otra forma de entender y hacer economía

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OTRA FORMA DE ENTENDER Y HACER ECONOMÍA
La economía nace como una herramienta al servicio de la sociedad. La perversión del origen lleva a que hoy la
economía sea un fin en si mismo e incluso el fin.
Esto se evidencia cuando observamos lo que ha ocurrido con diferentes herramientas del sistema.
En el ámbito monetario/financiero:
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La moneda que nace como un sistema de cambio, indiscutiblemente muy útil, pasa de tener un valor
intrínseco a carecer del mismo.
Aún como moneda sin valor, es útil para el intercambio pero es en los últimos tiempos cuando la moneda
se convierte en un bien por sí mismo que llega a generar mayor beneficio que el valor que debería estar
representando.
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La bolsa, que nace como un sistema de liquidez para la inversión, evoluciona en la mejora de sí misma
hasta llegar, de la misma manera que la moneda, a atravesar la barrera en la que pasa de ser una
herramienta a un objetivo en sí.
En la bolsa ya no se busca la liquidez del título, ni siquiera se busca la rentabilidad de la empresa que hay
detrás, sino la rentabilidad por el diferencial de la compra venta. Es un mercado que vive de la
especulación.
•
El mercado de futuros, que nace con el objeto de adelantar los rendimientos positivos del productor,
deriva, al igual que los anteriores, hasta generar muchos más beneficios por las compraventas que los
que se puedan generar por haber adelantado el rendimiento de la producción.
Realmente el comprador no conoce prácticamente nunca quién es el productor ni cuál es su producto; lo
importante es saber que diferencial se le puede sacar en el siguiente paso del derecho sobre la
producción futura. Estamos en la especulación financiera.
En el ámbito comercial:
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Las ferias, que eran espacios de encuentro para la compra venta, funcionaban con el compromiso de la
persona como base. Un trato era el acuerdo, la palabra el contrato y el apretón la firma. Hoy, es el miedo
el que impera en las relaciones comerciales y de ello comen muchos.
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El comercio, medio para el intercambio de excedentes, es hoy un negocio en sí mismo, dando paso al
enriquecimiento por medio del engaño en el intercambio. La sociedad, valora como signo de habilidad e
inteligencia incrementar el diferencial del precio entre la compra y la venta. Se premia la carencia de
ética. Esto mismo es lo que da de comer a los que viven del miedo en la transacción.
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Por definición, el comercio facilita el acceso a los productos sin embargo, el que más gana en el comercio
es el que no aporta nada pero en contra, se apropia de un margen al ponerse en medio de un proceso
de forma innecesaria.
En el ámbito de la producción:
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La satisfacción del buen hacer, el oficio, el saber trabajar bien ya no es una fuente de beneficios.
“Comprarás y venderás pero no producirás”. La subcontratación es la solución que se impone desde la
ruptura de este último modelo de degeneración económica. Se trata de encontrar quien desarrolle mi
producción y dedicarse a venderla, apropiándose el máximo del margen posible que al productor le
corresponde.
Aquellas herramientas que servían para ayudar a dar salida a la producción, hoy son las que aportan el
beneficio: marca, imagen,….
Un ejemplo claro de la pérdida del beneficio del que produce hacia el que controla la herramienta, es la
construcción:
El propietario de un suelo que construye, da paso al promotor que ya no construye, pero… sí
cuenta con una propiedad. Después llegamos al agente urbanístico, que sólo aporta una idea y
desde ella se apropia de la mayor parte del margen sin correr con la producción ni con la venta.
La derivación lógica de todo lo expuesto es que la economía que nace como herramienta al servicio de una
sociedad acaba siendo el objetivo y en ciertos, momentos y para ciertas personas, hasta la razón última.
¿Es la economía la responsable de la situación de tantas y tantas personas que se han visto sacudidas y excluidas
del sistema?
Indiscutiblemente NO.
Somos las personas, las que usamos las herramientas de una determinada manera y los que permitimos, e incluso
apoyamos, el mal uso. NO podemos seguir diciendo que el mercado es el responsable ni de lo bueno ni de lo
malo.
Primero, hagamos un uso ético de las herramientas y después, aquella que no sea adecuada cambiémosla pero…
olvidémonos de buscar en el exterior lo que es nuestra responsabilidad.
No podemos reaccionar “alejándonos de la economía” porque es el malo, al contrario, hay que acercarse y
devolver su sentido y su espacio originario.
