbata negra en señal de duelo y dijo «No me quitaré esta
corbata hasta que el rey no vuelva a Madrid» (p. 155). Por eso
al padre de Carmen le preocupaban «las ideas políticas» de la
familia de Mario, porque diferían de las suyas.
3. Los dos reyes a los que hace referencia Carmen son Jaime de
Borbón y Borbón, y Alfonso XIII. Este último había sido rey de
España hasta la proclamación de la Segunda República en
1931, y es a quien defendía el padre de Carmen. Por otro lado,
el monarca al que apoyaba el tío de Carmen es Jaime de
Borbón y Borbón, el “rey” que proponían los carlistas.
4. A Mario no le importa tanto quién ostente la jefatura del estado
sino cómo actúe el gobierno y cómo ejerza los poderes que
ostenta.
5. Carmen establece muy claramente que «una chica universitaria
es una chica sin feminidad», «un marimacho» (p. 139), porque
para ella el ideal de feminidad es una mujer que sepa “pisar”,
“mirar” y “sonreír” y con eso les basta (p. 139). Por eso, a
pesar del empeño de Mario de que estudiasen todos sus hijos,
Carmen cree que con que su hija Menchu apruebe la reválida
ya está más que servida. De hecho, cuando habla de su amiga
Esther la llama “sabihonda” porque «presume de moderna y de
leída» y de que «comprendía muy bien» los escritos de Mario
(p. 172). Esther es, por lo tanto, lo contrario al ejemplo de
mujer femenina porque es una mujer instruida, que «lee libros
de esos raros, tostonazos que no se traga nadie» (p. 172) en
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vez de leer los que leen el resto de sus amigas, «de pasiones y
de amor» (p. 167). Para Carmen, la educación, en general,
queda reservada para la clase alta, pues: «que los pobres
estudien, otra equivocación, que a los pobres les sacas de su
centro y no te sirven ni para finos ni para bastos, les echáis a
perder, convéncete, en seguida quieren ser señores y eso no
puede ser, cada uno debe arreglárselas dentro de su clase
como se hizo siempre» (p. 141).
Sin embargo, Mario promueve una educación no clasista, que
pueda llegar a ricos y pobres: «Mario [...] es que ahora os ha
dado la monomanía de la cultura para que los pobres estudien»
y «me hacéis gracia con esa campaña de El Correo [...] para
que todos los chicos, ricos y pobres, puedan ir a la
universidad» (p. 141).
6. A Mario le parecía bien la forma de obrar de Cáritas con los
pobres porque él entendía que «la caridad solamente debe
llenar las grietas de la justicia pero no los abismos de la
injusticia». Es decir, la labor de esta organización era ayudar a
los pobres a salir de esa pobreza independientemente de
quienes fueran y no como Carmen que criticaba a Cáritas
porque «tira las cosas a voleo, sin mirar antes quién lo merece,
que lo mismo te ponen la mano los vagos que los
protestantes», además de impedirles «el trato directo con los
pobres y suprimir la oración antes del óbolo» ya que a ella lo
que le agradaba era que los pobres antaño «rezaban con toda
devoción y besaban la mano que los socorría» (p. 146). Si
Carmen ejercitaba la caridad es porque «siempre hubo pobres,
Mario, y obligación de los que, a Dios gracias, tenemos
suficiente, es socorrer a los que no lo tienen» (p. 145). Era
esto lo que molestaba a Mario que consideraba que lo que
hacía su mujer al aceptar esa creencia era «aceptar que la
distribución de la riqueza es justa» (p. 145). Por eso no le
parecía bien que Carmen ayudase a los pobres, porque sabía
que ella si lo hacía era como una forma de reafirmar el sistema
de clases al que él era contrario («que a los pobres les estáis
revolviendo de más y el día que os hagan caso y todos estudien
y sean ingenieros de caminos, tú dirás donde ejercitamos la
caridad, [...] y sin caridad, ¡adiós el evangelio!», p. 146).
7. VOCABULARIO:
Superferolítico: ‘Excesivamente delicado, fino, primoroso.’
