Sobrecarga de información

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Expectativas
Análisis de tendencias socioeconómicas
8. Sobrecarga de
información
E
n 1970, el subdirector de la revista
‘Fortune’ Alvin Toffler publicó un
libro titulado ‘Future Shock’ en el que
describía su visión de la sociedad del
futuro en los países desarrollados. Entre las características de ese mundo que
se avecinaba estaba la aceptación del
matrimonio homosexual, la generalización del uso de drogas o la creación de
tejidos en el laboratorio. También acuñaba un nuevo término: “Sobrecarga de
información”. En realidad, esa expresión
ya había sido creada en 1964 por el economista Bertram Gross (cuyo hijo ganaría el Nobel de Física) en su libro ‘The
Managing Organizations’.
En cualquier caso, en 2011 estamos
en una situación de sobrecarga de in-
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formación, es decir, de tal recepción de
datos y noticias que podemos llegar a
ver bloqueada nuestra capacidad de tomar decisiones. A medida que Internet
se expande y se hace más accesible y
los diferentes medios de comunicación
convergen en el teléfono móvil o en la
tableta, el problema crece. Joanna P.
Crane, de la Oficina Federal de Comercio (FTC, según sus siglas en inglés)—el
organismo que vigila la competencia en
Estados Unidos—ha estimado que el volumen de información de las empresas
se dobla entre 12 y 18 meses.
En su opinión, no se trata de un mero
problema de gestión de datos, sino también de seguridad. La sobreabundancia
de información, además de redundan-
Expectativas
cias, puede provocar una confusión
entre los que son verdaderamente importantes y deben ser protegidos y los
que no. También limita la creatividad. La
experta en creatividad de la Escuela de
Negocios de Harvard teresa Amabile ha
llegado a la conclusión de que las personas más eficientes son las que seleccionan mejor sus objetivos y medios para
alcanzarlos. Internet, con su incesante
flujo de información, frecuentemente
conspira contra eso. Amabile, en su libro ‘The Progtress Principle’, explica
que el trabajador que va ‘de flor en flor’
por Internet hasta que combina diferentes elementos no es más que un mito.
El problema también tiene implicaciones de índole personal. “Somos lo
que leemos”, afirma la psicóloga de la
Universidad de Tufts Maryanne Wolf
en su libro ‘Proust and the Squid’, en el
que expresa su preocupación por la obsesión con la ‘eficacia’ y la ‘inmediatez’
que genera Internet, una tesis que comparte el escritor Nicholas Carr, autor
de ‘The Shallows: What the Internet Is
Doing To Our Brains’.
Sin remedio aparente
¿Qué soluciones existen? Por ahora, pocas. Desde que estalló la actual crisis, el
53% de los trabajadores estadounidenses han tenido que asumir tareas laborales a las que antes no se dedicaban, lo
que supone una carga laboral mayor que
hace cuatro años, según la consultora de
recursos humanos Spherion. En otras
palabras: cada vez hay menos tiempo
Análisis de tendencias socioeconómicas
Más del 50% de los
trabajadores estadounidenses
asumen tareas a las que no se
dedicaban antes de la crisis, lo
que les supone una mayor carga
para concentrarse y más distracción
online, como explica el libro ‘The Shallows. What The Internet is Doing to our
Brains’ (‘La superficialidad. Qué está
haciendo Internet a nuestro cerebro’),
en el que el Nicholas Carr viene a afirmar que la Red está creando una suerte
de ‘epidemia’ de Desorden de Déficit de
Atención, un trastorno de personalidad
al que los anglosajones se refieren como
ADD. Hay programas informáticos que
desconectan periódicamente el ordenador, pero ésa no es una solución en
la vida de las empresas. Y, desde que
en julio de 2007 Apple lanzó el iPhone,
la convergencia de internet y telefonía
ha sido total. Con semejantes condicionantes, la ‘sobrecarga de información’
amenaza en convertirse en un problema como los atascos de tráfico, sólo que
más grave porque estará en todos los
momentos de la vida de las personas y
las empresas.
En el mundo existen alrededor de
232 millones de hostnames, es decir, de
sistemas que tienen alojadas páginas
web. Dado que en muchos casos un solo
host contiene varias páginas web, no es
aventurado presumir que hay al menos
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Expectativas
1.000 millones de páginas web, si bien
esa cifra es aventurada, porque nadie
controla Internet.
Eso plantea un problema: ¿cómo
puede un usuario organizar todo ese
masivo caudal de información? ¿Qué páginas web son más importantes? ¿Cómo
evitar lo que el ex consejero delegado
de Google, Eric Schmidt, ha calificado
de “sobrecarga cognitiva”? Un ejemplo:
en el Reino Unido, solo entre el 7% y el
9% de la población usa Twitter, frente
al 50% que emplea Facebook. Pero los
usuarios de Twitter son “influidores”,
según Nic Newman, investigador visitante del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford.
Para solucionar ese problema, han
aparecido una serie de páginas web que
permiten ‘organizar’ la información. Es
un nuevo sector conocido como ‘curating’, es decir, ‘realización de archivos’,
que gira en torno a la organización de
la información en Internet. Algunas páginas, como Keepstream, ofrecen la posibilidad de que el usuario organice, en
una web, las noticias que le interesan,
sobre todo si éstas proceden de Twitter. Storyful, por el contrario, ofrece
un menú más variado de noticias, pero
también unas posibilidades más limitadas para el usuario.
Otras web utilizan los recursos que
ofrecen las redes sociales. Flipboard—
para los iPad—, News.me, Zite y Trove
permiten al usuario crear su propio ‘periódico online’ en función de los links
que hayan colgado sus contactos en Facebook y Twitter.
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Análisis de tendencias socioeconómicas
Estas webs son, simplemente, unos
primeros intentos para organizar el
masivo flujo de información que recibimos.
Referencias
Artículo de Nicholas Carr
http://www.theatlantic.com/magazine/
archive/2008/07/is-google-making-us-stupid/6868/
Marianne Wolf: Proust and the Squid
http://www.amazon.com/exec/obidos/
ISBN=0060186399/theatlanticmonthA/
ref=nosim/
Presentación de Joanna P. Crane, de la FTC
http://www.cpa.gov.eg/english/FTC/Identity-Theft(13).pdf
Future shock
http://www.amazon.com/Future-Shock-Alvin-Toffler/dp/0553277375/ref=sr_1_1?ie=
UTF8&qid=1319168528&sr=8-1
Artículo de The Economist sobre sistemas
para organizar la información online,
http://www.economist.com/
node/18904124
Artículo de The Economist sobre los peligros de la abundancia de información online
http://www.economist.com/
node/18895468
‘The Shallows’,
http://www.theshallowsbook.com/nicholascarr/Nicholas_Carrs_The_Shallows.html
The Progress Principle
http://www.progressprinciple.com/books
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