Planeación y diseño de edificios para la salud. Gemma Verduzco

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PLANEACIÓN Y DISEÑO DE EDIFICIOS PARA LA SALUD
Gemma Verduzco
Jefe de la División de Estudios de Posgrado
de la Facultad de Arquitectura
Los edificios para la salud son parte integrante del equipamiento físico que la sociedad requiere
para su desarrollo. Su función es incidir directamente en el bienestar de la población, ya que es en
estos edificios donde se proporcionan servicios comunitarios, particularmente en materia de salud
física y mental, ya sea preventiva, curativa o de rehabilitación. Asimismo, los edificios para la salud
son centros de formación de personal médico, sanitario y de investigación biosocial.
El objetivo de los Programas de Posgrado en este campo, es la formación de recursos
humanos de excelencia dedicados al estudio de la salud y bienestar de las poblaciones. Cabe
aclarar que esta acción no sólo se limita al conocimiento del proceso de administrar y evaluar los
servicios de salud que brinda el Estado.
A nivel de Posgrado en la UNAM, existe un curso enfocado a la Planeación y
Administración de la Atención Médica y de Hospitales en la Facultad de Contaduría y
Administración, otro orientado a determinar los problemas de salud y los factores que inciden en la
prestación de servicios de salud, en la Maestría de Investigación y Servicios de Salud, en la ENEPIztacala.
La División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura, ha trabajado en
problemas del sector salud estrechamente con instituciones tales como: el Sistema Nacional para
el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el Instituto Nacional de la Senectud (INSEN); la Facultad
de Psicología de la UNAM, la de Medicina, el Instituto Mexicano del Seguro Social y otros. En una
búsqueda que pretende llegar al conocimiento de los espacios o ambientes arquitectónicosurbanos que coadyuven en el logro del óptimo desarrollo del ser humano desde el punto de vista
físico, mental y social, ya sea en el ambiente doméstico, de trabajo, de la educación, la recreación
o la asistencia médica.
En el Posgrado de Arquitectura los problemas de salud y su vinculación con la planeación,
construcción, conservación y mantenimiento de edificios hospitalarios, se han canalizado a la
modalidad de actualización.
Sin embargo, es nuestro interés el establecer una amplia vinculación con otras disciplinas e
instituciones que nos permitan abordar la problemática desde diferentes enfoques para contemplar
una amplia visión y así de acuerdo a los postulados de la Universidad Nacional Autónoma de
México, atender a las prioridades de la nación.
Hablar de la participación de los Arquitectos en el diseño y planeación de edificios para la
salud es remontarnos a los inicios de la época colonial en la cual se edificaron obras para ser
usadas específicamente como hospitales. Así surgieron el Hospital de la Concepción o de “Nuestra
Señora”, fundado por el conquistador Hernán Cortés en el año de 1524, hospital que prestó
servicios de valor inestimable, ya que fueron recibidos tanto por españoles como por indígenas.
La necesidad social de aislar a los leprosos, origina que surja entre 1521 y 1524 el Hospital
de San Lázaro, anexo a la ermita de la Tlaxpana, el cual tuvo una efímera vida ya que fue cerrado
en 1528.
Poco después en el año de 1531, toca a Fray Pedro de Gante fundar el Hospital de Saint
Joseph, conocido posteriormente como Hospital Real de Naturales o Indios. Es en este recinto
donde se practicó la medicina española junto con la indígena, su propósito era atender a los indios
teniendo capacidad de 300 a 400 pacientes, allí mismo se efectuó la primera operación quirúrgica
así como las primeras autopsias con el fin de precisar científicamente los orígenes de algunos
padecimientos y sugerir las terapias adecuadas; por su parte la Universidad Real y Pontificia
encargó que en el Hospital Real de Naturales se hicieran las anatomías oficiales como parte de la
enseñanza para que fueran presenciadas por todo el claustro de la Facultad.
Es así que en este edificio llamado primeramente Enfermería y posteriormente Hospital, se
da por primera vez en México la multiplicación de funciones; por un lado la atención de pacientes
indígenas, por el otro la investigación científica, sumándose ambos para la enseñanza. El edificio
se ubicó en las calles de San Juan de Letrán, cerrando sus puertas en 1722 y desapareciendo con
la ampliación de dicha calle, sin embargo fue una edificación realizada exprofeso para la asistencia
a la salud indígena fundamentalmente, de bella fábrica, contando con amplias salas, templo, baños
y temazcales, con una buena dotación de farmacia. Tanto su arquitectura como su funcionamiento
correspondió enteramente a su época acorde con los avances de la medicina.