Monomanía: ‘Preocupación o afición desmedida que se
reprende o afea en persona de cabal juicio’
A la chita callando: ‘Calladamente, con disimulo’
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Librepensador: ‘Partidario del librepensamiento (doctrina que
reclama para la razón individual independencia absoluta de
todo criterio sobrenatural)’
Hacer el caldo gordo a alguien: ‘Obrar de modo que le
aproveche a él, involuntaria o inadvertidamente por lo
general’
Estar algo manga por hombro: ‘Estar en gran abandono y
desorden’
Refractario: ‘Opuesto, rebelde a aceptar una idea, opinión o
costumbre’
Trepe: ‘Reprensión, reprimenda’
Por fas o por nefas: ‘Por una cosa o por otra’
Ínfulas: ‘Presunción o vanidad’
Capítulos X-XI
1. Dice de Mario que nunca tuvo detalles con ella, que era «más
frío que otro poco» y que debería haber mostrado un «poquito
más de pasión [...] que siempre fuiste un apático» (p. 181).
Además, a Carmen le molesta que Mario no mostrase más afán
por defenderla, de modo que cuando Mario argumentaba que
tenía completa confianza en ella, Carmen responde «¿y si se
me olvida? [...] Mario, hay ocasiones en que uno ha de ganarse
la fidelidad a pulso, con los puños si hace falta».
Sobre Paco dice que ha mejorado con los años, que está «muy
varonil» y que parece que «tiene mundo» (p. 179). Destaca
sobre todo que diga de él que «sería burdo y así pero siempre
luchó entre su extracción humilde y un natural educado» (p.
178). Además, es un héroe de guerra (p. 179) y tiene coche.
2. Carmen dice claramente que se interesó por Mario porque éste
le daba «una pena horrible» y sentía que la necesitaba, no
porque físicamente le atrajese (pues tenía «bien poquito que
gustar»). Fue luego cuando empezó a hacerle «tilín» (p. 188).
3. Carmen dice preferir a «Menchu, con toda su vagancia» porque
es una persona «dócil», que «desde chiquitina no se compra un
alfiler sin consultarme» (p. 190, p. 191); es una persona, en
definitiva, que se deja manejar. Mario, sin embargo, tiene
personalidad y una forma de pensar y la defiende; algo que por
el contrario enerva a Carmen: «yo no quiero hijos con
personalidad [...] que hasta al insolente de Mario pienso
meterlo en cintura, [...] que mientras viva bajo mi techo, los
que de mí dependan han de pensar como yo mande» (p. 191).
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
4. VOCABULARIO:
Al desgaire: ‘Con descuido, que puede ser afectado’
Arrestos: ‘Arrojo o determinación para emprender algo arduo’
Sin decir oste ni moste: ‘Sin pedir licencia, sin hablar palabra,
sin despegar los labios’
Calzar alguien muchos puntos: ‘Ser aventajado en alguna
materia’
Escamar: ‘Hacer que alguien entre en cuidado, recelo o
desconfianza’
Capítulos XII-XIV
1. Básicamente, la razón de la muerte de José María le parece
una afrenta para el honor de la familia de Mario porque lo
ajusticiaron por rojo, por apoyar la República. Elviro, en
cambio, es un “caído” en la guerra y eso de alguna manera
ennoblece su muerte (p. 197, p. 198).
2. El decreto al que se refiere Carmen es “Unitatis Redintegratio,
Sobre el Ecumenismo”, por el cual se promueve la restauración
de la unidad entre todos los cristianos, es decir, se reconoce a
los protestantes como cristianos de pleno derecho aunque
constituyan una comunidad distinta de la católica.
3. La bomba atómica se usó por primera vez durante la segunda
guerra mundial. Los norteamericanos la usaron para
bombardear Hiroshima y Nagasaki el 6 de agosto y el 9 de
agosto de 1945, respectivamente.
4. VOCABULARIO:
Hacer a los dos paños: ‘Tratar por conveniencia con gente
aparentemente opuesta’
Aljaba: ‘Caja portátil para flechas, ancha y abierta por arriba,
estrecha por abajo y pendiente de una cuerda o correa con
que se colgaba del hombro izquierdo a la cadera derecha’
Cizaña: ‘Cosa que hace daño a otra, maleándola o echándola a
perder’
El diablo sabe más por viejo que por diablo: ‘encarece lo
mucho que vale la larga experiencia’
Azarar:’ Conturbar, sobresaltar, avergonzar’
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Capítulos XV-XIX
1. Según Mario, el guardia le pegó por pasar en bicicleta por el
parque a las tres de la madrugada (p. 217). Carmen, no
obstante, se niega a creer que el guardia le hubiese pegado;
ella está convencida de que Mario estaba mintiendo por «la
tonta vanidad de no querer admitir» que lo que pasó en
realidad es que se cayó de la bicicleta. Además, Carmen piensa
que aunque hubiera sido cierta la versión de Mario, éste
debería haberla cambiado aceptando su culpa porque así, cree
ella, ese hecho no habría influido negativamente para que les
concediesen un piso nuevo mejor que el que tenían (p. 218).
