ANTES DE TENER SEXO… ¿QUÉ VIENE? LA COMPENETRACIÓN

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ANTES DE TENER SEXO… ¿QUÉ VIENE?
Por Aloyma Ravelo
Hay un mito que mucha gente cree, y tiene que ver con el instinto sexual. Se
piensa que para hacer bien el amor, con deseos y pasión basta. Esto es un
error ciento por ciento. Es además necesario tener esenciales conocimientos
sobre el cuerpo sexuado tuyo y el de tu pareja.
No son pocos los hombres y las mujeres, adolescentes y jóvenes, que suelen
tener sexo, desprovistos de una educación básica sobre la sexualidad humana,
las zonas erógenas, la importancia de hablar sobre gustos, desagrados, y otras
necesarias cuestiones que debemos valorar y tener presente, como la
emocionalidad y los sentimientos. La gente que va a ese tipo de encuentro,
desnudo de ropa y denudo de enseñanzas, puede apostar que tendrá grandes
posibilidades de fracaso.
Y uno de los más frecuentes reveses, se relaciona directamente con la
maduración sexual, es decir, el interés de cada quien por el inicio sexual. Esto
es algo muy personal, que marca en cada quien su tiempo específico, y que no
debemos violentar bajo ninguna presión externa. Ni de novio, ni de grupo, ni de
curiosidad.
Y está en esa misma línea de importancia, la prudencia, que ofrece el
conocimiento, esa que te advierte a cada paso la responsabilidad con la
protección, para evitar ITS y embarazos no deseados y por tanto, inoportunos.
LA COMPENETRACIÓN FÍSICA Y AFECTIVA
No solo se aprende a hacer bien el sexo, sino también se aprende a amar.
Quien desde la niñez le enseñaron a desarrollar este sentimiento, y logra
realmente amar y ser amado, esto facilita mucho las cosas. Recordemos que el
amor es base y fuente de otras muchas satisfacciones, ilusiones y dichas.
Si la pareja se encuentra bien con la relación, existe respeto, amor,
consideración, admiración, las relaciones íntimas tienen buenos pronósticos, o
por lo menos, tendrán menos obstáculos que una pareja en la que no exista
nada de lo dicho anteriormente.
No obstante, se sabe que el amor por sí solo, no resuelve problemas
relacionales. El grado de confianza que tenemos con nuestra pareja, es
necesario desde el principio, y a partir de ahí, empezar a trabajar cualquier
dificultad, desacuerdo o preferencia.
La existencia total de “cóncavo y convexo en el sexo” es solo una frase de una
exitosa canción. La realidad es más compleja.
Otro elemento muy importante es la variedad y la imaginación. Muchas veces,
después de algunos años de relación, esa pasión que se tenía al principio ya
no existe o ha disminuido. Podemos recordar que al principio, tu novio te
desvestía, te quitaba la ropa lentamente, con muchos besos por el camino…
Ahora puede que te diga algo así: “¿quieres?” Y empieza a desnudarse, sin
más preámbulo, esperando que tú lo hagas igualmente. Algunas y algunos que
leen estas líneas, saben que no estoy exagerado para nada. Evitar caer en la
rutina, y sobre todo en la mecanicidad, es algo que siempre hay que cuidar.
EL CUERPO Y SUS DELEIDADES
Antes de aventurarse a cualquier experiencia sexual, es necesario haber leído
suficiente sobre el cuerpo sexuado, tanto el tuyo como el de la pareja. Las
zonas erógenas pueden indicarte puntos claves, pero no estamos hablando
solo del clítoris, el pene, los senos o nalgas, sino de deleites que suelen haber
más allá, si exploramos el cuerpo como un mapa erótico.
Muchas parejas centran sus relaciones íntimas en la penetración. Aprender que
también puede haber un buen y gran sexo sin penetración, no solo alivia a
muchos hombres y mujeres, sino que la riqueza del erotismo no debe ser
segregada a “normas” o imperativos tradicionales.
Sabemos que un buen acople sexual no se logra sólo con algunos consejos. La
sexualidad femenina y masculina es tan compleja y variada que no es
humanamente posible hacer esa labor reduccionista. Pero siempre hay saberes
en esa esfera que, como toda regla básica, tiene gran valor. Sobre todo facilita
equivocarse menos.
COMUNICACIÓN
La clave para tener buenas relaciones sexuales es la comunicación. Compartir
con tu pareja, las fantasías y deseos, permite una exitosa complicidad entre los
dos. Después del acto sexual, es también oportuno hablar sobre qué cosas
gustaron y qué cosas no. Esta conversación permite otro tipo de comunicación,
y es aquella que suele establecerse cuando van conociendo suficiente uno del
otro, en cuanto a reacciones, agrados y apetencias.
Para terminar por hoy, hablemos de los besos, a veces tan olvidados cuando
pasa el fragor de los primeros tiempos. Son muy importantes para toda mujer y
hombre, y especialmente durante las relaciones sexuales.
Siempre es una buena idea empezar las relaciones sexuales con un
apasionante beso. ¿No te parece?
Con este tema, abrimos el diálogo en esta sección.
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