Fueron múltiples los hospitales que se erigieron en la Ciudad de México y en el país en
general, mencionemos tan sólo los más importantes de la capital:
Nombre
Hospital de Jesús
Hospital Real de los Naturales
Hospital del Amor de Dios
Hospital de San Hipólito
Hospital de San Antonio Abad
Hospital de la Santísima
Hospital de San Lázaro
(1ª. Etapa de 1521 a 1524) y 2ª. Etapa
Hospital de Monserrate
Hospital del Espíritu Santo
Hospital de San Juan de Dios
Hospital del Divino Salvador
Hospital de Betlemitas
Hospital de Terceros
Fundado en
1524
1531
1540
1566
1569
1570
1572
1590
1600
1605
1687
1696
1761
Para fines del siglo XIX, existían en la Ciudad de México los siguientes nosocomios:
Hospital General de San Andrés
Hospital Juárez
Hospital Morelos (de San Juan de Dios)
Hospital de Dementes (del Divino Salvador)
Hospital de Jesús
Maternidad y Consultorio Quirúrgico
Corresponde al Doctor Eduardo Liceaga promover la construcción del Hospital General de la
Ciudad de México, iniciándose la obra en el mes de julio de 1896, bajo la dirección del Ing. Roberto
Gayol a quien sucede el Arq. Manuel Robledo Guerra, en un predio de la colonia Hidalgo (hoy
Doctores) con una superficie inicial de 170,776.00 m2 bajo el criterio de pabellones independientes
que respondieron a las siguientes áreas:
Medicina
Cirugía en diversas dimensiones
Enfermedades venéreo-sifilíticas
Enfermedades de niños
Obstetricía
Tuberculosos
Leprosos
Tifosos
Otras enfermedades infecciosas para niños
Enfermos distinguidos no infecciosos
Enfermos infecciosos adultos
Partos reservados.
Entre los edificios para encamados de hombres y mujeres se construyeron otros destinados a los
servicios de:
Administración
Salas de operación
Cocina para enfermos
Panadería
Botica
Hidroterapia
Mecanoterapia
Electroterapia y radiografía
Lavandería
Estufa de desinfección
Instituto de anatomía patológica, bacteriología, química biológica y medicina
experimental
Caballerizas, bodegas y cocheras.
Con este programa se construyó y fue inaugurado en 1905 por el General Porfirio Díaz; este
nosocomio marca una nueva concepción en la medicina y desde luego en la interpretación
arquitectónica de los hospitales en México. En años posteriores contiguo a él y como su
desdoblamiento y multiplicación, como criterio inicial se construyó el Centro Médico actualmente en
proceso de reconstrucción con otra concepción y desarrollo.
A partir de la Revolución ha sido creciente la importancia a las políticas de atención a la
salud y de seguridad social. Los problemas de salud se vinculan con nuestro modelo de desarrollo,
por lo que estas políticas se han centrado particularmente en dar atención a una masiva población
derechohabiente. De esta forma surge una Secretaría de Estado del Ejecutivo Federal, encargada
de la responsabilidad sectorial para coordinar las acciones del sector público y regular a las del
sector privado en esta materia. Esta dependencia es actualmente la Secretaría de Salud, y se
establecen los sistemas de seguridad social creándose el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en 1943 y el Instituto de Seguridad y de Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
(ISSSTE) en 1960.
Para cumplir con la función de dotar de espacios para la salud, en 1965 se funda la
Comisión Constructura e Ingeniería Sanitaria, dependiente de la Secretaria de Salubridad, hoy
desaparecida, con la finalidad de aplicar recursos de inversión federal en la construcción,
conservación y mantenimiento de los edificios de asistencia médica a la población en general, en
los sistemas de seguridad social; los institutos existentes construyen con recursos propios sus
unidades médicas, las que fueron aumentando a medida que se extendían los beneficios de la
seguridad social a un número mayor de derechohabientes, incluso el IMSS establece en 1979 el
programa IMSS-COPLAMAR para extender su atención a población abierta en zonas rurales hasta
entonces marginadas.