2. Mario y sus amigos usaban el periódico El Correo como
elemento de denuncia social, para hacer ver a la sociedad los
problemas y carencias por los que pasaba el país y la gente con
menos recursos.
Respecto al otro periódico, El Noticiero, dice de él que es «de
fiar» porque es «un periódico católico a machamartillo, de
derechas de toda la vida» (p. 249).
3. Constantino era fruto de la aventura de la hermana de Carmen,
Julia, con el miliciano italiano, Galli Constantino. Por eso era
«hijo del pecado», porque Julia había mantenido relaciones sin
estar casados y, más aún, teniendo éste ya una mujer y dos
hijos (p. 230).
4. Las razones que arguye Mario para negarse es que en su
opinión la concejalía se la ofrecían con el único objetivo de
acallar sus críticas contra las estructuras políticas y sociales
(Mario dice que el cargo de concejal era «el precio del
silencio», p. 242) porque en realidad a ellos no les interesaba
que saliese votado, si no que sólo apareciese en las listas para
quedar bien. Mario dice claramente que su «nombre era para
sonar, no para salir [...] que era del dominio público que el
propio Orzayun, Arronde, el boticario, y Agustín Vega, saldrían
por unanimidad» (p. 243).
5. El expediente tuvo su causa en la queja de un alumno al
director del instituto a propósito de cierto comentario en que
Mario decía que «era una lástima que la Iglesia no apoyase la
Revolución Francesa» (p. 251).
6. VOCABULARIO:
Echar los pies por alto: ‘Enfurecerse’
Futesa: ‘Fruslería, nadería’
Ni mojar la pestaña: ‘Llorar’
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Por alzar el gallo: ‘Manifestar soberbia o arrogancia en la
conversación o en el trato’
Peón: ‘Jornalero que trabaja en cosas materiales que no
requieren arte ni habilidad’
Chisgarabís: ‘Zascandil, mequetrefe’
Estarse / mantenerse alguien en sus trece: ‘Mantener a todo
trance su opinión’
Trabucar: ‘Trastornar, descomponer el buen orden o colocación
que tiene algo, volviendo lo de arriba abajo o lo de un lado
a otro’
Pasquín: ‘Escrito anónimo que se fija en sitio público, con
expresiones satíricas contra el Gobierno o contra una
persona particular o corporación determinada’
Apearse de la burra: ‘Reconocer que ha errado en algo’
Con su pan se lo coma: ‘Expresión utilizada para dar a
entender indiferencia ante una actitud o decisión ajenas’
Tú te lo guisas y tú te lo comes: ‘Expresión con que se
comenta el hecho de que una persona quiera hacer algo
sola, sin contar con la colaboración de los demás’
Capítulos XX-XXII
1. Antes de “confesar” su beso con Paco, Carmen hace una serie
de comentarios que parecen querer justificar o restar
importancia a lo que ocurrió. Destacan los siguientes: «Mario,
yo no sé que tendrán mis pechos que no hay hombre que se
resista, [...] por eso me duele más lo tuyo [...], gustando como
gusto, me sabe mal tu indiferencia» (p. 258), «me doy cuenta
de lo poco que siempre he significado para ti» (p. 264),
«¡Figúrate y ahora con Paquito sin ir más lejos! Una vida de
cine» p. 266).
En el mismo momento que está describiendo la situación
exacta, Carmen deja bien claro que «yo creo firmemente que
[Paco] me hipnotizó, [...] que ni podía moverme ni nada, [...] y
cuando me besó, ni eso, todo se me borró, como sin
conocimiento [...] te lo podría jurar, que no tuve ni arte ni
parte, que estaba medio hipnotizada, palabra» (p. 267).
