Conferencia General Octubre 1973 LAS VERDADES REVELADAS DEL EVANGELIO Por el élder LeGrand Richards Del Consejo de los Doce Me regocijo, mis hermanos y hermanas, por el privilegio de asistir a esta gran conferencia con vosotros. Doy gracias al Señor porque en el establecimiento del reino en estos postreros días, El proveyó estas conferencias donde podemos congregarnos y alimentarnos con pan de vida eterna y, como lo dice el himno; Escucha al Profeta que predica la verdad; y en la vía del Señor su nombre alabad. —Himnos de Sión, No. 69 Hemos estado escuchando la voz del Profeta en esta conferencia. Regresaremos a nuestros campos de labor fortalecidos en nuestra fe y con un mayor deseo de ayudar a edificar su reino y preparar e) camino para la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El profeta Isaías vio nuestros días, cuando los hombres lo adorarían por medio de preceptos de hombres y a causa de esto dijo: “ . . .he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.” (Isaías 29:14). Yo entiendo que este pasaje significa que esa obra maravillosa y ese prodigio son para corregir los preceptos de los hombres, ya que Isaías indicó que por esta razón El haría esa obra maravillosa y ese prodigio. No hay ahora tiempo para discutir todas las maravillosas correcciones que han venido por medio de la restauración del evangelio, esta obra maravillosa y este prodigio. Por supuesto, la primera y más grande corrección yo pienso, fue el conocimiento que vino por medio de la misión del Padre y del Hijo al profeta José Smith, que el presidente Marion G. Romney tan bellamente describió esta mañana. En lugar de un Dios que es una esencia que está presente en todas partes, sin cuerpo, parte o pasiones (y esto significa que no tiene ojos y no puede ver; no tiene orejas y no puede oír; no tiene voz y no puede hablar), estaban ahí dos seres glorificados, tal como nosotros podemos ser después de la resurrección. Qué cosa tan maravillosa tener este conocimiento y saber que somos sus hijos, los hijos de Dios el Eterno Padre y que podremos morar en su presencia y saber quién es El y quién su Hijo Jesucristo, el cual se levantó de los muertos y expió los pecados del mundo. La siguiente gran corrección, yo pienso, vino en la gran organización de la Iglesia. Piensen sólo en el sacerdocio en la Iglesia y en todas las organizaciones auxiliares, a Conferencia General Octubre 1973 las cuales se ha hecho referencia en esta conferencia, cuando hemos sostenido a los oficiales directivos de ellas. El presidente Lee señaló que la reunión del sacerdocio de esta noche será difundida en 850 edificios diferentes. ¿Dónde podéis encontrar una organización del sacerdocio como ésta? Porque cada hombre y el hijo de cada hombre debe poseer el sacerdocio de Dios y ayudar a construir su reino en la tierra. Así, ellos harán tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen y donde ladrones no minan ni hurtan (Véase Mateo 6:19), y donde pueden desarrollar sus dones y sus talentos, porque el reino está aquí para ese expreso propósito. Hay otro bello principio de la Iglesia del cual quiero mencionar unas pocas palabras y es, nuestra creencia en la duración eterna del convenio del matrimonio y de la unidad familiar. Parece increíble que, tan llanamente como es enseñado este principio en las Sagradas Escrituras, nosotros seamos la única iglesia que lo cree así. Hace pocos años, uno de nuestros hermanos escribió un libro llamado: ¿Creen los hombres lo que prescriben sus Iglesias? (Rulon S. Howells, Deseret Book Co, 1932.) En ese libro él tiene una gráfica que muestra varios principios doctrinales. El ha inquirido y obtenido comentarios importantes de las más grandes iglesias, las más sobresalientes (diez de ellas, incluyendo la nuestra), y ninguna de las otras nueve iglesias creen en la duración eterna del convenio matrimonial y la intimidad familiar, sino que indican que el matrimonio es "hasta que la muerte los separe", lo cual en sí es una declaración de divorcio. Si el matrimonio dura hasta que la muerte nos separa, ¿qué vamos a hacer después de eso? ¿Dónde están los lazos que nos mantienen unidos, especialmente en esta Iglesia, donde los hermanos trabajamos en el sacerdocio todo el tiempo, dejando que nuestras esposas críen a nuestra familia por nosotros, y todo lo demás, sólo para perder todo cuando la muerte viene? Una vez, hablé en una reunión en Quitman, Georgia, cuando