bjetiva Una visión independiente para la toma de decisiones Foco | Proyecto de Ley de Presupuesto ¿Podrá procesarse una reducción sustantiva del déficit fiscal? Miércoles 2 de setiembre de 2015 El proyecto de Ley de Presupuesto plantea una reducción del déficit fiscal hasta 2,5% del PIB al final del período de gobierno No obstante, el escenario macroeconómico sobre el que descansan las proyecciones luce optimista en la actual coyuntura internacional y regional Como estaba previsto, el pasado lunes el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el proyecto de Ley de Presupuesto para el período 2015-2019. El proyecto reconoce explícitamente un cambio en el contexto económico, lo cual se manifiesta tanto en las consideraciones referidas al contexto internacional y regional como en la proyección de crecimiento económico. De hecho, para el conjunto del período se prevé una expansión del PIB de 2,7% promedio anual, muy inferior a las medias de crecimiento observadas tanto en la primera administración de Vázquez como durante el gobierno de Mujica (5,9% y 5,0% anual respectivamente). La exposición de motivos que acompaña el proyecto subraya la responsabilidad fiscal como eje orientador del presupuesto, entendida ésta como “el compromiso con la sostenibilidad de las cuentas públicas” y un “pilar fundamental sobre el cual descansan la estabilidad macroeconómica, la continuidad del carácter inclusivo del crecimiento y la preservación del clima de confianza de los actores económicos y sociales” entre otros elementos. La estrategia presupuestal tiene un ancla relevante en la recomposición de la contribución de las empresas púbicas al resultado fiscal, que el gobierno estima en el orden del 1% del PIB. Por otro lado, es de destacar que el proyecto de ley contempla incrementos discrecionales del gasto solamente para los próximos dos años (2016 y 2017). Para los últimos años de gestión, en cambio, se prevén únicamente incrementos asociados a obligaciones contractuales, normativas o a disposiciones anteriores que generan una inercia difícil de quebrar (como la dinámica de salarios y pasividades o el ingreso de nuevos colectivos al FONASA). En ese marco, el programa presentado supone una reducción paulatina del desequilibrio fiscal, desde un nivel de 3,5% del PIB el año pasado hasta un 2,5% del PIB en 2019. Como se observa en el gráfico, se trata de desequilibrios aún relevantes en relación a los registros alcanzados en la segunda mitad de la década pasada, pero -de concretarse- el objetivo supondría una corrección fiscal moderada respecto a los guarismos actuales. Resultado fiscal proyectado en la Ley de Presupuesto Sin embargo, el escenario igual luce optimista en relación al marco de proyección con el que estamos trabajando en Deloitte. Para el año próximo, concretamente, las proyecciones oficiales asumen una expansión del PIB de 2,5%. En nuestro escenario base, en cambio, prevemos un crecimiento menor a 2% tanto en 2016 como en 2017. Escenario macroeconómico del gobierno Proyecciones seleccionadas 2014 2015* 2016* 2017* 2018* 2019* Crecimiento del PIB 3,5% 2,5% 2,5% 2,8% 3,0% 3,0% Inflación (prom.) 8,9% 8,4% 7,6% 6,3% 5,7% 5,0% 13,5% 16,2% 9,8% 6,4% 5,5% 5,0% 23,2 27,0 29,6 31,5 33,2 34,9 Var. del salario real (prom.) 3,4% 2,5% 2,1% 2,0% 2,0% 2,0% Ocupación (var. de personas) 2,3% -1,0% 0,2% 0,5% 0,8% 1,0% Var. del tipo de cambio (prom.) Tipo de cambio promedio Por otro lado, también parece relevante señalar que el escenario oficial contempla una corrección cambiaria muy moderada. De hecho, las tasas de depreciación nominal suponen un tipo de cambio de $ 29,6 en el promedio del año que viene (sólo 3,5% por encima del valor actual) y asumen en los tres años siguientes variaciones muy similares a la inflación. En otras palabras, no se prevé un ajuste muy relevante de los precios en dólares en Uruguay, algo que a nuestro juicio es esencial para que el país logre mejorar la competitividad y pueda seguir creciendo en los próximos años. Como % del PIB 0,5% Finalmente, cabe advertir que pese a la desaceleración económica el escenario oficial incorpora aumentos significativos del salario real (del orden de 2% por año) y un ajuste muy pequeño en el nivel de empleo (circunscripto únicamente a 2015). 0,0% -0,5% -1,0% -1,5% -2,0% -2,5% -2,5% -3,0% -3,5% -3,5% -4,0% 1999 2004 2009 2014 2019 El hecho de que el marco macroeconómico que subyace al programa fiscal luzca optimista a nuestro juicio impone un riesgo para el cumplimiento de la meta de reducción del déficit, ya que introduce un sesgo en la proyección de ingresos de la DGI, el BPS y de todo el sector público en un sentido más amplio. De hecho, los últimos datos disponibles ya muestran a la recaudación tributaria en 1 niveles inferiores a los que se prevén en el programa para el conjunto de 2015. El aumento del gasto es significativo y la evidencia histórica sugiere que puede terminar siendo mayor sobre el final del mandato del Dr. Vázquez Ese riesgo en el frente de los ingresos se torna aún más relevante a la luz del aumento previsto a