Carlos A. Bollini* * Médico anestesiólogo CCPM Problemas y complicaciones de la anestesia regional central Por qué puede fallar un bloqueo subaracnoideo “Para una anestesia satisfactoria es necesario entrar en el saco dural con la punta de la aguja y descargar, a través de él, la dosis contemplada del fármaco, directa y libremente en el LCR, por debajo de la terminación de la médula.” Alfred Barker 1907 1 Introducción Esta sola frase de Barker resume los secretos de una anestesia subaracnoidea exitosa. Con los bloqueos subaracnoideos se obtienen excelentes resultados en cualquiera de sus variantes: simple, combinada subaracnoidea epidural (CSE), c/aguja finas o normales o c/catéter, utilizando anestésicos locales hiperbaros o isobaros. A pesar de ser una técnica relativamente fácil y con un punto final incuestionable como es la salida de LCR, los bloqueos subaracanoideos pueden fallar. Independientemente de la experiencia clínica de cada anestesiólogo2, el alto porcentaje de bloqueos exitosos, aun en manos poco experimentadas, hacen olvidar aquellos casos poco frecuentes que “no anduvieron tan bien” o que simplemente fallaron totalmente. Incidencia Una primera dificultad para conocer con certeza las causas y la incidencia real de las fallas de los bloqueos centrales subaracnoideos es la falta de datos, siendo pocos los trabajos de investigación realizados al respecto en poblaciones grandes y en forma prospectiva. El segundo punto es que los factores en juego son numerosos e interrelacionados, haciendo que las cifras reportadas por distintos autores varíen desde un 0.46%3, pasando por el 4 al 8%4 en un trabajo prospectivo, hasta un 16%5 cuando se utilizó tetracaína como anestésico local. En un estudio retrospectivo, Levy y col.6 reportan fallos de hasta un inaceptable 17%, siendo para este estudio una variable determinante el haberlo realizado en un Hospital Universitario con residentes de Anestesiología. Contrariamente a estas conclusiones, en otro estudio que, a diferencia del anterior fue realizado en forma prospectiva, no se encontró que la experiencia del operador fuese un factor determinante en el total de bloqueos fallados7. Definición El tercer punto que plantea cierta controversia es cómo interpreta cada autor el significado de la palabra “fallar”. Según Levy y col.6 es: “la incapacidad de producir un bloqueo suficiente en densidad y/o altura y/o duración, para poder proceder con la cirugía programada”. No se puede llevar a cabo la cirugía tal como ha sido planeada, y hay que administrar anestesia general en algún momento sin importar la duración. Imbelloni2 define la falla como: “Cuando luego de obtenerse flujo continuo de LCR e inyectar el AL, el nivel de analgesia es inadecuado o ausente, el bloqueo motor insuficiente, hay dolor a la tracción peritoneal o el tiempo es insuficiente para el acto quirúrgico programado”; pero no habla de anestesia general. Como se ve, se puede fallar en cualquier estadio del bloqueo. Sin embargo, no tiene la misma connotación, ni para el paciente ni para RAA 459 Problemas y complicaciones de la anestesia regional central el anestesiólogo, una falla técnica que no permite comenzar con la cirugía que aquella en la que el paciente manifiesta dolor en el momento del cierre de la herida y se finaliza la cirugía con su infiltración o con anestesia general. Factores a tener en cuenta para evitar fallas con la técnica subaracnoidea: 1. Técnicos 2. Paciente 3. Solución anestésica 1. Factores técnicos Es importante hacer notar que una falla de técnica resulta en una falla completa (no bloqueo o bloqueo en parche, anestesia moteada), y que un criterio equivocado en la selección del fármaco para la cirugía planeada causa una falla parcial, esto es de nivel, relajación inadecuada o duración insuficiente. Error en la selección del fármaco, la dosis y/o la baricidad El error cometido en la evaluación de la dosis, la baricidad o el fármaco que debe ser administrado en un procedimiento quirúrgico fue el factor más importante en el estudio de Munhall4, con el 75% de los fallos debido a esta causa, y 17,2 % en la serie de Tarkkila7. Obtención de LCR La imposibilidad de obtener LCR o que éste fluya libremente6, estuvo relacionada directamente con el éxito o la falla del bloqueo. Es muy importante que luego de obtenerse un flujo libre de LCR la aguja sea correctamente mantenida en posición, evitándose así el movimiento involuntario hacia adentro o hacia afuera, tan común cuando se utilizan agujas muy finas (29-27G) a través de un introductor. Además del abordaje Clásico por vía mediana, es importante que el Anestesiólogo conozca otras alternativas de abordaje. Cuando el problema que se enfrenta es la “dificultad para identificar el espacio”, o el “número de tentativas es mayor de 3”, o la columna es catalogada como “difícil” o, como sucede muchas veces 460 Volumen 65 · Nº 6 · Simposio 2007 en paciente añosos, el abordaje por la línea media es imposible, se debe recurrir a una vía paramediana, lateral o a un abordaje de Taylor. Ante la presencia de dificultades, la experiencia y habilidad del anestesiólogo es determinante para la medición del porcentaje real de fallos. Posición del paciente En el estudio realizado por Imbelloni (8) se observa que el número de fallas cuando el bloqueo espinal se realizó en posición sentada fue mayor que en la posición decúbito lateral; sin embargo, otros autores no encontraron estas diferencias cuando compararon las punciones en diferentes posiciones4,7. El tiempo de manutención de la posición del paciente luego de la inyección del AL influye sobre la difusión del mismo en el saco dural. Si el paciente es colocado en posición decúbito dorsal luego de una inyección en el espacio L34, la solución de AL se localizará mayormente