BIOGRAFIA de JULIO ANTONIO (Antonio Julio Rodríguez Hernández)

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BIOGRAFIA de JULIO ANTONIO (Antonio Julio Rodríguez Hernández) Nace en 1889 en Mora de Ebro, una población de Tarragona, donde recibe sus primeras clases de dibujo. Al mudarse su familia a Tarragona, continúa su formación artística en el Ateneo Tarraconense de la Clase Obrera. Hacia 1906 viaja a Almadén, donde su tío ha sido nombrado interventor de Minas de Almadén. El contacto con el mundo de los mineros dejará una huella imborrable en la temática y en los tipos humanos de sus esculturas más logradas. En 1907 consigue una beca de la Diputación de Tarragona para ampliar sus estudios en Madrid. Entra en el taller del escultor modernista Miguel Blay, entonces el escultor más prestigioso de la capital junto con Benlliure. Julio Antonio aprovecha la sabiduría técnica que le brinda Blay, y al mismo tiempo advierte la necesidad de ir forjando su propia personalidad como artista, para lo cual serán importantes sus recorridos por otros escenarios de la vida artística madrileña. Conoce al escultor Victorio Macho, con quien coincide en el empeño por captar los rasgos físicos y espirituales propios del pueblo español, y al pintor Miguel Viladrich, con quien entabla una honda amistad y convive durante los primeros años en la capital. Julio Antonio tiene gran facilidad para relacionarse y ganar amigos. Algunos de los más destacados, entre una larga lista de personalidades del mundo intelectual y artístico, son el escritor Ramón Gómez de la Serna, quien aprecia y da a conocer el valor de su escultura; el doctor Gregorio Marañón, que ayuda y protege al escultor durante sus convalecencias; el escritor Eugenio Noel, con quien estudia las esculturas ibéricas en el Museo Arqueológico de Madrid, y el pintor Julio Romero de Torres, con quien comparte el amor por la tierra y los temas andaluces. En 1908 va a Tarragona para realizar una exposición en el Ateneo Tarraconense de la Clase Obrera, que consta principalmente de dibujos a carbón y sanguina, más un busto de un niño y un relieve. De nuevo en la capital, Julio Antonio decide abandonar el taller de Blay, e instala en la calle de Villanueva su primer estudio, compartido con Miquel Viladrich. En 1909, gana un concurso de la Diputación de Tarragona para la concesión de una bolsa de viaje a Italia. Visita Florencia, Roma y Nápoles, y contempla la obra de Donatello y Miguel Ángel. Se instala en Almadén y comienza su serie de los Bustos de la raza (Minera de Puertollano, Mujer de Castilla, Rosa María, El hombre de la Mancha, El minero de Almadén, El ventero de Peñalsordo) , título que proviene del afán generalizado entre intelectuales, literatos y artistas de esa época por captar las esencias de la identidad española, y que convierte a Julio Antonio en uno de los artistas plásticos que mejor saben plasmar los ideales y preocupaciones de la Generación del 98. Paralelamente a estas esculturas, Julio Antonio realizó una serie de magníficos dibujos realizados también en Almadén. En ellos los protagonistas son los niños. María Emilla Viu señala que los niños que dibuja en esta serie son hijos de los trabajadores de las Minas de Almadén. Niños que reflejan las dificultades de las vidas de sus padres. Niños desnutridos, solitarios, apagados, con expresiones tristes, pero tratados con ternura. 1 El Monumento a los héroes de Tarragona, obra monumental cuyo encargo parte del Ayuntamiento de Tarragona, llena casi toda su vida artística, desde 1910 hasta que muere. La obra está marcada por el anhelo de crear un conjunto escultórico inmortal, su largo y minucioso proceso de gestación y las dificultades económicas de sus inicios. Animado por el éxito obtenido en el concurso tarraconense, inicia una intensa actividad de tipo monumental; aunque la viabilidad de sus empresas queda comprometida, si no gravemente obstaculizada, ante la inexistencia en varias ocasiones de encargos previos. Abre un estudio en Madrid en 1913, junto a la Fundición Codina. En 1919 obtiene un gran éxito al exponer el Mausoleo Lemonier, su última obra, en el Palacio de Bibliotecas y Museos. El artista enferma y fallece a los pocos días en Madrid, a la edad de treinta años, en 1919. 2 
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