En México diversos grupos sociales sufren todavía de la desatención por parte del Estado
y la sociedad para cubrir sus necesidades más apremiantes de vivienda, educación, trabajo,
alimentación y salud.
Estos grupos aún no incorporados a la vida “activa” se enfrentan constantemente a
obstáculos para su sano desarrollo, agudizándose en los casos del deficiente físico o mental, los
ancianos, los minusválidos, los marginados y todo aquel grupo que no participa activa y
plenamente en la vida productiva del país.
Con el desarrollo del sistema de seguridad social y una mayor disponibilidad de recursos
económicos, los nuevos edificios para la salud contaron con todos los espacios e instalaciones
adecuadas y con los recursos humanos necesarios para el ejercicio de la medicina moderna,
condiciones que por insuficiencias económicas no reunían la mayoría de los establecimientos
dependientes del sistema de asistencia médica pública.
Los avances internacionales logrados en cuanto a la técnica, organización, programación,
diseño y construcción de hospitales fueron antecedentes de la planeación y diseño de los
hospitales modernos en México. La magnitud de los recursos asignados a este renglón en los
países industrializados, la existencia de asociaciones que agrupan profesionales de diversas
disciplinas relacionadas con el diseño y la planeación de hospitales, la elaboración de estudios
estadísticos y normas realizadas por dependencias gubernamentales y asociaciones privadas, así
como la especialización de un gran número de médicos mexicanos en el extranjero fueron entre
otros, algunos de los factores que incidieron en la implantación en nuestro país de sistemas de
organización y trabajo operativos y eficientes en la medicina social realizada institucionalmente.
México es miembro de diversas organizaciones internacionales como son: la Organización Mundial
de la Salud (OMS); Organización Panamericana de la Salud (OPS); Federación Internacional de
Hospitales (IFH); Comité Permanente Interamericano de Seguridad Social (CIPSS) y es la sede del
Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (CIESS).
En la actualidad es necesario contar con mejores recursos humanos y tecnológicos para
actuar sobre la problemática en esta área de conocimiento que permita generar una práctica
profesional más sólida y profunda al plantear soluciones arquitectónicas que atiendan a las
necesidades de las instituciones de salud y seguridad social en México y Latinoamérica.
Es con la institucionalización de la atención médica, con la que se da el paso definitivo para
la erradicación de epidemias, disminución de la inmortalidad y preservación de la vida humana en
México, incorporando los adelantos en materia de medicina y equipos médicos, edificando para ello
los espacios arquitectónicos correspondientes. No hay que olvidar que los profesionales que
inicialmente se ocuparon de estos problemas sociales fueron los urbanistas que se denominaban
higienistas, los cuales sembraron las bases para la planeación de un medio ambiente físico sano.
En los últimos años, el volumen de obras de edificios para la salud realizados en nuestro
país por los organismos del sector salud: Secretaría de Salubridad y Asistencia (en la actualidad
Secretaría de Salud), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado,
Petróleos Mexicanos, Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y sobre todo el
Instituto Mexicano del Seguro Social, ha permitido la acumulación de experiencias y de datos en el
ámbito nacional que ha generado, según nuestra realidad, una tecnología y sistemas de
planeación, programación y diseño arquitectónico para la solución de este tipo de edificios, que
representan aportaciones susceptibles de ser utilizadas en otros ámbitos con características
similares a las nuestras, incluyendo Latinoamérica.
Al parecer salud en México es sinónimo de servicio medico, la infraestructura sanitaria
asistencial es escasa, el patrón de producción de servicios es más de orientación individual
hospitalaria y curativa que de orientación colectiva y preventiva. Los problemas de salud se
abordan desde el punto de vista individual (especulativo) y curativo. Lo anterior conduce a que la
medición de los avances respecto a la atención a la salud se refieran al número de camas (cuando
ya se ha presentado la enfermedad) y al número de unidades hospitalarias o terapéuticas,
minimizando y ocultando el problema.