en el ápice de la curvatura lumbar. De esta manera, una acentuación de la curvatura lumbar en la embarazada explicaría una mayor difusión cefálica del AL hiperbaro. Inversamente, una rectificación de la columna lumbar en posición decúbito lateral, debida a la hiperflexión de la cadera, reduciría la difusión cefálica de la solución hiperbara, pudiendo ser ésta la causa de un bloqueo insuficiente en altura9. Interespacio vertebral donde se realiza la inyección El interespacio vertebral donde se realiza la inyección con soluciones isobaras tiene significación cuando se lo compara con las técnicas hiperbaras, aunque la diferencia en el sitio de inyección sea tan sólo de un espacio10,11. Un nivel alto de inyección, por ej: L2-3, resulta en una difusión más cefálica del AL cuando se lo compara con L3-4. La tendencia a la falla parcial fue mayor cuando las anestesias espinales se realizaron en los espacios lumbares más bajos7, sobre todo si la cirugía era en el abdomen bajo. Por qué puede fallar un bloqueo subaracnoideo Calibre y diseño de las agujas Con las punciones realizadas con agujas finas se ha disminuido drásticamente el índice de cefaleas; aumentó la frecuencia de uso de esta técnica pero también aumentó el índice de fallas12. En un estudio en el que se emplearon agujas finas 27 G, punta Quincke y aguja punta Whitacre, 2/3 de los fallos se atribuyeron a la imposibilidad para localizar el espacio subaracnoideo debido a que las agujas eran dobladas por los ligamentos interespinosos muy duros. Las fallas fueron más frecuentes con las agujas de Quincke que con las de Whitacre. El diseño de la punta de la aguja es un factor importante. Estudios in vitro13 han demostrado que las agujas de punta Sprottte o Quincke, que presentan un orificio más alargado, permiten un flujo libre más rápido de LCR, aunque también parte de la inyección de AL puede realizarse por fuera del espacio subaracnoideo. En este estudio, el porcentaje de fallos con ambas agujas 27G fue del 5.5 al 8.5%. Con las agujas cuyo orificio de inyección en la punta de la aguja es más pequeño, como las de Greene o Whitacre, el flujo de LCR es más lento luego de la punción dural, pero la posibilidad de inyección del AL por fuera del espacio es menor. Con las agujas finas, una vez que se ha obtenido el flujo de LCR, se debe fijar la posición de las mismas durante la inyección del AL para evitar que las puntas se muevan del sitio correcto de inyección. 2. Factores del paciente Los pacientes que presentan obesidad mórbida representan un desafío múltiple para el anestesiólogo. En ellos se combina la dificultad para identificar el espacio correcto y el impedimento de llegar al saco dural con las agujas de largo usual. Anatómicamente existen conexiones de la aracnoides con la piamadre que pueden interferir con la difusión del AL. Una de ellas es el “septum posticum”, una membrana longitudinal dorsal y mediana que corre desde la región cervical hasta la lumbar y que se encuentra fenestrada en muchos puntos. Lateralmente a este septum, existen otros septos dorsales también fenestrados. En algunos pacientes, a veces el septum posticum es completo o los septos dorsolaterales rodean a las raíces nerviosas posteriores, pudiendo resultar en un bloqueo unilateral o de instalación lenta14. En la aracnoides existen “hojas” que protruyen hacia el espacio subaracnoideo formando como pequeños espacios que explican la cauda equina por un lado y las fallas potenciales por otro15. Existe un espacio virtual, localizado entre la duramadre y la aracnoides, que se denomina espacio subdural. Contiene pequeña cantidad de líquido seroso lubricante. En estudios mielográficos se observa en un 1.6 a 3.2%, y una vez que se expande es difícil punzar el saco16. Aunque poco frecuentes, se encuentran descriptos algunos casos de inyección subdural. Una paciente17, ante repetidos fallos, se le decide realizar una tomografía computada que comprueba la existencia de una anormalidad en el saco dural que no permitía al AL hiperbaro llegar a los segmentos sacros. 3. Factores de la solución anestésica En primer lugar, se debe considerar las fechas de fabricación, almacenamiento y vencimiento de la solución, de las que dependerá, en gran parte, el poder total, parcial o nulo de la misma. Los AL del grupo amida (lidocaína, bupivacaína) pueden utilizarse hasta tres años después de su preparación. Además de la administración correcta de la dosis total; la baricidad del anestésico local inyectado es de suma importancia, (referirse al capítulo correspondiente de este número simposio). Se catalogaba antiguamente como “Raquirresistentes”18 a aquellos pacientes que no obtuvieron anestesia aunque la técnica haya sido correctamente realizada. En una familia hubo fallas en cinco miembros, lo que hace pensar en factores asociados al vínculo19; es una entidad poco frecuente. RAA 461 Problemas y complicaciones de la anestesia regional central Conclusiones • El bloqueo subaracnoideo es una técnica sencilla y reproducible. • Es necesaria cierta experiencia y saber manejar las fallas parciales. • Existen los fallos parciales o totales. • Los fallos son mayores cuando se utilizan agujas muy finas, en posición sentada, en obesos, ante calcificaciones ligamentarias. • La errónea selección de la dosis total, la baricidad vs duración y la localizacion del Referencias Bibliográficas 1. Barker AE. Clinical Experience with spinal analgesia in 100 cases. Br Med J 1907;665-76. 2. Imbelloni LE. Tratado de Anestesia Raquidea, Medidactica Informatica Ltda, Curitiba. 2001. Cap 22: 122-198. 3. Moore DC, Bridenbaugh LD, Bagdi PA, Bridenbaugh PO, Stander H. The present status of spinal and epidural block: a comparison of the two techniques. 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