Es la corresponsabilidad de la sociedad en su conjunto la que lo puede conseguir.
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El ciudadano, en cuanto que consumidor, es un agente decisor de primer orden.
La empresa, en cuanto que productor y empleador.
La administración, en cuanto que gestores del estado deben dejar de intervenir en el sentido opuesto al
que le corresponde por su propia naturaleza. En caso de no hacerlo, lo mejor sería que no interviniera.
Los diferentes actores de la corresponsabilidad están apoyando con sus actos la degeneración del sistema.
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Ciudadano
Cree en la cultura del pelotazo, de la ganancia rápida, del beneficio a corto plazo. ¿qué persona no se
cree con el derecho de ganar una buena cifra en la bolsa o al especular en la venta de una vivienda, hoy
con la compra? ¿Cuántos invierten en depósitos de alto rendimiento sin plantearse de dónde sale ese
anormal diferencial con el resto del mercado y se quejan, e incluso piden al estado les ayude, cuando
resulta ser una estafa?
Es muy complicado vender con criterios de comercio justo a una sociedad que adopta estos
comportamientos e incluso, los valora como algo positivo. Los índices de ventas de este mercado lo
muestran con claridad.
•
Empresa
Vive en el corto plazo. La cultura empresarial es escasa, no así los conocimientos para arrancar un
beneficio que enriquece al empresario mientras alguien, hoy o mañana, compensará la balanza. Nadie
puede conseguir algo sin que otro lo pierda en alguna otra parte y/u otro tiempo.
La RSE (responsabilidad social de la empresa) abordada desde la consciencia y la coherencia ética, choca
de frente con la valoración que nosotros mismos hacemos de un empresario. Consideramos el de más
éxito aquel que más dinero gana, “la maximización del beneficio” y aunque normalmente no se termina la
frase cabría añadir “en el corto plazo”. Reivindicamos al empresario como actor social, que lo es,
generador de riqueza común.
•
La administración
En aquello que desde esta perspectiva andamos buscando ejerce poco y mal es más, la mayoría de los
ciudadanos se lo piden. ¿Cuántas personas piensan que sus problemas se los debe resolver la
administración ya que para eso pagan impuestos? Subvenciones en numerosos casos destinadas a la
ineficacia, a la irresponsabilidad, etc.
Es en 2006, cuando la ley de contratos empieza a plantearse hacer algo (en la línea de coherencia y
responsabilidad social) para resolver una degeneración del sistema que está perjudicando a una mayoría
a favor de una minoría.
Manejan unos presupuestos altísimos, lo que significa un impacto muy importante en:
o
o
Afección directa e importante sobre el consumo y sobre la producción.
Afección sobre el mercado laboral donde no sólo no se ejerce de empleador para toda la
sociedad, sino que mantiene mucho personal ineficaz y desmotivado que está protegido en esta
situación por su condición de funcionario.
¿Qué es lo que proponemos?
COHERENCIA
Desde la coherencia impulsar el proceso de generación de un nuevo modelo de gestión económica.
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Un modelo al servicio de la persona y su medio.
Un modelo justo.
Un modelo inclusivo.
Un modelo propiedad de la sociedad actual y futura.
Planteamos soluciones que no exigen reinventarlo todo sino que. utilizando correcta y éticamente las herramientas
existentes, serían muy pocas las que necesitarían modificarse o incluso crearse, sin embargo, podríamos
cambiarlo todo.
Seamos los primeros en desposeer de fundamento el contemplar como fin aquello que nunca debió pasar de ser
un medio.
¿CÓMO?
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Financiación alternativa:
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Préstamos solidarios.
Fondos de garantía.
Capital-riesgo social.
Banca Ética.
• Comercio justo. Aquí y allí.
• Actitud crítica en nuestro consumo antes de pedir a los demás que lo tengan en nuestro favor.
• Gestión del modelo hacia todo el mercado, en todas direcciones.
• Invitación a todos los actores de la sociedad a participar en el sistema.
• Recoger estos valores en toda la formación que se realice.
• Forzar a las estructuras del tercer sector para dar acceso a empresarios, sindicatos, universidades, etc.
No se puede abordar este cambio desde un espacio marginal y cerrado.
• La generación de un nuevo modelo no debe de ser patrimonializado por nadie. Hoy, al contrario
debemos tender a desaparecer como estructura aislada con sentido propio e individual.
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