era presidente de misión allí, y cité la declaración a que me he referido acerca de la gráfica que dicho libro incluye; cuando la reunión terminó, me paré en la puerta para saludar a los concurrentes que iban saliendo. Un hombre vino y se presentó como un ministro bautista y yo pregunté: ¿Me equivoqué al citarlo aquí esta noche? "No, señor Richards", dijo él, "es precisamente como usted lo dijo: No todos creemos todo lo que nuestras iglesias enseñan." Yo dije: "Usted tampoco las cree. ¿Por qué no regresa y le enseña a su pueblo la verdad? Ellos la aceptarán de usted pues aún no están listos para recibirla de los misioneros mormones." El dijo: "Le veré otra vez." Conferencia General Octubre 1973 En mi siguiente visita a ese lugar, más o menos cuatro meses después, al encaminarme hacia aquella pequeña iglesia, ahí estaba parado ese ministro bautista. Mientras nos estrechábamos la mano, le dije: "Ciertamente estoy interesado en saber qué ha pensado usted acerca de mi último sermón aquí." El dijo: "Señor Richards, he estado pensando ' acerca de ello desde entonces; creo en ' cada palabra que usted dijo, solamente que quisiera escuchar el resto." Sabéis que nunca nos callamos cuando empezamos a hablar acerca de estos bellos principios que el Señor nos ha dado por medio de la restauración del evangelio y por concedernos esta obra maravillosa y r este prodigio. Mientras fui presidente de la misión en Atlanta, Georgia, fui al estudio del doctor Peter Marshall. El era el pastor de la Iglesia Presbiteriana en ese lugar y pasamos una o dos horas juntos. Cuando él murió, era el capellán del Senado de los Estados Unidos. Quizá hayáis leído su libro A Man called Peter, o habréis visto la película que describe su vida. Muchas de las cosas que él sostenía las aprendió de ` nosotros allá en Atlanta. Acostumbraba mandar a alguien a nuestras oficinas de la misión para conseguir los libros de la Mutual y otros materiales de la Iglesia para entregarlo a los jóvenes de su iglesia, porque sentía que nosotros le estábamos robando a sus jóvenes. Cuando estuve en su estudio, le pregunté cuál era la actitud de su iglesia con respecto al principio del matrimonio eterno y la duración eterna del convenio del matrimonio. El dijo: "Bien, señor Richards, a nosotros no se nos permite enseñar eso en nuestra iglesia, pero en mi mente tengo unas tercas objeciones." Y prosiguió: "Cuando aleja a los gatitos de la gata, en pocos días ésta los olvida; si aleja a un becerrito de la vaca, en pocos días la vaca lo olvida también; pero si aleja al niño del seno de su madre, aunque ella viva hasta llegar a los cien años, nunca olvidará a su hijo." Y agregó: "Encuentro muy difícil creer que Dios haya creado un amor como ese sólo para que perezca en la tumba." Gracias a Dios, nosotros sabemos que no creó un amor como ese para que perezca en la tumba. El amor es eterno. Mientras las otras iglesias no enseñan este principio, hay algunas gentes que lo creen. Por ejemplo Anderson M. Baten dijo esto en un pequeño verso, que él escribió a su esposa Beulah, sobre los misterios de la vida: Me casé contigo para siempre, no tan sólo por ahora; No por el lapso de estos breves años en la tierra; Me casé contigo, por la vida que está más allá de las lágrimas, Más allá de la angustia y de semblantes adustos; El amor nunca muere y él será nuestro guía, Cuando la vida acabe y las velas flameen y se apaguen. Ahora, esto es lo que nosotros creemos; creemos que el lazo matrimonial es eterno. Conferencia General Octubre 1973 Hemos oído citar en esta conferencia la declaración hecha por el Señor, cuando Adán fue puesto en el Jardín. Dijo que "no era bueno que el hombre estuviese solo", e hizo una ayuda idónea para él y dijo: “ . . .y serán una carne. . ." (Moisés 3:18, 24), no dos mitades sino una carne, porque El no podía haber poblado esta tierra sin el hombre y la mujer, y se requiere a dos para hacer una persona completa en ese sentido. Entonces yo digo esto: Si no era bueno para el hombre estar solo antes que la muerte viniera al mundo, ciertamente no lo será después de su resurrección y de ser restaurado a la condición en que estaba Adán antes de la caída. Esto es lo que Pablo quería decir cuando dijo: “ . . .como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados" (1 Corintios 15:22). Si no era bueno estar sin esposa antes de la caída, ciertamente no puede ser bueno estar sin una compañera