Después de esta confesión, en el capítulo XXII, Carmen dice
repetidas veces no estar segura de la completa fidelidad de
Mario en un intento de justificar lo que acaba de confesar:
«Mario, estoy segurísima de que me la has pegado más de una
vez y de dos, me juego la cabeza» (p. 269), «Y no es que yo
vaya a decir que tú hayas sido un don Juan, [...], pero tampoco
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
pondría la mano en el fuego, la verdad, que por mucho que
digas que fuiste al matrimonio tan virgen como yo, ésa no me
la trago» (p. 269), «tus infidelidades de pensamiento, que es
adulterio, lo mismo» (p. 270). Además de intentar presentar a
la mujer como una víctima del hombre: «A medida que pasan
los años [...] más me convenzo, de que el hombre no es un
animal monógamo, [...]. Nos veis tan pánfilas que abusáis de
nuestra sumisión» (p. 269, p. 270).
2. Una “guerra civil” es ‘la que tienen entre sí los habitantes de un
mismo pueblo o nación’. Cuando se habla de “cruzada” se hace
referencia a una ‘expedición militar contra los infieles’ (DRAE,
2001). Si tenemos en cuenta que el relato se enclava en la
guerra civil española y la posterior dictadura franquista, la
utilización de “cruzada” es un claro intento de justificar el
levantamiento militar contra el gobierno republicano.
3. El «régimen severo» al que hacía referencia Mario y Moyano
era al régimen franquista.
4. VOCABULARIO:
Cogerse el portante: ‘Irse, marcharse’.
Peplas: ‘Cosa fastidiosa o molesta, achaque’.
Escarnio: ‘Burla tenaz que se hace con el propósito de
afrentar’.
Capítulos XXIII-XXVI
1. Para Carmen los nervios sólo «salen a relucir cuando se está
demasiado bien, eso, cuando uno tiene todo resuelto y vive
tranquilamente y sin preocupaciones» (p. 287), además, en su
opinión no tienen categoría de enfermedad porque «si no te
duele nada ni tienes fiebre, ¿de qué te quejas?» (p. 285); de
ahí que considere los nervios una «enfermedad de
holgazanes», es decir, de gente que se queja sin motivo ni
razón. Por otro lado, tampoco piensa que pueda sufrir una
depresión por motivos similares a los que le llevan a creer que
los nervios son una «valiente excusa». En su opinión, Mario no
tenía motivos para estar deprimido porque no le faltaba nada:
«la comida a su hora, camisas siempre a punto, una mujer
pendiente de ti, ¿qué mas puede pedirse?» (p. 288). Lo único
que podía justificar los nervios de Mario y sus lloreras era la
«emotividad incontrolada» de la que hablaba el médico, es
decir, su necesidad de soltar todas las lágrimas que no lloró en
su momento, ya fueran por la muerte de su madre o por la
muerte de sus hermanos (p. 287, p. 288). No obstante, Mario
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
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4.
5.
parece estar más bien angustiado por otra cosa. Está
obsesionado con que alguien viene a buscarlo por las noches –
si tenemos en cuenta sus problemas con la censura, su crítica
al régimen franquista, el altercado con el guardia o el
expediente del colegio, además de los antecedentes familiares,
lo más posible es que crea que viene a buscarlo la justicia-, y
parece estar en un sinvivir pues decía preferir que le «cortaran
las piernas y los brazos pero que el trozo que viviera, viviera a
gusto, todo menos vivir así» (p. 285).
La valoración de Carmen de la actividad de Mario como escritor
es bastante negativa. Según ella, los libros que escribía Mario
no eran más que una pérdida de tiempo que no les reportaban
ningún tipo de beneficio -«Mario, que si en vez de emplear
tanto tiempo en esos librotes absurdos, te hubieras dedicado a
algo más provechoso, un Banco por ejemplo, cualquier cosa,
otro gallo nos cantara» (p. 277)-. Además, ella reconoce que
los libros de su marido no tienen mayor interés para la gente
porque trataban temas que a la gente no le interesaban («¿me
quieres decir quién iba a leer tus cosas, y perdona mi
franqueza, si tus protagonistas cuando no son pobres son
tontos?» (p. 300), de hecho, ella dice que «no entendía ni
jota» cuando los leía. En resumen, los libros no habían hecho
más que sorberle el seso a su marido (p. 278).
En general, el autor nos ha querido presentar a una mujer de
escasa formación académica, totalmente desligada de las
actividades que realiza su marido (que ella misma afirma no
comprender), con una ideología totalmente opuesta a la de él
y que finalmente le impide comprender por qué Mario dice o
hace determinadas cosas (como rechazar el cargo de concejal,
defender el derecho de los pobres a recibir una educación,
criticar la religión...).