En la esfera de la promoción del bienestar humano y prevención es aún inédita la
detección temprana de defectos y enfermedades que tienen que ver con la higiene escolar y
doméstica; el diagnóstico y tratamiento oportunos para un rendimiento óptimo del individuo, la
promoción del cultivo y desarrollo de las actividades físicas que se relacionan con la práctica
temprana de deportes y educación física, la atención a las plagas sociales como el maltrato a los
niños y a las mujeres, la dependencia de las drogas y fármacos, el abandono de los ancianos, la
discriminación a minusválidos, la falta de espacio de socialización para los jóvenes.
Esta situación, determina un estudiante de posgrado que lejos de profundizar en la
problemática del proceso salud-enfermedad, desde el punto de vista humanístico, sólo sea
habilitado para el seguimiento de las normas y requerimientos establecidos por las instituciones del
ramo, convirtiéndolo en un tecnócrata, al servicio de intereses particulares, con poca o nula
capacidad para desarrollar investigación en el campo de la producción de espacios para la salud.
Como resultado de las políticas de salud que han prevalecido, la producción de edificios de
salud se ha orientado a grandes y costosos edificios ubicados en medios urbanos y ciudades
grandes y medianas, preferentemente, lo cual ha venido acentuando los desequilibrios regionales.
El espacio físico de estos edificios hospitalarios diseñados de acuerdo a estrictas normas, presenta
problemas tanto funcionales, como de mantenimiento y capacidad.
En este sentido, el conocimiento y acceso a la información de la realidad nacional es
fundamental en los procesos de planificación y diseño de edificios para la salud (en un sentido más
amplio). La investigación y su vinculación con la práctica se hace necesaria con las diversas
disciplinas que inciden en esta acción, implicando forzosamente una interacción multidisciplinaria
en los estudios de Posgrado.
La acelerada intervención de la tecnología en el campo de la medicina provoca que los
espacios físicos se desactualicen y rápidamente se conviertan en obsoletos, lo cual implica una
necesidad de investigación y observación metódica que conduzca a aportar nuevas alternativas
funcionales y constructivas, en lo que se refiere a este tipo de servicios, siendo de los posgrados
donde debe surgir la respuesta.
La salud de una población va más allá de cuestiones numéricas relativas a la cantidad de
unidades hospitalarias o índices de mortalidad o morbilidad.
El problema de México es un problema de calidad ambiental, de calidad de vida que
debiera medirse en función del desempeño de los individuos (su capacidad y potencialidad), su
crecimiento y desarrollo, de los impedimentos que tienen los habitantes para su desempeño
satisfactorio, así como de sus apreciaciones subjetivas respecto al bienestar físico, mental o social.
Las condiciones de vida resultantes de las relaciones sociales, dentro de un proceso
histórico que se va transformando y cambiando y que de alguna manera afectan la salud física y
psicológica, en la medida que se incrementan la acumulación y la explotación, van generando
condiciones ambientales cada vez más inadecuadas, tanto en el espacio doméstico, como en el
ámbito urbano.
Sin embargo, es insuficiente y ocioso referirse a esta situación sin conocer e identificar las
características físicas y arquitectónicas del contexto donde se desarrollará adecuadamente la vida.
Lo anterior conlleva un arduo y complejo proceso, debido a la gran diversidad de ambientes que se
presentan en una sociedad como la nuestra.
Habrá un primer nivel que corresponde a las relaciones de la gente con el entorno
diseñado, los problemas de salud que se presentan con la ausencia de servicios de infraestructura,
tales como las redes de agua potable, alcantarillado, recolección y tratamiento de desechos, así
como la ausencia del control y eliminación de substancias contaminantes en el aire, el agua, el
suelo, o los alimentos.
Existen niveles de confort físico que deben ser considerados en el diseño de espacios
hospitalarios, tales como el nivel de ruido aceptable, iluminación, ventilación y otros.
El hacinamiento, la presencia de vehículos que provocan contaminación, subresaturación y
accidentes, la ausencia de áreas verdes, producto de especulación con el suelo urbano, la baja
calidad en términos de confort físico y psicológico de la vivienda y su entorno, así como la ausencia
de equipamiento adecuado, son todos ellos problemas que se vinculan a la intervención a nivel
teórico y práctico de los estudios de posgrado, por una parte debido a su carácter social y
multidisciplinario y por otra a la urgencia de abordarlos a nivel de investigación que coadyuven a su
explicación y conocimiento.
