Redalyc. El discurso científico y humanístico de la investigación

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Revista Venezolana de Ciencias Sociales
Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt - UNERMB
[email protected]
ISSN (Versión impresa): 1316-4090
VENEZUELA
2004
Álvaro Márquez Fernández
EL DISCURSO CIENTÍFICO Y HUMANÍSTICO DE LA INVESTIGACIÓN
VENEZOLANA
Revista Venezolana de Ciencias Sociales, julio-diciembre, año/vol. 8, número 002
Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt - UNERMB
Cabimas, Venezuela
Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal
Universidad Autónoma del Estado de México
Editorial
El discurso científico y humanístico de la
investigación venezolana
Dr Álvaro Márquez-Fernández*
En la universidad venezolana los programas de investigación científica y humanística, apenas
comienzan a consolidarse y a tener las características propias de una sociedad de conocimiento. Es
decir, que estos programas de investigación además de estar insertos en la realidad regional y nacional venezolana y latinoamericana, ahora deben pasar a ser reconocidos por investigadores y academias homólogas a nivel internacional. La presencia científica de nuestras universidades, comienza a
medirse por nuestra capacidad para plantear y resolver los problemas más acuciantes del Estado, la
sociedad y la ciudadanía. El auténtico conocimiento científico y humanístico no tiene otro desiderátum que ése. Lo contrario es pura ideología, demagogia y retórica superflua.
Si reconocemos las inevitables críticas; entonces, es fácil descubrir, no sin cierta perplejidad y
complejo de culpa, lo mucho que hemos perdido el tiempo y el dinero en construir un pensar científico
que en casi nada ha relacionado y comprometido a la Universidad con su entorno. Además, con muy
pocas excepciones, nuestras universidades siempre han sido consideradas tercermundistas, sinónimo de “decadencia” más que de “progreso”. Aún somos una Universidad que continúa en su lucha por
zafarse de la obstinada interferencia de los personalismos, grupos y partidos políticos.
Si bien nuestra acta de nacimiento está firmada por los intereses circunstanciales que le dieron origen a esos fenómenos; no obstante, el presente y futuro de la Universidad está cada vez más en
la fuerza emancipadora de los poderes creadores de sus miembros, desde los catedráticos e investigadores hasta sus legiones de estudiantes. El discurso científico y humanístico de nuestras investigaciones, debe responder en todo momento a la episteme y a la historia de nuestras diversidades culturales. Es necesario evitar cualquier dogmatismo o particularismo que niega o neutralice la genuina
creación de conocimientos.
No ha sido nada fácil abrir las sendas para crear, estimular y reconocer esa especial cultura
académica que requiere el fortalecimiento de una investigación profesional que sea original y comprometida con una política y ética científica. Se nos había vendido una visión muy mercantilista de la
investigación y el supuesto de que investigar era responder a la ley del mínimo esfuerzo y la constan*
Director de la Revista Utopía y Praxis Latinoamericana. Universidad del Zulia.
cia; bastaba con “saber escribir” lo que otros habían pensado y expresado para que la Universidad
cumpliera con los objetivos que la definían. En absoluto, esa “especie” de Universidad está cada vez
más en vías de extinción.
En un país que disfrutó –y lo continúa haciendo- de una de las principales rentas petroleras del
mundo, resulta insólito ver las condiciones de penuria que siguen atravesando estas instituciones de
educación pública superior. Sin embargo, las reiterativas crisis por las que ha atravesado el Estado venezolano recientemente, han creado el momento propicio para una toma de conciencia acerca de
esta realidad y las estrategias para su superación y solución.
Aunque todavía sean escasos los resultados tangibles de la producción científica, sin embargo
ya se ven ciertas cuantificaciones a través de los entes encargados para evaluar el estado del arte de la
ciencia en Venezuela, que nos indican los sectores donde se deben acentuar y profundizar las políticas del Estado para el financiamiento de la investigación científica y humanística. Es un proyecto de
alcance nacional y continental en el que todos estamos comprometidos e identificados.
Siempre se ha hablado mucho –y en abstracto– de “investigación”, pero la realidad que nos
toca vivir día a día nos enfrenta con una práctica científica que en efecto contribuye a convertir esas
palabras en realidades y verdades de hecho.
Al parecer es hoy cuando el Estado venezolano comienza un proceso de búsqueda y respuestas, en el que las Universidades públicas y autónomas deben sentirse representadas junto a otras formulas de educación superior; que sin perder su status de forum y vanguardia, hagan posible la inclusión de la mayor cantidad de ciudadanos en los procesos de participación y democracia social. Y esto
se logra principalmente en la medida que la Universidad cumpla su rol educativo y formativo, donde la
investigación juega un rol protagónico del que ningún Estado puede prescindir.
Los programas de investigación tanto en ciencias naturales como sociales, deben formar parte
de la cultura científica y organizacional de las universidades venezolanas. Es a través de estos programas que el índice de productividad científica de las universidades está en capacidad de influir y orientar las relaciones económicas, la legitimidad del Estado, la justicia social, entre otros condicionamientos de los que depende el buen ejercicio del poder en manos de una gobernabilidad democrática
plural y participativa. En ese orden de ideas, se puede fácilmente inferir el valor de la educación y la
investigación científica en la construcción histórica de la sociedad y sus transformaciones. Es la mejor
manera de asociar la ciencia a la condición humana de cada persona, y con esto el reconocimiento de
que siempre es posible convivir en un mundo más justo y de derechos humanos.
En las dos últimas décadas se ha podido apreciar un significativo avance en el desarrollo de diversas áreas de investigación científica y humanística de las universidades venezolanas. El incremento de los presupuestos universitarios, el cambio de pensa de estudios de pre y postgrado, la profundización de los programas de doctorado, la incorporación de estímulos a la producción científica y sus
respectivas acreditaciones, generan indicadores que pueden pronosticar que a corto plazo el país pudiera contar con una nueva generación de investigadores con capacidad de respuesta para enfrentar
los graves problemas que acompañan a las sociedades modernas. Y esto puede fácilmente ser medido
entre otros aspectos, a través de la publicación de revistas científicas, que se están convirtiendo en
uno de los mejores indicadores de nuestra producción científica y humanística, para saber con toda
conciencia hacia dónde nos llevan nuestros pasos.
Revista Venezolana de Ciencias Sociales, UNERMB, Vol. 8 No. 2, 2004
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