Estamos ante un monólogo interior. El autor intenta reflejar la
forma de trabajar de la mente humana, de ahí la falta de orden
en las ideas y su fragmentación. Lo que leemos son los
pensamientos de Carmen. Por eso el discurso no parece seguir
ninguna lógica externa.
VOCABULARIO:
Tomar el rábano por las hojas: ‘Equivocarse de medio a medio
en la interpretación o ejecución de algo’.
Busilis: ‘Punto en que se estriba la dificultad del asunto de que
se trata’.
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
El que no llora, no mama: ‘El que quiere conseguir algo, debe
pedirlo con empeño’.
El que tiene padrinos se bautiza: ‘El que disponga de
influencias por relaciones o amistades, logrará lo que
desea’.
Bailar alguien el agua a otra persona: ‘Adelantarse, por cariño
o adulación, a hacer lo que supone que ha de serle grato’.
Capítulo XXVII
1. En el capítulo XXI Carmen hace mención al beso pero parece
no darle demasiada importancia. Lo cuenta con la misma
tranquilidad con la que había estado antes hablando del enojo
de Mario al saber que habían cambiado “guerra civil” por
“cruzada” en un artículo suyo. La descripción del suceso se
reduce a las últimas diecinueve líneas del capítulo mientras que
en este capítulo XXVII no habla de otra cosa. Además, el texto
se llena de exclamaciones, de súplicas a Mario por que la
entienda y la perdone, que denotan el nerviosismo de Carmen
y que logran establecer una tensión narrativa en constante in
crescendo hasta que se ve interrumpida por su hijo en el
capítulo siguiente. Carmen necesita la absolución de Mario para
limpiar su culpa por lo que ha hecho; dice: «te lo he contado
todo [...] no me guardo nada, como si me estuviera
confesando [...] para mí el que me perdones es una cuestión
de vida o muerte.» (p. 311-312).
2. Desde el capítulo inicial, Carmen deja muy claro que el libro es
la única forma que tiene de volver a estar con él (p. 108), por
lo tanto, ella considera que está hablando con su difunto
esposo. Por otro lado, en este capítulo XXVII es evidente la
necesidad que tiene Carmen de que Mario perdone su falta con
Paco así pues, fingir que él puede oírla, que todavía está con
ella, es una forma de confesar su culpa al único que puede
perdonarla.
3. La obsesión de Carmen con la idea de que Mario le hubiese
negado un coche a lo largo de todo el libro parece quedar
resuelta en esta frase, en la que ella considera que nada de eso
(el lío con Paco) habría ocurrido si Mario no la hubiese
sometido a «estas restricciones» (p. 312-313). Es una forma
de autoexculparse.
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Solucionario: “Cinco horas con Mario”
Capítulo Final
1. Este capítulo sirve para cerrar el monólogo de Carmen y
retomar la acción del capítulo inicial pero nunca sin perder de
vista la revelación que acaba de hacernos Carmen. Mario hijo
irrumpe en la habitación y encuentra a su madre en el suelo de
rodillas que es como quedó ella en el capítulo anterior cuando
estaba pidiendo a Mario que la perdonase -«de rodillas te lo
pido» (p. 313)-. El narrador la describe en un estado de
«nerviosismo límite» (p. 315) que sólo parece desaparecer una
página y media después, cuando «finalmente, y con lentitud,
como si acabara de hacerse cargo de la situación, posa los ojos
sobre el cadáver, sobre el rostro del cadáver de Mario» (p.
316). Sólo ahora Carmen se da cuenta de la situación que está
viviendo y de la que parecía haberse olvidado a lo largo de los
capítulos anteriores cuando mantenía ese semi-diálogo con
Mario.
2. Se puede deducir que lo que intenta dar a entender el narrador
es que Carmen busca inconscientemente a alguien con quien
confesar su culpa.
3. Carmen se refiere a su marido. La explicación de su hijo sobre
el cambio de valores, de ideas, que tiene lugar en la sociedad
es un intento de explicarle a su madre, no sólo la forma de
pensar que él tiene y lo que defiende, si no, indirectamente,
también la que sostenía su padre.
4. El chillido de Carmen expresa la angustia de ésta al darse
cuenta de que su hijo Mario ha salido exactamente a su difunto
marido: comparten las mismas opiniones, la afición por los
libros y hasta los nervios, pues en el capítulo XXIV (p. 283)
Carmen recuerda que Mario tenía los mismos síntomas («como
cuando te ibas a examinar [...] una cosa así, en el estómago»)
cuando sufría sus depresiones.
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