Por otra parte, estas cuestiones que finalmente se expresan en términos físicos espaciales
requieren de un marco teórico conceptual para su mejoramiento en términos de administración del
medio ambiente, transformación e impacto sobre la salud física, mental y social.
En esta primera instancia de análisis y reflexión también es necesario contemplar los
efectos sobre la salud resultantes de la explotación irracional de los recursos naturales, o las
medidas tomadas hasta el momento para la protección de alimentos y bebidas, control de higiene
en centros de reunión, en centros de educación, o aquellos que se refieran a la fauna nociva
(paludismo, rabia, alacranismo, etcétera).
La interacción del hombre con el medio ambiente provoca comportamientos que alteran la
salud física y psicológica, estos últimos afectan particularmente la esfera de lo social, las
condiciones estresantes de ciertos ambientes diseñados, los riesgos ambientales, deben ser
identificados, estudiados y servir de insumo para una mayor adecuación del medio ambiente físico
a las necesidades de la población.
Actualmente, la falta de una planeación integral del equipamiento para la salud, de
coordinación intersectorial (políticas regionales y urbanas), es resultado de una atomización y
ultraespecialización del conocimiento, de la ausencia de un espacio común de reflexión para la
acción, que en gran medida, es lo que los estudios de posgrado ofrecen.
Finalmente, los profesionales, investigadores y los docentes son agentes de interacción
ecológica de la sociedad con el medio ambiente natural en el proceso de cambio.
La primera instancia de esta interacción es la modificación del medio ambiente natural, lo
cual conduce a la reflexión de las acciones y los efectos. Consecuentemente, toda la riqueza de la
cultura debe tener una base general común que es el bienestar actual, el futuro del ser humano y la
permanencia de esa coexistencia entre el ser humano y el medio ambiente. Una segunda instancia
seria la consideración de los efectos en la salud del hombre, resultantes de la interacción del medio
ambiente sobre el ser humano (de manera particular). Desde esta óptica seria posible contar con
un marco para el análisis de intervención del especialista, con una percepción medio ambiental,
sensibilizado, consciente, creativo, informado y lo que es más importante, que la formación en el
posgrado produzca individuos comprometidos con la raza humana.
En el campo de la Arquitectura, los edificios para la salud son uno de los géneros de
edificios que presentan mayor complejidad en su programación y diseño, ya que plantean
requerimientos de diversa índole: urbano, tecnológicos y de funcionamiento. Por otra parte, estos
edificios atienden a uno de los grandes problemas del país: la salud, problema que se incrementa
al ritmo de nuestro crecimiento demográfico.
Los establecimientos de salud deberán ser diseñados en función a requerimientos
establecidos por un conjunto amplio de especialistas: en el campo de la epidemiología, la salud
pública, la planeación de la salud, los cuales darán las bases para la adecuación tipológica de los
inmuebles y su contexto, para lo cual se requiere la participación de profesionales de diversas
áreas del conocimiento.
Asimismo, la ingeniería sanitaria, y otro tipo de disciplinas tales como la medicina laboral,
nutrición, químicos, farmacobiológicos, científicos sociales, ofrecerán medidas sociales y
ambientales para el establecimiento de sistemas de servicios de salud que incluyan los de salud
ocupacional, salud mental, acciones de rehabilitación, de saneamiento ambiental y de educación
para la salud, de alimentación, para el control y erradicación de padecimientos tanto transmisibles
como crónicos, acciones de prevención de accidentes o aquellas para el control de los servicios
farmacéuticos y su relación con la industria productora de alimentos.
A lo anterior hay que añadir que en México existen industrias para la fabricación de
equipos de hospital, tanto de los servicios médicos, como de alimentación, lavado de ropa y los
materiales y equipos que requieren las instalaciones de un edificio para la salud.
En el mes de noviembre del año en curso se inicia la especialidad en “Planeación y Diseño
de Edificios para la Salud”, con la cual la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de
Arquitectura, se incorpora de lleno a esta importantísima área de las ciencias para la salud.
La especialización dará respuesta académica en cuanto a la formación de especialistas de
alto nivel técnico y docente a nivel licenciatura y de posgrado que incidan en la práctica profesional
y en la calidad de la enseñanza en está área de la arquitectura.
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