después de la resurrección y, cualquiera que repudiara esto, en verdad repudiaría la gran Expiación, porque en ese caso el Salvador sólo habría expiado en parte la pérdida que vino a causa de la caída de Adán y Eva. Estas son grandes verdades eternas que el Señor entendió y así el Salvador dijo: "Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Marcos 10:7-9) ¿Sería posible hacerlo más claro? Yo creo que no. ¿Qué quiso dar a entender cuando dijo que deben ser una carne y nunca ser separados, si no es que el lazo del matrimonio debe continuar más allá de la tumba? Pablo dijo: ...en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón" (1 Corintios 11:11). Podrían tal vez arreglárselas sin el compañero aquí en la mortalidad, pero no en las eternidades que vendrán. Pedro dijo que el marido debía vivir con su mujer "...sabiamente, dando honor a la mujer como al vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo" (1 Pedro 3:7). Ahora, qué significa "ser coherederas de la gracia de la vida"? ¿Cuál vida? Ellas ya tuvieron su vida aquí en la mortalidad, pero están por llegar a ser herederas juntamente con las bendiciones de la vida eterna. ¿Cómo podría escribirse más claramente esto? Recordemos cuando Isaías vio el nuevo cielo y la nueva tierra, cuando: "El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey. . .” (Isaías 65:25). El vio que los hombres: "Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas y comerán el fruto de ellas. "No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma . . . y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. . . porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos" (Isaías 65:21-23). ¿Cómo puede establecerse más claramente que ellos junto con sus criaturas morarán en las casas que construirán? Conferencia General Octubre 1973 Este gran principio eterno es una de las grandes verdades que han sido reveladas por medio de la restauración del evangelio. Personalmente, si prefiero creer que la muerte es la destrucción total tanto del cuerpo como del espíritu, cómo pienso que tendré que vivir por todas las eternidades, sin la continuación de los lazos que nos unen a mí y a mi esposa, a nuestra familia y a nuestros seres queridos aquí en esta vida. El cielo será una continuación de nuestra vida aquí. Esto nos ayuda a entender la declaración y el consejo del presidente David O. McKay cuando dijo que ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar. El presidente Lee ha recalcado la misma idea, diciendo que nuestra mayor responsabilidad está dentro de los muros de nuestro propio hogar, no porque esos hogares deban durar hasta que la muerte nos separe, sino porque estamos edificando la fundación de un reino sobre él cual tendremos el privilegio de presidir a través de todas las eternidades por venir, si somos justos y fieles. Y este es uno de los gloriosos principios del evangelio que ha venido por la restauración aquí en nuestros días y en nuestro tiempo. Hemos leído en los periódicos que han secuestrado niños, y sus padres en algunos casos han ofrecido cientos de miles de dólares para rescatarlos y así poder gozar de su compañía durante este período de mortalidad. Por medio del nuevo y sempiterno convenio y las ordenanzas de sellamiento del santo sacerdocio en los santos templos de Dios, podemos tener a nuestros niños a través de los incontables años de la eternidad. El señor ha indicado a través del profeta losé Smith que ellos vendrán en la mañana de la primera resurrección y "crecerán sin pecado hasta salvarse" (D. y C. 45:58). Aquellos de nosotros que hemos perdido a nuestros niños en la infancia, debemos pensar nada más en el gozo y la felicidad que encontramos en su compañía, comparándolo con el sentimiento de que no habrá relaciones familiares en el mundo eterno. Hermanos y hermanas: Doy gracias a Dios por esta gran verdad que ha venido a nosotros en la restauración del evangelio, la cual es solamente el comienzo, a esta gran audiencia que tenemos aquí hoy, a todos los que nos están escuchando en la radio, a aquellos que nos escucharán esta noche y a aquellos en cuyo corazón Dios ha sembrado un testimonio de la divinidad de su obra; doy mi testimonio de que yo sé que ésta es la obra maravillosa y el prodigio que nuestro Padre nos prometió a través de su gran profeta que fue enviado a nosotros. Y os dejo mi amor, bendición y testimonio en el nombre del Señor Jesucristo, Amén.