nivel del gasto del gobierno. En este sentido, es preciso marcar que –aun no incorporando gastos adicionales en forma discrecional para 2018 y 2019-, el proyecto de Ley de Presupuesto supone un crecimiento del gasto total de 3,2% promedio anual en términos reales. La desagregación por rubros muestra una ligera reducción de las inversiones (versus el pico de 2014) y también un objetivo de moderar el incremento de los gastos de funcionamiento, pero a nivel de las demás partidas los aumentos previstos acompañan o superan la expectativa de suba del PIB. Crecimiento real de los egresos (2015-2019) Tasa promedio anual Remuneraciones 2,0% Pasividades 3,1% Transferencias 2,9% Total gastoprimario primario corriente Total gasto corriente 2,9% -0,3% PIB: 2,7% Intereses 7,2% 3,0% Total egresos* Total egresos -1% 0% 1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% 8% Por otra parte, la experiencia histórica muestra que los resultados fiscales tienen una elevada correlación con el calendario electoral, habiéndose observado en casi todos los períodos desde el retorno a la democracia un deterioro del resultado fiscal en el último año de cada mandato. A la luz de ello y observando que los compromisos asumidos durante la campaña electoral no fueron enteramente alcanzados en los aumentos de gasto previstos para 2016 y 2017, parece surgir desde este frente otro riesgo de incumplimiento del objetivo de reducción del déficit fiscal que se plantea para este quinquenio. Resultado fiscal: año electoral vs promedio cuatro años previos Datos anuales como porcentaje del PIB 2,0% 1,5% 1,5% 1,0% 0,5% 0,0% -0,5% -1,0% -0,7% -1,0% -1,3% -1,5% -1,7% -2,0% -2,1% -2,5% 1985-1989 1990-1994 Podría concebirse para Uruguay un escenario con un mayor déficit fiscal por algunos años, sobre todo en la medida en que el perfil de la deuda no plantea “urgencias” de corto plazo. Sin embargo, a nuestro juicio no sería razonable pensar en sostener en forma más o menos sistemática un desequilibrio fiscal de más de 3% del PIB, máxime en un contexto internacional y regional que impone cautela. Ello tampoco estaría en línea con el criterio de “responsabilidad fiscal” que el gobierno ha defendido a lo largo de este proceso presupuestal. Desde esa perspectiva y teniendo en cuenta los riesgos que advertimos para el cumplimiento del programa que se presentó en el proyecto de ley, no debería descartarse la posibilidad de que en los próximos años el gobierno deba procesar la discusión de un aumento de la carga tributaria, que permita acompañar el mayor gasto público. 3,1% Gastos de funcionamiento Inversiones influyen elementos de carácter técnico y también las preferencias de cada sociedad, observándose países con tamaños muy diferentes del sector público. En cualquier caso, la sostenibilidad fiscal depende de que el nivel de gasto encuentre financiamiento en la base de ingresos de la administración pública. 1995-1999 2000-2004 2005-2009 2010-2014 Si la economía continúa desacelerándose o si hay incrementos adicionales del gasto en las próximas Rendiciones de Cuentas, es muy probable que también deba haber un ajuste a nivel tributario Naturalmente, también podría concebirse un escenario de mayor eficiencia en el gasto o con reasignaciones fuertes entre incisos, que permitiera acomodar incrementos en áreas “prioritarias” sin afectar el volumen total de egresos. Sin embargo, ese proceso ha probado ser difícil y la magnitud de los incrementos de gasto que está instalada en el debate público excede lo que razonablemente podría esperarse de una estrategia así. En este sentido, por ejemplo, resulta ilustrativo notar que el proyecto de ley contempla un presupuesto para la educación equivalente a 4,7% del PIB para 2017, que aún dista en forma significativa del 6% del PIB comprometido durante la campaña electoral. A modo de síntesis Dentro de las restricciones existentes, el proyecto de Ley de Presupuesto tiene la virtud de plantear un escenario de incremento de gasto acotado a los primeros años de gestión y, sobre todo, de instalar un necesario objetivo de reducción del déficit luego de un período de fuerte prociclicidad a nivel de la política fiscal. Sin embargo, a nuestro juicio la estrategia desplegada puede no ser suficiente para asegurar una baja significativa del desequilibrio fiscal en los próximos años. De hecho, las proyecciones de ingresos pueden resultar optimistas si la economía termina teniendo una desaceleración más acentuada y/o más prolongada que la prevista por el gobierno, al tiempo que seguramente seguirá habiendo presiones sustantivas de aumento del gasto público en las sucesivas Rendiciones de Cuentas. En ese marco, será clave el esfuerzo adicional que pueda realizarse en materia de racionalización de los egresos, pero igual entendemos que hay un riesgo considerable de incumplimiento de la meta fiscal, que a su vez plantea una probabilidad importante de un ajuste en el esquema impositivo en los próximos años. El nivel de gasto público y su asignación es en todo el mundo materia de debate político. En esas decisiones 2